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ABENCERRAJE. Familia a la cual perteneció Abindarráez">; don Quijote le recuerda en conversación con Pedro Alonso">: "De suerte que, cuando el labrador le volvió a preguntar que cómo estaba y qué sentía, le respondió las mesmas palabras y razones que el cautivo Abencerraje respondía a Rodrigo de Narváez, del mesmo modo que él había leído la historia en La Diana" I, 5.
ABINDARRÁEZ. Personaje de la novela pastoril Los siete libros de la Diana, y de la novela morisca Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa. Don Quijote se identifica con él en I, 5. Véase DIANA">; JARIFA.
ADRIANO, EL EMPERADOR. (76 - 138) Décimo quinto emperador romano, nacido en Itálica. En 117 sucedió a Trajano, que le había adoptado como hijo. Venció y sometió a varios pueblos. Le recuerda don Quijote cuando le dice a su escudero en que sitios se encuentran enterrados algunos de los emperadores que pertenecieron a religiones distintas a la cristiana: "...al emperador Adriano le sirvió de sepultura un castillo tan grande como una buena aldea, a quien llamaron Moles Hadriani, que agora es el castillo de Santángel en Roma." II, 8.
AGI MORATO. Le menciona el capitán cautivo, cuando relata a don Quijote y su comitiva la manera como se escapó de Argel con la ayuda de Zoraida, hija de Agi Morato, I, 40-41. Informa don Diego Clemencín: "Agi Morato, renegado esclavón, es el primero de la lista que hizo Haedo (Topogr. Capítulo XIV), de los moros principales y más ricos que vivían en Argel el año de 1581. El sobrenombre de Agi equivale a lo que entre nosotros se llamó en algún tiempo Romero o Peregrino, y lo dan a los moros que han visitado la Meca, así como entre nosotros solía darse el otro a los que visitaban los santos lugares de Roma o Jerusalén. [...] Agi Morato había sido alcaide o gobernador de Pata, que así llamaban los cristianos, según Luis de Mármol, a la fortaleza de Bata, situada a dos leguas de Orán, la cual, por ser fronteriza de los cristianos que guarnecían aquel presidio, era mirada como importante." I, 40 nota 35.
AGOSTO. Manera como Sancho Panza nombra a Augusto César.
AGRAJES. Caballero, sobrino de la reina Elisena y personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Le recuerda don Quijote cuando se dispone a tomar armas con el vizcaíno, en la aventura de los frailes: "¡Ahora lo veredes, dijo Agrajes! [...]. Y, arrojando la lanza en el suelo, sacó su espada y embrazó su rodela, y arremetió al vizcaíno con determinación de quitarle la vida." I, 8. Véase AMADÍS DE GAULA.
AGRAMANTE. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso. Rey de África y jefe de los príncipes moros en la guerra contra Carlomagno; su autoridad fue necesaria, junto a la prudencia del rey Sobrino, para acabar con una pelea que había en su campo. Don Quijote menciona, de manera errada, que Agramante fue señor de Medoro, I, 26; Le vuelve a recordar don Quijote, cuando nombra a dos personas para que resuelvan el conflicto que se arma en la venta, a causa del baciyelmo, I, 45. Véase ROLDÁN.
AGUILAR, DON PEDRO DE. Hermano de uno de los acompañantes de don Fernando y alférez capturado en la Goleta. Dice el capitán cautivo: "Entre los cristianos que en el fuerte se perdieron, fue uno llamado don Pedro de Aguilar, natural no sé de qué lugar del Andalucía, el cual había sido alférez en el fuerte, soldado de mucha cuenta y de raro entendimiento: especialmente tenía particular gracia en lo que llaman poesía." I, 39.
ALÁ. Nombre que le dan los mahometanos a Dios. Le menciona en varias ocasiones el capitán cautivo cuando relata su historia, I, 40-41; lo invoca Cide Hamete Benengeli cuando don Quijote y Sancho Panza parten hacia el Toboso, II, 8.
">ALAGÓN, FAMILIA. Antigua y noble casa aragonesa, que figuraba entre las ocho que se disputaban la preeminencia de la nobleza. Don Lope Garcés, hijo de don García Aznar, fue el primero que en 1119 agregó a sus apellidos el de Alagón. Esta familia la recuerda don Quijote cuando le dice aVivaldo el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
ÁLAMOS. Familia a la que pertenece uno de los personajes del relato que cuenta Sancho Panza, en el momento en que el duque pide a don Quijote tomar el primer puesto en la mesa, II, 31.
ALASTRAJAREAS. Personajes femeninos de la novela de caballerías don Florisel de Niquea, escrito por Feliciano de Silva y publicado en 1532; son mencionadas por el duque cuando afirma que el linaje de Dulcinea, es de menor valor que el de las Alastrajareas, I, 32.
ALBA, DUQUE DE. Militar español (1507 - 1582). Siendo gobernador de los Países Bajos en 1556, reprimió un levantamiento contra la soberanía española. En 1580 conquistó Portugal, cuyo trono reclamabaFelipe II. Le cita el capitán cautivo al contar su vida, I, 39; le menciona el ventero cuando le dice al criado de maese Pedro que "Al mismo duque de Alba se la quitara [la posada] para dársela al señor mase Pedro..." II, 25.
ALCALÁ, PEDRO DE. Nombre que inventa Sancho Panza para mostrar cómo algunas personas toman por apellido y alcurnia el lugar donde nacieron, y explicarse así el por qué la princesa del reino de Micomicón puede tener por nombre princesa Micomicona, I, 29.
ALEJANDRO. (356 - 326 A.C.) Rey de Macedonia (336 - 323 A.C.) Hijo de Filipo II, discípulo de Aristóteles y el más famoso monarca de la antigüedad. Sometió a Grecia y a todo el imperio Persa; ocupó igualmente Egipto y el Próximo Oriente. Murió en Babilonia a los 33 años de edad. Le recuerda el amigo del autor del Quijote, cuando le indica a éste lo que debe hacer para corregir los supuestos errores de la obra: "si de capitanes valerosos, el mesmo Julio César os prestará a sí mismo en sus Comentarios, y Plutarco os dará mil Alejandros" I, prólogo; Urganda la desconocida, en el poema que dedica al Quijote, compara al duque de Béjar con Alejandro: "en Béjar tu buena estre- / un árbol real te ofre- / que da príncipes por fru-, / en el cual floreció un du- / que es nuevo Alejandro Ma" I, prólogo; Rocinante es mejor caballo que "el Bucéfalo de Alejandro" I, 1; protegió y guardó las obras de Homero, I, 6; le menciona el capitán cautivo cuando cuenta su vida, I, 39; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, [...], la liberalidad de Alejandro, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; le cita el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballerías, si son de provecho, I, 49; Sancho compara a su amo con Alejandro, I, 52; dice don Quijote que fue calumniado por la malicia: "Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el renombre de Magno, dicen dél que tuvo sus ciertos puntos de borracho." II, 2; la dueña Dolorida, cuando va a decir el nombre del caballo que llevará a Sancho y don Quijote hasta el reino de Candaya, menciona que: "El nombre no es como el caballo de Belorofonte, que se llamaba Pegaso, ni como el del Magno Alejandro, llamado Bucéfalo, ni como el del furioso Orlando, cuyo nombre fue Brilladoro..." II, 40; don Quijote le menciona cuando decide azotar a Sancho: "Si nudo gordiano cortó el Magno Alejandro, diciendo: Tanto monta cortar como desatar, y no por eso dejó de ser universal señor de toda la Asia, ni más ni menos podría suceder ahora en el desencanto de Dulcinea, si yo azotase a Sancho a pesar suyo" II, 60.
ALENCASTRO, FAMILIA. Familia noble y principal de Portugal, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
ALFEÑIQUÉN DEL ALGARBE, DUQUE DE. Duque y padre de la bella Miulina; don Quijote los inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
ALIDA. Nombre pastoril que cita don Quijote para demostrarle a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25.
ALMOHADAS DE MARRUECOS. Alusión a los Almohades de Marruecos, es decir, a cada uno de los secuaces de Aben Tumart, que, proclamándose Mesías del Islám, fanatizó en 1120 las tribus occidentales de África. Después de apoderarse del imperio marroquí, pasaron a España capitaneados por Yacub-ben-Yusuf Almansur, derrotando a los almorávides y luego a Alfonso VIII en Alarcos (1195). Muy pronto fueron derrotados. Sancho les recuerda, cuando le dice a su esposa que desea casar a Sanchica con alguien de alcurnia: "y en menos de un abrir y cerrar de ojos, te la chanto [a Sanchica] un don y una señoría a cuestas, y te la saco de los rastrojos, y te la pongo en toldo y en peana, y en un estrado de más almohadas de velludo que tuvieron moros en su linaje los Almohadas de Marruecos" II, 5.
ALONSO, PEDRO. Labrador que regresa a casa a su vecino don Quijote, luego que éste queda maltrecho por la caída de Rocinante, y los golpes recibidos por uno de los mozos de los mercaderes toledanos. Don Quijote le confunde con Rodrigo de Narváez y el marqués de Mantua, I, 5.
ALQUIFE. Sabio mago, esposo de Urganda la desconocida y supuesto autor del libro de caballerías Amadís de Grecia. Don Quijote le invoca cuando cree estar encantado, I, 43; aparece con otros encantadores en el palacio de los duques, cuando éstos le hacen bromas a don Quijote y Sancho Panza con relación al desencantamiento de Dulcinea, II, 34. Véase AMADÍS DE GRECIA.
ALTISIDORA. Joven doncella del palacio de los duques, que finge estar enamorada de don Quijote para burlarse de él. Le canta a don Quijote el romance: "¡Oh, tú, que estás en tu lecho, / entre sábanas de holanda..." II, 44; don Quijote, a su vez, el canta un romance compuesto por él mismo: "Suelen las fuerzas de amor / sacar de quicio a las almas, / tomando por instrumento / la ociosidad descuidada." II, 46; doña Rodríguez la trata de manera despectiva cuando habla con don Quijote: le llama Altisidorilla, II, 48; le ayuda a la duquesa a castigar a doña Rodríguez cuando ésta le cuenta a don Quijote intimidades de aquella, II, 50; le comenta Sancho a don Quijote: "Maravillado estoy, señor, de la desenvoltura de Altisidora, la doncella de la duquesa: bravamente la debe de tener herida y traspasada aquel que llaman Amor" I, 58; resucita gracias a las torturas a que es sometido Sancho por orden de Radamanto. Dice éste: "¡Ea, ministros de esta casa, altos y bajos, grandes y chicos, acudid unos tras otros y sellad el rostro de Sancho con veinte y cuatro mamonas, y doce pellizcos y seis alfilerazos en brazos y lomos, que en esta ceremonia consiste la salud de Altisidora!" II, 69.
ALTISIDORILLA. Manera despectiva como doña Rodríguez trata a Altisidora, cuando compara la belleza de ésta con la de su hija, II, 48.
AMA. Mujer simple y cuarentona que atiende, con la sobrina, a don Quijote cada vez que regresa a casa luego de sus aventuras, I, 5; I, 52; II, 1; II, 73-74; alborotada, luego de la primera salida de don Quijote, le dice al cura: "¡Desventurada de mí!, que me doy a entender, y así es ello la verdad como nací para morir, que estos malditos libros de caballerías que él tiene y suele leer tan de ordinario le han vuelto el juicio" I, 5; desempeña el oficio de "brazo seglar" en la quema de libros de la biblioteca de don Quijote: "Aquella noche quemó y abrasó el ama cuantos libros había en el corral y en toda la casa..." I, 6; le recuerda el cura cuando sugiere quemar los libros de caballerías de Juan Palomeque: "Falta nos hacen aquí ahora el ama de mi amigo y su sobrina." I, 32; trata de persuadir a don Quijote para que no haga tercera salida: "En verdad, señor mío, que si vuesa merced no afirma el pie llano y se está quedo en su casa, y se deja de andar por los montes y por los valles como ánima en pena, buscando esas que dicen que se llaman aventuras, a quien yo llamo desdichas..." II, 6; intenta persuadir a don Quijote para que no se haga pastor: "Y ¿podrá vuestra merced pasar en el campo las siestas del verano, los serenos del invierno, el aullido de los lobos? No, por cierto, que éste es ejercicio y oficio de hombres robustos, curtidos y criados para tal ministerio casi desde las fajas y mantillas." II, 73.
AMADÍS DE GAULA. Protagonista de la novela de caballerías Los cuatro libros del virtuoso caballero Amadís de Gaula, novela mejor conocida como Amadís de Gaula, compuesta por Garci Rodríguez de Montalvo y publicada en la ciudad de Zaragoza en 1508, convirtiéndose en la primera novela que en castellano se escribe sobre caballerías. Le dedica un soneto a don Quijote, I, prólogo; don Quijote discute con el cura quién es mejor caballero, si Amadís de Gaula o Palmerín de Ingalaterra, I, 1; le recuerda don Quijote cuando, suscintamente, le narra a Vivaldo la manera como se formó la caballería andante, desde los tiempos del rey Arturo: "desde entonces, de mano en mano, fue aquella orden de caballería estendiéndose y dilatándose por muchas y diversas partes del mundo; y en ella fueron famosos y conocidos por sus fechos el valiente Amadís de Gaula, con todos sus hijos y nietos, hasta la quinta generación" I, 13; don Quijote lo utliza para mostrarle a Sancho los peligros a que están sometidos los caballeros andantes: "Porque el valeroso Amadís de Gaula se vio en poder de su mortal enemigo Arcaláus el encantador, de quien se tiene por averiguado que le dio, teniéndole preso, más de docientos azotes con las riendas de su caballo, atado a una coluna de un patio." I, 15; recuerda don Quijote su penitencia en la Peña Pobre, y su cambio de nombre a Beltenebros, I, 15; menciona también don Quijote que Amadís convirtió a su escudero Gandalín en conde de la Ínsula Firme, cuando en realidad lo hizo Señor, I, 20, esta misma inexactitud la vuelve a mencionar en I, 50; don Quijote se propone hacer penitencia para imitarlo: "quiero, Sancho, que sepas que el famoso Amadís de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes. No he dicho bien fue uno: fue el solo, el primero, el único, el señor de todos cuantos hubo en su tiempo en el mundo. [...] Siendo, pues, esto ansí, como lo es, hallo yo, Sancho amigo, que el caballero andante que más le imitare estará más cerca de alcanzar la perfeción de la caballería. Y una de las cosas en que más este caballero mostró su prudencia, valor, valentía, sufrimiento, firmeza y amor, fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia en la Peña Pobre, mudado su nombre en el de Beltenebros." I, 25; don Quijote cree estar encantado cuando Maritornes lo amara en la venta, y por tanto desea tener la espada de Amadís porque contra ella "no tenía fuerza de encantamento alguno" I, 43; en discusión con el canónigo de Toledo, don Quijote dice que pensar que no existió Amadís es una gran locura, I, 49; le recuerda el Caprichoso en el soneto que escribe en honor a Rocinante, I, 52; le menciona don Quijote cuando habla de la necesidad de reimplantar la caballería andante para restaurar los valores que se han perdiendo en España: "¿quién más honesto y más valiente que el famoso Amadís de Gaula?", II, 1; don Quijote le describe como: "hombre alto de cuerpo, blanco de rostro, bien puesto de barba, aunque negra, de vista entre blanda y rigurosa, corto de razones, tardo en airarse y presto en deponer la ira" II, 1; Arcaláus, en el palacio de los duques, afirma ser enemigo de Amadís, II, 34; cuando Alonso Quijano recupera la cordura, ya en el lecho de muerte, exclama: "Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje" II, 74.
AMADÍS DE GRECIA. Protagonista del libro titulado Crónica del muy valiente y esforzado Príncipe y caballero de la Ardiente Espada, Amadís de Grecia, hijo de Lisuarte de Grecia, emperador de Constantinopla y de Trapisonda y Rey de Rodas, más conocido como Amadís de Grecia, texto escrito por Feliciano de Silva y publicado en Cuenca en el año 1530, convirtiédose en el noveno libro en la serie de los "Amadises". Don Quijote le menciona cuando discute con el canónigo de Toledo sobre caballerías, I, 49.
AMARILES. Nombre pastoril que cita don Quijote para demostrarle a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25.
AMARILIS. Nombre de pastora de quien hace mención Virgilio en una de sus Églogas. También se hace mención de ella en las obras de Teócrito, Ovidio, etc. Su nombre fue muy usado por los poetas españoles del siglo de oro. Le menciona el bachiller Sansón Carrasco cuando habla con don Quijote y el cura sobre la posibilidad de hacerse pastores, II, 73.
AMBROSIO. Estudiante de Salamanca que se hace pastor para seguir a su gran amigo Grisóstomo, I, 12; se encarga de enterrar a su amigo de la manera como este lo dispuso en su testamento: en el campo, al pie de la peña donde está la fuente del alcornoque, ya que allí vio por primera vez a Marcela, I, 13; le permite a Vivaldo quedarse con uno de los poemas que escribe Grisóstomo, I, 13; reprende duramente a Marcela cuando ésta aparece en el entierro, I, 14; don Quijote, conversando con Sancho en Sierra Morena, recuerda unas palabras suyas: "como ya oíste decir a aquel pastor de marras, Ambrosio: quien está ausente todos los males tiene y teme." I, 25.
AMIGO. Personaje anónimo que ayuda al autor del Quijote a deshacer los temores que tiene frente a su obra. Le dice, entre otras razones, lo siguiente: "Lo primero en que reparáis de los sonetos, epigramas o elogios que os faltan para el principio, y que sean de personajes graves y de título, se puede remediar en que vos mesmo toméis algún trabajo en hacerlos, y después los podéis bautizar y poner el nombre que quisiéredes, ahijándolos al Preste Juan de las Indias o al Emperador de Trapisonda [
] En lo de citar en las márgenes los libros y autores de donde sacáredes las sentencias y dichos que pusiéredes en vuestra historia, no hay más sino hacer, de manera que venga a pelo, algunas sentencias o latines que vos sepáis de memoria, o, a lo menos, que os cuesten poco trabajo el buscalle [
] Vengamos ahora a la citación de los autores que los otros libros tienen, que en el vuestro os faltan. El remedio que esto tiene es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un libro que los acote todos, desde la A hasta la Z, como vos decís. Pues ese mismo abecedario pondréis vos en vuestro libro; que, puesto que a la clara se vea la mentira, por la poca necesidad que vos teníades de aprovecharos dellos, no importa nada [
]" finalmente le dice: "si bien caigo en la cuenta, este vuestro libro no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón; ni caen debajo de la cuenta de sus fabulosos disparates las puntualidades de la verdad, ni las observaciones de la astrología; ni le son de importancia las medidas geométricas, ni la confutación de los argumentos de quien se sirve la retórica; ni tiene para qué predicar a ninguno, mezclando lo humano con lo divino, que es un género de mezcla de quien no se ha de vestir ningún cristiano entendimiento." I, prólogo.
AMOR. Dios romano, hijo de Venus, asimilado al Eros griego. Le menciona el pastor Antonio en la canción que dedica a don Quijote: "Tal piensa que adora a un ángel, / y viene a adorar a un jimio; / merced a los muchos dijes / y a los cabellos postizos, / y a hipócritas hermosuras, / que engañan al Amor mismo." I, 11; escribe Cardenio en el soneto que lee don Quijote: "O le falta al Amor conocimiento, / o le sobra crueldad, o no es mi pena..." I, 23; le recuerda Dorotea al cantar en Sierra Morena: "¿Quién me causa este dolor? / Amor. " I, 27; le menciona don Lorenzo de Miranda en uno de sus sonetos: "parte el Amor de Chipre, y va derecho..." II, 18; participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20; el lacayo Tosilos, al ver a la hija de doña Rodríguez tiene un encuentro con Amor: "...el niño ceguezuelo, a quien suelen llamar de ordinario Amor por esas calles, no quiso perder la ocasión que se le ofreció de triunfar de una alma lacayuna y ponerla en la lista de sus trofeos; y así, llegándose a él bonitamente, sin que nadie le viese, le envasó al pobre lacayo una flecha de dos varas por el lado izquierdo, y le pasó el corazón de parte a parte; y púdolo hacer bien al seguro, porque el Amor es invisible, y entra y sale por do quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos." II, 56; don Quijote le menciona en una canción que canta en honor a Dulcinea: "Amor, cuando yo pienso / en el mal que me das, terrible y fuerte..." II, 68; dice Altisidora cuando es resucitada: "y si no fuera porque el Amor, condoliéndose de mí, depositó mi remedio en los martirios deste buen escudero..." II, 70.
ANA. Nombre que utiliza de ejemplo el bachiller Sansón Carrasco para mostrar lo fácil que es transformar cualquier nombre femenino en uno pastoril: "Si mi dama, o, por mejor decir, mi pastora, por ventura se llamare Ana, la celebraré debajo del nombre de Anarda" II, 73.
ANARDA. Nombre pastoril que inventa el bachiller Sansón Carrasco, para hacerle creer a don Quijote que está de acuerdo con su decisión de hacerse pastor, II, 73.
ANDANDONA. Giganta de la novela de caballerías Amadís de Gaula, hermana del gigante Madarque, señor de la Ínsula Triste; sobresalía por ser brava y esquiva en demasía. Sancho la menciona luego que maese Pedro le informa que su esposa, Teresa Panza, se encuentra bien: "Eso creo yo muy bien, [...] porque es ella una bienaventurada, y, a no ser celosa, no la trocara yo por la giganta Andandona, que, según mi señor, fue una mujer muy cabal y muy de pro" II, 25. Véase AMADÍS DE GAULA.
ANDRADILLA. Posible fullero o jugador tramposo de la época. Le menciona un hombre que pide justicia ante el gobernador don Sancho: "...y el socarrón, que no es más ladrón que Caco, ni más fullero que Andradilla, no quería darme más de cuatro reales..." II, 49.
ANDRÉS. Joven criado de Juan Haldudo. Don Quijote le encuentra cuando su amo le castiga injustamente, luego de pedirle el salario; interviene obligando a Juan a suspender el castigo y comprometiéndolo a pagar todo lo que debe; una vez marchado don Quijote el amo reinicia el castigo, I, 4; días después, saliendo de Sierra Morena, don Quijote y su comitiva se encuentran con Andrés; don Quijote, que desea mostrar la necesidad que tiene el mundo de restaurar la caballería andante, cuenta lo sucedido, a lo que Andrés responde que una vez marchado don Quijote su amo reinicia el castigo con mayor fuerza y ,además, no pagó lo adeudado, I, 31.
ÁNGEL. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
ANGÉLICA. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso y del Orlando Innamorato. Le menciona Orlando en el soneto que dedica a don Quijote: "Orlando soy, Quijote, que, perdido / por Angélica, vi remotos mares," I, prólogo; don Quijote recuerda que un gran ejército se dirigió al castillo de Albraca para conquistarla, I, 10; su infidelidad con Medoro, paje que erróneamente le atribuye don Quijote a Agramante, causó locura en Roldán, I, 25; se reitera el mismo asunto, y se dan más detalles de la infidelidad en I, 26; don Quijote habla de ella en no muy buenos términos: "Esa Angélica, [...] señor cura, fue una doncella destraída, andariega y algo antojadiza, y tan lleno dejó el mundo de sus impertinencias como de la fama de su hermosura: despreció mil señores, mil valientes y mil discretos, y contentóse con un pajecillo barbilucio, sin otra hacienda ni nombre que el que le pudo dar de agradecido la amistad que guardó a su amigo." II, 1; más adelante, en el mismo capítulo, el barbero y el cura preguntan a don Quijote si sabe de algún poeta que haya hecho una sátira contra Angélica, a lo cual responde el caballero: "Bien creo yo que si Sacripante o Roldán fueran poetas, que ya me hubieran jabonado a la doncella; porque es propio y natural de los poetas desdeñados y no admitidos de sus damas fingidas o no fingidas, en efeto, de aquéllos a quien ellos escogieron por señoras de sus pensamientos, vengarse con sátiras y libelos..." II, 1. Véase BOYARDO, MATEO; ROLDÁN.
ANGULO EL MALO. Dueño de la compañía para la cual trabajan los actores que representan Las Cortes de la Muerte, II, 11. Don Diego Clemencín informa: "Fue natural de Toledo, autor o director de una compañía de representantes y autor o compositor de piezas dramáticas, que vivía por los años de 1580." II, 11 nota 9.
ANÍBAL. (247 - 183 A.C.) Famoso general cartaginés hijo de Amílcar Barca. Hizo la guerra en España con su padre, y al ser éste asesinado, los soldados le proclamaron general. En la segunda guerra Púnica tomó Sagunto, atravesó con un fuerte ejército los Pirineos y los Alpes y derrotó en varias ocasiones al ejército romano. Le recuerda Urganda la desconocida en el poema que dedica a don Quijote, I, prólogo; le cita el canónigo de Toledo, cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania; un César, Roma; un Anibal, Cartago; un Alejandro, Grecia." I, 49.
ANSELMO. 1. Personaje de la Novela del Curioso Impertinente (I, Caps 33 - 35). Hombre joven y rico de Florencia. Le pide a su gran amigo Lotario, que corteje y solicite a su esposa, Camila, para probar así su castidad y valor, I, 33. Luego de muchas objeciones, Lotario acepta el loco encargo de su amigo y empieza a cumplir su deseo, pero termina enamorándose de Camila, y ella de él, I, 34, esto finalmente ocasiona la perdición de todos, I, 35. 2. Joven rico, enamorado de la bella Leandra; luego que ésta huye con Vicente de la Rosa, se hace pastor y se va al campo a cantar sus penas. Su historia se conoce gracias al cabrero Eugenio, I, 51.
ANTEÓN. Manera como se menciona a Anteo en II, 32 y II, 58.
ANTEO. Gigante hijo de la Tierra y de Neptuno. Hércules luchó con él y, como viese que Anteo recobraba la fuerza al tocar en tierra, lo levantó y en el aire lo estranguló. En la obra se recuerda que la manera como Bernardo del Carpio mató a Roldán fue muy similar a la forma como lo hizo Hércules con Anteo, I, 1, II, 32; don Quijote le confunde con Actón, cuando dice: "Por cierto, hermosísima señora, que no debió de quedar más suspenso ni admirado Anteón cuando vio al improviso bañarse en las aguas a Diana", II, 58.
ANTONIO. Cabrero de unos 22 años, enamorado de Olalla; sobresale por el hecho de saber leer, escribir y cantar; en honor a don Quijote canta una canción que le compuso a su amada, I, 11.
ANTONOMASIA, LA INFANTA. Bella heredera del reino de Candaya, II, 38; enamora y casa con un caballero particular, Clavijo; ésta unión le produce tanto enojo a la reina Maguncia, madre de la infanta, que muere, II, 39. En el entierro aparece el gigante Malambruno y encanta a los recién desposados. II, 39. Antonomasia es un personaje ficticio creado con el fin de burlarse de don Quijote y Sancho Panza en el palacio de los duques. Informa Francisco Rico, en su edición crítica del Quijote: "...Quizá pueda estar ligado al nombre de Antona, que aparece en el Siglo de Oro para denominar a mujeres de mala reputación. Como modelo vivo de Antonomasia se ha señalado a doña Magdalena de Girón." II, 38 nota 27.
APARICIO. Creador de un costoso aceite que servía para curar las heridas; se componía de aceite de oliva y otras drogas medicinales. Dicho aceite es utilizado en don Quijote luego de su desventura con los gatos en el palacio de los duques, II, 46.
APELES. Pintor griego del siglo IV A. C. Todas sus obras se han perdido, pero se conoce su arte a través de los juicios de autores griegos y latinos. Fue el pintor de Alejandro Magno. Le recuerda don Quijote cuando dice que la descripción de la belleza de Dulcinea, es un trabajo digno "de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla" II, 32; le recuerda don Juan: "y si fuera posible, se había de mandar que ninguno fuera osado a tratar de las cosas del gran don Quijote, si no fuese Cide Hamete, su primer autor, bien así como mandó Alejandro que ninguno fuese osado a retratarle sino Apeles." II, 59.
APOLO. Divinidad griega, dios del día, de la poesía, de la música y de las artes, hijo de Júpiter y Latona y hermano de Diana. Como dios de la luz o Febo, conduce el carro del Sol. Habitaba con las Musas en el monte Parnaso. Tenía dedicado el famosísimo oráculo de Delfos. Le recuerda Amadís de Gaula en el soneto que dedica a don Quijote, I, prólogo; don Quijote, en su primera salida, luego de armarse caballero, va pensando por el camino: "¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salidad tan de mañana, desta manera?: Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado..." I, 2; le menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote, I, 6; le menciona don Quijote cuando le comunica a Sancho su deseo de hacerse pastor: "...si es que a ti te parece bien, querría, ¡oh Sancho!, que nos convirtiésemos en pastores, siquiera el tiempo que tengo de estar recogido. [...] Daránnos [...] gusto el canto, alegría el lloro, Apolo versos, el amor conceptos, con que podremos hacernos eternos y famosos, no sólo en los presentes, sino en los venideros siglos." II, 67; alusión a su carro: "Llegó la noche, esperada de don Quijote con la mayor ansia del mundo, pareciéndole que las ruedas del carro de Apolo se habían quebrado, y que el día se alargaba más de lo acostumbrado, bien así como acontece a los enamorados, que jamás ajustan la cuenta de sus deseos." II, 71.
AQUILES. El más famoso de los héroes griegos, inmortalizado por Homero en la Ilíada. Tomó parte en la guerra de Troya, donde vengó la muerte de Patroclo matando a Héctor. Murió a causa de una flecha disparada por Paris que le hirió en el talón, único lugar vulnerable de su cuerpo. Le nombra el cura cuando argumenta que si un historiador escribe de manera desapasionada las aventuras y hazañas de Diego García de Paredes, haría olvidar las hechas por Aquiles, I, 32; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; don Quijote cree en su existencia histórica, I, 49.
ARCALÁUS. Encantador enemigo de Amadís de Gaula, personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Le menciona don Quijote cuando le dice, a su también apaleado escudero, que: "Y pudiérate contar agora, si el dolor me diera lugar, de algunos [caballeros andantes] que, sólo por el valor de su brazo, han subido a los altos grados que he contado; y estos mesmos se vieron antes y después en diversas calamidades y miserias. Porque el valeroso Amadís de Gaula se vio en poder de su mortal enemigo Arcaláus el encantador, de quien se tiene por averiguado que le dio, teniéndole preso, más de docientos azotes con las riendas de su caballo, atado a una coluna de un patio." I, 15; aparece en el palacio de los duques, cuando éstos le gastan a don Quijote y Sancho Panza bromas con relación al desencantamiento de Dulcinea, II, 34. Véase AMADÍS DE GAULA.
ARCHIPIELA, EL REY. Señor del reino de Candaya, padre de la infanta Antonomasia y esposo de la reina Maguncia, II, 38. Es un personaje ficticio creado con el fin de burlarse de don Quijote y Sancho Panza en el palacio de los duques.
ARGOS. Príncipe argivo que tenía cien ojos, la mitad de los cuales siempre estaban abiertos, por cuya razón Hera le encargó la custodia de Ío. Hermes, enviado por Zeus, lo durmió al son de su flauta y lo mató. El morisco Ricote le menciona cuando habla de la forma como Bernardino de Velasco realiza el trabajo que le encomienda el rey: expulsar a los moriscos de España: "ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta" II, 65.
ARIDIANA. Alusión a Ariadna, la hija de Minos y Pasifae; amó a Teseo y le dio el hilo que le sacó del laberinto de Creta; le siguió y fue abandonada por él en la isla de Naxos. Baco casó con ella, quien la inmortaliza en el firmamento llevando al cielo una corona de cuyas nueve piedras hizo estrellas. Es mencionada por la dueña Dolorida, cuando describe las falsas promesas que hacen los poetas para enamorar: "Pues, ¿qué cuando prometen el fénix de Arabia, la corona de Aridiana, los caballos del Sol, del Sur las perlas..." II, 38.
ARIOSTO, LUDOVICO. Gran poeta italiano (1474 - 1533). Nacido en Reggio. Cursó estudios en la Universidad de Ferrara (1489 - 1493); en 1503 entró al servicio del cardenal Hipólito del Este, como gentilhombre de cámara y embajador; hacia esta época dejó de escribir en latín para hacerlo exclusivamente en italiano. En 1516 aparece en Ferrara la primera edición del Orlando Furioso, la cual es una de las obras maestras de la literatura italiana. Escribió también elegías, odas, madrigales y estancias. Le menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote: "...el cristiano poeta Ludovico Ariosto; al cual, si aquí le hallo, y que habla en otra lengua que la suya, no le guardaré respeto alguno; pero si habla en su idioma, le pondré sobre mi cabeza. [...] y aquí le perdonáramos al señor capitán que no le hubiera traído a España y hecho castellano; que le quitó mucho de su natural valor" I, 6; le menciona don Quijote cuando habla sobre Angélica: "El gran cantor de su belleza, el famoso Ariosto..." II, 1; le vuelve a recordar don Quijote en la imprenta de Barcelona: "Yo sé algún tanto de el toscano, y me precio de cantar algunas estancias del Ariosto." II, 62.
ARISTÓTELES. Filósofo griego (384-322 A.C.). Fue discípulo de Platón durante casi veinte años y luego preceptor de Alejandro Magno. A la muerte de Filipo II regresó a Atenas y allí fundó la escuela peripatética. Emigró a Calcis en 323 A. C., donde murió. Entre sus obras destacan: Física, Ética nicomaquea, Política, Retórica, etc. Le recuerda el autor del Quijote cuando menciona la gran cantidad de cosas que, según él, hacen falta en su obra. Le dice a un amigo suyo: "Porque, ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, menguada de estilo, pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina; sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes?" I, Prólogo; el narrador le menciona para resaltar las lecturas de don Quijote: "...ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para sólo ello." I, 1; es personaje de una narración corta que le cuenta don Quijote a Sancho: "para lo que yo le quiero, [respondió la viuda] tanta filosofía sabe, y más, que Aristóteles" I, 24.
ARNAÚTE MAMÍ. Comandante corsario que apresó la galera El Sol y cautivó a Cervantes y a su hermano Rodrigo. Le recuerda el capitán cautivo bajo las siguientes palabras: "Respondíle [a Agi Morato] que era esclavo de Arnaúte Mamí (y esto, porque sabía yo por muy cierto que era un grandísimo amigo suyo), y que buscaba de todas yerbas, para hacer ensalada." I, 41.
ARTEMISA. Reina de Caria (S. IV A.C.), famosa por el monumento que hizo construir a la memoria de Mausoleo, su marido y hermano. Le recuerda don Quijote cuando le dice a su escudero en que sitios se encuentran enterrados algunos de los emperadores que pertenecieron a religiones distintas a la cristiana: "...la reina Artemisa sepultó a su marido Mausoleo en un sepulcro que se tuvo por una de las siete maravillas del mundo." II, 8.
ARTÚS. Manera como don Quijote alude al rey Arturo en I, 13 y I, 49.
ARTURO, EL REY. Rey semi-legendario de Inglaterra, personaje de varias novelas de caballerías; bajo su reinado se instauró la orden de caballería de los caballeros de la Tabla Redonda. Le menciona don Quijote cuando le narra a Vivaldo la génesis de la caballería andante: "No han vuestras mercedes leído los anales e historias de Ingalaterra, donde se tratan las famosas fazañas del rey Arturo, que continuamente en nuestro romance castellano llamamos el rey Artús, de quien es tradición antigua y común en todo aquel reino de la Gran Bretaña que este rey no murió, sino que, por arte de encantamento, se convirtió en cuervo, y que, andando los tiempos, ha de volver a reinar y a cobrar su reino y cetro..." I, 13; vuelve don Quijote a mencionarle, cuando trata de demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes, y las historias que de ellos se cuentan, son verdaderas: "...ni el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo y le esperan en su reino por momentos. Y también se atreverán a decir que es mentirosa la historia de Guarino Mezquino, y la de la demanda del Santo Grial, y que son apócrifos los amores de don Tristán y la reina Iseo, como los de Ginebra y Lanzarote..." I, 49.
ASTOLFO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso. Don Quijote le menciona en Sierra Morena al momento de liberar a Rocinante e iniciar su penitencia por Dulcinea: "Libertad te da el que sin ella queda, ¡oh caballo tan estremado por tus obras cuan desdichado por tu suerte! Vete por do quisieres, que en la frente llevas escrito que no te igualó en ligereza el Hipogrifo de Astolfo, ni el nombrado Frontino, que tan caro le costó a Bradamante." I, 25. Véase ROLDÁN.
AUGUSTO, CÉSAR. Primer emperador romano (27 A.C. - 14 D.C.), sobrino y heredero de Julio César. Unificó el imperio romano y su reinado fue muy beneficioso porque florecieron todas las artes y hubo paz y prosperidad. Le menciona Vivaldo cuando Ambrosio anuncia que quemará los poemas que Grisóstomo había dedicado a Marcela: "no es justo ni acertado que se cumpla la voluntad de quien lo que ordena va fuera de todo razonable discurso. Y no le tuviera bueno Augusto César si consintiera que se pusiera en ejecución lo que el divino Mantuano dejó en su testamento mandado." I, 13; es nombrado como Otaviano, "...sino la misma paz y quietud del tiempo de Otaviano" I, 46; Sancho le llama Agosto cuando pregunta a su amo por el sitio en que se encuentran enterrados algunos emperadores ya muertos, II, 8.
AURORA. Diosa del amanencer, hija de Hiperión y hermana del Sol. Encargada de abrir al Sol las puertas de Oriente. Se la representa en un carro tirado por corceles blancos, precediendo al de Febo. La menciona don Quijote cuando imagina lo que escribirá el sabio encargado de inmortalizar sus hazañas: "...apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada Aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante" I, 5; menciona el narrador: "Apenas la blanca aurora había dado lugar a que el luciente Febo, con el ardor de sus calientes rayos, las líquidas perlas de sus cabellos de oro enjugase..." II, 20; se le vuelve a mencionar en II, 14, 35, 61.
AUSTRIA, DON JUAN DE. (1545 - 1578) Militar español, hijo natural de Carlos V y de Bárbara Blomberg; Felipe II lo reconoció como hermano en 1559. Dominó la revolución morisca de Alpujarra y tomó parte como almirante de la escuadra en la batalla de Lepanto (1571). Le recuerda el capitán cautivo: "Súpose cierto que venía por general desta liga el serenísimo don Juan de Austria, hermano natural de nuestro buen rey don Felipe. [...] Todo lo cual me incitó y conmovió el ánimo y el deseo de verme en la jornada que se esperaba..." I, 39.
AUSTRIA, DUQUE DE. Alusión a Alberto V de Habsburgo, llamado el Ilustre. (1397 - Neszmély, Hungría, 1439), duque de Austria en 1404, luego rey de Bohemia y de Hungría con el nombre de Alberto I y emperador germánico con el de Alberto II. Hijo de Alberto IV el maravilloso, casó con Isabel, hija de Segismundo, quién le reconoció como rey de Bohemia y Hungría en su lecho de muerte (1437). Fue elegido rey de romanos (1438), pero murió poco después. Don Quijote le recuerda cuando le dice al canónigo de Toledo que un caballero suyo combatió contra Fernando de Guevara, I, 49.
AVELLANEDA. Alusión a Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo bajo el que se oculta el autor del llamado "falso Quijote" (siglo XVII), que se publicó como continuación de la primera parte de la obra de Cervantes. Es citado cuando don Quijote y Sancho se encuentran con don Álvaro Tarfe y le hacen firmar un documento, ante el alcalde del lugar, en que declarase: "...como no conocía a don Quijote de la Mancha, que asimismo estaba allí presente, y que no era aquél que andaba impreso en una historia intitulada: Segunda parte de don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal de Avellaneda, natural de Tordesillas." II, 72.
ÁVILA, DON LUIS DE. Historiador y militar español (Plasencia 1500 - Toledo 1573). Fue embajador en Roma cerca de Paulo IV y Pio IV y participó en las guerras de Alemania; en el sitio de Metz era general de la caballería de Carlos Quinto. Escribió, probablemente por encargo del emperador, un Comentario de la guerra de Alemania en 1546-1547, publicado en Venecia en 1548. La obra tuvo gran difusión, se reeditó muchas veces y se tradujo al italiano, francés, holandés y Alemán. Le cita el narrador cuando comenta la quema de libros de la biblioteca de don Quijote: "Por acudir a este ruido y estruendo, no se pasó adelante con el escrutinio de los demás libros que quedaban; y así, se cree que fueron al fuego, sin ser vistos ni oídos, La Carolea y León de España, con Los Hechos del Emperador, compuestos por don Luis de Ávila, que, sin duda, debían de estar entre los que quedaban; y quizá, si el cura los viera, no pasaran por tan rigurosa sentencia." I, 7. Extrañamente don Luis de Ávila jamás escribió un libro que llevase semejante título.
AZÁN AGÁ. Alusión a Azán Bajá, el cual nació en Venecia en el año 1545. Fue rey de Argel entre 1577 y 1580. Tenía fama de cruel, y sin embargo, le perdonó la vida a Cervantes en las cuatro ocasiones que intentó fugarse de Argel. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39.
AZOTE, DON. Manera como la princesa Micomicona hace alusión a don Quijote, cuando desea nombrar al caballero español que le recuperará el territorio arrebatado por el gigante Pandafilando de la Fosca Vista, I, 30.
AZPETIA, DON SANCHO DE. Escudero de las damas vizcaínas que cree liberar don Quijote; dicho nombre aparece en los cartapacios en que se halla la continuación del Quijote, I, 9.
BAÑARES, CONDE DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
BABIECA. Nombre del caballo del Cid"> Campeador. Dialoga con Rocinante en uno de los sonetos preeliminares, I, prólogo; según don Quijote, Rocinante es mejor caballo que Babieca, I, 1; su silla está en la armería de los reyes, I, 49.
BACÍA, SEÑOR. Término despectivo con el cual don Quijote, ya enojado, se refiere al barbero luego que éste le insinuara que está loco y por tanto no debe salir por tercera vez de la aldea, II, 1.
BALBASTRO. Herrero, padre de Tomasillo el Travieso y vecino de Sancho Panza; éste le recuerda cuando el duque le pide a don Quijote tomar el primer puesto en la mesa, II, 31.
BALDOVINOS. Manera como nombra don Quijote a Valdovinos, cuando menciona lo que le dijo a una acompañante de la encantada Dulcinea: "Diréisle también que, cuando menos se lo piense, oirá decir como yo he hecho un juramento y voto, a modo de aquel que hizo el marqués de Mantua, de vengar a su sobrino Baldovinos, cuando le halló para espirar en mitad de la montiña..." II, 23.
BALVASTRO. Padre de Leonora, la cual, según falsos comentarios, se va a casar con don Vicente Torrellas. Don Quijote conoce ésta historia cuando se encuentra en compañía de Roque Guinart, II, 60.
BARBARROJA. Alusión a Mahamet Bei. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39. Informa Don Diego Clemencín: "Mahamet era de carácter feroz y cruel: cuando le dio caza don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, cuenta el padre Haedo (diálogo 1.º) que cortó un brazo a un espalder de su galera, y azotaba con él a todos los cristianos della...; pero aprovechóle poco, porque siendo la galera del Marqués... más ligera, le alcanzó; y entrando, al punto los mismos cristianos, sus esclavos, que bogaban, arremetieron a él, y allí en la popa le hicieron pedazos. Según la expresión de un escritor citado por Pellicer, sus esclavos lo hicieron pedazos a bocados. Cervantes se equivocó en llamar al capitán de la Presa hijo de Barbarroja, porque no fue sino nieto." I, 39 nota 35.
BARBA, PEDRO. Caballero castellano del siglo XV y primo del también caballero Gutierre Quijada. En 1435, en Borgoña, enfrentó y venció a uno de los hijos bastardos del conde San Polo. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, I, 49.
BARBERO. 1. Amigo de don Quijote, de nombre Nicolás. De los caballeros andantes dice: "ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga." I, 1; participa junto al cura, el ama y la sobrina, en el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote, I, 6; acompaña al cura a buscar a don Quijote, I, 26; despierta a don Quijote cuando éste, soñando, enfrenta al gigante Pandafilando de la Fosca Vista, I, 35; colabora en la burla al barbero a quien don Quijote arrebata lo que cree es el yelmo de Mambrino, I, 45; declara la fórmula de encantamiento de don Quijote: "¡Oh Caballero de la Triste Figura!, no te dé afincamiento la prisión en que vas, porque así conviene para acabar más presto la aventura en que tu gran esfuerzo te puso; la cual se acabará cuando el furibundo león manchado con la blanca paloma tobosina
" I, 46; visita, junto con el cura, a don Quijote para comprobar su mejoría, II, 1; opina de don Quijote y Sancho Panza: "no me maravillo tanto de la locura del caballero como de la simplicidad del escudero, que tan creído tiene aquello de la ínsula, que creo que no se lo sacarán del casco cuantos desengaños pueden imaginarse." II, 2; le menciona Teresa Panza en la carta que escribe a la duquesa: "De que vuestra señoría haya hecho gobernador a Sancho, mi consorte, ha recebido mucho gusto todo este lugar, puesto que no hay quien lo crea, principalmente el cura, y mase Nicolás el barbero, y Sansón Carrasco el bachiller" II, 52; don Quijote le llama Miculoso en sus proyectos pastoriles, II, 67; visita a don Quijote en su lecho de muerte, II, 74. 2. Personaje que huye luego de ser retado por don Quijote; deja una bacía que éste cree es el yelmo de Mambrino, y un mulo al que Sancho quita la albarda, I, 21; llega a la venta donde se encuentran don Quijote y Sancho. Dice el texto: "en aquel mesmo punto entró en la venta el barbero a quien don Quijote quitó el yelmo de Mambrino y Sancho Panza los aparejos del asno, que trocó con los del suyo..." I, 44; se arma la gresca cuando trata de recuperar sus pertenencias robadas. Exclama: "Señores, así esta albarda es mía como la muerte que debo a Dios, y así la conozco como si la hubiera parido; y ahí está mi asno en el establo, que no me dejará mentir; si no, pruébensela, y si no le viniere pintiparada, yo quedaré por infame. Y hay más: que el mismo día que ella se me quitó, me quitaron también una bacía de azófar nueva, que no se había estrenado, que era señora de un escudo." I, 44; todo regresa a la normalidad cuando don Quijote nombra a dos mediadores para que arreglen el conflicto, I, 45; el cura compra al barbero la bacía-yelmo de la discordia: "en lo que tocaba a lo del yelmo de Mambrino, el cura, a socapa y sin que don Quijote lo entendiese, le dio por la bacía ocho reales, y el barbero le hizo una cédula del recibo y de no llamarse a engaño por entonces, ni por siempre jamás amén." I, 46.
BARCINO. Uno de los perros que adquiere el bachiller Sansón Carrasco, para cuidar los ganados que comprará don Quijote en su nueva aventura: hacerse pastor, I, 74. De él informa don Diego Clemencín: "Barcino se llama al perro o al buey que tiene el pelo mezclado de blanco y pardo, o rojo. Según el refrán, galgo barcino o malo o muy fino" II, 74 nota 4.
BARRABÁS. Según los Evangelios era un delincuente judío detenido por homicidio, cuya libertad pidieron los judíos en lugar de la de Jesús, ante la alternativa ofrecida por Poncio Pilatos de soltar al Mesías o al criminal. Le recuerda el cura: "Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros [de caballerías], que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había en toda la Mancha." I, 5; así llama Sancho Panza a su mujer: "Ven acá, bestia y mujer de Barrabás: ¿por qué quieres tú ahora, sin qué ni para qué, estorbarme que no case a mi hija con quien me dé nietos que se llamen señoría?" II, 5; le cita Altisidora en la canción que dedica a don Quijote, II, 57.
BASILIO. Zagal pobre que sobresale por su fuerza, destreza y habilidad para la poesía y canto. Desde muy niño se enamora de su vecina Quiteria, amores que fueron por ésta correspondidos, e hicieron pensar a todos los vecinos que una vez tuviesen edad suficiente se casarían. A pesar del amor de ambos, el padre de Quiteria la compromete con Camacho, lo cual ocasiona desvaríos en Basilio, II, 19; éste, el día de la boda, logra casarse con su amada valiéndose de un artificio, II, 21; don Quijote le dice que dejase de "ejercitar las habilidades que sabe, que, aunque le daban fama, no le daban dineros, y que atendiese a granjear hacienda por medios lícitos e industriosos, que nunca faltan a los prudentes y aplicados", II, 22; le menciona Sancho cuando recuerda las incomodidades que ha vivido con don Quijote: "...y lo que comí y bebí y dormí en casa de Basilio, todo el otro tiempo he dormido en la dura tierra, al cielo abierto, sujeto a lo que dicen inclemencias del cielo, sustentándome con rajas de queso y mendrugos de pan, y bebiendo aguas, ya de arroyos, ya de fuentes, de las que encontramos por esos andurriales donde andamos." II, 28; dice el narrador: "Suma era la alegría que llevaba consigo Sancho, viéndose, a su parecer, en privanza con la duquesa, porque se le figuraba que había de hallar en su castillo lo que en la casa de don Diego y en la de Basilio, siempre aficionado a la buena vida..." II, 31.
BAYARDO. Caballo que le perteneció a Reinaldos de Montalbán, en el poema épico renacentista Orlando Furioso. Le cita el Caprichoso en el soneto que dedica a Rocinante: "pues hasta Rocinante, en ser gallardo, / excede a Brilladoro y a Bayardo." I, 52. Véase ROLDÁN.
BAYARTE. Manera como también se conoce a Bayardo; lo menciona la dueña Dolorida cuando le dice a Sancho el nombre del caballo que llevará a don Quijote por los aires hasta el reino de Candaya, II, 40.
BAZÁN, ÁLVARO DE. Marino español, marqués de Santa Cruz. Mandó las reservas en la batalla de Lepanto. Combatió a los turcos en Túnez, derrotó a la escuadra francesa y tomó las islas Terceiras en 1580. Nombrado jefe de la Armada Invencible, murió poco después. Le recuerda el capitán cautivo: "Tomóla la capitana de Nápoles, llamada La Loba, regida por aquel rayo de la guerra, por el padre de los soldados, por aquel venturoso y jamás vencido capitán don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz." I, 39.
BELERMA. Personaje del romancero y amada de Durandarte. La encuentra don Quijote encantada en la cueva de Montesinos, II, 22 y 23.
BELIANÍS DE GRECIA. Protagonista de la novela de caballerías Historia del valeroso e invencible príncipe don Belianís de Grecia, hijo del Emperador don Belanio y de la Emperatriz Clarinda, escrita por el licenciado Jerónimo Fernández y publicada en Burgos en el año 1547; le dedica un soneto a don Quijote, I, prólogo; don Quijote admira todas las heridas que recibió, I, 1; cuando don Quijote le explica a Vivaldo el origen de la caballería andante, le menciona como uno de sus mejores representantes, I, 13; don Quijote afirma que sus hazañas harán olvidar a las hechas por Belianís, I, 20; cuando don Quijote lo compara con Amadís de Gaula, dice: ". Mal año y mal mes para don Belianís y para todos aquellos que dijeren que se le igualó en algo, porque se engañan, juro cierto." II, 25; don Quijote, hablando con el cura y el barbero de la necesidad de restablecer la caballería andante, dice: "quién más acuchillado ni acuchillador que don Belianís ?" II, 1.
BELISARDA. Personaje de la Arcadia de Lope de Vega; la menciona el bachiller Sansón Carrasco para mostrar la manera sencilla como se puede obtener una pastora a la cual dirigir las alabanzas, II, 73; anota don Diego Clemencín: "con este nombre Lope celebra a su primera mujer, la señora doña Isabel de Urbina, y lo hace bajo el anagrama de Belisa." II, 73 nota 15.
BELONA. Diosa romana de la guerra; le recuerda el Caprichoso en el soneto que dedica a don Quijote, I, 52.
BELOROFONTE. Alusión a Belerofonte, héroe griego mitológico, hijo de Glauco o Neptuno y de Eurimeda, padre de Isander, Lipodocos y Laodamia. Le menciona la dueña Dolorida cuando le comunica a Sancho el nombre del caballo que le llevará, junto a su amo, al reino de Candaya, II, 40.
BELTENEBROS. Nombre que recibe Amadís de Gaula cuando hace penitencia en la Peña Pobre; dicho nombre se compone de Bello y Tenebroso. Don Quijote le recuerda en I, 15 y I, 25.
BENALCÁZAR, CONDE DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
BERNARDO DEL CARPIO. Personaje de la épica española de posible origen fabuloso. Fue el héroe del Romancero y sus hazañas inspiraron poemas como El Bernardo o la victoria de Roncesvalles, de Balbuena, etc. la Crónica General lo señala como el hijo de doña Jimena, la hermana de Alfonso II a quien ayuda contra Carlomagno al vencer a éste en Roncesvalles. Se menciona en el Quijote que mató a Roldán de manera similiar a como lo hizo Hércules con Anteo, I, 1; I, 26; II, 32; el canónigo de Toledo no duda de su existencia histórica: "En lo de que hubo Cid no hay duda, ni menos Bernardo del Carpio, pero de que hicieron las hazañas que dicen, creo que la hay muy grande." I, 49.
BERROCAL, TERESA DEL. Mujer que le reprocha al cabrero Antonio, las grandes alabanzas que hace de la belleza de Olalla, I, 11.
BERRUECA. Vecina del pueblo de Sancho, la cual casa a su hija con "un pintor de mala mano" II, 52. Le conocemos gracias a la carta que escribe Teresa Panza a su esposo, II, 52.
BISABUELOS. Primeros propietarios de las armas que utiliza don Quijote en sus aventuras: "Y lo primero que hizo [don Quijote] fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón." I, 1.
BLAS. Feo Blas es el nombre que Sancho usa para referirse al bálsamo de Fierabrás; este fenómno lingüístico se conoce como etimología popular, que cosiste en alteración de una palabra o frase desconocida por asociación con otra más familiar.
BÉJAR, DUQUE DE . Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, lo fue desde el año de 1601, en que heredó de su padre D. Francisco, hasta el de 1619, en que falleció. A éste duque le dedica Cervantes el Quijote de 1605, I, prólogo.
BOJIGANGA. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte: "Estando en estas pláticas, quiso la suerte que llegase uno de la compañía, que venía vestido de bojiganga, con muchos cascabeles, y en la punta de un palo traía tres vejigas de vaca hinchadas" II, 11.
BOOTES, EL CABALLO. Según la condesa Trifaldi, se trata de uno de los caballos del Sol, II, 40; algunos críticos afirman que hay aquí una equivocación por parte de Cervantes, el cual en realidad trató de referirse a Eoo, caballo mencionado en La Metamorfosis de Ovidio.
BORBÓN, CARLOS DE. General francés (1490 - 1527). El más brillante militar de su patria. Su enemistad hacia Luisa de Saboya, madre de Francisco I, y el despojo que se le hizo de algunos derechos, hicieron que se pasara al bando de Carlos V. Murió en el saco de Roma, siendo comandante de las tropas imperiales. Don Quijote recuerda que el licenciado Torralba voló por los aires y "...vio todo el fracaso y asalto y muerte de Borbón", II, 41.
BORGOÑA, GUY DE. Personaje de la Historia caballeresca de Carlomagno, traducida al español por Nicolás de Piamonte, enamorado de la infanta Floripes. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
BOSCÁN ALMOGÁVER, JUAN. Poeta español (1500-1542) introdujo el verso endecasílabo en la literatura española e indujo a Garcilaso a adoptarlo; lo menciona don Quijote cuando le comunica a Sancho su decisión de hacerse pastor "...el barbero Nicolás se podrá llamar Miculoso, como ya el antiguo Boscán se llamó Nemoroso..." II, 67. En el Siglo de Oro se identificaba al Nemoroso, personaje de las églolas de Garcilaso, con Boscán, creencia hoy puesta en duda.
BOSQUE, ESCUDERO DEL. Nombre que recibe Tomé Cecial cuando sale con el bachiller Sansón Carrasco, ahora Caballero del Bosque o de los Espejos, en busca de don Quijote.
BOYARDO, MATEO. Poeta italiano nacido en Scandiano (1434-1494). Era hijo de una distinguida familia y pasó con ella a Ferrara cuando sólo tenía doce años. Comenzó a escribir poesías hasta que en 1469 entró al servicio de la casa de Este. Fue uno de los hombres más cultos de su época. Su obra principal es el Orlando Innamorato, que trató en 3 libros y 69 cantos y aún lo dejó incompleto (continuado entre otros por Niccolo degli Agostini, 33 cantos en varias ediciones antiguas); fue publicada en 1486. Su obra ha movido a todos los continuadores del mismo tema, incluso a Ariosto, por la riqueza de la invención. Le menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote: "y en verdad que estoy por condenarlos no más que a destierro perpetuo, siquiera porque tienen parte de la invención del famoso Mateo Boyardo, de donde también tejió su tela el cristiano poeta Ludovico Ariosto", I, 6.
BRADABARBARÁN DE BOLICHE. Gigante, señor de las tres Arabias y compañero de Micocolembo; don Quijote los inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
BRADAMANTE. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso y del Orlando Innamorato. Don Quijote le menciona en Sierra Morena al momento de liberar a Rocinante e inicar su penitencia por Dulcinea: "Libertad te da el que sin ella queda, ¡oh caballo tan estremado por tus obras cuan desdichado por tu suerte! Vete por do quisieres, que en la frente llevas escrito que no te igualó en ligereza el Hipogrifo de Astolfo, ni el nombrado Frontino, que tan caro le costó a Bradamante." I, 25. Véase BOYARDO, MATEO; ROLDÁN.
BRIAREO. Uno de los hecatonquiros o centimanos, hijo del cielo y de la Tierra. Fue aplastado bajo la mole del monte Etna. Don Quijote le menciona en la aventura de los molinos de viento: "
aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar." I, 8.
BRILLADORO. Caballo de Orlando en el poema épico renacentista Orlando Furioso. Le cita el Caprichoso en el soneto que dedica a Rocinante: "pues hasta Rocinante, en ser gallardo, / excede a Brilladoro y a Bayardo." I, 52; le menciona la dueña Dolorida cuando Sancho le pregunta por el nombre del caballo que llevará a don Quijote hasta el reino de Candaya, II, 40. Véase ROLDÁN.
BROCABRUNO DE LA GRAN FUERZA. Gigante que inventa don Quijote, para explicarle a Sancho que antes de servir a un rey o emperador, debe ganar nombre y fama yendo por los caminos y exponiéndose a toda clase de peligros y aventuras, I, 21.
BRUNELO. Ladrón del poema épico renacentista Orlando Furioso. Se hace referencia a él cuando don Quijote y Sancho se enteran que uno de los reparos y comentarios que ha suscitado entre los lectores de la primera parte del Quijote, es que a Sancho en Sierra Morena le hurtan el rucio, y luego, sin mayores explicaciones aparece montado sobre él; Sancho explica en II, 4, que Ginés de Pasamonte, se lo robó una noche utilizando una estrategia similar a la que usó Brunelo para dejar sin caballo a Sacripante, y que días después logra recuperarlo, II, 4; se vuelve a mencionar el robo que hizo Brunelo cuando en II, 27 se declara la verdadera identidad de maese Pedro. Véase ROLDÁN.
BUCÉFALO. Nombre que llevó el caballo de Alejandro Magno y que le sirvió en todas sus campañas. Según don Quijote, Rocinante es mejor caballo que Bucéfalo, I, 1; lo menciona la dueña Dolorida cuando Sancho le pregunta por el nombre del caballo que llevará a don Quijote por los aires hasta el reino de Candaya, II, 40.
BUEN LINAJE. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre {N=588}">Quiteria y Camacho, II, 20.
BURGUILLOS, SEÑOR DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
BURLADOR, EL. Académico de la Argamesilla; escribe un soneto en honor a Sancho Panza, I, 52.
BUSTAMANTE, PEDRO DE. Tío de uno de los cristianos que se fuga de Argel con capitán cautivo, I, 41.
BUTRÓN. Uno de los perros que adquiere el bachiller Sansón Carrasco, para cuidar los ganados que comprará don Quijote para su nueva aventura: hacerse pastor, II, 74. Afirma don Diego Clemencín: "Butrón, apellido noble de España [...] Sería curioso saber si lo llevaba alguna persona de las que tuvieron parte en los sucesos de Cervantes en la Mancha, si lo hubo durante aquella época en la patria de Juan Haldudo el rico, o si correspondía a alguno de los académicos de la Argamasilla, mencionados al fin de la primera parte del Quijote." II, 74 nota 4.
CABALLERO DEL UNICORNIO. Apodo de don Belianís de Grecia en la novela de caballerías Historia del valeroso e invencible príncipe don Belianís de Grecia, hijo del Emperador don Belanio y de la Emperatriz Clarinda, y de Rugero en el poema épico renacentista Orlando Furioso. Don Quijote le menciona para explicarle a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19. Véase BELIANÍS DE GRECIA; ROLDÁN.
CABALLERO DE LAS DONCELLAS. Apodo que recibe el príncipe Florandino de Macedonia en el libro de caballerías El Caballero de la Cruz, escrito por Pedro de Luján y publicado en Sevilla en el año 1534. Don Quijote le menciona para explicarle a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19.
CABALLERO DE LA SIERRA. Apodo que se utiliza en una ocasión para aludir a Cardenio cuando vive como loco en Sierra Morena: "Dice la historia que era grandísima la atención con que don Quijote escuchaba al astroso Caballero de la Sierra, el cual, prosiguiendo su plática, dijo..." I, 24.
CABALLERO DE LA SIERPE. Apodo con que se conoce a Esplandián en novela de caballerías El ramo que de los cuatro libros de Amadís de Gaula sale, llamado de las sergas del muy esforzado caballero Esplandián, hijo del excelente rey Amadís de Gaula, escrita por Garci Rodríguez de Montalvo. Don Quijote le cita para explicarle a Sancho que antes de servir a un rey o emperador, debe ganar nombre y fama yendo por los caminos y exponiéndose a toda clase de peligros y aventuras, I, 21.
CABALLERO DEL AVE FÉNIX. Apodo de don Florarlán de Tracia en la novela de caballerías don Florisel de Niquea, escrito por Feliciano de Silva y publicado en 1532, o Marfisa disfrazada de hombre en el poema épico renacentista Orlando Furioso. Don Quijote le menciona para explicarle a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19. Véase ROLDÁN.
CABALLERO DEL FEBO. Protagonista del libro de caballerías Espejo de príncipes y caballeros de Diego Ortúñez de Calahorra, publicado en Zaragoza en 1555. Dedica un soneto a don Quijote, I, prólogo; es considerado por el barbero como uno de los más grandes caballeros que jamás existieron, I, 1; don Quijote narra una aventura que jamás tuvo: "Y aun hay un autor secreto, y de no poco crédito, que dice que, habiendo cogido al Caballero del Febo con una cierta trampa que se le hundió debajo de los pies, en un cierto castillo, y al caer, se halló en una honda sima debajo de tierra, atado de pies y manos, y allí le echaron una destas que llaman melecinas, de agua de nieve y arena..." I, 15; don Quijote afirma que sus hazañas harán olvidar a las hechas por el Caballero del Febo, I, 20.
CABALLERO DEL BOSQUE. 1. Bajo este nombre menciona el narrador a Valdovinos en I, 5. 2. Apodo que se utiliza en una ocasión para aludir a Cardenio cuando vive como loco en Sierra Morena: "El Caballero del Bosque, que de tal manera oyó hablar al de la Triste Figura, no hacía sino mirarle, y remirarle y tornarle a mirar de arriba abajo; y, después que le hubo bien mirado, le dijo..." I, 24. 3. Apelativo que recibe el bachiller Sansón Carrasco cuando, haciéndose pasar por caballero andante, sale en busca de don Quijote con intención de retarlo a duelo y ganándole obligarlo, bajo la gravedad del juramento, a regresar a la aldea. Le cuenta a don Quijote los trabajos que le ha puesto su amada: "¡Oh la más hermosa y la más ingrata mujer del orbe! ¿Cómo que será posible, serenísima Casildea de Vandalia, que has de consentir que se consuma y acabe en continuas peregrinaciones y en ásperos y duros trabajos este tu cautivo caballero? ¿No basta ya que he hecho que te confiesen por la más hermosa del mundo todos los caballeros de Navarra, todos los leoneses, todos los tartesios, todos los castellanos, y, finalmente, todos los caballeros de la Mancha?" II, 12; don Quijote le reta a duelo; el del Bosque pierde y debe confesar "que vale más el zapato descosido y sucio de la señora Dulcinea del Toboso que las barbas mal peinadas, aunque limpias, de Casildea, y prometo de ir y volver de su presencia a la vuestra, y daros entera y particular cuenta de lo que me pedís." II, 14; se descubre que el caballero del Bosque no es más que el bachiller Sansón Carrasco, pero don Quijote insiste en que se trata de un encantamiento y Sancho Panza le cree, II, 14; discuten el mismo asunto más adelante, II, 16.
CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA. Apodo que Sancho coloca a Don Quijote a causa del hambre, la falta de dientes y el cansancio que se le refleja en el rostro; don Quijote, por su parte, refuta: "no es eso, [...] sino que el sabio, a cuyo cargo debe de estar el escribir la historia de mis hazañas, le habrá parecido que será bien que yo tome algún nombre apelativo, como lo tomaban todos los caballeros pasados: cuál se llamaba el de la Ardiente Espada; cuál, el del Unicornio; aquel, de las Doncellas; aquéste, el del Ave Fénix; el otro, el Caballero del Grifo; estotro, el de la Muerte", I, 19; a partir de este momento, y hasta el capítulo 30 de la segunda parte, en varias ocasiones se llamará a don Quijote de ésta manera. De la procedencia de dicho nombre comenta don Diego Clemencín: "Don Belianís de Grecia, no queriendo darse a conocer por su verdadero nombre, tomó el de Caballero de la Rica Figura. Sabed, dijo al Califa o Soldán de Persia, sabed, mi buen señor, que yo me llamo el Caballero de la Rica Figura por esta que en mi escudo traigo (Belianís, lib. I, cap. XIII). Y bajo el nuevo nombre hizo muchas proezas, y acabó grandes aventuras." I, 19 Nota 31. Juan Bautista de Avalle-Arce anota en su Enciclopedia Cervantina: "este sobrenombre está tomado de La historia del muy esforzado e animoso caballero don Clarián de Landanís, fijo del rey Lantedón de Suecia, en el cual se muestran los maravillosos fechos del CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA, fijo del muy valentísimo caballero Garzón de Loba (Toledo, 1518) de Gabriel Velázquez de Castillo" p. 143.
CABALLERO DEL GRIFO. Apodo que recibe Felinís, en la novela de caballerías Libro primero del muy noble y esforzado caballero don Filesbián de Candaria, hijo del noble rey don Felinís de Hungría y de la reina Florisena, el cual libro cuenta todas las hazañas y aventuras que acabó el rey Felinís, su padre, de autor anónimo y publicado en Medina del Campo en 1542. Don Quijote le menciona para explicarle a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19.
CABALLERO DE LOS LEONES. Nombre con el cual se autodenomina don Quijote luego de la aventura de los leones: "Pues, si acaso Su Majestad preguntare quién la hizo, diréisle que el Caballero de los Leones, que de aquí adelante quiero que en éste se trueque, cambie, vuelva y mude el que hasta aquí he tenido del Caballero de la Triste Figura; y en esto sigo la antigua usanza de los andantes caballeros, que se mudaban los nombres cuando querían, o cuando les venía a cuento." II, 17, a partir de este momento, y hasta el capítulo 34 de la segunda parte, en varias ocasiones se conocerá a don Quijote por éste apelativo. De la procedencia del apodo comenta don Diego Clemencín: "Hago memoria de tres caballeros que llevaron el nombre de Caballero de los Leones, a saber: don Lucidaner de Tesalia y don Clarideo de España, en la historia de don Belianís (lib. I., cap. XLVIII), y Amadís de Gaula, que se llamaba así cuando armó caballero a su hermano don Galaor (Amadís de Gaula, cap. XI). Otros se llamaron del León solamente. Así se cuenta en el libro de Morgante, de Reinaldos de Montalbán, por un león a quien había socorrido en la batalla que tenía con un dragón, y que, agradecido, le seguía por todas partes. El mismo nombre de Caballeros del León usaron el valentísimo Rindaro de Hibernia, hijo del gigante Persiles (Belianís, lib. IV, cap. LXX), y don Cristalián de España mientras servía a la Princesa Penamundi, como se ve por toda su historia." II, 17 nota 26.
CABALLERO DE LOS ESPEJOS. Uno de los apelativos que recibe el bachiller Sansón Carrasco cuando, haciéndose pasar por caballero andante, sale en busca de don Quijote con intención de retarlo a duelo y ganándole obligarlo, bajo la gravedad del juramento, a regresar a la aldea, II, 14; se revela su verdadera identidad, II, 15.
CABALLERO DEL SOL. Apodo que recibe el Caballero del Febo en la novela de caballerías Espejo de Príncipes y caballeros. Don Quijote le cita para explicarle a Sancho que antes de servir a un rey o emperador, debe ganar nombre y fama yendo por los caminos y exponiéndose a toda clase de peligros y aventuras, I, 21. Véase CABALLERO DEL FEBO.
CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA. Caballeros que sobresalían por su gran valor; fueron reunidos por el rey Arturo o Artús. El apelativo de la Tabla Redonda proviene de la mesa redonda que construyó Merlín para ellos; esta forma geométrica indicaba que todos los caballeros que se sentaban en ella tenían el mismo rango y valentía. Sus principales caballeros fueron: Tristán, Lanzarote del Lago, Galbán, Troyano y Galerzo. Don Quijote les recuerda cuando le cuenta a Vivaldo la manera cómo se instauró la orden de caballería andante en el mundo: "Pues en tiempo de este buen rey fue instituida aquella famosa orden de caballería de los caballeros de la Tabla Redonda" I, 13; les recuerda el narrador cuando relata el manteamiento de Sancho: "Quiso el ventero atrancar bien la puerta así como le vio fuera, mas no lo consintieron los manteadores, que eran gente que, aunque don Quijote fuera verdaderamente de los caballeros andantes de la Tabla Redonda, no le estimaran en dos ardites." I, 17; los menciona don Quijote cuando le dice a Sancho cual es la alta misión que se ha propuesto en el mundo: "Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce de Francia y los Nueve de la Fama" I, 20.v
CABALLERO DE LA ARDIENTE ESPADA. Apodo que recibe Amadís de Grecia en el libro de caballerías que lleva su nombre. Don Quijote le considera superior al Cid, I, 1; recuerda don Quijote su espada, I, 18; le vuelve a mencionar don Quijote cuando le explica a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19. Véase AMADÍS DE GRECIA.
CABALLERO DE LA BLANCA LUNA. Nombre con el que se autodenomina el bachiller Sansón Carrasco cuando, disfrazado de caballero andante, reta a don Quijote en Barcelona, II, 64-65 y 70. Es también el apodo que recibe Olivante de Laura en el libro de caballerías Historia del invencible caballero don Olivante de Laura, Barcelona, 1546.
CABALLERO DE LA MUERTE. Apodo que recibe Amadís de Grecia en la novela de caballerías don Florisel de Niquea, escrito por Feliciano de Silva y publicado en 1532. Don Quijote le menciona para explicarle a Sancho el verdadero origen del apodo que éste le coloca, Caballero de la Triste Figura, I, 19.
CABALLERO DE LA SELVA. Apelativo que se utiliza para designar, en tan sólo una ocasión, al bachiller Sansón Carrasco cuando, haciéndose pasar por caballero andante, sale de la aldea con la intención de retar a don Quijote: "Entre muchas razones que pasaron don Quijote y el Caballero de la Selva, dice la historia que el del Bosque dijo a don Quijote..." II, 14.
CABALLERO DEL VERDE GABÁN. Referencia a don Diego de Miranda, el cual por ir vestido con un gabán verde, adopta éste nombre, II,16; no sabe si tomar a don Quijote por sabio o por loco, II, 16; se encuentra presente en la aventura de los leones, II, 17; invita don Quijote a su casa, II, 17.
CACHIDIABLO. Académico de la Argamesilla; escribe un epitafio en honor a don Quijote, I, 52. Informa don Diego Clemencín: "Nombre de un osado y valiente corsario argelino, uno de los capitanes Barbarroja, que, en tiempo de Carlos V salteó, robó, y despobló algunos lugares de la costa del reino de Valencia." I, 52 nota 57. Francisco Rico, en su edición crítica del Quijote, dice: " dominguillo, loco de fiesta; figura burlesca, ridículamente vestida, que hacía reír en las procesiones, en la corte o en las representaciones teatrales." I, 52 nota 78.
CACHOPINES DE LAREDO, FAMILIA. Familia a la que pertenece Vivaldo, I, 13. Informa don Diego Clemencín: "Cervantes se burlaba tanto de los Capoches como de los Cachopines, y siempre de los abolengos y alcurnias de los asturianos y montañeses. En las provincias del Norte de la Península ha sido frecuente que personas que han pasado a las Indias, y adquirido allá cuantiosos bienes hayan vuelto y fundado en su país casas acomodadas. En Nueva España se daba el nombre de Gachupines o Cachupines a los españoles que pasaban a Europa; y este puede creerse que es el origen de los Cachopines de Laredo, especie de apellido proverbial con que se tildaba a las personas nuevas que, habiendo adquirido riquezas, se entonaban y preciaban de ilustre prosapia." I, 13 nota 46.
CACO. Célebre ladrón del Lacio, hijo de Vulcano. Robó unas terneras a Hércules y éste, en venganza, le mató. Se le menciona en el Quijote como prototipo del ladrón, I, prólogo; I, 2; I, 6; II, 49.
CADELLS. Bando catalán, partidario de la casa de Moncada; sus adversarios, que protegían al obispo de Vich, eran llamados Nyerros. Les menciona Roque Guinart en una carta que escribe a un amigo en Barcelona: "...quisiera que carecieran deste gusto los Cadells, sus contrarios, pero que esto era imposible, a causa que las locuras y discreciones de don Quijote y los donaires de su escudero Sancho Panza no podían dejar de dar gusto general a todo el mundo.", II, 40.
CALAÍNOS. Protagonista del Romance del moro Calaínos y la infanta Sevilla; le menciona Sancho cuando su amo da muestras de superstición: "Sí oigo pero, ¿qué hace a nuestro propósito la caza de Roncesvalles? Así pudiera cantar el romance de Calaínos, que todo fuera uno para sucedernos bien o mal en nuestro negocio." II, 9.
CALIPSO. Ninfa reina de la Isla Ogigia. Enamorada de Ulises, lo retuvo siete años a su lado, prometiéndole la inmortalidad, hasta que Zeus le ordenó que liberara al héroe. Le recuerda el amigo del autor del Quijote, cuando le informa a éste sobre algunos procedimientos para corregir las supuestas faltas de la obra: "si de encantadores y hechiceras, Homero tiene a Calipso, y Virgilio a Circe" I, prólogo.
CAMACHO, EL RICO. Joven de unos 22 años de edad. Sobresale por su riqueza y liberalidad. Su matrimonio con Quiteria provoca desvaríos en Basilio, II, 19; don Quijote y Sancho Panza son invitados a las bodas por unos caminantes que se dirigen a ellas, II, 19; el mismo día del matrimonio, gracias a un artificio, Basilio logra casarse con su amada y Camacho y sus amigos, sintiéndose agraviados, van a tomar venganza pero no lo hacen gracias a la oportuna intervención de don Quijote, el cual de manera sabia calma los ánimos, II, 21. Sancho recuerda con añoranza la abundante comida que había en su fiesta: "Ah bodas de Camacho y abundancia de la casa de don Diego, y cuántas veces os tengo de echar menos!" II, 24; le vuelve a mencionar Sancho al recordar las incomodidades que vive con don Quijote: "...y la jira que tuve con la espuma que saqué de las ollas de Camacho, y lo que comí y bebí y dormí en casa de Basilio, todo el otro tiempo he dormido en la dura tierra, al cielo abierto, sujeto a lo que dicen inclemencias del cielo, sustentándome con rajas de queso y mendrugos de pan, y bebiendo aguas, ya de arroyos, ya de fuentes, de las que encontramos por esos andurriales donde andamos." II, 28; se le recuerda en II, 62 cuando menciona el narrador que: "Sancho estaba contentísimo, por parecerle que se había hallado, sin saber cómo ni cómo no, otras bodas de Camacho, otra casa como la de don Diego de Miranda y otro castillo como el del duque." II, 62.
CAMILA. Personaje de la Novela del Curioso Impertinente (I, Caps 33 - 35). Doncella principal y hermosa. Se casa con Anselmo, el cual, deseando ponerle a prueba su virtud, le pide a Lotario que la corteje; de este modo Camila empieza a ser requerida de amores, y aunque en un principio se mantiene firme, termina cediendo ante los ruegos y súplicas del ya enamorado Lotario. Todo esto conduce a un trágico final.
CAMOES. Alusión a Camoens, poeta portugués (1524-1580). Es la figura más representativa del arte lusitano, y el más excelso de los poetas épicos de toda la literatura insular. En 1572 publicó Os Lusiadas, la obra más trascendental de la poesía portuguesa. Es mencionado por una de las zagalas con las que se encuentra don Quijote, cuando va hacia Zaragoza: "Traemos estudiadas dos églogas, una del famoso poeta Garcilaso, y otra del excelentísimo Camoes, en su misma lengua portuguesa, las cuales hasta agora no hemos representado." II, 58.
CANÓNIGO DE TOLEDO. Canónigo que se encuentra con la comitiva que lleva a don Quijote de regreso a la aldea. En diálogo con el cura realiza una de las mayores críticas literarias a los libros de caballerías, que se hallan en el Quijote. En uno de sus apartes dice: "Y, según a mí me parece, este género de escritura y composición cae debajo de aquel de las fábulas que llaman milesias, que son cuentos disparatados, que atienden solamente a deleitar, y no a enseñar: al contrario de lo que hacen las fábulas apólogas, que deleitan y enseñan juntamente...." I, 47; aún así reconoce qué cosas buenas tienen estos libros: "el sujeto que ofrecían para que un buen entendimiento pudiese mostrarse en ellos, porque daban largo y espacioso campo por donde sin empacho alguno pudiese correr la pluma, descubriendo naufragios, tormentas, rencuentros y batallas; pintando un capitán valeroso con todas las partes que para ser tal se requieren, mostrándose prudente previniendo las astucias de sus enemigos, y elocuente orador persuadiendo o disuadiendo a sus soldados, maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer; pintando ora un lamentable y trágico suceso, ahora un alegre y no pensado acontecimiento; allí una hermosísima dama, honesta, discreta y recatada; aquí un caballero cristiano, valiente y comedido; acullá un desaforado bárbaro fanfarrón; acá un príncipe cortés, valeroso y bien mirado; representando bondad y lealtad de vasallos, grandezas y mercedes de señores. Ya puede mostrarse astrólogo, ya cosmógrafo excelente, ya músico, ya inteligente en las materias de estado, y tal vez le vendrá ocasión de mostrarse nigromante, si quisiere. Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, las traiciones de Sinón, la amistad de Eurialio, la liberalidad de Alejandro, el valor de César, la clemencia y verdad de Trajano, la fidelidad de Zopiro, la prudencia de Catón; y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; empezó a escribir un libro de caballerías: "he tenido cierta tentación de hacer un libro de caballerías, guardando en él todos los puntos que he significado; y si he de confesar la verdad, tengo escritas más de cien hojas." I, 48; se sorprende de la gran lucidez y locura de don Quijote: "Mirábalo el canónigo, y admirábase de ver la estrañeza de su grande locura, y de que, en cuanto hablaba y respondía, mostraba tener bonísimo entendimiento: solamente venía a perder los estribos, como otras veces se ha dicho, en tratándole de caballería." I, 49; trata de convencer a don Quijote del error que comete al creer en todo lo que ha leído en los libros de caballerías, I, 49.
CAPILLA, SEÑOR DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
CAPITÁN, GRAN. Manera como también se conoce a Gonzalo Fernández de Córdoba, I, 32 y 35.
CAPITÁN, SEÑOR. Alusión a Jerónimo de Urrea, escritor español (1486-1535), aragonés de origen. Sirvió como capitán en los ejércitos de Carlos Quinto, a quien dedicó un poema aún inédito, El victorioso Carlos V, en el que trata de las guerras del emperador con los protestantes. Dentro del mismo tema, y atendiendo al aspecto legal de las guerras internacionales del emperador, compuso su Diálogo a la honra militar. Menos afortunado que en sus traducciones de la Arcadia, del Orlando Furioso (1549) o del Caballero liberado de Oliver de la Marche (Amberes, 1555), que quedó relegada al olvido por la mejor conseguida versión en quintillas de Hernando de Acuña. Su obra más importante es la novela de caballerías Don Clarisel de las Flores y de Austrasia, que, pese a la influencia italiana, es uno de los libros más originales del género y sirve de telón de fondo al Amadís, al Tirante el Blanco y al Quijote. En el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, le menciona el cura porque su traducción del Orlando Furioso no fue la mejor: "y aquí le perdonáramos al señor capitán que no le hubiera traído a España y hecho castellano; que le quitó mucho de su natural valor, y lo mesmo harán todos aquellos que los libros de verso quisieren volver en otra lengua" I, 6.
CAPRICHOSO. Académico de la Argamesilla que escribe un soneto en honor a don Quijote, I, 52. Francisco Rico en su edición crítica del Quijote informa: " Fantástico, que no se sujeta a las normas del arte ni a la imitación de la realidad; es, en este momento, un neologismo, ligado al lenguaje del arte, y se opone, pues, a discretísimo. El primer capricho es la construcción de su soneto con estrambote" I, 52 nota 68.
CARACULIAMBRO. Gigante, señor de la Ínsula Malindrania; lo inventa don Quijote para explicarse a sí mismo la necesidad de tener una dama: "¿no será bien tener a quien enviarle presentado y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendido: Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante?" I, 1. Comenta don Diego Clemencín del anterior pasaje: "El gigante Cinofal, llamado así porque tenía cabeza de perro, vencido por Amadís de Grecia y enviado a la princesa Lucela, fincando los finojos ante ella, le dijo: Soberana Princesa de Galaos, aquel caballero de la Ardiente Espada que par en el mundo no tiene, me envía a la tu merced para que hagas de mi aquello que tu voluntad fuere: yo me pongo en tu poder como se lo prometí (Amadís de Grecia, parte II, cap. LI)". I, 1 nota 43.
CARÓN. Hijo de Erebo y de la noche, barquero de los infiernos. Transportaba las almas de los muertos a través de la laguna Estigia o del río Aqueronte, cobrando por ello un óbulo que el difunto llevaba bajo la lengua. Le menciona don Quijote al encontrarse en el camino con el carro de Las Cortes de la Muerte: "Carretero, cochero, o diablo, o lo que eres, no tardes en decirme quién eres, a dó vas y quién es la gente que llevas en tu carricoche, que más parece la barca de Carón que carreta de las que se usan." II, 11.
CARDENIO. Hombre de origen noble; por una traición de su amigo don Fernando, el cual intenta casarse con su amada Luscinda, enloquece y huye a Sierra Morena; allí don Quijote y Sancho encuentran en una maleta un soneto suyo: "O le falta al Amor conocimiento..." I, 23; empieza a contarle a don Quijote, a Sancho y a un cabrero, la historia de su vida, pero don Quijote le interrumpe cuando habla del Amadís de Gaula; Cardenio, por ofender, dice un disparate: "No se me puede quitar del pensamiento, ni habrá quien me lo quite en el mundo, ni quien me dé a entender otra cosa, y sería un majadero el que lo contrario entendiese o creyese, sino que aquel bellaconazo del maestro Elisabat estaba amancebado con la reina Madésima." I, 24, don Quijote al escuchar esto le ofende y Cardenio furioso los ataca, I, 24; en el librillo de memoria de Cardenio, don Quijote escribe la carta a Dulcinea y la libranza de los pollinos de Sancho, I, 25; le cuenta al cura y al barbero la historia de su desgracia, I, 27; acompaña a don Quijote y la princesa Micomicona a la venta de Juan Palomeque y estando allí llega don Fernando con la secuestrada Luscinda, I, 36; gracias a la intervención de Dorotea se restituye la armonía perdida y los esposos se reconcilian: Luscinda - Cardenio y Dorotea - don Fernando, I, 36.
CÓRDOBA, LOCO DE. Personaje de un cuento que narra Cervantes, para mostrarle a Avellaneda que está loco si cree que para escribir un buen libro sólo necesita papel y pluma. II, prólogo.
CARLOMAGNO. Rey de los francos (768 814) y emperador de Occidente (800 - 814), dio nombre a la dinastía carolíngia. Luchó contra los lombardos en defensa del papado. En su reinado favoreció el progreso de la agricultura y el comercio, fundó ciudades, monasterios y escuelas y tuvo gran influencia en el renacimiento de la lengua y cultura latina. Se le llama Emperante en I, 5; le menciona el cura cuando, en coversación con el canónigo de Toledo, hace una crítica a las comedias que se escriben en su tiempo: "¿cómo es posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fingiendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlomagno, el mismo que en ella hace la persona principal le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro" I, 48; le recuerda don Quijote cuando desea probar la veracidad histórica de las historias que se cuentan en los libros de caballerías: "...qué ingenio puede haber en el mundo que pueda persuadir a otro que no fue verdad lo de la infanta Floripes y Guy de Borgoña, y lo de Fierabrás con la puente de Mantible, que sucedió en el tiempo de Carlomagno
" I, 49; le nombra el primo luego que don Quijote cuenta lo que le ocurrió en la cueva de Montesinos: "La tercera, entender la antigüedad de los naipes, que, por lo menos, ya se usaban en tiempo del emperador Carlomagno," II, 24; maese Pedro, en el retablo de la liberación de Melisendra, dice: "Y aquel personaje que allí asoma, con corona en la cabeza y ceptro en las manos, es el emperador Carlomagno, padre putativo de la tal Melisendra..." II, 26; don Quijote le destroza cuando arremete contra el retablo de maese Pedro, en un intento por salvar a los héroes: "...el emperador Carlomagno, partida la corona y la cabeza en dos partes..." II, 26.V
CARLO QUINTO. Alusión a Carlos Quinto, II, 8.
CARLOS QUINTO. Rey de España y emperador de Alemania y, además, rey de Nápoles y de Sicilia (1500-1558). Era hijo de Felipe el Hermoso, de la casa de Austria, y de Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos. Nacido y educado en Flandes, llegó a España en 1517. Al morir su abuelo Maximiliano I, fue elegido emperador en 1519. Sostuvo largas guerras contra Francisco I de Francia. Durante su reinado se inició la conquista de México, Perú y Chile, y comenzó el movimiento de la reforma. Después de haber abdicado en 1556 se retiró al monasterio de Yuste, donde murió. Le recuerda el capitán cautivo, I, 39; le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama, II, 8.
CARLOTO. Personaje de los romances Valdovinos y Marqués de Mantua; fue hijo de Carlomagno y mató a traición a Valdovinos. Le recuerda don Quijote cuando se identifica con Valdovinos, luego de la aventura de los mercaderes, I, 5.
CARRASCÓN. Nombre que inventa don Quijote para el bachiller Sansón Carrasco, en caso que éste le acompañe en su futura vida pastoril, II, 67. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
CARRASCO, BARTOLOMÉ. Padre del bachiller Sansón Carrasco, II, 2.
CARRASCO, EL BACHILLER SANSÓN. Se le describe como "
no muy grande de cuerpo, aunque muy gran socarrón, de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta veinte y cuatro años, carirredondo, de nariz chata y de boca grande, señales todas de ser de condición maliciosa y amigo de donaires y de burlas" II, 3; da cuenta a don Quijote y Sancho Panza de la existencia de un libro con sus aventuras: "tengo para mí que el día de hoy están impresos más de doce mil libros de la tal historia; si no, dígalo Portugal, Barcelona y Valencia, donde se han impreso; y aun hay fama que se está imprimiendo en Amberes, y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzga." II, 3; su intervención propicia una crítica a la primera parte del Quijote, II, 3-4; se ofrece a servir a don Quijote de escudero, II, 7; bajo el nombre de Caballero de los Espejos o del Bosque reta a don Quijote con la intención de hacerle regresar al pueblo, pero pierde el combate, II, 14; don Quijote cree que los malos encantadores transformaron el rostro del Caballero de los Espejos en el del bachiller Sansón Carrasco, para quitarle la fama: "Todo es artificio y traza [
] de los malignos magos que me persiguen, los cuales, anteviendo que yo había de quedar vencedor en la contienda, se previnieron de que el caballero vencido mostrase el rostro de mi amigo el bachiller, porque la amistad que le tengo se pusiese entre los filos de mi espada y el rigor de mi brazo, y templase la justa ira de mi corazón, y desta manera quedase con vida el que con embelecos y falsías procuraba quitarme la mía." II, 16; le menciona Teresa Panza en la carta que escribe a la duquesa: "De que vuestra señoría haya hecho gobernador a Sancho, mi consorte, ha recebido mucho gusto todo este lugar, puesto que no hay quien lo crea, principalmente el cura, y mase Nicolás el barbero, y Sansón Carrasco el bachiller" II, 52; se disfraza nuevamente de caballero andante y reta, bajo en nombre de Caballero de la Blanca Luna, a don Quijote en Barcelona, II, 64-65; don Quijote le asigna nombre en caso que le acompañe en su vida pastoril: "podrá llamarse el bachiller Sansón Carrasco, si entra en el pastoral gremio, como entrará sin duda, el pastor Sansonino, o ya el pastor Carrascón" II, 67; don Quijote le nombra albacea de su testamento, II, 74; escribe un epitafio en honor a don Quijote, II, 74.
CARRASCO, TOMÉ. Padre del bachiller Sansón Carrasco, II, 2; Sancho le recuerda cuando, a punto de abandonar a don Quijote, busca un patrón que le sirva para cobrar el trabajo que a desempeñado como escudero: "Cuando yo servía a Tomé Carrasco, el padre del bachiller Sansón Carrasco, que vuestra merced bien conoce, dos ducados ganaba cada mes, amén de la comida; con vuestra merced no sé lo que puedo ganar, puesto que sé que tiene más trabajo el escudero del caballero andante que el que sirve a un labrador" II, 28.
CASCAJO. Padre de Teresa Panza, mujer de Sancho, II, 5. De la palabra cascajo Informa Covarrubias: "Las pedreçuelas menudas que saltan de las piedras que se labran, o los pedaços quebrados de vasos terrizos, que son cascos quebrados." Esto da una idea clara de la cuna humilde de Teresa Panza y su familia.
CASCAJO, TERESA. Nombre que la esposa de Sancho tenía cuando era soltera. Dice ésta cuando discute con su marido: "Cascajo se llamó mi padre, y a mí, por ser vuestra mujer, me llaman Teresa Panza, que a buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo." II, 5. De la palabra cascajo nos informa Covarrubias lo siguiente: "Las pedreçuelas menudas que saltan de las piedras que se labran, o los pedaços quebrados de vasos terrizos, que son cascos quebrados." Esto da una idea clara de la cuna humilde de Teresa Panza y su familia.
CASILDA. 1. Nombre de pila de Casildea de Vandalia, dama de quién, supuestamente, está enamorado el Caballero de los Espejos, II, 14. Es posible que bajo este nombre se esconda una burla del Caballero de los Espejos, ya que, según Covarrubias, dicho nombre tiene una doble acepción: "Es nombre antiguo en España, y entiendo deve ser godo, no embargante que algunos dizen ser hebreo, y que vale tanto como muger rica. Quedó en proverbio de cierto entremés: Casildica con remedio quando a una moça fea y contrecha le traen por marido hombre lisiado, contrecho y de mal talle". 2. Señora principal de la Corte, a la que doña Rodríguez sirve como doncella de labor, una vez empobrecen sus padres, II, 48.
CASILDEA DE VANDALIA. Nombre de la dama de la cual, supuestamente, está enamorado el Caballero del Bosque o de los espejos. Su nombre de pila era Casilda, II, 13-14.
CÁSTOR. Hijo de Tíndalo y de Leda y hermano de Pólux por parte de su madre. Pereció en la expedición de los argonautas. Con Pólux, formaba el grupo de los Dióscuros. Le recuerda don Quijote luego que Sancho, asustado por la liberación de los galeotes, le pide se retiren para evitar el encuentro con la Santa Hermandad: "estoy ya para quedarme, y para aguardar aquí solo, no solamente a la Santa Hermandad que dices y temes, sino a los hermanos de los doce tribus de Israel, y a los siete Macabeos, y a Cástor y a Pólux, y aun a todos los hermanos y hermandades que hay en el mundo." I, 23.
CATÓN. Llamado "el antiguo" o el Censor (237-142 A.C.). Se distinguió por la austeridad de sus costumbres y por su odio a Cartago. Cónsul en 195 y procónsul en España en 194, sus principios no le impidieron esquilmar el país. Dejó escrito De re rustica. En el Quijote se le cita como arquetipo del buen consejero, I, 42, y II, 42; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, [...] la fidelidad de Zopiro, la prudencia de Catón; y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; Sancho Panza le llama Catón Zonzorino, I, 20; le menciona el amigo del autor del Quijote cuando ayuda a corregir las supuestas faltas de la obra: "Si de la instabilidad de los amigos, ahí está Catón, que os dará su dístico: Donec eris felix, multos numerabis amicos, \ tempora si fuerint nubila, solus eris." I, prólogo, comenta don Diego Clemencín de este último pasaje: "Cervantes fue desgraciado en citas; apenas hace alguna con puntualidad. El presente dístico Donec eris felix, etc., es de Ovidio en el libro I de los Tristes, elegía 6. Cervantes, que escribía con negligencia, lo hubo de equivocar con los Dísticos llamados de Catón, a quien vulgar y malamente se atribuyeron; obra muy posterior a Catón, dividida en cuatro libros, en que se dan reglas y máximas de moral, comprendida cada una en un dístico. Era libro muy conocido y común en tiempo de Cervantes, lo había comentado el célebre Erasmo y traducido al castellano Martín García de Loaisa, canónigo de Zaragoza." I, prólogo, nota 17.
CATÓN ZONZORINO. Manera como Sancho alude a Catón en I, 20.
CATILINA. Patricio romano, de pésimas costumbres, que despechado por no haber logrado su propósito de ser elegido cónsul, conspiró contra el senado; descubierto por Cicerón, provocó la guerra civil y murió combatiendo en Pistoya en 63 A.C. Le menciona Cardenio para referirse a la traición de don Fernando, I, 27.
CAUTIVO, CAPITÁN. Capitán que llega a la venta de Juan Palomeque después de huir de Argel con la hija de Agi Morato: "pero a todo puso silencio un pasajero que en aquella sazón entró en la venta, el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros, porque venía vestido con una casaca de paño azul, corta de faldas, con medias mangas y sin cuello; los calzones eran asimismo de lienzo azul, con bonete de la misma color; traía unos borceguíes datilados y un alfanje morisco, puesto en un tahelí que le atravesaba el pecho." I, 37; informa que la mora que lo acompaña se llama Juan Pérez de Viedma, I, 42; el cura declara su nombre: Ruy Pérez de Viedma, a pesar de que el capitán jamás lo dijo, I, 42.
CAVA. Nombre árabe que significa "la prostituida", dado a la hija del conde don Julián, la cual, según la leyenda, fue atraída a la corte de Rodrigo y forzada por el monarca visigodo, por lo cual su padre, que estaba al mando de la plaza de Ceuta, traicionó a Rodrigo (710) e indujo a los musulmanes a invadir la Península Ibérica. Este episodio ha pasado al romancero y ha dado lugar a gran cantidad de relatos literarios. El capitán cautivo hace mención a la Cava Rumía, sitio en que se encuentra enterrada la Cava, I, 41; don Quijote, comparando, dice: "...a la sin par Dulcinea, por quien su lugar será famoso y nombrado en los venideros siglos, como lo ha sido Troya por Elena, y España por la Cava, aunque con mejor título y fama." II, 32.
CECIAL, TOMÉ. Vecino y compadre de Sancho Panza. Se disfraza para servir como escudero al bachiller Sansón Carrasco, cuando éste parte en busca de don Quijote simulando ser caballero andante y llevando por nombre Caballero del Bosque o de los Espejos. Tuvo una larga charla con Sancho Panza, II, 12-13; cuando su amo se va a batir en duelo con don Quijote, quiere hacer lo mismo con Sancho, II, 14; tratando de salvar de la muerte al bachiller Sansón Carrasco, se quita una nariz postiza que tiene y Sancho descubre que es su vecino Tomé Cecial, pero don Quijote le dice que la transformación obedece a los encantadores, y Sancho le cree: "Ayudóle a levantar [al caballero del Bosque o de los Espejos] don Quijote y Tomé Cecial, su escudero, del cual no apartaba los ojos Sancho, preguntándole cosas cuyas respuestas le daban manifiestas señales de que verdaderamente era el Tomé Cecial que decía; mas la aprehensión que en Sancho había hecho lo que su amo dijo, de que los encantadores habían mudado la figura del Caballero de los Espejos en la del bachiller Carrasco, no le dejaba dar crédito a la verdad que con los ojos estaba mirando." II, 14; considera que fue una locura haber salido en busca de don Quijote: "Por cierto que tenemos nuestro merecido: con facilidad se piensa y se acomete una empresa, pero con dificultad las más veces se sale della. Don Quijote loco, nosotros cuerdos: él se va sano y riendo, vuesa merced queda molido y triste. Sepamos, pues, ahora, cuál es más loco: ¿el que lo es por no poder menos, o el que lo es por su voluntad?" II, 15; Sancho Panza aún no sabe si vio a su compadre o si fue una mala jugada de los encantadores, le dice a su amo: "sólo sé que las señas que me dio de mi casa, mujer y hijos no me las podría dar otro que él mesmo; y la cara, quitadas las narices, era la misma de Tomé Cecial, como yo se la he visto muchas veces en mi pueblo y pared en medio de mi misma casa; y el tono de la habla era todo uno." II, 16; cuando el bachiller Sansón Carrasco vuelve a salir en busca de don Quijote, lleva de escudero a un labrador y no a Tomé Cecial, "porque no fuese conocido de Sancho ni de don Quijote." II, 70.
CERDA, FAMILIA. Familia que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13; De ellos informa Covarrubias: "El apellido de la Cerda es ilustríssimo, y le tomaron los decendientes de un Infante, que nació con un lunar en la espalda, de donde le colgava un cabello largo y gruesso, como cerda. Éste se llamó don Fernando de la Cerda, hijo legítimo del rey don Alonso el Sabio y de la reyna doña Violante.
CERVANTES, MIGUEL DE. Alusión al escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616). Nació en Alcalá de Henares y fue su padre Rodrigo, un modesto cirujano. Hacia sus veinte años vivió en Madrid, estudiando humanidades con Juan López de Hoyos. Sirvió luego en Italia a las órdenes del cardenal Acquaviva, y formó parte de la expedición naval contra los turcos, vencedora en Lepanto (1571). Allí recibió heridas que inutilizaron su brazo izquierdo y dieron origen a su sobrenombre de el Manco de Lepanto. De regreso a España en 1575, su barco fue apresado por los turcos y permaneció en cautiverio hasta 1580, en que fue rescatado. En 1585 Cervantes entró al servicio de la Corona como recaudador de víveres en Andulucía, cargo por el que sufrió investigaciones e injusta prisión. En 1604 se trasladó a Valladolid y en 1608 a Madrid, donde murió en 1616. Autor de La Galatea (1585), don Quijote (1605-1615) Novelas Ejemplares (1613), Viaje del Parnaso (1614), Los trabajos de Persiles y Segismunda (póstumo, 1617). Le menciona el cura cuando realiza con el barbero el escrutinio de la biblioteca de don Quijote: "Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro [La Galatea] tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye nada: es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la emienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega; y, entre tanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada, señor compadre." I, 6; le menciona el capitán cautivo como Tal de Saavedra, I, 40.
CERVELLÓN, GABRIO. Le recuerda el capitán cautivo: "Cautivaron ansimesmo al general del fuerte, que se llamaba Gabrio Cervellón, caballero milanés, grande ingeniero y valentísimo soldado." I, 39. Informa don Diego Clemencín: "Gabrio o Gabriel Cervellón, ilustre caballero milanés, del Orden de San Juan, general de la artillería española y acreditado ingeniero. El año de 1573, don Juan de Austria le encargó la construcción del fuerte que mandó hacer en el Estaño, nombrándolo al mismo tiempo gobernador y capitán general de Túnez. Verificado el desembarco de los turcos, tuvo que abandonar la ciudad y la alcazaba; y perdida después la Goleta, defendió valerosamente el fuerte, quedando cautivo en el asalto. Fue llevado a Constantinopla y canjeado en compañía de otros caballeros, cautivados en la Goleta y el fuerte de Túnez por Mahamet-Bajá, que había sido rey de Argel, y varios turcos principales que lo fueron en la batalla de Lepanto, y don Juan de Austria">, había enviado al Papa como parte de los despojos de la victoria. Volvió a servir en la fortificación de las plazas de Flandes como ingeniero, y al cabo murió en Milán el año de 1580." I, 39 nota 49.
CERVINO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso. Era hijo del rey de Escocia y hermano de la reina Ginebra; fue también capitán de los guerreros que envió su padre para socorrer a París cuando fue sitiada por Agramante. Don Quijote, hablando con Vivaldo sobre la dinastía de Dulcinea, recuerda las condiciones que puso Cervino al pie del trofeo de las armas de Orlando, I, 13. Véase ROLDÁN.
CHARNÍ, SEÑOR DE. Alusión a Mosén Pierres, I, 49.
CHINA, EMPERADOR DE LA. Le cita Cervantes en su dedicatoria alconde de Lemos. Dice: "el grande emperador de la China, [...] habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase [la segunda parte del Quijote], porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto, me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio." II, prólogo. Menciona Francisco Rico en su edición crítica del Quijote: "Posible respuesta al prólogo deAvellaneda, quien se burla de Cervantes por haber citado al
CICERÓN. Orador y jurista romano (106-43 A.C.). Fue custor de Sicilia en 75, edil en 69, pretor en 66 y cónsul en 63, período durante el que hizo fracasar la conspiración de Catilina, mereciendo el título de padre de la patria. Procónsul en Cilicia de 51 a 50, se unió a Pompeyo contra César en 49 y regresó a Roma dos años después, al ser perdonado por César. A la muerte de éste atacó violentamente a Antonio, por lo que al formarse el segundo triunvirato fue desterrado y muerto. Cicerón es el autor latino anterior a Jesucristo del que se conservan más obras. Le cita el amigo del autor del Quijote bajo las siguientes palabras: "...Cuanto más que, si bien caigo en la cuenta, este vuestro libro no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón; ni caen debajo de la cuenta de sus fabulosos disparates las puntualidades de la verdad" I, prólogo; también se le menciona bajo el nombre de Tulio, cuando el cura le cuenta al canónigo de Toledo algunos excesos que se cometen en las comedias de su tiempo: "habiendo de ser la comedia, según le parece a Tulio, espejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres y imagen de la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates, ejemplos de necedades e imágenes de lascivia.", I, 48; es mostrado como arquetipo de elocuencia y oratoria, II, 22, II, 32.
CID. (1043? - 99?) Sobrenombre con que es conocido el guerrero castellano, héroe de la Reconquista, Rodrigo Díaz de Vivar. Luchó contra los árabes. Su vida dio origen a gran cantidad de leyendas. Le recuerda Alonso Quijano antes de enloquecerse: "...el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero, pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes." I, 1; Rocinante es mejor caballo que el del Cid, I, 1; don Quijote recuerda el argumento del romance A concilio dentro de Roma cuando dice: "en la memoria tengo lo que le pasó al Cid Ruy Díaz, cuando quebró la silla del embajador de aquel rey delante de Su Santidad del Papa, por lo cual lo descomulgó, y anduvo aquel día el buen Rodrigo de Vivar como muy honrado y valiente caballero." I, 19; le menciona el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "un Cid, [tuvo] Valencia [...] cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren" I, 49; Quiteria y Basilio tomaron a don Quijote por "un Cid en las armas..." gracias a la manera como defendió su causa, II, 22; le menciona el narrador cuando la duquesa le pide a Sancho que platiquen: "la duquesa le dijo que se sentase como gobernador y hablase como escudero, puesto que por entrambas cosas merecía el mismo escaño del Cid Ruy Díaz Campeador." II, 33.V
CIDE HAMETE BENENGELI. Historiador árabe que en su propia lengua escribe la Historia de don Quijote de la Mancha, I, 9; Sancho dice que su nombre es Cide Hamete Berenjena, II, 2; don Quijote al pensar en el libro en que se hallan sus aventuras "desconsolóle pensar que su autor era moro, según aquel nombre de Cide; y de los moros no se podía esperar verdad alguna, porque todos son embelecadores, falsarios y quimeristas." II, 3; el bachiller Sansón Carrasco comenta: "Bien haya Cide Hamete Benengeli, que la historia de vuestras grandezas dejó escritas, y rebién haya el curioso que tuvo cuidado de hacerlas traducir de arábigo en nuestro vulgar castellano, para universal entretenimiento de las gentes." II, 3; duda de la veracidad del relato que cuenta don Quijote de la cueva de Montesinos, y así escribe al margen: "No me puedo dar a entender, ni me puedo persuadir, que al valeroso don Quijote le pasase puntualmente todo lo que en el antecedente capítulo queda escrito: la razón es que todas las aventuras hasta aquí sucedidas han sido contingibles y verisímiles, pero ésta desta cueva no le hallo entrada alguna para tenerla por verdadera, por ir tan fuera de los términos razonables." II, 24; resalta la amistad entre Sancho y su cabalgadura: "dice Cide Hamete que pocas veces vio a Sancho Panza sin ver al rucio, ni al rucio sin ver a Sancho: tal era la amistad y buena fe que entre los dos se guardaban." II, 34; al inicio del capítulo 44 de la segunda parte se declara: "Dicen que en el propio original desta historia se lee que, llegando Cide Hamete a escribir este capítulo, no le tradujo su intérprete como él le había escrito, que fue un modo de queja que tuvo el moro de sí mismo, por haber tomado entre manos una historia tan seca y tan limitada como esta de don Quijote, por parecerle que siempre había de hablar dél y de Sancho, sin osar estenderse a otras digresiones y episodios más graves y más entretenidos; y decía que el ir siempre atenido el entendimiento, la mano y la pluma a escribir de un solo sujeto y hablar por las bocas de pocas personas era un trabajo incomportable, cuyo fruto no redundaba en el de su autor, y que, por huir deste inconveniente, había usado en la primera parte del artificio de algunas novelas, como fueron la del Curioso impertinente y la del Capitán cautivo, que están como separadas de la historia, puesto que las demás que allí se cuentan son casos sucedidos al mismo don Quijote, que no podían dejar de escribirse
" II, 44; promete contar la historia "con la puntualidad y verdad que suele contar las cosas desta historia, por mínimas que sean." II, 47; dice que Sancho Panza es caritativo, II, 54; le recuerda Sancho cuando se entera de la existencia del Quijote de Avellaneda: "Créanme vuesas mercedes [
] que el Sancho y el don Quijote desa historia deben de ser otros que los que andan en aquella que compuso Cide Hamete Benengeli" II, 59; revela el truco de la cabeza encantada, II, 67; no declara el lugar de nacimiento de don Quijote "por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero." II, 74.
CIDE HAMETE BERENJENA. Manera como llama Sancho a Cide Hamete Benengeli, historiador que escribe las aventuras de don Quijote, II, 2.
CIDE MAHAMATE BENENGELI. Nombre que recibe Cide Hamete Benengeli cuando el traductor de la obra critica con ironía a ciertos autores que narran situaciones de poca importancia. Dice el texto: "Fuera de que Cide Mahamate Benengeli fue historiador muy curioso y muy puntual en todas las cosas; y échase bien de ver, pues las que quedan referidas, con ser tan mínimas y tan rateras, no las quiso pasar en silencio; de donde podrán tomar ejemplo los historiadores graves, que nos cuentan las acciones tan corta y sucintamente que apenas nos llegan a los labios, dejándose en el tintero, ya por descuido, por malicia o ignorancia, lo más sustancial de la obra. ¡Bien haya mil veces el autor de Tablante de Ricamonte, y aquel del otro libro donde se cuenta los hechos del conde Tomillas; y con qué puntualidad lo describen todo!" I, 16.
CIPIÓN. Alusión a Escipión (185-125 A. C.). Destruyó Numancia y arrasó a Cartago. Adherido a la causa de los patricios, se alejó de Roma; regresó después de la revolución de Graco y se le encontró muerto en el lecho el mismo día en que iban a conferirle la dictadura. Le menciona don Quijote cuando desea mostrarle a Sancho, cómo algunas personas son en extremo supersticiosas, y tratan de establecer relaciones de causalidad donde no las hay en absoluto: "Llega Cipión a África, tropieza en saltando en tierra, tiénenlo por mal agüero sus soldados; pero él, abrazándose con el suelo, dijo: No te me podrás huir, África, porque te tengo asida y entre mis brazos" II, 58.
CIPIONES, FAMILIA. Alusión a la familia Escipión, que a su vez es el nombre con que se designaba a la Gens Cornelia, una de las familias más ilustres de la antigua Roma. Su nombre se deriva de Supio, voz latina que significaba bastón, pues el fundador y jefe de los Escipiones fue el apoyo, esto es, el bastón de su padre, que además de anciano era ciego. Don Quijote les recuerda cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
CIRCE. Maga famosa, hija del Sol y de la ninfa Persea, o del Día y de la Noche. Retuvo a su lado a Ulises durante un año, tras convertir a sus compañeros en cerdos. Le recuerda el amigo del autor del Quijote, cuando informa a éste sobre algunos procedimientos para suplir las supuestas faltas de la obra: "si de encantadores y hechiceras, Homero tiene a Calipso, y Virgilio a Circe" I, prólogo.
CIRONGILIO DE TRACIA, DON. Protagonista del libro de caballerías Los cuatro libros del valeroso Caballero don Cirongilio de Tracia, hijo del noble Rey Elesfrón de Macedonia, según lo escribió Novarco en griego y Promusis en latín, escrito por Bernardo de Vargas y publicado en Sevilla en el año 1545. Sobresalía por su gran valentía. El ventero Juan Palomeque, cree ciertas todas las hazañas que se cuentan de Cirongilio de Tracia; prueba de esto es que sale su historia al público con licencia del Consejo Real, el cual no puede permitir las mentiras, I, 32. Exponiendo don Quijote al cura y el barbero las razones por las cuales se debe revivir la caballería andante, afirma: "¿quién mas arrojado que don Cirongilio de Tracia?" II, 1.
CLARIDIANA. Personaje del Espejo de príncipes y caballeros; hija del emperador de Trapisonda y la reina del Amazonas y amada del Caballero del Febo; este le menciona en el poema que dedica a don Quijote, I, prólogo.
CLAUDIA JERÓNIMA. Hija de Simón Forte, se enamora Vicente Torrellas y se dan palabra de matrimonio, pero al escuchar el rumor de que Vicente se va a casar con otra, se llena de celos y da muerte a su prometido, II, 60; le pide protección a Roque Guinart, II, 60.
CLAVIJO, DON. Caballero particular que se encuentra en la corte del rey Archipiela; sobresale por sus habilidades en el baile y el canto, y por su destreza para hacer jaulas de pájaros, II, 38; se enamora y casa con la heredera al trono, la infanta Antonomasia; a causa de esta unión muere la reina Maguncia y su primo, el gigante encantador Malambruno, transforma a Clavijo en un cocodrilo de metal, II, 39. Clavijo es un personaje ficticio creado con el fin de burlarse de don Quijote y Sancho Panza en el palacio de los duques.
CLAVILEÑO, EL ALÍGERO. Caballo de madera que envía el gigante Malambruno a don Quijote para que le lleve, junto a Sancho, por los aires hasta el reino de Candaya y se enfrenten allí ambos; de ganar don Quijote el caballero Clavijo y la Infanta Antonomasia serán desencantados y la dueña Dolorida dejará de tener largas barbas, II, 40; Sancho inicialmente se niega a subir, pero al final accede, II, 41; una vez montados don Quijote y Sancho Panza en él, se les hace creer que efectivamente van volando por los cielos. Finaliza la aventura de la siguiente manera: "por la cola de Clavileño le pegaron fuego con unas estopas, y al punto, por estar el caballo lleno de cohetes tronadores, voló por los aires, con estraño ruido, y dio con don Quijote y con Sancho Panza en el suelo, medio chamuscados." II, 41.
CLENARDO. Labrador rico. Lo menciona Cardenio cuando Dorotea termina de contar su historia: "En fin, señora, que tú eres la hermosa Dorotea, la hija única del rico Clenardo." I, 29.
CLORI. Personaje de la Novela del Curioso Impertinente (I, Caps 33 - 35). Nombre propuesto por Anselmo; bajo él se oculta, supuestamente, una dama principal de la cual Lotario está enamorado; con éste invento se busca que Lotario continúe expresando su amor hacia Camila, I, 34.
COLONA, FAMILIA. Por Colonna. Familia romana célebre por sus luchas contra los Orsini. Fundada por Pietro Colonna (hacia 1100), su nombre parece proceder de la Columna Trajana, cerca de la cual moraban. Esta familia la recuerda don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
COMENDADOR GRIEGO, EL. Sobrenombre de Fernando Núñez de Toledo y Guzmán, escritor y polígrafo español, nacido en Valladolid en 1474 y muerto en Salamanca el 2 de septiembre de 1553. Escribió la obra Refranes de la lengua castellana en 1549, en la que están presentes más de 6000 refranes; esta obra sólo se publicó 2 años después de su muerte y a partir de ese momento se reimprimió en varias ocasiones. Le menciona la duquesa, cuando alaba en Sancho la cita de refranes que tanto molesta a don Quijote: "Los refranes de Sancho Panza puesto que son más que los del Comendador Griego, no por eso son en menos de estimar, por la brevedad de las sentencias. De mí sé decir que me dan más gusto que otros, aunque sean mejor traídos y con más sazón acomodados." II, 34.
CORCHUELO. Bachiller de Salamanca; se dirige, junto a dos labradores y un licenciado, a la aldea donde se realizarán las bodas de Camacho el Rico y Quiteria la Hermosa, cuando se topan con don Quijote. Por un asunto menor dirime, por medio de la espada, una diferencia que tuvo con el licenciado; a pesar de ser Corchuelo mucho más fuerte, el licenciado lo vence por ser más hábil, I, 19. Este suceso anuncia la manera como se resolverá la diferencia entre Camacho y Basilio: el triunfo de la sagacidad sobre el dinero.
CORELLA, FAMILIA. Familia noble y principal de Alagón, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
CORTÉS, HERNÁN. Conquistador español (1485-1547). Después de la conquista de Cuba, Diego Velázquez le confió la de México y Cortés la llevó a cabo después de haber destruido sus naves y de sostener mil combates, ya contra los naturales, ya contra las tropas del envidioso Velázquez. Le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama: "¿quién barrenó los navíos y dejó en seco y aislados los valerosos españoles guiados por el cortesísimo Cortés en el Nuevo Mundo?" II, 8.
CRISTINA, DOÑA. Esposa de don Diego de Miranda, II, 18.
CÉSARES, LOS. Sobrenombre de la familia romana Julia, que después de Cayo Julio César, se generalizó para designar a los emperadores y a la persona destinada a suceder en el Imperio. Don Quijote, en su conversación con el ama y sobrina, menciona a los Césares como ejemplo de dinastías que empiezan con gran opulencia y terminan en ruina, II, 6.
CÉSAR, JULIO. (100? - 44 A.C.) General, político y escritor romano. Fue pretor de España (61 A.C.), pacificó la Lusitana y, a su regreso, formó con Pompeyo y Craso un triunvirato. En el año 45 A.C. fue designado cónsul y dictador, procediendo a la reorganización del país. Se le cita en la obra como prototipo del valiente, I prólogo; I, 47; I, 49; anota don Quijote que fue calumniado por la malicia: "Julio César, animosísimo, prudentísimo y valentísimo capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres." II, 2; su deseo de alcanzar fama le hizo cruzar el río Rubicón, II, 8; informa don Quijote que sus cenizas se colocaron sobre una pirámide de piedra, II, 8; don Quijote, hablando sobre la muerte, que es uno de los peores sucesos que le puede sobrevenir a un guerrero, dice: "Preguntáronle a Julio César, aquel valeroso emperador romano, cuál era la mejor muerte; respondió que la impensada, la de repente y no prevista", II, 24; le recuerda don Quijote cuando aconseja a Sancho sobre su conducta cuando sea gobernador de la ínsula de Barataria: "No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado, si ya la descompostura y flojedad no cae debajo de socarronería, como se juzgó en la de Julio César." II, 43.
CUPIDO. Dios del amor entre los romanos, hijo de Venus, representado como un hermoso joven o niño con alas y armado de un arco y flechas. Corresponde al Eros griego. Es personaje de Las Cortes de la Muerte, II, 11-12; guía a uno de los dos grupos danzantes de la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
CURA. Amigo, graduado en Sigüenza, con el cual don Quijote discute sobre asuntos de la caballería andante, I, 1; el ama declara su nombre: "¿Qué le parece a vuestra merced, señor licenciado Pero Pérez - que así se llamaba el cura -, de la desgracia de mi señor?" I, 5; participa de manera activa en el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6; Sancho, asustado en la aventura de los batanes, le recuerda a don Quijote una de las prédicas del cura: "quien busca el peligro perece en él" I, 20; junto al barbero sale en busca de don Quijote, I, 26; idea la manera para sacar a don Quijote de su penitencia en Sierra Morena: "dijo al barbero que lo que había pensado era que él [el cura] se vestiría en hábito de doncella andante, y que él procurase ponerse lo mejor que pudiese como escudero, y que así irían adonde don Quijote estaba, fingiendo ser ella una doncella afligida y menesterosa, y le pediría un don, el cual él no podría dejársele de otorgar, como valeroso caballero andante." I, 26; se arrepiente de su papel en el artificio y cambia con el barbero, I, 27; se encuentra con Cardenio, y éste cuenta su desgracia, I, 27; encuentra a Dorotea, la cual narra sus infortunios, I, 28; discute con Juan Palomeque sobre la veracidad de las historias que se narran en los libros de caballerías, las cuales Juan cree a pie juntillas, I, 32; es el encargado de leer la Novela del Curioso Impertinente, I, 33-35; da la siguiente valoración de lo leído: "Bien me parece esta novela, pero no me puedo persuadir que esto sea verdad; y si es fingido, fingió mal el autor, porque no se puede imaginar que haya marido tan necio que quiera hacer tan costosa experiencia como Anselmo." I, 35; su intervención es fundamental en el restablecimiento del amor entre don Fernando - Dorotea y Cardenio - Luscinda, I, 36; prepara el reencuentro del oidor Juan Pérez de Viedma y su hermano el capitán cautivo, I, 42; colabora en la burla al barbero, al que don Quijote arrebata lo que cree es el yelmo de Mambrino, I, 45; persuade a los cuadrilleros de la Santa Hermandad para que no se lleven preso a don Quijote, I, 46; busca un medio distinto al de la reina Micomicona para llevar a don Quijote a la aldea: le hace creer que está encantado, I, 46; discute con el canónigo de Toledo sobre libros de caballerías, I, 47-48; visita con el barbero a don Quijote, para comprobar si la curación de la locura va por buen camino, II, 1; pone en duda la existencia histórica de los caballeros andantes que aparecen en los libros de caballería, II, 1; le comenta al barbero: "Vos veréis, compadre, cómo, cuando menos lo pensemos, nuestro hidalgo sale otra vez a volar la ribera." II, 2; queda admirado por las noticias que escucha de Sancho y la carta que le dirige la duquesa a Teresa Panza; le dice al bachiller Sansón Carrasco: "Por el hábito que tengo, que no sé qué me diga ni qué me piense de estas cartas y destos presentes: por una parte, veo y toco la fineza de estos corales, y por otra, leo que una duquesa envía a pedir dos docenas de bellotas." II, 50; le menciona Teresa Panza"> en la carta que le escribe a su marido: "El cura, el barbero, el bachiller y aun el sacristán no pueden creer que eres gobernador, y dicen que todo es embeleco, o cosas de encantamento, como son todas las de don Quijote tu amo" II, 52; don Quijote le encuentra nombre apropiado en caso de que le acompañe en su vida pastoril: Curiambro, II, 67; don Quijote y Sancho Panza le encuentran en compañía del bachiller Sansón Carrasco a la entrada de la aldea, II, 73; don Quijote le informa sobre su proyecto de hacerse pastor y le dice que podrá acompañarlo bajo el nombre de pastor Curambro, II, 73; don Quijote, a punto de morir, le llama para que le confiese, II, 74.
CURAMBRO. Nombre que inventa don Quijote para el cura, en caso que este lo acompañe en su futura vida pastoril, II, 73. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
CURCIO. Refiere Tito Livio que hacia el año 362 A.C. un terremoto, u otra causa desconocida, abrió una sima enorme en la plaza del mercado de Roma. Se procuró cubrirla, pero todo esfuerzo fue estéril. Los augures declararon que no se llenaría la sima si no se arrojaban a ella lo que constituía la principal fuerza de los romanos. Se presentó Marco Curcio, y, considerando que la principal fuerza de Roma consistía en el valor y las armas, se ofreció en sacrificio a los dioses, y armado de pies a cabeza y montado a caballo, arrojóse en la sima, mientras las mujeres derramaban sobre la víctima flores, frutos y otras ofrendas. La leyenda cuenta que entonces se cerró la sima, considerándose como sagrado aquel lugar. Le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama: "¿Quién impelió a Curcio a lanzarse en la profunda sima ardiente que apareció en la mitad de Roma?" II, 8.
CURCIO, FAMILIA. Familia noble y principal de Roma, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
CURIAMBRO. Nombre que inventa don Quijote para el cura, en caso que éste lo acompañe en su futura vida pastoril, II, 67. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
CURIEL, SEÑOR DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
DÁDIVA. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
DÁNAE. Hija de un rey de Argos, el cual la mandó encerrar en una prisión para impedir que se casase y evitar así el cumplimiento de un oráculo anunciador de que un hijo de ella había de destronarle. Zeus la visitó en forma de lluvia de oro, y de esta unión nació Perseo. La menciona Lotario cuando le recita a Anselmo unos versos con intención de hacerle desistir de su necio proyecto: "que si hay Dánaes en el mundo / hay pluvias de oro también." I, 33.
DARAIDA. Personaje del libro de caballerías Crónica del muy excelente príncipe don Florisel de Niquea, en la cual se trata de las grandes hazañas de don Rogel de Grecia, obra más conocida como don Rogel de Grecia, escrita por Feliciano de Silva e impresa en Medina del Campo en el año 1535. Le recuerda don Quijote en medio de la narración de Cardenio, I, 24. Informa don Diego Clemencín: "Personajes de la crónica de don Florisel de Niquea, escrita por Feliciano de Silva. Don Rugel era hijo de don Florisel: Daraida era el Príncipe Agesilao, hijo de don Falanges y Alastrajarea, y Geraya don Arlanges, Príncipe de España. Agesilao y Arlanges, enamorados de la Princesa Diana por un retrato suyo que vieron en Atenas, donde se hallaban estudiando, y no sabiendo cómo verla y tratarla, discurrieron vestirse de mujeres, para poder con este disfraz servir en calidad de doncellas a Diana en la ínsula de Guindaya, donde la criaba con sumo recato su madre la Reina Sidonia (parte III, capítulo XIV). Así lo consiguieron, ayudándoles su juventud y hermosura, y resultando los extraños y nunca vistos ni imaginados sucesos que se refieren en dicha crónica." I, 24 nota 32. Llama la atención que don Quijote mencione a personajes que se destacaron por disfrazarse; esto, de cierto modo, nos anuncia lo que encontraremos más adelante en la obra: personas que se disfrazan para conseguir sus objetivos: el cura, el barbero, don Luis, la princesa Micomicona, etc.
DARINEL. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Grecia y del don Rogel de Grecia. Le menciona el cura cuando condena al fuego el Amadís de Grecia, I, 6; le recuerda don Quijote en conversación con Cardenio, I, 24. Véase AMADÍS DE GRECIA; DARAIDA.
DARÍO. Rey de Persia. Murió en 330 A. C. Se le llamó codomano. Era hermano de Artajerjes Mnemón. Perdió frente a Alejandro Magno su gran imperio. Murió asesinado. Le menciona el cura cuando realiza, junto al barbero, el ama y la sobrina, el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote: "esa palma de Ingalaterra se guarde y se conserve como a cosa única, y se haga para ello otra caja como la que halló Alejandro en los despojos de Dario, que la diputó para guardar en ella las obras del poeta Homero."
DAVID. Rey y profeta de Israel (1043 - 973 A.C.). Es el héroe nacional del pueblo hebreo y el fundador de un Estado nacional judío independiente, tanto en el sentido político y militar como en el espiritual. Siendo aún un joven pastor, fue ungido por Samuel por mandato de Dios. Después de matar al gigante Goliat y provocar la desbandada de los filisteos, se granjeó la enemistad del rey que intentó matarlo. A la muerte de Saúl fue elegido rey de Judá, y luego de derrotar a Isboset, hijo de aquél, lo fue de todo Israel. Conquistó a Jerusalem, que hizo capital de su reino. Por haber incurrido en adulterio con la mujer de su general Urías, fue reprendido y castigado por el Señor, con la sublevación de sus hijos Absalón y Adonías, y con la división del reino de Israel a su muerte. Es mencionado por el amigo del autor del Quijote cuando le dice a éste lo que debe hacer para corregir algunos de los supuestos errores que hay en la obra: "si nombráis algún gigante en vuestro libro, hacelde que sea el gigante Golías, y con sólo esto, que os costará casi nada, tenéis una grande anotación, pues podéis poner: El gigante Golías, o Goliat, fue un filisteo a quien el pastor David mató de una gran pedrada en el valle de Terebinto, según se cuenta en el Libro de los Reyes, en el capítulo que vos halláredes que se escribe." I prólogo.
DEMÓSTENES. Orador y estadista griego (383-322 A.C.) como político dirigió la oposición contra los apaciguadores de Filipo. Como orador se le considera el más grande de los tiempos antiguos. Le cita don Quijote en el palacio de los duques: "Retórica demostina [
] es lo mismo que decir retórica de Demóstenes, como ciceroniana, de Cicerón, que fueron los dos mayores retóricos del mundo." II, 32.
DEMONIO. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
DIABLO. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11; aparece en el palacio de los duques, cuando le anuncia a don Quijote la llegada de los sabios que le dirán LA forma como podrá desencantar a Dulcinea, II, 34; dice Merlín: "El Diablo, amigo Sancho, es un ignorante y un grandísimo bellaco..." II, 35.
DIANA. 1. Protagonista de la novela pastoril Los siete libros de la Diana, escrita por Jorge de Montemayor e impresa en 1558. Le cita don Quijote para demostrarle a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25; le menciona el bachiller Sansón Carrasco para mostrar la manera sencilla como se pueden conseguir pastoras a las cuales dirigir las alabanzas, II, 73. 2. Diosa romana, hija de Júpiter y Latona, identificada con la Artemisa griega. Los latinos la invocaban como Diana cazadora, protectora de la felicidad conyugal, de las doncellas y de los bosques, en la tierra; como Feba o Luna, en los cielos, y como Hécate, en los infiernos. Don Quijote la menciona cuando le dice a Sancho que su templo fue quemado por Eróstrato "lo que cuentan de aquel pastor que puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete maravillas del mundo" I, 8; don Quijote confunde a Anteón con Actón cuando dice: "Por cierto, hermosísima señora, que no debió de quedar más suspenso ni admirado Anteón cuando vio al improviso bañarse en las aguas a Diana" II, 58; se le recuerda de nuevo cuando se narra que: "Era la noche algo escura, puesto que la luna estaba en el cielo, pero no en parte que pudiese ser vista: que tal vez la señora Diana se va a pasear a los antípodas, y deja los montes negros y los valles escuros." II, 68.
DIDO. Figura femenina legendaria, hija del rey de Tiro y hermana de Pigmalión. A la muerte de su esposo, asesinado por Pigmalión, Dido huyó y fundó Cartago. Virgilio, anacrónicamente, la hace contemporánea y amante de Eneas; abandonada por éste, se suicidó. don Quijote recuerda la historia de Eneas y Dido cuando, a media noche, doña Rodríguez ingresa a su habitación que es: "una estancia más cerrada y secreta que lo debió de ser la cueva donde el traidor y atrevido Eneas gozó a la hermosa y piadosa Dido." II, 48; en un mesón al que llegan don Quijote y Sancho se encuentra representada la historia de Dido y Eneas, II, 71.
DIOSCÓRIDES, PEDACIO. Médico Griego (nacido probablemente en Anazarbo, cerca de Tarso, Sicilia, siglo I A.C.). Gran viajero, experto en botánica, escribió un texto de Materia Médica, en el que recopiló todo el saber de su tiempo, que tuvo autoridad indiscutida durante largos siglos. La primera impresión del texto griego es de Aldo Manucio, 1499. En 1555, apareció en Amberes una traducción castellana, con glosas y comentario realizada por Andrés Laguna. Don Quijote le recuerda cuando le dice a Sancho: "Con todo eso [...], tomara yo ahora más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado por el doctor Laguna." I, 18.
DIRLOS, EL CONDE. Personaje del romancero tradicional y hermano de Durandarte. Le cita Sancho cuando expresa que Quiteria debe casarse con Camacho y no con Basilio, el cual, aunque tenga muchas habilidades, es pobre: "Habilidades y gracias que no son vendibles, mas que las tenga el conde Dirlos; pero, cuando las tales gracias caen sobre quien tiene buen dinero, tal sea mi vida como ellas parecen." II, 20.
DISCRECIÓN. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
DITE. Dios de los infiernos, lo mismo que Plutón. Le cita Merlín cuando revela la manera como se puede desencantar a Dulcinea: "En las cavernas lóbregas de Dite / donde estaba mi alma entretenida" II, 35; Minos le pronuncia como Lite: "¡oh tú, Radamanto, que conmigo juzgas en las cavernas lóbregas de Lite!" II, 69.
DOLORIDA, LA DUEÑA. Nombre que adopta la condesa Trifaldi luego que el gigante Malambruno la encanta en venganza por la muerte de la reina Maguncia, II, 36-42.
DONOSO. Poeta ficticio que escribe un poema en honor a Sancho Panza y Rocinante, I, prólogo.
DOROTEA. Rica y hermosa joven, hija de Clenardo. De ella se enamora don Fernando y, bajo la gravedad del juramento, la goza para luego abandonarla e irse a casa de Cardenio; allí conoce a Luscinda, y utiliza su rango para comprometerla en matrimonio; ésta noticia llega a oídos de Dorotea, la cual decide ir al pueblo de Cardenio para cobrar venganza. Al llegar se entera de que el matrimonio no se efectúa y que a ella la buscan porque supuestamente había huido con un mozo que trabaja para su padre; se interna en Sierra Morena y es encontrada por Cardenio, el cura y el barbero, a los cuales les cuenta su historia, I, 28; Cardenio le llama Teodora y jura restituirle su honor al devolverle su esposo, I, 29; se ofrece para hacer el papel de doncella menesterosa y sacar a don Quijote de Sierra Morena. Nace de este modo la princesa Micomicona, I, 29; se halla presente en la venta de Juan Palomeque cuando se realiza la lectura de la Novela del Curioso Impertinente, I, 33-35; se reencuentra con su esposo don Fernando, cuando éste por causalidad ingresa a la venta con Luscinda: "También don Fernando conoció luego a Cardenio; y todos tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos y suspensos, casi sin saber lo que les había acontecido." I, 36; gracias a la intervención de Dorotea se restituye la armonía perdida y los esposos se reconcilian: Luscinda - Cardenio y Dorotea don Fernando, I, 36; el único que no está contento con todo es Sancho, el cual ve esfumarse las esperanzas de mudar su condición social: "Todo esto escuchaba Sancho, no con poco dolor de su ánima, viendo que se le desparecían e iban en humo las esperanzas de su ditado, y que la linda princesa Micomicona se le había vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando, y su amo se estaba durmiendo a sueño suelto, bien descuidado de todo lo sucedido." I, 37; se sorprende por la belleza de Clara de Viedma, la cual le cuenta quién es el mozo de mulas que canta en la venta, I, 43; se decide que no es necesario que continúe haciendo el papel de reina Micomicona para que pueda continuar su camino con don Fernando, I, 46; se separa de don Quijote y su comitiva, I, 47.
DRÍADAS. Ninfas que habitaban en los bosques, cuya fuerza vegetativa personificaban. Diferían de las hamadríades por el hecho de que no eran prisioneras unidas a los árboles. Podían correr libremente, danzar alrededor de las encinas (que era su ocupación favorita) e incluso, casar con simples mortales; no eran inmortales, pero su vida era muy larga. Las recuerda don Quijote cuando va a dar inicio a su penitencia en Sierra Morena: "Oh vosotras, napeas y dríadas, que tenéis por costumbre de habitar en las espesuras de los montes, así los ligeros y lascivos sátiros, de quien sois, aunque en vano, amadas, no perturben jamás vuestro dulce sosiego, que me ayudéis a lamentar mi desventura, o, a lo menos, no os canséis de oílla!" I, 25.
DULCINEA DEL TOBOSO. 1. Dama de la cual se enamora don Quijote de la Mancha; en el poema que Urganda la desconocida dedica al Quijote, manifiesta: "alcanzó a fuerza de bra- / a Dulcinea del Tobo-." I, prólogo; don Quijote "se holgó [
] cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto." I, 1; al salir por primera vez de su aldea, don Quijote la invoca imitando a los caballeros andantes: "¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo corazón!, mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso afincamiento de mandarme no parecer ante la vuestra fermosura. Plégaos, señora, de membraros deste vuestro sujeto corazón, que tantas cuitas por vuestro amor padece." I, 2; cuando va a protagonizar don Quijote su primera batalla, le pide ayuda: "Acorredme, señora mía, en esta primera afrenta que a este vuestro avasallado pecho se le ofrece; no me desfallezca en este primero trance vuestro favor y amparo." I, 3; al encontrarse don Quijote con los mercaderes toledanos dice: "Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso." I, 4; dice don Quijote a Pedro Alonso: "Sepa vuestra merced, señor don Rodrigo de Narváez, que esta hermosa Jarifa que he dicho es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por quien yo he hecho, hago y haré los más famosos hechos de caballerías que se han visto, vean ni verán en el mundo." I, 5; una noche "no durmió don Quijote, pensando en su señora Dulcinea, por acomodarse a lo que había leído en sus libros, cuando los caballeros pasaban sin dormir muchas noches en las florestas y despoblados, entretenidos con las memorias de sus señoras." I, 8; en la Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, hay una anotación al margen que dice: "Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha." I, 9; don Quijote la describe a Vivaldo: "su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas" I, 13; al ver a Maritornes don Quijote "propuso en su corazón de no cometer alevosía a su señora Dulcinea del Toboso, aunque la mesma reina Ginebra con su dama Quintañona se le pusiesen delante." I, 16; en la aventura de los batanes don Quijote le dice a Sancho que: "por hacerme merced y buena obra, irás al Toboso, donde dirás a la incomparable señora mía Dulcinea que su cautivo caballero murió por acometer cosas que le hiciesen digno de poder llamarse suyo." I, 20; cuando don Quijote da libertad a los galeotes les ordena que: "luego os pongáis en camino y vais a la ciudad del Toboso, y allí os presentéis ante la señora Dulcinea del Toboso y le digáis que su caballero, el de la Triste Figura, se le envía a encomendar, y le contéis, punto por punto, todos los que ha tenido esta famosa aventura hasta poneros en la deseada libertad; y, hecho esto, os podréis ir donde quisiéredes a la buena ventura." I, 22; don Quijote, en Sierra Morena, antes de enviarle una carta a Dulcinea con su escudero, le confiesa a éste que: "osaré jurar con verdad que en doce años que ha que la quiero más que a la lumbre destos ojos que han de comer la tierra, no la he visto cuatro veces; y aun podrá ser que destas cuatro veces no hubiese ella echado de ver la una que la miraba: tal es el recato y encerramiento con que sus padres, Lorenzo Corchuelo, y su madre, Aldonza Nogales, la han criado." I, 25; a lo que responde Sancho: "Bien la conozco, [
] y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire." I, 25; don Quijote agrega que: "por lo que yo quiero a Dulcinea del Toboso, tanto vale como la más alta princesa de la tierra. [...] Y así, bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo. Porque has de saber, Sancho, si no lo sabes, que dos cosas solas incitan a amar más que otras, que son la mucha hermosura y la buena fama; y estas dos cosas se hallan consumadamente en Dulcinea, porque en ser hermosa ninguna le iguala, y en la buena fama, pocas le llegan. Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada; y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad" I, 25; Sancho al encontrarse con el cura y barbero les dice "cómo llevaba la carta a la señora Dulcinea del Toboso, que era la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien estaba enamorado [don Quijote] hasta los hígados." I, 26; cuando aparece la princesa Micomicona, Sancho le dice a su amo: "¿Es, por dicha, más hermosa mi señora Dulcinea? No, por cierto, ni aun con la mitad, y aun estoy por decir que no llega a su zapato de la que está delante. Así, noramala alcanzaré yo el condado que espero, si vuestra merced se anda a pedir cotufas en el golfo. Cásese, cásese luego, encomiéndole yo a Satanás, y tome ese reino que se le viene a las manos de vobis, vobis, y, en siendo rey, hágame marqués o adelantado, y luego, siquiera se lo lleve el diablo todo.", a lo que responde furioso don Quijote: "bellaco descomulgado, que sin duda lo estás, pues has puesto lengua en la sin par Dulcinea. ¿Y no sabéis vos, gañán, faquín, belitre, que si no fuese por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga? [
] Ella pelea en mí, y vence en mí, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser. ¡Oh hideputa bellaco, y cómo sois desagradecido: que os veis levantado del polvo de la tierra a ser señor de título, y correspondéis a tan buena obra con decir mal de quien os la hizo!" , a lo que replica Sancho: "cásese vuestra merced una por una con esta reina, ahora que la tenemos aquí como llovida del cielo, y después puede volverse con mi señora Dulcinea; que reyes debe de haber habido en el mundo que hayan sido amancebados." I, 30; cuando don Quijote le pregunta a Sancho por la carta que con él envió a Dulcinea, se presenta el siguiente diálogo: "
no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática, y un no sé qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre? Digo, ¿un tuho o tufo como si estuvieras en la tienda de algún curioso guantero? Lo que sé decir dijo Sancho es que sentí un olorcillo algo hombruno; y debía de ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa. No sería eso respondió don Quijote, sino que tú debías de estar romadizado, o te debiste de oler a ti mismo; porque yo sé bien a lo que huele aquella rosa entre espinas, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído. Todo puede ser respondió Sancho, que muchas veces sale de mí aquel olor que entonces me pareció que salía de su merced de la señora Dulcinea; pero no hay de qué maravillarse, que un diablo parece a otro." I, 31; el encantado don Quijote "Quedó [
] consolado con la escuchada profecía, porque luego coligió de todo en todo la significación de ella; y vio que le prometían el verse ayuntados en santo y debido matrimonio con su querida Dulcinea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrían los cachorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la Mancha." I, 46; el Paniaguado le dedica un soneto y Tiquitoc le escribe el epitafio, I, 52; don Quijote teme que Cide Hamete Benengeli haya tratado mal sus amores con Dulcinea, ya que "de los moros no se podía esperar verdad alguna, porque todos son embelecadores, falsarios y quimeristas. Temíase no hubiese tratado sus amores con alguna indecencia, que redundase en menoscabo y perjuicio de la honestidad de su señora Dulcinea del Toboso; deseaba que hubiese declarado su fidelidad y el decoro que siempre la había guardado, menospreciando reinas, emperatrices y doncellas de todas calidades, teniendo a raya los ímpetus de los naturales movimientos; y así, envuelto y revuelto en estas y otras muchas imaginaciones," II, 3; don Quijote le pide al bachiller Sansón Carrasco que "le hiciese merced de componerle unos versos que tratasen de la despedida que pensaba hacer de su señora Dulcinea del Toboso, y que advirtiese que en el principio de cada verso había de poner una letra de su nombre, de manera que al fin de los versos, juntando las primeras letras, se leyese: Dulcinea del Toboso." II, 4; al iniciar su segunda salida, don Quijote se dispone a ir al Toboso porque: "allí tomaré la bendición y buena licencia de la sin par Dulcinea, con la cual licencia pienso y tengo por cierto de acabar y dar felice cima a toda peligrosa aventura, porque ninguna cosa desta vida hace más valientes a los caballeros andantes que verse favorecidos de sus damas." II, 8; Sancho es encargado de buscar a Dulcinea y, como no la conoce, encuentra la manera de salir del impase. Se dice a sí mismo: "Siendo, pues, loco, [don Quijote] como lo es, y de locura que las más veces toma unas cosas por otras, y juzga lo blanco por negro y lo negro por blanco, [
] no será muy difícil hacerle creer que una labradora, la primera que me topare por aquí, es la señora Dulcinea; y, cuando él no lo crea, juraré yo; y si él jurare, tornaré yo a jurar; y si porfiare, porfiaré yo más, y de manera que tengo de tener la mía siempre sobre el hito, venga lo que viniere. Quizá con esta porfía acabaré con él que no me envíe otra vez a semejantes mensajerías, viendo cuán mal recado le traigo dellas, o quizá pensará, como yo imagino, que algún mal encantador de estos que él dice que le quieren mal la habrá mudado la figura por hacerle mal y daño." II, 10; don Quijote al ver a las aldeanas, queda convencido que Dulcinea fue encantada. Dice a su escudero: "Sancho, ¿qué te parece cuán malquisto soy de encantadores? Y mira hasta dónde se estiende su malicia y la ojeriza que me tienen, pues me han querido privar del contento que pudiera darme ver en su ser a mi señora. [
] Y has también de advertir, Sancho, que no se contentaron estos traidores de haber vuelto y transformado a mi Dulcinea, sino que la transformaron y volvieron en una figura tan baja y tan fea como la de aquella aldeana, y juntamente le quitaron lo que es tan suyo de las principales señoras, que es el buen olor, por andar siempre entre ámbares y entre flores." II, 10; el encantamiento de Dulcinea produce una profunda conmoción en don Quijote: "Pensativo además iba don Quijote por su camino adelante, considerando la mala burla que le habían hecho los encantadores, volviendo a su señora Dulcinea en la mala figura de la aldeana, y no imaginaba qué remedio tendría para volverla a su ser primero; y estos pensamientos le llevaban tan fuera de sí, que, sin sentirlo, soltó las riendas a Rocinante..." II, 11; el Caballero del Bosque está orgulloso por "haber vencido, en singular batalla, a aquel tan famoso caballero don Quijote de la Mancha, y héchole confesar que es más hermosa mi Casildea que su Dulcinea" cuando don Quijote vence al Caballero del Bosque le obliga a confesar "que la sin par Dulcinea del Toboso se aventaja en belleza a [
] Casildea de Vandalia" II, 14; don Quijote le dice a Sancho y al primo que en la cueva de Montesinos está la encantada Dulcinea: "Montesinos [
] me mostró tres labradoras que por aquellos amenísimos campos iban saltando y brincando como cabras; y, apenas las hube visto, cuando conocí ser la una la sin par Dulcinea del Toboso, y las otras dos aquellas mismas labradoras que venían con ella..." II, 23; en la aventura del Barco Encantado, don Quijote le dice a su escudero: "
aunque parecen aceñas, no lo son; y ya te he dicho que todas las cosas trastruecan y mudan de su ser natural los encantos. No quiero decir que las mudan de en uno en otro ser realmente, sino que lo parece, como lo mostró la experiencia en la transformación de Dulcinea, único refugio de mis esperanzas." II, 29; cuando le piden a don Quijote que describa la belleza de Dulcinea, se niega a hacerlo porque es "carga digna de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla?" II, 32; A la pregunta por su linaje dice el caballero: "A eso puedo decir [
] que Dulcinea es hija de sus obras, y que las virtudes adoban la sangre, y que en más se ha de estimar y tener un humilde virtuoso que un vicioso levantado; cuanto más, que Dulcinea tiene un jirón que la puede llevar a ser reina de corona y ceptro; que el merecimiento de una mujer hermosa y virtuosa a hacer mayores milagros se estiende, y, aunque no formalmente, virtualmente tiene en sí encerradas mayores venturas." II, 32; Sancho cuenta a la duquesa la verdad del encantamiento de Dulcinea, pero ésta le hace creer que Dulcinea efectivamente está encantada: "
y créame Sancho que la villana brincadora era y es Dulcinea del Toboso, que está encantada como la madre que la parió; y cuando menos nos pensemos, la habemos de ver en su propia figura, y entonces saldrá Sancho del engaño en que vive." II, 33; Merlín dice la manera como se puede desencantar a Dulcinea: "que para recobrar su estado primo / la sin par Dulcinea del Toboso, / es menester que Sancho, tu escudero, / se dé tres mil azotes y trecientos / en ambas sus valientes posaderas, / al aire descubiertas, y de modo / que le escuezan, le amarguen y le enfaden." Sancho responde de inmediato: "¡Par Dios que si el señor Merlín no ha hallado otra manera como desencantar a la señora Dulcinea del Toboso, encantada se podrá ir a la sepultura!" II, 35; cuando don Quijote queda solo en el palacio de los duques no consiente "que nadie entrase con él a servirle: tanto se temía de encontrar ocasiones que le moviesen o forzasen a perder el honesto decoro que a su señora Dulcinea guardaba, siempre puesta en la imaginación la bondad de Amadís, flor y espejo de los andantes caballeros." II, 44; cuando Altisidora cura las heridas de don Quijote, le dice: "plega a Dios que se le olvide a Sancho tu escudero el azotarse, porque nunca salga de su encanto esta tan amada tuya Dulcinea, ni tú lo goces, ni llegues a tálamo con ella, a lo menos viviendo yo, que te adoro." II, 46; cuando don Quijote escucha que en el Quijote que escribe Avellaneda se afirma que él ya no ama a Dulcinea, exclama airado: "Quienquiera que dijere que don Quijote de la Mancha ha olvidado, ni puede olvidar, a Dulcinea del Toboso, yo le haré entender con armas iguales que va muy lejos de la verdad; porque la sin par Dulcinea del Toboso ni puede ser olvidada, ni en don Quijote puede caber olvido: su blasón es la firmeza, y su profesión, el guardarla con suavidad y sin hacerse fuerza alguna." II, 59; don Quijote intenta azotar a su escudero para desencantar a Dulcinea, II, 60; pregunta don Quijote a la cabaza encantada: "¿fue verdad o fue sueño lo que yo cuento que me pasó en la cueva de Montesinos? ¿Serán ciertos los azotes de Sancho mi escudero? ¿Tendrá efeto el desencanto de Dulcinea?" II, 62; cuando el Caballero de la Blanca Luna reta a don Quijote, le dice: "Vengo a contender contigo y a probar la fuerza de tus brazos, en razón de hacerte conocer y confesar que mi dama, sea quien fuere, es sin comparación más hermosa que tu Dulcinea del Toboso; la cual verdad si tú la confiesas de llano en llano, escusarás tu muerte y el trabajo que yo he de tomar en dártela
" II, 64; don Quijote vuelve a pedirle a su escudero que se azote: "Levántate, por tu vida, y desvíate algún trecho de aquí, y con buen ánimo y denuedo agradecido date trecientos o cuatrocientos azotes a buena cuenta de los del desencanto de Dulcinea; y esto rogando te lo suplico
" II, 68; don Quijote ofrece pagarle a su escudero para que se azote: "De mí te sé decir que si quisieras paga por los azotes del desencanto de Dulcinea, ya te la hubiera dado tal como buena" II, 71; a punto de morir don Quijote, Sancho, llorando, le dice: "Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver." II, 74. 2. Personaje de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Macha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras, escrita por Alonso Fernández de Avellaneda y publicada en Tarragona en el año 1614. La recuerda don Juan cuando habla de la continuación del Quijote escrita por Avellaneda: "Lo que a mí en éste más desplace [del libro] es que pinta a don Quijote ya desenamorado de Dulcinea del Toboso." II, 59.
DUQUES, LOS. Don Quijote les encuentra cuando cazan, los cuales "por haber leído la primera parte desta historia y haber entendido por ella el disparatado humor de don Quijote, con grandísimo gusto y con deseo de conocerle le atendían, con prosupuesto de seguirle el humor y conceder con él en cuanto les dijese, tratándole como a caballero andante los días que con ellos se detuviese, con todas las ceremonias acostumbradas en los libros de caballerías, que ellos habían leído, y aun les eran muy aficionados." II, 30; la duquesa defiende a Sancho cuando don Quijote le reprende: "De que Sancho el bueno sea gracioso lo estimo yo en mucho, porque es señal que es discreto; que las gracias y los donaires, señor don Quijote, como vuesa merced bien sabe, no asientan sobre ingenios torpes; y, pues el buen Sancho es gracioso y donairoso, desde aquí le confirmo por discreto." II, 30; la aficción de la duquesa por Sancho es tan grande, que "Mandó [
] fuese junto a ella, porque gustaba infinito de oír sus discreciones." II, 30; tratan a don Quijote como a un verdadero caballero andante, hasta el punto que: "aquél fue el primer día que de todo en todo conoció y creyó ser caballero andante verdadero, y no fantástico, viéndose tratar del mesmo modo que él había leído se trataban los tales caballeros en los pasados siglos." II, 31; el duque promete hacer gobernador a Sancho cuando le dice: "yo, en nombre del señor don Quijote, os mando el gobierno de una [ínsula] que tengo de nones, de no pequeña calidad." II, 32; ">en opinión de la duquesa:"> "tenía [a Sancho] por más gracioso y por más loco que a su amo; y muchos hubo en aquel tiempo que fueron deste mismo parecer." II, 32; Sancho le cuenta a la duquesa la verdad del encantamiento de Dulcinea, pero aquella le hace creer que Dulcinea sí está encantada, II, 33; luego de hablar con Sancho Panza, la duquesa: "fue a dar cuenta al duque de lo que con él había pasado, y entre los dos dieron traza y orden de hacer una burla a don Quijote que fuese famosa y viniese bien con el estilo caballeresco, en el cual le hicieron muchas, tan propias y discretas, que son las mejores aventuras que en esta grande historia se contienen." II, 33; aprovechan la información que tienen sobre la cueva de Montesinos para hacerle una burla a don Quijote y Sancho Panza, II, 34-35; por su orden se lleva a cabo la burla de la dueña Dolorida y el caballo Clavileño, II, 36-41; preparan burlas para hacerle a Sancho en la gobernación de la ínsula, II, 45, 47, 49, 51, 53; los duques se "admiraron [
] de la locura y del ingenio de don Quijote" II, 44; en la burla de los gatos, los duques se sintieron "pesarosos del mal suceso de la burla; que no creyeron que tan pesada y costosa le saliera a don Quijote aquella aventura, que le costó cinco días de encerramiento y de cama" II, 46; la duquesa golpea a doña Rodríguez luego que ésta le revela infidencias suyas a don Quijote, II, 50; envia la duquesa una carta y unos presentes a Teresa Panza, II, 50; les dan licencia a don Quijote y Sancho Panza para que partan, II, 57; al salir del palacio, declara don Quijote: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve, me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquél a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!", II, 58; Sancho añora las comodidades que tenía a su disposición en el palacio de los duques, II, 62; don Quijote y Sancho Panza son obligados a regresar al palacio para resucitar a Altisidora, II, 68-69.
DURANDARTE. Personaje del romancero tradicional, tuvo por primo a Montesinos y su amada fue Belerma. Cuando don Quijote desciende a la cueva de Montesinos se entera de que Durandarte se encuentra encantado en ella por el mago Merlín, II, 22, 23, 24.
DURINDANA, LA ESPADA. Espada de Roldán, mencionada en la Chanson de Roland y otras obras como el poema épico renacentista Orlando Furioso de Ariosto. Le nombra maese Pedro en la representación gratuita que realiza de su retablo de la liberación de Melisendra, II, 26. Véase ROLDÁN.
ECLESIÁSTICO, EL. Presta sus servicios a los duques. Reprende a don Quijote por creerse caballero andante y estar buscando aventuras; por tal motivo le pide regrese a su casa, la atienda y deje de ir por el mundo haciendo necedades y sandeces; también regaña al duque: "Por el hábito que tengo, que estoy por decir que es tan sandio Vuestra Excelencia como estos pecadores. ¡Mirad si no han de ser ellos locos, pues los cuerdos canonizan sus locuras!" II, 32.
ECO. Ninfa griega encargada de distraer con su charla a Hera, mientras Zeus, infiel esposo de esta, se entretenía con las demás ninfas. Hera la castigó impidiéndole hablar y sólo repetir la última sílaba de las palabras de las demás. Enamorada de Narciso y no correspondida, languideció hasta subsistir de ella sólo su voz. Le recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía" I, 26.
EGUEMÓN, CONDE DE. Alusión al noble holandés de nombre Lamoral y conocido por el conde de Egmont (1522-1568). Nombrado por Felipe II capitán general de Flandes, negóse a luchar contra sus compatriotas que protestaban por el proceder de la Inquisición. Fue detenido y ajusticiado por orden del duque de Alba el 4 de junio de 1568. Le recuerda el capitán cautivo: "halléme en la muerte de los condes de Eguemón y de Hornos". I, 39.
EGͦOacute;N. Alusión a Ixión, héroe tesalio, rey de los lapitas. Casó con Día, hija de Deyoneo. Por negarse a entregar los presentes que había prometido a su suegro, éste cogió en prenda los caballos de su yerno. Ixión, fingiéndose conforme con el trato, invitó a Deyoneo a un banquete, y lo mató arrojándolo al fuego, Ixión se vio abandonado de todos y acabó perdiendo la razón. Sólo Zeus se apiadó de él y lo acogió en el Olimpo, pero el héroe intentó seducir a Hera. Zeus hizo una nube a semejanza de Hera, y de la unión de este fantasma y de Ixión nació Centauro, padre de la estirpe de los centauros. El engañado Ixión se vanagloriaba de su conquista. Entonces hizo que Hermes lo atase a una rueda ardiendo, que giraría eternamente en los Infiernos. Le cita Grisóstomo en su Canción Desesperada "con su rueda Egïón no se detenga" I, 14.
ELENA. Por Helena, Heroína griega. Según la leyenda, princesa de Esparta e hija de Zeus y Leda, hermana de Menelao, rey de Esparta. Según la mitología griega, Paris la raptó y la llevó a Troya, dando con ello origen a la guerra de griegos y troyanos. Don Quijote la recuerda cuando reprende a Sancho por no olvidar el manteamiento que sufrió en la venta de Juan Palomeque: "¿Qué pie sacaste cojo, qué costilla quebrada, qué cabeza rota, para que no se te olvide aquella burla? Que, bien apurada la cosa, burla fue y pasatiempo; que, a no entenderlo yo ansí, ya yo hubiera vuelto allá y hubiera hecho en tu venganza más daño que el que hicieron los griegos por la robada Elena." I, 21; le vuelve a nombrar don Quijote cuando le explica a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada, ya que él mismo la puede crear a su conveniencia: "y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Elena, ni la alcanza Lucrecia, ni otra alguna de las famosas mujeres de las edades pretéritas, griega, bárbara o latina." I, 25; menciona don Quijote: "a buen seguro que no le cabe poca parte a la sin par Dulcinea, por quien su lugar será famoso y nombrado en los venideros siglos, como lo ha sido Troya por Elena, y España por la Cava, aunque con mejor título y fama." II, 32; en un mesón al que ingresan don Quijote y Sancho, se encuentra una representación de su robo: "En una dellas estaba pintada de malísima mano el robo de Elena, cuando el atrevido huésped se la llevó a Menalao..." II, 72.
ELISABAT, EL MAESTRO. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Fue ayo, maestro, acompañante y cirujano de Amadís. Le menciona Cardenio luego que don Quijote le interrumpe el relato de su locura: "aquel bellaconazo del maestro Elisabat estaba amancebado con la reina Madésima." I, 24; le menciona Sancho cuando culpa a su amo por los golpes recibidos de Cardenio, I, 27. Véase AMADÍS DE GAULA.
EMERENCIA. Amiga que ayuda a Altisidora, en las burlas que le hace a don Quijote, II, 44.
EMPERADOR. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
EMPERANTE. Alusión a Carlomagno, I, 5.
EMPERATRIZ, LA SEÑORA. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. La menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
ENEAS. Héroe troyano, hijo de Anquises y de Afrodita, protagonista de la Eneida de Virgilio. Tras defender Troya durante el asedio griego, huyó de la ciudad con un grupo de supervivientes y desembarcó en el Lacio, donde casó con Lavinia, hija del rey Latino. Uno de sus descendientes, Rómulo, fundó Roma. Don Quijote le coloca como ejemplo digno de imitar: "nos mostró Virgilio, en persona de Eneas, el valor de un hijo piadoso y la sagacidad de un valiente y entendido capitán." I, 25; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías. Dice: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; dice don Quijote que un historiador no escribe todas las acciones de sus héroes, sino las más importantes; por ello dice "A fee que no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero." II, 3; Altisidora compara a don Quijote con Eneas, porque supuestamente el caballero la había abandonado: "en vano sería mi canto si duerme y no despierta para oírle este nuevo Eneas" II, 44; don Quijote recuerda la historia de Eneas y Dido cuando, a media noche, doña Rodríguez ingresa a su habitación, que es: "una estancia más cerrada y secreta que lo debió de ser la cueva donde el traidor y atrevido Eneas gozó a la hermosa y piadosa Dido." II, 48; Altisidora vuelve a comparar a don Quijote con Eneas en una canción II, 57; Pintada en un mesón al que llegan don Quijote y Sancho se encuentra representada la historia de Dido y Eneas, II, 71.
ERÓSTRATO. Pastor de Efeso. Incendió el templo de Diana en Efeso para hacerse famoso. Fue condenado a muerte y se prohibió pronunciar su nombre. Le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama, II, 8.
ERCILLA, ALONSO DE. Poeta y militar español (1533-1594). Luchó contra Caupolicán en Chile. En 1569 publicó el poema épico La Araucana, en el que exalta a su antiguo enemigo. Le menciona el barbero cuando encuentra La Araucana en la biblioteca de don Quijote, I, 6.
ESCOTILLO. Uno de sus discípulos crea la cabeza encantada, que se encuentra en casa de don Antonio Moreno; le dice éste a don Quijote: "Esta cabeza ha sido hecha y fabricada por uno de los mayores encantadores y hechiceros que ha tenido el mundo, que creo era polaco de nación y dicípulo del famoso Escotillo" II, 62. De Escotillo informa don Diego Clemencín: "Escoto o Escotillo era italiano, natural de Parma, y vivía en Flandes durante el gobierno de Alejandro Farnesio. Era aplicado al estudio de las astrologías judiciaria, y pasaba por encantador y nigromante. Contábanse de él cosas estupendas, entre otras, que solía convidar a sus amigos sin que en su casa hubiese prevención alguna, ni aun lumbre, y que, sentándose a la mesa se aparecían en ella varios y exquisitos manjares." II, 62 nota 13.
ESPARTAFILARDO DEL BOSQUE. Duque de Nerbia; don Quijote lo inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
ESPLANDIÁN. Protagonista de la novela de caballerías Las Sergas del muy virtuoso cavallero Esplandián, hijo de Amadís de Gaula, llamadas Ramo de los quatro libros de Amadís, escrita por Garci Rodríguez Montalvo en 1510. Le recuerda don Quijote cuando le explica al cura y al barbero el por qué es necesario restaurar la caballería andante, II, 1; lo menciona la dueña Dolorida en el palacio de los duques: "Ante estos pies y piernas me arrojo, ¡oh caballero invicto!, por ser los que son basas y colunas de la andante caballería; estos pies quiero besar, de cuyos pasos pende y cuelga todo el remedio de mi desgracia, ¡oh valeroso andante, cuyas verdaderas fazañas dejan atrás y escurecen las fabulosas de los Amadises, Esplandianes y Belianises!" II, 38.
ESQUIFE. Según la sobrina, se trata de un sabio encantador amigo de don Quijote, I, 5. Informa don Diego Clemencín: "La sobrina equivocó el nombre de Alquife, marido de Urganda la desconocida, sabio o encantador célebre en los anales andantescos, y autor que se supone ser de la historia de Amadís de Grecia, por otro nombre el Caballero de la Ardiente Espada." I, 5 nota 19.
EUGENIO, EL CABRERO. Pastor que buscando a una de sus cabras perdidas se topa con la comitiva que lleva de regreso a don Quijote a su aldea y les cuenta la historia de su amor por Leandra, la huida de ésta con el soldado Vicente de la Rosa y la forma como todos sus enamorados se hacen pastores para ir por los campos cantado, alabando o maldiciendo a aquella, I, 51; trata de loco a don Quijote, y éste, que no gusta de burlas, le golpea y se arma la gresca, I, 52.
EURIALIO. Alude así el cura a Euríalo, I, 47.
EURÍALO. Joven troyano de extraordinaria hermosura, célebre por su amistad que le unía a Niso. Ambos perecieron en la guerra contra los rótulos. El cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda bajo el nombre de Eurialio cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, las traiciones de Sinón, la amistad de Eurialio, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; le menciona el traductor al hablar de la firme amistad entre el rucio y Rocinante, II, 12.
EVA. Según el Génesis, nombre de la primera mujer, creada por Dios y formada a partir de una costilla de Adán; ambos cometieron el pecado original. En ella se institucionaliza el papel de esposa y madre. Lotario menciona a Eva cuando le cuenta a Anselmo la manera como se instituyó el sacramento del matrimonio, I, 33.
FALCES, LUIS DE. Caballero navarro y mayordomo del Rey don Alonso V de Aragón. En 1428 tomó armas contra el caballero castellano Gonzalo de Guzmán y perdió. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
FAMA, LA. Diosa alegórica, mensajera de Júpiter. Según Virgilio, fue engendrada por la Tierra para denunciar los crímenes de los dioses, después de la derrota de los gigantes. La mencionan don Belianís de Grecia y Orlando furioso en los sonetos que escriben en honor a don Quijote, I, prólogo; le recuerda don Quijote en la aventura de los carneros: "éste es el día, digo, en que se ha de mostrar, tanto como en otro alguno, el valor de mi brazo, y en el que tengo de hacer obras que queden escritas en el libro de la Fama por todos los venideros siglos." I, 18; le vuelve a citar don Quijote cuando se define a sí mismo ante el canónigo de Toledo: "Caballero andante soy, y no de aquellos de cuyos nombres jamás la Fama se acordó para eternizarlos en su memoria, sino de aquellos que, a despecho y pesar de la mesma envidia, y de cuantos magos crió Persia, bracmanes la India, ginosofistas la Etiopía, ha de poner su nombre en el templo de la inmortalidad para que sirva de ejemplo y dechado en los venideros siglos, donde los caballeros andantes vean los pasos que han de seguir, si quisieren llegar a la cumbre y alteza honrosa de las armas." I, 47; en conversación con don Lorenzo de Miranda, don Quijote dice: "No sé si he dicho a vuesa merced otra vez, y si lo he dicho lo vuelvo a decir, que cuando vuesa merced quisiere ahorrar caminos y trabajos para llegar a la inacesible cumbre del templo de la Fama, no tiene que hacer otra cosa sino dejar a una parte la senda de la poesía, algo estrecha, y tomar la estrechísima de la andante caballería, bastante para hacerle emperador en daca las pajas. " II, 18; le menciona Minos en el desencantamiento de Altisidora: "...sería proceder en infinito representarnos ahora la muerte y las gracias de la sin par Altisidora, no muerta, como el mundo ignorante piensa, sino viva en las lenguas de la Fama, y en la pena que para volverla a la perdida luz ha de pasar Sancho Panza..." II, 69.
FAMA, LOS NUEVE DE LA. Conjunto de nueve héroes que servían de ejemplo a los caballeros andantes. Fueron tres judíos: Josué, David y Judas Macabeo; tres paganos: Alejandro, Héctor y Julio César; y tres cristianos: el Rey Arturo, Carlomagno y Godofre de Bullón. Sus vidas están narradas en el texto francés Voeux du paon de Jacques de Longuyon (1312); posteriormente Antonio Rodríguez Portugal lo tradujo del francés y lo publicó en Lisboa en el año 1530 bajo el título de Crónica llamada el Triunfo de los nueve más preciados varones de la Fama, volvió a imprimirse en Alcalá de Henares en el año 1585. Les recuerda don Quijote cuando dice que sus hazañas superarán a los Nueve de la Fama, I, 5; menciona en otra ocasión que: "Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce de Francia y los Nueve de la Fama..." I, 20.
FARAONES, LOS. Se designó con este nombre a los reyes de Egipto hasta el final del Imperio medio, a los que no se podía, por respeto, nombrar de otra manera. Don Quijote, en su conversación con el ama y sobrina, menciona a los Faraones como ejemplo de dinastías que empiezan con gran opulencia y terminan en ruina, II, 6.
FAUNO. Antigua divinidad itálica de la agricultura y los rebaños identificada más tarde por los romanos con el dios Pan. Sus fiestas se celebraban dos veces por año, en febrero y diciembre. Les recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía" I, 26.
FAVILA, EL REY. (m. 739) Rey de Austrias (737 - 739), hijo de Pelayo; casó con Froiluba. Ambos son los fundadores de la Iglesia de Santa Cruz en Cangas de Onís. Sancho Panza, presa del miedo por el peligro que enfrenta cuando va de caza con los duques, recuerda los versos del romance: "De los osos seas comido, / como Favila el nombrado." II, 34.
FEBO. Sobrenombre que se otorga al dios del Sol, sea Helio, sea Apolo. Le menciona el Caballero del Febo en el soneto que dedica a don Quijote, I, prólogo; le recuerda don Quijote luego que don Lorenzo de Miranda termina su glosa: "Plega al cielo que los jueces que os quitaren el premio primero, Febo los asaetee y las Musas jamás atraviesen los umbrales de sus casas." II, 18; le cita el narrador cuando dice: "Apenas la blanca aurora había dado lugar a que el luciente Febo, con el ardor de sus calientes rayos, las líquidas perlas de sus cabellos de oro enjugase" II, 20, y "Oh perpetuo descubridor de los antípodas, hacha del mundo, ojo del cielo, meneo dulce de las cantimploras, Timbrio aquí, Febo allí, tirador acá, médico acullá, padre de la Poesía, inventor de la Música" II, 45.
FELICIA. Encantadora de la novela pastoril Los siete libros de la Diana; en el escrutinio que hacen el cura y el barbero a la biblioteca de don Quijote, las partes de la Diana que trataban de Felicia fueron mutilados, I, 6. Véase DIANA.
FELIPE. Alusión a Felipe II, rey de España, hijo de Carlos V y de Isabel de Portugal (1527-1598). Ascendió al trono en 1556 y consagró su vida a la defensa del catolicismo, no sin que combatiera contra el papa cuando éste se opuso a los que consideraba sus derechos. Intervino en las guerras religiosas de Francia en favor de los católicos, reprimió el protestantismo en los Países Bajos, organizó varias expediciones contra los turcos que culminaron con la victoria obtenida en Lepanto, y preparó la Armada Invencible. Fue administrador minucioso de los asuntos de Estado, organizador de una burocracia asfixiante y retardataria. Es recordado por el capitán cautivo: "Súpose cierto que venía por general desta liga el serenísimo don Juan de Austria, hermano natural de nuestro buen rey don Felipe." I, 39.
FELIXMARTE DE HIRCANIA. Personaje del libro de caballerías Historia del Príncipe Felixmarte de Hircania, escrito por Melchor Ortega y publicado en Valladolid en el año 1556. El cura le llama con otro de los nombres con los cuales también fue conocido: Florimorte, I, 6; don Quijote le menciona cuando le cuenta a Vivaldo la manera como se originó la caballería andante, I, 13; el ventero Juan Palomeque sostiene que las grandes aventuras y hazañas que se cuentan de Felixmarte tienen que ser ciertas porque salen al público con licencia del Consejo Real, el cual no puede permitir que se publiquen mentiras, I, 32; le recuerda el canónigo de Toledo cuando le reprocha a don Quijote su creencia en la caballería andante: "¿cómo es posible que haya entendimiento humano que se dé a entender que ha habido en el mundo aquella infinidad de Amadises, y aquella turbamulta de tanto famoso caballero, tanto emperador de Trapisonda, tanto Felixmarte de Hircania" I, 49; vuelve a nombrarlo don Quijote cuando expone al cura y al barbero la necesidad de revivir la caballería andante, II, 1.
FERNANDO, DON. Menciona un cabrero que Cardenio, en sus accesos de locura, dice: "¡Ah, fementido Fernando! ¡Aquí, aquí me pagarás la sinrazón que me heciste: estas manos te sacarán el corazón, donde albergan y tienen manida todas las maldades juntas, principalmente la fraude y el engaño!" I, 23; Cardenio, en entrevista con don Quijote, dice que don Fernando es un "mozo gallardo, gentilhombre, liberal y enamorado", I, 24, el cual para no cumplir la palabra de matrimonio que le da a Dorotea, viaja a la ciudad de Cardenio y allí conoce a Luscinda, amada de Cardenio, y se enamora de ella, I, 24; sabemos, por conversación entre Cardenio el cura y el barbero, que don Fernando pide en matrimonio a Luscinda, I, 27; Dorotea informa que el matrimonio de don Fernando con Luscinda no tuvo efecto, I, 28; ingresa por casualidad a la venta de Juan Palomeque con Luscinda y allí se reencuentran los amantes: "También don Fernando conoció luego a Cardenio; y todos tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos y suspensos, casi sin saber lo que les había acontecido." I, 36; gracias a la intervención de Dorotea se restituye la armonía perdida y los esposos se reconcilian: Luscinda - Cardenio y Dorotea - don Fernando, I, 36; el único que no está contento con todo es Sancho, el cual ve esfumarse las esperanzas de mudar su condición social: "Todo esto escuchaba Sancho, no con poco dolor de su ánima, viendo que se le desparecían e iban en humo las esperanzas de su ditado, y que la linda princesa Micomicona se le había vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando, y su amo se estaba durmiendo a sueño suelto, bien descuidado de todo lo sucedido." I, 37; le pide al capitán cautivo que cuente su vida, I, 38; participa activamente en la burla que se le hace al barbero a quien don Quijote arrebata lo que cree es el yelmo de Mambrino, I, 45; paga el valor de la estadía y daños hechos por don Quijote, I, 46; se separa de don Quijote y su comitiva: "En tanto que las damas del castillo esto pasaban con don Quijote, el cura y el barbero se despidieron de don Fernando y sus camaradas, y del capitán y de su hermano y todas aquellas contentas señoras, especialmente de Dorotea y Luscinda." I, 47.
FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, GONZALO. General español llamado el Gran Capitán (1453-1515). Apoyó con su brazo los derechos de Isabel la Católica contra la Beltraneja, y se distinguió luego en la lucha por la conquista de Granada. Más tarde guerreó en Italia por orden de Fernando V y en defensa de Fernando II de Nápoles, campaña en la que obtuvo numerosos y brillantes triunfos, y fue gobernador de Nápoles durante cuatro años. Son famosas las legendarias cuentas del Gran Capitán, rendidas por él ante Fernando V, prueba de su fama. Fue gran militar, que dotó a sus tropas de la solidez y flexibilidad que les valieron sus victorias. El cura le llama Gonzalo Hernández de Córdoba: "...tiene los hechos de Gonzalo Hernández de Córdoba, el cual, por sus muchas y grandes hazañas, mereció ser llamado de todo el mundo Gran Capitán, renombre famoso y claro, y dél sólo merecido." I, 32; en la batalla que libra en Nápoles contra monsiur de Lautrec muere Lotario, personaje de la Novela del curioso impertinente, I, 35; le cita el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho. Dice: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. [...] un Gonzalo Fernández, [tuvo] Andalucía, [...] cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49.
FERNÁN GONZÁLEZ, CONDE. Conde de Burgos (932 - 970). Aprovechándose de las discordias del reino leonés, declaró hereditaria en su familia la dignidad condal y se constituyó de hecho en soberano de Castilla (hacia 950). Venció a los moros en San Esteban de Gormaz (955). El romancero y la leyenda han conservado la fama de su valor y altivez. Le cita el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. [...] Un conde Fernán González, [tuvo] Castilla [...] cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49.
FERRARA, DUQUES DE. Descendientes, según el Orlando Furioso, de Rugero. Don Quijote les menciona cuando desea demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y altos valores que se han perdido en España: "¿quién más gallardo y más cortés que Rugero, de quien decienden hoy los duques de Ferrara, según Turpín en su Cosmografía?" II, 1. De este pasaje comenta don Diego Clemencín: "Ni se atribuyó jamás a Turpín obra de tal título, ni en el libro que lleve este título cabe tratar de genealogías. Don Quijote deliraba; y Cervantes, queriendo pintar más a más el desbarate del cerebro de su protagonista, le hace alegar como prueba de lo que dice la autoridad de Turpín, que pasa por el prototipo de los embusteros" II, 1 nota 35.
FIERABRÁS, EL GIGANTE. Personaje de la Historia caballeresca de Carlomagno, traducida al español por Nicolás de Piamonte. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
FIGUEROA, CRISTOBAL DE. Alusión al escritor español Cristóbal Suárez de Figueroa, (Valladolid 1571-1644). Tradujo El pastor Fido, de Guarina (Nápoles 1602). Su obra en prosa se caracteriza por la fluidez y la amenidad, siempre teñida de acerbas críticas y sarcásticas reflexiones. El genio del autor halla su mejor cauce en los libros de estructura abierta: Plaza universal de todas las creencias y artes (1615), en parte traducción de una obra italiana; Varias noticias importantes a la humana comunicación (1621); Posilipo (1629), y sobre todo su famoso retablo satírico El pasajero (1617). Don Quijote dice en la imprenta de Barcelona: "Fuera desta cuenta van los dos famosos traductores: el uno, el doctor Cristóbal de Figueroa, en su Pastor Fido, y el otro, don Juan de Jáurigui, en su Aminta, donde felizmente ponen en duda cuál es la tradución o cuál el original." II, 62.
FILI. Personaje de un soneto que hallan Sancho Panza y don Quijote en una maleta en Sierra Morena; aparentemente es la amada de la persona que deja tirada la maleta en el camino. Dice el soneto: "Si digo que sois vos, Fili, no acierto; / que tanto mal en tanto bien no cabe," I, 23.
FILIPO III. Alusión a Felipe III (1578 - 1621) Rey de España (1598 - 1621). Subió al trono a la muerte de su padre (Felipe II) en 1598. Fue débil monarca que dejó la administración de sus estados a su favorito el duque de Lerma y luego al hijo de éste. Hizo concesiones en los tratados con Francia e Inglaterra, y en 1609 expulsó a los moriscos de España para conseguir la unidad religiosa, con lo que causó serio daño a la economía del país. Es recordado por Ricote, cuando habla sobre su decisión de expulsar de España a los moriscos: "¡Heroica resolución del gran Filipo Tercero, y inaudita prudencia en haberla encargado al tal don Bernardino de Velasco!" II, 65.
FILIS. Nombre que da Lope de Vega a Elena Osorio en su obra poética; lo emplea también Francisco de Figueroa para ocultar el nombre de su dama. El nombre de Filis fue utilizado por otros poetas españoles del siglo de oro. La menciona don Quijote para demostrarle a su escudero que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25.
FÉLIX, ANA. Hija de Ricote, conocida también por el apelativo de Ricota. Por tener descendencia mora es expulsada, junto a su familia, de España por un bando del Rey, a pesar de ser cristiana. Dice su padre: "yo sé cierto que la Ricota mi hija y Francisca Ricota, mi mujer, son católicas cristianas, y, aunque yo no lo soy tanto, todavía tengo más de cristiano que de moro, y ruego siempre a Dios me abra los ojos del entendimiento y me dé a conocer cómo le tengo de servir." II, 54; Sancho informa a Ricote que luego de la salida de Ana Félix, un enamorado suyo, don Pedro Gregorio, desaparece: "...después que ella se partió, [Ana Félix] nunca más él ha parecido en nuestro lugar, y todos pensamos que iba tras ella para robarla; pero hasta ahora no se ha sabido nada." II, 54; su suerte se conoce cuando ella misma cuenta su historia luego de ser capturada en Barcelona, disfrazada de hombre, a bordo de un bajel morisco, II, 63; su padre Ricote, que casualmente se encuentra allí presente, se descubre: "En tanto, pues, que la morisca cristiana su peregrina historia trataba, tuvo clavados los ojos en ella un anciano [...] y, apenas dio fin a su plática la morisca, cuando él se arrojó a sus pies, y, abrazado dellos, con interrumpidas palabras de mil sollozos y suspiros, le dijo: ¡Oh Ana Félix, desdichada hija mía! Yo soy tu padre Ricote, que volvía a buscarte por no poder vivir sin ti, que eres mi alma.", II, 63; don Antonio Moreno acoge en su casa a padre e hija, II, 63; son varias las personas que se conmueven con la historia de Ana Félix y su padre, hasta el punto que: "De allí a dos días trató el visorrey con don Antonio qué modo tendrían para que Ana Félix y su padre quedasen en España, pareciéndoles no ser de inconveniente alguno que quedasen en ella hija tan cristiana y padre, al parecer, tan bien intencionado." II, 65.
FLORA. Prostituta ficticia que supuestamente era amada por Pompeyo; este falso hecho histórico es inventado por Fray Antonio de Guevara y lo da a conocer en sus Epístolas Familiares, publicadas en 1539. La cita el amigo del autor del Quijote, cuando desea mostrarle a éste lo fácil que es suplir las supuestas faltas de la obra: "si de mujeres rameras, ahí está el obispo de Mondoñedo, que os prestará a Lamia, Laida y Flora, cuya anotación os dará gran crédito" I, Prólogo.
FLORIMORTE DE HIRCANIA. Manera como nombra el cura a Felixmarte, cuando el barbero encuentra el libro de caballerías Felixmarte de Hircania, en la biblioteca de don Quijote: "¿Ahí está el señor Florimorte? [...] Pues a fe que ha de parar presto en el corral, a pesar de su estraño nacimiento y sonadas aventuras; que no da lugar a otra cosa la dureza y sequedad de su estilo." I, 6.
FLORIPES, LA INFANTA. Personaje de la Historia caballeresca de Carlomagno, traducida al español por Nicolás de Piamonte; era hermana de Fierabrás y enamorada de Guy de Borgoña. La menciona don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
FLÉRIDA. Nombre pastoril muy utilizado por los poetas españoles del siglo de oro. La menciona el bachiller Sansón Carrasco para mostrar lo sencillo que es conseguir una pastora a la cual dirigir las alabanzas, II, 73.
FOCES, FAMILIA. Familia noble y principal de Alagón, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
FONSECA, CABALLERO DE. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. Lo menciona el cura cuando realiza el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
FONSECA, CRISTÓBAL DE. Teólogo y escritor español (Santa Olalla, Toledo, ¿1550? - Madrid 1621). Entró en la orden de agustinos en 1566 y pronto adquirió fama como predicador. Su renombre literario lo alcanzó con una obra de carácter teológico, pero de sabor popular, el Tratado del Amor de Dios (Salamanca, 1592), cuyo tema rebasa los límites fijados por el título para transformarse en discutible estudio del amor en todas las criaturas. Partiendo de una cita cervantina en la que, hablando del amor, alude a León Hebreo y al mismo Fonseca, la crítica moderna ha intentado identificarle con Avellaneda, autor del falso Quijote. Le cita el amigo que aconseja al autor del Quijote sobre lo que debe hacer para que su obra se despode de las carencias que supuestamente tiene: "...en vuestra casa tenéis a Fonseca, Del amor de Dios, donde se cifra todo lo que vos y el más ingenioso acertare a desear en tal materia." I prólogo.
FORTE, SIMÓN. Padre de Claudia Jerónima, la cual mata a su prometido Vicente Torrellas cuando escucha el rumor que se va a casar con Leonora, II, 60.
FORTUNA. Divinidad romana de la suerte, identificada con la Tique griega. Es mencionada en el poema que Urganda la desconocida dedica al Quijote: "qué rey Francisco en Espa- / se queja de la Fortu-!" I, prólogo; en el poema que Gandalín dedica a Sancho se lee: "Salve, varón famoso, a quien Fortuna, / cuando en el trato escuderil te puso," I, prólogo; la menciona Cardenio en una de sus canciones: "Y ¿quién mi gloria repugna? / Fortuna." I, 27; se hace mención a su rueda en la Novela del Curioso Impertinente: "Duró este engaño algunos días, hasta que, al cabo de pocos meses, volvió Fortuna su rueda y salió a plaza la maldad con tanto artificio hasta allí cubierta, y a Anselmo le costó la vida su impertinente curiosidad" I, 34; Sancho recuerda su rueda cuando se dirige al cura: "Pero ya veo que es verdad lo que se dice por ahí: que la rueda de la Fortuna anda más lista que una rueda de molino, y que los que ayer estaban en pinganitos hoy están por el suelo." I, 47; don Quijote la nombra cuando descubre que Dulcinea a sido convertida en una vulgar aldeana: "Levántate, Sancho, [...] que ya veo que la Fortuna, de mi mal no harta, tiene tomados los caminos todos por donde pueda venir algún contento a esta ánima mezquina que tengo en las carnes." II, 10; vuelve a citarla don Quijote cuando le dice a don Diego de Miranda la razón por la cual se encuentra vestido de una manera tan poco usual: "Salí de mi patria, empeñé mi hacienda, dejé mi regalo, y entreguéme en los brazos de la Fortuna, que me llevasen donde más fuese servida. Quise resucitar la ya muerta andante caballería, y ha muchos días que..." II, 16; don Lorenzo de Miranda, nombra a Fortuna en unos versos glosados, II, 18; Sancho la cita cuando de manera sabia dice: "nadie sabe lo que está por venir: de aquí a mañana muchas horas hay, y en una, y aun en un momento, se cae la casa; yo he visto llover y hacer sol, todo a un mesmo punto; tal se acuesta sano la noche, que no se puede mover otro día. Y díganme, ¿por ventura habrá quien se alabe que tiene echado un clavo a la rodaja de la Fortuna?" II, 19; la vuelve a mencionar Sancho bajo estas palabras: "he oído decir que esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y, sobre todo, ciega, y así, no vee lo que hace, ni sabe a quién derriba, ni a quién ensalza." II, 66.
FRANCENIA. Nombre pastoril que inventa el bachiller Sansón Carrasco, para hacerle creer a don Quijote que está de acuerdo con su decisión de hacerse pastor, II, 73.
FRANCISCA. Nombre que utiliza de ejemplo el bachiller Sansón Carrasco para mostrar la manera como se puede transformar cualquier nombre femenino en uno pastoril: "Si mi dama, o, por mejor decir, mi pastora, por ventura se llamare [...] Francisca, la llamaré yo Francenia" II, 73.
FRANCISCO I. Rey de Francia (1494-1547). Los primeros años de su reinado fueron brillantes. Cruzó los Alpes y conquistó el Milanesado; sin embargo, por pretender la corona imperial de Carlos V mantuvo continuas guerras que le fueron desfavorables. Después de su derrota en Pavía fue prisionero del monarca español. Le recuerda Urganda la desconocida en el poema que dedica al Quijote: "qué rey Francisco en Espa- / se queja de la Fortu-!" I, prólogo.
FRATÍN, EL. Bajo éste apelativo alude el capitán cautivo a Jácome Paleazzo, I, 40. Informa don Diego Clemencín: "Fratín, lo mismo que Frailecillo, nombre que se dio a Jácome Palearo o Paleazzo, como se le llama en los documentos del Archivo de Simancas. Sirvió a Carlos V y a Felipe II, y dirigió los reparos de las fortificaciones de Gibraltar y otras plazas. Cervantes introdujo al Fratín por uno de los interlocutores en su comedia del Gallardo Español. Tuvo el fratín otro hermano llamado Jorge, que sirvió también a Felipe II en calidad de ingeniero, como Gabrio Cervellón, los Antonelis y otros italianos de aquel tiempo." I, 40 nota 6.
FRESTÓN, EL SABIO. Según don Quijote, es el nombre correcto del sabio encantador que desaparece su biblioteca, I, 7; transforma los gigantes que ataca don Quijote en molinos de viento para quitarle al caballero la gloria, I, 8. Informa don Diego Clemencín: "Fristón debió decir, un sabio encantador que residía en la temerosa Selva de la Muerte (Belianís, lib. I, cap. XXXV), y hace gran papel en la historia de don Belianís, escrita según allí se supone, por él mismo." I, 7 nota 12.
FRITÓN, EL SABIO. Nombre que inventa el ama, para explicarle a don Quijote la desaparición de su biblioteca, I, 7.
FRONTINO. Caballo del poema épico renacentista Orlando Furioso, el cual perteneció a varios guerreros: Sacripante, Bradamante, Rodamonte y Rugero, quien fue su último dueño. Don Quijote le recuerda cuando, con ocasión de la penitencia que hace en Sierra Morena, deja libre a Rocinante luego de pronunciar las siguientes palabras: "Libertad te da el que sin ella queda, ¡oh caballo tan estremado por tus obras cuan desdichado por tu suerte! Vete por do quisieres, que en la frente llevas escrito que no te igualó en ligereza el Hipogrifo de Astolfo, ni el nombrado Frontino, que tan caro le costó a Bradamante." I, 25; lo menciona la dueña Dolorida cuando Sancho Panza le pregunta por el nombre del caballo que le llevará a él y a don Quijote hasta el reino de Candaya, II, 40. Véase ROLDÁN.
FÚCAR. Manera como se conocía en España a los Fugger, familia de banqueros alemanes que gracias a un importante empréstito que hicieron a Carlos V, obtuvieron el derecho de acuñar moneda en España desde el 1535 y el de explotar las minas de mercurio de Almadén y las de plata de Guadalcanal. Les nombra don Quijote en la cueva de Montesinos, cuando Dulcinea envía a una de sus acompañantes a pedirle dinero prestado: "Decid, amiga mía, a vuesa señora que a mí me pesa en el alma de sus trabajos, y que quisiera ser un Fúcar para remediarlos" II, 23.
FÍLIDA. Nombre pastoril utilizado por los poetas españoles del siglo de oro. La menciona el bachiller Sansón Carrasco para mostrar lo sencillo que es conseguir una pastora a la cual dirigir las alabanzas, II, 73.
FÉNIX. Ave fabulosa, encarnación de Ra, del tamaño del águila, que, según la leyenda, vivía varios siglos. Ardía viva en una hoguera dispuesta por ella misma, y renacía de sus propias cenizas. Los egipcios creían que vivía en los desiertos de Etiopía o Arabia. Le cita don Quijote, cuando niega la posibilidad de casarse con la princesa Micomicona: "y no digo más, no es posible que yo arrostre, ni por pienso, el casarme, aunque fuese con el ave fénix." I, 30; le recuerda la dueña Dolorida cuando menciona el tipo de imposibles que prometen los poetas para enamorar: "Pues, ¿qué cuando prometen el fénix de Arabia, la corona de Aridiana, los caballos del Sol, del Sur las perlas, de Tíbar el oro y de Pancaya el bálsamo? Aquí es donde ellos alargan más la pluma, como les cuesta poco prometer lo que jamás piensan ni pueden cumplir." II, 38.
GAIFEROS, DON. Personaje del romancero popular. Era esposo de Melisendra, y primo de Roldán; su suegro fue Carlomagno. Le cita maese Pedro en la representación gratuita que realiza de su retablo de Melisendra y su liberación por Gaiferos, II, 26-27; le recuerda don Quijote cuando se ofrece para rescatar a don Gaspar Gregorio, de tierra morisca: "Dijo don Quijote a don Antonio que el parecer que habían tomado en la libertad de don Gregorio no era bueno, porque tenía más de peligroso que de conveniente, y que sería mejor que le pusiesen a él en Berbería con sus armas y caballo; que él le sacaría a pesar de toda la morisma, como había hecho don Gaiferos a su esposa Melisendra." II, 64.
GALALÓN. Personaje de la Chanson de Roland; por su traición murieron los Doce Pares de Francia y causó, de paso, la derrota de los francos en Roncesvalles; ingresó al romancero y a diversos libros de caballerías como prototipo del traidor; este es el tratamiento que recibe en don Quijote, I, 13, 27 y 28.
GALAOR, DON. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Era hermano de Amadís y se destacaba por su valentía. El barbero se refería a él en los siguientes términos: "tenía muy acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga." I, 1; comenta Vivaldo que no tuvo dama a la cual se encomendara cuando entraba en batalla, I, 13; tuvo por escudero a Gasabal, I, 20; menciona Monicongo que don Quijote fue mejor caballero que Galaor, I, 52; dice don Quijote que fue calumniado por la malicia: "De don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, se murmura que fue más que demasiadamente rijoso; y de su hermano, que fue llorón." II, 2. Véase AMADÍS DE GAULA.
GALATEA. Nombre pastoril que utiliza don Quijote para demostrarle a su escudero que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25; la menciona el bachiller Sansón Carrasco para mostrar lo sencillo que es conseguir una pastora a la cual dirigir las alabanzas, II, 73.
GALIANA. Según la tradición, se trata de una hija del rey moro Galafre; Carlomagno la conoce en Toledo, se enamora y se casa con ella después de vencer en desafío a su rival Bradamante. Sancho le recuerda cuando cae en una sima al regreso de la ínsula de Barataria: "¡Válame Dios todopoderoso! [...]. Esta que para mí es desventura, mejor fuera para aventura de mi amo don Quijote. Él sí que tuviera estas profundidades y mazmorras por jardines floridos y por palacios de Galiana" II, 55.
GANDALÍN. Escudero de Amadís y personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Dedica un poema a Sancho Panza, I, prólogo; le menciona don Quijote para recordarle a su escudero la necesidad de hablar poco y mostrar mayor respeto hacia él, I, 20. Véase AMADÍS DE GAULA.
GANTE. Espadachín de la época de Cervantes que no ha podido ser identificado plenamente. Le menciona el cabrero Eugenio cuando les cuenta a don Quijote y su comitiva la manera como Vicente de la Rosa se vanagloria: "había [...] entrado en más singulares desafíos, según él decía, que Gante y Luna, Diego García de Paredes y otros mil que nombraba" I, 51.
GARCILASO. 1. Le menciona el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. [...] un Garcilaso, [tuvo] Toledo; un don Manuel de León, Sevilla, cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49. Informa don Diego Clemencín: "Bowle creyó que se hablaba del poeta, que también fue toledano y valiente. Pellicer notó la equivocación, aplicando el texto a otro Garcilaso que se hizo memorable en el asedio de Granada, cuando la tomaron los Reyes Católicos, y por quien se hizo el romance inserto en la historia de las Guerras civiles de dicha ciudad, compuesta por Ginés Pérez de Hita (cap. XVII). Allí se cuenta la victoria que obtuvo Garcilaso de la Vega de un moro que llevaba el rótulo del Ave María a la cola del caballo; en memoria de cuya hazaña dice el romance que se apellidó en adelante Garcilaso de la Vega, y puso el Ave María en el escudo de sus armas. Al mismo asunto se escribió otro romance que incluyó en su Romancero general Pedro de Fores (parte XIII, fol. 454). -Fernando del Pulgar en sus Claros Varones hizo mención y especial elogio de un Garcilaso que murió de un saetazo peleando con los moros en el año de 1455; era sobrino de don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, y descendiente de otro Garcilaso que, reinando don Alfonso XI, se distinguió en la famosa batalla del Salado, y fue muerto en Burgos de orden del Rey don Pedro." I, 49 nota 21. 2. Capitán y poeta español (1503-1536). Se destacó como militar y murió cerca de la villa de Fréjus en lucha contra los franceses. Es, junto con Boscán, el reformador de la métrica española. Autor de bellísimas Églogas, Canciones, Sonetos, etc. Es mencionado por una de las zagalas con las que se encuentra don Quijote cuando va hacia Zaragoza: "Traemos estudiadas dos églogas, una del famoso poeta Garcilaso, y otra del excelentísimo Camoes, [...] las cuales hasta agora no hemos representado." II, 58.
GARCÍA DE PAREDES, DIEGO. (1466 - 1530) Capitán español, famoso por su valor y por su enorme fuerza física. Luchó en Granada, en Italia y contra los turcos. Compañero del Gran Capitán. Dejó escrita una sucinta Vida, recogida por Hernando del Pulgar. Le nombra el cura en la venta de Juan Palomeque: "Y este Diego García de Paredes fue un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Estremadura, valentísimo soldado..." I, 32; le cita el canónigo de Toledo como prototipo del valiente, I, 49; el cabrero Eugenio informa que Vicente de la Rosa le cita para vanagloriarse: " había [...] entrado en más singulares desafíos, según él decía, que Gante y Luna, Diego García de Paredes y otros mil que nombraba" I, 51.
GASABAL. Escudero de Galaor y personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Don Quijote le menciona para recordarle a su escudero la necesidad de hablar poco y mostrar mayor respeto por él, I, 20. Véase AMADÍS DE GAULA.
GAYO. Familia noble y principal de Roma, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
GERAYA. Personaje del libro de caballerías don Rogel de Grecia. Le recuerda don Quijote en medio de la narración de Cardenio, I, 24. Véase DARAIDA.
GIBRALEÓN, MARQUÉS DE. Alusión a don Alonso Diego López de Zúñiga, séptimo duque de Béjar, I, prólogo.
GIGOTE, DON. Manera como la princesa Micomicona hace alusión a don Quijote, cuando desea nombrar al caballero español que le recuperará el territorio arrebatado por el gigante Pandafilando de la Fosca Vista, I, 30.
GIL POLO. Véase POLO, GIL.
GINEBRA, LA REINA. Personaje del romance Lanzarote, era reina y esposa del rey Arturo. Don Quijote resalta de ella los amores que tuvo con Lanzarote, los cuales eran facilitados por la dueña Quintañona, I, 13, 49; don Quijote en la venta de Juan Palomeque jura serle fiel a Dulcinea, "aunque la mesma reina Ginebra con su dama Quintañona se le pusiesen delante." I, 16; por ser Basilio tan diestro con la espada, merece casarse con la misma reina Ginebra, afirma don Quijote en II, 19; está encantada en la cueva de Montesinos, II, 23.
GODOFRE DE BULLÓN. (1060? - 1100) Cuarto duque de la Baja Lorena y jefe de la primera Cruzada. Después de la toma de Jerusalén (1099), fue elegido rey de la Cuidad Santa; aceptó el gobierno, pero no el título, que sustituyó por el de Defensor del Santo Sepulcro. Le menciona el cura cuando habla con el canónigo de Toledo sobre algunos excesos que se comenten en los libros de caballerías y en las comedias de su tiempo: "
le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro" I, 48.
GOLÍAS. Alusión a Goliat, gigante del ejército filisteo que provocó a las tropas israelitas. El entonces pastor David aceptó el desafío y, armado solamente con una honda, lo venció y le cortó la cabeza ante el rey Saúl. Le menciona el amigo del autor del Quijote cuando le indica a éste cómo corregir los supuestos errores de la obra: "si nombráis algún gigante en vuestro libro, hacelde que sea el gigante Golías" I, prólogo; le cita don Quijote como prueba de la existencia de los gigantes: "...pero la Santa Escritura, que no puede faltar un átomo en la verdad, nos muestra que los hubo, contándonos la historia de aquel filisteazo de Golías, que tenía siete codos y medio de altura, que es una desmesurada grandeza." II, 1.
GONELA, PEDRO. Le menciona el narrador cuando compara su caballo con el que Alonso Quijano elige para salir en busca de aventuras: "Fue luego a ver su rocín, y, aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban." I, 1. Afirma don Diego Clemencín que: "Pedro Gonela, fué albardán ó bufón de un Marqués ó Duque de Ferrara en el siglo XV, y cuyo caballo, por su flaqueza y extenuación, dió motivo á chistes, que se refieren en la colección de los de aquel juglar, impresa en el año de 1568, y de que hacen mención D. Juan Bowle y D. Juan Antonio Pellicer." I, 31 nota 31.
GONZÁLEZ, SEÑORA. Apellido con el cual se dirige Sancho Panza a doña Rodríguez, cuando le pide que le guarde su jumento en la caballeriza: "Señora González, o como es su gracia de vuesa merced..." II, 31. De este pasaje anota don Diego Clemencín: "...González era apellido tan común en las dueñas como se deduce del presente pasaje y se confirma por el de don Francisco de Quevedo en la Visita de los chistes, donde dice que estaba la envidia con hábito de viuda, tan parecida a dueña, que la quise llamar Álvarez o González." I, 31 nota 7.
GRAN TURCO. Manera como el capitán cautivo hace alusión a Selim, I, 39-40; Sancho Panza le recuerda en la carta que le escribe a su mujer: "El rucio está bueno, y se te encomienda mucho; y no le pienso dejar, aunque me llevaran a ser Gran Turco." II, 36.
GREGORIO, DON GASPAR. Sigue a la despatriada Ana Félix; la acompaña hasta Argel y queda allí disfrazado de mujer, II, 63; se prepara su rescate de Argel, II, 63; don Quijote opina que "
sería mejor que le pusiesen a él en Berbería con sus armas y caballo; que él le sacaría a pesar de toda la morisma, como había hecho don Gaiferos a su esposa Melisendra." II, 64; es rescatado y don Antonio Moreno lo acoge en su casa, II, 65.
GREGORIO, DON PEDRO. Joven rico del pueblo de Sancho, que se enamora de la hija del morisco Ricote; cuando la familia de este sale expulsada de España, por un bando del Rey, Gregorio desaparece. Informa Sancho a Ricote: "...después que ella se partió, [Ricota] nunca más él ha parecido en nuestro lugar, y todos pensamos que iba tras ella para robarla; pero hasta ahora no se ha sabido nada." II, 54. Vuelve a aparecer bajo el nombre de don Gaspar Gregorio, II 63-65.
GRISÓSTOMO. Hijo de padres ricos, estudia en Salamanca y se destaca por su gran conocimiento. Conoce a la bella pastora Marcela y se enamora perdidamente de ella, hasta el punto que decide hacerse pastor para seguirla por los campos y tratar de enamorarla. A pesar de las constantes y decididas negativas de ella, él continúa en su porfía llegando a tanto que muere, I, 12; don Quijote asiste a su entierro por invitación de los cabreros, I, 13; Ambrosio le entierra como ordenó en su testamento, I, 13; por intervención de Vivaldo se salva de ser quemada la Canción Desesperada, la cual fue compuesta por el difunto y es leída en I, 14; en medio del entierro aparece Marcela y hace una defensa de su derecho a amar a quien ella quisiese, demostrando, de paso, que es Grisóstomo el único culpable de su muerte, I, 14.
GUADIANA. Escudero que, supuestamente, sirve a Durandarte. Se encontraba encantado en la cueva de Montesinos, pero de tanto llorar fue convertido por Merlín en el río Guadiana. II, 23.
GUARINO MEZQUINO. Protagonista de la novela de caballerías Crónica del muy noble caballero Guarino Mesquino, en la cual trata de las aventuras que le acontecieron por todas partes del mundo, publicada en Sevilla en el año 1512; dicho texto fue una traducción del Guerrin Meschino de Andrea da Barberino, novela publicada en Padua en el año 1473. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
GUEVARA, FERNANDO DE. Caballero castellano del siglo XV, doncel y cortesano del Rey de Castilla y de León, don Juan II. En 1436 tomó armas en la ciudad de Viena contra el caballero Micer George Vourapag, al cual venció. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
GUILLERMO EL RICO. Labrador adinerado, padre de la pastora Marcela, I, 12.
GUINART, ROQUE. (1582 - 1645?) Bandolero español conocido como Perot lo lladre. Partidario del bando de los nyerros, hízose popular en Cataluña por su acción al frente de una numerosa partida. Acogido a un indulto, terminó su vida en Nápoles como capitán de tercios. Sancho y don Quijote le encuentran cuando se dirigen a Barcelona; de inmediato se hace notoria la admiración que don Quijote le tiene. Dice: "No es mi tristeza haber caído en tu poder, ¡oh valeroso Roque, cuya fama no hay límites en la tierra que la encierren!, sino por haber sido tal mi descuido..." II, 60; Claudia Jerónima llega a pedirle ayuda luego de herir de muerte a su prometido don Vicente Torrellas, II, 60; le escribe a un amigo de Barcelona para que reciba a don Quijote y Sancho Panza: "Apartóse Roque a una parte y escribió una carta a un su amigo, a Barcelona, dándole aviso como estaba consigo el famoso don Quijote de la Mancha, aquel caballero andante de quien tantas cosas se decían; y que le hacía saber que era el más gracioso y el más entendido hombre del mundo," II, 60.
GUISOPETE. Alusión a Esopo, fabulista griego (S. VI A.C.). Se desconoce su biografía y ya para los griegos de la época clásica era un personaje medio legendario, sobre el cual circulaban muchas anécdotas, que se hallan resumidas en la Vida de Esopo, compuesta en el siglo XIV por el monje griego Planudo. Creso lo mandó a consultar el oráculo de Delfos; las burlas de Esopo enojaron a los délficos, que lo acusaron de sacrílego y le dieron muerte precipitándolo desde lo alto de la roca Hiampea. Seguramente Esopo nunca escribió nada. Sin embargo, se designaban con el nombre de Fábulas esópicas unas breves narraciones familiares, de carácter alegórico y moral en la que los animales desempeñaban los papeles principales. Sancho le menciona en Sierra Morena cuando, fastidiado por la prohibición de hablar que le impone su amo, le dice a este que: "Si ya quisiera la suerte que los animales hablaran, como hablaban en tiempos de Guisopete, fuera menos mal, porque departiera yo con mi jumento lo que me viniera en gana, y con esto pasara mi mala ventura; que es recia cosa, y que no se puede llevar en paciencia, andar buscando aventuras toda la vida y no hallar sino coces y manteamientos, ladrillazos y puñadas, y, con todo esto, nos hemos de coser la boca, sin osar decir lo que el hombre tiene en su corazón, como si fuera mudo." I, 25.
GURREA, FAMILIA. Familia noble y principal de Alagón, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
GUTIÉRREZ, JUANA. Primer nombre con el cual se designa a la esposa de Sancho Panza, el cual se utiliza sólo una vez, I, 7.
GUTIÉRREZ, MARI. Segundo nombre, el primero fue Juana Gutiérrez, con el cual se nombra en el Quijote a la esposa de Sancho Panza, el cual es utilizado sólo una vez, I, 7. Llama la atención que don Quijote, hablando del Quijote que compuso Avellaneda, trate a este autor de ignorante por llamar en su libro a la mujer de Sancho Mari Gutiérrez y no Teresa Panza. Dice don Quijote: "...y la tercera, que más le confirma por ignorante, es que yerra y se desvía de la verdad en lo más principal de la historia; porque aquí dice que la mujer de Sancho Panza mi escudero se llama Mari Gutiérrez, y no llama tal, sino Teresa Panza; y quien en esta parte tan principal yerra, bien se podrá temer que yerra en todas las demás de la historia." II, 59. Se le escapa a Cervantes que fue gracias a él que se equivocó Avellaneda.
GUZMÁN, FAMILIA. Noble linaje leonés derivado de Gundemaro. En 990 Bermudo II dio a los Guzmanes el señorío de Toral. De aquí se extendió esta familia y apellido a Castilla y más tarde a Andalucía, no habiendo apenas casa noble entre cuyos apellidos no figure el Guzmán. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
GUZMÁN, GONZALO DE. Caballero Castellano, en 1428 tomó armas contra el caballero navarro Luis de Falces, al cual venció. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
HALDUDO, JUAN. Hombre rico vecino del Quintanar. Don Quijote le encuentra cuando azota a un muchacho criado suyo, Andrés, luego que éste le reclamara su salario, I, 4; don Quijote interviene obligando a Juan a suspender el castigo y comprometiéndolo a pagar todo lo que debe, pero una vez marchado don Quijote reinicia el castigo, I, 4; don Quijote y la comitiva que con él se encuentra se enteran de estos últimos hechos cuando, a la salida de Sierra Morena, hallan a Andrés y éste cuenta lo que sucedió una vez ido el caballero, I, 32.
HEBREO, LEÓN. Filósofo y médico judío (Lisboa 1465 - Italia 1521), hijo y discípulo de Ishag Abrabael. En 1483 emigró a Toledo; luego, a raíz de sucesivas expulsiones de judíos, residió en Nápoles (1492-1495), Génova (1495-1501) y otras ciudades italianas, en especial Nápoles, donde fue médico del Gran Capitán y del virrey (1520-1521). Además de algunas poesías en hebreo (entre ellas una autobiográfica Elegía sobre el destino), escribió en italiano los Diálogos de amor (Dialoghi damore), publicados póstumamente en 1535. Obra de clara tendencia platonizante, en que se discuten ampliamente varias cuestiones filosóficas centradas en torno a la doctrina del amor como principio fundamental de la vida, fue considerada el mejor de los numerosos tratados de la época. Le menciona el amigo del autor del Quijote cuando le dice a éste lo que debe hacer para corregir algunos de los supuestos errores de la obra. Dice el amigo que si va ha hablar de amores "con dos onzas que sepáis de la lengua toscana, toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas." I, prólogo.
HERACLIO, EL EMPERADOR. (575 - 641) Emperador bizantino (610 - 641). Alcanzó el trono por una sublevación militar que derribó al usurpador Focas. Tuvo que luchar contra los persas que se apoderaron de Antioquía, Jerusalén y Egipto. Parte de su imperio fue ocupado por los árabes. Le menciona el cura cuando habla con el canónigo de Toledo sobre algunos excesos que se cometen en los libros de caballerías y en las comedias de su tiempo: "¿cómo es posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fingiendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlomagno, el mismo que en ella hace la persona principal le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro..." I, 48.
HERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, GONZALO. Alusión a Gonzalo Fernández de Córdoba en I, 32.
HERNÁNDEZ, TENORIO. Hombre de origen bajo que participa en el manteamiento de Sancho cuando, a la salida de la venta de Juan Palomeque el Zurdo, don Quijote se niega a pagar el valor de la estadía, I, 18.
HIPÓCRATES. Médico griego nacido en la isla de Cos. El mayor de la antigüedad. Autor de obras notables, de las que se conservan algunos fragmentos. Llámasele el Padre de la Medicina. (460-377 A. C.). Le cita el doctor Pedro Recio de Agüero, cuando le explica al gobernador don Sancho Panza la razón por la no cual puede comer perdices: "Porque nuestro maestro Hipócrates, norte y luz de la medicina, en un aforismo suyo, dice: Omnis saturatio mala, perdices autem pessima. Quiere decir: Toda hartazga es mala; pero la de las perdices, malísima." II, 47. De este pasaje comenta don Diego Clemencín: "El aforismo vulgar es: omnis saturatio mala, panis autem pessima. El socarrón de Pedro Recio lo torció a su propósito, poniendo perdicis en lugar de panis. La edición primitiva dice: perdicis autem pessima, y las posteriores corrigieron: unas, perdix, que venía más mejor para el sonsonete y la medida, y otras, perdicis, que es más conforme a la gramática. Pero cualquier disparate de la primera edición puede conservarse sin inconveniente porque a Recio no le importaba la corrección y Sancho no había de repararlo." I, 47 nota 14.
HIPÓLITO. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. Lo menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
HIPOGRIFO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso, es un caballo alado, cruce entre yegua y grifo que perteneció a Atlante, Rugero y Astrolfo. Don Quijote le recuerda cuando, con ocasión de la penitencia que hace en Sierra Morena, deja libre a Rocinante luego de pronunciar las siguientes palabras: "Libertad te da el que sin ella queda, ¡oh caballo tan estremado por tus obras cuan desdichado por tu suerte! Vete por do quisieres, que en la frente llevas escrito que no te igualó en ligereza el Hipogrifo de Astolfo, ni el nombrado Frontino, que tan caro le costó a Bradamante." I, 25. Véase ROLDÁN.
HOCES, RAMÓN DE. Le menciona Sancho cuando don Quijote dice que Montesinos le confirma que había sacado el corazón de Durandarte con un puñal: "Debía de ser el tal puñal de Ramón de Hoces, el sevillano." II, 23. De este personaje informa Rodríguez Marín "Ni en Sevilla ni en otra ciudad, que yo sepa, han tropezado los eruditos con este Ramón de Hoces, espadero o cuchillero de tiempo no muy anterior a Cervantes".
HOMERO. Poeta griego, tenido por el mejor de los tiempos antiguos. Poca cosa se sabe de cierto de su vida. Se supone que vivió hacia el siglo X A. C. Siete ciudades se disputan el honor de haber sido su cuna, siendo Esmirna la que cuenta con mejores títulos. Bajo su nombre se conservan los poemas épicos La Ilíada y La Odisea. Le cita el amigo del autor del Quijote cuando le dice a este la manera como puede emplear a Homero para suplir algunas de las supuestas faltas de la obra, I, prólogo; el cura cuando habla de la gran calidad literaria del Palmerín de Inglaterra dice que "se guarde y se conserve como a cosa única, y se haga para ello otra caja como la que halló Alejandro en los despojos de Darío, que la diputó para guardar en ella las obras del poeta Homero." I, 6; don Quijote le comenta a su escudero que desea hacer una penitencia similar a la que hizo Amadís de Gaula para, imitando al mejor de los caballeros, lograr la perfección que tanto busca y ganar así fama y gloria, porque: "...cuando algún pintor quiere salir famoso en su arte, procura imitar los originales de los más únicos pintores que sabe; y esta mesma regla corre por todos los más oficios o ejercicios de cuenta que sirven para adorno de las repúblicas. Y así lo ha de hacer y hace el que quiere alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajos nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y de sufrimiento..." I, 25; don Quijote cuando declara que muchos pasajes pueden ser omitidos por los autores para no perjudicar a sus héroes, y que por tal motivo: "...no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero." II, 3; le menciona don Diego de Miranda para mostrar los gustos literarios de su hijo II, 16; el narrador cuando, al final del libro, declara que no desea decir en que ciudad nació Alonso Quijano para que las villas de la Mancha peleasen entre sí su cuna, al igual que siete ciudades griegas hacen lo propio con Homero, II, 74.
HORACIO. Poeta latino (66 A. C. 6 A. C.). El más alto representante de la lírica en la literatura romana. Amigo de Virgilio, consiguió por intermedio de éste la protección de Mecenas. Compuso Odas, Sátiras, Épodos, el Carmen Seculare y dos libros de Epístolas, de las cuales la Epístola a los Pisones o Arte Poética, tiene enorme influencia en todas las literaturas europeas. Le cita el amigo del Quijote cuando le dice a éste la manera como puede suplir algunas de las supuestas faltas de la obra, I, prólogo; le menciona don Diego de Miranda para mostrar los gustos literarios de su hijo, II, 16.
HORACIO COCLES. Héroe romano, por sobrenombre Cocles (el tuerto). Fue uno de los descendientes del vencedor de los Curiacios y, según Dionisio, hermano de Marco Horacio. En 507 A.C., cuando los etruscos, al mando de Pórsena, habían ya llegado al Janículo y puesto en fuga a los romanos; salvó la ciudad con tal heroísmo, que (según la tradición) defendió él solo el puente Sublicio contra los enemigos que le acosaban en masa, hasta que los romanos rompieron el puente, y él, con los suyos, atravesó a nado la corriente. Le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama: "¿Quién piensas tú que arrojó a Horacio del puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre?" II, 8.
HORNOS, CONDE DE. Alusión al conde de Hoorn, militar flamenco, cuyo nombre de pila era Philippe de Montmorency - Nivelle. (1518-1568). Se halló en las batallas de San Quintín y Gravelinas. Luchó con Guillermo de Orange por la libertad política y religiosa de los Países Bajos. El duque de Alba lo hizo decapitar junto con el conde de Egmont el 4 de junio de 1568. Le recuerda el capitán cautivo cuando relata su vida: "halléme en la muerte de los condes de Eguemón y de Hornos" I, 39.
HURGADA. Manera como el ama se refiere a Urganda la desconocida, luego que don Quijote le pide a sus amigos que la llamen para que cure sus heridas: "Suba vuestra merced en buen hora, que, sin que venga esa Hurgada, le sabremos aquí curar." I, 5.
HÉCTOR. Héroe troyano, hijo de Príamo y Hécuba y esposo de Andrómeca. De ella tuvo un hijo, Astíanax. Fue muerto por Aquiles en el asedio de Troya. Se le ha considerado un personaje dotado de gran valor y piedad. Le nombra el cura cuando argumenta que si un historiador escribe de manera desapasionada las aventuras y hazañas de Diego García de Paredes, "pusieran en su olvido las de los Hétores, Aquiles y Roldanes." I, 32; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, las traiciones de Sinón, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47; don Quijote cree en su existencia histórica, I, 49; exclama la dueña Dolorida: "...aunque vengamos por línea recta, de varón en varón, del mismo Héctor el troyano, no dejaran de echaros un vos nuestras señoras..." II, 40.
HÉRCULES. Héroe mítico, el más famoso de la antigüedad, hijo de Júpiter y Alcmena, de corpulencia y fuerza extraordinarias. Una de sus primeras hazañas fue la de matar al león de Citera. Mató a sus propios hijos y en expiación de este crimen, según el oráculo de Delfos, tuvo que cumplir una dura pena conocida por los Doce Trabajos de Hércules. Murió envenenado al ponerse la túnica impregnada en la sangre del centauro Neso que le entregó su esposa Deyanira. Se menciona que Hercules Mató a Anteo ahogándolo entre sus brazos, I, 1 y II, 32; dice don Quijote que fue calumniado por la malicia: "De Hércules, el de los muchos trabajos, se cuenta que fue lascivo y muelle." II, 2; le menciona el Caballero del Bosque cuando le dice a don Quijote: "Esta tal Casildea, pues, que voy contando, pagó mis buenos pensamientos y comedidos deseos con hacerme ocupar, como su madrina a Hércules, en muchos y diversos peligros" II, 14; el gobernador don Sancho Panza le nombra cuando regaña a una mujer que supuestamente había sido violada: "Hermana mía, si el mismo aliento y valor que habéis mostrado para defender esta bolsa le mostrárades, y aun la mitad menos, para defender vuestro cuerpo, las fuerzas de Hércules no os hicieran fuerza." II, 46.
INTERÉS. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
ISEO. Personaje de texto medieval Don Tristán de Leonís, el cual fue escrito en latín a mediados del siglo XII; de esta lengua fue traducido al francés y luego al español. La primera edición en nuestro idioma se imprimió en 1528 en la ciudad de Sevilla. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49.
JARAMILLA, LA REINA. Esposa del rey Tinacrio el Sabidor y madre de la infanta Micomicona, I, 30. Estos nombres son inventados por Dorotea cuando se hace pasar ante don Quijote por una infanta menesterosa que necesita su auxilio.
JARIFA. Amada de Abindarráez, personaje de la novela pastoril Los siete libros de la Diana, y de la novela morisca Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa, de autor anónimo impresa en 1565. Don Quijote la menciona cuando el labrador Pedro Alonso lo lleva de regreso a casa: "Sepa vuestra merced, señor don Rodrigo de Narváez, que esta hermosa Jarifa que he dicho es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por quien yo he hecho, hago y haré los más famosos hechos de caballerías que se han visto, vean ni verán en el mundo." I, 5. Véase DIANA.
JASÓN DE CRETA. Héroe griego, jefe de los argonautas, hijo del rey de Iolcos, Esón. Su hermano Pelias le arrebató el trono. Para devolvérselo exigió la entrega del Vellocino de Oro y Jasón, con la ayuda de Medea, organizó en su busca la expedición de los Argonautas, embarcando hacia la Cólquida de Argos. Le menciona el Monicongo en el epitafio que escribe en honor a don Quijote: "...de más despojos que Jasón decreta" I, 52.
JAUREGUI, JUAN DE. Escritor y pintor español (Sevilla 1583 - Madrid 1641). Fue amigo de Cervantes, de Lope de Vega, y feroz enemigo de Quevedo y Góngora. En 1639 ingresó en la Orden de Calatrava. Cultivó los más diversos géneros literarios. En 1607 hizo la traducción del Aminta de Tasso. Le cita don Quijote en la editorial de Barcelona como uno de los mejores traductores que han existido: "don Juan de Jáurigui, en su Aminta, donde felizmente ponen en duda cuál es la tradución o cuál el original." II, 62.
JERÓNIMO, DON. Miembro de una familia principal. Gracias a él y su amigo don Juan, don Quijote no sólo se entera de que existe una segunda parte con sus historias (Escrita por Fernández de Avellaneda, Tarragona, 1614), sino que llega a tener el libro en sus manos, lo hojea de manera rápida, muestra los supuestos errores que comete el historiador de la apócrifa continuación y decide cambiar su rumbo: no irá a Zaragoza, sino a Barcelona, II, 59.
JORGE, MICER. El nombre de pila de este caballero era George Vourapag, pertenecía a la casa del duque Alberto de Austria. En 1436 fue vencido en Viena por el caballero castellano don Fernando de Guevara. Don Quijote le cita para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
JÚPITER. Divinidad romana, la máxima del panteón romano, equivalente al Zeus helénico; hijo de Saturno y Cibeles, y hermano de Neptuno y Plutón. Garantizaba las instituciones de carácter político y las relaciones internacionales; los emperadores eran puestos bajo su tutela. Es personaje de un relato que narra el barbero al cura y don Quijote, cuando este último proyecta salir de nuevo en busca de aventuras, II, 1.
JUAN DE LAS INDIAS, PRESTE. Legendario monarca cristiano del siglo XII, que unos sitúan en Oriente y otros en Etiopía. Según la leyenda se ordenó presbítero o preste ante los misioneros nestorianos. Le menciona el amigo del autor del Quijote cuando le sugiere a éste que escriba él mismo varios sonetos y luego diga que los compuso el Preste Juan, y solucionar así la supuesta falta de poemas escritos por personajes importantes al inicio de la obra, I, prólogo; le recuerda el canónigo de Toledo cuando expone algunas de las razones por las cuales los libros de caballerías son perjudiciales: "¿Qué ingenio, si no es del todo bárbaro e inculto, podrá contentarse leyendo que una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía, y mañana amanezca en tierras del Preste Juan de las Indias..." I, 47.
JUAN LATINO. Es citado en el poema que Urganda la desconocida dedica al Quijote: "Pues al cielo no le plu- / que salieses tan ladi- / como el negro Juan Lati-" I, prólogo. Informa don Diego Clemencín: "Don Francisco Bermúdez de Pedraza, en la Antigüedad y excelencia de Granada (libro III, cap. XXXIII), cuenta que el negro Juan Latino Fue traído siendo niño cautivo con su madre a España, donde se crió en casa de la duquesa de Terranova, viuda del Gran Capitán, con la doctrina de su nieto de Duque de Sesa, el cual servía de llevar los libros al estudio...Estudió artes, y fué maestro en ellas... Se aplicó a leer gramática, y tuvo la cátedra desta ciudad (Granada) más de sesenta años. Fue tan estimado de los duques de Sesa, Arzobispos y gente principal, que todos le daban su mesa y silla, porque demás de ser gran retórico y poeta latino, era gracioso decidor y buen músico de vihuela. Vivió noventa años, dejando hijas y nietos que hoy viven. Cegó a la vejez, y no obstante esto, leía en las escuelas y por las calles andando. Está enterrado en la iglesia de Señora Santa Ana desta ciudad" I, prólogo, nota 37.
JUAN, DON. Miembro de una familia principal. Gracias a él y su amigo don Jerónimo, don Quijote no sólo se entera de que existe una segunda parte con sus historias (Escrita por Fernández de Avellaneda, Tarragona, 1614), sino que llega a tener el libro en sus manos, lo hojea de manera rápida, muestra los supuestos errores que comete el historiador de la apócrifa continuación y decide cambiar su rumbo: no irá a Zaragoza, sino a Barcelona, II, 59.
JUDAS. Uno de los doce apóstoles. Traicionó a Jesús entregándole al Sanedrín. Su suicidio en los relatos bíblicos se identifica con la muerte del malhechor. Le menciona Cardenio para referirse a la traición de don Fernando, I, 27; le cita don Quijote para reprender a Sancho: "cuando comienzas a ensartar refranes y cuentos, no te puede esperar sino el mesmo Judas, que te lleve." II, 19; lo nombra Sancho para expresar incredulidad: "Eso creo yo muy bien, que esto del morirse los enamorados es cosa de risa: bien lo pueden ellos decir, pero hacer, créalo Judas." II, 70.
JULIÁN, CONDE DON. Gobernador cristiano de Ceuta, cuya hija habría sido deshonrada por el rey Rodrigo. Para vengarse entregó la plaza a los moros y luchó por ellos en Guadalete (siglo VIII). Le menciona Cardenio para referirse a la traición de don Fernando, I, 27.
JULIO. Manera como Sancho alude a Julio César: "esos Julios o Agostos, y todos esos caballeros hazañosos que ha dicho, que ya son muertos, ¿dónde están agora?" II, 8.
JUVENAL, DÉCIMO JUNIO. Poeta latino (55-138). En sus Sátiras, pinta las costumbres corruptas de Roma. Le cita don Diego de Miranda para realzar las lecturas de su hijo, II, 16.
LAGUNA, DOCTOR ANDRÉS. Médico y naturalista español (1494-1560). Fue una de las celebridades de su tiempo y médico del papa Julio III. Le recuerda don Quijote cuando le dice a su escudero " Con todo eso [
], tomara yo ahora más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado por el doctor Laguna." I, 18. Don Diego Clemencín anota: "Andrés Laguna, natural de Segovia, médico del Emperador Carlos V, tradujo del griego e ilustró con anotaciones y figuras el tratado de Pedacio Dioscórides acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos. Se imprimió en Salamanca el año de 1570." I, 18 nota 63.
LAIDA. Prostituta ficticia que inventa Fray Antonio de Guevara en sus Epístolas Familiares, publicada en 1539. Le cita un amigo del autor del Quijote cuando desea mostrarle a éste lo fácil que es suplir las supuestas faltas de la obra: "si de mujeres rameras, ahí está el obispo de Mondoñedo, que os prestará a Lamia, Laida y Flora, cuya anotación os dará gran crédito" I, Prólogo.
LAMIA. Prostituta ficticia que supuestamente amó el rey Demetrio, hijo de Antígono, esta falsedad histórica la inventó el obispo de Mondoñedo, I, prólogo. Véase LAIDA.
LANZAROTE DEL LAGO. Caballero del ciclo artúrico y personaje del romancero. Don Quijote recuerda en varias oportunidades un fragmento de su romance: Nunca fuera caballero / de damas tan bien servido / como fuera Lanzarote / cuando de Bretaña vino, I, 2, 13; II, 19; se hace mención a los amores de Lanzarote con la reina Ginebra, I, 13, 49; Sancho Panza parodia el romance cuando le pide a la señora Rodríguez de Grijalba que lleve su asno a la caballeriza, II, 31; por ser Basilio tan diestro con la espada, merecía casarse con la misma reina Ginebra, así se oponga Lanzarote, afirma don Quijote en II, 19; está encantado en la cueva de Montesinos, II, 23.
LÓPEZ MALDONADO. Poeta lírico del siglo XVI y autor del Cancionero. Más célebre que por sus versos lo es por haberle mencionado Cervantes en el capítulo VI de la primera parte del Quijote. Le nombra el barbero cuando realiza, en compañía del cura, el ama y la sobrina, el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote, I, 6.
LÓPEZ, ALONSO. Bachiller natural de Alcobendas; acompañando, junto a unos clérigos, los restos mortales de un caballero a Sevilla, se topa durante la noche con don Quijote, y éste, creyendo encontrarse en ocasión de aventuras, arremete contra la comitiva y deja herido al bachiller, I, 19.
LATINO, JUAN. Véase JUAN LATINO.
LAURCALCO. Caballero que sobresale por su valor a la hora del combate; don Quijote lo inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
LAUTREC, MONSIUR DE. Alusión al militar francés Odet de Foix, vizconde de Lautrec. (1485 - 1528). Tras diversas victorias sobre los españoles, fue nombrado gobernador del milanesado. Mariscal de Francia en 1515. Murió en el sitio de Nápoles siendo general en jefe del ejército francés; en dicha batalla muere también Lotario, personaje de la Novela del Curioso Impertinente, I, 35.
LAZARILLO DE TORMES. Protagonista de la obra La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, publicada en 1554 y atribuida, entre otros autores, a Diego Hurtado de Mendoza. Es citado por el Donoso en el poema que escribe en honor a Rocinante. I, prólogo.
LEANDRA. Joven rica y bella; estas condiciones hicieron que fuera muy solicitada en matrimonio, entre ellos Anselmo y Eugenio. Se enamora del soldado Vicente de la Roca, y huyen del pueblo; en el campo Vicente aprovecha la soledad y roba todas las joyas con que se había escapado Leandra. Su padre le encierra en un monasterio y todos sus pretendientes se hacen pastores para cantar sus penas y dolores. Esta historia se conoce gracias al cabrero Eugenio, el cual, buscando a una de sus cabras perdidas, se topa con la comitiva que lleva de regreso a don Quijote a la aldea, I, 51.
LEÓN EL HEBREO. Véase HEBREO LEÓN.
LEÓN, DON MANUEL DE. Alusión a Manuel Ponce de León, caballero histórico del reinado de los Reyes Católicos, que entró en una jaula de leones para recoger el guante que había dejado caer su dama. Le cita el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "un don Manuel de León, [tuvo] Sevilla, cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49; se le menciona cuando don Quijote está a punto de acometer la aventura de los leones, II, 17.
LELA MARIÉN. Nombre con el que LEMOS, CONDE DE. (Monforte 1576-1622). Fue embajador de Felipe IV en Roma, presidente del Consejo de Indias (1606) y virrey de Nápoles, donde construyó el edificio de la universidad. Fue famoso como mecenas, ya que protegió a Lope de Vega, a Góngora y a Cervantes, quien le dedicó diversas obras, entre ellas la segunda parte del Quijote, II, Prólogo; don Quijote le alude cuando dice: "Un príncipe conozco yo que puede suplir la falta de los demás, con tantas ventajas que, si me atreviere a decirlas, quizá despertara la invidia en más de cuatro generosos pechos..." II, 24.
LEONELA. Personaje de la Novela del Curioso Impertinente (I, Caps 33 - 35). Doncella de Camila que teniendo noticia de los amores ilícitos entre su ama y Lotario, les ayuda a ocultar el secreto a cambio de que se le permita gozar con su prometido. El descubrimiento de este último hecho por parte de Anselmo, esposo de Camila y artífice en buena parte de los amores ilícitos de su mujer, desencadena un trágico final para todos.
LEONORA. Dama catalana, hija de Balvastro; de ella se dice que se va a casar con don Vicente Torrellas, dicho rumor llega a oídos de la prometida de este, Claudia Jerónima, y tiene lugar un trágico desenlace, II, 60.
LIBERALIDAD. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
LICURGO. Legislador de Esparta que, según la tradición, reformó las instituciones espartanas tanto en el aspecto militar como en el civil. Su existencia es muy discutible. Los lacedemonios le atribuyeron un origen divino. Le menciona el narrador cuando don Quijote, el barbero y el cura discuten sobre formas de gobierno: "...haciéndose cada uno de los tres un nuevo legislador, un Licurgo moderno o un Solón flamante" II, 1; Le cita el mayordomo de la ínsula que gobierna Sancho: "...tengo para mí que el mismo Licurgo, que dio leyes a los lacedemonios, no pudiera dar mejor sentencia que la que el gran Panza ha dado." II, 51.
LIRGANDEO, EL SABIO. Maestro y cronista del Caballero del Febo"> y personaje del Espejo de príncipes y caballeros. Don Quijote le invoca cuando cree estar encantado, I, 43; aparece con otros encantadores en el palacio de los duques, cuando éstos le hacen bromas a don Quijote y Sancho Panza en relación con el desencantamiento de Dulcinea del Toboso, II, 34. Véase CABALLERO DEL FEBO.
LISIPO. (370 - 310 A.C.) Escultor griego. Opuso a los cánones anatómicos de Policleto los de su estatua Apoxiómenos, de proporciones mucho más esbeltas. Fue el escultor de Alejandro Magno. Le recuerda don Quijote cuando dice que la descripción de la belleza de Dulcinea es un trabajo digno "de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla" II, 32.
LISUARTE DE GRECIA. Protagonista del libro de caballerías Crónica de los famosos y esforzados caballeros Lisuarte de Grecia, hijo de Esplandián, Emperador de Constantinopla, y de Perión de Gaula, hijo de Amadís de Gaula, Rey de la Gran Bretaña. En la cual se hallará el nascimiento del Caballero del Ardiente Espada, obra escrita por Feliciano de Silva. Le menciona don Quijote para demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1.
LITE. Así llama Minos a Dite: "¡oh tú, Radamanto, que conmigo juzgas en las cavernas lóbregas de Lite!" II, 69.
LLANA, DIEGO DE. Rico hidalgo de la ínsula de Barataria; luego de la muerte de su esposa encierra a su hija en casa y ésta, para conocer la aldea donde vive, sale una noche con su hermano, disfrazada de hombre, topándose con los alguaciles del gobernador don Sancho Panza, II, 49.
LOBO, PEDRO DE. Vecino de Sancho Panza; su hijo es demandado por Minguilla por incumplirle la promesa de matrimonio. Les conocemos gracias a la carta que escribe Teresa Panza a su esposo, II, 52.
LOBUNA, CONDESA. Apellido de la dueña Dolorida, el cual toma porque hay muchos lobos en su condado; lo cambia luego por condesa Trifaldi, para "favorecer la novedad de su falda" II, 38.
LOFRASO, ANTONIO DE. Poeta español del siglo XVI (nacido en Alghero, Cerdeña). En 1573 publicó en Barcelona la novela pastoril Diez libros de fortuna de Amor, que Cervantes censuró en el Viaje al Parnaso y citó elogiosamente en el famoso pasaje del escrutinio de libros del Quijote, que debe interpretarse como un juicio irónico, dada la poca calidad de la novela de Lofraso. Sin embargo, Pedro de Pineda, un judío español residente en Londres la reeditó lujosamente (1740) estimulado por el pasaje del Quijote. Le nombra el barbero cuando realiza, en compañía del cura, el ama y la sobrina, el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote, I, 6.
LORENZO CORCHUELO. Campesino pobre, padre de Aldonza Lorenzo. Le nombra don Quijote en Sierra Morena cuando revela a Sancho la verdadera identidad de Dulcinea: "en doce años que ha que la quiero más que a la lumbre destos ojos que han de comer la tierra, no la he visto cuatro veces; y aun podrá ser que destas cuatro veces no hubiese ella echado de ver la una que la miraba: tal es el recato y encerramiento con que sus padres, Lorenzo Corchuelo, y su madre, Aldonza Nogales, la han criado." I, 25; le recuerda Sancho cuando a la salida de Sierra Morena, se encuentra con el cura y maese Nicolás. Afirma el narrador: "les contó de la suerte que quedaba, las aventuras que le habían sucedido y cómo llevaba la carta a la señora Dulcinea del Toboso, que era la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien estaba enamorado hasta los hígados." I, 26.
LORENZO, ALDONZA. Campesina pobre, a la cual convierte don Quijote en su dama: "Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto." I, 1; sus padres son Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, I, 25; don Quijote le comenta a su esudero que no había ningún problema en el hecho de que Dulcinea no fuese princesa: "Y así, bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo." I, 25; le nombra el Caballero del Bosque cuando intenta demostrarle a don Quijote que antes se habían enfrentado: "...y, finalmente, tiene por señora de su voluntad a una tal Dulcinea del Toboso, llamada un tiempo Aldonza Lorenzo..." II, 14; le menciona el gobernador don Sancho Panza en una carta que escribe a su mujer: "...y el sabio Merlín ha echado mano de mí para el desencanto de Dulcinea del Toboso, que por allá se llama Aldonza Lorenzo..." II, 36.
LOT. Patriarca hebreo, sobrino de Abraham. Acogió a los enviados del Señor a Sodoma, siendo salvado por ello, junto con su familia, en la destrucción de la ciudad. Su mujer, que desobedeció la orden divina de mirar atrás, fue convertida en estatua de sal. La menciona Cardenio cuando narra sus desventuras al cura y el barbero: "...salí de la ciudad, sin osar, como otro Lot, volver el rostro a miralla" I, 27.
LOTARIO. Personaje de la Novela del Curioso Impertinente (I, Caps 33 - 35). Hombre joven y rico. Su amigo Anselmo le exhorta a solicitar los favores amorosos de su esposa Camila y probar así su castidad y prudencia, I, 33; Lotario inicialmente se opone a semejante locura, pero termina cediendo ante la determinación de su amigo. Empieza su asedio amoroso y muy pronto se enamora de Camila, y ella de él, I, 34; esto, finalmente, ocasiona la perdición de todos, I, 35.
LUCIFER. Nombre dado por la tradición cristiana a Satanás. Designa al príncipe y al más bello de los ángeles que dirigió su rebelión contra Dios. Derrotado por el arcángel Miguel fue precipitado al infierno pasando a ser el jefe de los demonios. Sancho le menciona cuando responde la pregunta que poco antes le había hecho al primo: "Pues mire, señor, [...] no tome trabajo en esto, que ahora he caído en la cuenta de lo que le he preguntado. Sepa que el primer volteador del mundo fue Lucifer" II, 22.
LUCINDA. Nombre pastoril inventado por el bachiller Sansón Carrasco; lo utiliza para hacerle creer a don Quijote que está de acuerdo con su decisión de hacerse pastor durante el año que le prometió al Caballero de la Blanca Luna permanecer en el pueblo, II, 73.
LUCRECIA. Dama romana del siglo II A.C. Fue esposa de Tarquino Colatino, primo de Tarquino el Soberbio. Deshonrada por Sexto Tarquino, hijo de este último, no quiso sobrevivir y se dió muerte. Este hecho motivó la expulsión de los reyes y el comienzo de la era republicana en Roma. Le menciona don Quijote en Sierra Morena cuando le explica a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para amarla, ya que él mismo la puede crear a su conveniencia: "y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Elena, ni la alcanza Lucrecia, ni otra alguna de las famosas mujeres de las edades pretéritas, griega, bárbara o latina." I, 25; le nombra Camila cuando le dice a Leonela: "...ya que sea atrevida y simple a tu parecer en volver por mi honra, no lo he de ser tanto como aquella Lucrecia de quien dicen que se mató sin haber cometido error alguno..." I, 34.
LUCÍA. Nombre que utiliza de ejemplo el bachiller Sansón Carrasco para mostrar la manera como se puede transformar cualquier nombre femenino en uno pastoril: "...y si Lucía, Lucinda..." II, 73.
LUIS, DON. Joven de diez y seis años, hijo de un acaudalado hombre de Aragón, señor de dos lugares. Luego de conocer a Clara de Viedma se enamora de ella y la sigue cuando inicia junto a su padre el viaje que los llevará a México. Ingresa disfrazado de mozo de mulas a la venta de Juan Palomeque, y allí canta a su amada el romance Marinero soy de amor y la canción Dulce esperanza mía, I, 43; es encontrado por cuatro criados que su padre envía para llevarlo de regreso, pero él se niega rotundamente a hacerlo, I, 44; descubre al oidor Juan Pérez de Viedma, padre de Clara, la razón por la cual está disfrazado de mozo, I, 44; es rodeado por sus criados cuando se arma en la venta la gresca a causa del baci-yelmo, I, 45; calmada la pendencia, los criados de don Luis siguen insistiendo en que regrese, lo que motiva la intervención de don Fernando, quien propone que don Luis vaya con él a Andalucía mientras los criados regresan a dar cuenta a su padre de su intención de casarse con Clara, I, 45.
LUNA. Espadachín de la época de Cervantes que no ha podido ser identificado plenamente. Le menciona el cabrero Eugenio cuando les cuenta a don Quijote y su comitiva la manera como Vicente de la Rosa se vanagloria: "había [...] entrado en más singulares desafíos, según él decía, que Gante y Luna, Diego García de Paredes y otros mil que nombraba" I, 51.
LUNA, DON ÁLVARO DE. (1390 - 1453) Consdestable de Castilla (1423) y maestre de Santiago, privado de Juan Segundo de Castilla. Venció a los moros de Granada en Higueruela (1431) y deshizo las coaliciones de nobles formadas contra él; fue un gobernante enérgico, pero codicioso, y destacó como músico y poeta. Le cita Urganda la desconocida en el poema que dedica al Quijote: "Qué don Álvaro de Lu-" I, prólogo.
LUNA, FAMILIA. Linaje de origen navarro que arraigó en Aragón desde finales del siglo XI, donde se convirtió en uno de los más poderosos e influyentes del reino, y que a finales del siglo XIV pasó a Castilla. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
LUSCINDA. Dama de la cual se enamora Cardenio; este le cuenta a don Quijote: "A esta Luscinda amé, quise y adoré desde mis tiernos y primeros años, y ella me quiso a mí con aquella sencillez y buen ánimo que su poca edad permitía. Sabían nuestros padres nuestros intentos, y no les pesaba dello, porque bien veían que, cuando pasaran adelante, no podían tener otro fin que el de casarnos, cosa que casi la concertaba la igualdad de nuestro linaje y riquezas." I, 24; se separa de su amado cuando éste atiende un llamado del duque Ricardo, I, 24; don Fernando, hijo del duque Ricardo se traslada a la ciudad de Cardenio, para no cumplir la palabra de matrimonio que le había dado a Dorotea; allí conoce a Luscinda y se enamora de ella, I, 24; hace planes para casarse, boda a la que asiste Cardenio de incógnito, I, 27; se encuentran Cardenio y Dorotea en la venta de Juan Palomeque, cuando ingresa don Fernando"> con la secuestrada Luscinda, y todos se reconocen. Dice el texto: "También don Fernando conoció luego a Cardenio; y todos tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos y suspensos, casi sin saber lo que les había acontecido." I, 36; gracias a la intervención de Dorotea se restituye la armonía perdida y los esposos se reconcilian: Luscinda - Cardenio y Dorotea - don Fernando, I, 36.
MACABEOS. Nombre de siete hermanos que sufrieron el martirio junto con su madre en tiempo de Antíoco Epífanes (año 168 A.C.). Les recuerda don Quijote luego que Sancho Panza, asustado porque su amo libera a los galeotes, le pide que se retiren para evitar el encuentro con la Santa Hermandad: "estoy ya para quedarme, y para aguardar aquí solo, no solamente a la Santa Hermandad que dices y temes, sino a los hermanos de los doce tribus de Israel, y a los siete Macabeos, y a Cástor y a Pólux, y aun a todos los hermanos y hermandades que hay en el mundo." I, 23.
MACHUCA. Sobrenombre que recibe don Diego Pérez de Vargas luego de las hazañas que realiza en la batalla de Jerez, I, 8.
MADAMA. Alusión a Maritornes. Dice don Quijote: "Llore o cante Altisidora; desespérese Madama, por quien me aporrearon en el castillo del moro encantado, que yo tengo de ser de Dulcinea, cocido o asado, limpio, bien criado y honesto, a pesar de todas las potestades hechiceras de la tierra." II, 44.
MADÁSIMA, LA REINA. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Cardenio, presa de uno de sus ataques de locura, afirma que la reina Madásima estaba amancebaba con el médico Elisabat, I, 24; la menciona el duque cuando le dice a don Quijote que el linaje de Dulcinea es de menor valor que el de Madásima, II, 32. Véase AMADÍS DE GAULA.
MADÉSIMA. Manera como Cardenio nombra a la reina Madásima, I, 24. Muchas ediciones asumen la existencia de una errata y corrigen por Madásima.
MAGALLANES. Manera como Sancho nombra a Magalona cuando está montado con don Quijote sobre Clavileño, II, 41.
MAGALONA. Personaje de la Historia de la linda Magalona, hija del Rey de Nápoles, y de Pierres, hijo del conde de Provenza, texto traducido del francés por Felipe Camús y publicado en Burgos en el año 1519; de ella dice don Quijote, y luego la condesa Trifaldi, que voló por los aires junto a Pierres en un caballo de madera, I, 49; II, 40, 41.
MAGIMASA. Manera como Sancho nombra a Madásima cuando le reclama a su amo por los puños que recibe de Cardenio, I, 25.
MAGUNCIA, LA REINA. Viuda del rey Archipiela, señor del reino de Candaya, II, 38; muere de enojo luego del matrimonio de su hija Antonomasia con el caballero Clavijo. En su entierro aparece el gigante Malambruno y encanta a los recién desposados; a la condesa Trifaldi, que era la encargada de vigilar a la infanta, y que facilitó los amores de ésta con Clavijo, la castiga haciendo que su cara se cubra de espesa barba; la única manera que todos recuperen su original forma, es que don Quijote se enfrente con Malambruno, II, 39. Es un personaje ficticio creado con el fin de burlarse de don Quijote y Sancho Panza en el palacio de los duques.
MAHOMA. (570 - 632) nombre con que es conocido el fundador del Islam. Le menciona el narrador cuando dice que Reinaldos de Montalbán robó el ídolo de Mahoma, I, 1; sus milagros son citados para hablar de lo imposible y falso, I, 5 y I, 18; cuenta el capitán cautivo que Agi Morato le menciona cuando se da cuenta que Quijote el historiador hace: "...un paréntesis, y dice que por Mahoma que diera, por ver ir a los dos así asidos y trabados desde la puerta al lecho, la mejor almalafa de dos que tenía." II, 48.
MALAMBRUNO, EL GIGANTE. Gigante que se destaca por ser cruel y encantador; se venga de la muerte de su prima la reina Maguncia encantando a Clavijo y a la infanta Antonomasia. A la condesa Trifaldi la castiga haciéndole crecer barbas. Como condición para cesar estos encantamientos y castigos, don Quijote debe entrar en batalla con él; para tal fin Malambruno le envía a don Quijote el caballo de madera Clavileño, II, 39, 40, 41, 44. Don Diego Clemencín menciona de éste personaje lo siguiente: "Bruno es moreno o negro: voz que entra frecuentemente en nombre de gigantes en los libros de caballerías. De las familias de los Brunes, que era de gigantes, señores de la ínsula de Torrebermeja, se habla en Amadís de Gaula (Cap. CXXIX, lib. IV)" II, 39 Nota 7.
MAMELUCO DE PERSIA, GRAN. Nombre que inventa don Quijote para explicarle a Sancho que antes de servir a un rey o emperador, debe ganar nombre y fama yendo por los caminos y exponiéndose a toda clase de peligros y aventuras, I, 21. Informa don Diego Clemencín: "Decimos Gran Turco, pero no Gran Mameluco; ni Mameluco es cosa de Persia sino de Egipto, ni Mameluco es nombre de dignidad, como el de Soldán, que es el que se da a los príncipes mahometanos que dominaron en Persia y Egipto durante la Edad Media. Por manera que las tres palabras citadas por don Quijote incluyen cuatro disparates, pero los locos tienen libertad, todavía más amplia que los pintores y poetas, para inventar y fingir cuanto quisieran. Un Soldán de Egipto fue el que comprando turcos o circasos, los adiestró en la milicia y les dio la guardia de su persona, corriendo el siglo VII de la Egira, XIII de Jesucristo. Mameluco, según dicen, en árabe significa esclavo, y este nombre general se aplicó en particular a los mencionados de Egipto, los cuales, hechos dueños de la fuerza pública, a poco se apoderaron del mando y reinaron hasta el siglo XVI, en que los sojuzgó el Gran Turco Selim." I, 21 nota 45.
MANCHADA. Nombre de la cabra que se le escapa al cabrero Eugenio; al encontrarla dice: "¡Ah cerrera, cerrera, Manchada, Manchada, y cómo andáis vos estos días de pie cojo! ¿Qué lobos os espantan, hija? ¿No me diréis qué es esto, hermosa? Mas ¡qué puede ser sino que sois hembra, y no podéis estar sosegada; que mal haya vuestra condición, y la de todas aquellas a quien imitáis!" I, 50, estas palabras anuncian la historia que posteriormente contará Eugenio de Leandra.
MANRIQUE, FAMILIA. Linaje de la nobleza castellana, que se constituyó como una rama desgajada de la poderosa familia de los Lara. El fundador del linaje, Rodrigo Pérez Manrique, señor de Amusco y merino mayor en tiempo de Alfonso VIII, era nieto del famoso conde Manrique de Lara. A diferencia de lo sucedido con otras familias de la "nobleza vieja", los Manrique resistieron bien la crisis del siglo XIV, convirtiéndose en uno de los linajes más sólidos en la época de los Trastámaras. Incluso surgieron de su tronco nuevas y poderosas ramas, que prolongaron el prestigio de la familia en la edad moderna. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
MANTUANO. Referencia a Virgilio, el cual dispone en su testamento que se queme su obra Eneida por no estar corregida del todo. Vivaldo le menciona cuando le pide a Ambrosio, que no ejecute la sentencia que deja su amigo Grisóstomo, con relación a la quema de los papeles que contienen la expresión de sus amores hacia Marcela, I, 13.
MANTUA, MARQUÉS DE. Tío de Valdovinos y personaje del romancero tradicional. Don Quijote confunde al labrador Pedro Alonso con el marqués, I, 5; don Quijote decide llevar una vida similar a la hecha por el marqués luego de la muerte de su sobrino. Le dice Sancho: "¿Hase de cumplir el juramento, a despecho de tantos inconvenientes e incomodidades, como será el dormir vestido, y el no dormir en poblado, y otras mil penitencias que contenía el juramento de aquel loco viejo del marqués de Mantua, que vuestra merced quiere revalidar ahora?" I, 10; don Quijote, en la cueva de Montesinos, le promete a una de las acompañantes de la encantada Dulcinea, hacer juramento y voto similar al hecho por el marqués: "Diréisle también que, cuando menos se lo piense, oirá decir como yo he hecho un juramento y voto, a modo de aquel que hizo el marqués de Mantua, de vengar a su sobrino Baldovinos, cuando le halló para espirar en mitad de la montiña, que fue de no comer pan a manteles, con las otras zarandajas que allí añadió, hasta vengarle; y así le haré yo de no sosegar, y de andar las siete partidas del mundo, con más puntualidad que las anduvo el infante don Pedro de Portugal, hasta desencantarla" II, 23.
MARAÑON, DON ALFONSO DE. Caballero del hábito de Santiago, padre de la señora Mencía de Quiñones; muere ahogado en la Herradura. Le recuerda Sancho cuando el duque le pide a don Quijote tomar el primer puesto en la mesa, II, 31.
MARCELA. Hija de Guillermo el rico. Muertos sus padres queda en posesión de una gran riqueza; esto, unido a su extrema belleza, hace que de muchos fuera solicitada en matrimonio; no deseando casarse, y prefiriendo la soledad, se hace pastora. Esto no impidió que siguiese siendo por varios deseada, y uno de ellos con tanta desesperación que muere: Grisóstomo, I, 12. En su entierro aparece Marcela y hace una defensa del modo de vida que ella elige, menciona la forma como siempre desalentó los deseos de Grisóstomo, y sobre todo, de la libertad de ella para amar o dejar de hacerlo. Dice: "Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté yo obligada a amaros. Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama." I, 14.
MARCIAL. Escritor hispanorromano (40-103). Sus famosos Epigramas son una acertada pintura de los más diversos tipos sociales. Le cita don Diego de Miranda para realzar las lecturas de su hijo, II, 16.
MARCO POLO. Viajero veneciano (1254-1325). Estuvo diez y siete años en Extremo Oriente, y fue el primero en dar noticias de China. Autor de Il Milione, nombre derivado del sobrenombre de Marco Milione que le pusieron sus compatriotas, creyendo exagerado el relato de sus viajes y aventuras. Le cita el canónigo de Toledo para mostrar las razones por las cuales considera que son perjudiciales los libros de caballerías: "¿Qué ingenio, si no es del todo bárbaro e inculto, podrá contentarse leyendo que una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía, y mañana amanezca en tierras del Preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo?" II, 47.
MARIA. 1. Nombre que adoptará Teresa Panza; la menciona ésta última, cuando discute sobre su futuro matrimonio: "¡Por cierto, que sería gentil cosa casar a nuestra María con un condazo, o con caballerote que, cuando se le antojase, la pusiese como nueva, llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la pelarruecas!" II, 5.
MARICA. Apelativo cariñoso con el cual alude Teresa Panza a su hija María, cuando discute sobre el futuro matrimonio. Le dice Teresa a Sancho: "casadla con su igual, que es lo más acertado; que si de los zuecos la sacáis a chapines, y de saya parda de catorceno a verdugado y saboyanas de seda, y de una Marica y un tú a una doña tal y señoría, no se ha de hallar la mochacha, y a cada paso ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela basta y grosera." II, 5.
MARIO. General y político romano (156-86 A.C.). Se destacó como militar en Numancia y en las guerras contra los númidas, los teutones y los cimbrios. Jefe del partido popular y adversario político de Sila. Ocupó siete veces el consulado. Le menciona Cardenio para referirse a la traición de don Fernando, I, 27.
MARITORNES. Moza asturiana que trabaja en la venta de Juan Palomeque el Zurdo, es descrita por el narrador como: "ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del otro no muy sana. Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera." I, 16. Esta fea mujer es vista por don Quijote como una hermosa doncella, I, 16; comenta sobre lo que más le gusta de los libros de caballerías: "...y a buena fe que yo también gusto mucho de oír aquellas cosas, que son muy lindas; y más, cuando cuentan que se está la otra señora debajo de unos naranjos abrazada con su caballero, y que les está una dueña haciéndoles la guarda, muerta de envidia y con mucho sobresalto. Digo que todo esto es cosa de mieles." I, 32; se vale de una mentira para amarrar por la mano a don Quijote cuando éste hace guardia en la venta-castillo, I, 43; finge llorar cuando don Quijote sale de la venta en el carro de bueyes, I, 47; don Quijote la alude bajo en nombre de Madama, II, 44.
MARSILIO DE SANSUEÑA, EL REY. Personaje del romancero, rey moro de Sansueña o Zaragoza. En la representación gratuita que realiza maese Pedro, en honor a don Quijote, de su retablo de Melisendra y la manera como su esposo Gaiferos la rescata de los moros, termina hecho pedazos cuando don Quijote, pensando que todo lo representado es verdadero, arremete contra los títeres para defender a Melisendra y Gaiferos de sus enemigos, II, 26, 27.
MARTE. Dios romano de la guerra, hijo de Júpiter y Juno. Es el Ares griego. Se le consideraba el protector de la fuerza física en el combate. En su origen encarnaba el huracán. Le recuerda don Quijote, en medio de la aventura de los batanes, cuando le dice a Sancho: "Bien notas, escudero fiel y legal, las tinieblas desta noche, su estraño silencio, el sordo y confuso estruendo destos árboles, [...] las cuales cosas, todas juntas y cada una por sí, son bastantes a infundir miedo, temor y espanto en el pecho del mesmo Marte, cuanto más en aquel que no está acostumbrado a semejantes acontecimientos y aventuras." I, 20; le menciona el Caprichoso en el soneto que escribe en honor a don Quijote, I, 52; don Quijote rememora la manera como Vulcano enredó a su infiel esposa Venus y a Marte en una red, II, 58.
MARTINO. Manera como nombra Sancho Panza al barbero al que don Quijote arrebata lo que cree es el yelmo de Mambrino: "dígame vuestra merced qué haremos deste caballo rucio rodado, que parece asno pardo, que dejó aquí desamparado aquel Martino que vuestra merced derribó" I, 21.
MARTINEZ, PEDRO. Hombre de origen bajo que participa en el manteamiento de Sancho cuando, a la salida de la venta de Juan Palomeque el Zurdo, don Quijote se niega a pagar el valor de la estadía, I, 18.
MATUSALÉN. Patriarca hebreo, hijo de Enoch. Según el Génesis vivió 969 años. Le cita Sancho: "la isla que yo no gobernase con los años que tengo, no la gobernaré con los años de Matusalén." II, 3; le recuerda un castellano cuando se encuentra con don Quijote en Barcelona: "...y la enhoramala que vuesa merced dijo, sea para mí y para todos mis descendientes si de hoy más, aunque viviese más años que Matusalén..." II, 62.
MAULEÓN, EL POETA. Posible poeta histórico que perteneció a la Academia de los Imitadores, la cual fue fundada en Madrid por los años de 1586. Le recuerda don Quijote cuando critica a Avellaneda: "Desta manera me parece a mí, Sancho, que debe de ser el pintor o escritor, que todo es uno, que sacó a luz la historia deste nuevo don Quijote que ha salido: que pintó o escribió lo que saliere; o habrá sido como un poeta que andaba los años pasados en la corte, llamado Mauleón, el cual respondía de repente a cuanto le preguntaban; y, preguntándole uno que qué quería decir Deum de Deo, respondió: Dé donde diere." II, 71.
MAUSOLEO. (m. 353 A.C.) Sátrapa de Caria (377 - 353 A.C.). Colaboró en la revolución de los Sátrapas contra el rey de Persia y combatió contra Atenas. Le sucedió su viuda Artemisa, quien hizo construir el Mausoleo, la cual se convirtió en una de las siete maravillas antiguas. Le recuerda don Quijote cuando le dice a su escudero en que sitios se encuentran enterrados algunos de los emperadores que pertenecieron a religiones distintas a la cristiana: "...la reina Artemisa sepultó a su marido Mausoleo en un sepulcro que se tuvo por una de las siete maravillas del mundo." II, 8.
MAYORDOMO. Persona comisionada por los duques para coordinar las bromas que se planean para burla de Sancho Panza en la ínsula de Barataria; en medio de estas reconoce que el gobernador Sancho Panza no es tonto; afirma: "estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que, a lo que creo, no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos, tan fuera de todo aquello que del ingenio de vuesa merced esperaban los que nos enviaron y los que aquí venimos. Cada día se veen cosas nuevas en el mundo: las burlas se vuelven en veras y los burladores se hallan burlados." II, 49.
MEDEA. Bellísima maga, hija del rey de la Cólquida. Enamorada de Jasón, lo ayudó a apoderarse del vellocino de oro, y huyó luego con aquel. Abandonada por su amante mató, en venganza a sus propios hijos. Se refugió en Atenas, donde casó con el rey Egeo, e intentó envenenar a Teseo. Su vida ha servido de inspiración a dramaturgos como Eurípides, Séneca, Corneille y otros. Le menciona el amigo del autor del Quijote cuando le explica a este cómo corregir algunos de los supuestos errores de la obra: "...si de crueles, Ovidio os entregará a Medea" I, prólogo.
MEDORO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso y del Orlando Innamorato. Fue paje de Dardinel de Almonte, aunque don Quijote dice que lo fue de Sacripante en I, 26; sus relaciones con Angélica causaron locura a Roldán, I, 25-26; menciona el cura que Angélica prefirió la blandura de Medoro a la aspereza de Roldán, II, 1. Véase BOYARDO, MATEO; ROLDÁN.
MEDUSA. Una de las tres Gorgonas, la más temida. De extraordinaria belleza tenía una magnífica cabellera. Ofendió a Minerva y la diosa transformó sus cabellos en horribles serpientes y dio a sus ojos la facultad de convertir en piedra todo cuanto miraran. Perseo le cortó la cabeza, de la que se servía para petrificar a sus enemigos. Le nombra don Quijote cuando le dice a Maritornes que le pida cualquier cosa menos su amor: "...si bien me pidiésedes una guedeja de los cabellos de Medusa." I, 43.
MELISENDRA. Personaje del romancero popular, hija de Carlomagno y esposa de don Gaiferos. Aparece en la representación gratuita que realiza maese Pedro, de su retablo de Melisendra y la manera como Gaiferos la rescata de los moros; Dicha función la interrumpe don Quijote a cada momento para hacer observaciones y precisiones de todo tipo; finalmente, pensando que lo representado es verdadero, toma la espada y arremete contra los títeres para defender a Melisendra y Gaiferos de sus enemigos, II, 25-26. La menciona el narrador cuando don Quijote se ofrece para rescatar a don Gaspar Gregorio: "Dijo don Quijote a don Antonio que el parecer que habían tomado en la libertad de don Gregorio no era bueno, porque tenía más de peligroso que de conveniente, y que sería mejor que le pusiesen a él en Berbería con sus armas y caballo; que él le sacaría a pesar de toda la morisma, como había hecho don Gaiferos a su esposa Melisendra." II, 64.
MENALAO. Alusión a Menelao, rey de Esparta, hermano de Agamenón y esposo de Helena. El rapto de ésta por Paris dio origen a la guerra de Troya, en la que Menelao fue una de las figuras destacadas. Se le menciona porque en un mesón al que llegan don Quijote y Sancho se encuentra representada el robo de Elena: "cuando el atrevido huésped se la llevó a Menalao" II, 71.
MENDOZA, FAMILIA. Linaje aristocrático castellano. El origen de la familia es antiguo: puede decirse que arranca del siglo XI, de los señores de Llodio, en tierra alavesa. En los siglos XII y XIII, el linaje desempeñó un destacado papel en la vida política de Castilla; algunos de sus miembros formaron parte del grupo de ricohombres. En el siglo XIV, a diferencia de lo sucedido con otras familias de la "nobleza vieja", los Mendoza vieron incrementado su poderío, pero no en su rama troncal, que se extinguió, sino en ramas colaterales. Los Mendozas son recordados por don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13; les vuelve a citar cuando desea mostrarle a Sancho cómo algunas personas son en extremo supersticiosas y tratan de establecer relaciones de causalidad donde no las hay: "Derrámasele al otro Mendoza la sal encima de la mesa, y derrámasele a él la melancolía por el corazón, como si estuviese obligada la naturaleza a dar señales de las venideras desgracias con cosas tan de poco momento como las referidas." II, 58.
MENESES, FAMILIA. Familia noble y principal de Portugal, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
MENTIRONIANA, LA SABIA. Sabia que inventa maese Nicolás, la cual le asegura a Sancho que sus salarios le serán pagados, y le anuncia a don Quijote que se casará con Dulcinea, I, 46.
MERLO, JUAN DE. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49. Informa don Diego Clemencín: "Este caballero, a quien Cervantes llamaba lusitano, porque era de linaje portugués, aunque nacido en Castilla, fue alcaide de Alcalá la Real, y sirvió de Guarda mayor al Rey don Juan el II. El año de 1433 llevó a los países extranjeros una empresa, sobre la cual se combatió en Arrás con Micer Pierres de Brecemonte (Beaufremont dicen los documentos extranjeros), señor de Charní, caballero de la casa de Felipe el Bueno, duque de Borgoña. La lid fue a presencia de aquel Príncipe, quien honró singularmente a Juan de Merlo y le regaló una vajilla de plata. De Arrás llevó su empresa a Basilea, donde a la sazón se celebraba el famoso concilio general de su nombre, y allí la sostuvo contra Mosén Enrique de Remestán. Las armas se hicieron a pie; y la señoría de la ciudad señaló jueces, los cuales adjudicaron el vencimiento al caballero castellano. I, 49 nota 36.
MERLÍN. Sabio encantador de las leyendas artúricas y personaje de diversas novelas de caballerías. Fue el responsable de encantar a Montesinos junto a otras personas principales, entre ellas Dulcinea, II, 23; según Montesinos, Merlín había profetizado las grandes hazañas de don Quijote, II, 23; revela en el palacio de los duques la manera de desencantar a Dulcinea: Sancho debe azotarse a sí mismo, II, 35; se vuelve a mencionar esta orden de Merlín en II, 59; recuerda don Quijote esa orden en II, 60, 63, 72; dice la condesa Trifaldi que Merlín construyó en madera al caballo volador Clavileño, el cual utilizó Pierres para robar a Magalona, y llevará a don Quijote y su escudero hasta el reino de Candaya, II, 40.
MICOCOLEMBO. Duque de Quirocia; don Quijote lo inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
MICOMICONA, PRINCESA. Nombre que inventa Dorotea para ayudarle al cura y al barbero a sacar a don Quijote de Sierra Morena y llevarlo a la aldea, I, 29; le cuenta a don Quijote que es heredera por línea recta del gran reino de Micomicón de Etiopía, y que viajó a España en su búsqueda para que le restituya su reino, el cual fue tomado por la fuerza por el gigante Pandafilando de la Fosca Vista; don Quijote, como es natural, accede a su pedido de ayuda, I, 30; don Quijote, en la venta de Juan Palomeque, confunde unos odres de vino con el gigante pandafilando. Dice Sancho: "Acudid, señores, presto y socorred a mi señor, que anda envuelto en la más reñida y trabada batalla que mis ojos han visto. ¡Vive Dios, que ha dado una cuchillada al gigante enemigo de la señora princesa Micomicona, que le ha tajado la cabeza, cercen a cercen, como si fuera un nabo!" I, 35; Sancho descubre que no se trata de ninguna reina y así se lo comunica a su amo: "yo tengo por cierto y por averiguado que esta señora que se dice ser reina del gran reino Micomicón no lo es más que mi madre; porque, a ser lo que ella dice, no se anduviera hocicando con alguno de los que están en la rueda, a vuelta de cabeza y a cada traspuesta." I, 46.
MICULOSO. Nombre que inventa don Quijote para el barbero, en caso que este lo acompañe en su futura vida pastoril, II, 67. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
MINGO. Nombre con el que se compara al burro de Sancho: "Venid, mochachos, y veréis el asno de Sancho Panza más galán que Mingo, y la bestia de don Quijote más flaca hoy que el primer día." II, 73; informa Francisco Rico en su edición crítica del Quijote: "Comparación popular, que puede estar apoyada en la vestimenta que se da al personaje de este nombre en las Coplas de Mingo Revulgo" II, 73 nota 12.
MINGO SILVATO. Vecino de Sancho Panza; su nieta Minguilla demanda al hijo de Pedro de Lobo por incumplirle promesa de matrimonio. Les conocemos gracias a la carta que escribe Teresa Panza a su esposo, II, 52.
MINGUILLA. Nieta de Mingo Silvato que demanda al hijo de Pedro de Lobo por incumplirle la palabra de matrimonio y, además, por estar embarazada de él. Les conocemos gracias a la carta que escribe Teresa Panza a su esposo Sancho, II, 52.
MINOS. Legendario rey de Creta, hijo de Zeus y de Europa y esposo de Pasifae. Obtuvo el trono de Creta gracias a Poseidón, el cual le concedió el dominio de los mares. Su equidad fue proverbial y se le consideró juez de los muertos. Aparece en el palacio de los duques cuando se anuncian las torturas a que debe someterse Sancho Panza para resucitar a Altisidora, II, 69.
MIRAGUARDA. Infanta del Palmerín de Ingalaterra, que menciona el cura cuando escruta la biblioteca de don Quijote, I, 6.
MIRANDA, DON DIEGO DE. También conocido como el caballero del Verde Gabán. Hombre rico y principal de unos cincuenta años de edad; yendo a su aldea se encuentra con don Quijote y Sancho y los invita a su casa, II, 16; le comenta a don Quijote que un hijo suyo, Lorenzo de Miranda, es muy aficionado a la poesía, II, 16; en el camino don Diego conoce la agudeza intelectual de don Quijote, II, 16, como también su temeridad y locura en la aventura de los leones, II, 17; es uno de los primeros personajes que no saben cómo definir a don Quijote: "...ya le tenía por cuerdo, y ya por loco, porque lo que hablaba era concertado, elegante y bien dicho, y lo que hacía disparatado, temerario y tonto" II, 17; en casa le pide a su hijo que juzgue la locura de don Quijote: "háblale tú, y toma el pulso a lo que sabe, y, pues eres discreto, juzga de su discreción o tontería lo que más puesto en razón estuviere; aunque, para decir verdad, antes le tengo por loco que por cuerdo." II, 18; a esta pregunta le responde luego Lorenzo a su padre: "él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos." II, 18 cuatro días estuvo don Quijote y Sancho en su casa, II, 18; Sancho recuerda en varias ocasiones las comodidades y buena comida que encontró en su casa, II, 19, 24, 28, 31, 62.
MIRANDA, DON LORENZO DE. Hijo de don Diego de Miranda, de unos 18 años de edad, estudiante de Salamanca y amante de la poesía, II, 16; él, al igual que su padre, no logra saber si don Quijote es loco o cuerdo, por ello dice: "...él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos" II, 18.
MIULINA. Hija del duque Alfeñiquén del Algarbe, amada del caballero Timonel de Carcajona; don Quijote los inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
MOLINERA, DOÑA. Nombre que, por sugerencia de don Quijote, adoptará la Molinera, I, 3.
MOLINERA, LA. Prostituta o moza del partido, hija de un molinero de Antequera; la encuentra don Quijote en la primera venta a la que ingresa, y la confunde con una bella y honrada dama. Se encarga de ceñir la espuela a don Quijote una vez se arma caballero, I, 3; don Quijote le pide que mude su nombre por doña Molinera, I, 3.
MOLINEROS, LOS. Trabajadores que advierten a don Quijote y Sancho de los peligros que corren por dirigirse a la aceña en la aventura del Barco Encantado. Don Quijote, como ya es natural en él, acomoda su percepción a las historias que ha leído en los libros de caballerías; ve la aceña como una fortaleza, y a los molineros los confunde con los malandrines y follones que tanto abundan en los libros de caballerías, y así les solicita que devuelvan a las personas retenidas en la prisión, pero de los hombres sólo obtiene negativas, a lo cual don Quijote piensa: "¡Basta!. Aquí será predicar en desierto querer reducir a esta canalla a que por ruegos haga virtud alguna. Y en esta aventura se deben de haber encontrado dos valientes encantadores, y el uno estorba lo que el otro intenta: el uno me deparó el barco, y el otro dio conmigo al través. Dios lo remedie, que todo este mundo es máquinas y trazas, contrarias unas de otras. Yo no puedo más". II, 29. Con lo que se pone en evidencia el pesimismo en que está cayendo don Quijote.
MONCADA, FAMILIA. Linaje nobiliario catalán, al que durante varios siglos estuvo vinculado el oficio de senescal o dapifer de Cataluña; además, varios de sus miembros ostentaron los cargos de mayordomo, almirante y maestro racional. Prescindiendo de los orígenes míticos que le atribuían los antiguos genealogistas, el primer miembro documentado de la estirpe fue Ramón, hijo de Guillermo, que en 1021 figuró en la corte del conde Ramón Borrell. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
MONDOÑEDO, OBISPO DE. Alusión al prelado español Fray Antonio de Guevara (1480-1545). Obispo de Guadix y Mondoñedo. Predicador y cronista de Carlos I de España. Autor de Libro de Marco Aurelio o Reloj de Príncipes, Menosprecio de Corte y alabanza de aldea, Epístolas familiares, etc. Le recuerda el amigo del autor del Quijote, cuando le dice a éste cómo corregir algunos de los supuestos errores de la obra: "...si de mujeres rameras, ahí está el obispo de Mondoñedo, que os prestará a Lamia, Laida y Flora." I, prólogo.
MONICONGO. Académico de la Argamesilla; escribió un epitafio en honor a don Quijote, I, 52. Informa don Diego Clemencín: "Monicongo Es lo mismo que Congo, país de África, de donde venían muchos esclavos a España [...] El rey de Monicongo es uno de los veinte que en la comedia Trofea, compuesta por Bartolomé de Torres Naharro, salen a prestar obediencia al Rey de Portugal don Manuel. Acaso el personaje original indicado por el nombre de Monicongo tuvo algo de las facciones ordinarias de la gente de color, y por ello obtuvo este nombre." I, 52 nota 52.
MONTALBÁN, DON QUIRIELEISÓN. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. Lo menciona el cura cuando realiza el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
MONTALBÁN, REINALDOS DE. Caballero que hacía parte de los Doce Pares de Francia, la literatura caballeresca italiana y el romancero español. Era admirado por don Quijote, I, 1; dice el cura que es más ladrón que Caco, I, 6; don Quijote se identifica con él: "Mas no me llamaría yo Reinaldos de Montalbán si, en levantándome deste lecho, no me lo pagare, a pesar de todos sus encantamentos; y, por agora, tráiganme de yantar, que sé que es lo que más me hará al caso, y quédese lo del vengarme a mi cargo.", I, 7; menciona Lotario que dio prueba de su prudencia al no someterse a la prueba del vaso, I, 33; le cita don Quijote cuando desea probar la necesidad que tiene España de revivir la caballería andante, II, 1; describe don Quijote su cara y amistades II, 1; menciona Sancho que no soportaba ciertas bromas y comentarios: "Para mi santiguada, que tengo por cierto que si Reinaldos de Montalbán hubiera oído estas razones al hombrecito, tapaboca le hubiera dado que no hablara más en tres años." II, 32; la dueña Dolorida afirma que su caballo se llamó Bayarte, II, 40.
MONTALBÁN, TOMÁS DE. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. Lo menciona el cura cuando realiza el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
MONTEMAYOR, JORGE DE. Poeta, novelista y músico portugués (1520-1561). Escribió siempre en castellano e inició el género pastoril en España con su novela Diana. Le menciona el narrador cuando habla de lo que sucede mientras Pedro Alonso conduce a don Quijote hasta su casa: "De suerte que, cuando el labrador le volvió a preguntar que cómo estaba y qué sentía, le respondió las mesmas palabras y razones que el cautivo Abencerraje respondía a Rodrigo de Narváez, del mesmo modo que él había leído la historia en La Diana, de Jorge de Montemayor, donde se escribe; aprovechándose della tan a propósito, que el labrador se iba dando al diablo de oír tanta máquina de necedades" I, 5; se le menciona nuevamente cuando el cura, realizando el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, se encuentra con la Diana: "Y abriendo uno, vio que era La Diana, de Jorge de Montemayor, y dijo, creyendo que todos los demás eran del mesmo género..." I, 6.
MONTESINOS. Primo de Durandarte y personaje del romancero. Se encuentra encantado por Merlín, junto a otros caballeros y damas, en la cueva que lleva su nombre, II, 22-26; aparecerá, según el Diablo, en el Palacio de los duques para decirle a don Quijote lo que debe hacer para desencantar a Dulcinea, I, 34; quien anuncia esto es Merlín y no Montesinos, II, 35.
MORENO, DON ANTONIO. Caballero rico que acoge a don Quijote en Barcelona: "Don Antonio Moreno se llamaba el huésped de don Quijote, caballero rico y discreto, y amigo de holgarse a lo honesto y afable, el cual, viendo en su casa a don Quijote, andaba buscando modos como, sin su perjuicio, sacase a plaza sus locuras; porque no son burlas las que duelen, ni hay pasatiempos que valgan si son con daño de tercero." II, 62; prepara la burla con la cabeza encantada, II, 62; acompaña a don Quijote y Sancho Panza a visitar las galeras, II, 63; luego del insólito reencuentro entre Ricote y su hija, los acoge en su casa, II, 64; cuando se entera de la verdadera identidad del Caballero de la Blanca Luna, y de las razones que le movieron a retar a don Quijote, dice: "Dios os perdone el agravio que habéis hecho a todo el mundo en querer volver cuerdo al más gracioso loco que hay en él! ¿No veis, señor, que no podrá llegar el provecho que cause la cordura de don Quijote a lo que llega el gusto que da con sus desvaríos? [...] si no fuese contra caridad, diría que nunca sane don Quijote, porque con su salud, no solamente perdemos sus gracias, sino las de Sancho Panza, su escudero, que cualquiera dellas puede volver a alegrar a la misma melancolía." II, 65; Sancho recuerda con nostalgia la abundante comida que hubo en su casa, II, 67.
MORGANTE, EL GIGANTE. Gigante, protagonista del poema de Luigi Pulci Il Morgante, el cual fue traducido al español por Jerónimo Auner y publicado en 1535. De Morgante don Quijote "Decía mucho bien [...] porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado." I, 1; cuando el cura y el barbero le preguntan a don Quijote por el tamaño de Morgante, este dice: "...imagino que no debió de ser muy alto; y muéveme a ser deste parecer hallar en la historia donde se hace mención particular de sus hazañas que muchas veces dormía debajo de techado; y, pues hallaba casa donde cupiese, claro está que no era desmesurada su grandeza." II, 1.
MOZO. Trabajador que realiza diversos oficios en la hacienda de don Quijote: "Tenía en su casa [...] un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera." I, 1. Llama muchísimo la atención el hecho que aparezca en el primer capítulo de la primera parte y no vuelva a ser mencionado más. Algunos críticos consideran que Cervantes lo introduce para que posteriormente sea el fiel escudero de don Quijote, proyecto que luego cambia, colocando a Sancho Panza en su lugar.
MOZO DE MULAS. Oficio que asume don Luis para ocultar su identidad y seguir a su amada, I, 43.
MUÑATÓN, EL SABIO. Nombre que da la sobrina de don Quijote al sabio que roba los libros de la biblioteca de su tío, I, 7. Dicho nombre bien pudo tomarlo de la tradición cultural, y por tanto no es un nombre inventado, como lo sugieren algunos críticos. Dice Francisco Rico en su edición del Quijote: "Nombre que designaba a los profesionales de la hechicería contigua con la alcahuatería." I, 7 nota 20.
MUCIO, CAYO. Personaje romano (fines del siglo VI A.C.) que en su juventud intentó matar a Porsenna, rey de Clusium. Fue descubierto, y, delante del rey, puso su mano derecha en un brasero, para castigarse por haber fracasado en el intento (de ahí su sobrenombre: Scaevola, "el Zurdo"). Le cita don Quijote para mostrarle a Sancho lo que son capaces de hacer los hombres con tal de ganar fama: "¿Quién abrasó el brazo y la mano a Mucio?" II, 8.
MUERTE. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
MULEY HAMET. Hijo de Muley Hascén, rey de Túnez. Huyó a Sicilia luego que su hermano Hamida le arrebató el trono a su padre. Cuando don Juan de Austria ocupó a Túnez, en 1573, la entregó a Hamet para que la gobernase. Le recuerda el capitán cautivo cuando cuenta su vida I, 39.
MULEY HAMIDA. Hijo de Muley Hascén, rey de Túnez. Destronó a su padre en el año 1542 y lo privó de la vista. Años después perdió el gobierno porque sus súbditos, descontentos por su gobierno, se entregaron al Uchalí, Rey de Argel. Murió en el año 1575. Le recuerda el capitán cautivo cuando cuenta su vida I, 39.
MUSAS. Cada una de las deidades hijas de Zeus y Mnemosine, que presidían las ciencias y las artes liberales, especialmente el canto y la poesía. Su número, variable, quedó estabilizado en nueve en la época clásica. Les menciona el autor del Quijote cuando pide excusas a los lectores por las imperfecciones de la obra: "el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento." I, prólogo; les recuerda el cura cuando encuentra los Diez libros de Fortuna de Amor en la biblioteca de don Quijote: "...desde que Apolo fue Apolo, y las musas musas, y los poetas poetas, tan gracioso ni tan disparatado libro como ése no se ha compuesto," I, 6; Lotario les cita cuando le dice a Anselmo que él es capaz de escribir los poemas en honor a Clori: "No será menester eso pues no me son tan enemigas las musas que algunos ratos del año no me visiten." I, 34.
MUZARAQUE, EL MORO. Supuestamente se trata de un moro encantado. Dice el cura en Sierra Morena: "sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto." I, 29. Comenta don Diego Clemencín: "La cuesta Zulema es un gran cerro que está al sudoeste de Alcalá, a cuyo pié, por la parte del norte corre el Henares. En lo alto hay una ermita llamada de San Juan del Viso, y una gran llanura que se cultiva, y donde se han encontrado vestigios de edificios que algunos quieren fuese la antigua Compluto. Hace ya mención de esta cuesta con el mismo nombre el arzobispo don Rodrigo, y dice que Alcalá estaba al pie de ella (Historia de los árabes, cap. IX). La forma singular del cerro, sus ruinas, sus minas o grutas subterráneas, la senda que llamaban del moro, el nombre árabe de Zulema, todas estas cosas juntas darían probablemente origen a cuentos y hablillas populares que oiría Cervantes en su niñez, y una de ellas sería acaso la del moro Muzaraque que aquí se expresa, si ya no fue invención del mismo Cervantes, cuya feliz inventiva se prestaba tanto a estas cosas, a la manera que lo hizo después en la segunda parte con las lagunas de Ruidera y Cueva de Montesinos." I, 29 nota 51.
NAPEAS. Ninfas que habitan en los bosques. Las recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "Oh vosotras, napeas y dríadas, que tenéis por costumbre de habitar en las espesuras de los montes, así los ligeros y lascivos sátiros, de quien sois, aunque en vano, amadas, no perturben jamás vuestro dulce sosiego, que me ayudéis a lamentar mi desventura, o, a lo menos, no os canséis de oílla!" I, 25.
NARVÁEZ, RODRIGO DE. Guerrero castellano, llamado el Bueno. Defendió heroicamente contra los moros la ciudad de Antequera, de la que fue alcalde. Murió en 1424. Es personaje de la novela pastoril Los siete libros de la Diana, y de la novela morisca Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa. Don Quijote cree que Pedro Alonso es Rodrigo de Narváez, I, 5. Véase DIANA; JARIFA
NEMBROT. Alusión a Nemrod, personaje bíblico, hijo de Cus. Se le supone fundador del Imperio de Babilonia e incitador de la construcción de la Torre de Babel. Radamanto llama a Sancho Panza Nembrot, cuando se niega a ser torturado para resucitar a Altisidora, II, 69.
NEMOROSO. Nombre bajo el cual, supuestamente, se oculta Boscán en las églogas de Garcilaso. Don Quijote le cita para mostrar lo fácil que es construir un nombre de tipo pastoril, II, 67.
NEPTUNO. Dios romano de las aguas. Se le identificó con Poseidón, dios griego del mar. En Roma se le consagraron dos templos, uno entre el Palatino y el Anventino (Siglo III A.C.) y el otro en el campo de Marte (en el año 25). Le menciona don Quijote en su discurso de las armas y las letras: "viendo que al primer descuido de los pies iría a visitar los profundos senos de Neptuno" I, 38; es personaje de un relato que narra el barbero al cura y don Quijote, cuando este último proyecta salir de nuevo a buscar aventuras, II 1.
NERÓN. Emperador romano (54 - 68), hijo de Cneo Domicio Aenobarbo y de Agripina, hija de Germánico. Después del matrimonio de su madre con el emperador Claudio, fue adoptado por éste y educado por Séneca. Ocupó el trono imperial en el año 54, y poco después mandó asesinar a Británico, legítimo heredero de Claudio, a su propia madre Agripina y a su esposa Octavia y mató a su concubina Popea, casándose después con Estatilia Mesalina. Se hizo odioso por sus crueldades y su histrionismo. Ambrosio le llama Nero cuando compara a la pastora Marcela con este emperador: "¿O vienes a ufanarte en las crueles hazañas de tu condición, o a ver desde esa altura, como otro despiadado Nero, el incendio de su abrasada Roma" I, 14; Le menciona Altisidora en una canción que le canta a don Quijote: "Nerón manchego del mundo" II, 44.
NERBIA, DUQUE DE. Alusión al caballero Espartafilardo del Bosque, I, 18.
NERO. Manera como Ambrosio alude a Nerón en I, 14.
NIARROS. Alusión a los Nyarros, facción catalana que durante los siglos XIII al XVII se enfrentó a la de los Cadells. El origen de los bandos puede determinarse en la hostilidad entre el obispo de Vich y los Montcada, que pretendían liberar el señorío de Torelló y otras poblaciones del vasallaje del obispo. En época moderna las dos facciones se ampliaron notablemente y comprometieron en su lucha a la mayor parte de la nobleza, a muchos ciudadanos e incluso a algunas partidas de bandoleros (Roca Guinarda, Serrallonga, etc.). Los Nyerros tenían un carácter afrancesado; en sus filas formaban muchos gascones y, en caso de necesidad, sus bandoleros hallaban refugio en Francia; se presentaban como defensores de los derechos señoriales en contraposición a los Cadells, que propugnaban los derechos de los ciudadanos. Son mencionados en una carta que escribe Roque Guinart a un amigo en Barcelona: "...y que diese noticia desto a sus amigos los Niarros, para que con él se solazasen; que él quisiera que carecieran deste gusto los Cadells, sus contrarios, pero que esto era imposible, a causa que las locuras y discreciones de don Quijote y los donaires de su escudero Sancho Panza no podían dejar de dar gusto general a todo el mundo.", II, 40.
NICOLAO, EL PEJE. Véase NICOLÁS, EL PEJE.
NICOLÁS, EL PEJE. Con este nombre se conoció en España, desde finales del siglo XVI, a un sujeto natural de Liéganes (Santander), que gozaba fama de excelente nadador, hasta el punto de afirmarse que permanecía varias horas en el fondo del agua. Se le atribuían varias proezas natatorias muy legendarias. Don Quijote le recuerda cuando le menciona a don Lorenzo Miranda las virtudes de los caballeros andantes: "...[y] decendiendo a otras menudencias, digo que ha de saber nadar como dicen que nadaba el peje Nicolás o Nicolao" II, 18.
NICOLÁS, MAESE. Nombre del barbero amigo de don Quijote.
NINFAS. Deidades femeninas de la antigüedad, que personificaban la fecundidad de la naturaleza, los bosques, las montañas. Les recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía" I, 26.
NISO. Joven troyano que siguió a Eneas a Italia, y cuya amistad con Euríalo fue inmortalizada por Virgilio (Eneida). Murió en la guerra contra los rótulos, al vengar a Euríalo. Le menciona el traductor al hablar de la firme amistad entre el rucio y Rocinante, II, 12.
NOGALES, ALDONZA. Campesina pobre, madre de Aldonza Lorenzo. Le nombra don Quijote en Sierra Morena, cuando le revela a Sancho Panza la verdadera identidad de Dulcinea: "en doce años que ha que la quiero más que a la lumbre destos ojos que han de comer la tierra, no la he visto cuatro veces [...]; tal es el recato y encerramiento con que sus padres, Lorenzo Corchuelo, y su madre, Aldonza Nogales, la han criado." I, 25.
NORIZ, DON PEDRO. Caballero barcelonés, amigo de don Antonio Moreno; conoce el funcionamiento de la cabeza encantada, y ayuda a don Antonio a mantener la mentira ante don Quijote y Sancho Panza, II, 62.
NUEVA VIZCAYA, PRÍNCIPE DE LA. Alusión a Timonel de Carcajona, I, 18.
NUZA, FAMILIA. Familia noble y principal de Alagón, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
NÉSTOR. Rey legendario de Pilos, en Mesenia, e hijo menor de Nelao y de Cloris. Escapó a la matanza de sus once hermanos (los Neleidas), perpetrada por Heracles, y recibió de los dioses el privilegio de la longevidad. Intervino en muchos combates míticos y en la guerra de Troya. En la Ilíada es presentado como un anciano prudente que prodiga sus consejos en largos discursos. Se menciona cuando se va a dar inicio al retablo de maese Pedro: "los días, que los de Néstor sean..." II, 26.
OCASIÓN. Entre los romanos, diosa que presidía al buen éxito. Se le representaba generalmente con la forma de una mujer con dos alas en los pies y apoyada sobre una rueda. Pero lo que más la caracterizaba era el llevar un mechón de cabello que le caía sobre la frente, y ser calva por detrás, para indicar que sólo había un punto por el cual se la podía coger. La menciona don Belianís de Grecia en el soneto que dedica a don Quijote: "Tuve a mis pies postrada la Fortuna, / y trajo del copete mi cordura / a la calva Ocasión al estricote." I, prólogo.
OIDOR. Cargo que desempeñará en Méjico Juan Pérez de Viedma, padre de doña Clara de Viedma y hermano del capitán cautivo, I, 42, 44, 45.
OLALLA. Mujer de la que está enamorado el cabrero Antonio; la conocemos gracias a la canción que dedica Antonio a don Quijote: "Yo sé, Olalla, que me adoras, / puesto que no me lo has dicho" I, 11.
OLIVANTE. Protagonista de la obra Historia del invencible caballero don Olivante de Laura, príncipe de Macedonia, que por sus admirables hazañas vino a ser emperador de Constantinopla, obra escrita en 1546 por Antonio de Torquemada. Don Quijote afirma que: "Yo soy [...] el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo" I, 20.
ORBANEJA. Pintor que, según informa Juan Bautista de Avalle-Arce, en su edición crítica del Quijote, pertenece a un cuento tradicional del Siglo de Oro. Don Quijote le cita cuando desea mostrar la manera cómo ciertos autores escriben: "Ahora digo [...] que no ha sido sabio el autor de mi historia, sino algún ignorante hablador, que, a tiento y sin algún discurso, se puso a escribirla, salga lo que saliere, como hacía Orbaneja, el pintor de Úbeda, al cual preguntándole qué pintaba, respondió: "Lo que saliere". Tal vez pintaba un gallo, de tal suerte y tan mal parecido, que era menester que con letras góticas escribiese junto a él: "Éste es gallo". Y así debe de ser de mi historia, que tendrá necesidad de comento para entenderla." II, 3; al hablar del Quijote de Avellaneda, dice: "este pintor es como Orbaneja, un pintor que estaba en Úbeda; que, cuando le preguntaban qué pintaba, respondía: "Lo que saliere"; y si por ventura pintaba un gallo, escribía debajo: "Éste es gallo", porque no pensasen que era zorra. Desta manera me parece a mí, Sancho, que debe de ser el pintor o escritor, que todo es uno, que sacó a luz la historia deste nuevo don Quijote que ha salido: que pintó o escribió lo que saliere" II, 71.
ORDÓNEZ DE LARA, DON DIEGO. Don Quijote le cita para mostrarle al pueblo del rebuzno que no están afrentados por las burlas que les hacen sus vecinos, y por tanto es ridículo salir a matarse por tan poco, II, 27. Informa don Diego Clemencín: "Cuando el rey don Sancho de Castilla fue muerto a traición mientras cercaba a Zamora, cuenta la Crónica general de España, escrita de orden de don Alfonso el Sabio, que don Diego Ordóñez de Lara, uno de sus vasallos, retó de traidor a todo el pueblo zamorano; más no fue porque ignorase que sólo Bellido había cometido la traición, sino porque después de ella lo habían acogido en la ciudad." I, 27 nota 14.
ORELIA. Nombre del caballo del rey don
ORESTES. Hijo de Agamenón y de Clitemnestra. Para vengar la muerte de su padre dio muerte a su madre y a Egisto, asesino de aquél. Perseguido por las furias, pero ayudado por su amigo Pílades y su hermana Ifigenia, regresó a Atenas y fue absuelto por el Areópago. Le menciona el traductor al hablar de la firme amistad entre el rucio y Rocinante, II, 12.
ORIANA. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Gaula. Es hija del rey Lisuarte y de la reina Brisena, señora de Amadís de Gaula; dedica un poema a Dulcinea del Toboso, I, prólogo; don Quijote recuerda la penitencia que por ella hizo Amadís en la Peña Pobre, I, 15, 25, 26; la última mención que se hace de esta dama tiene lugar cuando el duque le dice a don Quijote que el linaje de Dulcinea es de menor valor de Oriana, II, 32. Véase AMADÍS DE GAULA.
ORIA, JUAN ANDREA DE. Alusión a Juan Andrea de Doria, almirante genovés del siglo XVI, príncipe de Melfi y sobrino de Andrea Doria, de quien fue lugarteniente. Estuvo al servicio de España y mandó las naves genovesas en Lepanto, más sin intervenir en la batalla. Le recuerda el capitán cautivo: "Murieron en estas dos fuerzas muchas personas de cuenta, de las cuales fue una Pagán de Oria, caballero del hábito de San Juan, de condición generoso, como lo mostró la summa liberalidad que usó con su hermano, el famoso Juan de Andrea de Oria
" I, 39.
ORIA, PAGÁN DE. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque: "Murieron en estas dos fuerzas muchas personas de cuenta, de las cuales fue una Pagán de Oria, caballero del hábito de San Juan, de condición generoso, como lo mostró la summa liberalidad que usó con su hermano..." I, 39. Informa don Diego Clemencín: "Hermano de Juan Andrea Doria. Para profesar en la orden de San Juan renunció sus cuantiosos bienes en Juan Andrea, que es a lo que alude la mención que se hace de su liberalidad en el texto. Había sido paje de Felipe II, y se halló en las jornadas de San Quintín y Lepanto, acompañando en esta última a su hermano. Su muerte fue de la manera que por boca del cautivo refiere Cervantes." I, 39 nota 50.
ORLANDO. Manera como se conoce en Italia a uno de los héroes de la épica francesa, Roland, el cual es protagonista de la Chanson de Roland, y caballero que hacía parte de los Doce Pares de Francia; dedica un soneto a don Quijote; se recuerdan los nombres con los cuales se llamó en las distintas literaturas, I, 25, II, 1; su caballo fue Brilladoro, II, 40.
OSIRIS. Una de las más importantes y complejas divinidades egipcias, y la que ha ejercido mayor influencia en la formación de leyendas y creencias locales. Le cita Roque Guinart cuando le dice a don Quijote: "No estéis tan triste, buen hombre, porque no habéis caído en las manos de algún cruel Osiris, sino en las de Roque Guinart, que tienen más de compasivas que de rigurosas." II, 60. La gran mayoría de comentaristas destaca que hay un equívoco de Roque, el cual quiso referirse a Busiris.
OTAVIANO. Referencia a Cayo Octavio, más tarde conocido como Augusto César; bajo su mandato Roma vivió una larga paz; por esta razón Afirma el narrador: "...sino la misma paz y quietud del tiempo de Otaviano" I, 46, para transmitir una imagen vívida de la paz que hay en la venta de Juan Palomeque luego que don Quijote nombra a dos personas para resolver la disputa del baciyelmo.
OVIDIO. Poeta latino (43 A.C. 18). Desterrado de Roma hacia el año 10, falleció sin haber regresado. Su obra es de gran perfección en la forma, si bien carece de la fuerza propia de la de Virgilio u Horacio. Tuvo inmensa influencia sobre el Renacimiento italiano, y por su intermedio, sobre todas las literaturas. Merecen citarse Las Metamorfosis, El arte de amar, Las Tristezas, etc. Le menciona el amigo del autor del Quijote cuando sugiere a este la manera de suplir algunas de las supuestas faltas de la obra: "si de crueles, Ovidio os entregará a Medea." I, prólogo; le cita el cura cuando menciona que el autor de Las lágrimas de Angélica "fue felicísimo en la tradución de algunas fábulas de Ovidio." I, 6.
PAJE, EL. Hombre pobre de 18 o 19 años que se dirige a una compañía de marina para sentar plaza; con anterioridad había trabajado en la Corte. Gracias a su relato nos enteramos de algunas de las dificultades por las que atraviesa España y la manera como muchísima gente intenta vivir del gobierno, II, 24; acompaña a don Quijote cuando el aldeano del rebuzno cuenta la razón por la cual dos pueblos vecinos se van a enfrentar, II, 25; observa la representación del retablo de maese Pedro, II, 26.
PALAFOX, FAMILIA. Familia noble y principal de Alagón, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
PALAS. Sobrenombre que adquiere la diosa Atenea o Minerva luego de dar muerte al gigante Palas, con motivo de la guerra entre los gigantes y los dioses. La menciona don Quijote cuando a punto de subir sobre Clavileño, confunde el Paladión con el caballo de Troya: "Si mal no me acuerdo, yo he leído en Virgilio aquello del Paladión de Troya, que fue un caballo de madera que los griegos presentaron a la diosa Palas, el cual iba preñado de caballeros armados, que después fueron la total ruina de Troya; y así, será bien ver primero lo que Clavileño trae en su estómago." II, 41.
PALINURO. Piloto de Eneas a quien el Sueño arrojó al mar, y que habiendo llegado a nado a las costas de Italia fue degollado por los habitantes de la playa, los cuales poco después le erigieron por orden del oráculo un monumento. Lo menciona el mozo de mulas en una canción: "Siguiendo voy a una estrella / que desde lejos descubro, / más bella y resplandeciente / que cuantas vio Palinuro." I, 43.
PALLAS, FAMILIA. Familia noble y principal de Portugal, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
PALMERÍN DE INGALATERRA. Protagonista de la obra titulada libro del muy esforzado caballero Palmerín de Ingalaterra, texto más conocido como Palmerín de Ingalaterra, escrito por el portugués Francisco de Moraes. Toledo, 1547. Según don Quijote es uno de los mejores exponentes de la caballería andante, I, 1; le menciona don Quijote cuando expone al cura y al barbero, las razones por las cuales se debe restaurar la orden de la caballería andante en España, II, 1.
PALOMEQUE EL ZURDO, JUAN. Miembro de la Santa Hermandad y dueño de una de las ventas a la que llega don Quijote y Sancho Panza. Participa del manteamiento de Sancho cuando don Quijote se niega a pagar el valor de su estadía, I, 18; cree ciertas todas las historias que se cuentan de los caballeros andantes, I, 32; conserva los manuscritos de la Novela del Curioso Impertinente, la cual es leída por el cura, I, 33-35; enfurece cuando don Quijote confunde unos odres de vino con el gigante Pandafilando y los acuchilla, I, 35; se une a los cuadrilleros de la Santa Hermandad en la gresca que se forma tras la discusión por la bacía - yelmo y albarda - jaez, I, 44; regala al cura la Novela de Rinconete y Cortadillo, I, 47.
PÓLUX. Hijo de Zeus y de Leda; hermano gemelo de Cástor. Le recuerda don Quijote luego que Sancho Panza, asustado porque su amo libera a los galeotes, le pide que se retiren para evitar el encuentro con la Santa Hermandad: "estoy ya para quedarme, y para aguardar aquí solo, no solamente a la Santa Hermandad que dices y temes, sino a los hermanos de los doce tribus de Israel, y a los siete Macabeos, y a Cástor y a Pólux, y aun a todos los hermanos y hermandades que hay en el mundo." I, 23.
PANCINO. Nombre que inventa don Quijote para Sancho Panza, en caso que este lo acompañe en su futura vida pastoril, II, 67, 73. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
PANDAFILANDO DE LA FOSCA VISTA. Gigante que arrebata el territorio a la princesa Micomicona; su nombre lo obtiene porque mira siempre al revés, como si fuera bizco, I, 30; don Quijote cree decapitarlo, en la venta de Juan Palomeque, cuando le confunde con unos odres de vino, I, 35.
PANDAHILADO. Alude así Sancho al gigante Pandafilando de la Fosca Vista: "¡Eso juro yo [...] para el puto que no se casare en abriendo el gaznatico al señor Pandahilado! Pues, ¡monta que es mala la reina! ¡Así se me vuelvan las pulgas de la cama!" I, 30.
PANIAGUADO. Académico de la Argamesilla, que escribe un soneto en honor a Dulcinea del Toboso, I, 52. Informa don Diego Clemencín: "Significa la persona a quien se da de comer, por ser el pan y el agua los dos artículos más esenciales del alimento, y por extensión indica el cliente, el que depende de otro." I, 52 nota 53.
PANZA, FAMILIA. Familia de la cual desciende Sancho Panza; éste la recuerda cuando discute con su amo: "...que no vengo yo de alguna alcurnia desagradecida, que ya sabe todo el mundo, y especialmente mi pueblo, quién fueron los Panzas, de quien yo deciendo..." II, 7; les vuelve a mencionar en la aventura de la dueña Dolorida: "Por la fe de hombre de bien, juro, y por el siglo de todos mis pasados los Panzas..." II, 40; cuando se desempeñaba Sancho como gobernador en la ínsula Barataria les recuerda de la siguiente manera: "Sancho Panza me llaman a secas, y Sancho se llamó mi padre, y Sancho mi agüelo, y todos fueron Panzas, sin añadiduras de dones ni donas" II, 45; dice el cura cuando escucha los refranes de la mujer y la hija de Sancho: "Yo no puedo creer sino que todos los deste linaje de los Panzas nacieron cada uno con un costal de refranes en el cuerpo: ninguno dellos he visto que no los derrame a todas horas y en todas las pláticas que tienen." II, 50; les rememora Sancho cuando se niega a seguir ejerciendo el cargo de gobernador de la ínsula: "Yo soy del linaje de los Panzas, que todos son testarudos, y si una vez dicen nones, nones han de ser, aunque sean pares, a pesar de todo el mundo." II, 53.
PANZA, JUANA. Uno de los nombres de la mujer de Sancho Panza en la primera parte del Quijote -los otros fueron Mari y Juana Gutiérrez-. Dice el texto: "¿Qué es lo que decís, Sancho, de señorías, ínsulas y vasallos? respondió Juana Panza, que así se llamaba la mujer de Sancho, aunque no eran parientes, sino porque se usa en la Mancha tomar las mujeres el apellido de sus maridos." I, 52.
PANZA, SANCHO. 1. Labrador al cual don Quijote convence para que le acompañe en sus aventuras: "En este tiempo, solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien si es que este título se puede dar al que es pobre, pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó por escudero de su vecino." I, 7; luego de partir, en su primera conversación con don Quijote, le dice: "Mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido; que yo la sabré gobernar, por grande que sea." I, 7; mientras don Quijote vela durante la noche, Sancho: "No la pasó ansí [
], que, como tenía el estómago lleno, y no de agua de chicoria, de un sueño se la llevó toda; y no fueran parte para despertarle, si su amo no lo llamara, los rayos del sol, que le daban en el rostro, ni el canto de las aves, que, muchas y muy regocijadamente, la venida del nuevo día saludaban." I, 8; en la aventura de los frailes Sancho "rogaba a Dios en su corazón fuese servido de darle vitoria y que en ella ganase alguna ínsula de donde le hiciese gobernador, como se lo había prometido." I, 10; al conocer el poder curativo del bálsamo de Fierabrás, dice: "Si eso hay [
], yo renuncio desde aquí el gobierno de la prometida ínsula, y no quiero otra cosa, en pago de mis muchos y buenos servicios, sino que vuestra merced me dé la receta de ese estremado licor; que para mí tengo que valdrá la onza adondequiera más de a dos reales, y no he menester yo más para pasar esta vida honrada y descansadamente." I, 10; cree ciertas las locuras que dice su amo. Afirma el narrador: "Sólo Sancho Panza pensaba que cuanto su amo decía era verdad, sabiendo él quién era y habiéndole conocido desde su nacimiento; y en lo que dudaba algo era en creer aquello de la linda Dulcinea del Toboso, porque nunca tal nombre ni tal princesa había llegado jamás a su noticia, aunque vivía tan cerca del Toboso." I, 13; cuando Maritornes da señales de no saber el significado de la profesión de don Quijote, Sancho responde: "¿Tan nueva sois en el mundo que no lo sabéis vos? [
] Pues sabed, hermana mía, que caballero aventurero es una cosa que en dos palabras se ve apaleado y emperador. Hoy está la más desdichada criatura del mundo y la más menesterosa, y mañana tendría dos o tres coronas de reinos que dar a su escudero." I, 16; luego que don Quijote, en la aventura de las manadas de ovejas, vomita a Sancho, este: "Acudió [
] a su asno para sacar de las alforjas con qué limpiarse y con qué curar a su amo; y, como no las halló, estuvo a punto de perder el juicio. Maldíjose de nuevo, y propuso en su corazón de dejar a su amo y volverse a su tierra, aunque perdiese el salario de lo servido y las esperanzas del gobierno de la prometida ínsula." I, 18; en la aventura del cuerpo muerto, confirma la valentía de su amo: "admirado [estaba] del ardimiento de su señor, y decía entre sí: Sin duda este mi amo es tan valiente y esforzado como él dice." I, 19; en la aventura de los batanes, presa del miedo, dice a su amo: "Yo salí de mi tierra y dejé hijos y mujer por venir a servir a vuestra merced, creyendo valer más y no menos; pero, como la cudicia rompe el saco, a mí me ha rasgado mis esperanzas, pues cuando más vivas las tenía de alcanzar aquella negra y malhadada ínsula que tantas veces vuestra merced me ha prometido, veo que, en pago y trueco della, me quiere ahora dejar en un lugar tan apartado del trato humano." I, 20; para evitar que don Quijote le deje solo, amarra a Rocinante y cuando éste no se puede mover, dice: "Ea, señor, que el cielo, conmovido de mis lágrimas y plegarias, ha ordenado que no se pueda mover Rocinante; y si vos queréis porfiar, y espolear, y dalle, será enojar a la fortuna y dar coces, como dicen, contra el aguijón." I, 20; cuando don Quijote le dice quiénes son los padres de Dulcinea, exclama: "Bien la conozco [a Dulcinea] y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire. [
] Y confieso a vuestra merced una verdad, señor don Quijote: que hasta aquí he estado en una grande ignorancia; que pensaba bien y fielmente que la señora Dulcinea debía de ser alguna princesa de quien vuestra merced estaba enamorado, o alguna persona tal, que mereciese los ricos presentes que vuestra merced le ha enviado
" I, 25; a la salida de Sierra Morena se encuentra con el cura y el barbero, les cuenta las locuras de su amo, pero aún sigue creyendo en la prometida ínsula: "Dijo también como su señor, en trayendo que le trujese buen despacho de la señora Dulcinea del Toboso, se había de poner en camino a procurar cómo ser emperador, o, por lo menos, monarca; que así lo tenían concertado entre los dos, y era cosa muy fácil venir a serlo, según era el valor de su persona y la fuerza de su brazo; y que, en siéndolo, le había de casar a él, porque ya sería viudo, que no podía ser menos, y le había de dar por mujer a una doncella de la emperatriz, heredera de un rico y grande estado de tierra firme, sin ínsulos ni ínsulas, que ya no las quería. Decía esto Sancho con tanto reposo, limpiándose de cuando en cuando las narices, y con tan poco juicio, que los dos se admiraron de nuevo, considerando cuán vehemente había sido la locura de don Quijote, pues había llevado tras sí el juicio de aquel pobre hombre." I, 26; declara el narrador su codicia: "siguieron su camino [el cura y el barbero], guiándolos Sancho Panza; el cual les fue contando lo que les aconteció con el loco que hallaron en la sierra, encubriendo, empero, el hallazgo de la maleta y de cuanto en ella venía; que, maguer que tonto, era un poco codicioso el mancebo." I, 27; al conocer a la princesa Micomicona, dice: "Dichosa buscada y dichoso hallazgo [
], y más si mi amo es tan venturoso que desfaga ese agravio y enderece ese tuerto, matando a ese hideputa dese gigante que vuestra merced dice; que sí matará si él le encuentra, si ya no fuese fantasma, que contra las fantasmas no tiene mi señor poder alguno. Pero una cosa quiero suplicar a vuestra merced, entre otras, señor licenciado, y es que, porque a mi amo no le tome gana de ser arzobispo, que es lo que yo temo, que vuestra merced le aconseje que se case luego con esta princesa, y así quedará imposibilitado de recebir órdenes arzobispales y vendrá con facilidad a su imperio y yo al fin de mis deseos; que yo he mirado bien en ello y hallo por mi cuenta que no me está bien que mi amo sea arzobispo, porque yo soy inútil para la Iglesia, pues soy casado, y andarme ahora a traer dispensaciones para poder tener renta por la Iglesia, teniendo, como tengo, mujer y hijos, sería nunca acabar. Así que, señor, todo el toque está en que mi amo se case luego con esta señora, que hasta ahora no sé su gracia, y así, no la llamo por su nombre." I, 29; por estas palabras el cura quedó: "admirado de su simplicidad, y de ver cuán encajados tenía en la fantasía los mesmos disparates que su amo, pues sin alguna duda se daba a entender que había de venir a ser emperador." I, 29; da aviso de la descomunal batalla que libra don Quijote con el gigante Pandafilando: "Acudid, señores, presto y socorred a mi señor, que anda envuelto en la más reñida y trabada batalla que mis ojos han visto. ¡Vive Dios, que ha dado una cuchillada al gigante enemigo de la señora princesa Micomicona, que le ha tajado la cabeza, cercen a cercen, como si fuera un nabo!" I, 35; Sancho, a pesar de todas las evidencias, busca la cabeza del gigante, y al no encontrarla, dice: "Ya yo sé que todo lo desta casa es encantamento; que la otra vez, en este mesmo lugar donde ahora me hallo, me dieron muchos mojicones y porrazos, sin saber quién me los daba, y nunca pude ver a nadie; y ahora no parece por aquí esta cabeza que vi cortar por mis mismísimos ojos, y la sangre corría del cuerpo como de una fuente." I, 35; afirma el narrador que Sancho no es muy cuerdo, ya que: "le faltaba bien poco para tener la mesma enfermedad de su amo
" I, 46; lamenta el que su amo vaya encerrado en una jaula porque: "ésta fuera ya la hora que mi señor estuviera casado con la infanta Micomicona, y yo fuera conde, por lo menos, pues no se podía esperar otra cosa, así de la bondad de mi señor el de la Triste Figura como de la grandeza de mis servicios." I, 47; cuando don Quijote le reitera su intención de hacerle gobernador, dice: "Trabaje vuestra merced, señor don Quijote, en darme ese condado, tan prometido de vuestra merced como de mí esperado, que yo le prometo que no me falte a mí habilidad para gobernarle; y, cuando me faltare, yo he oído decir que hay hombres en el mundo que toman en arrendamiento los estados de los señores, y les dan un tanto cada año, y ellos se tienen cuidado del gobierno, y el señor se está a pierna tendida, gozando de la renta que le dan, sin curarse de otra cosa; y así haré yo, y no repararé en tanto más cuanto, sino que luego me desistiré de todo, y me gozaré mi renta como un duque, y allá se lo hayan." I, 50; en conversación con su esposa, muestra tener motivaciones distintas a la ínsula para acompañar a don Quijote: "Sólo te sabré decir, así de paso, que no hay cosa más gustosa en el mundo que ser un hombre honrado escudero de un caballero andante buscador de aventuras. Bien es verdad que las más que se hallan no salen tan a gusto como el hombre querría, porque de ciento que se encuentran, las noventa y nueve suelen salir aviesas y torcidas. Sélo yo de expiriencia, porque de algunas he salido manteado, y de otras molido; pero, con todo eso, es linda cosa esperar los sucesos atravesando montes, escudriñando selvas, pisando peñas, visitando castillos, alojando en ventas a toda discreción, sin pagar, ofrecido sea al diablo, el maravedí." I, 52; cuando el ama y la sobrina le responsabilizan por la locura de don Qujote, responde: "él [don Quijote] me sacó de mi casa con engañifas, prometiéndome una ínsula, que hasta agora la espero." II, 2; el cura conceptúa tanto del caballero como del escudero: "parece que los forjaron a los dos en una mesma turquesa, y que las locuras del señor, sin las necedades del criado, no valían un ardite." II, 2; incita a su amo a salir en busca de aventuras: "Lo que yo sé decir es que si mi señor tomase mi consejo, ya habíamos de estar en esas campañas deshaciendo agravios y enderezando tuertos, como es uso y costumbre de los buenos andantes caballeros." II, 4; cuando le anuncia a su mujer Teresa Panza su próxima salida con don Quijote le dice, entre otras razones: "conviene tener cuenta estos tres días con el rucio, de manera que esté para armas tomar: dobladle los piensos, requerid la albarda y las demás jarcias, porque no vamos a bodas, sino a rodear el mundo, y a tener dares y tomares con gigantes, con endriagos y con vestiglos, y a oír silbos, rugidos, bramidos y baladros; y aun todo esto fuera flores de cantueso si no tuviéramos que entender con yangüeses y con moros encantados." II, 5; don Quijote le pide que lo lleve ante Dulcinea; Sancho, que jamás la ha visto, descubre la manera de engañar a su amo; se dice a sí mismo: "Siendo, pues, loco, como lo es, y de locura que las más veces toma unas cosas por otras, y juzga lo blanco por negro y lo negro por blanco, como se pareció cuando dijo que los molinos de viento eran gigantes, y las mulas de los religiosos dromedarios, y las manadas de carneros ejércitos de enemigos, y otras muchas cosas a este tono, no será muy difícil hacerle creer que una labradora, la primera que me topare por aquí, es la señora Dulcinea; y, cuando él no lo crea, juraré yo; y si él jurare, tornaré yo a jurar; y si porfiare, porfiaré yo más, y de manera que tengo de tener la mía siempre sobre el hito, venga lo que viniere. Quizá con esta porfía acabaré con él que no me envíe otra vez a semejantes mensajerías, viendo cuán mal recado le traigo dellas, o quizá pensará, como yo imagino, que algún mal encantador de estos que él dice que le quieren mal la habrá mudado la figura por hacerle mal y daño." II, 10; habla de su amo con el escudero del Bosque: "tiene una alma como un cántaro: no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna: un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día; y por esta sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más disparates que haga." II, 13; cuando don Quijote vence al caballero del Bosque, se descubre que este no es más que el bachiller Sansón Carrasco, y que el escudero del Bosque es Tomé Cecial, vecino de Sancho "mas la aprehensión que en Sancho había hecho lo que su amo dijo, de que los encantadores habían mudado la figura del Caballero de los Espejos en la del bachiller Carrasco, no le dejaba dar crédito a la verdad que con los ojos estaba mirando. Finalmente, se quedaron con este engaño amo y mozo" II, 14; cuando don Quijote reprende a Sancho por unos requesones que coloca en la celada, este le dice: "A la fe, señor, a lo que Dios me da a entender, también debo yo de tener encantadores que me persiguen como a hechura y miembro de vuesa merced, y habrán puesto ahí esa inmundicia para mover a cólera su paciencia y hacer que me muela, como suele, las costillas." II, 17; reconoce la locura de su amo. Afirma el narrador: "porque, maguer era tonto, bien se le alcanzaba que las acciones de su amo, todas o las más, eran disparates, y buscaba ocasión de que, sin entrar en cuentas ni en despedimientos con su señor, un día se desgarrase y se fuese a su casa." II, 30; le dice a la duquesa de su amo: "yo tengo a mi señor don Quijote por loco rematado, puesto que algunas veces dice cosas que, a mi parecer, y aun de todos aquellos que le escuchan, son tan discretas y por tan buen carril encaminadas, que el mesmo Satanás no las podría decir mejores; pero, con todo esto, verdaderamente y sin escrúpulo, a mí se me ha asentado que es un mentecato." II, 33; la duquesa le hace creer a Sancho que Dulcinea en realidad está encantada: "de lo que más la duquesa se admiraba era que la simplicidad de Sancho fuese tanta que hubiese venido a creer ser verdad infalible que Dulcinea del Toboso estuviese encantada, habiendo sido él mesmo el encantador y el embustero de aquel negocio" II, 34; Merlín anuncia la manera cómo Dulcinea puede recobrar su estado, el cual consiste en que Sancho se azote: "
para recobrar su estado primo / la sin par Dulcinea del Toboso, / es menester que Sancho, tu escudero, / se dé tres mil azotes y trecientos / en ambas sus valientes posaderas, / al aire descubiertas, y de modo / que le escuezan, le amarguen y le enfaden." II, 35; en las palabras que pronuncia cuando se niega a acompañar a su amo a Candaya, muchos críticos ven un ejemplo más de la quijotización de Sancho: "¡Aquí del rey! [
] ¿qué tienen que ver los escuderos con las aventuras de sus señores? ¿Hanse de llevar ellos la fama de las que acaban, y hemos de llevar nosotros el trabajo? ¡Cuerpo de mí! Aun si dijesen los historiadores: "El tal caballero acabó la tal y tal aventura, pero con ayuda de fulano, su escudero, sin el cual fuera imposible el acabarla". Pero, ¡que escriban a secas: "Don Paralipomenón de las Tres Estrellas acabó la aventura de los seis vestiglos", sin nombrar la persona de su escudero, que se halló presente a todo, como si no fuera en el mundo!" II, 40; le dice a su amo cuando éste le aconseja sobre la manera de gobernar la ínsula: "Señor [
], si a vuestra merced le parece que no soy de pro para este gobierno, desde aquí le suelto, que más quiero un solo negro de la uña de mi alma que a todo mi cuerpo; y así me sustentaré Sancho a secas con pan y cebolla, como gobernador con perdices y capones; y más que, mientras se duerme, todos son iguales, los grandes y los menores, los pobres y los ricos; y si vuestra merced mira en ello, verá que sólo vuestra merced me ha puesto en esto de gobernar: que yo no sé más de gobiernos de ínsulas que un buitre; y si se imagina que por ser gobernador me ha de llevar el diablo, más me quiero ir Sancho al cielo que gobernador al infierno." II, 43; sorprende por la manera como dirige el gobierno de la ínsula, hasta el punto que: "el que escribía las palabras, hechos y movimientos de Sancho no acababa de determinarse si le tendría y pondría por tonto o por discreto." II, 45; sigue produciendo admiración en quienes le rodean: "Todos los que conocían a Sancho Panza se admiraban, oyéndole hablar tan elegantemente, y no sabían a qué atribuirlo, sino a que los oficios y cargos graves, o adoban o entorpecen los entendimientos." II, 49; en su gobierno se busca hacer el bien: "y, en siendo hora, vamos a rondar, que es mi intención limpiar esta ínsula de todo género de inmundicia y de gente vagamunda, holgazanes, y mal entretenida; porque quiero que sepáis, amigos, que la gente baldía y perezosa es en la república lo mesmo que los zánganos en las colmenas, que se comen la miel que las trabajadoras abejas hacen. Pienso favorecer a los labradores, guardar sus preeminencias a los hidalgos, premiar los virtuosos y, sobre todo, tener respeto a la religión y a la honra de los religiosos. ¿Qué os parece desto, amigos? ¿Digo algo, o quiébrome la cabeza?" II, 49; el encargado de servir como mayordomo a Sancho en la gobernación, dice: "Dice tanto vuesa merced, señor gobernador [
], que estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que, a lo que creo, no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos, tan fuera de todo aquello que del ingenio de vuesa merced esperaban los que nos enviaron y los que aquí venimos. Cada día se veen cosas nuevas en el mundo: las burlas se vuelven en veras y los burladores se hallan burlados." II, 49; don Quijote le escribe una carta cuando aún ejerce el cargo de gobernador, le dice entre otras razones: "Cuando esperaba oír nuevas de tus descuidos e impertinencias, Sancho amigo, las oí de tus discreciones, de que di por ello gracias particulares al cielo, el cual del estiércol sabe levantar los pobres, y de los tontos hacer discretos." II, 51; en el período en que Sancho estuvo en la gobernación "Hizo y creó un alguacil de pobres, no para que los persiguiese, sino para que los examinase si lo eran, porque a la sombra de la manquedad fingida y de la llaga falsa andan los brazos ladrones y la salud borracha. En resolución: él ordenó cosas tan buenas que hasta hoy se guardan en aquel lugar, y se nombran Las constituciones del gran gobernador Sancho Panza." II, 51; al abandonar la gobernación le dice a su cabalgadura: "Venid vos acá, compañero mío y amigo mío, y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero, después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos." II, 53; menciona el narrador: "vamos a acompañar a Sancho, que entre alegre y triste venía caminando sobre el rucio a buscar a su amo, cuya compañía le agradaba más que ser gobernador de todas las ínsulas del mundo." II, 54; en conversación con Ricote muestra un cambio radical: dice no ser codicioso "no soy nada codicioso; que, a serlo, un oficio dejé yo esta mañana de las manos, donde pudiera hacer las paredes de mi casa de oro, y comer antes de seis meses en platos de plata
" II, 54; le dice a Ricote lo que ganó como gobernador: "He ganado [
] el haber conocido que no soy bueno para gobernar, si no es un hato de ganado, y que las riquezas que se ganan en los tales gobiernos son a costa de perder el descanso y el sueño" II, 54; reconoce la sabiduría de su amo: "Es posible que haya en el mundo personas que se atrevan a decir y a jurar que este mi señor es loco? Digan vuestras mercedes, señores pastores: ¿hay cura de aldea, por discreto y por estudiante que sea, que pueda decir lo que mi amo ha dicho, ni hay caballero andante, por más fama que tenga de valiente, que pueda ofrecer lo que mi amo aquí ha ofrecido?" II, 58; vuelve don Quijote a hacer referencia a la sabiduría de su escudero: "Muy filósofo estás, Sancho respondió don Quijote, muy a lo discreto hablas: no sé quién te lo enseña." II, 66; se llamará Pancino en caso de acompañar a don Quijote en su aventura pastoril, II, 67; su suplicio es indispensable para resucitar a Altisidora. Dice Radamanto: "¡Ea, ministros de esta casa, altos y bajos, grandes y chicos, acudid unos tras otros y sellad el rostro de Sancho con veinte y cuatro mamonas, y doce pellizcos y seis alfilerazos en brazos y lomos, que en esta ceremonia consiste la salud de Altisidora!" II, 69; predice la gran cantidad de pinturas y grabados que se harán de las aventuras que vivió con su amo: "Yo apostaré [
] que antes de mucho tiempo no ha de haber bodegón, venta ni mesón, o tienda de barbero, donde no ande pintada la historia de nuestras hazañas." II, 71; le dice al agonizante don Quijote "no se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más, que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.", II, 74. 2. Personaje de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Macha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras, escrita por Alonso Fernández de Avellaneda y publicada en Tarragona en el año 1614. Le recuerda don Antonio Moreno cuando le dice al Sancho cervantino: "Acá tenemos noticia, buen Sancho, que sois tan amigo de manjar blanco y de albondiguillas, que, si os sobran, las guardáis en el seno para el otro día." II, 62; don Álvaro Tarfe afirma que el Quijote de Avellaneda tiene un escudero, pero "aunque tenía fama de muy gracioso, nunca le oí decir gracia que la tuviese." A lo que responde el Sancho cervantino: "Eso creo yo muy bien [
], porque el decir gracias no es para todos, y ese Sancho que vuestra merced dice, señor gentilhombre, debe de ser algún grandísimo bellaco, frión y ladrón juntamente, que el verdadero Sancho Panza soy yo, que tengo más gracias que llovidas; y si no, haga vuestra merced la experiencia, y ándese tras de mí, por los menos un año, y verá que se me caen a cada paso, y tales y tantas que, sin saber yo las más veces lo que me digo, hago reír a cuantos me escuchan." II, 72.
PANZA, TERESA. Nombre que adopta la mujer de Sancho Panza en la segunda parte de la obra. Discute con su marido porque éste desea casar a su hija con una persona principal: "Eso no, Sancho: casadla con su igual, que es lo más acertado; que si de los zuecos la sacáis a chapines, y de saya parda de catorceno a verdugado y saboyanas de seda, y de una Marica y un tú a una doña tal y señoría, no se ha de hallar la mochacha, y a cada paso ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela basta y grosera." II, 5; informa que su nombre de soltera fue Teresa Cascajo: "Cascajo se llamó mi padre, y a mí, por ser vuestra mujer, me llaman Teresa Panza, que a buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo." II, 5; Sancho le pregunta al mono adivino de maese Pedro por su mujer: "...he aquí mis dos reales, y dígame el señor monísimo qué hace ahora mi mujer Teresa Panza, y en qué se entretiene." II, 25; Sancho, desde el palacio de los duques, le dirige una carta en la que le informa los últimos acontecimientos, II, 36; la duquesa le envía una carta en la que le cuenta la manera como gobierna Sancho la ínsula y le hace un pedido ridículo: dos docenas de bellotas gordas, II, 50; Teresa se entusiasma demasiado cuando escucha que su marido es gobernador y hace planes de todo tipo. Le dice al cura: "eche cata por ahí si hay alguien que vaya a Madrid, o a Toledo, para que me compre un verdugado redondo, hecho y derecho, y sea al uso y de los mejores que hubiere; que en verdad en verdad que tengo de honrar el gobierno de mi marido en cuanto yo pudiere, y aun que si me enojo, me tengo de ir a esa corte, y echar un coche, como todas; que la que tiene marido gobernador muy bien le puede traer y sustentar." II, 50; en la carta que dirige a su marido le dice, entre otras cosas, lo siguiente: "Mira, hermano: cuando yo llegué a oír que eres gobernador, me pensé allí caer muerta de puro gozo, que ya sabes tú que dicen que así mata la alegría súbita como el dolor grande." II, 52; cuando la duquesa le entrega al ex-gobernador de la ínsula las cartas de su mujer, éste llora y dice: "¿Quién pensara que esperanzas tan grandes como las que en el pecho de mi mujer Teresa Panza engendraron las nuevas de mi gobierno habían de parar en volverme yo agora a las arrastradas aventuras de mi amo don Quijote de la Mancha? Con todo esto, me contento de ver que mi Teresa correspondió a ser quien es, enviando las bellotas a la duquesa" II, 57; don Quijote, hablando del Quijote que compuso Avellaneda, trata a este autor de ignorante por llamar en su libro a la mujer de Sancho Mari Gutiérrez y no Teresa, dice: "...y la tercera, que más le confirma por ignorante, es que yerra y se desvía de la verdad en lo más principal de la historia; porque aquí dice que la mujer de Sancho Panza mi escudero se llama Mari Gutiérrez, y no llama tal, sino Teresa Panza; y quien en esta parte tan principal yerra, bien se podrá temer que yerra en todas las demás de la historia." II, 59; en caso de hacerse pastor, Sancho llamará a su esposa Teresona. Dice: "No pienso ponerle otro alguno sino el de Teresona, que le vendrá bien con su gordura y con el propio que tiene, pues se llama Teresa" II, 67, Sansón Carrasco, por su parte, propone el nombre de Teresaina II, 73; recibe a su marido Sancho Panza, una vez regresa a la aldea, con estas palabras, "¿Cómo venís así, marido mío, que me parece que venís a pie y despeado, y más traéis semejanza de desgobernado que de gobernador?" II, 73.
PARALIPOMENÓN DE LAS TRES ESTRELLAS. Caballero andante que inventa Sancho para justificar su negativa de montarse en Clavileño y acompañar a don Quijote a Candaya: "¿qué tienen que ver los escuderos con las aventuras de sus señores? ¿Hanse de llevar ellos la fama de las que acaban, y hemos de llevar nosotros el trabajo? ¡Cuerpo de mí! Aun si dijesen los historiadores: "El tal caballero acabó la tal y tal aventura, pero con ayuda de fulano, su escudero, sin el cual fuera imposible el acabarla". Pero, ¡que escriban a secas: "Don Paralipomenón de las Tres Estrellas acabó la aventura de los seis vestiglos", sin nombrar la persona de su escudero, que se halló presente a todo, como si no fuera en el mundo!" II, 40.
PARAPILLA, GINÉS. Nombre con que uno de los guardas alude a Ginés de Pasamonte: "este buen hombre es el famoso Ginés de Pasamonte, que por otro nombre llaman Ginesillo de Parapilla." I, 22; le recuerda el narrador cuando revela la verdadera identidad de maese Pedro: "Este Ginés de Pasamonte, a quien don Quijote llamaba Ginesillo de Parapilla, fue el que hurtó a Sancho Panza el rucio; que, por no haberse puesto el cómo ni el cuándo en la primera parte, por culpa de los impresores, ha dado en qué entender a muchos, que atribuían a poca memoria del autor la falta de emprenta." II, 27.
PARES DE FRANCIA, LOS DOCE. Aparecen ya en la Chanson de Roland (finales del siglo XI) y son también personajes de varios romances; fueron escogidos por los reyes de Francia y recibieron su nombre por ser todos iguales en valor, calidad y valentía; los más sobresalientes de este grupo fueron: Roldán, Oliveros, Guy de Borgoña, Ricarte de Normandía y Reinaldos de Montalbán. don Quijote afirma que él puede ser uno de los Doce Pares: "...sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los Nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron, se aventajarán las mías." I, 5; los recuerda don Quijote cuando le dice a Sancho cual es la alta misión que se ha propuesto en el mundo: "Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce de Francia y los Nueve de la Fama" I ,20; les recuerda nuevamente don Quijote cuando desea probarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí tuvieron existencia histórica y por tanto son verídicas las hazañas que de ellos se cuentan, I, 49; se menciona que Roldán hacía parte de los Doce Pares de Francia, II, 1, II, 32.
PARIS. Hijo de Príamo y de Hécuba, dirimió la contienda sobre la manzana de oro, prefiriendo a Venus frente a Palas Atenea y Hera. En Esparta, robó a Elena, la esposa de Menelao, provocando la famosa guerra de Troya. Le menciona don Quijote al recordar la destrucción de Troya y Cartago: "pues con sólo que yo matara a Paris se escusaran tantas desgracias." II, 71.
PAROPILLO, GINÉS. Nombre despectivo con el cual don Quijote alude a Ginés de Pasamonte, luego que este se niega a ir al Toboso a entregarle relación a Dulcinea de la forma como él le libera, I, 22.
PARRASIO. Siglo V A.C. Pintor griego que nació en Efeso y trabajó en Atenas y Asia Menor. Rival de Zeuxis. Le recuerda don Quijote cuando dice que la descripción de la belleza de Dulcinea es un trabajo digno "de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla" II, 32.
PASAMONTE, GINÉS DE. Galeote, "hombre de muy buen parecer, de edad de treinta años, sino que al mirar metía el un ojo en el otro un poco." I, 22; escribe un libro sobre su vida, el cual "Es tan bueno [
] que mal año para Lazarillo de Tormes y para todos cuantos de aquel género se han escrito o escribieren." I, 22; don Quijote le libera, pero cuando le pide que vaya al Toboso a darle relación a Dulcinea de estos sucesos pelean, I, 22; supuestamente roba la espada de don Quijote, hecho que no ocurrió, dice éste a la princesa Micomicona: "con el ayuda de Dios y de mi brazo, tajar la cabeza soberbia con los filos desta... no quiero decir buena espada, merced a Ginés de Pasamonte, que me llevó la mía." I, 30; cuenta Sancho que es Ginés quien le roba el rucio, II, 4; se convierte en titiritero y se hace llamar maese Pedro, II, 25-26; se declara la verdadera identidad de maese Pedro y se vuelve a mencionar que fue él quien robó el rucio de Sancho, II, 27
PEDRO. Cabrero que acoge a don Quijote y Sancho Panza; les cuenta la historia de Grisóstomo y Marcela, I, 12.
PEDRO DE PORTUGAL, EL INFANTE DON. Pedro I, llamado el Justiciero (1320 - 1367) Rey de Portugal (1357 - 1367), hijo de Alfonso IV. Siendo príncipe se alzó contra su padre a causa del asesinato de Inés de Castro, a quien quería hacer su esposa. Al heredar el trono, la nombró reina de Portugal y obligó a la nobleza a rendirle homenaje póstumo. Le cita don Quijote cuando promete desencantar a Dulcinea: "y así le haré yo de no sosegar, y de andar las siete partidas del mundo, con más puntualidad que las anduvo el infante don Pedro de Portugal" II, 23.
PEDRO, MAESE. Identidad que adopta Ginés de Pasamonte, el cual, para burlar a la justicia que lo persigue, y ganarse la vida, se cubre el ojo izquierdo, se hace titiritero y le enseña a un mono que compra, ciertas conductas que aparenten que le habla al oído y, así hace pasar al mono por adivino, II, 25; se representa su retablo de la liberación de Melisendra, II, 26; pensando que lo representado es verdadero, arremete don Quijote contra los títeres para defender a Melisendra y Gaiferos de sus enemigos, II, 26; se revela su verdadera identidad, II, 27; don Quijote recuerda lo que le dijo el mono sobre la cueva de Montesinos. Anota el narrador: "puesto que el mono de maese Pedro le había dicho que parte de aquellas cosas eran verdad y parte mentira, él se atenía más a las verdaderas que a las mentirosas, bien al revés de Sancho, que todas las tenía por la mesma mentira." II, 39.
PEGASO. Caballo alado, servidor de Zeus, nacido de la sangre que vertió Medusa al ser decapitada por Perseo; le recuerda el cura en Sierra Morena: "Y aun haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso" I, 29; la dueña Dolorida le menciona cuando va a decir el nombre del caballo volador que llevará al reino de Candaya a don Quijote y Sancho Panza, II, 40.
PENTAPOLÍN DEL ARREMANGADO BRAZO. Rey de los garamantas y conductor del ejército que enfrenta al del rey Alifanfarón; don Quijote los inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
PENTAPOLÉN DEL ARREMANGADO BRAZO. Así llama don Quijote en una primer momento al rey Pentapolín. Muchas ediciones asumen la existencia de una errata y escriben Pentapolín. I, 18.
PENÉLOPE. Esposa de Ulises, rey de Itaca, y madre de Telémaco. Durante la prolongada ausencia de su esposo, viose asediada por gran número de pretendientes, a los que entretuvo diciendo que no podía dar su consentimiento hasta no terminar un velo que tejía, del cual deshacía por la noche la parte tejida durante el día. Personifica la fidelidad conyugal en la Odisea. Le menciona el narrador cuando Leonela ayuda a Camila a hacerle creer a Anselmo que tiene en ella a una excelente esposa: "Con otras cosas a éstas semejantes, que ninguno la escuchara que no la tuviera por la más lastimada y leal doncella del mundo, y a su señora por otra nueva y perseguida Penélope.", I, 34.
PEPINO. Alusión a Pipino. (803- Poitiers 838). Rey de Aquitania (817-838), era hijo segundo de Ludovico Pío. Como sus hermanos Lotario y Luis, se rebeló varias veces contra su padre (830, 831, 833) y presentó su sumisión a cambio de concesiones territoriales. Le menciona el cura cuando habla con el canónigo de Toledo sobre algunos excesos que se cometen en los libros de caballerías y en las comedias de su tiempo: "Y si es que la imitación es lo principal que ha de tener la comedia, ¿cómo es posible que satisfaga a ningún mediano entendimiento que, fingiendo una acción que pasa en tiempo del rey Pepino y Carlomagno, el mismo que en ella hace la persona principal le atribuyan que fue el emperador Heraclio, que entró con la Cruz en Jerusalén, y el que ganó la Casa Santa, como Godofre de Bullón, habiendo infinitos años de lo uno a lo otro..." I, 48.
PERIÓN DE GAULA. Padre de Amadís en la novela de caballerías Amadís de Gaula. Don Quijote le menciona para demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1. Véase AMADÍS DE GAULA.
PERIQUILLO. Muchacho que don Quijote y Sancho Panza encuentran peleando a la entrada de la aldea. Don Quijote, que veía signos de su derrota por todos lados, interpreta las palabras del oponente de Periquillo "No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu vida." II, 73 como señal de que jamás vería desencantada a Dulcinea.
PERITOA, EL CABALLO. Según la condesa Trifaldi, se trata de uno de los caballos del Sol, II, 40; algunos críticos afirman que hay aquí una equivocación por parte de Cervantes, el cual en realidad trató de referirse a Pireis, caballo mencionado en La Metamorfosis de Ovidio.
PERLERINA, CLARA. Hija del rico labrador Andrés Perlerino; destaca por ser extremadamente fea y deforme. Le conocemos por la historia que cuenta un labrador al gobernador Sancho Panza II, 47.
PERLERINO, ANDRÉS. Labrador rico, padre de la fea y deforme Clara Perlerina. Le conocemos por la historia que cuenta un labrador al gobernador Sancho Panza II, 47.
PEROGRULLO. Personaje ficticio al que se atribuyen dichos o verdades que, por sabidos, es simpleza decirlos. Sancho le recuerda luego de escuchar la respuesta que le da a su pregunta la cabeza encantada: "Bueno, par Dios! [...] Esto yo me lo dijera: no dijera más el profeta Perogrullo." II, 62.
PERRILLO. Le menciona el narrador cuando don Quijote está a punto de enfrentar a los leones: "Tú a pie, tú solo, tú intrépido, tú magnánimo, con sola una espada, y no de las del Perrillo cortadoras, con un escudo no de muy luciente y limpio acero, estás aguardando y atendiendo los dos más fieros leones que jamás criaron las africanas selvas." II, 17. Informa don Diego Clemencín: "Fabricolas Julián del Rey, armero de Toledo, morisco según dicen, que también labró en Zaragoza, y además del perrillo usó también por marca de una media luna y de un mundo con grillos." II, 17 nota 16.
PERSIO FLACO, AULO. Poeta latino (32-62). Autor de elegías y sátiras morales. Émulo de Juvenal. Le cita don Diego de Miranda para realzar las lecturas de su hijo, I, 16.
PIERRES. Personaje de la Historia de la linda Magalona, hija del Rey de Nápoles, y de Pierres, hijo del conde de Provenza, texto traducido del francés por Felipe Camús y publicado en Burgos en el año 1519. Menciona don Quijote que Pierres voló por los aires junto a Magalona en un caballo de madera, I, 49; la condesa Trifaldi recuerda la misma historia, II, 40, 41.
PIERRES. Personaje de la Historia de la linda Magalona, hija del Rey de Nápoles, y de Pierres, hijo del conde de Provenza, texto traducido del francés por Felipe Camús y publicado en Burgos en el año 1519. Menciona don Quijote que Pierres voló por los aires junto a Magalona en un caballo de madera, I, 49; la condesa Trifaldi recuerda la misma historia, II, 40, 41.
PIERRES PAPÍN. Caballero francés, señor de las baronías de Utrique; don Quijote lo inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
PIERRES, MOSÉN. Su nombre de pila era Pierres de Brecemonte. En 1433 se enfrentó en la ciudad de Arrás al caballero español Juan de Merlo y perdió el combate. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
PINTIQUINESTRA, LA REINA. Personaje de la novela de caballerías Amadís de Grecia. La Menciona el cura cuando realiza el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase AMADÍS DE GRECIA.
PIO QUINTO. Pontífice romano nacido en el Piamonte (1504-1572). Se llamaba Miguel Ghislieri, y reinó desde 1566. Mandó publicar el Catecismo Tridentino, e instituyó la cofradía de la Doctrina Cristiana. Reformó el misal, el breviario y la música religiosa. Fiesta el 5 de mayo. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque: "se tuvo nuevas de la liga que la Santidad del Papa Pío Quinto, de felice recordación, había hecho con Venecia y con España, contra el enemigo común, que es el Turco" I, 39.
PLACERDEMIVIDA, LA DONCELLA. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. La menciona el cura cuando realiza el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
PLATÓN. Filósofo griego (427-348 A.C.). Uno de los hombres que más ha contribuido a la cultura occidental. Fundador del idealismo en filosofía. Es el más fiel y, a la vez, el más original de los discípulos de Sócrates. Dejó numerosas obras en forma de diálogos, entre ellas: Banquete, Fedón, Fedro, República, etc. Le cita el autor del Quijote cuando crítica a sus contemporáneos, los cuales en sus escritos traen citas de filósofos, eruditos y santos que no vienen en ningún momento al caso, I, prólogo; le menciona la dueña Dolorida cuendo dice que gracias a unas coplas que canta Clavijo ella se pone de su parte y le ayuda a enamorar a la infanta Antonomasia: "...he considerado que de las buenas y concertadas repúblicas se habían de desterrar los poetas, como aconsejaba Platón, a lo menos, los lascivos, porque escriben unas coplas..." II, 38.
PLATIR. Protagonista de la Crónica del muy valiente y esforzado caballero Platir, hijo del invencible emperador Primaleón, obra de autor anónimo escrita en 1533; Menciona el traductor del Quijote que Platir tuvo un sabio que escribía sus hazañas, I, 9; afirma don Quijote que: "Yo soy [...] el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo" I, 20.
PLUTARCO. Escritor griego (45-125). Es el tipo genuinamente representativo del erudito clásico, que escribió sobre los más variados asuntos. Su obra más famosa es Vidas Paralelas, por su originalidad, por su concepción y por las noticias que nos proporciona. Le cita el amigo del autor del Quijote cuando le dice a éste de qué modo se puede apoyar en Plutarco para corregir algunos de los supuestos errores que tiene la obra: "...si de capitanes valerosos, el mesmo Julio César os prestará a sí mismo en sus Comentarios, y Plutarco os dará mil Alejandros." I, prólogo.
POESÍA. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
POLIFEMO. Cíclope gigante, hijo de Neptuno y de una ninfa, que vivía, según Homero, en una caverna de la costa occidental de Sicilia. Enamorado de la nereida Galatea, aplastó con una roca al pastor Acis, su rival. Ulises consiguió liberarse de él embriagándole y cegándole su único ojo. Por Polifemos tratan a don Quijote y Sancho Panza los hombres encargados de llevarlos al palacio de los duques para resucitar a Altisidora: "¡No os quejéis, scitas, ni abráis los ojos, Polifemos matadores, leones carniceros!" II, 68.
POLO, CONDE SAN. Véase SAN POLO, CONDE.
POLO, GIL. Escritor español (Valencia 1530-Barcelona 1584) del que se tienen muy pocas noticias de su vida. Parte de su fama como poeta estriba en que Cervantes le dedicó una octava real en el "Canto de Calíope" de la Galatea (1583) y Juan de Timoneda lo cita en su romance Sarao de amor (1561). Su obra fundamental es la novela pastoril Diana enamorada, continuación de la Diana de Jorge de Montemayor. La prosa y la poesía de Gil Polo son extremadamente cultas, si bien abundan en valencianismos. Inventor de la que él llama rima provenzal, su poesía se distingue por el dominio de la forma y el manejo de las estrofas. Es mencionado por el barbero y el cura cuando realizan, en compañía del ama y la sobrina, el escrutinio y quema de libros de la biblioteca de don Quijote: "Éste que se sigue dijo el barbero es La Diana llamada segunda del Salmantino; y éste, otro que tiene el mesmo nombre, cuyo autor es Gil Polo. Pues la del Salmantino respondió el cura, acompañe y acreciente el número de los condenados al corral, y la de Gil Polo se guarde como si fuera del mesmo Apolo; y pase adelante, señor compadre, y démonos prisa, que se va haciendo tarde." I, 6.
PORCIA. Dama romana, hija de Catón de Útica y esposa de Bruto. Se dio muerte para no sobrevivir a su esposo (42 A.C.). Lotario, ante las falsas, aunque convincentes, muestras de lealtad que da Camila a su esposo Anselmo, piensa que éste creería "...que tenía por mujer a una segunda Porcia..." I, 34.
POSESIÓN PACÍFICA. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
PÉREZ DE VARGAS, DIEGO. don Quijote le recuerda bajo las siguientes palabras: "Yo me acuerdo haber leído que un caballero español, llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada..." I, 8. Don Diego Clemencín Informa: "Refiere menudamente el suceso Diego Rodríguez de Almela, Canónigo de Murcia, escritor del siglo XV, en su Valerio de las historias escolásticas y de España (Lib. II, título II, cap. XIII), donde habla de los caballeros que se señalaron en la batalla de Jerez contra los moros, reinando don Fernando III el Santo: Pero entre todos fué esmerado Diego Pérez de Vargas. Como acaesciese que perdiese todas las armas de ferir, conviene a saber, la lanza y espada y maza, cuando vió que no había a qué se tornar, fuese a una olivera y quebró un ramo que tenía bajo un cepillo a manera de porra, y con tal arma se metió en la mayor priesa de la batalla, y comenzó de ferir de la una parte y de la otra, de guisa que a cualquier que daba una palancada no había más menester, e fizo con aquel cepo tal fazaña que sería mucho de la facer con todas las armas que traer pudiese, y el Conde don Alvar Pérez, cuando así lo vido, con gran placer que dello hovo a su voluntad que cada vez que le oía dar el golpe decía: Así Diego, machuca, así. Y este nombre hovieron después todos los de su linaje, y en esto paresció que era hombre de gran corazón y digno de memoria. Diego Pérez de Vargas era toledano, como dice la Crónica general (parte IV), y de este suceso se hizo un romance antiguo que se lee en las colecciones de esta clase de poesías." I, 8 nota 10.
PÉREZ DE VARGAS, GARCI. Caballero mencionado por el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballerías andante, sí son de provecho: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Garci Pérez de Vargas, [tuvo] Jerez; [...] cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49. Informa don Diego Clemencín: "Este caballero servía en el ejército del Rey San Fernando cuando sitiaba a Sevilla. Un día iban él y otro caballero a incorporarse con la escolta de los forrajeadores y se encontraron con siete moros; temeroso el compañero se retiró, abandonando a Garci Pérez; pero este, pidiendo las armas a su escudero, pasó por medio de los moros, que conociéndolo, no se atrevieron a acometerle. A poco echó menos Garci Pérez la cofia que solía traer, porque era calvo, y se le había caído al ponerse el yelmo, y a pesar de los ruegos de su escudero volvió por ella atravesando otra vez por medio de los moros, que no osaron estorbarlo. El Rey que lo había estado viendo todo desde un cerro donde se hallaba con algunos de sus cortesanos, le preguntó a su vuelta quién era el caballero que le acompañaba, pero nunca quiso decirlo, obrando entonces con tanta modestia, como antes había obrado con valentía. I, 49 nota 21.
PÉREZ DE VIEDMA, JUAN. Oidor, padre de la hermosa doña Clara de Viedma. De viaje hacia Sevilla ingresa a la venta de Juan Palomeque, conoce a don Quijote y se reencuentra con su hermano mayor, el capitán Ruy Pérez de Viedma, I, 42; se entera que un joven principal, don Luis, desea casarse con su hija, I, 44; por estar pensando en las razones que le confía don Luis, no participa en las bromas que le hacen al barbero que reclama a don Quijote la bacía, I, 45; don Quijote le pide que disuelva, junto al cura, la reyerta que se arma en la venta a causa del baci-yelmo, I, 45.
PÉREZ DE VIEDMA, RUY. Declara el cura que éste es el verdadero nombre del capitán cautivo, I, 42; lo extraño es que esto nunca se dijo, I, 42.
PÉREZ MAZORCA, PEDRO. Recaudador de impuestos de la ínsula de Barataria. La doncella que el gobernador Sancho Panza encuentra disfrazada de hombre, dice que es su padre, y no Diego de Llana, en un intento deseperado de ocultar su identidad, II, 49.
PÉREZ, PERO. Nombre de pila del cura amigo de don Quijote, I, 5.
PRIMO, EL. Humanista, escritor, primo del licenciado que invitó a don Quijote a las bodas de Camacho y encargado de llevar a don Quijote y Sancho Panza hasta la cueva de Montesinos. Ya en camino se entera don Quijote del tipo de tonterías que investiga el primo: el primer hombre que se rascó la cabeza, el primero que tuvo catarro en el mundo, etc., y se burla de ello. Le dice a Sancho: " Más has dicho, Sancho, de lo que sabes; que hay algunos [como el primo] que se cansan en saber y averiguar cosas, que después de sabidas y averiguadas, no importan un ardite al entendimiento y la memoria" II, 22; don Quijote le cuenta lo que vivió en la cueva de Montesinos, II, 23; don Quijote le entrega información que le sirve. Comenta el primo: "Y esta averiguación me viene pintiparada para el otro libro que voy componiendo, que es Suplemento de Virgilio Polidoro, en la invención de las antigüedades; y creo que en el suyo no se acordó de poner la de los naipes, como la pondré yo ahora, que será de mucha importancia, y más alegando autor tan grave y tan verdadero como es el señor Durandarte." II, 24; asiste a la representación del retablo de maese Pedro, II, 26. Es posible que Cervantes en este pasaje se burle de algún contemporáneo suyo.
PTOLOMEO. Manera como alude don Quijote a Tolomeo, II, 29.
PUEBLA DE ALCOCER, VIZCONDE DE. Alusión al duque de Béjar, I, prólogo.
PUERTOCARRERO, PEDRO. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque: "Cautivaron a don Pedro Puertocarrero, general de la Goleta..." I, 39. Informa don Diego Clemencín: "Nombrado gobernador de la Goleta por don Juan de Austria, la defendió con mucho valor hasta que los turcos la tomaron por asalto, quedando cautivo con los pocos soldados que sobrevivieron a la defensa. Tacháronle algunos de poca práctica e inteligencia en las reglas del arte militar; pero cumplió con las del honor, y, conducido a Constantinopla en la armada otomana, falleció durante la navegación cerca del cabo de Maina, en Morea." I, 39 nota 48.
PÍLADES. Amigo de Orestes, con cuya hermana Electra se casó. Pílades y Orestes simbolizan la amistad franca y constante. Le menciona el traductor al hablar de la firme amistad entre el rucio y Rocinante, II, 12.
PÍRAMO. Joven babilonio, célebre por sus amores con Tisbe. Su historia, narrada por Ovidio, es la siguiente: Tisbe estaba aguardando a Píramo, debajo de una morera, cuando vio que se le acercaba una leona con el hocico ensangrentado. Asustada, echó a correr, perdiendo su velo en la carrera, que fue desgarrado por el animal. Cuando Píramo llegó a la cita, encontró únicamente los jirones manchados de sangre, y, creyendo que ella había sido devorada, se dio muerte con su daga. Tisbe acudió a los gritos de Píramo, pero llegó demasiado tarde, y, no pudiendo sobrevivir a su amado, se suicidó junto a él. Le recuerda don Lorenzo de Miranda, cuando recita a don Quijote un soneto que escribió en honor a la pareja, II, 18; al narrar un estudiante los amores de Basilio y Quiteria, dice: "Es este Basilio un zagal vecino del mesmo lugar de Quiteria, el cual tenía su casa pared y medio de la de los padres de Quiteria, de donde tomó ocasión el amor de renovar al mundo los ya olvidados amores de Píramo y Tisbe," II, 19.
QUEJANA. Posible apellido del hidalgo que de tanto leer libros de caballerías enloquece y se convierte en don Quijote: "por conjeturas verosímiles, se deja entender que se llamaba Quejana." I, 1.
QUESADA. Posible apellido del hidalgo que de tanto leer libros de caballerías enloquece y se convierte en don Quijote: "Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben" I, 1.
QUIJADA. Posible apellido del hidalgo que de tanto leer libros de caballerías enloquece y se convierte en don Quijote: "Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben" I, 1.
QUIJADA, GUTIERRE. Caballero castellano del siglo XV y primo del también caballero Pedro Barba. En 1435, en Borgoña, enfrentó y venció a uno de los hijos bastardos del conde San Polo. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
QUIJANA. Apellido con el cual llama Pedro Alonso a don Quijote: "Señor Quijana que así se debía de llamar cuando él tenía juicio y no había pasado de hidalgo sosegado a caballero andante, ¿quién ha puesto a vuestra merced desta suerte?" I, 5.
QUIJANA, ANTONIA. Nombre de la sobrina de don Quijote. La conocemos cuando don Quijote cuerdo, y a punto de morir, declara en su testamento que: "es mi voluntad que si Antonia Quijana, mi sobrina, quisiere casarse, se case con hombre de quien primero se haya hecho información que no sabe qué cosas sean libros de caballerías; y, en caso que se averiguare que lo sabe, y, con todo eso, mi sobrina quisiere casarse con él, y se casare, pierda todo lo que le he mandado" II, 74.
QUIJANO, ALONSO. Nombre de don Quijote antes de su locura; así lo declara él mismo cuando, a punto de morir, recupera la lucidez y afirma: "Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno. Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje, ya me son odiosas todas las historias profanas del andante caballería, ya conozco mi necedad y el peligro en que me pusieron haberlas leído, ya, por misericordia de Dios, escarmentando en cabeza propia, las abomino." II, 74.
QUIJOTIZ. Nombre que tendrá don Quijote en su futura vida pastoril, II, 67, 73. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera, luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
QUIJOTE DE LA MANCHA, DON. 1. Protagonista de la obra El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha; se trata de un hidalgo de unos cincuenta años, "de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza." I, 1, el cual "se enfrascó tanto en su letura, [de los libros de caballerías] que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio." I, 1; y "vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo; y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama." I, 1; pasa largo tiempo pensando en el nombre que dará a su caballo "Y así, después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante: nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo." I, 1; luego de poner nombre a su caballo "quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde como queda dicho tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia que, sin duda, se debía de llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron decir. Pero, acordándose que el valeroso Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por Hepila famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della." I, 1; a una labradora, Aldonza Lorenzo, la hace su señora, a la cual "vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto." I,1; se arma caballero en la primera venta a la que ingresa, I, 2-3; el ama, la sobrina, el cura y el barbero queman sus libros en un intento de liberarlo de la locura, I, 6; convence a un vecino suyo para que le sirva de escudero: "En este tiempo, solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien si es que este título se puede dar al que es pobre, pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó por escudero de su vecino." I, 7; apenas parten de la aldea Sancho le recuerda a don Quijote la prometida ínsula, a lo que responde don Quijote: "Has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza
" I, 7; luego de la aventura de los molinos de viento don Quijote no durmió "pensando en su señora Dulcinea, por acomodarse a lo que había leído en sus libros, cuando los caballeros pasaban sin dormir muchas noches en las florestas y despoblados, entretenidos con las memorias de sus señoras." I, 8; pronuncia ante los cabreros el discurso sobre la edad dorada, I, 11; describe a su amada de la siguiente manera: "
su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas" I, 13; don Quijote confunde a Maritornes con una bella doncella, lo cual da indicios de su locura porque: "
el tacto, ni el aliento, ni otras cosas que traía en sí la buena doncella, no le desengañaban, las cuales pudieran hacer vomitar a otro que no fuera arriero; antes, le parecía que tenía entre sus brazos a la diosa de la hermosura." I, 16; cuando está por iniciar su penitencia en Sierra Morena, realiza una de sus primeras apreciaciones sobre la literatura: "nos mostró Virgilio, en persona de Eneas, el valor de un hijo piadoso y la sagacidad de un valiente y entendido capitán, no pintándolo ni descubriéndolo como ellos fueron, sino como habían de ser, para quedar ejemplo a los venideros hombres de sus virtudes." I, 25; en muchas ocasiones su locura se desdibuja; una de ellas tiene lugar en Sierra Morena, cuando le confiesa a Sancho que su objetivo es hacerse caballero andante, y que por ello debe imitar a los mejores caballeros que han existido. Dice: "Desta mesma suerte, Amadís fue el norte, el lucero, el sol de los valientes y enamorados caballeros, a quien debemos de imitar todos aquellos que debajo de la bandera de amor y de la caballería militamos. Siendo, pues, esto ansí, como lo es, hallo yo, Sancho amigo, que el caballero andante que más le imitare estará más cerca de alcanzar la perfeción de la caballería. Y una de las cosas en que más este caballero mostró su prudencia, valor, valentía, sufrimiento, firmeza y amor, fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia en la Peña Pobre, mudado su nombre en el de Beltenebros, nombre, por cierto, significativo y proprio para la vida que él de su voluntad había escogido. Ansí que, me es a mí más fácil imitarle en esto que no en hender gigantes, descabezar serpientes, matar endriagos, desbaratar ejércitos, fracasar armadas y deshacer encantamentos. Y, pues estos lugares son tan acomodados para semejantes efectos, no hay para qué se deje pasar la ocasión, que ahora con tanta comodidad me ofrece sus guedejas." I, 25; cuando Sancho se muestra extrañado por el hecho de que Dulcinea no es una dama sino una campesina, don Quijote le dice: "bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo. [...] Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada; y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad." I, 25; pronuncia en la venta de Juan Palomeque su discurso de las armas y las letras, I, 37-38; actúa de manera inteligente cuando busca los medios para acabar con la pendencia que hay en la venta de Juan Palomeque: "Venga, pues, vuestra merced, señor oidor, y vuestra merced, señor cura, y el uno sirva de rey Agramante, y el otro de rey Sobrino, y pónganos en paz; porque por Dios Todopoderoso que es gran bellaquería que tanta gente principal como aquí estamos se mate por causas tan livianas." I, 45; defiende ante el canónigo de Toledo los libros de caballerías, I, 49-50; menciona el cambio que ha experimentado desde que se hizo caballero andante: "De mí sé decir que, después que soy caballero andante, soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos
" I, 50; reitera ante el cura y el barbero la razón por la cual se hace caballero andante: "sólo me fatigo por dar a entender al mundo en el error en que está en no renovar en sí el felicísimo tiempo donde campeaba la orden de la andante caballería. [...] Los más de los caballeros que agora se usan, antes les crujen los damascos, los brocados y otras ricas telas de que se visten, que la malla con que se arman [
] agora ya triunfa la pereza de la diligencia, la ociosidad del trabajo, el vicio de la virtud, la arrogancia de la valentía y la teórica de la práctica de las armas, que sólo vivieron y resplandecieron en las edades del oro y en los andantes caballeros." II, 1; el cura da el siguiente concepto tanto del caballero como del escudero: "parece que los forjaron a los dos en una mesma turquesa, y que las locuras del señor, sin las necedades del criado, no valían un ardite." II, 2; se entera que se ha publicado un libro con sus hazañas, II, 2-3; realiza su tercera salida en busca de aventuras, y desea ir hasta el Toboso a pedirle bendición a Dulcinea; por tal motivo le dice a su escudero que lo guíe hasta su palacio, II, 8-9; Sancho que jamás había visto a Dulcinea, le hace creer a don Quijote que una aldeana es su amada, quedando éste muy perturbado por el hecho. Afirma el narrador: "Pensativo además iba don Quijote por su camino adelante, considerando la mala burla que le habían hecho los encantadores, volviendo a su señora Dulcinea en la mala figura de la aldeana, y no imaginaba qué remedio tendría para volverla a su ser primero; y estos pensamientos le llevaban tan fuera de sí, que, sin sentirlo, soltó las riendas a Rocinante, el cual, sintiendo la libertad que se le daba, a cada paso se detenía a pacer la verde yerba de que aquellos campos abundaban." II, 11; confiesa a los actores de Las cortes de la Muerte, que siempre ha sido aficionado al teatro: "desde mochacho fui aficionado a la carátula, y en mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula." II, 11; reconoce que su escudero es cada vez más sabio: "Cada día, Sancho [
], te vas haciendo menos simple y más discreto." II, 12; lucha contra el Caballero del Bosque o de los Espejos, y lo vence, II, 14; le dice al caballero del Verde Gabán, que hay un libro que cuenta sus aventuras: "y así, por mis valerosas, muchas y cristianas hazañas he merecido andar ya en estampa en casi todas o las más naciones del mundo. Treinta mil volúmenes se han impreso de mi historia, y lleva camino de imprimirse treinta mil veces de millares, si el cielo no lo remedia." II, 16; discute con el Caballero del Verde Gabán sobre literatura, hasta punto que: "Admirado quedó el del Verde Gabán del razonamiento de don Quijote, y tanto, que fue perdiendo de la opinión que con él tenía, de ser mentecato." II, 16; dice el Caballero del Verde Gabán a su hijo: "sólo te sabré decir que le he visto hacer [a don Quijote] cosas del mayor loco del mundo, y decir razones tan discretas que borran y deshacen sus hechos: háblale tú, y toma el pulso a lo que sabe, y, pues eres discreto, juzga de su discreción o tontería lo que más puesto en razón estuviere; aunque, para decir verdad, antes le tengo por loco que por cuerdo." II, 18; la aventura de la cueva de Montesinos le parece tan disparatada a Cide Hamete Benengeli, que le obliga a decir: "No me puedo dar a entender, ni me puedo persuadir, que al valeroso don Quijote le pasase puntualmente todo lo que en el antecedente capítulo queda escrito: la razón es que todas las aventuras hasta aquí sucedidas han sido contingibles y verisímiles, pero ésta desta cueva no le hallo entrada alguna para tenerla por verdadera, por ir tan fuera de los términos razonables." II, 24; destruye el retablo de maese Pedro por considerar cierta la representación: "desenvainó [don Quijote] la espada, y de un brinco se puso junto al retablo, y, con acelerada y nunca vista furia, comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a éste, destrozando a aquél..." II, 26; persuade, de manera sabia, al pueblo del rebuzno para que no entre en batalla con sus vecinos. Dice: "Días ha que he sabido vuestra desgracia y la causa que os mueve a tomar las armas a cada paso, para vengaros de vuestros enemigos; y, habiendo discurrido una y muchas veces en mi entendimiento sobre vuestro negocio, hallo, según las leyes del duelo, que estáis engañados en teneros por afrentados, porque ningún particular puede afrentar a un pueblo entero, si no es retándole de traidor por junto, porque no sabe en particular quién cometió la traición por que le reta." II, 27; en la aventura del Barco Encantado se encuentra una manifestación clara del pesimismo que empieza a invadirlo. Se dice a sí mismo: "¡Basta! [
]. Aquí será predicar en desierto querer reducir a esta canalla a que por ruegos haga virtud alguna. Y en esta aventura se deben de haber encontrado dos valientes encantadores, y el uno estorba lo que el otro intenta: el uno me deparó el barco, y el otro dio conmigo al través. Dios lo remedie, que todo este mundo es máquinas y trazas, contrarias unas de otras. Yo no puedo más." II, 29; se encuentra con los duques, los cuales "por haber leído la primera parte desta historia y haber entendido por ella el disparatado humor de don Quijote, con grandísimo gusto y con deseo de conocerle le atendían, con prosupuesto de seguirle el humor y conceder con él en cuanto les dijese, tratándole como a caballero andante los días que con ellos se detuviese, con todas las ceremonias acostumbradas en los libros de caballerías, que ellos habían leído, y aun les eran muy aficionados." II, 30; le dice al eclesiástico que lo reprende: "¿Por ventura es asumpto vano o es tiempo mal gastado el que se gasta en vagar por el mundo, no buscando los regalos dél, sino las asperezas por donde los buenos suben al asiento de la inmortalidad? [
] yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra. Yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos; yo soy enamorado, no más de porque es forzoso que los caballeros andantes lo sean; y, siéndolo, no soy de los enamorados viciosos, sino de los platónicos continentes. Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno" II, 32; muestra gran sabiduría cuando aconseja a su escudero, el cual será gobernador de una ínsula: "Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque, viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Inumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran." II, 42; se muestra sabio en la carta que escribe al gobernador Sancho; allí dice, entre otras razones: "Cuando esperaba oír nuevas de tus descuidos e impertinencias, Sancho amigo, las oí de tus discreciones, de que di por ello gracias particulares al cielo, el cual del estiércol sabe levantar los pobres, y de los tontos hacer discretos. Dícenme que gobiernas como si fueses hombre, y que eres hombre como si fueses bestia, según es la humildad con que te tratas; y quiero que adviertas, Sancho, que muchas veces conviene y es necesario, por la autoridad del oficio, ir contra la humildad del corazón; porque el buen adorno de la persona que está puesta en graves cargos ha de ser conforme a lo que ellos piden, y no a la medida de lo que su humilde condición le inclina. Vístete bien, que un palo compuesto no parece palo. No digo que traigas dijes ni galas, ni que siendo juez te vistas como soldado, sino que te adornes con el hábito que tu oficio requiere, con tal que sea limpio y bien compuesto." II, 51; reconoce un cambio en su escudero, el cual se ha hecho sabio: "Hízolo así don Quijote, pareciéndole que las razones de Sancho más eran de filósofo que de mentecato" II, 59; se entera por don Jerónimo y don Juan de la existencia de una segunda parte del Quijote escrita por Avellaneda, dicho libro lo hojea don Quijote y al final dice: "En esto poco que he visto he hallado tres cosas en este autor dignas de reprehensión. La primera es algunas palabras que he leído en el prólogo; la otra, que el lenguaje es aragonés, porque tal vez escribe sin artículos, y la tercera, que más le confirma por ignorante, es que yerra y se desvía de la verdad en lo más principal de la historia; porque aquí dice que la mujer de Sancho Panza mi escudero se llama Mari Gutiérrez, y no llama tal, sino Teresa Panza; y quien en esta parte tan principal yerra, bien se podrá temer que yerra en todas las demás de la historia." II, 59; don Juan y don Jerónimo no saben cómo definir a don Quijote, ya que "Aquí le tenían por discreto, y allí se les deslizaba por mentecato, sin saber determinarse qué grado le darían entre la discreción y la locura." II, 59; cambia de planes para diferenciarse del Quijote de Avellaneda: "no pondré los pies en Zaragoza, y así sacaré a la plaza del mundo la mentira dese historiador moderno, y echarán de ver las gentes como yo no soy el don Quijote que él dice." II, 59; intenta azotar a su escudero para desencantar a Dulcinea, II, 60; en Barcelona es recibido por don Antonio Moreno con las siguientes palabras: "Bien sea venido a nuestra ciudad el espejo, el farol, la estrella y el norte de toda la caballería andante, donde más largamente se contiene. Bien sea venido, digo, el valeroso don Quijote de la Mancha: no el falso, no el ficticio, no el apócrifo que en falsas historias estos días nos han mostrado, sino el verdadero, el legal y el fiel que nos describió Cide Hamete Benengeli, flor de los historiadores." II, 61; el Caballero de la Blanca Luna le reta a combate y le vence, II, 64; la derrota sufrida le llena de pesimismo. Dice: "Pero, ¿qué digo, miserable? ¿No soy yo el vencido? ¿No soy yo el derribado? ¿No soy yo el que no puede tomar arma en un año? Pues, ¿qué prometo? ¿De qué me alabo, si antes me conviene usar de la rueca que de la espada?" II, 65; al salir de Barcelona mira el sitio donde fue derrotado y dice: "¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias; aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas; aquí se escurecieron mis hazañas; aquí, finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse!" II, 66; proyecta hacerse pastor en el año que debe estar en casa, II, 67; regresa a su casa, vuelve la cordura. Dice: "Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno. Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje, ya me son odiosas todas las historias profanas del andante caballería, ya conozco mi necedad y el peligro en que me pusieron haberlas leído, ya, por misericordia de Dios, escarmentando en cabeza propia, las abomino." II, 74; finalmente muere en su cama, rodeado de sus familiares y amigos, II, 74. 2. Personaje de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Macha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras, escrita por Alonso Fernández de Avellaneda y publicada en Tarragona en el año 1614. Cuando el Quijote cervantino se entera de la existencia del Quijote de Avellaneda cambia completamente sus planes. Le dice a don Jerónimo y don Juan: "Por el mismo caso [
] no pondré los pies en Zaragoza, y así sacaré a la plaza del mundo la mentira dese historiador moderno, y echarán de ver las gentes como yo no soy el don Quijote que él dice." II, 59; don Antonio Moreno le recuerda cuando recibe en Barcelona al Quijote cervantino: "Bien sea venido a nuestra ciudad el espejo, el farol, la estrella y el norte de toda la caballería andante, donde más largamente se contiene. Bien sea venido, digo, el valeroso don Quijote de la Mancha: no el falso, no el ficticio, no el apócrifo que en falsas historias estos días nos han mostrado, sino el verdadero, el legal y el fiel que nos describió Cide Hamete Benengeli, flor de los historiadores." II, 61; afirma don Álvaro Tarfe del Quijote de Avellaneda: "el tal don Quijote [
] fue grandísimo amigo mío, y yo fui el que le sacó de su tierra, o, a lo menos, le moví a que viniese a unas justas que se hacían en Zaragoza, adonde yo iba; y, en verdad en verdad que le hice muchas amistades, y que le quité de que no le palmease las espaldas el verdugo, por ser demasiadamente atrevido." II, 72; don Quijote le pide a don Álvaro que haga una declaración en la que afirme "que yo no soy el don Quijote impreso en la segunda parte, ni este Sancho Panza mi escudero es aquél que vuestra merced conoció." II, 72.
QUINTAÑONA, LA DUEÑA. Personaje del romance Lanzarote y dueña de la reina Ginebra. Don Quijote recuerda que facilitaba los amores entre Lanzarote y la reina Ginebra, I, 13; don Quijote en la venta de Juan Palomeque jura serle fiel a Dulcinea, "aunque la mesma reina Ginebra con su dama Quintañona se le pusiesen delante." I, 16; menciona don Quijote que "la dueña Quintañona, que fue la mejor escanciadora de vino que tuvo la Gran Bretaña." I, 49; está encantada en la cueva de Montesinos, II, 23.
QUIÑONES, DOÑA GUIOMAR DE. Esposa del regente de la Vicaría de Nápoles y una de las personas capturada por los hombres de Roque Guinart; éste muestra su liberalidad al no robarle todos los dineros que lleva consigo. Don Quijote, presente en este evento, reconoce en el bandolero Roque a un hombre de principios, II, 60.
QUIÑONES, DOÑA MENCÍA DE. Hija de don Alonso de Marañón, casada con un hidalgo rico y principal del pueblo de Sancho; éste la recuerda cuando el duque le pide a don Quijote tomar el primer puesto en la mesa, II, 31.
QUIÑONES, SUERO DE. Noble español (1409-1458). Ganó la celebridad por el famoso torneo de 1434, conocido con el nombre de Paso Honroso de Suero de Quiñones. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
QUIROCIA, DUQUE DE. Alusión a Micocolembo, I, 18.
QUITERIA, LA HERMOSA. Bella joven de unos 18 años. Conoce a Basilio y ambos se enamoran, lo que hace pensar a todos los vecinos en un futuro matrimonio; sin embargo su padre la compromete con Camacho el Rico, decisión que ocasiona desvaríos en Basilio. El día de la boda, gracias a un artificio, Basilio logra casarse con su amada; Camacho y sus amigos no toman venganza gracias a la oportuna intervención de don Quijote, el cual de manera sabia calma los ánimos, II, 19-23.
RADAMANTO. Rey de Knossos y legislador de Creta, hijo de Júpiter y de Europa. Los dioses premiaron su equidad nombrándole juez de los infiernos, con su hermano Minos y Eaco. Aparece en el palacio de los duques cuando anuncia las torturas a que debe someterse Sancho Panza para resucitar a Altisidora: "¡Ea, ministros de esta casa, altos y bajos, grandes y chicos, acudid unos tras otros y sellad el rostro de Sancho con veinte y cuatro mamonas, y doce pellizcos y seis alfilerazos en brazos y lomos, que en esta ceremonia consiste la salud de Altisidora!" II, 69.
RAPADOR, SEÑOR. Término despectivo con el cual don Quijote, ya enojado, se dirige al barbero luego que éste insinuara que podría ser impertinente un consejo que dará don Quijote al rey, para deshacerse por siempre de la amenaza turca: "El mío [consejo], señor rapador, [...] no será impertinente, sino perteneciente." II, 1.
REBELLAS, FAMILIA. Familia noble y principal de Valencia, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
REBUZNO, EL DEL. Aldeano que transporta lanzas y albardas en un macho, II, 24; interrogado por don Quijote, relata la historia de los regidores o alcaldes rebuznadores, los cuales en una ocasión rebuznan para recuperar un burro perdido, y cómo este suceso termina ocasionando burlas para las personas del pueblo de los regidores, a tal punto, que las armas transportadas serán utilizadas para librar enfrentamientos, II, 25; pocos días después don Quijote y Sancho encuentran armados a los hombres del pueblo de los regidores rebuznadores y listos a vengarse de sus vecinos; don Quijote, con sabias palabras, les hace entender que no hay motivos válidos para hacer semejante locura; su oportuna intervención logra evitar sucesos lamentables, II, 26.
RECATO, CASTILLO DEL BUEN. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
RECIO DE AGÜERO, PEDRO. Médico que halla Sancho, en la ínsula que los duques le comisionan para gobernar. Se presenta ante Sancho de la siguiente manera: "Yo, señor gobernador, me llamo el doctor Pedro Recio de Agüero, y soy natural de un lugar llamado Tirteafuera, que está entre Caracuel y Almodóvar del Campo, a la mano derecha, y tengo el grado de doctor por la universidad de Osuna." II, 47; vigila constantemente la alimentación de Sancho y no lo deja comer como quisiera, llegando, incluso, a parafrasear un aforismo atribuido a Hipócrates para privar de comida a Sancho: "Porque nuestro maestro Hipócrates, norte y luz de la medicina, en un aforismo suyo, dice: Omnis saturatio mala, perdices autem pessima. Quiere decir: "Toda hartazga es mala; pero la de las perdices, malísima"." II, 47.
RECIO DE MAL AGÜERO, PEDRO. Llama así el gobernador don Sancho Panza al médico Pedro Recio de Agüero, cuando éste no lo deja comer como quisiera en la Insula Barataria: "Pues, señor doctor Pedro Recio de Mal Agüero, natural de Tirteafuera, lugar que está a la derecha mano como vamos de Caracuel a Almodóvar del Campo, graduado en Osuna, quíteseme luego delante, si no, voto al sol que tome un garrote y que a garrotazos, comenzando por él, no me ha de quedar médico en toda la ínsula, a lo menos de aquellos que yo entienda que son ignorantes; que a los médicos sabios, prudentes y discretos los pondré sobre mi cabeza y los honraré como a personas divinas." II, 47.
REINA. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
REINALDOS DE MONTALBÁN. Véase MONTALBÁN, REINALDOS DE.
REMESTÁN, MOSËN ENRIQUE DE. Caballero andante alemán que en 1433 se enfrentó en la ciudad de Basilea al caballero español Juan de Merlo y perdió el combate. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
REPOSADA, LA VIUDA. Personaje de la novela de caballerías Tirante el Blanco. La menciona el cura cuando realiza el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, I, 6. Véase TIRANTE EL BLANCO.
REQUESENES, FAMILIA. Alusión a la familia noble catalana Requesens, cuyo origen es bastante oscuro; se le supone procedentes del norte de Cataluña. Posiblemente figuraron entre los participantes en la reconquista y repoblación del sur de Cataluña en el siglo XIII; se establecieron en tierras tarraconenses, y a principios del siglo XIV eran ya señores de Altafulla y de la Nou. Comenzaron a engrandecerse y enriquecerse después del compromiso de Caspe, secundando la política autoritaria de los trastámaras. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
RICARDO, EL DUQUE. Padre de don Fernando. Informa Cardenio: "Este duque Ricardo, como ya vosotros, señores, debéis de saber, es un grande de España que tiene su estado en lo mejor desta Andalucía." I, 24.
RICOTA. Apelativo cariñoso con el cual se alude a Ana Félix, hija del morisco Ricote.
RICOTA, FRANCISCA. Esposa de Ricote, la cual, por ser morisca, es expulsada de España por un bando del Rey. Busca refugio junto a su hermano y su hija en tierra árabe, Berbería; pero prefería ir a Alemania porque allí podía practicar el cristianismo. Les conocemos gracias a la conversación que hay entre Sancho Panza y Ricote, II, 54.
RICOTE. 1. Morisco tendero de la aldea de Sancho Panza; antes de cumplirse el plazo que había dado la corona para que los moros abandonaran España, sale del país en busca de un sitio al cual pueda llevar su familia. Regresa a la península de manera furtiva para sacar un tesoro que había dejado enterrado en las afueras de la aldea y se encuentra con el ex-gobernador Sancho Panza, el cual le cuenta las circunstancias en que abandonaron el país su esposa e hija: "séte decir que salió tu hija tan hermosa que salieron a verla cuantos había en el pueblo, y todos decían que era la más bella criatura del mundo. Iba llorando y abrazaba a todas sus amigas y conocidas, y a cuantos llegaban a verla, y a todos pedía la encomendasen a Dios y a Nuestra Señora su madre; y esto, con tanto sentimiento, que a mí me hizo llorar, que no suelo ser muy llorón. Y a fee que muchos tuvieron deseo de esconderla y salir a quitársela en el camino; pero el miedo de ir contra el mandado del rey los detuvo. Principalmente se mostró más apasionado don Pedro Gregorio, aquel mancebo mayorazgo rico que tú conoces, que dicen que la quería mucho, y después que ella se partió, nunca más él ha parecido en nuestro lugar, y todos pensamos que iba tras ella para robarla; pero hasta ahora no se ha sabido nada." II, 54; en Barcelona se reencuentra con su hija Ana Félix, luego que ésta es atrapada, disfrazada de hombre, en un bajel moro, II, 63; don Antonio Moreno acoge en su casa a padre e hija, II, 63; son varias las personas que se conmueven con la historia de Ana Félix y su padre, hasta el punto que: "De allí a dos días trató el visorrey con don Antonio qué modo tendrían para que Ana Félix y su padre quedasen en España, pareciéndoles no ser de inconveniente alguno que quedasen en ella hija tan cristiana y padre, al parecer, tan bien intencionado." II, 65. 2. Apelativo con el que Ricote alude a su hija Ana Félix: "Ésta, señores, es mi hija, más desdichada en sus sucesos que en su nombre. Ana Félix se llama, con el sobrenombre de Ricote" II, 63.
ROCABERTI, FAMILIA. Casa vizcondal catalana, en España, radicada en Perelada (Gerona) y relacionada con los condes de Ampurias. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
ROCA, VICENTE DE LA. Nombre con el que también se conoce al soldado Vicente de la Rosa. Dice el cabrero Eugenio: "confesó [Leandra] sin apremio que Vicente de la Roca la había engañado, y debajo de su palabra de ser su esposo la persuadió que dejase la casa de su padre" II, 51.
ROCINANTE. Caballo que utiliza don Quijote en sus aventuras, el cual: "aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit, le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban." I, 1; don Quijote le llama así por ser: "nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo." I, 1; don Quijote parte de la aldea sin rumbo, dejándose llevar por Rocinante: "sin llevar otro [camino] que aquel que su caballo quería, creyendo que en aquello consistía la fuerza de las aventuras." I, 2; en el original arábico de la historia de don Quijote se encuentra una ilustración suya que lo muestra: "maravillosamente pintado, tan largo y tendido, tan atenuado y flaco, con tanto espinazo, tan hético confirmado, que mostraba bien al descubierto con cuánta advertencia y propriedad se le había puesto el nombre de Rocinante." I, 9; cuando quiere refocilarse con unas hacas galicianas recibe gran castigo de los arrieros, al igual que don Quijote y Sancho Panza; este último dice de Rocinante, luego del insuceso: "
le tenía por persona casta y tan pacífica como yo. En fin, bien dicen que es menester mucho tiempo para venir a conocer las personas, y que no hay cosa segura en esta vida." I, 15; Sancho le ata los pies en la aventura de los batanes: "
de manera que cuando don Quijote se quiso partir, no pudo, porque el caballo no se podía mover sino a saltos." I, 20; vuelve don Quijote a seguir el rumbo que desee Rocinante: "subieron a caballo, y, sin tomar determinado camino, por ser muy de caballeros andantes el no tomar ninguno cierto, se pusieron a caminar por donde la voluntad de Rocinante quiso," I, 21; Sancho cabalga sobre Rocinante cuando se dirige a dar razón de la penitencia de don Quijote por Dulcinea, debido a que Ginés de Pasamonte le robó el asno, I, 25; Sancho le dice a su encantado amo que "
probase de nuevo a subir sobre su buen Rocinante, que también parece que va encantado, según va de malencólico y triste
" I, 49; al salir don Quijote de la jaula le dice a Rocinante: "Aún espero en Dios y en su bendita Madre, flor y espejo de los caballos, que presto nos hemos de ver los dos cual deseamos; tú, con tu señor a cuestas; y yo, encima de ti, ejercitando el oficio para que Dios me echó al mundo." I, 49; le recuerda el Monicongo en el epitafio que escribe en honor a don Quijote, I, 52; el Caprichoso le dedica un soneto, I, 52; pregunta Sancho si en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha se narran las aventuras de Rocinante con las hacas galicianas: "Dígame, señor bachiller [
] ¿entra ahí la aventura de los yangüeses, cuando a nuestro buen Rocinante se le antojó pedir cotufas en el golfo?" II, 3; los relinchos de Rocinate son tomados por don Quijote como buen agüero "y determinó de hacer de allí a tres o cuatro días otra salida" II, 4; cuando parten de la aldea "comenzó a relinchar Rocinante y a sospirar el rucio, que de entrambos, caballero y escudero, fue tenido a buena señal y por felicísimo agüero" II, 8; desarrolla una gran amistad con el rucio de Sancho: "cuya amistad [
] fue tan única y tan trabada, que hay fama, por tradición de padres a hijos, que el autor desta verdadera historia hizo particulares capítulos della [
] y escribe que, así como las dos bestias se juntaban, acudían a rascarse el uno al otro, y que, después de cansados y satisfechos, cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el cuello del rucio (que le sobraba de la otra parte más de media vara), y, mirando los dos atentamente al suelo, se solían estar de aquella manera tres días; a lo menos, todo el tiempo que les dejaban, o no les compelía la hambre a buscar sustento." II, 12; don Quijote le pide a Sancho que se azote con las riendas de Rocinante para liberar a Dulcinea, II, 59; nueva referencia a la amistad de las bestias: "
dejando a su albedrío y sin orden alguna pacer del abundosa yerba de que aquel prado estaba lleno a los dos continuos compañeros y amigos Rocinante y el rucio." II, 59.
RODAMONTE. Personaje del Orlando Innamorato y del poema épico renacentista Orlando Furioso -en este último texto se le conoce bajo el nombre de Rodomonte-. Don Quijote lo menciona para demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1. Véase BOYARDO, MATEO; ROLDÁN.
RODRIGO, EL REY. (m 711) Último rey godo de España (710-711). Era duque de Bética y a la muerte de Witiza se apoderó del trono; al producirse la invasión de España por los musulmanes acudió contra ellos, librándose una batalla, tradicionalmente llamada de Guadalete, entre Medinasidonia y la laguna de la Janda, en la que, debido a la defección de los partidarios de los hijos de Witiza, el ejército de Rodrigo fue derrotado. Al parecer, el rey murió en aquella acción. Su corto reinado es oscuro y lleno de leyendas. maese Pedro lo menciona cuando cita de manera inexacta algunos versos del romance La Pérdida de España, II, 26; doña Rodríguez, también de manera inexacta, cita dos versos del romance La penitencia del rey don Rodrigo, II, 33; la dueña Dolorida menciona que su caballo se llamaba Orelia, II, 40.
RODRÍGUEZ DE GRIJALBA, DOÑA. Natural de Asturias de Oviedo, hija de una familia principal. Sus padres empobrecen y por tal razón ingresa a la Corte para ser doncella de labor; posteriormente pasa a ser dueña en el palacio de los duques. Se casa con un escudero y de esta unión nace una hija. Tiene una discusión con Sancho, cuando este le pide que guarde su jumento en la caballeriza, II, 31; ella le declara a Sancho su nombre completo: "Doña Rodríguez de Grijalba me llamo" II. 31; vuelve a recordar Sancho la discusión que tuvo con la Rodriguez, y obliga a la duquesa a intervenir: "calle doña Rodríguez y sosiéguese el señor Panza, y quédese a mi cargo el regalo del rucio; que, por ser alhaja de Sancho, le pondré yo sobre las niñas de mis ojos." II, 33; tiene nuevamente un altercado con Sancho; en esta ocasión dice la Rodríguez: "Siempre los escuderos [
] son enemigos nuestros; que, como son duendes de las antesalas y nos veen a cada paso, los ratos que no rezan, que son muchos, los gastan en murmurar de nosotras, desenterrándonos los huesos y enterrándonos la fama." II, 37; tiene un nuevo altercado con Sancho cuando éste se niega a acompañar a su amo a Candaya, II, 40; visita una noche a don Quijote, le cuenta de manera breve su vida y pide le haga justicia, ya que el hijo de un labrador rico incumple la palabra que había dado de matrimonio a su hija. Dice: "En efecto, no sé cómo ni cómo no, ellos se juntaron, y, debajo de la palabra de ser su esposo, burló a mi hija, y no se la quiere cumplir; y, aunque el duque mi señor lo sabe, porque yo me he quejado a él, no una, sino muchas veces, y pedídole mande que el tal labrador se case con mi hija, hace orejas de mercader y apenas quiere oírme; y es la causa que, como el padre del burlador es tan rico y le presta dineros, y le sale por fiador de sus trampas por momentos, no le quiere descontentar ni dar pesadumbre en ningún modo" II, 48, esta historia es interrumpida abruptamente cuando varias personas ingresan a la habitación en que está don Quijote y la Rodríguez y golpean a ambos, II, 48; le pide a don Quijote que desafíe al hijo del labrador: "se le echó a los pies tendida de largo a largo, la boca cosida con los pies de don Quijote, y daba unos gemidos tan tristes, tan profundos y tan dolorosos, que puso en confusión a todos los que la oían y miraban" II, 52; don Quijote, como es natural en él, acepta la petición y los duques, que jamás pensaron que a la Rodríguez le llegase tan lejos su sandez, aprovechan la situación para burlarse de don Quijote.
RODRÍGUEZ, DOÑA. Alusión a la señora doña Rodríguez de Grijalba, II, 31, 33, 27, 40, 48, 52.
ROLDÁN. Nombre con que se conoce en España a uno de los héroes de la épica francesa, Roland, el cual es protagonista de la Chanson de Roland, y caballero que hacía parte de los Doce Pares de Francia; en la épica italiana se le conoce como Orlando; es personaje del poema épico Orlando Furioso escrito por el italiano Ludovico Ariosto, texto que fue traducido en tres ocasiones al español antes de 1605: Jerónimo Jiménez de Urrea, Amberes, 1549; Hernando Alcocer, Toledo 1550 y Diego Vázquez de Contreras, Madrid, 1585. Fue personaje de muchos romances. En el Quijote se menciona que Bernardo del Carpio lo mató en Roncesvalles levantándolo de la tierra y ahogándolo entre sus brazos, I, 1; don Quijote cree ser apaleado por él, I, 7; enloqueció por la infidelidad que cometió Angélica con Medoro y don Quijote, en la penitencia que proyecta realizar por Dulcinea, lo piensa imitar en las locuras que hizo cuando se enteró de esto, I, 25, 26; cuando don Quijote discute con el canónigo de Toledo, menciona la siguiente prueba de la existencia de los caballeros andantes: "y en Roncesvalles está el cuerno de Roldán, tamaño como una grande viga: de donde se infiere que hubo Doce Pares, que hubo Pierres, que hubo Cides, y otros caballeros semejantes" I, 49; cuando don Quijote desea probarle al cura y el barbero la necesidad de revivir la caballería andante dice: "¿quién más invencible que Roldán?" II, 1, y lo describe de la siguiente manera: "De Roldán, o Rotolando, o Orlando, que con todos estos nombres le nombran las historias, soy de parecer y me afirmo que fue de mediana estatura, ancho de espaldas, algo estevado, moreno de rostro y barbitaheño, velloso en el cuerpo y de vista amenazadora; corto de razones, pero muy comedido y bien criado." II: 1; su espada se encuentra en la armería del rey, II, 8; se afirma en el retablo de la liberación de Melisendra: "y a don Roldán, su primo, [Gaiferos] pide prestada su espada Durindana" II, 26; don Quijote, hablando con la duquesa sobre el encantamiento de Dulcinea, menciona que Roldán no podía ser herido, II, 32.
ROSA, VICENTE DE LA. Soldado del que se enamora Leandra; huyen del pueblo y éste aprovecha la ocasión para robar las joyas con que escapa la joven. Se conoce esta historia gracias al cabrero Eugenio, el cual, buscando a una de sus cabras perdidas, se topa con la comitiva que lleva de regreso a don Quijote a la aldea, I, 51.
ROTO DE LA MALA FIGURA. Es el mismo Cardenio, al cual por hallarse en lo más recóndito de la sierra, con la ropa hecha jirones, la barba espesa, los cabellos rebultados y los pies descalzos, el narrador le da ese nombre, I, 23-24.
ROTOLANDO. Nombre por el que también se conoce a Orlando o Roldán, I, 25.
RUCIO. Nombre que utiliza Sancho Panza para no llamar asno a su cabalgadura; Sancho recuerda que fue robado cuando don Quijote estuvo a punto de iniciar su penitencia en Sierra Morena: "Bien haya quien nos quitó ahora del trabajo de desenalbardar al rucio; que a fe que no faltaran palmadicas que dalle, ni cosas que decille en su alabanza; pero si él aquí estuviera, no consintiera yo que nadie le desalbardara, pues no había para qué, que a él no le tocaban las generales de enamorado ni de desesperado, pues no lo estaba su amo, que era yo, cuando Dios quería." I, 25; cuando el bachiller Sansón Carrasco menciona el pasaje del robo del rucio como uno de los yerros que más notan los lectores del Quijote, dice Sancho: "A eso, no sé qué responder, sino que el historiador se engañó, o ya sería descuido del impresor." II, 4; cuando parte por segunda vez Sancho con don Quijote "comenzó a relinchar Rocinante y a sospirar el rucio, que de entrambos, caballero y escudero, fue tenido a buena señal y por felicísimo agüero; aunque, si se ha de contar la verdad, más fueron los sospiros y rebuznos del rucio que los relinchos del rocín, de donde coligió Sancho que su ventura había de sobrepujar y ponerse encima de la de su señor" II, 8; desarrolla una gran amistad con Rocinante: "así como las dos bestias se juntaban, acudían a rascarse el uno al otro, y que, después de cansados y satisfechos, cruzaba Rocinante el pescuezo sobre el cuello del rucio, [...] y, mirando los dos atentamente al suelo, se solían estar de aquella manera tres días; a lo menos, todo el tiempo que les dejaban, o no les compelía la hambre a buscar sustento." II, 12; cuando se declara la identidad de maese Pedro se reitera que fue Ginés de Pasamonte quien robó el rucio a Sancho: "Este Ginés de Pasamonte, a quien don Quijote llamaba Ginesillo de Parapilla, fue el que hurtó a Sancho Panza el rucio; que, por no haberse puesto el cómo ni el cuándo en la primera parte, por culpa de los impresores, ha dado en qué entender a muchos, que atribuían a poca memoria del autor la falta de emprenta." II, 27; se menciona la gran amistad que hay entre Sancho y el rucio: "viole [don Quijote a Sancho] pendiente de la encina y la cabeza abajo, y al rucio junto a él, que no le desamparó en su calamidad; y dice Cide Hamete que pocas veces vio a Sancho Panza sin ver al rucio, ni al rucio sin ver a Sancho: tal era la amistad y buena fe que entre los dos se guardaban." II, 34; en carta a su esposa, menciona el goberador Sancho: "El rucio está bueno, y se te encomienda mucho; y no le pienso dejar, aunque me llevaran a ser Gran Turco." II, 36; cuando Sancho está a punto de abandonar la ínsula de Barataria "llegándose al rucio, le abrazó y le dio un beso de paz en la frente, y, no sin lágrimas en los ojos, le dijo: Venid vos acá, compañero mío y amigo mío, y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero, después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos." II, 53.
RUFO GUTIÉRREZ, JUAN. Escritor español. (1547-1620). Autor del poema épico La Austríada, en las que celebra las hazañas de don Juan de Austria. Le menciona el barbero cuando escruta la biblioteca de don Quijote, I, 6.
RUGERO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso; don Quijote lo menciona para demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1; la dueña Dolorida menciona que su caballo fue Frontino, II, 40. Véase ROLDÁN.
RUIDERA, LA DUEÑA. Dueña que, según relato de Montesinos a don Quijote, sirve a la señora Belerma; estuvo encantada, con sus siete hijas y dos sobrinas, en la cueva de Montesinos por el mago Merlín, pero de tanto llorar éste las convierte en lagunas, II, 23.
RUIZ, LOPE. Joven cabrero enamorado de la pastora Torralba. Ambos hacen parte de una historia que le cuenta Sancho a don Quijote en medio de la aventura de los batanes, I, 20.
SAAVEDRA, TAL DE. Referencia a Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Quijote; le recuerda el capitán cautivo bajo las siguientes palabras: "Sólo libró bien con él un soldado español, llamado tal de Saavedra, el cual, con haber hecho cosas que quedarán en la memoria de aquellas gentes por muchos años, y todas por alcanzar libertad, jamás le dio palo, ni se lo mandó dar, ni le dijo mala palabra; y, por la menor cosa de muchas que hizo, temíamos todos que había de ser empalado, y así lo temió él más de una vez", I, 40.
SACRIPANTE. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso, al cual don Quijote en I, 10 confunde con Dardinel de Almonte; de este equivoco comenta Francisco Rico en su edición del Quijote: "...la confusión se pudo producir por una equiparación entre Angélica y Dulcinea; o también porque Sacripante es un nombre más digno de un enemigo vencido que el suave y caballeresco de Dardinel de Almonte" I, 10 nota 29; cuando el barbero y el cura le preguntan a don Quijote si sabe de algún poeta que haya hecho una sátira a Angélica, la cual ha desdeñado a muchos hombres principales, responde: "Bien creo yo que si Sacripante o Roldán fueran poetas, que ya me hubieran jabonado a la doncella; porque es propio y natural de los poetas desdeñados y no admitidos de sus damas fingidas o no fingidas, en efeto, de aquéllos a quien ellos escogieron por señoras de sus pensamientos, vengarse con sátiras y libelos..." II, 1; Se le menciona de nuevo cuando don Quijote y Sancho Panza se enteran por boca del bachiller Sansón Carrasco que uno de los reparos y comentarios que ha suscitado entre los lectores de la primera parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, es que a Sancho en Sierra Morena le hurtan el rucio, y luego, sin mayores explicaciones aparece montado sobre él. Sancho explica, en II, 4, que Ginés de Pasamonte, uno de los galeotes que libera don Quijote, se lo roba una noche utilizando una estrategia similar a la que usó Brunelo para dejar sin caballo a Sacripante, y que días después logra recuperarlo. Se vuelve a recordar la manera como le fue robado el caballo a Sacripante en II, 27. Véase ROLDÁN.
SÁTIRO. Semidiós de la mitología grecorromana relacionado con el dios Pan, propio de los cultos a la fecundidad. Se le representaba como un hombre barbudo y de expresión sonriente, cuya parte inferior era de un macho cabrío. Les recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "Oh vosotras, napeas y dríadas, que tenéis por costumbre de habitar en las espesuras de los montes, así los ligeros y lascivos sátiros, de quien sois, aunque en vano, amadas, no perturben jamás vuestro dulce sosiego, que me ayudéis a lamentar mi desventura, o, a lo menos, no os canséis de oílla!" I, 25.
SALAZAR, CONDE DE. Véase VELASCO, BERNARDINO DE.
SALMANTINO. Alusión a Alonso Pérez, novelista y médico español del siglo XVI. Continúa la novela pastoril de Montemayor en La segunda parte de la Diana, impresa en 1563. El cura y el barbero, escrutando la biblioteca de don Quijote, dicen: "Éste que se sigue dijo el barbero es La Diana llamada segunda del Salmantino; y éste, otro que tiene el mesmo nombre, cuyo autor es Gil Polo. Pues la del Salmantino respondió el cura, acompañe y acreciente el número de los condenados al corral..." I, 6.
SALOMÓN. Rey de Israel (970 a C.? - 933 a C.?), hijo de David y Betsabé. Dotado de una sabiduría excepcional, subió al trono en lugar de su hermano Adonías. Llevó a cabo la construcción del templo y de otros edificios, allegó numerosas riquezas y la fama de su magnificencia le valió la visita de varios monarcas extranjeros. Según la Biblia, al final de su vida se dejó llevar por la propia grandeza y sensualidad y adoró a los dioses de sus mujeres y concubinas. Se le menciona para resaltar la gran sabiduría que muestra Sancho Panza como gobernador de la ínsula de Barataria: "Quedaron todos admirados, y tuvieron a su gobernador por un nuevo Salomón." II, 45.
SANAZARO. Alusión a Jacopo Sannazaro, poeta italiano (1438-1531). Famoso por su Arcadia, primer romance pastoril moderno. Hay en ella una peculiar melancolía preciosista, una nostálgica añoranza de un mundo idílico lejano. Tuvo gran influencia sobre otras literaturas. Le menciona el bachiller Sansón Carrasco cuando trata de recuperar a don Quijote de su enfermedad: "...diciéndole el bachiller que se animase y levantase, para comenzar su pastoral ejercicio, para el cual tenía ya compuesta una écloga, que mal año para cuantas Sanazaro había compuesto" II, 74.
SAN BARTOLOMÉ. Apóstol. Uno de los primeros discípulos de Jesús. Desollado en Armenia a los 70 años de edad. Su fiesta se celebra el 24 de agosto. Le menciona Andrés cuando su amo le pide que lo acompañe a su casa para pagarle lo que le debe: "¿Irme yo con él? Mas, ¡mal año! No, señor, ni por pienso; porque, en viéndose solo, me desuelle como a un San Bartolomé." I, 4; le vuelve a recordar Andrés cuando le informa a don Quijote y su comitiva lo que sucede una vez don Quijote se va: "me volvió a atar a la mesma encina, y me dio de nuevo tantos azotes que quedé hecho un San Bartolomé desollado" I, 31.
SAN BASILIO. Arzobispo de Cesarea (329-372). Fue llamado el Grande. Uno de los más firmes sostenes de la fe contra el emperador Valente y los arrianos. Fiesta, el 14 de junio. Le menciona el amigo del autor del Quijote: "este vuestro libro no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón" I, prólogo.
SANCHA, DOÑA. Personaje del romance Rodrigo de Lara. Sancho recuerda los versos "Aquí morirás, traidor, / enemigo de doña Sancha" cuando don Quijote intenta azotarlo para desencantar a Dulcinea, II, 60.
SANCHA, MARI. Manera como es llamada la hija de Teresa Panza y Sancho cuando ambos padres discuten con qué tipo de persona la deben casar, II, 5.
SANCHICA. Apelativo cariñoso con el cual se alude a Mari Sancha. Su padre Sancho Panza desea verla casada con alguien de la realeza, y su madre con un aldeano del lugar, II, 5; a Sancho le gustaría casarla con el hijo de Diego de Llana: "...a Sancho le vinieron deseos y barruntos de casar al mozo con Sanchica, su hija, y determinó de ponerlo en plática a su tiempo, dándose a entender que a una hija de un gobernador ningún marido se le podía negar." II, 49; en carta que envía la duquesa a Teresa Panza, dice: "Encomiéndeme a Sanchica, su hija, y dígale de mi parte que se apareje, que la tengo de casar altamente cuando menos lo piense." II, 50; sale a recibir a su padre cuando éste regresa con don Quijote: "Abrazó Sanchica a su padre, y preguntóle si traía algo, que le estaba esperando como el agua de mayo; y, asiéndole de un lado del cinto, y su mujer de la mano, tirando su hija al rucio, se fueron a su casa, dejando a don Quijote en la suya" II, 73.
SANCHICO. Hijo de Sancho y Teresa Panza. Lo menciona Teresa cuando le dice a Sancho: "Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razón que vaya a la escuela, si es que su tío el abad le ha de dejar hecho de la Iglesia." II, 5.
SANCHO PANZA. Véase PANZA, SANCHO.
SAN DIEGO MATAMOROS. Manera como don Quijote alude a Santiago cuando ve una imagen suya: "Éste sí que es caballero, y de las escuadras de Cristo; éste se llama don San Diego Matamoros, uno de los más valientes santos y caballeros que tuvo el mundo y tiene agora el cielo." II, 58.
SANDOVAL Y ROJAS, DON BERNARDO DE. Cardenal arzobispo de Toledo, tío del duque de Lerma. Le menciona el autor del Quijote: "vívame la suma caridad del ilustrísimo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Rojas. [
] Estos dos príncipes, [El otro es el conde de Lemos] sin que los solicite adulación mía ni otro género de aplauso, por sola su bondad, han tomado a su cargo el hacerme merced y favorecerme" II, prólogo.
SAN JORGE. (S. IV?) Mártir cristiano muerto probablemente en Lydda (actual Lod, Israel) venerado desde antiguo en Oriente; más tarde su culto se extendió a Occidente siendo objeto de veneración y ejerciendo su patrocinio sobre pueblos y naciones. Le menciona el bachiller Sansón Carrasco cuando le sugiere a don Quijote que asista a las "solenísimas justas por la fiesta de San Jorge, en las cuales podría ganar fama sobre todos los caballeros aragoneses" II, 4; al ver don Quijote una imagen suya le dice a Sancho: "Este caballero fue uno de los mejores andantes que tuvo la milicia divina: llamóse don San Jorge, y fue además defendedor de doncellas." II, 58.
SAN JUAN BAUTISTA. Llamado el Precursor. Profeta hebreo. Según el evangelio era hijo de Zacarías e Isabel. Junto al Jordán, inició su predicación llamando a las gentes a la conversión y anunciando al Mesías. Bautizó a Jesucristo y murió decapitado por orden de Herodes. Le menciona Roque Guinart cuando le escribe una carta a un amigo barcelonés: "y que de allí a cuatro días, que era el de San Juan Bautista, se le pondría en mitad de la playa de la ciudad [a don Quijote], armado de todas sus armas, sobre Rocinante, su caballo, y a su escudero Sancho sobre un asno" II, 60.
SAN MARTÍN. (316 - 397) Obispo de Tours. Originario de Panonia, se distinguió como soldado y se convirtió al cristianismo. Nombrado obispo de Tours, reforzó la iglesia de la Galia. Promovió la vida monástica y la evangelización. Fue famoso por su caridad y se le representa, a caballo, partiendo su capa con un pobre. Le menciona don Quijote al ver una imagen suya: "Este caballero también fue de los aventureros cristianos, y creo que fue más liberal que valiente, como lo puedes echar de ver, Sancho, en que está partiendo la capa con el pobre y le da la mitad; y sin duda debía de ser entonces invierno, que, si no, él se la diera toda, según era de caritativo." II, 58; le vuelve a mencionar don Quijote cuando encuentra en la imprenta barcelonesa una edición del Quijote de Avellaneda: "y en verdad y en mi conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos, por impertinente; pero su San Martín se le llegará, como a cada puerco" II, 62.
SAN PABLO. Llamado el Apóstol de los gentiles. Camino hacia Damasco, de perseguidor de los cristianos fue convertido en apóstol y predicador del evangelio de Jesucristo en Asia Menor, Macedonia y Grecia. Murió mártir en Roma, probablemente en el año 67. Le menciona don Quijote cuando ve una imagen suya, II, 58.
SAN PEDRO. Príncipe de los apóstoles. Murió en el 67. Era un humilde pescador llamado Simón, oriundo de Betsaida, pero Jesús cambió ese nombre por el de Cephas, que significa piedra, en latín Petrus. Al morir el Maestro, predicó el evangelio, fue a Roma, ocupó la silla episcopal y fundó el pontificado por poderes recibidos de Jesús. Murió mártir, en la persecución de Nerón. Fiesta, el 29 de junio. Se le menciona en varias ocasiones gracias al refrán "a quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga", el cual es pronunciando por don Quijote en la venta de Juan Palomeque, I, 45, en el palacio de los duques, II, 56 y cuando está a punto de tomar armas con el Caballero de la Blanca Luna, II, 64; es recordado también por el refrán "bien se está San Pedro en Roma", pronunciado por Sancho en varias ocasiones: cuando se niega a montar sobre Clavileño, II, 41, al momento de renunciar a la gobernación de la ínsula de Barataria, II, 53, cuando se habla del Quijote de Avellaneda, II, 59.
SAN POLO, CONDE. Su nombre de pila era Pedro de Luxemburgo; primo de Felipe el Bueno y uno de los caballeros primitivos del Toisón de Oro. Dos de sus hijos se enfrentaron y fueron vencidos en 1435 por los caballeros castellanos Pedro Barba y Gutierre Quijada. Le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo, que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron. I, 49.
SANSÓN. Juez de Israel, nazareno, dotado de fuerza extraordinaria. Sus heroicidades, en lucha con los filisteos, se encuentran escritas en el libro de los Jueces. Sucumbió a los hechizos de Dalila, que le cortó los cabellos, en los cuales radicaba el secreto de su fuerza. Esclavizado y ciego, cuando vio que con el pelo había recobrado la fuerza desquició una columna del templo en que se hallaba y murió con los filisteos. Le menciona don Quijote cuando describe el escudo de Brandabarbarán de Boliche: "...y tiene por escudo una puerta que, según es fama, es una de las del templo que derribó Sansón, cuando con su muerte se vengó de sus enemigos." I, 18; le recuerda la dueña Dolorida cuando relata las circunstancias que rodearon el matrimonio de la infanta Antonomasia con Clavijo, II, 38; le menciona Sancho cuando, para desencantar a Dulcinea, en vez de azotar su cuerpo, lo hace con las cortezas de los árboles: "Aquí morirás, Sansón, y cuantos con él son" II, 71.
SANSONINO, PASTOR. Nombre que inventa don Quijote para el bachiller Sansón Carrasco, en caso que éste lo acompañe en su futura vida pastoril, II, 67, 73. Con este proyecto don Quijote busca prolongar su vida aventurera luego de la derrota sufrida a manos del Caballero de la Blanca Luna.
SANTA APOLONIA. Virgen y mártir cristiana que ofreció su vida por la fe. Fiesta, el 9 de febrero. Le cita el bachiller Sansón Carrasco cuando le dice al ama de don Quijote "váyase en hora buena a su casa, y téngame aderezado de almorzar alguna cosa caliente, y, de camino, vaya rezando la oración de Santa Apolonia si es que la sabe, que yo iré luego allá, y verá maravillas." II, 7.
SANTA CRUZ, MARQUÉS DE. Alusión a don Álvaro de Bazán, I, 39.
SANTA LUCÍA. Virgen y mártir en Siracusa, Sicilia. Murió en 303. Es la patrona de los ciegos y las costureras. Fiesta, el 13 de diciembre. Sancho Panza la menciona cuando dice: "...me pondrá en la espina de Santa Lucía." II, 3, la cual es una expresión proverbial e indica con ella que se pondrá muy flaco.
SANTIAGO. Apóstol, patrón de España, hermano de San Juan. Propagó el evangelio en la Península entre los años 40 y 42. A su vuelta a Jerusalén Herodes Agripa le hizo degollar. Sancho recuerda el grito de batalla contra los moros en la Reconquista: "¡Santiago, y cierra, España!" II, 4, II, 58; don Quijote le recuerda bajo el nombre de San Diego Matamoros, II, 58.
SANTO TOMÁS. (1225 - 1274) Doctor de la Iglesia, llamado Doctor angélico, nacido en el reino de Nápoles. Perteneció a la familia de los condes de Aquino y era primo del emperador Federico II. Fue discípulo, en Colonia, de san Alberto el magno. Perteneció a la orden de los dominicos. En un momento en que la interpretación averroísta de Aristóteles amenazaba arrastrar a la filosofía a posiciones consideradas heréticas desde el punto de vista cristiano, santo Tomás vio la perfecta congruencia de la teología y el dogma cristianos con el racionalismo lógico del estagirita y los sistemas físico, psicológico y metafísicos derivados de él. Le menciona el autor del Quijote cuando da cuenta a un amigo suyo de algunas de las supuestas carencias de la obra: "¿Pues qué, cuando citan la Divina Escritura? No dirán sino que son unos santos Tomases y otros doctores de la Iglesia; guardando en esto un decoro tan ingenioso, que en un renglón han pintado un enamorado destraído y en otro hacen un sermoncico cristiano, que es un contento y un regalo oílle o leelle." I, prólogo.
SARNA. Manera como el cabrero Pedro alude a Sara, I, 12. Véase SARRA.
SARRA. Alusión a Sara, esposa de Abraham y madre de Isaac, al que concibió a los 90 años. Según la tradición murió a los 110 años. Le menciona don Quijote cuando corrige al cabrero Pedro: "Decid Sarra [y no sarna] replicó don Quijote, no pudiendo sufrir el trocar de los vocablos del cabrero" I, 12.
SATANÁS. Nombre dado en la Biblia al príncipe de los demonios. Aparece citado por primera vez con este nombre en el Libro de Job (1, 6); con este nombre se le menciona frecuentemente en el Nuevo Testamento. En el Apocalipsis (20, 2) se le identifica con la serpiente tentadora del Génesis (3, 1) que introdujo el mal en el mundo. Le menciona el ama cuando se refiere a los libros de caballerías: "Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había en toda la Mancha." I, 5; le recuerda don Quijote cuando le entrega a Sancho la libranza de los pollinos y le pide la haga trasladar de cualquiera menos un escribano, los cuales: "hacen letra procesada, que no la entenderá Satanás." I, 25; le cita Sancho cuando le dice a su amo Qujojte: "Cásese, cásese luego, encomiéndole yo a Satanás, y tome ese reino que se le viene a las manos de vobis, vobis, y, en siendo rey, hágame marqués o adelantado, y luego, siquiera se lo lleve el diablo todo." I, 30; le menciona de nuevo el narrador cuando don Quijote confunde los odres de vino con gigantes: "Todos reían sino el ventero, que se daba a Satanás." I, 35; Sancho cuando discute con su amo le dice: "porque quiero que sepa vuestra merced, si es que no lo sabe, que el gigante muerto es un cuero horadado, y la sangre, seis arrobas de vino tinto que encerraba en su vientre; y la cabeza cortada es la puta que me parió, y llévelo todo Satanás." I, 37; dice Sancho cuando disputa con el ama: "Ama de Satanás, el sonsacado, y el destraído, y el llevado por esos andurriales soy yo, que no tu amo;" II, 2; Cuando don Quijote está triste por el encantamiento de Dulcinea, Sancho le dice: "Mas que se lleve Satanás a cuantas Dulcineas hay en el mundo, pues vale más la salud de un solo caballero andante que todos los encantos y transformaciones de la tierra." II, 11; don Quijote, a punto de encarar la aventura de los leones manifiesta: "Ahora, venga lo que veniere, que aquí estoy con ánimo de tomarme con el mesmo Satanás en persona." II, 17; Sancho hablando de su esposa menciona: "ella dice mal de mí cuando se le antoja, especialmente cuando está celosa, que entonces súfrala el mesmo Satanás." II, 22; Sancho Panza, comentándole a la duquesa lo que piensa de su amo, dice: "yo tengo a mi señor don Quijote por loco rematado, puesto que algunas veces dice cosas que, a mi parecer, y aun de todos aquellos que le escuchan, son tan discretas y por tan buen carril encaminadas, que el mesmo Satanás no las podría decir mejores" II, 33.
SELIM. (1524 - 1574) Sultán otomano (1566 - 1574), hijo de Solimán el magnífico. Su conquista de Chipre a los venecianos (1571), motivó la alianza cristiana (Venecia, España y el Papado). Su flota fue deshecha en Lepanto (1571) por la escuadra que mandaba don Juan de Austria. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39.
SEVILLA, LOCO DE. Personaje de un cuento que narra Cervantes, para mostrarle a Avellaneda que está loco si cree que para escribir un buen libro sólo necesita papel y pluma. II, prólogo.
SILA. General y dictador romano (138 - 78 A. C.). comenzó su carrera militar a las órdenes de Mario y en lucha contra Yugurta. Fue elegido cónsul en 88, el mismo en que estalló la guerra civil, y luego combatió triunfalmente contra Mitrídates del Ponto. A su regreso a Italia fue nombrado dictador, persiguió enérgicamente a los partidarios de Mario y promovió reformas que devolvieron al Senado sus antiguos poderes. Abdicó en el 79. Le menciona Cardenio para referirse a la traición de don Fernando, I, 27.
SILENO. Sátiro, hijo de Pan o de Hermes y de una ninfa, y maestro de Dionisos (Baco). Siempre estaba borracho; lo sostenían los Sátiros o cabalgaba sobre un asno. De gran sabiduría, revelaba el porvenir a quienes lograban encadenarlo durante el sueño. Don Quijote le recuerda cuando, herido por los palos que recibe de los yangüeses, al igual que Rocinante, debe subirse sobre el asno de Sancho: "no tendré a deshonra la tal caballería, porque me acuerdo haber leído que aquel buen viejo Sileno, ayo y pedagogo del alegre dios de la risa, cuando entró en la ciudad de las cien puertas iba, muy a su placer, caballero sobre un muy hermoso asno." I, 15.
SILVANOS. Divinidades romanas de los bosques y los campos, protectores de los límites y los ganados, a los que posteriormente se identificaron con Pan o Fauno. Les recuerda don Quijote cuando va a iniciar su penitencia en Sierra Morena: "En esto, y en suspirar y en llamar a los faunos y silvanos de aquellos bosques, a las ninfas de los ríos, a la dolorosa y húmida Eco, que le respondiese, consolasen y escuchasen, se entretenía, y en buscar algunas yerbas con que sustentarse en tanto que Sancho volvía" I, 26.
SILVA, FELICIANO DE. Escritor español (Ciudad Rodrigo 1492-1558). Continuó el Octavo libro de Amadís, del bachiller Juan Díaz, a través de cuatro novelas; Noveno libro de Amadís de Gaula; don Florisel de Niquea (1532); don Rogel de Grecia (1535); y Cuarta parte de don Florisel (1551), en la que su imaginación y ampulosidad estilística se desbordan más allá de todo límite. A su Noveno libro, más conocido como el Amadís de Grecia, añadió un apéndice: Sueño de Feliciano de Silva, en el que rememora sus amores con la hija de un judío converso, a la que hizo su esposa contra la oposición de amigos y parientes. La mejor de sus obras es su Segunda Celestina, en la que da muestras de su indudable vena poética y de su capacidad para la sátira. Se le menciona cuando se describen los gustos literarios de don Quijote: "y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas le parecían de perlas..." I, 1.
SILVIA. Nombre pastoril que utiliza don Quijote para demostrarle a Sancho que no es necesario que Dulcinea exista para ser amada y consagrarle los mejores pensamientos: "no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas [...] fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron?" I, 25.
SINÓN. Héroe griego de la guerra de Troya. Logró engañar a los troyanos al inducirlos a que adentraran en la ciudad el caballo que escondía a sus compañeros. Le recuerda el cura, en conversación con el canónigo de Toledo, cuando menciona las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, las desgracias de Héctor, las traiciones de Sinón, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47.
SOBRINA. Sobrina que vive en casa de su tío don Quijote: "Tenía en su casa [...] una sobrina que no llegaba a los veinte" I, 1; es la primera persona que sugiere la quema de los libros de don Quijote: "Mas yo me tengo la culpa de todo, que no avisé a vuestras mercedes de los disparates de mi señor tío, para que lo remediaran antes de llegar a lo que ha llegado, y quemaran todos estos descomulgados libros, que tiene muchos, que bien merecen ser abrasados, como si fuesen de herejes." I, 5; participa, junto al cura, el barbero y el ama en la quema de los libros de la biblioteca de su tío, I, 6; sugiere que se quemen los libros pastoriles: "Ay señor!, bien los puede vuestra merced mandar quemar, como a los demás, porque no sería mucho que, habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo éstos, se le antojase de hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo; y, lo que sería peor, hacerse poeta; que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza." I, 6; la menciona don Qujote en Sierra Morena, cuando habla con su escudero sobre la libranza de los pollinos: "La libranza irá en el mesmo librillo firmada; que, en viéndola, mi sobrina no pondrá dificultad en cumplilla." I, 25; le recuerda el cura cuando dice que se deben quemar los libros de caballerías que tiene Juan Palomeque, I, 32; recibe, junto al ama, a su tío cuando el cura y el barbero lo traen encantado dentro de una jaula, I, 52; trata de persuadir a don Quijote para que no haga tercera salida: "¡Ah, señor mío! [
]; advierta vuestra merced que todo eso que dice de los caballeros andantes es fábula y mentira, y sus historias, ya que no las quemasen, merecían que a cada una se le echase un sambenito, o alguna señal en que fuese conocida por infame y por gastadora de las buenas costumbres." A lo que responde don Quijote: "Por el Dios que me sustenta [
], que si no fueras mi sobrina derechamente, como hija de mi misma hermana, que había de hacer un tal castigo en ti, por la blasfemia que has dicho, que sonara por todo el mundo." II, 6; cuida a don Quijote cuando éste regresa derrotado por el Caballero de la Blanca Luna, II, 73; don Quijote, a punto de morir, le deja toda su hacienda, y la identifica como Antonia Quijana, II, 74.
SOBRINO, EL REY. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso, sobrino es uno de los reyes moros que acompaña a Agramante en su guerra contra Carlomagno. Le recuerda don Quijote cuando nombra a dos personas para que resuelvan el conflicto que se arma en la venta a causa del baciyelmo, I, 45; le menciona don Quijote para demostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1. Véase ROLDÁN.
SOL. Según la mitología clásica, divinidad hijo del titán Hiperión y de la titánide Tía, por tanto hermano de Selene (la Luna) y Eos (la Aurora). Se le suele representar como un joven dotado de gran belleza, que tiene la cabeza coronada de rayos. Se considera a este dios como "el ojo que todo lo ve"; así, desvela a Hefesto la infidelidad de Afrodita con Ares, ve el rapto de Perséfone, etc. Conforme iban avanzando los conocimientos astronómicos, la figura de Helio se desdibujaba, motivo por el cual sólo es una divinidad secundaria. Le menciona la dueña Dolorida, cuando describe las falsas promesas que hacen los poetas para enamorar: "Pues, ¿qué cuando prometen el fénix de Arabia, la corona de Aridiana, los caballos del Sol, del Sur las perlas..." II, 38; Le menciona vuelve a recordar la dueña Dolorida cuando Sancho le pregunta por el nombre del caballo que llevará a don Quijote por los aires hasta el reino de Candaya: "ni [se llama] Bootes ni Peritoa, como dicen que se llaman los del Sol" II, 40; en la aventura de Clavileño, le gritan a Sancho: "Tente, valeroso Sancho, que te bamboleas! ¡Mira no cayas, que será peor tu caída que la del atrevido mozo que quiso regir el carro del Sol, su padre!" II, 41.
SOLÓN. (640? - 558? a. C.) Legislador, político, poeta y uno de los siete sabios de Grecia. Fue nombrado arconte (594 a.C.) con poderes extraordinarios para hacer frente a la grave crisis política y social que atravesaba Atenas. Dotó a Atenas de una constitución democrática y con una Asamblea general y un Consejo. Le menciona el narrador cuando don Quijote, el barbero y el cura discuten sobre formas de gobierno: "...haciéndose cada uno de los tres un nuevo legislador, un Licurgo moderno o un Solón flamante" II, 1.
SOLDADO. Recitante o actor que participa, con otros personajes, en la representación del auto Las Cortes de la Muerte, II, 11.
SOLISDÁN. Escribe un soneto que en honor a don Quijote, I, prólogo. Informa Francisco Rico en su edición crítica del Quijote: "Se ignora si nos las habemos con un héroe caballeresco no identificado, un nombre inventado, un anagrama o seudónimo o bien una mera errata (quizá por Solimán, personaje del Amadís)."
SÍSIFO. Rey y fundador de Corinto, hijo de Eolo y Enaretes, muerto a manos de Teseo y condenado por sus crueldades y crímenes a arrastrar constantemente hasta lo alto de una colina del Hades un enorme peñasco que al punto volvía a caer. Le recuerda Grisóstomo en su Canción Desesperada: "...Sísifo venga / con el peso terrible de su canto" I, 14.
TABLANTE DE RICAMONTE. Personaje de la novela de caballerías La crónica de los notables caballeros Tablante de Ricamonte y Jofré, hijo de Nason. Sacadas de las Crónicas francesas por Felipe Camús, publicada en 1513. Afirma don Quijote que: "Yo soy [...] el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo" I, 20.
TABLA REDONDA, CABALLEROS DE LA. Véase CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA.
TANSILO, LUIS. Alusión al poeta italiano Luigi Tansillo (Venosa 1510 - Teano 1568). Estuvo al servicio de Pedro de Toledo, virrey de Nápoles, y fue uno de los poetas italianos del siglo XVI más conocidos en España. Es autor del poema religioso Las lágrimas de San Pedro, escrito tras la inclusión de su obra en el Índice de libros prohibidos, y que fue traducido al español por Gálvez Montalvo en 1587. Le recuerda Lotario cuando discute con Anselmo: "Y, para confirmación desta verdad, te quiero decir una estancia que hizo el famoso poeta Luis Tansilo, en el fin de su primera parte de Las lágrimas de San Pedro, que dice así..." I, 33.
TARFE, DON ÁLVARO. Personaje de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras, escrita por Alonso Fernández de Avellaneda y publicada en Tarragona en el año 1614; don Quijote y Sancho Panza le encuentran en una venta, y don Quijote, que ya sabía que era personaje del Quijote apócrifo, empieza a discutir sobre el otro Sancho y don Quijote que había conocido; llega a tanto el deseo de don Quijote por diferenciarse del apócrifo, que hace que don Álvaro lo afirme por escrito: "Entró acaso el alcalde del pueblo en el mesón, con un escribano, ante el cual alcalde pidió don Quijote, por una petición, de que a su derecho convenía de que don Álvaro Tarfe, aquel caballero que allí estaba presente, declarase ante su merced como no conocía a don Quijote de la Mancha, que asimismo estaba allí presente, y que no era aquél que andaba impreso en una historia intitulada: Segunda parte de don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal de Avellaneda, natural de Tordesillas. Finalmente, el alcalde proveyó jurídicamente; la declaración se hizo con todas las fuerzas que en tales casos debían hacerse, con lo que quedaron don Quijote y Sancho muy alegres" II, 72.
TARQUINO. Nieto de Lucio Tarquino. Séptimo y último rey de Roma. Para apoderarse del trono asesinó a su suegro Servio Tulio; conquistó muchas ciudades y engrandeció su reino, pero la ofensa que hizo su hijo a Lucrecia sublevó al pueblo y fue proclamada la República. Ambrosio le menciona cuando reprende a Marcela por presentarse en el entierro de Grisóstomo: "¿Vienes [...] a pisar, arrogante, este desdichado cadáver, como la ingrata hija al de su padre Tarquino?" I, 14.
ÚBEDA, JUAN DE. Nombre que inventa Sancho Panza para mostrar cómo algunas personas toman por apellido y alcurnia el lugar donde nacieron, y explicarse el por qué la princesa del reino de Micomicón puede tener por nombre princesa Micomicona, I, 29.
TEODORA. Alusión a Dorotea. Dice Cardenio: "Yo, Teodora, soy el que me hallé presente a las sinrazones de don Fernando, y el que aguardó oír el sí que de ser su esposa pronunció Luscinda." I, 29; menciona el narrador: "apenas hubo oído [doña Clara] dos versos que el que cantaba iba prosiguiendo, cuando le tomó un temblor [...] y, abrazándose estrechamente con Teodora, le dijo..." I, 43. La mayoría de ediciones asume la existencia de una errata y corrigen por Dorotea.
TERENCIO. Comediógrafo latino (Cartago 190-159 A.C.). Fue comparado como esclavo por el senador Terencio Lucano, quien le proporcionó una educación liberal, y le concedió la libertad. Se relacionó con el círculo helenizante de los Escipiones. Compuso seis comedias que se representaron entre los años 166 a 160: Andria, La suegra, Formión, El eunuco, El que se atormenta a si mismo (Heautontimorúmenos) y Los delfos. Como Plauto, imitó a los autores griegos, pero sin permitirse las adaptaciones al mundo romano realizadas por este, sino conservando el cuño griego. Tuvo una gran preocupación por la técnica y logró una extraordinaria exactitud en el dibujo de los caracteres, aunque a menudo combine dos intrigas en una misma comedia. Le cita don Quijote cuando le comenta al paje las bondades de la vida militar: "...según Terencio, más bien parece el soldado muerto en la batalla que vivo y salvo en la huida" II, 24. Del anterior pasaje menciona don Diego Clemencín: "Cervantes citó como autor de la sentencia a Terencio, y Terencio no la dijo; se fió, como otras veces, de su memoria." II, 24 nota 27.
TERESAINA. Nombre pastoril que el bachiller Sansón Carrasco propone para Teresa Panza, mujer de Sancho, II, 73.
TERESONA. Nombre que pondrá Sancho a su esposa Teresa Panza una vez se haga pastor y se vaya con don Quijote a cantar sus amores por los campos, II, 67.
TESEO. Héroe legendario del Ática, hijo de Egeo y rey de Atenas. Realizó numerosas hazañas, una de las cuales fue dar muerte al Minotauro en el laberinto de Creta. Le menciona don Quijote, en Sierra Morena, cuando le dice a su escudero que amontone ramas, "las cuales te servirán de mojones y señales para que me halles cuando vuelvas, a imitación del hilo del laberinto de Teseo." I, 25; le vuelve a citar don Quijote cuando discute con Sancho: "es fácil a los encantadores tomar la figura que se les antoja, y habrán tomado las destos nuestros amigos, para darte a ti ocasión de que pienses lo que piensas, y ponerte en un laberinto de imaginaciones, que no aciertes a salir dél, aunque tuvieses la soga de Teseo." I, 48.
TESORO. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
TIBULO, ALBIO. Poeta elegíaco latino (60-19 A.C.). Inspiró a Ovidio una de sus más conmovedoras elegías; le cita don Diego de Miranda para realzar las lecturas de su hijo: "En fin, todas sus conversaciones son con los libros de los referidos poetas, y con los de Horacio, Persio, Juvenal y Tibulo; que de los modernos romancistas no hace mucha cuenta" II, 16.
TICIO. Gigante, hijo de Zeus y Elara, que, habiendo violado a Leto, fue asesinado a flechazos por Apolo y Artemisa. Según otros autores, Zeus le arrojó al Tártaro, donde padeció el mismo suplicio que Prometeo. Le recuerda Grisóstomo en su Canción Desesperada: "Ticio traya su buitre y ansimismo / con su rueda Egïón no se detenga," I, 14.
TIERRA. Madre del gigante Anteo. Don Quijote recuerda la manera como Hércules mató a su hijo, I, 1; vuelve a mencionar el mismo asunto al decir: "y así, cuando Bernardo del Carpio le mató [a Roldán] en Roncesvalles, viendo que no le podía llagar con fierro, le levantó del suelo entre los brazos y le ahogó, acordándose entonces de la muerte que dio Hércules a Anteón, aquel feroz gigante que decían ser hijo de la Tierra." II, 32.
TIMANTES. Pintor griego del siglo IV A. C. De entre sus obras se destaca Áyax encolerizado. Le recuerda don Quijote cuando dice que la descripción de la belleza de Dulcinea es un trabajo digno "de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla" II, 32.
TIMBRIO. Sobrenombre de Febo, derivado de la ciudad de Timbrea, en Tróade. Le cita el narrador: "Oh perpetuo descubridor de los antípodas, hacha del mundo, ojo del cielo, meneo dulce de las cantimploras, Timbrio aquí, Febo allí, tirador acá, médico acullá, padre de la Poesía, inventor de la Música" II, 45.
TIMONEL DE CARCAJONA. Príncipe de la nueva Vizcaya; don Quijote lo inventa para explicar, a su modo, la razón de dos columnas de polvo que se levantan en el horizonte, I, 18.
TINACRIO EL SABIDOR. Rey de Micomicón, padre de la princesa Micomicona; por su gran conocimiento de la magia supo que su hija quedaría huérfana desde muy joven y que el gigante Pandafilando de la Fosca Vista le arrebataría el trono, siendo don Quijote el único que se lo podía recuperar. Estos nombres los inventa Dorotea cuando le ayuda al cura y el barbero a sacar a don Quijote de Sierra Morena, para llevarlo de regreso a la aldea, I, 30.
TIOPIEYO, JUAN. Hermano de Francisca Ricota; se refugia en Berbería con su hermana y su sobrina Ana Félix, II, 54.
TIQUITOC. Académico de la Argamesilla que escribe un epitafio en honor a Dulcinea del Toboso, I, 52. Informa Francisco Rico en su edición crítica del Quijote: "Voz onomatopéyica con que se designan, a lo menos, dos juguetes: el tentetieso y el boliche, palito en cuyo extremo hay que colocar una bola horadada de madera, sujeta al palo por un cordel" I, 52 nota 80.
TIRANTE EL BLANCO. Protagonista de la novela de caballerías El esforzado e invencible caballero Tirante el Blanco de Roca Salada, caballero de la garrotera, el cual por su alta caballería alcanzó a ser Príncipe y César del Imperio de Grecia, obra más conocida como Tirante el Blanco, escrita originalmente en catalán por Joanot Martorell e impresa en 1490; en 1511 se imprime, en Valladolid, una traducción al español. Le menciona el cura cuando se encuentra el Tirante en la biblioteca de don Quijote: "...con la batalla que el valiente de Tirante hizo con el alano..." I, 6; don Quijote afirma que sus hazañas harán olvidar a las hechas por Tirante, I, 20; vuelve a mencionarle don Quijote cuando desea mostrarle al cura y al barbero que es necesario revivir la orden de la caballería andante para restablecer la justicia y los altos valores que se han perdido en España, II, 1.
TISBE. Joven babilonia, célebre por sus amores con Píramo. Le menciona Cardenio cuando recuerda sus amores con Luscinda: "al padre de Luscinda le pareció que por buenos respetos estaba obligado a negarme la entrada de su casa, casi imitando en esto a los padres de aquella Tisbe tan decantada de los poetas." , I, 24. Véase PÍRAMO.
TIÑOSO. Alusión a Uchalí, personaje que recuerda el capitán cautivo cuando cuenta su vida, I, 40.
TOCHO, JUAN. Padre de Lope Tocho, II, 5.
TOCHO, LOPE. Muchacho que Teresa Panza quiere para esposo de su hija: "Traed vos dineros, Sancho, y el casarla dejadlo a mi cargo; que ahí está Lope Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo rollizo y sano, y que le conocemos, y sé que no mira de mal ojo a la mochacha; y con éste, que es nuestro igual, estará bien casada..." II, 5.
TOLOMEO. Astrónomo, matemático y geógrafo egipcio que vivió en el siglo II A.C; en él culminó toda la astronomía, la matemática y la geografía de la antigüedad; se le deben el sistema astronómico geocéntrico de su nombre, aceptado durante más de 1300 años; una geografía resumen de los conocimientos de su tiempo, etc. Le menciona el canónigo de Toledo cuando expone algunas de las razones por las cuales los libros de caballerías son perjudiciales: "¿Qué ingenio, si no es del todo bárbaro e inculto, podrá contentarse leyendo que una gran torre llena de caballeros va por la mar adelante, como nave con próspero viento, y hoy anochece en Lombardía, y mañana amanezca en tierras del Preste Juan de las Indias, o en otras que ni las descubrió Tolomeo ni las vio Marco Polo?" I, 47; le nombra don Quijote cuando Sancho pregunta por la distancia que han recorrido en la aventura del barco encantado: "Mucho, porque de trecientos y sesenta grados que contiene el globo, del agua y de la tierra, según el cómputo de Ptolomeo, que fue el mayor cosmógrafo que se sabe, la mitad habremos caminado, llegando a la línea que he dicho.", a lo que responde Sancho: "Por Dios [...], que vuesa merced me trae por testigo de lo que dice a una gentil persona, puto y gafo, con la añadidura de meón, o meo, o no sé cómo." II, 29.
TOLOMEOS, LOS. Nombre que, tras el fundador de la dinastía, Tolomeo Soter, usaron los reyes griegos de egipto de la familia de los Lánguidas. Don Quijote, en conversación con el ama y la sobrina, les menciona como ejemplo de dinastías que empiezan con opulencia y terminan en ruina, II, 6.
TOLOSA, DOÑA. Nombre que, por sugerencia de don Quijote, adoptará la Tolosa, I, 3.
TOLOSA, LA. Prostituta o moza del partido, hija de un remendón de Toledo; la encuentra don Quijote en la primera venta a la que ingresa, y la confunde con una bella y honrada dama. Se encarga de ceñirle la espada a don Quijote una vez se arma caballero, I, 3; don Quijote le pide que mude su nombre por doña Tolosa, I, 3.
TOMASILLO EL TRAVIESO. Hijo del herrero Balbastro. Sancho le recuerda cuando el duque le pide a don Quijote tomar el primer puesto en la mesa, II, 31.
TOMILLAS, CONDE. Personaje secundario de la Historia de Enrique fi de Oliva, rey de Iherusalem, emperador de Constantinopla, y publicado en Sevilla, en el año 1498. Le cita el narrador para alabarle a su autor el gran acierto que tuvo al contar puntualmente todos los detalles de la historia, por mínimos que estos fuesen, I, 16.
TONTO, DON. Nombre despectivo con que el eclesiástico de los duques, se dirige a don Quijote, II, 31.
TORRALBA. Pastora de la que el cabrero Lope Ruiz está enamorado. Ambos hacen parte de una historia que le cuenta Sancho a don Quijote, I, 20.
TORRALBA, EL LICENCIADO. Nigromántico y embaucador español, cuyo lugar de nacimiento y muerte se desconocen. Vivió en España a principios del siglo XVI. Desde muy joven pasó a Italia, siguiendo la carrera de medicina en Roma, ignorándose en que año terminó. La vida de El Licenciado Torralba es una leyenda desnaturalizada por poetas y novelistas. Según el confesó ante sus jueces, al ser procesado por la Inquisición en Cuenca, en 1508, estudiando en Roma logró que un amigo le cediese un demonio de los llamados familiares, apellidado Zaquiel, cuya efigie traía grabada en la piedra de un anillo que no dejaba nunca. Este demonio le revelaba lo por venir, le mostraba las cosas que acaecían a grandes distancias y le concedía la facultad de trasladarse a diversos puntos del Globo en pocos minutos. Le recuerda don Quijote cuando viaja con Sancho por los aires: "...y acuérdate del verdadero cuento del licenciado Torralba, a quien llevaron los diablos en volandas por el aire, caballero en una caña, cerrados los ojos, y en doce horas llegó a Roma" II, 41.
TORRELLAS, CLAUQUEL. Padre de Vicente Torrellas y enemigo de Simón Forte y Roque Guinart, II, 60.
TORRELLAS, VICENTE. Hijo de Clauquel Torrellas, se enamora de Claudia Jerónima y le da palabra de matrimonio; ésta escucha que su prometido se va a casar con Leonora y llena de celos le da muerte. Don Quijote conoce esto cuando llega Claudia a pedirle protección a Roque Guinart para sí misma y su padre, II, 60.
TOSILOS. Lacayo del duque que reemplaza al hijo del labrador rico -el cual huye para no cumplir la promesa de matrimonio que le había hecho a la hija de doña Rodríguez- en la batalla que debe tener con don Quijote, II, 54. El día de la justa Tosilos conoce a la demandante y decide casarse con ella, contraviniendo así la orden que le había dado su señor el duque, II, 56; al quitarse la celada empiezan a gritar la Rodriguez y su hija, porque descubren que no era el hijo del labrador, a lo que don Quijote dice: "No vos acuitéis, señoras, [...] que ni ésta es malicia ni es bellaquería; y si la es, y no ha sido la causa el duque, sino los malos encantadores que me persiguen, los cuales, invidiosos de que yo alcanzase la gloria deste vencimiento, han convertido el rostro de vuestro esposo en el de este que decís que es lacayo del duque." II, 56; le confiesa a don Quijote que: "así como vuestra merced se partió de nuestro castillo, el duque mi señor me hizo dar cien palos por haber contravenido a las ordenanzas que me tenía dadas antes de entrar en la batalla, y todo ha parado en que la muchacha es ya monja, y doña Rodríguez se ha vuelto a Castilla, y yo voy ahora a Barcelona, a llevar un pliego de cartas al virrey, que le envía mi amo." II, 66.
TOSTADO, EL. Alusión al teólogo español Alfonso de Madrigal, obispo de Ávila (1400-1454). Conocido por el Tostado, autor de muchas obras, algunas escritas en latín; le nombra don Quijote cuando le dice al bachiller Sansón Carrasco que fue un error la introducción de novelas y relatos extraños a sus aventuras en el libro que cuenta sus hazañas: "...y no sé yo qué le movió al autor a valerse de novelas y cuentos ajenos, [...] Pues en verdad que en sólo manifestar mis pensamientos, mis sospiros, mis lágrimas, mis buenos deseos y mis acometimientos pudiera hacer un volumen mayor, o tan grande que el que pueden hacer todas las obras del Tostado." II, 3.
TRAJANO. (53 - 117) Emperador romano (98 - 117), nacido en Itálica (España), cerca de Sevilla; el primero de origen provincial que vistió la púrpura. En su época se desarrollaron notablemente la literatura y el arte. El cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando menciona las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar [...] la clemencia y verdad de Trajano, la fidelidad de Zopiro, la prudencia de Catón; y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47.
TRAPISONDA, EMPERADOR DE. Personaje de varias novelas de caballerías; le menciona el amigo del autor del Quijote al decirle a este: "Lo primero en que reparáis de los sonetos, epigramas o elogios que os faltan para el principio, y que sean de personajes graves y de título, se puede remediar en que vos mesmo toméis algún trabajo en hacerlos, y después los podéis bautizar y poner el nombre que quisiéredes, ahijándolos al Preste Juan de las Indias o al Emperador de Trapisonda, de quien yo sé que hay noticia que fueron famosos poetas", I, prólogo; le menciona el canónigo de Toledo cuando le reprocha a don Quijote por creerse caballero andante y considerar verídicas las hazañas que se narran en los libros de caballerías, I, 49.
TRES ARABIAS, SEÑOR DE LAS. Alusión a Brandabarbarán de Boliche, I, 18.
TRES COLAS, CONDESA. Manera como Sancho alude a la dueña Dolorida, cuando piensa que la intervención de su amo en la aventura que ésta le propone, le puede estropear sus planes de ser gobernador de la Ínsula de Barataria, II, 37.
TRES FALDAS, CONDESA. Manera como Sancho alude a la dueña Dolorida, cuando piensa que la intervención de su amo en la aventura que ésta le propone, le puede estropear sus planes de ser gobernador de la Ínsula de Barataria, II, 37; nombre que bien pudo recibir la condesa Trifaldi por la forma de su vestido, II, 38.
TRIFALDÍN, EL DE LA BARBA BLANCA. Escudero de la condesa Trifaldi, pide licencia a los duques para que la condesa Trifaldi, hable con don Quijote, II, 36; ingresa con la condesa Trifaldi al palacio de los duques, I, 38.
TRIFALDI, LA CONDESA. Condesa que cambia su apellido de Lobuna a Trifaldi para "favorecer la novedad de su falda" II, 38; ingresa al palacio de los duques para pedirle a don Quijote su ayuda, II, 36; cuenta la historia de su desgracia: luego de la muerte de la reina Maguncia, a causa del enojo que le ocasiona el matrimonio de su hija Antonomasia con el caballero Clavijo, en el cual la Trifaldi tuvo gran responsabilidad por favorecer los amores de ambos, el gigante Malambruno la castiga haciéndole crecer abundante barba en su rostro; a los recién desposados los encanta. La única manera de que todos recuperen su natural estado es que don Quijote se enfrente a Malambruno en el reino de Candaya, II, 39; Sancho Panza cree reconocer en un mayordomo del palacio de los duques a la condesa Trifaldi: "acaeció que, así como Sancho vio al tal mayordomo, se le figuró en su rostro el mesmo de la Trifaldi, y, volviéndose a su señor, le dijo..." II, 44; en carta que dirige don Quijote a Sancho, le dice: "Avísame si el mayordomo que está contigo tuvo que ver en las acciones de la Trifaldi, como tú sospechaste" II, 51.
TRISTÁN. Personaje de texto medieval Don Tristán de Leonís; le cita don Quijote para demostrarle al canónigo de Toledo que los caballeros andantes de los libros de caballerías sí existieron, al igual que sus hazañas, I, 49. Véase ISEO.
TRISTE FIGURA, CABALLERO DE LA. Véase CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA.
TULIO. Manera como alude el cura a Cicerón cuando habla sobre literatura con el canónigo de Toledo, I, 48.
TURCO. Mención a Salim o el Gran Turco, I, 39; II, 1.
TURPÍN. Arzobispo al cual se le atribuye una crónica de Carlomagno titulada Historia Karoli Magni et Rotholandi. Durante toda la edad media se consideró esta crónica como verdadera, y se trata de pura ficción, cuya primera parte fue escrita en Santiago de Compostela a finales del siglo XI, y era una especie de folleto para uso de peregrinos; la segunda parte, con la que se relaciona un libro llamado Miracula sancti Iacobi, seguramente fue añadida por el arzobispo Guy, en Vienne. Le menciona el cura cuando lo señala como el historiador del Espejo de Caballerías, I, 6; le menciona don Quijote cuando confunde al cura con Turpín: "Por cierto, señor arzobispo Turpín, que es gran mengua de los que nos llamamos doce Pares dejar, tan sin más ni más, llevar la vitoria deste torneo a los caballeros cortesanos" I, 7; el canónigo de Toledo, discutiendo con don Quijote sobre la veracidad de las historias que se cuentan en los libros de caballerías, dice: "quiero conceder que hubo Doce Pares de Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el arzobispo Turpín dellos escribe..." I, 49. le cita don Quijote cuando resalta la importancia de revivir la caballería andante dice: "y ¿quién más gallardo y más cortés que Rugero, de quien decienden hoy los duques de Ferrara, según Turpín en su Cosmografía?" II, 1. De este pasaje comenta don Diego Clemencín: "Ni se atribuyó jamás a Turpín obra de tal título, ni en el libro que lleve este título cabe tratar de genealogías. Don Quijote deliraba; y Cervantes, queriendo pintar más a más el desbarate del cerebro de su protagonista, le hace alegar como prueba de lo que dice la autoridad de Turpín, que pasa por el prototipo de los embusteros" II, 1 nota 35.
TÁNTALO. Hijo de Zeus y padre de Pélope y Níobe. Por haber intentado probar la divinidad de los dioses sirviéndoles la carne de su hijo, fue arrojado a un lago cuya agua le llegaba a la barba y que, al igual que la fruta de los árboles que le rodeaban, escapaban de él cuando intentaba aplacar su sed o su hambre. Le recuerda Grisóstomo en su Canción Desesperada: "Venga, que es tiempo ya, del hondo abismo / Tántalo con su sed; Sísifo venga" I, 14.
UCHALÍ. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39. Informa don Diego Clemencín: "El Uchalí, como diría el cautivo en el capítulo siguiente, era calabrés, y según las noticias de Haedo, nació de padres pobres en Licastelli, el año de 1508. Cautivado en su juventud, anduvo como esclavo muchos años al remo hasta que renegó, y por eso fue conocido por el hombre de Aluch-Alí, que en turquesco (dice Haedo, diálogo 2º) quiere decir renegado Alí, porque los que nos llamamos renegado y los moros elche, llaman los turcos aluch. De Aquí, corrompido el nombre, le llamaron vulgarmente los cristianos Uchalí o Ochalí." I, 39 nota 24.
ULISES. Uno de los más famosos héroes griegos, rey de Ítaca, esposo de Penélope y padre de Telémaco. Participó en la guerra de Troya y su regreso a Ítaca le tomó diez años por la ira de Poseidón y los innumerables obstáculos que encontró en su camino. Don Quijote lo coloca como ejemplo a imitar: "Y así lo ha de hacer y hace el que quiere alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajos nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y de sufrimiento." I, 25; menciona don Quijote que un historiador no escribe todas las acciones, sino las más importantes, y por ello no es "tan prudente Ulises como le describe Homero." II, 3; el cura, en conversación con el canónigo de Toledo le recuerda bajo el nombre de Ulixes cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, [...] y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47.
ULIXES. Manera como el cura menciona a Ulises en I, 47.
URBINA, DIEGO DE. Capitán natural de Guadalajara que participó en la batalla de Lepanto. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39.
URGANDA LA DESCONOCIDA. Encantadora que protege a Amadís en la novela de caballerías Amadís de Gaula, casada con el sabio Alquife. Escribe un poema de elogio al libro de Don Quijote de la Mancha, I, prólogo; don Quijote cuando llega a su casa malherido por la caída de Rocinante, y los innumerables palos que recibe por parte de uno de los mozos de los mercaderes con que se topa de regreso a su aldea, pide que la llamen para que le cure las heridas, I, 5; vuelve a pedirle ayuda cuando Maritornes le amarra por una de sus manos y queda colgado en la venta de Juan Palomeque, I, 43; le menciona Alquife en el palacio de los duques: "Yo soy el sabio Alquife, el grande amigo de Urganda la Desconocida." II, 34. Véase AMADÍS DE GAULA
URRACA, LA INFANTA DOÑA. (1033 - 1101) Infanta de Castilla y León, hija de Fernando I. En la división de los estados de su padre le correspondió la ciudad de Zamora. Tomó parte en las luchas entre sus hermanos Alfonso y Sancho. Le recuerda Sancho Panza cuando discute con su mujer por el matrimonio de su hija: "si yo dijera que mi hija se arrojara de una torre abajo, o que se fuera por esos mundos, como se quiso ir la infanta doña Urraca, tenías razón de no venir con mi gusto" II, 5. Rodríguez Marín, en su edición crítica del Quijote, dice del anterior pasaje: "Alude aquí Sancho a un romance, popularísimo antaño, en que Doña Urraca, viendo que su padre, don Fernando I de Castilla no le dejaba nada al repartir sus reinos entre sus hijos, dice: ...A mi, porque soy mujer / dejáisme desheredada. / Irme he yo por estas tierras / como mujer herrada, / y este mi cuerpo daría / a quien bien se me antojara, /..."
URREA, FAMILIA. Linaje aragonés que, en los siglos XIV y XV, junto con otras importantes familias aragonesas -como los Cornel y los Luna-, ensangrentaron Aragón con sus banderías. Les recuerda don Quijote cuando declara el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
URSINO, FAMILIA. Voz española, procedente de la francesa Ursins, conque se designaba a la familia italiana de los Orsini; dicho nombre proviene de la familia romana güelfa, rival de la familia gibelina Colonna. Si bien Giacinto di Bobone (Celestino III, papa de 1191 a 1198) sentó las bases de la fortuna familiar (donaciones de tierra y señoríos a sus sobrinos), fue su descendiente, Matteo Rosso (muerto en 1246), quien dio gran poder a la familia y estableció su tradición política (apoyo al papado, hostilidad a los Colonna). Les recuerda don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje al que pertenece Dulcinea del Toboso. I, 13.
VALDOVINOS. Personaje del romancero tradicional. Don Quijote recuerda la promesa que hizo el Marqués de Mantua de vengar la muerte de su sobrino Valdovinos en I, 5 y I, 10.V
VALENTÍA. Personaje que participa en la danza hablada que se representa en el matrimonio entre Quiteria y Camacho, II, 20.
VALLADOLID, DIEGO DE. Nombre que inventa Sancho Panza para mostrar cómo algunas personas toman por apellido y alcurnia el lugar donde nacieron, y explicarse por qué la princesa del reino de Micomicón puede tener por nombre princesa Micomicona, I, 29.
VARGAS Y MACHUCA. Nombre que reciben los descendientes del caballero español Diego Pérez de Vargas, luego de las hazañas que éste acometió en la batalla de Jerez. Les menciona don Quijote en conversación con Sancho: "Yo me acuerdo haber leído que un caballero español, llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada, desgajó de una encina un pesado ramo o tronco, y con él hizo tales cosas aquel día, y machacó tantos moros, que le quedó por sobrenombre Machuca, y así él como sus decendientes se llamaron, desde aquel día en adelante, Vargas y Machuca." I, 8.
VELASCO, DON BERNARDINO DE. Dice Ricote de él: "con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio Su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas; porque, aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él vee que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica; y así, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta, porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que, como raíz escondida, que con el tiempo venga después a brotar, y a echar frutos venenosos en España, ya limpia, ya desembarazada de los temores en que nuestra muchedumbre la tenía. ¡Heroica resolución del gran Filipo Tercero, y inaudita prudencia en haberla encargado al tal don Bernardino de Velasco!" II, 65. Don Diego Clemencín Informa: "...Pellicer dice que hubo otros encargados de la expulsión de los moriscos; pero la de la Mancha se ejecutó por este don Bernardino, Conde de Salazar, Comendador de Villamayor y Veas, del Consejo de guerra, Comisario general de la Infantería de Castilla. Añade Pellicer que el Conde era mal agestado, y más todavía su mujer; sobre lo que dijo el Conde de Villamediana en un manuscrito de la Biblioteca Real que cita: Al de Salazar ayer/ mirarse a un espejo ví./ Perdiéndose el miedo a sí/ Para ver a su mujer. Resulta de todo lo dicho que don Bernardino de Velasco era el hombre de corazón más duro y de rostro más feo que en su tiempo hubo en estos reinos." II, 65 nota 17.
VELLIDO DOLFOS. Alusión a Bellido Dolfos, el cual es recuerdado como prototipo del traidor, I, 27-28; don Quijote le menciona para mostrarle al pueblo del rebuzno que no está afrentado por las burlas que le hacen sus vecinos, y que es tonto salir a matarse por tan poco, II, 27. Informa don Diego Clemencín: "Estaba el rey don Sancho sitiando a su hermana doña Urraca en Zamora cuando salió de la ciudad Bellido Dolfos, y le ofreció enseñar un paraje por donde era fácil entrar en la ciudad. Quiso el rey examinarlo por sí mismo, y yendo a hacerlo incautamente, sin más compañía que la de Bellido, éste le mató a traición atravesándolo con un venablo; montó a caballo y se metió en Zamora." II, 27 nota 33.
VENTERO, EL. Dueño de la primera venta a la que llega don Quijote, I, 2; don Quijote le cree castellano, y esto porque: "...a nuestro aventurero todo cuanto pensaba, veía o imaginaba le parecía ser hecho y pasar al modo de lo que había leído..." I, 2; don Quijote le pide que lo arme caballero, deseo que es cumplido, I, 3; le aconseja a don Quijote que en sus travesías lleve dinero, camisas, y ungüentos para las heridas, I, 3.
VENUS. Nombre romano de la diosa griega de la belleza, del amor, de la generación y de la vida universal, llamada en griego Afrodita. Le menciona Altisidora en la canción que dedica a don Quijote, II, 57; éste la recuerda cuando se ve atrapado en unas redes: "aunque estas redes, si como son hechas de hilo verde fueran de durísimos diamantes, o más fuertes que aquélla con que el celoso dios de los herreros enredó a Venus y a Marte, así la rompiera como si fuera de juncos marinos o de hilachas de algodón." II, 58.
VERINO, MICAEL. La duquesa le menciona en medio de conversación que tiene con Sancho: "Todo cuanto aquí ha dicho el buen Sancho [...] son sentencias catonianas, o, por lo menos, sacadas de las mesmas entrañas del mismo Micael Verino, florentibus occidit annis. En fin, en fin, hablando a su modo, debajo de mala capa suele haber buen bebedor." II, 33. Informa don Diego Clemencín: "Poeta florentino, hijo de Ugolino Verini. Heredó de su padre la gracia de versificar en lengua latina, en que compuso una colección de dísticos que contienen máximas y reglas muy juiciosas acerca de las costumbres de los niños. Murió de edad de diecisiete años, en el de 1483." II, 33 nota 27.
VIEDMA, CLARA DE. Hija del licenciado Juan Pérez de Viedma; de ella se enamora el joven don Luis, el cual los seguirá, disfrazado de mozo de mulas, una vez inicien el viaje que los conducirá a tierras del Nuevo Mundo. En la venta de Juan Palomeque el Zurdo, don Luis le cantará a su amada el romance "Marinero soy de amor" y la canción "Dulce esperanza mía", I, 43; le confesará doña Clara a Dorotea: "En mi vida le he hablado palabra, y, con todo eso, le quiero de manera que no he de poder vivir sin él." I, 43; don Luis la pide en matrimonio: "yo no sé deciros otra cosa sino que desde el punto que quiso el cielo y facilitó nuestra vecindad que yo viese a mi señora doña Clara, hija vuestra y señora mía, desde aquel instante la hice dueño de mi voluntad; y si la vuestra, verdadero señor y padre mío, no lo impide, en este mesmo día ha de ser mi esposa." I, 44.
VILLADIEGO. Personaje de la expresión proverbial, coger las de Villadiego, que significa huir o escaparse. Le recuerda el Donoso en el poema que dedica a Sancho Panza, I, prólogo; le menciona Sancho cuando le dice a su amo: "dígame vuestra merced qué haremos deste caballo rucio rodado, que parece asno pardo, que dejó aquí desamparado aquel Martino que vuestra merced derribó; que, según él puso los pies en polvorosa y cogió las de Villadiego, no lleva pergenio de volver por él jamás; y ¡para mis barbas, si no es bueno el rucio!" I, 21. Covarrubias nos informa de dicha expresión y personaje: " Tomar las calças de Villadiego, vale huir más que de passo. Está autorizado este refrán por el autor de la Celestina, y no consta su origen; más que Villadiego se devió de ver en algún aprieto y no le dieron lugar a que se calçasse, y con ellas en las manos se fué huyendo".
VILLALPANDO. Alusión a Cardillo de Villalpando, sabio teólogo español, nacido en Segovia el 30 de septiembre de 1527 y muerto en Alcalá el 24 de junio de 1581, en cuya ciudad siguió carrera eclesiástica. En su célebre universidad cursó filosofía y teología. Publicó una Suma de las súmulas de Pedro Hispano y la dedicó a la Universidad de Alcalá, que la estimó tanto, que dispuso que sirviera de texto en sus escuelas. Le menciona el canónigo de Toledo cuando le dice a don Quijote: "En verdad, hermano, que sé más de libros de caballerías que de las Súmulas de Villalpando." I, 47.
VILLANOVA, FAMILIA. Familia noble y principal de Valencia, que menciona don Quijote cuando le dice a Vivaldo el tipo de linaje y alcurnia a los que pertenece Dulcinea del Toboso, I, 13.
VIRENO. Personaje del poema épico renacentista Orlando Furioso, duque que abandona a su esposa Olimpia en una isla desierta; le menciona Altisidora en un poema que dedica a don Quijote, en la cual lo acusa de cruel por no corresponder al amor que ella siente por él, II, 57. Véase ROLDÁN.
VIRGILIO. Poeta romano (870-19 A.C.) El más grande de los poetas latinos y uno de los mayores de toda la latinidad, cuyo espíritu nadie mejor que él representa, hasta el punto de haber sido llamado por algunos el padre de Occidente. Es el revelador de la grandeza del Imperio Romano y de su destino, el cantor de la belleza y fertilidad de Italia y sobre todo de la religión romana. Obras: Eneida, Bucólicas, Geórgicas, etc. le cita el amigo del autor del Quijote cuando le sugiere a éste algunos procedimientos para corregir los supuestos errores de la obra: "si de encantadores y hechiceras, Homero tiene a Calipso, y Virgilio a Circe" I, prólogo; Vivaldo le llama "divino Mantuano" cuando Ambrosio anuncia que quemará los poemas de Grisóstomo, I, 13; le menciona don Quijote, cuando explica a su escudero la necesidad que tiene cualquier aprendiz de imitar a los mejores en el arte que se propone aprender: "...como también nos mostró Virgilio, en persona de Eneas, el valor de un hijo piadoso y la sagacidad de un valiente y entendido capitán, no pintándolo ni descubriéndolo como ellos fueron, sino como habían de ser, para quedar ejemplo a los venideros hombres de sus virtudes." I, 25. Menciona don Quijote algo similar al decir: "A fee que no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero." II, 3; le recuerda don Diego de Miranda cuando le comenta a don Quijote sobre las aficiones literarias de su hijo: "...si se han de entender de una manera o otra tales y tales versos de Virgilio. En fin, todas sus conversaciones son con los libros de los referidos poetas, y con los de Horacio, Persio, Juvenal y Tibulo..." II, 16; le recuerda don Quijote cuando se dispone a montar a Clavileño para viajar por los aires hasta el reino de Candaya: "Si mal no me acuerdo, yo he leído en Virgilio aquello del Paladión de Troya, que fue un caballo de madera que los griegos presentaron a la diosa Palas, el cual iba preñado de caballeros armados, que después fueron la total ruina de Troya; y así, será bien ver primero lo que Clavileño trae en su estómago." II, 41.
VIRIATO. Caudillo lusitano. Era pastor cuando, escapando de la matanza general ordenada por el pretor Galba, se puso al frente de los naturales rebelados contra la tiranía de Roma y venció en numerosos combates a las legiones romanas. Le cita el canónigo de Toledo cuando trata de mostrarle a don Quijote que hay lecturas que, al contrario de las de caballería andante, sí son de provecho: "...Y si todavía, llevado de su natural inclinación, quisiere leer libros de hazañas y de caballerías, lea en la Sacra Escritura el de los Jueces; que allí hallará verdades grandiosas y hechos tan verdaderos como valientes. Un Viriato tuvo Lusitania [...], cuya leción de sus valerosos hechos puede entretener, enseñar, deleitar y admirar a los más altos ingenios que los leyeren." I, 49.
VIRREY DE CATALUÑA. Le menciona el narrador cuando habla de algunos hábitos en la vida de Roque Guinart: "Roque pasaba las noches apartado de los suyos, en partes y lugares donde ellos no pudiesen saber dónde estaba; porque los muchos bandos que el visorrey de Barcelona había echado sobre su vida le traían inquieto y temeroso..." II, 61; su intervención es fundamental para salvar la vida de Ana Félix, hija de Ricote, la cual fue hallada, vestida de hombre, en un bajel moro, II, 63; no sabe si el desafío del Caballero de la Blanca Luna a don Quijote es en serio o en burla, II, 64; una vez finalizado el combate "mandó el visorrey a don Antonio que fuese tras él, [el Caballero de la Blanca Luna] y que en todas maneras supiese quién era." II, 64; cuando don Antonio Moreno cuenta que la intención del Caballero de la Blanca Luna era hacer regresar a don Quijote a la aldea para curarle de su locura, "el visorrey no recibió mucho gusto, porque en el recogimiento de don Quijote se perdía el que podían tener todos aquellos que de sus locuras tuviesen noticia." II, 65.
VIRUES, CRISTOBAL. Escritor español (Valencia 1550-1609). Hijo de un médico humanista, ingresó en la carrera militar y combatió en Lepanto donde fue herido. Entre 1580 y 1590, representó en Valencia La gran Semíramis, La infelice Marcela, Elsa Dido, la Cruel Casandra, y Atila furioso, tragedias de exagerado patetismo, tendente a horrorizar al público. Le menciona el barbero cuando escruta, en compañía del cura, la biblioteca de don Quijote, I, 6.
VIVALDO. Viajero que de manera casual se entera de la muerte de Grisóstomo y retrasa su viaje para asistir al funeral, I, 13; dice pertenecer a la familia Cachopín, lo cual, muy seguramente, era una burla hacia don Quijote, I, 13; gracias a él se salvan de ser quemadas algunas de las canciones, entre ellas la Canción Desesperada, que compuso el difunto a su amada Marcela, I, 13; dicha canción es leída en I, 14. Véase CACHOPINES DE LAREDO.
VIVAR, RODRIGO DE. Manera como nombra don Quijote al Cid en I, 19.
WAMBA, EL REY. (m. 688) Rey visigodo de España (672 - 680), sucesor de Recesvinto. Reorganizó a los ejércitos y combatió a los vascones. Derrocado por Ervigio, se retiró al monasterio de Pampliega donde murió. Le menciona el narrador: "En resolución, la ventera vistió al cura de modo que no había más que ver: púsole una saya de paño, llena de fajas de terciopelo negro de un palmo en ancho, todas acuchilladas, y unos corpiños de terciopelo verde, guarnecidos con unos ribetes de raso blanco, que se debieron de hacer, ellos y la saya, en tiempo del rey Wamba." I, 27; le recuerda Sancho cuando le da razones a la duquesa para que le entreguen la gobernación de la ínsula: "Y torno a decir que si vuestra señoría no me quisiere dar la ínsula por tonto, yo sabré no dárseme nada por discreto; y yo he oído decir [...] que de entre los bueyes, arados y coyundas sacaron al labrador Wamba para ser rey de España..." II, 33.
XENOFONTE. Alusión a Jenofonte, escritor y político griego (444 - 354 A. de C.). Discípulo de Sócrates. Participó con otros 13.000 voluntarios griegos en la lucha entre Ciro y su hermano Artajerjes, cuyo relato hizo en Anábasis o retirada de los diez mil. Después de muerto su maestro se retiró a Esparta y combatió en Queronea junto a Agesilao. Otras obras: Ciropedia o educación de Ciro, Memorables, etc. Le menciona el autor del Quijote cuando enumera a un amigo las supuestas imperfecciones de su obra: "De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como hacen todos, por las letras del A.B.C., comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro." I, prólogo.
ZANCAS, SANCHO. Nombre con que Cide Hamete Benengeli llama a Sancho en el original arábico del Quijote, I, 9.
ZANOGUERA, DON JUAN. Le recuerda el capitán cautivo en la venta de Juan Palomeque, I, 39. Informa don Diego Clemencín: "Este caballero asistió en la toma del Peñon de Vélez, el año de 1564, y en la primera campaña de mar que el de 1568 hizo don Juan de Austria sobre las costas de África. Después de haberse perdido la Goleta y el fuerte, entregó por capitulación la torre de que aquí se habla, y que se le había encomendado con setenta hombres de guarnición." I, 39 nota 47.
ZÓPIRO. Soldado persa que, mediante un ardid que incluía la desfiguración horrible de su rostro, logró para Darío la rendición de Babilonia. El cura, en conversación con el canónigo de Toledo, le recuerda cuando habla de las pocas bondades de los libros de caballerías: "Puede mostrar las astucias de Ulixes, la piedad de Eneas, la valentía de Aquiles, [...] la fidelidad de Zopiro, la prudencia de Catón; y, finalmente, todas aquellas acciones que pueden hacer perfecto a un varón ilustre, ahora poniéndolas en uno solo, ahora dividiéndolas en muchos." I, 47.
ZEUXIS. (¿464 - 398? A. C.) Pintor griego, uno de los artistas más ilustres del mundo antiguo; buscó en sus obras la robustez y la mejestuosidad. Fue proverbial su rivalidad con Parrasio. Le menciona el autor del Quijote a un amigo, cuando le enumera las imperfecciones de su obra: "De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como hacen todos, por las letras del A.B.C., comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro." I, prólogo.
ZOILO. sofista griego (Siglo IV A.C.), adversario de Isócrates. Su obra más célebre es un tratado, en nueve libros, en el que pone de manifiesto las contadicciones y lo absurdo de los poemas homéricos, y que le valió al apodo de HOMEROMASTICX (El látigo de Homero). La severidad e injusticia de su crítica se hicieron proverbiales Le menciona el autor del Quijote a un amigo, cuando le enumera las imperfecciones de su obra: "De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como hacen todos, por las letras del A.B.C., comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro." I, prólogo.
ZORAIDA. Mora, hija de Agi Morato; se fuga con el capitán cautivo para ir a tierra cristiana y cambiar de religión, I, 40; desea cambiar su nombre de Zoraida por María, I, 37.
ZOROASTES. (ss. VII - VI A. C.) Nombre helenizado del reformador religioso persa Zaratustra. Su filosofía religiosa impregnó de preocupaciones morales la antigua religión naturalista de los persas. Don Quijote le recuerda como el inventor de la nigromancia, I, 47.
ZORRUNA, CONDESA. Apellido que pudo tomar la dueña Dolorida si en su condado existiesen muchas zorras, II, 38. |