Tirso de Molina
El mayor desengaño



Personas que hablan en ella:
  • BRUNO, galán
  • MARCION, su criado
  • El PADRE de Bruno
  • ATAULFO, galán
  • Un TIO de Evandra
  • SOLDADOS
  • VISORA, dama
  • LEIDA, música
  • El REY de Francia
  • La REINA de Francia
  • MARCELA, dama
  • HUGO, papa
  • EVANDRA, dama
  • LAURETA, su criada
  • El conde PROSPERO
  • LORENA, dama
  • ENRICO, emperador
  • MILARDO
  • La EMPERATRIZ
  • ROBERTO
  • LUCIO, estudiante
  • FILIPO, esudiante
  • LAURA, dama
  • Un ANGEL


ACTO PRIMERO

Salen BRUNO, galán, MARCION, de capigorrón, EVANDRA, dama, y LAURETA, SU criada, con mantos
BRUNO:      ¡ Extraña estás !
EVANDRA:                            No te espantes.
BRUNO:      ¿ Cómo es posible me tengas
   amor, si crÜel te vengas
   con desdenes semejantes
   de males que nunca te hice ? 5
EVANDRA:      ¡ Qué terribles sois los hombres !
BRUNO:      Si me abraso, no te asombres.
MARCION:      ¡ Qué lo alajú que lo dice !
BRUNO:      O me quieres bien, o no.
EVANDRA:      Quiérote con amor casto. 10
BRUNO:      ¿ Que a persuadirte no basto
   a darme una mano ?
LAURETA:                            ¡ Jo !
MARCION:      Como allá se manosean
   de lenguas, yo soy amigo
   de obrar callando.
LAURETA:                            ¡ Jo, digo ! 15
MARCION:      De "jo" tus requiebros sean.
   "Jo" digas cuando te cases.
   Cuando el "sí" vayas a dar,
   digas "jo."    Cuando a fregar
   ollas y platos repases, 20
   por tiple o por contrabajo
   cantes "jo."    Pues lloro yo,
   que al fregar no es malo el "jo,"
   si en "jo" acaba el estropajo.
   "Jo" te llame tu señora. 25
   "Jo" seas en toda parte.
   "Jo" digas al acostarte;
   "Jo" cuando salga la aurora.
   "Jo" sea tu sí y tu no;
   "jo" en plazas, tiendas, calles, 30
   y en fin, un marido halles
   con la paciencia de un Job.
BRUNO:      Evandra, si cuando dejo
   tantos aumentos por ti,
   letras a quien años di, 35
   respetos de un padre viejo,
   grados de universidades,
   leyes por las de tu amor,
   cargos que ofrece el favor,
   honras que son dignidades, 40
   ¿ qué estado habrá que me cuadre,
   pues maltratas mi deseo,
   cuando despreciado veo
   por ti mi estado y mi padre ?
   ¿ El darme una mano bella 45
   fuera mucho galardón ?
EVANDRA:      Sí, Bruno, que la opinión
   tengo de mi honor en ella.
   Vive el recato entre miedos
   de menosprecios villanos; 50
   den otras el gusto a manos,
   que yo dudo darlo a dedos.
   Si lo que por mí has dejado
   en mi amor cobrando vas,
   juzga tú cuál vale más, 55
   ¿ lo perdido o lo ganado ?
   Un alma ganas, que animas
   con las llamas de tu amor,
   un escrupuloso honor
   que por recatado estimas. 60
   Pierdes letras y opinión
   de estudios en que amor calma;
   por libros te doy el alma,
   y por grados mi afición.
   Si ésta es más, deje que llegue 65
   su tiempo, que yo sé, Bruno,
   que me pides, importuno,
   lo que gustas que te niegue.
MARCION:      ¿ Que no hay darme una manopla
   a quien mis versos dedique ? 70
   ¿ Siquiera un dedo meñique,
   una uña ?
LAURETA:                    ¡ Jo, digo !
MARCION:                              ¡ Sopla !
   "Jo" y bofetón, presa y pinta.
   La mano te pido yo,
   pero en los carrillos no, 75
   que es firma sin pluma y tinta.
BRUNO:      Seis años ha que te adoro.
EVANDRA:      Otros tantos ha que en ti
   nuevo dueño al alma di.
BRUNO:      Todas las joyas y el oro 80
   que de mi madre heredé,
   y en ti mejoran de dueño,
   te traigo. Don es pequeño;
   mas quilates de mi fe
   le darán nuevo valor. 85
   Recibe mi voluntad
   y verás su calidad.
EVANDRA:      A poder, Bruno, mi amor
   ofenderse, me avergÜenzo
   de ver que tan mal le apoyas. 90
   De afrentadas esas joyas
   se esconden en ese lienzo;
   y aunque con prendas tan bajas
   me ofendes, de tu oro advierto
   que en fe de que viene muerto 95
   para mi amor, le amortajas.
   Seis años de voluntad
   ¿ se pueden satisfacer
   con oro ? ¿ Soy mercader
   que vendo mi libertad ? 100
   ¿ Qué ignorancia hacerte pudo
   intentar tan vil quimera ?
   Si Amor vestirse quisiera,
   no se pintara desnudo;
   pero tú para que torne 105
   a agraviar en él la vista,
   lienzo le das que se vista
   y joyas con que se adorne.
   Déjame y véte.
BRUNO:                            Oye, escucha;
   no te alteres, no te enojes. 110
MARCION:      Hoy somos todos relojes.
   También yo tengo mi hucha.
Saca un pañuelo muy sucio y roto
   Cuatro cuartos bien contados
   en ese pañuelo van,
   que si escudos amos dan, 115
   damos cuartos los criados.
   Porque aunque hay relojes hartos,
   hay unos que así te goce
   no paran hasta dar doce,
   otros que dan cuatro cuartos. 120
   No alcanzan a más mis bríos;
   recibe el escaso don,
   que si cuatro cuartos son,
   serán ocho con los míos.
   Toma, ¿ qué te melindrizas ? 125
   Tu padre es éste, señor.
   A no venir ciego Amor,
   por Dios que me descuartizas.
Sale el PADRE de Bruno
PADRE:      Buenos logros de tu estudio
   das a mis prolijos años, 130
   a la opinión de tu ingenio
   y al sudor de tus trabajos.
   Buen empleo hizo la hacienda
   que tanto tiempo he gastado
   contigo en París, Bolonia, 135
   Lovaina y Praga. Letrado
   en las leyes de tu amor,
   ya que no en sus desengaños,
   la cátedra lees de prima,
   amante ya que no sabio. 140
   ¿ Honras así la nobleza
   que de tus antepasados
   es espejo de Colonia ?
   ¿ Este es merecido pago
   de un padre que deposita 145
   su ser en ti, y te ha entregado
   por ser único, en mi casa,
   su valor y sus cuidados ?
   ¿ Tú te casas sin mi gusto ?
   ¿ Tú, a mis consejos contrario, 150
   el honesto traje truecas
   de escuelas que ilustra a tantos,
   por las galas licenciosas,
   y para volar más alto,
   mudas plumas, torpe y ciego, 155
   al sombrero de la mano ?
   ¡ Plegue a Dios...
De rodillas
BRUNO:                        Padre y señor,
   después de poner los labios
   donde tú pones los pies,
   tus canas reverenciando, 160
   respondo humilde a tus quejas,
   que aunque cuerdo he procurado
   seis años ha obedecerte,
   inclinaciones forzando,
   ni ausencias, madres de olvidos, 165
   ni estudios siempre contrarios
   de la ociosidad dañosa,
Levántase
   ni entretenimientos castos
   pudieron ser de provecho
   a borrar de mis cuidados 170
   el amor que a Evendra tengo,
   de su hermosura el retrato.
   Si supieras diligencias
   qué en tu obediencia buscaron
   remedios contra mi amor, 175
   desvelos que me han costado,
   yerbas, palabras, conjuros,
   compañia de hombres sabios,
   juegos, entretenimientos,
   ya en la ciudad, ya en el campo, 180
   lástima en vez de rigor
   me tuvieras; mas son falsos
   los remedios que dio Ovidio
   contra este ciego tirano.
   ¿ Qué importa que padre seas 185
   y que los preceptos santos
   de mi ley a obedecerte
   me obliguen, si me inclinaron
   las estrellas superiores,
   que estando en lugar más alto 190
   la jurisdicción te usurpan,
   de quien me confieso esclavo ?
   Por la mujer, dijo Dios,
   que dejaría olvidado
   el hombre su padre y madre. 195
   Ni te olvido, ni he dejado;
   pero, ¿ qué tengo de hacer,
   si las estrellas, los astros,
   mi inclinación, mis deseos,
   la libertad me usurparon ? 200
   Tú eres solo; muchos ellos;
   Amor, dios fuerte; yo, flaco;
   bella Evandra; ¿ cómo puedo
   hacer resistencia a tantos ?
   Sangre ilustre, padre, tienes, 205
   y el copioso mayorazgo
   que me dejas en herencia,
   basta a darme noble estado.
   Estudien hijos segundos,
   que en las letras han cifrado 210
   la dicha de sus aumentos,
   vinculada en sus trabajos,
   que los únicos, cual yo,
   cuando al ocio y al regalo
   den generosos desvelos, 215
   ni es menosprecio ni agravio.
   Evandra, si no tan rica,
   porque los cielos cifraron
   tesoros en su hermosura,
   discreción, honra y recato, 220
   es tan noble como yo.
   No permitas, si eres sabio,
   que me case con el oro,
   ocasión de tantos daños.
   Dotes que maridos compran, 225
   los obligan como a esclavos
   a indignidades de honor,
   por ser maridos comprados.
   Así, padre, siglos cuentes,
   que permitas mi descanso, 230
   y, antes que deje estos pies
   pueda a Evandra dar la mano.
PADRE:      Antes que mis canas vean
   mi afrenta, tu desacato
   y delhonra de tu sangre, 235
   plegue al ciclo...
MARCION:                        (Ya plegamos.)        Aparte
PADRE:      ...que la noche de tus bodas
   trueques gustos en agravios,
   y el tálamo que deseas
   manchen adúlteros brazos; 240
   jamás te mire amorosa,
   desdenes sean sus regalos,
   menosprecios sus favores,
   sus promesas, engaños.
   No fertilice con hijos 245
   tu desobediente estado,
   y si los tienes, pobreza
   mezcle su amor con trabajos.
   Tus más amigos te vendan,
   tengan poder tus contrarios 250
   en tu deshonra mas... no...
   Hágate Dios un gran santo.
   Pero ¿ cómo se enternece
   un corazón injuriado
   de un hijo, que tanto quiso 255
   a un padre, a quien debe tanto ?
   Plegue al cielo, si en mi ofensa
   dieres la atrevida mano
   a esa mujer, pobre al fin,
   que es la afrenta de más caso, 260
   que todos te menosprecien,
   no te acompañen hidalgos,
   de desleales te sirvas,
   pidas limosna a villanos;
   si jurares no te crean, 265
   en cuanto pusieres mano
   desdichas te agÜen aumentos;
   cuanto estés más confiado
   de la lealtad de un amigo,
   te usurpe lo más preciado 270
   de tu gusto; pero... no...
   Hágate Dios un gran santo.
EVANDRA:      Si no tuviera respeto
   a tus venerables años
   y al amor que tengo a Bruno, 275
   de tu nobleza traslado,
   pudiera ser respondiera
   a medida del agravio
   que en mi calidad injurias
   si no descortés, osado. 280
   Mi sangre no desmerece
   darte nietos, pues honraron
   mis progenitores nobles
   augustos triunfos y lauros.
   Si a falta del oro vil, 285
   que califica villanos,
   supliendo sangres ilustres,
   dorando quilates bajos,
   mi nobleza en poco tienes,
   guarda tesoros avaros, 290
   que los de mi honor estimo
   como más calificados.
   No vendo a peso de hacienda
   la calidad que he entregado
   a persuasiones de Bruno, 295
   a fuer de mercader falso;
   sólo noble correspondo
   en amorosos contratos
   a la fe con que me sirve.
   Firme, no rico, le amo. 300
   Y agradece la firmeza
   con que en mi pecho ha arraigado
   su proceder generoso
   la fe de su noble trato;
   que a poderle despreciar, 305
   causa en tus palabras hallo
   para que de él ni de ti
   hagan mis injurias caso.
BRUNO:      Padre... señor... ¿ es posible
   que con ruegos no te ablando ? 310
   Si estimas tesoros, coge
   perlas de estos ojos claros,
   oro de aquesos cabellos,
   rubíes de aquesos labios,
   satisfarás intereses 315
   que está el amor envidiando.
PADRE:      En fin, ¿ contra el gusto mío
   te intentas casar, dejando
   burladas mis esperanzas ?
BRUNO:      ¿ Qué he de hacer, si Amor tirano 320
   violenta, padre, deseos ?
MARCION:      Si no es más en nuestra mano,
   ¿ qué habemos de hacer los dos
   sino echar cosas a un lado ?
PADRE:      No me llames padre más. 325
BRUNO:      Mi padre y señor te llamo.
PADRE:      Mientes.
MARCION:                    ¡ Ay !, cargado queda.
PADRE:      Hijos que degeneraron
   de su valor, no son hijos,
   sino espúreos y bastardos. 330
   Desde aquí te desheredo,
   que aunque te faltan hermanos,
   sobrinos ilustres tengo,
   no cual tú, locos e ingratos.
   Si más los umbrales pisas 335
   de mi casa...
MARCION:                    (Aquí entra un palo      Aparte
   de molde.)
PADRE:                    ¡ Viven los cielos !
   Que ha de matarte un esclavo.
   Susténtete tu mujer;
   si en sus dientes y en sus labios 340
   perlas tienes y rubíes,
   bien puede suplir tus gastos.
   ¿ Qué joyas, traidor, son éstas ?
MARCION:      Escondo mis cuatro cuartos.
PADRE:      Muestra y agradece.
MARCION:                              ¡ Malo ! 345
BRUNO:      Señor, mira.
PADRE:                      Dios permita,
   pues su enojo forja rayos,
   que uno te abrase; mas... no...
   Hágate el cielo un gran santo.
Vase el PADRE de Bruno
MARCION:      A la luna de Valencia 350
   parece que nos quedamos.
   ¿ Que habemos de hacer agora ?
BRUNO:      ¡ Hay tal crueldad ?
MARCION:                            ¡ Oh, viejazo !
BRUNO:      Mi bien, si anda Amor desnudo,
   Amor soy, pues le retrato. 355
   Padre y casa por ti pierdo,
   gloria y dicha por ti gano.
   ¿ Quieres que sea tu huésped ?
EVANDRA:      No, Bruno, que los engaños
   temo que otro huésped hizo 360
   a la viuda de Cartago.
BRUNO:      Llévame a tu casa.
EVANDRA:                              Tengo
   un tío viejo y avaro,
   y no lo consentirá,
   que es mal acondicionado. 365
MARCION:      Laureta, ¿ no habrá un rincón
   entre sartenes y cazos ?
   Llévame contigo.
LAURETA:                            Tengo
   a la escalera un alano
   que una pierna se merienda, 370
   y en la cocina dos gatos
   con unas uñas de a jeme.
MARCION:      Buenas son para escribanos.
BRUNO:      En fin, ¿ te vas y me dejas ?
EVANDRA:      El alma te ha aposentado 375
   en medio del corazón.
A LAURETA
MARCION:      Y el cuerpo, a ti suspiramos,
   ¿ que me dejas y te vas ?
LAURETA:      El alma, gorrilacayo,
   le llevo, que el cuerpo no. 380
MARCION:      ¿ Almas llevas ? Serás diablo.
Vanse EVANDRA y LAURETA.    Sale el conde PROSPERO
PROSPERO:      ¿ Qué tenéis en esta calle,
   Bruno, que tan de ordinario
   deseos avecindáis
   en ella ?    Jamás os hallo 385
   cuando os busco, sino aquí,
BRUNO:      ¡ Oh, Conde y señor !    Son pasos
   de la pasión de mi pena
   los que por esta calle ando.
   Aquí vive quien me mata. 390
PROSPERO:      ¡ Gracias a Dios que he sacado
   en limpio que sois amante.
BRUNO:      Venturoso y desdichado.
PROSPERO:      Esas son contradictorias.
BRUNO:      Correspóndeme quien amo, 395
   y desdéñame amorosa.
   Veis aquí los dos contrarios.
MARCION:      Lo cierto es, señor, si puede
   a un Conde hablar un lacayo
   bachiller en la carteta 400
   y en el pasar licenciado,
   que el estar a tales horas,
   cuando Febo está jugando
   con la noche al escondite,
   es sólo a falta de rancho. 405
BRUNO:      Calla, loco.
PROSPERO:                      ¿ Cómo es eso ?
BRUNO:      En la nobleza fiado
   y amistad que os acredita,
   os contaré sin cansaros
   mis desdichas brevemente. 410
   Sirvo a Evandra, habrá seis años,
   origen de la hermosura,
   de sus efectos milagro.
   Honradas correspondencias
   alientan deseos tiranos, 415
   Y refrenan osadías
   entre el amor y el recato.
   Pienso casarme con ella,
   a cuya causa he mudado
   el hábito y profesión, 420
   contradiciendo cuidados
   de mi padre, que lo estorba.
   Hallóme con ella hablando
   a sus puertas, de su luz
   tellizo cortina, un manto. 425
   Alborotóse de verme
   mi viejo padre, aumentando
   lágrimas con maldiciones,
   unas nubes y otros rayos;
   y al fin, viendo que rebelde 430
   en este sol idolatro,
   de su casa me despide,
   injurias multiplicando.
   Pedí a mi Evandra que fuese
   la suya hospicio y sagrado 435
   de mi destierro y amor;
   pero como puede tanto
   la Ocasión con él, temióla,
   y escarmientos del troyano
   huésped de la amante Elisa 440
   hoy su puerta me cerraron.
   Como sin padre me veo
   y sin casa, recelando
   perder mi dama también,
   me quedé filosofando 445
   quimeras, que en veros, conde,
   cesan, pues con vuestro amparo
   no echo menos padre y casa.
MARCION:      ¿ Este es el benedicamus ?
PROSPERO:      Agora que sé que puedo 450
   serviros, amigo, en algo,
   en albricias de la pena
   os doy...
MARCION:                    (¿ Dineros ?)                      Aparte
PROSPERO:                          ...los brazos.
   Si os casáis, tendréis en mi
   padrino. Si os ha negado 455
   vuestro padre, en mi hallaréis,
   ya que no padre, un hermano.
   ¿ Qué tengo yo que no sea
   vuestro ?
BRUNO:                    Sois ejemplo raro
   de la amistad y nobleza. 460
MARCION:      Sois...
BRUNO:      ¡ Ah, necio !
MARCION:                          ...largo y ancho.
PROSPERO:      Hacienda hay para los dos.
BRUNO:      Alargue vida y estados
   el cielo a vuestra nobleza. 465
MARCION:      Y a mí, ración y salario.
Sale EVANDRA a la ventana
EVANDRA:      ¡ Qué mal hice en despedirle !
   Corta y descortés he andado.
   Cuando mi casa le niegue,
   favores le dan regalos. 470
   ¿ No se ha ido ? Señor mío,
   ¿ Sois vos ?
MARCION:                    Bruno serenado
   y yo somos maza y mona
   que un romadizo aguardamos.
BRUNO:      Soy, Evandra de mis ojos, 475
   un enfermo que esperando
   que salga el sol de tu luz,
   a tus umbrales aguardo.
   ¿ Quieres abrirme, mi bien ?
MARCION:      Abra, mientras que yo abro, 480
   entre dormido y hambriento,
   bostezos y boca a palmos.
EVANDRA:      Perdona si mis recelos
   se muestran contigo avaros,
   y el hospedaje te niega 485
   quien su libertad te ha dado.
   Amor es niño, y se atreve,
   si sólo y determinado
   le ofrece el tiempo y la noche
   cabellos ocasionados. 490
   Yo estimo tanto mi honor,
   que no ha de tocar mi mano
   quien no me la dé de esposo
   debajo del yugo santo.
   Y es esto con tanto extremo, 495
   que cuando hubiera llegado
   a tomármela por fuerza
   el hombre más torpe y bajo,
   o me casara con él,
   o hiciera matarle en pago 500
   de su loco atrevimiento.
   Esto obliga a mi recato
   a no admitirte en mi casa;
   pero si quieres despacio
   hablarme y verme, esta noche 505
   Lorena me ha convidado,
   que es mi amiga y es mi deuda,
   a divertir el enfado
   del calor, entreteniendo
   juegos noches de verano. 510
   Dos casas vive de aquí;
   procura que nos veamos.
   Dispondremos nuestras cosas,
   y adiós. ¡ Hola ! dame un manto.
Vase EVANDRA
MARCION:      ¿ Juegos sin cena ? ¡ Abrenuncio ! 515
   Manden que nos echen algo,
   ya sea asado o cocido,
   que a la hambre no hay pan malo.
BRUNO:      Conde, esta noche pretendo,
   temores asegurando, 520
   desposarme con mi Evandra,
   si ayudáis mi intento casto.
   Yo sé que ella lo desea,
   y mi padre, aunque enojado,
   es padre, en fin, y piadoso, 525
   en olvido pondrá agravios.
   ¿ Qué os parece ?
PROSPERO:                          Divertido
   estaba. Si desposaros
   intentáis, padrino soy;
   no cuidéis de costa y gastos. 530
   Vamos a trocar vestidos
   de gala.
BRUNO:                    A estar Alejandro
   vivo ¡ qué envidia os tuviera !
PRÓ:SPERO:      (¡ Oh, mujer divina !)                Aparte
BRUNO:                                Vamos.
PROSPERO:      (Si con palabras hechizas,        Aparte 535
   ¿ que harás con los bellos rayos
   que en tu hermosura contemplo ?
   Amor ciego, retiraos;
   pensamientos, resistid,
   que si cobardes Y flacos 540
   os rendís, mi amigo ofendo;
   mas con Amor no hay agravios.
Vanse BRUNO y PROSPERO.    Sale LAURETA a la ventana
MARCION:      ¡ Cé, Laureta ! ¡ Ce ! ¡ Ce ! ¡ Ce !
LAURETA:      ¿ Quién llama ?
MARCION:                        Yo llamo y amo.
LAURETA:      ¿ Y qué me quieres ?
MARCION:                          Que me quieras. 545
LAURETA:      Lávese primero.
MARCION:                          Lavo
   cara, sotana y manteo,
   para servirte lavado.
LAURETA:      ¿ Y tiene agua ?
MARCION:                        No.
LAURETA:                            ¡ Agua va !
Arrójale agua y retírase
MARCION:      ¡ Ay ! ¿ Esta es agua ?    Este es caldo. 550
   Llena está de zarandajas;
   HÜeso es éste, éste estropajo.
   ¡ Oh, ladrona !    No os me iréis
   al otro mundo a pagarlo.
Vase MARCION.    Salen ATAULFO y LORENA
LORENA:      ¡ Qué quieres ! estoy celosa, 555
   Ataulfo, con razón.
ATAULFO:      Espuelas los celos son
   de una pasión amorosa;
   mas sin causa, ya tú ves
   si serán, Lorena, injustos. 560
LORENA:      Eres tratante de gustos;
   grande será tu interés.
   ¿ Qué tanto habrá que no vienes
   a esta casa ?
ATAULFO:                        Ocupaciones
   impiden tanto...
LORENA:                          Aficiones, 565
   dirás mejor. ¿ Las que tienes
   te impidieran el venir
   a verme ?
ATAULFO:                  ¡ Qué tal escucho !
LORENA:      Haste encargado de mucho;
   no con todo has de cumplir. 570
   Lo que no es tan importante,
   que es mi honor, olvidarás.
ATAULFO:      Pesada, Lorena, estás.
   No pase más adelante
   tu enojo, que, vive Dios, 575
   a pensar que hablas de veras,
   que a mi muerte causa dieras.
   Amor puede entre los dos
   hacer paces, que en cuidados
   como estos, los celos son 580
   como quien mete quistión
   entre dos enamorados,
   que después de estar reñidos,
   pasado el primer furor,
   aumenta llamas su amor 585
   y ellos se quedan corridos.
LORENA:      Ahora bien; yo te perdono
   como propongas la enmienda.
ATAULFO:      No hay cosa en mí que te ofenda.
   Mi firmeza está en abono. 590
   ¿ En qué pasatiempo piensas
   pasar esta noche injurias
   del calor ?
LORENA:                    Contra sus furias
   tú entretienes y dispensas,
   que como amor predomina, 595
   su fuego, y no el tiempo, abrasa.
   Esperando estoy en casa
   a Evandra, nuestra vecina.
   Es amante suyo Bruno,
   y como a honrados respetos 600
   del Amor viven sujetos,
   les doy lugar oportuno
   para que se vean aquí.
ATAULFO:      Bruno es cuerdo y es mi amigo.
   Más a quererte me obligo 605
   si ayudas su amor así;
   pero éste debe de ser.
Sale el conde PROSPERO
PROSPERO:      Ociosidad y calor
   necesitan el favor,
   Lorena, que entretener 610
   sabe, cortés y discreto,
   a quien se vale de vos.
ATAULFO:      ¡ Conde y señor !
PROSPERO:                        De los dos
   buena noche me prometo.
LORENA:      ¿ Vueseñoría en mi casa ? 615
PROSPERO:      Una huéspeda tan bella
   habéis de tener en ella,
   que su memoria me abrasa.
   Da licencia a mi deseo
   y anima mis desatinos; 620
   pero con tales padrinos
   como en vosotros dos veo,
   no saldrá mal despachado
   el pleito con que he venido.
ATAULFO:      Por señor os he tenido, 625
   de serviros me he preciado,
   y comprara yo ocasiones
   a costa de mis desvelos
   para serviros.
PROSPERO:                        Con celos
   amor y imaginaciones 630
   vengo, Ataulfo, a ampararme
   de vuestro noble favor
   y de Lorena.
LORENA:                      Señor,
   serviros de mí, es honrarme.
PROSPERO:      ¿ A Evandra habéis convidado 635
   esta noche ?
LORENA:                      Y tarda ya.
PROSPERO:      Bruno, que en su amor está
   tiernamente transformado,
   contándome sus empleos,
   de suerte me encareció 640
   su hermosura, que engendró
   en mí, si no amor, deseos.
   Dióle audiencia una ventana,
   de mí libertad hechizo,
   de donde le satisfizo 645
   tan honesta y cortesana,
   que aunque la tiniebla oscura
   ver su cara me negó,
   su discreción confirmó
   en mis penas su hermosura; 650
   porque alma tan discreta,
   ¿ quien duda que en cuerpo vive
   hermoso, y que la apercibe
   posada en todo perfeta ?
   A ver por los ojos vengo 655
   si corresponde esta dama
   ¿ con mis dudas y su fama.
LORENA:      Yo por dichosa me tengo
   de que hagáis esta experiencia
   en mi casa, y si a testigos 660
   de toda verdad amigos
   gustáis de dar fe en ausencia,
   yo os prometo que Evandra
   es envidia de la hermosura.
ATAULFO:      Y en donaire y hermosura, 665
   hija de las Gracias tres.
LORENA:      ¿ No basta que yo la alabe,
   sin que vos seáis su orador ?
PROSPERO:      ¿ Son celos ?
LORENA:                      Celos y amor.
PROSPERO:      Es un mixto ése sÜave. 670
LORENA:      Y ésta, Evandra, que ha venido
   a sacarme verdadera.
Salen EVANDRA y LAURETA con mantos
EVANDRA:      Amiga.
LORENA:                  A quien os espera
   amante, habéis ofendido.
ATAULFO:      Y a esta casa, que sin vos 675
   todo bien juzga pequeño.
EVANDRA:      No echará menos su dueño
   ocupándola los dos.
LORENA:      Hablad al conde, a quien debo
   por vos aquesta merced. 680
PROSPERO:      (¡ Ojos, venda os poned,                Aparte
   no os cieguen rayos de Febo !)
EVANDRA:      Vueseñoría me dé
   sus manos.
PROSPERO:                    (A ser de esposo,          Aparte
   mil veces yo venturoso.) 685
   Una alma, Evandra, os dare,
   que se enamoró de oiros,
   y os idolatra de veros,
   se eterniza con quereros,
   y se honra con serviros. 690
EVANDRA:      A no saber yo cuán largo
   sois, señor, en dar favor
   a medida del valor,
   que siempre tenéis a cargo,
   y mis méritos indignos, 695
   o me hiciérades correr,
   conde, o ensoberbecer.
PROSPERO:      Si en esos ojos benignos,
   para Bruno, y para mí
   no oso decir rigurosos, 700
   pensamientos amorosos
   hallasen piedad, aquí
   dará un conde que os adora
   a su ventura la palma,
   haciéndoos, como del alma, 705
   de cuanto tiene, señora.
EVANDRA:      Suplico a vueseñoría
   que mude conversación,
   que afrentarme no es razón,
   aunque honrarme es cortesía. 710
PROSPERO:      La verdad, por Dios, os digo.
EVANDRA:      Serálo el encarecer,
   pero no podré creer
   que en ofensa de un amigo,
   a quien su favor admite, 715
   mientras que no desmerece
   cuando su casa le ofrece,
   su dama le solicite.
PROSPERO:      Si es Bruno, culpad su amor,
   pues ofendiendo el secreto, 720
   aunque amante, fue indiscreto
   y necio encarecedor
   de belleza, cuya copia
   materia ha dado a mi pena,
   pues peligra en dama ajena 725
   y deshonra en mujer propia.
   Yo estimaba su amistad,
   mas ya no será razón
   habiendo sido ocasión
   de perder mi libertad. 730
   Dejad que mi dicha ordene,
   aunque mi lealtad estrague.
   Quien tal hace, que tal pague;
   quien tal paga, que tal pene.
EVANDRA:      Yo, Conde, soy diferente 735
   de opinion, que es rigor grave
   que Bruno me alabe,
   olvidándole le afrente;
   y quiero que sea testigo
   de mi amor la noble llama; 740
   que sé hacer más firme dama
   que vos, Conde, fiel amigo.
ATAULFO:      Ahorremos de intercesiones,
   Lorena, que lo mejor
   entre pendencias de amor 745
   es ofrecer ocasiones.
   El conde es noble, y merece
   lo que Bruno es razón pierda;
   su alabanza poco cuerda
   justo castigo le ofrece. 750
LORENA:      Quédense solos los dos,
   y averiguen sin testigos
   obligaciones de amigos
   y de amantes.
ATAULFO:                      (Bien, por Dios.        Aparte
   Las luces mato, fingiendo 755
   que voy a despabilarlas.)
A PROSPERO
LORENA:      Las ocasiones, gozarlas
   el que es sabio.
PROSPERO:                          Ya te entiendo.
Vanse ATAULFO y LORENA, después de apagar las luces
EVANDRA:      ¡ Ay, cielos ! Conde ¿ qué es esto ?
PROSPERO:      Fuerza, Evandra, de mi amor. 760
EVANDRA:      Ataulfo, ¿ vos traidor ?
   ¿ Vos, conde, tan descompuesto ?
   ¿ Tú, Lorena, desleal ?
   Soltad, conde; soltad, digo;
   torpe amante, ruín amigo. 765
   ¡ Soltad la mano !
PROSPERO:                          En igual
   correspondencia, si pasa
   mi amor a lo que interesa,
   seréis mi esposa y condesa.
   Dueño seréis de mi casa. 770
   Quien os tocase la mano,
   oí yo que había de ser
   vuestro esposo, y sois mujer
   noble y firme, no hagáis vano
   juramento en que me va 775
   la vida. La mano os toco;
   yo os adoro. Yo estoy loco.
EVANDRA:      Basta, conde, basta ya.
Salen ATAULFO y LORENA con luces
ATAULFO:      Bruno, Próspero, está en casa;
   sosegaos y componeos. 780
PROSPERO:      ¡ Ay, amorosos deseos !
   ¿ Qué hará un alma que se abrasa ?
Salen BRUNO y MARCION
BRUNO:      Por la mano me ganáis,
   señor conde.
PROSPERO:                      Por la mano
   que pierdo, la mano gano. 785
BRUNO:      ¡ Qué solícito me honráis !
MARCION:      Ya yo he mudado de pelo.
   ¿ No me ves en otro traje,
   Laureta ?
LAURETA:                  ¿ Es lacayo o paje ?
MARCION:      Laquipaje, ¡ vive el cielo ! 790
   No hay caballos que curar;
   mientras se compra un morcillo,
   a fuer de obispo de anillo,
   soy lacayo titular.
BRUNO:      Turbada, mi Evandra, estáis. 795
EVANDRA:      Ocasión debe de haber.
BRUNO:      Mis desdichas deben ser.
EVANDRA:      Es, sin duda.
BRUNO:                        Vos bastáis
   a aliviarlas y el favor
   que por el conde consigo. 800
EVANDRA:      Tenéis en él un amigo
   de notable ley y amor.
LORENA:      Remitid cosas de amores
   para después, y juguemos
   un rato.
EVANDRA:                  ¿ A qué ?
LORENA:                          Bien podremos 805
   pasar jugando a las flores
   horas que pasadas son
   por el calor.
PROSPERO:                      (Niño astuto,          Aparte
   en flor estáis; dadme fruto,
   que no hay bien sin posesión.) 810
BRUNO:      Sentémonos, pues, si el conde
   gusta de nuestros floreos.
Siéntanse y sacan una cesta de flores
PROSPERO:      Si a flores de mis deseos
   igual fruto corresponde,
   poco va de juego a fuego. 815
   Jugando pienso abrasarme.
LORENA:      Tome el conde.
LAURETA:                        ¿ Y no ha de darme
   también flores ?
MARCION:                          Ya llego
   a entregarte la más bella,
   y más olorosa flor, 820
   porque sospecha mi amor,
   Laureta, que estás sin ella.
LAURETA:      Miente el pajilacayazo.
MARCION:      Esta hoja en su lugar lleva,
   y taparáste como Eva 825
   con la hoja de un lampazo.
LAURETA:      Esta es ortiga.
MARCION:                              Perdona
   si te he venido a picar,
   porque así pienso pagar
   el "agua va," socarrona. 830
PROSPERO:      Este clavel me ha cabido.
ATAULFO:      ¿ A qué dama se le dáis ?
PROSPERO:      Donde vos, Evandra, estáis,
   fuera mi amor sin sentido,
   si duraron mis cuidados 835
   de dárosle en esta empresa.
LORENA:      El cielo os haga condesa.
ATAULFO:      Dios os haga bien casados.
Levántase y quítale la flor
LORENA:      Evandra y el conde vivan.
ATAULFO:      Para en uno son los dos. 840
BRUNO:      ¿ Qué es eso, Próspero ? Vos,
   en quien mis honras estriban,
   ¿ consentis que os intitulen
   esposo de quien adoro ?
MARCION:      (¡ Por Dios, que han soltado el toro !)    Aparte 845
BRUNO:      No es bien que se disimulen
   mis agravios. Con la espada
   pienso deshacer traidores
   engaños, que cifran flores
   contra una amistad quebrada. 850
PROSPERO:      Bruno, advertid que conmigo
   no es justo que compitáis,
BRUNO:      ¿ Fe rompéis y flores dáis ?
   ¿ Vos sois noble ? ¿ Vos amigo ?
PROSPERO:      Soy noble, y por eso os dejo; 855
   soy digno merecedor
   de Evandra, y es mi valor
   tal, si no mudáis consejo,
   que os obligará a dejar
   prenda que no merecéis. 860
BRUNO:      ¿ Cómo celos, si esto veis,
   no me procuráis vengar ?
ATAULFO:      Bruno, en aquesta ocasión,
   temed la airada venganza
   del conde.
BRUNO:                    (Presto me alcanza,        Aparte 865
   padre, vuestra maldición.
   Ya el amigo en quien fié
   la prenda de más estima,
   me usurpa.
MARCION:                    (Al conde se arrima        Aparte
   todo hombre.    Lo mismo haré.) 870
   ¡ Viva quien vence !
ATAULFO:                                Dejad,
   Bruno, locas competencias,
   y veréis las experiencias
   que obligan a mi amistad
   a este lado contra vos. 875
LORENA:      Bruno, a Evandra el conde adora.
MARCION:      Bruno, disimula agora,
   que eres uno, y ellos dos.
BRUNO:      Ingrata, ¿ así corresponde
   tu amor mudable a seis años 880
   de penas ?
ATAULFO:                    Los desengaños
   juzguen si es mejor un conde
   de quien Evandra sea esposa,
   que no un pobre caballero.
BRUNO:      ¿ Muda estás, crÜel ? Ya infiero 885
   que consientes engañosa.
EVANDRA:      ¡ Cielos ! ¿ Hay tal confusión ?
MARCION:      Ella es una buena lanza,
   fuego azul.
BRUNO:                    (Presto me alcanza,      Aparte
   padre, vuestra maldición.) 890
Sale el TIO de Evandra
TIO:      ¿ Qué alboroto desatina
   la vecindad de este modo ?
MARCION:      (¿ Mas que viene el barrio todo ?)        Aparte
TIO:      Tenéos, ¿ qué es esto, sobrina ?
BRUNO:      Bruno, ¿ qué es esto ? Pasiones 895
   del amor y la amistad
   son contra la deslealtad
   sobre las jurisdicciones.
PROSPERO:      Parte sois de esta causa, pues sois tio,
   Artemio noble, de mi Evandra bella, 900
   y juez habéis de ser, que de vos fío,
   la sentencia en favor de mi querella.
   Vendióse Bruno por amigo mío;
   pero interés de Amor, ¿ qué no atropella,
   si es mercader que en ferias de amistades 905
   amigos vende y compra voluntades ?
   A vuestra Evandra amaba, hermoso objeto
   de mi ventura, y fue correspondido
   seis anos, aunque a costa del respeto
   que a sus letras y padres ha perdido. 910
   Desheredóle en fin, forzoso efeto
   de un hijo inobediente y atrevido.
   Contóme sus desgracias y pobreza,
   a que acudió piadosa mi largueza;
   encarecióme tanto la hermosura 915
   de su dama; juntó merecimientos,
   nobleza, discreción, gracia y cordura,
   que despertó en mí nuevos pensamientos.
   Quien a su dama alaba, ¿ qué procura ?
   ¿ De qué sirven, decí, encarecimientos, 920
   que aun dentro el alma los amantes sabios
   recelan, cuanto y más rompiendo labios ?
   ¿ Quién alabó el manjar al deseoso
   que no se lo quitase de las manos ?
   ¿ El tesoro al corsario; al ambicioso 925
   la privanza de reyes y tiranos ?
   ¿ La empresa de valor al generoso,
   joya a mujer y gala a cortesano,
   ni dama a amigo, que aunque más lo fuese,
   su posesion a riesgo no pusiese ? 930
   Vi su belleza; fue mi amor testigo
   de lo que puede la alabanza ajena.
   Juzgad si es bien que niegue por mi amigo
   mi gloria propia a costa de mi pena.
   Sírvale su alabanza de castigo, 935
   pues su lengua habladora te condena,
   y Evandra, pues su mano besé, hermosa,
   su juramento cumpla y sea mi esposa.
TIO:      La ventura, conde ilustre,
   que dais a nuestro linaje, 940
   al ciego Amor agradezco,
   si niño, con vos gigante.
   Evandra, si hermosa, es cuerda,
   y si elección de vos hace,
   premiando su discreción, 945
   dará valor a su sangre.
   No hay duda, que os anteponga
   olvidando mocedades
   a Bruno, pues tal esposo
   adquiere por tal amante. 950
   Y cuando necia resista,
   yo que en lugar de su padre
   quedo con nombre de tío,
   os la ofrezco de mi parte.
   Cumplid, Bruno, mandamientos 955
   tan dignos de respetarse,
   y maldiciones temed,
   siendo justas, que os alcancen.
   Las letras que profesáis
   seguid, pues sois estudiante, 960
   y estudiad de hoy más por ellas
   a callar, que es ignorante
   quien antes de poseer
   alaba prendas de nadie,
   que dineros y hermosuras 965
   siempre suelen codiciarse.
   Dale Evandra, al conde el sí
   con la mano.
LORENA:                      Amiga, baste
   la resistencia que has hecho,
   porque condesa te llames. 970
   Perdióte por hablador
   quien no supo conservarte.
   Fue necio; el conde, cuerdo.
   Quien tal hace, que tal pague.
ATAULFO:      ¡ Cuánto es mejor para esposo 975
   quien sólo de oír nombrarte
   te amó, que quien por hablar
   conservar su amor no sabe !
   Bruno es pobre, el conde rico,
   las maldiciones de un padre 980
   es fuerza que participes
   cuando con Bruno te cases.
   Amor es fuego y sin oro
   será fuerza que se apague,
   que es la leña que le aumenta. 985
   Méritos del conde sabes;
   escarmiente Bruno en tí,
   y si, ame otra vez, no alabe
   bellezas que perder puede.
   Quien tal hace, que tal pague. 990
LAURETA:      Si se ha de tomar mi voto,
   danos señor que nos mande
   rico y noble, que se muere
   entre pobres amor de hambre.
   Agarra una señoría, 995
   visita esposas de grandes,
   llévente en silla a la iglesia
   y en carroza por las calles.
   Quédese Bruno por bruto,
   y pues es pobre, eche un guante, 1000
   que si por hablar te pierde.
   Quien tal hace, que tal pague.
EVANDRA:      Pues todos me aconsejáis
   lo que también puede estarme,
   y Bruno por hablador 1005
   es digno de castigarle,
   con la mano doy el alma
   a Próspero, cuerdo amante;
   que ya de derecho es suya, 10091010
   si palabras satisfacen.
   No será bien que por mí,
   Bruno, pierdas calidades,
   como tu padre me dijo
   su ponderado linaje. 1015
   A tu sotana te vuelve,
   deja galas arrogantes,
   cursa escuelas, mira libros,
   no eres pobre, mucho sabes.
   Restituye plumas leves 1020
   con que ligero volaste
   desde el sombrero al papel,
   que pueden eternizarte,
   y a un padre restitÜido,
   cuando obediente le agrades. 1025
   Dios te haga un gran letrado,
   como te hizo un necio amante.
Vanse todos menos BRUNO y MARCION
MARCION:      ¡ Pardiós, señor, que nos dejan
   de paticas en la calle !
   Tú sin dama, yo sin moza; 1030
   yo sin blanca, y tú sin padre.
   ¿ Qué diablos hemos de hacer ?
   Si admitir consejos sabes
   como perder ocasiones,
   lo que puedo aconsejarte 1035
   es que del pródigo imites
   el remedio, y cuando guardes
   a los cerdos de su historia
   harás la segunda parte;
   que yo me voy a cumplir 1040
   maldiciones de mi madre,
   que me dijo, "Yo te vea,
   plegue a Dios, ventero o fraile."
   A lo primero me acojo.
   Qquédate a Dios que te guarde, 1045
   que pues alabaste de necio.
   Quien tal hace, que tal pague.
Vase MARCION
BRUNO:      Quien maldiciones no teme,
   razón será que le alcancen;
   quien en amigos confía, 1050
   bien merece que le engañen,
   quien guarda en cofres de vidro
   tesoros que han de quebrarse,
   siembra arena, funda en viento,
   fía en juegos, carga en naves, 1055
   cuando sus pérdidas sienta,
   ni se queje, ni se aparte;
   porque amigos y mujeres
   vidros son, que no diamantes.
   ¡ Oh, desengaños del mundo ! 1060
   Cúrenme vuestras verdades,
   pues experimento en mí
   el desengaño más grande.
   ¿ Con qué ojos podré volver
   a los ojos de mi padre, 1065
   que no los ciegue mi afrenta,
   que su rigor no me ultraje ?
   ¿ Volveré a cursar escuelas ?
   No, que aunque puedan honrarme,
   mientras viviere he de ser, 1070
   si desdichado constante.
   Pues ni en letras, ni en amores
   tuve dicha, condenarme
   quiero a la guerra, castigo
   de vicios y mocedades. 1075
   Adios, patria; adios, amores;
   adios, amigos mudables;
   crÜel padre, casa ingrata;
   mujeres interesables,
   que si hazañas dan ventura, 1080
   hoy tengo de aventurarme,
   y dejar ejemplo en mí
   del desengaño más grande.


ACTO SEGUNDO

Sale ENRICO, emperador, y SOLDADOS con escalas y espadas desnudas

ENRICO:      ¡ Ea, nobles alemanes,
   hecha está la batería ! 1085
   Muestren hoy mis capitanes
   que en galas y bizarría
   son fuertes, como galanes.
   No os asombre el muro alto,
   de valor y esfuerzo falto, 1090
   pues cuando no hubiera escalas,
   la fama os diera sus alas.
TODOS:      ¡ Ea ! ¡ Al asalto ! ¡ Al asalto !
ENRICO:      ¡ Arriba, amigos, arriba,
   que ya la gente tirana 1095
   de esfuerzo y valor se priva !
   ¡ Viva la fama alemana !
UNO:      ¡ Viva Enrique cuarto !
TODOS:                              ¡ Viva !

Sale MARCION, armado a lo gracioso

MARCION:      ¡ Viva lo que Dios quisiere,
   y viva Marción también, 1100
   que es un borracho el que muere !
ENRICO:      ¡ Ea, soldados !
MARCION:                        ¿ No ven
   que quedo se está ? Si quiere
   que el soldado fuerte sea,
   justo es que a su dueño vea 1105
   que la bandera enarbola.
   Todo amo manda con "hola,"
   todo emperador con "ea."
   ¡ Cuerpo de Cristo ! consejos
   deje, y hazañas celebre 1110
   quien honra soldados viejos,
   que si el capitán es liebre,
   los soldados son conejos.

A MARCION

ENRICO:      ¿ Qué vos, soldado, aquí ?
   ¿ cómo no subís ?
MARCION:                            Subí, 1115
   y siendo, señor, soldado,
   ya pienso que soy quebrado,
   y busco un braguero. Fui
   al asalto y confusión,
   y huyendo de su apretura, 1120
   no quise hacer la razón,
   que brindan con confitura
   de bellaca digestión.
   Manteles puestos consuelan
   mesas, que el manjar revelan 1125
   sobre bufetes seguros,
   pero no lienzos de muros,
   que golpes se desmantelan.
   "Brindis," dijo un artillero;
   "Caraus," respondí, "patrón," 1130
   y el maldito tabernero,
   diciendo, "haced la razón,"
   desató en lugar de cuero
   un esmeril, que reparo
   pecho por tierra al amparo 1135
   de un foso en el campo nuevo;
   y respondile, "No bebo
   en ayunas de lo caro."
   "Pues vaya este perdigón,"
   replicó, y al punto arruga 1140
   un mosquete el bellacón.
   Yo dije, "Está sin pechuga,
   y hoy hago yo colación."
   Dile lugar por la yerba,
   y él replicó, "Pues reserva 1145
   su vida; mientras que ayuna,
   allá va aquesta aceituna
   y esta naranja en conserva."
   Arrojóme de repente
   dos pellotas enramadas, 1150
   y respondíle, "Pariente,
   aquesas nueces moscadas
   vendedlas con aguardiénte."
   "Que me place," dijo luego,
   y como el caballo griego, 1155
   un infierno junto arroja;
   mas diciendo, "El diablo coja
   letuario envuelto en fuego."
   Retiréme a las barreras,
   que no es poca valentía, 1160
   porque si entre tus banderas
   hoy juega la artillería,
   yo soy hombre muy de veras.
ENRICO:      Vos sois un cobarde.
MARCION:                                  Y tal,
   que no hallaréis igual; 1165
   pero todo hombre de bien
   come lo que le está bien,
   y no lo que le hace mal.

Sale al muro BRUNO, y enarbola una bandera con las armas del imperio

ENRICO:      ¡ Bravo valor ! ¿ Quién ha sido
   aquel soldado valiente, 1170
   el primero que ha subido
   al muro, para que afrente
   al enemigo vencido ?
   Las águilas que enarbola,
   blasón de la augusta bola, 1175
   por su alférez le tendrán.
MARCION:      ¡ Vitor Bruno, capitán !
   Y a quien le pesare, cola.
ENRICO:      ¿ Bruno se llama ?
MARCION:                              Y mi dueño
   que la pluma por la lanza 1180
   trocó, y en tiempo pequeño,
   si en escuelas fama alcanza,
   aquí es un Marte aguileño.
   No fue Hércules con Caco
   tan valiente, ni de Baco 1185
   tan grande valor publico.
UNOS:      ¡ Victoria ! ¡ Victoria !
OTROS:                              Enrico.
TODOS:      ¡ Viva Enrico !
OTROS:                        ¡ Al saco, al saco !

Salen MILARDO y SOLDADOS

MILARDO:      Si tu augusta majestad
   pretende gozar despojos, 1190
   de esta rendida ciudad,
   yo he visto dos soles rojos
   de más divina beldad.
   No es digno su resplandor
   sino de un emperador; 1195
   mas si no los goza Enrico,
   premia hazañas, te suplico,
   de Milardo con mi amor.
   Cuando el oro a todos sobre,
   merezca yo que posea 1200
   belleza que mi fe cobre,
   que no es bien que presa sea
   de un soldado humilde y pobre.
   Por sólo aqueste interés,
   pídeme hazañas después 1205
   a medida de tu gusto.

Salen BRUNO y VISORA

BRUNO:      Un soldado, invicto augusto,
   sus labios honra a tus pies.
ENRICO:      No están, Bruno, bien premiados
   ansí, ni su fama abonas, 1210
   que yo los vi levantados
   hacer de muros coronas,
   por tu esfuerzo conquistados.
   Brazos tengo con que honrarte,
   si a falta de los de Marte, 1215
   los de un emperador son
   bastantes.
BRUNO:                    Por tal blasón,
   otra vez quiero besarte
   tus sacros pies; pero ¿ quien
   te dijo mi nombre ?
ENRICO:                              Den, 1220
   a pesar de olvidos viles,
   los pinceles y buriles
   fama y nombre a cuantos ven
   las hazañas que este día
   te ilustran, y no te asombres 1225
   que sepa tu nombre; fía
   de mí, que inmortales nombres
   te ha de dar tu valentía.

Reparando en VISORA

   ¡ Qué belleza celestial !
BRUNO:      De tu valor imperial 1230
   es sólo merecedora.
ENRICO:      ¿ Cómo te llamas ?
VISORA:                          Visora.
ENRICO:      Dí, serafin celestial.
   Cuando sólo conquistaras,
   Bruno, esta sin par belleza, 1235
   hazañas aventajaras
   de cuantas la fortaleza
   celebra en bronces y en aras.
   Di quién eres pues que das
   mientras que triunfando estás 1240
   la fama que noble adquieres,
   porque cuanto menos fueres,
   yo pienso ensalzarte más.
BRUNO:      Colonia, augusta ciudad,
   César y monarca invicto, 1245
   tan ilustre entre modernos,
   tan celebrada de antiguos,
   es mi patria, y tengo en ella
   un padre prudente y rico,
   de sangre calificada 1250
   entre ilustres y patricios.
   Nací solo, vinculando
   el amor, que repartido
   suele ser en otros padres
   menos, siendo más los hijos. 1255
   Estudié felicemente,
   dando muestra en mis principios
   de fertilizar con letras
   la fama que adquieren libros.
   Graduéme de maestro; 1260
   llevé entre ingenios divinos,
   cátedras que autorizaron
   mis años entretenidos.
   Gustara mi viejo padre
   que echara por el camino 1265
   de la iglesia, por tener
   algunos deudos obispos;
   pero, Amor, más poderoso,
   rayo dios, gigante niño,
   para cuya resistencia 1270
   suelen ser diamantes vidros,
   sujetó mis verdes años
   al más hermoso prodigio
   que encareció la belleza
   entre sus dulces hechizos. 1275
   Evandra, ilustre, si pobre,
   destruición de mi albedrio,
   prisión de mi libertad
   y cárcel de mis sentidos
   enamorándome honesta, 1280
   multiplicó desvaríos,
   tiranizó libertades,
   y dió materia a suspiros.
   Quíseme casar con ella;
   pero mi padre, ofendido 1285
   de ver malograr mis letras,
   ya con consejos prolijos,
   ya con ruegos paternales,
   ya con enojos fingidos
   y maldiciones de veras, 1290
   impedir mi intento quiso.
   Entre amenazas y miedos
   en su presencia me dijo,
   "Plegue a Dios te sea traidor,
   Bruno ingrato, el más amigo, 1295
   la prenda por quien me dejas
   te quite a tus ojos mismo;
   ella te desprecie, odiosa,
   pagando amor con olvido."
   ¡ Ay, Diosl ¡ qué bien se cumplió ! 1300
   No pasaron, señor, siglos,
   años y horas, que los cielos,
   con desdeñoso castigo,
   en fe de estas maldiciones,
   el conde Próspero, indigno 1305
   de la amistad profanada,
   que le llamaba Zopira,
   enamorado de Evandra
   y ella del estado rico,
   que interesó con quererle, 1310
   dando a sus quejas oídos,
   juntáronse en yugo ciego,
   dejando desvanecidos
   deseos, entre esperanzas
   de seis años de servicios. 1315
   Casáronse al fin los dos,
   y viéndome aborrecido
   de mi padre, de mis deudos,
   y lo que es más, de mí mismo,
   salí a buscar muerte honrosa, 1320
   creyendo hallar el olvido,
   de celos desesperados,
   entre armados enemigos.
   Supe que aquesta ciudad,
   rebelde al valor invicto 1325
   de tu majestad cesárea,
   temor del planeta quinto,
   te negaba la obediencia,
   y sus infieles vecinos,
   armándose contra ti, 1330
   despreciaban tus edictos;
   que con tu campo imperial
   la ponías cerco y sitio,
   honrando con tu presencia
   tus alemanes presidios. 1335
   Alistéme por soldado,
   batióle el muro prolijo,
   postrando montes de piedra,
   abortos del fuego en tiros.
   Hízose la batería, 1340
   y publicaron los bríos
   de tu venganza el asalto,
   de los rebeldes castigo.
   Celos y amor con desprecio
   pudieron tanto conmigo, 1345
   que desesperado y loco,
   alentado de los gritos
   con que animabas cobardes,
   no hazañas, mas desatinos,
   me subieron el primero 1350
   sobre los muros altivos
   de la rebelde ciudad,
   y sobre el mayor castillo
   las águilas imperiales
   puse, si amante, atrevido. 1355
   Bajé al saco, codicioso,
   y mientras despojos ricos
   robaba el atrevimiento,
   llorando viejos y niños,
   en el más noble palacio 1360
   que ilustra con edificios
   la ya rendida ciudad,
   entro, y de rodillas miro
   a los pies de un vil soldado
   el asombro peregrino 1365
   de esta belleza hechicera,
   si hermosuras son hechizos.
   Determinaba forzarla
   sin refrenar sus suspiros
   torpezas que en pechos viles 1370
   se rinden al apetito.
   Impedíselo, piadoso,
   pedísela, comedido,
   a rescate, y respondióme
   soberbio y desvanecido. 1375
   Pero yo, que de ordinario
   al noble acero remito
   lo que la lengua no alcanza,
   de amor y vida le privo.
   La noble presa consuelo, 1380
   su honor precioso redimo;
   pagado en perlas que llora
   y ensartan preciosos hilos.
   Supe que era única prenda
   del más ilustre vecino 1385
   de esta ciudad, que a tus armas
   muerto, pagó sus delitos;
   y juzgando su belleza
   por intercesor, benigno,
   contra tu enojo severo, 1390
   a tus pies, augusto invicto,
   la presento, confiado
   que premiando este servicio,
   y consolando estos ojos,
   perdonarás los rendidos. 1395
ENRICO:      Con muchas obligaciones,
   Bruno, noble, has adquirido
   el favor que hacerte pienso,
   de tus nobles partes digno.
   Hidalga sangre te ilustra, 1400
   letras te han engrandecido,
   hazañas te dan valor,
   despojos me has ofrecido
   merecedores de premios,
   no sé si diga divinos, 1405
   pues me confieso, aunque César,
   de tu cautiva, cautivo.
   Siendo, pues, Bruno famoso,
   cuerdo, sabio, bien nacido,
   valeroso y liberal, 1410
   justo es ser agradecido,
   y honrar mi paz y mi guerra
   desde este punto contigo.
   Acreditando privanzas,
   que en ti ilustrar determino, 1415
   gobierna mi augusto estado,
   y entre las armas y libros,
   da consejos y haz hazañas,
   reparte cargos y oficios.
   Esa divina hermosura 1420
   en tu lealtad deposito;
   sé alcaide de ese tesoro
   y ángel de ese paraíso.
   Celos de la emperatriz
   temo que han de ser castigo 1425
   del amor con que me abrasa.
   No la vea, que imagino
   que la vida han de quitarla
   mis forzosos desatinos,
   puesto que a quererlo el cielo, 1430
   le agradeciera propicio.
   Si en las sienes de Visora
   pudiera el laurel invicto
   de mi corona ufanarse,
   o la que al sol dora signos. 1435
   Mi esposa, Bruno, es aquésta
   que a recibirme ha venido
   desde mi corte imperial.
   Mientras que favores finjo
   con que a los suyos engañe, 1440
   sirve a quien el alma humillo;
   guárdamela cuidadoso,
   y haz que tenga amor a Enrico.

Vase el emperador ENRICO

BRUNO:      ¡ Oh, maldiciones dichosas !
   ¡ Oh, amorosos laberintos, 1445
   en los fines provechosos,
   si fieros en los principios !
   ¡ Oh, desdenes bien premiados !
   ¡ Desengaños no entendidos !
   ¡ Amistades mal pagadas ! 1450
   Ya os adoro, ya os estimo.
   Por vosotras honra adquiero,
   a privanzas me sublimo,
   cargos intereso honrosos,
   mi sangre noble autorizo. 1455
   Si a logro pérdidas dan
   tal ganancia, desde hoy digo
   con César, que me perdiera
   si no me hubiera perdido.
VISORA:      Añade a esas dichas todas, 1460
   si a mi amor, Bruno, te obligo,
   la voluntad que te tengo,
   y en vano honesta resisto.
   Bruno, tu cautiva soy,
   de atrévimientos lascivos 1465
   de un soldado me libraste,
   de mi honor defensa has sido;
   agora, pues, que deudora
   la fama que has ofendido,
   premios te ofrece del alma 1470
   que en medio del pecho cifro,
   ¿ será razón que violentes
   tan generosos principios,
   y consientas que profane
   lo que defendiste, Enrico ? 1475
   No lo permitan los cielos,
   ni el valor que he conocido
   en tu invencible nobleza,
   a quien mi esperanza rindo.
   Padres ilustres me han dado, 1480
   si no dicha, nobles bríos
   para defender mi fama,
   que ya por tuya la estimo;
   del soldado me libraste,
   líbrame también de Enrico, 1485
   que no mudan la deshonra,
   Bruno, sujetos distintos.
   Mi dueño eres, sé mi esposo;
   tesoros tengo infinitos
   de la fuerza de la guerra 1490
   seguramente escondidos.
   En la calidad te igualo,
   y en el amor excesivo
   te llevo tantas ventajas
   como es el tuyo testigo. 1495
   Con honra, Bruno, me hallaste;
   con ella también te pido
   me dejes, o no te nombres
   de honor y nobleza digno.
BRUNO:      Visora, los desengaños 1500
   sonaron locos hechizos
   en mí de promesas vanas,
   que ya sepulta el olvido.
   No más crédito engañoso,
   no llantos de cocodrilos, 1505
   pues escapé, gloria al cielo,
   seguro de sus peligros.
   El emperador te adora;
   es mi señor, yo le sirvo;
   tú eres suya de derecho, 1510
   por despojo le has cabido.
   No afrentan deshonras reales;
   pues tu fortuna lo quiso,
   ama al César, y perdona.
MARCION:      (A eso voy y aqueso digo.)        Aparte 1515
VISORA:      ¡ Oh, avariento mercader !
   ¡ Que el interés ha podido
   tu valor poner en venta,
   y la fama que te fío !
   Pues mira bien lo que haces, 1520
   que si pierdo el honor mío
   por tu causa, he de trocar
   en rigores vengativos
   el amor que te he mostrado.
BRUNO:      Anda, y deja desatinos. 1525

Vase VISORA

MARCION:      ¿ Y yo podréme volver
   a mi lacayil oficio
   y servirte ?
BRUNO:                      Si, Marción;
   que puesto que ingrato has sido,
   quiero perdonar tus faltas. 1530
MARCION:      Ya son chazas, señor mío;
   pelota rasgada soy,
   pero si medro un vestido,
   vuelto a tu casa dirás.
   vuelve a casa pan perdido. 1535

Vanse los dos.    Salen la EMPERATRIZ, MILARDO y acompañamiento

EMPERATRIZ:      ¿ Que es tan bella, Milardo, la cautiva ?
MILARDO:      Ojos deslumbra y ánimos derriba,
   vencida vencedora,
   a mí me hechiza, al César enamora.
   Si no ataja con tiempo sus desvelos, 1540
   en el infierno de la envidia y celos
   llorará vuestra alteza
   competencias de amor en su belleza.
EMPERATRIZ:      No tendrá Enrico, a quien el alma he dado,
   el gusto de su amor tan estragado, 1545
   que puesto que en ausencia
   cualquier belleza me haga competencia,
   ya que le he visto alegre, me prometo
   las ventajas de amor, siendo su objeto.
   Pero ¿ quién fue el soldado 1550
   que, atrevido, tal presa ha presentado
   al César, dando causa a mis enojos,
   materia a celos y a su amor despojos ?
MILARDO:      Bruno, extranjero y ppbre,
   porque soberbia la bajeza cobre, 1555
   más loco que valiente y animoso,
   subió el primero al muro temeroso,
   enarbolando al viento,
   águilas del imperio, en cuyo asiento
   fijando el estandarte, dio materia 1560
   a su ventura y fin a su miseria,
   pues obligado Enrico
   a su esfuerzo o locura, certifico
   a vuestra majestad que le ha entregado
   en guerra y paz vuestro imperial estado. 1565
  É:ste, rendido el muro,
   a la ciudad bajó, donde seguro
   de la muerte, que a míseros perdona,
   mientras el campo el saco real pregona,
   despreciando riquezas, 1570
   despojos busca sólo de bellezas;
   y salióle dichosa su fortuna
   aun hasta en esto, pues hallando una
   ostentación hermosa
   de la naturaleza prodigiosa, 1575
   a Enrico la presenta,
   con que su fama y su favor aumenta,
   pues rendido el Augusto a sus amores,
   de cargos carga a Bruno y de favores.
   Los despachos le entrega 1580
   de este imperio; que en fin, es pasión ciega
   la voluntad enamorada y loca,
   y no es el alma a resistencias roca.
   En fin, Bruno, señora,
   es el depositario de Visora, 1585
   y porque guarda al César la cautiva,
   el imperio gobierna, y con él priva.
EMPERATRIZ:      Subió el villano presto;
   presto caerá del encumbrado puesto.
   Medios ruines no son escalones 1590
   que iustentan privanzas y ambiciones
   y más si los derriban
   celos y agraviós que en furor estriban.
   Mujer soy agraviada y poderosa;
   para su muerte basta estar celosa. 1595
   Mas ¿ qué es esto ?

Salen LEIDA, dama, con guitarra, y dos SOLDADOS que la conducen prisionera

SOLDADO 1:                              A tu alteza
   prisionera presento esta belleza,
   que huyendo de la furia
   que a esta ciudad castiga por su injuria,
   estos montes vagaba 1600
   y sus penas cantando disfrazaba,
   pues con su melodía
   orbes paraba y vientos suspendía.
EMPERATRIZ:      ¿ Eres música ?
LEIDA:                        Templo
   males con la paciencia, y al ejemplo 1605
   de los trabajos míos,
   suspendo con acentos desvaríos;
   y como es propio efeto
   de la música obrar en el sujeto
   según sus calidades, 1610
   aumentando a tristezas soledades,
   y al contento alegría,
   penas, cantando, a penas añadía;
   que el triste, gran señora,
   mejor entonces canta cuando llora. 1615
EMPERATRIZ:      Si la música aumenta
   la pasión del sujeto en quien se asienta,
   canta envidia y desvelos,
   porque celos aumentes a mis celos;
   crecerá la esperanza 1620
   que tengo, en mis agravios, de venganza.

Canta

LEIDA:      "El que buscare ponzoñas
   de tal virtud y poder
   que maten a sangre fría,
   busque celos en mujer. 1625
   El que venganza desea
   contra el olvido y desdén,
   gue dan la muerte viviendo,
   busque celos en mujer.
   Quien basiliscos buscare, 1630
   áspides quisiere ver,
   y onzas, hurtados sus hijos,
   busque celos en mujer."
EMPERATRIZ:      Basta, no prosigas más;
   todo aqueso vengo a ser, 1635
   ponzoña, venganza, tigre,
   basilisco y áspid fue
   contra Bruno mi sospecha.
   De mi venganza crÜel
   verá efectos, pues que loco 1640
   buscó celos en mujer.

Vase la EMPERATRIZ

SOLDADO 1:      ¿ Qué esto ? La Emperatriz
   arrojando rayos fue
   por los ojos; si sus perlas,
   llamarlos rayos es bien. 1645
MILARDO:      Celos la abrasan el alma,
   y de su infierno crÜel
   siento penas inmortales
   en que me abraso también.
   Envidia de la privanza 1650
   en que encumbrado se ve
   este Bruno venturoso,
   en mí muestra su poder.
   Pero canta, Leida hermosa,
   que si la música es 1655
   suspensión de penas tristes,
   las que siento suspendré.

Canta

LEIDA:      "El que en los príncipes fía,
   y a la cumbre del poder
   por el favor va subiendo, 1660
   mire cómo asienta el pie.
   Por escaleras de vidro
   sube el privado más fiel,
   y es fácil cuando descienda
   o deslizar o romper." 1665

Sale BRUNO, lleno de memoriales que le van dando, y MARCION, con él    suspéndense oyendo cantar

   "Aun en el cielo no tuvo
   seguridad Lucifer,
   pues no hubo más de un instante
   desde el privar al caer.
   Efímera es la privanza, 1670
   mudable el más firme rey.
   Hoy derriban disfavores
   al que ensalzaron ayer."

Vanse todos cantando, y quedan BRUNO y MARCION

BRUNO:      ¡ Que mal pronóstico anuncia
   la música que he escuchado. 1675
   Del augusto soy privado.
   ¿ Si mi caida pronuncia
   el acento temeroso
   que agora acabo de oír ?
   Hoy que comencé a subir, 1680
   ¿ el caer será forzoso ?
   Fui desdichado en amores;
   por la guerra los dejé,
   a Enrico el cuarto obligué;
   mas mujeres y señores 1685
   son fábricas sobre el viento
   porqqe el amor y, privanza
   ponen silla en la mudanza,
   y es peligroso su asiento.
MARCION:      ¡ Qué lleno de peticiones 1690
   te ha ocupado la ambición !
   Ayer dabas petición
   al poder, hoy las dispones.
   A tal subir y privar
   presto ser monarca esperas. 1695
BRUNO:      Acertáras si dijeras,
   a tal subir, tal bajar.
MARCION:      ¿ Pues qué tienes que temer ?
   ¿ Qué recelo hay que te espante ?
BRUNO:      ¿ Que no hubo más que un instante 1700
   desde el subir al caer ?
   ¡ Oh, riesgo de la ambición !
   ¡ Oh, peligros de un vasalio !
MARCION:      No hay hombre cuerdo a caballo,
   pero tente tú al arzón, 1705
   pues con la carrera arrancas,
   y luego no tengas miedo,
   aunque también yo caer puedo,
   porque en fin voy a las ancas.

Sale ENRICO

ENRICO:      Bruno, como es niño Amor, 1710
   no sabe tener sosiego;
   atormenta, como es fuego;
   da priesa, como es furor.
   Al hermoso resplandor
   de Visora cera he sido; 1715
   Icaro soy, que he caído
   del cielo de mi grandeza;
   las plumas de la firmeza
   a su sol se han derretido.
   ¿ Parécete que pretenda, 1720
   mis tormentos dilatando,
   sus favores obligando,
   y que entretanto me encienda,
   o que enamorado ofenda
   leyes de la cortesía, 1725
   y gozándola este día,
   aunque obligaciones tuerza,
   muestre al mundo que no hay fuerza,
   en poder ni en monarquía ?
BRUNO:      Gran señor, el dar consejos 1730
   es de la privanza oficio,
   y el estar en tu servicio
   puede suplir años viejos.
   Los príncipes son espejos
   del mundo, y tú en el sagrado 1735
   solio imperial asentado,
   es razón que alumbres más.
   ¿ Y qué luz después darás
   si eres espejo quebrado ?
   Visora al fin es mujer, 1740
   que, aunque cautiverios llora,
   y su muerto padre agora,
   después te vendrá a querer.
   La justicia en el poder
   su conservación confía; 1745
   ampara la monarquía
   la nobleza y opinión,
   porque el poder sin razón
   más parece tiranía.
   Aunque eres emperador, 1750
   no has de usar, en cuanto amante,
   del poder siempre arrogante;
   que ruegos vencen a Amor.
   Sirve, no en cuanto señor,
   sino como enamorado; 1755
   ruega y regala humillado,
   si al desdén quieres vencer,
   que no es árbol la mujer
   que ofrece el fruto forzado.
ENRICO:      Si no fueras más valiente 1760
   que eres sabio consejero,
   no debieras al acero
   mi privanza.
MARCION:                      Bruno, tente.
ENRICO:      PersÜádesme elocuente
   que no pretenda a Visora 1765
   por fuerza cuando la adora
   el alma que la entregué;
   pero ya, villano, sé
   que en mi ofensa te enamora.
   Suelta la llave que ha sido 1770
   guarda suya, y la ocasión
   de tu privanza.
MARCION:                          (Al arcón,          Aparte
   ¡ cuerpo de Dios !)
BRUNO:                          Si ofendido
   estás porque persuadido
   de mi lealtad te aconsejo, 1775
   perdóname, que ya dejo
   desde aquí de aconsejar,
   porque te puedo quebrar
   siendo, gran senor, mi espejo.
   Como la verdad es dura, 1780
   quiebra tal vez el cristal.
   Yo, gran señor, hablé mal;
   la lisonjeada ventura
   es blanda, y así asegura
   vidrios siempre delicados. 1785
   Lisonjeros sean criados
   y pastores lisonjeros,
   por humildes, verdaderos,
   y por serlo, despreciados.
   Yo estoy tan lejos, señor, 1790
   de ofenderte, siendo amante,
   cuanto desde aquí adelante
   con recelo y con temor
   de caer de tu favor.
   Goza a Visora y procura 1795
   tu esperanza hacer segura,
   que cuando a tus plantas ven
   el mundo, no será bien
   resistirte una hermosura.
MARCION:      (Eso sí--¡ cuerpo de Dios !--    Aparte 1800
   vístete del mismo paño;
   viva y venza aquí el engaño,
   y medraremos los dos.)
BRUNO:      (Padre, si os creyera a vos,        Aparte
   mis estudios prosiguiera, 1805
   y en riesgos no me metiera
   del favor y la privanza.
   Vuestra maldición me alcanza,
   cuanto justa, verdadera.)
ENRICO:      Hoy, Bruno, a privar empiezas. 1810
   Si te quieres conservar,
   sombra has de ser y imitar
   en palacio las grandezas.
   Vuelve a consolar tristezas,
   que si tu discreción sabe 1815
   agradarme, el cargo grave
   gozarás que te di agora.
   Sácame, Bruno, a Visora;
   tráela aquí; toma la llave.
   Pero, detente, que viene 1820
   la emperatriz.
BRUNO:                        (¡ Ay, de mi !          Aparte
   ¿ Que el palacio trata así
   a quien con honras mantiene ?
   ¿ Que tan flaco asiento tiene
   en él el sublime puesto ? 1825
   ¡ Subir y bajar tan presto !)

Sale la EMPERATRIZ

EMPERATRIZ:      ¡ Gran señor !
ENRICO:                        Esposa mía.
EMPERATRIZ:      ¿ Qué nueva melancolía
   os entristece ? ¿ Qué es esto ?

ENRICO habla aparte a BRUNO

ENRICO:      Si tú obediente cumplieras 1830
   lo que te mandó mi amor,
   y necio aconsejador,
   mis deseos no impidieras,
   ni mis tormentos crecieras,
   ni a mi esposa alborotaras, 1835
   haciendo sospechas claras
   que ha visto en mi turbación...
EMPERATRIZ:      ¿ No merece mi afición
   que me hables ? ¿ No te declaras ?
ENRICO:      Entronizar un villano, 1840
   necio y desagradecido,
   causa de mi enojo ha sido.
   Díle indiscreto la mano,
   subió por el viento vano,
   y al mismo paso ha de ser 1845
   fuerza que vuelva a caer:
   pregúntale lo demás.

Vase ENRICO

EMPERATRIZ:      ¿ De aquesa suerte te vas ?
   Celos tengo, y soy mujer.
   Satisfacerlos conviene. 1850
   Ven acá. ¿ Por qué ocasión,
   con tan grande indignación,
   contra ti enojos previene ?
BRUNO:      La culpa esta llave tiene,
   en que me premia y castiga 1855
   quien al silencio me obliga,
   que ha de eslabonar mis daños
   por no creer desengaños.
   Ella la verdad te diga.

Da la llave a la EMPERATRIZ y vase BRUNO. MARCION se finge mudo

EMPERATRIZ:      ¿ Hay tal descomedimiento ? 1860
   Sin responderme se fue.
   Yo, villano, humillaré
   vuestro desvanecimiento.
   Presto seréis escarmiento
   de lo que el favor se muda. 1865
   Satisfaced vos mi duda,
   llave, pues que la sabéis;
   pero cuerda me diréis
   que sois secretaria muda.
  É:ste debe ser criado 1870
   del arrogante extranjero;
   saber de él la causa quiero
   por qué Enrico va indignado.
MARCION:      (¿ No es bueno, que me he quedado        Aparte
   en el potro, donde dudo 1875
   decir, aunque no desnudo,
   la maraña de esta danza ?
   Todo este mundo es mudanza.
   ¡ Por Dios que he de hacerme mudo !)
EMPERATRIZ:      ¡ Hola !
MARCION:                    (Ya empieza a olearme.      Aparte 1880
   Desahuciado debo estar.
EMPERATRIZ:      ¿ Quién sois ?
MARCION:                      (Oír y callar,        Aparte
   si es que pretendo escaparme.)
EMPERATRIZ:      No temáis; llegad a hablarme
   ¿ Servís a Bruno ?
MARCION:                            (Diré                  Aparte 1885
   por senas que no lo sé,
   ni lo que me dice entiendo.
EMPERATRIZ:      ¿ No me respondéis ?
MARCION:                              (Pretendo        Aparte
   de mi lealtad dar hoy fe.)
EMPERATRIZ:      ¿ Qué tiene el emperador ? 1890
   ¿ Por qué se partió severo ?
   ¿ Qué llave es esta ?
MARCION:                              (El primero      Aparte
   que sirve y no es hablador,
   he sido.)
EMPERATRIZ:                    Acaso es traidor
   con el César vuestro dueño; 1895
   ¿ No me respondes si sueño ?
   ¿ Sois mudo ?    Dice que sí.
   Mas mudo en tal traje aquí,
   ¿ es o no ?
MARCION:                    (Cielo risueño,          Aparte
   lleva mi engaño adelante, 1900
   y sácame de este aprieto.
EMPERATRIZ:     É:ste me encubre el secreto
   con engaño semejante;
   mas no pasará adelante
   su cautelosa afición. 1905
   ¡ Hola !
MARCION:                  (Tres con ésta son        Aparte
   las oleadas. ¿ Qué mar
   te pudiera hacer tragar
   tantas olas, dí, Marción ?)

Sale MILARDO con algunos SOLDADOS

MILARDO:      ¿ Llama vuestra Majestad ? 1910
EMPERATRIZ:      Sí, Milardo. Aqueste mudo,
   de cuyas cautelas dudo,
   de un pino al punto colgad.
MARCION:      (¡ Cuerpo de Dios ! Lengua, hablad        Aparte
   y molamos de represa.) 1915
   Gran señora, a mí me pesa
   de no haberte respondido.
   Imágen conmigo has sido
   de milagros. Digo...
SOLDADO 1:                              Apríesa.
MARCION:      ...que yo me llamo Marción, 1920
   sirvo de lacayo a Bruno.
   Fuéle el amor importuno,
   y por aquesta razón
   dejó estudios, aunque sabio;
   dejó amores, aunque ciego; 1925
   dejó padres, galas, juego,
   celos, desdenes y agravio.
   Vino a la guerra, seguíle;
   subió el muro, y ayudéle;
   venció la ciudad, loéle; 1930
   honróle Enrico, y servíle.
   Presentéle cierta dama,
   enamoróse de vella,
   hízole custodio de ella,
   fue mariposa en su llama. 1935
   Quisola agora forzar,
   fuéle a la mano mi dueño;
   esto del privar es sueño;
   comenzóse a desgraciar.
   Quitóle el César la llave, 1940
   temió Bruno el tropezón
   mudó cuerdo de opinión,
   que quien miente, privar sabe.
   Díjole que hacía muy bien,
   que pues era emperador, 1945
   aprétase con su amor.
   Ayudéle yo también;
   réstituyóle a su gracia;
   iba a sacar a la moza,
   pero todo lo destroza 1950
   si se emperra una desgracia.
   Salió entonces vuestra alteza,
   fue perro del hortelano,
   vio su amor, Enrico, en vano,
   dióle su estorbo tristeza, 1955
   trocó el favor en desdén;
   fuése, acabóse la historia.
   Aquí gracia y después gloria
   por siempre jamás, amén.
SOLDADO 1:      Mudo que habla de ese modo, 1960
   ¡ fuego en él ! Callar y huír.
MARCION:      Reventaba por parir
   y eché las parias y todo.
EMPERATRIZ:      Yo he quedado satisfecha,
   celosa y desengañada, 1965
   si con la verdad airada
   libre de amor en sospecha.
   No gozará su esperanza
   el mudable emperador,
   ni el villano intercescor 1970
   de sus gustos, su privanza.
   Toma, Milardo, esta llave,
   goza la ocasión, discreto;
   saca esa mujer, efeto
   de mi agravio y pena grave. 1975
   Llévala de aquí, no viva
   donde pueda darme enojos,
   ni hechizar con torpes ojos
   al César, loca y lasciva.
   Su jurisdicción te entrego; 1980
   goza su amor entretanto
   que yo entre penas y llanto
   de menosprecios me anego.

Vase el EMPERATRIZ

MILARDO:      ¡ Oh, llave de mi esperanza,
   remedio de mi temor, 1985
   premio justo de mi amor,
   y de mi envidia venganza !
   Perdone el emperador,
   que si su vasallo fui.
   Amor, que es dios, puede en mí 1990
   más; así obedezco a Amor.
   Sacaré la prenda hermosa
   que mi lealtad atropella;
   desterraréme con ella,
   que si la patria amorosa 1995
   menosprecio por Visora,
   patria, riqueza y ventura
   llevaré con su hermosura,
   y serviré a mi señora.

Vase MILARDO

SOLDADO 1:      ¡ Lindamente desbucháis ! 2000
MARCION:      El temor causarlo pudo.
   Hacéos vos media hora mudo,
   veréis después lo que habláis.
SOLDADO 1:      ¿ Hácenlo así los discretos ?
MARCION:      Para hinchazón tan odiosa 2005
   es medicina famosa
   una gaita de secretos.

Vanse todos.    Sale VISORA

VISORA:      ¿ Qué es esto, soberbia mía ?
   ¿ Quién os humilló tan presto
   a las leyes del Amor 2010
   y injurias del menosprecio ?
   ¿ Vos de Bruno desdeñada,
   cuando pagaban deseos
   de espíritus generosos
   el ver mis ojos risueños ? 2015
   ¿ Yo, ayer de amor simulacro,
   que a idólatras pensamientos
   pagaba en desdenes locos,
   siendo adorada por ellos,
   de un pobre soldado agora 2020
   menospreciada y a riesgo
   de que mi fama profane
   Enrico, amante soberbio ?
   Eso no, imaginaciones;
   prevenga mi amor primero 2025
   brasas con Porcia y con Dido
   espadas que aliente el fuego.

Sale MILARDO

MILARDO:      A daros, Visora hermosa,
   la libertad que no tengo
   me envía la emperatriz 2030
   abrasada en vuestros celos.
   Hale declarado Bruno
   el amor que Enrico, ciego,
   os tiene, y que determina
   forzaros torpe y violento. 2035
   Dióle la llave que veis,
   y juntamente consejo
   que os quite la hermosa vida,
   digna de siglos eternos.
   Hanme hecho su ejecutor, 2040
   pero yo, que en solo véros,
   vivo adorándoos, Visora,
   si es vida vivir muriendo;
   si admitís servicios nobles
   y un alma que humilde ofrezco, 2045
   leal a vuestro servicio;
   si agradecéis mis deseos,
   huír con vos determino
   con voluntario destierro,
   y mejorar amoroso 2050
   la corte por el destierro.
   Casarémonos los dos,
   y con el traje grosero
   disfrazaremos las almas,
   de nobles, villanos vueltos. 2055
   No respondáis desdeñosa
   a los nobles pensamientos,
   que en vez de daros la muerte
   os eligen por mi dueño.
VISORA:      ¿ Bruno aconseja a la Augusta 2060
   que me dé muerte ?
MILARDO:                          Esto es cierto.
VISORA:      ¡ Oh, bárbaro, mal nacido !
   ¿ Ya añades a tus desprecios
   nuevos agravios y enojos ?
   Satisfaréme, y con ellos 2065
   verás lo que es un amor
   vuelto en aborrecimiento.
   Como a ese ingrato enemigo
   mates, Milardo, primero,
   en satisfacción dichosa 2070
   el alma y vida te entrego.
MILARDO:      Pues hoy daré muerte a Bruno.

Sale BRUNO

BRUNO:      ¿ A Bruno matan; qué es esto ?
VISORA:      ¡ Traidor, ingrato, villano,
   alma vil en noble cuerpo ! 2075
   Venganzas son contra injurias;
   castigos contra consejos.
   Si mi muerte deseabas,
   permitieras al acero
   del soldado violador 2080
   cumplir su bárbaro intento.
   ¿ Porque te quise me matas ?
   ¿ Porque mi opinión defiendo ?
   ¿ Porque desprecio al augusto ?
   ¿ Porque insultos aborrezco ? 2085
BRUNO:      ¿ Qué dices, Visora bella ?
MILARDO:      Las traiciones con que has hecho
   agravio a aquesta hermosura,
   que agora vengar pretendo.
BRUNO:      ¡ Oh, bárbaro ! ¿ Tú te atreves 2090
   a injuriarme ?
MILARDO:                        En este acero
   hallarán satisfacciones
   sus agravios y mis celos.

Meten mano y sale ENRICO por una parte y la EMPERATRIZ y MARCIO por otra

ENRICO:      ¡ Traidores ! ¿ En mi palacio
   desnudáis armas ? Prendeldos. 2095
EMPERATRIZ:      ¿ Qué voces, señor, son ésas ?
ENRICO:      Dos locos y descompuestos
   a la inmunidad sagrada
   de mi casa...
MILARDO:                      Yo confieso
   cuan mal, gran señor, he andado; 2100
   mas si castigar excesos
   contra tu fama, merecen
   perdón de mayores yerros,
   Bruno, a quien has confiado
   los despachos del imperio, 2105
   encumbrado en tu privanza,
   y con tu favor, soberbio,
   dentro tu mismo palacio
   con torpes atrevimientos
   quiso gozar a Visora; 2110
   y hubiera llegado a efecto,
   si con la espada en la mano,
   de justa cólera ciego,
   no impidiera desatinos
   traidores y deshonestos. 2115
   Si no basta esta disculpa,
   divide de aquesté cuello
   la cabeza que te ofende.
BRUNO:      ¡ Qué escucho, piadosos cielos !
   ¿ Yo intenté tan gran delito ? 2120
VISORA:      Gran señor, mi honor le debo
   a Milardo, defensor
   de la joya de más precio.
   Verdad es cuanto te ha dicho.
EMPERATRIZ:      ¿ Este es, señor, el sujeto 2125
   tan digno de vuestra gracia,
   célebre con tanto extremo ?
   Quien deja vasallos fieles
   por encargar el gobierno
   a un humilde advenedizo, 2130
   la culpa se eche a sí mesmo.
   Justas quejas habéis dado
   a mis inocentes celos,
   que satisfacéis confuso
   con vergÜenza y con silencio. 2135
   Si en vos, que sois la cabeza,
   tiene el mundo tal ejemplo,
   ¿ qué espera la cristiandad ?
   ¿ qué harán en ella los miembros ?
   Volved, gran señor, en vos, 2140
   y a apetitos deshonestos,
   resistencias generosas
   pongan victoriosos frenos.
   Visora le dé a Milardo
   la mano, en fe que agradezco 2145
   la defensa de su honor,
   como salga de aquí luego;
   y quien a vuestra privanza
   subió con tan malos medios,
   derribad, pues que es indigno 2150
   del favor que le habéis hecho.

Vase la EMPERATRIZ

ENRICO:      Desnudad este villano
   de las insignias, que han hecho,
   cuanto más nobles en él,
   más indignos sus empleos. 2155
   Bástele esto por castigo,
   que si matarle no quiero,
   es por pagar, aunque ingrato,
   su mal empleado esfuerzo.
   Yo os perdono a vos Milardo, 2160
   éste honrado atrevimiento,
   y a Visora por esposa
   liberalmente os concedo.
   Llevadla a vuestros estados,
   y sírvame de escarmiento 2165
   para no fiar de hazañas,
   lo que agora experimento.
   Salid de mi corte, vos,
   que quien, su padre ofendiendo,
   fue contra sus canas malo, 2170
   no será para mí bueno.

Vase ENRICO

VISORA:      Así castiga desdenes,
   descortés, ingrato, el cielo.
   Escarmentad en vos mismo,
   si escarmienta nunca el necio. 2175

Vase VISORA

MILARDO:      En tres días de privanza,
   Bruno, serviréis de ejemplo
   al mundo. Presto subísteis;
   no es mucho que caigáis presto.
   Revolved otra vez libros, 2180
   y estudiad, Bruno, de nuevo
   derechos que os hagan sabio,
   que en privanzas no hay derechos.

Vase MILARDO

MARCION:      ¿ Qué privanza tercianaria
   es esta, señor ? Tornemos, 2185
   pues a tres va la vencida,
   desde el principio este juego.
   Privado eres de alquitar;
   quien te vió dando gobiernos
   en aqueste triunvirato, 2190
   y agora quedarte en pelo,
   dirá que eres rey de gallos,
   que en los tres días de antruejo
   triunfaste, y ya te desnuda
   el miércoles ceniciento. 2195
   Triangulada es tu ventura,
   para bonete eres bueno,
   de tres esquinas.    Señor,
   voyme a buscar amo nuevo.
   Adiós, señor tres en raya, 2200
   que pues contigo no medro,
   quien se muda, Dios le ayuda.
   El me ayude, pues te dejo.

Vase MARCION

BRUNO:      ¡ Oh, sagrados desengaños !
   Pues no me curáis el seso, 2205
   curad mi ciega inquietud,
   alumbrad mi entendimiento.
   ¡ En tres días de privanza
   tanta confusión ! ¿ Qué es esto ?
   Fié en hombres.    ¿ Qué me espanto ? 2210
   Si crió Dios al primero,
   y de un soplo le infundió
   el alma, animando el cuerpo,
   por fuerza se ha de mudar
   si fue su principio el viento. 2215
   ¡ Qué confiado dormía
   Jonás, a la sombra puesto
   de una hiedra, que secó
   un gusanillo pequeño !
   Hiedra es la privanza humana; 2220
   royóla la envidia, y luego
   faltóle al favor la sombra,
   quedé a la inclemencia puesto.
   Dichoso soy; sin razón,
   piadosa deidad, me quejo; 2225
   embosquéme en laberintos
   de lazos y penas llenos.
   Si anduve tres días perdido,
   dichoso llamarme puedo,
   pues la salida he hallado 2230
   de su confusión tan presto.
   No más engaños de amor,
   no más favores soberbios,
   no más príncipes mudables,
   no más cargos y gobiernos. 2235
   Peregrino he de vivir,
   y pregonar escarmientos
   por el mundo a los mortales;
   conmigo el ejemplo llevo.
   Quien desengaños buscare, 2240
   mercader soy que los vendo,
   pues el mayor desengaño
   puede en mí servir de ejemplo.


ACTO TERCERO

Salen ROBERTO, LUCIO y FILIPO, estudiantes

ROBERTO:      ¡ Notable ingenio !
LUCIO:                              ¡ Espantoso
   monstruo es Bruno en todas ciencias ! 2245
ROBERTO:      Con exceso se llevara
   la cátedra, aunque con ella
   se llevara la tiara.
FILIPO:      No hay quien le haga competencia.
LUCIO:      A su maestro Dión, 2250
   con ser águila en las ciencias,
   se aventaja aqueste monstruo.
ROBERTO:      Así él mismo lo confiesa,
   y como ha caído malo,
   y la muerte se le acerca, 2255
   que a su cátedra se oponga
   me han dicho que le aconseja.
LUCIO:      Es Dion un grande santo;
   a Dios goza acá en la tierra;
   llórale todo París, 2260
   que de él maravillas cuentan.
ROBERTO:      En fin, ¿ a la oposición
   se hallan el rey y la reina
   de Francia ?
LUCIO:                      Quieren honrar
   a Bruno, y por experiencia 2265
   ver lo que la fama a voces
   de su mucho estudio cuenta.
FILIPO:      Si lee cátedra de prima
   y es canónigo en la iglesia
   de París, no será mucho 2270
   que lleve una mitra.
ROBERTO:                              Y sea
   la de arzobispo de Remes,
   o un capelo le engrandezca.
LUCIO:      Los reyes y los doctores
   salen al acto.
ROBERTO:                        A mi cuenta 2275
   está un argumento.
FILIPO:                              Todos
   delante la real presencia
   argÜiremos, aunque Bruno
   nos concluya y nos convenza.

Salen BRUNO, de clérigo, MARCION, de gorrón, MARCELA y LAURA, damas, de estudiantes, el REY, la REINA, doctores y estudiantes de la universidad.    Tocan música. Los reyes se colocan en un sitial. BRUNO en una silla, y delante un bufete con unas conclusiones. Los doctores y estudiantes siéntanse en un banco, y en otro MARCELA, LAURA y MARCION. Levántase BRUNO, y siéntase luego al empezar

BRUNO:      Cuestión antigua y reñida, 2280
   con no pocas competencias,
   es, cristianísimos reyes,
   amparo de la ley nuestra,
   entre sabios y soldados
   sobre cuál profesión sea 2285
   mayor en nombre y en fama,
   o las armas o las letras.
   No me atreveré a mostrar
   cuál de los dos lo merezca,
   por no ofender a la una, 2290
   aunque en cátedras y guerras
   seguí entrambas profesiones,
   que respeto en la grandeza
   del cristianísimo rey
   la espada, noble defensa 2295
   de la fe por tantos siglos;
   mas diré por cosa cierta
   que letras y armas se hermanan,
   y sólo se diferencian
   en que las armas se ayudan 2300
   de las corporales fuerzas,
   como las letras del alma,
   pues unas y otras pelean.
   Las armas son instrumentos
   belicosos, que sujetan, 2305
   mediante el valor invicto,
   materiales resistencias;
   las letras, con argumentos,
   silogismos y entimemas,
   que convencen el discurso 2310
   y la más noble potencia.
   Este al presente me toca,
   puesto que temblar pudiera
   delante la majestad
   y soberana grandeza 2315
   de los católicos reyes;
   mas si el argÜir es fuerza
   donde el ánimo acredita
   y donde el temor alienta,
   en la oposición que he hecho 2320
   a la cátedra suprema
   de la sacra teología,
   que está vaca en las escuelas,
   por no volver las espaldas,
   el mantener será fuerza 2325
   los puntos que me han cabido,
   aunque pobre en suficiencia.

Levántase y descúbrese

   Y así, sacras majestades,
   luz de la sangre francesa;
   rector, maestro decano, 2330
   digno de memoria eterna;
   insigne universidad,
   donde viven en su esfera
   las musas y las virtudes,
   el saber y la elocuencia, 2335
   proponiendo mi cuestión
   en nuestra lengua materna,
   porque mejor la perciba
   la reina, señora nuestra,
   digo en el punto asignado 2340
   y escogida controversia,
   que es, si puede la criatura
   ver de Dios la eterna esencia,
   con su virtud propia sola,
   y si hay naturales fuerzas 2345
   que a ver en Dios sean bastantes
   la beatífica presencia.
   Ciertos filósofos hubo
   en la platónica escuela
   que ser posible afirmaron 2350
   ver de Dios la esencia eterna
   una criatura finita
   en esta vida; que tenga
   virtud un hombre mortal
   en si para comprenderla. 2355
   De este error blásfemo y loco
   dan a Eudomio por cabeza,
   de quien eudomios se llaman
   los que siguen esta secta.
   Así lo refieren muchos, 2360
   como son Pselo y Nicetas,
   San Gregorio Nazianceno,
   Crisóstomo, Homilia tertia,
   de incomprensibilidad
   de Dios, y otros mil que en Grecia 2365
   se opusieron valerosos
   contra sus plumas perversas.
   Siguieron estos errores
   después con bárbaras lenguas,
   Beguardo, Beguino y otros, 2370
   con que en Alemania siembran
   ponzoñosas herejías,
   que ya condenadas quedan,
   conforme una clementina
   del concilio de Viena. 2375
   Y entre otras autoridades
   que puedo traer con ella,
   basta alegar a San Pablo,
   sol claro de nuestra iglesia,
   que escribiendo a Timoteo, 2380
   en la epístola primera
   y en el capitulo sexto,
   dice de aquesta manera,
   "Dios habita eternamente
   luz inaccesible, eterna, 2385
   la cual ningún hombre vió,
   ni es posible pueda verla."
   Dejando, pues, este error
   como herético y sin fuerzas,
   pues ya no hay tan loco ingenio 2390
   que le apadrine y defienda,
   digo, que afirmaron otros,
   puesto que con agudeza,
   Distinción cuarenta y nueve
   del cuarto de las sentencias, 2395
   al número veinticuatro
   cuestión segunda y tercera,
   que aunque Dios no puede verse,
   por ser sol de luz inmensa,
   conforme a la orden común 2400
   de nuestra naturaleza;
   porque según este orden
   nadie es posible le entienda,
   si con sentidos corpóreos
   primero al alma no entra, 2405
   y siendo espíritu puro
   de Dios la divina esencia,
   no hay sentido que le alcance,
   por no tocar a su esfera.
   Con todo eso, realzando 2410
   nuestra natural flaqueza,
   según el orden de gracia,
   la Divina Omnipotencia,
   puede una pura criatura
   alcanzar la inteligencia 2415
   de Dios, y en mortales lazos
   ver la soberana esencia.
   Esta opinión es de Scoto,
   sobre la parte tercera
   de la distinción catorce, 2420
   quaestione prima; y se prueba,
   porque toda facultad
   y cognitiva potencia
   que de algún modo termina
   al objeto su agudeza, 2425
   quitado el impedimento
   extrínseco, que estorbo era
   para producir el acto
   y efecto que nace de ella,
   luego al momento obra fácil; 2430
   sed sic est, que a la potencia
   del entendimiento humano,
   por más finito que sea,
   toca el conocer a Dios,
   pues es su naturaleza 2435
   un objeto inteligible
   que en su latitud se encierra.
   Luego si el impedimento
   de la corpórea materia
   se quita, según la gracia, 2440
   ¿ no habrá quien a Dios no entienda ?
   Pruebo la mayor asimili.
   La vista, que en las tinieblas
   no puede ver la color,
   que es su circa quam materia, 2445
   luego que sale la luz,
   echando el estorbo fuera
   que impedía sus efectos,
   produce visión perfecta;
   igitur, si Dios quitase 2450
   las imperfecciones nuestras
   y el conocer sin especies
   que los sentidos presentan
   su Divinidad, ¿ quién duda
   que si immediate se viera, 2455
   del entendimiento humano
   ser conocido pudiera ?
   Pero todo esto, no obstante,
   mi conclusión verdadera
   es, que no hay pura criatura 2460
   que con naturales fuerzas
   vea la esencia divina,
   la pueda gozar, ni entienda,
   si con la lumbre de gloria
   Dios no realza y eleva 2465
   el criado entendimiento,
   y animando su flaqueza,
   le da celestial valor
   con que hasta su objeto vuelva.
   Esta clara conclusión 2470
   es de fe, según lo prueba
   en el lugar ya citado,
   el Concilio de Viena,
   y como tal, adrmitida
   de la católica iglesia, 2475
   me excusa de autoridades
   que puedo excusar por ella.
   Pero ratione probatur;
   entre el objeto y potencia
   tiene de haber proporción 2480
   natural, medida y cierta.
   Dios es objeto infinito
   de virtud pura y inmensa;
   finito el entendimiento
   humano.    Luego está fuera 2485
   de la latitud debida.
   Luego confesar es fuerza
   que entre nuestra mente y Dios
   no hay proporción verdadera.
   Luego para conocerle 2490
   es necesario que tenga
   una calidad sublime
   que de suerte le engrandezca
   mediante su actividad
   que pueda subir por ella 2495
   a la divina visión,
   que lumbre de gloria sea.
   Otros muchos argumentos
   alegara en mi defensa;
   pero los propuestos bastan, 2500
   pues para que resplandezca
   la verdad de mi doctrina,
   las impugnaciones vuestras,
   doctores sabios, ilustres,
   la harán más constante y bella. 2505
MARCION:      ¡ Vitor, Bruno, vive Dios !
   ¿ Qué papagayo pudiera
   hablar con más elegancia ?
   ¡ Vitor, Bruno !
MARCELA:                        ¡ Ay, prima bella !
   que me hechiza aqueste hombre 2510
   con los ojos, con la lengua,
   con el talle, con la cara,
   con su gracia, con su ciencia.
LAURA:      Todo lo merece Bruno,
   que es Fénix de la edad nuestra. 2515
   Calla agora y escuchemos
   los doctores que argumentan.

ROBERTO, en pie y descubierto

ROBERTO:      Contra vuestra conclusion
   habita, primo, licentia
   a serenissimus regibus 2520
   de la cristiandad defensa,
   et a domino rectore
   et decano, en quien se muestra
   en iguales paralelos
   la virtud y la nobleza, 2525
   et a tota schola in qua
   en hermosa competencia,
   resplandent sciencioe et virtutes
   quae adquirunt famam aeternam
   acutissime Magister, 2530
   águila de nuestra escuela,
   este argumento propongo,
   que parece me hace fuerza.
   Decís que no puede ver
   de Dios la naturaleza 2535
   un entendimiento humano
   mientras que lumbre no tenga
   de gloria; pues sic insurgo,
   inútil es la potencia
   que no se reduce al acto, 2540
   como Aristóteles prueba.
   Luego si a Dios, que es objeto
   inteligible, no llega
   la potencia intelectiva,
   por más finita que sea, 2545
   en vano Dios la crió,
   y Dios saldrá de la esfera
   de inteligible, que es cosa
   absurda. Probo sequelam,
   Dios no se puede entender 2550
   de quien con lumbre no venga
   de gloria; luego es forzoso
   que inteligible no sea.
BRUNO:      Arguit sic dominus rector,
   inútil es la potencia 2555
   que no se reduce al acto,
   como el filósofo enseña.
   Concedo este antecedente
ROBERTO:      Ergo, como a Dios no vea
   el humano entendimiento, 2560
   inútiles son sus fuerzas
   y en balde Dios le crió.
BRUNO:      Niego aquesa consecuencia.
ROBERTO:      Pruébola. Es inteligible
   Dios; luego es fuerza se entienda. 2565
   No puede el entendimiento
   humano entenderle.    Queda,
   según esto, defraudado
   de su virtud, o conceda
   que no es Dios inteligible. 2570
BRUNO:      Respondo de esta manera.
   Nuestro entendimiento humano
   entiende lo que sus fuerzas
   alcanzan, no más, que es propio
   de todo agente y potencia. 2575
   No puede alcanzar a Dios,
   cuya latitud inmensa
   excede infinito y puro
   nuestra natural flaqueza.
   Luego ¿ por eso no es 2580
   inteligible ? Es quimera,
   afirmar tan grande absurdo.
   El Padre Eterno, que engendra
   al Verbo de su substancia,
   entiende su misma esencia, 2585
   siendo el Hijo sacrosanto
   el acto y la especie expresa
   de su intelección divina.
   Luego ya probado queda
   que es inteligible Dios. 2590
   Si no tiene el hombre fuerzas
   para entendeRle ¿ estará,
   decid, aquesa impotencia
   en Dios ? De ninguna suerte,
   que es primera inteligencia, 2595
   sino en nuestro entendimiento,
   eso sí, cuya flaqueza
   no alcanza, por ser finito,
   a la infinita excelencia.
   Luego, es más inteligible 2600
   de cuantas cosas encierra
   la máquina que crió.
   Y porque el hombre le vea,
   pues por sí sólo no basta,
   cría una luz pura y bella, 2605
   que llaman lumbre, de gloria,
   para que a nuestra potencia
   de antojos de larga vista
   sirva, con que alegre llega
   al sol Dios, de quien depende 2610
   nuestra beatitud eterna.

Levántase

TODOS:      ¡ Vitor ! ¡ Vitor !
REY:                          Eso basta,
   No se arguya más, pues muestra,
   Bruno, cuán bien empleada
   es la cátedra que lleva. 2615
   De mi parlamento os hago.
BRUNO:      Déle el cielo a vuestra alteza
   las dos coronas del mundo,
   pues tan magnífico premia
   mis merecimientos cortos. 2620
REINA:      También corre por mi cuenta
   el honraros, Bruno sabio.
BRUNO:      ¿ Qué honra de más grandeza
   que la de haberos tenido,
   gran señora, aquí ?
REINA:                                         Quisiera 2625
   que hubiera vaca una mitra
   que honrara vuestra cabeza.
   Yo me acordáré de vos.
BRUNO:      Pisen las lunas turquescas
   vuestras flores de lis de oro 2630
   imperando ambos en Grecia:

Vanse los reyes

ROBERTO:      Conmutéis, señor doctor,
   la cátedra que se aumenta
   por regirla vos, en mitra
   de la más sublime iglesia. 2635
LUCIO:      Darme puedo el parabién
   a mí, por lo que interesa
   con tal maestro mi dicha.
FILIPO:      París de hoy más se renueva,
   pues por oráculo os tiene. 2640
BRUNO:      Ya yo sé mi suficiencia
   y cuan corteses honráis,
   señores, mis pocas prendas.
   Aquí estoy para serviros.
LUCIO:      La universidad espera 2645
   veros honrando un capelo.
BRUNO:      ¿ Qué más honra qué con ella ?

Vanse los estudiantes

MARCELA:      Si pueden dar amores
   parabienes en vez de dar favores,
   el mucho que os enseño 2650
   os los da, que aunque en cuerpo tan pequeño,
   vive un amor gigante
   que os desea, cual sabio, ver amante.
BRUNO:      No entiendo vuestro enigma.
LAURA:      ¿ Cuando lleváis la cátedra de prima, 2655
   que vuestro ingenio exalta,
   decís, señor, que entendimiento os falta ?
BRUNO:      Es facultad diversa
   la que en amor, no en cátedra, conversa.
MARCELA:      ¡ Ay, Bruno ! yo os adoro. 2660
MARCION:      ¡ Oxte, puto !    Muchachos, guardá el toro.
   ¡ Fuego de Dios !    Resina,
   oliéndome vais hoy a chamusquina.
MARCELA:      Bruno, vuestra presencia,
   discreción, elegancia y suficiencia, 2665
   desde el dichoso día
   que os vio para perderse el alma mía
   en Aviñón de Francia,
   aunque el amor en mi fue una ignorancia
   hasta allí no entendida, 2670
   luego os rendí la libertad y vida,
   siguiéndoos en el traje
   que estoy hasta París, de mi linaje
   y nobleza olvidada,
   sólo en vos, Bruno, transformada. 2675
   Quiso mi poca suerte,
   para darme tormento si no muerte,
   que al sacerdocio santo
   subisteis dando fuentes a mi llanto,
   y bastara, a ser cuerda, 2680
   para olvidaros esto, mas recuerda
   amor con imposibles,
   en fe de que son llamas invencibles,
   pues si os amaba antes,
   ya os adoro con fuerzas tan constantes, 2685
   que si me sois ingrato,
   seré de Dido un mísero retrato.
   Laura, pues compañera
   de mis desdichas eres, sé tercera
   de mis remedios; díle 2690
   lo que le quiero, y el cuchillo afile
   de su crueldad si intenta
   despreciar el amor que en mí aumenta.
LAURA:      Por vos las dos andamos
   tierras extrañas que hoy peregrinamos 2695
   con el disfraz violento
   que veis. Pues Fénix sois de entendimiento,
   de voluntad agora
   lo sed, agradeciendo a quien adora
   vuestro talle gallardo, 2700
   que si correspondiente no os aguardo,
   juzgaré a grosería
   la ciencia que os ilustra aqueste día,
BRUNO:      ¡ Oh, invencible hermosura !
   No hay resistencia para vos segura. 2705
   ¡ Oh, ciegas pretensiones !
   ¿ Qué pretendéis con tantas invenciones ?
   Ni en mi patria bellezas,
   ya seguras rendidas fortalezas,
   que a costa de seis años 2710
   pararon en dañosos desengaños;
   ni en la guerra, soldado,
   de Amor desnudo escapa Marte airado,
   pues aun padezco agora
   persecuciones largas de Visora, 2715
   sino que hasta en las letras,
   libros derribas, cátedras penetras.
   Deidad ciega y desnuda,
   pues de estado mudé, de intento muda.
   Ya me acogí a sagrado; 2720
   del sacerdocio gozo el sacro grado.
   Mas--¡ ay, pasión tirana--
   ¿ qué inmunidad, qué asilo no profana
   tu fuego, si hay ejemplos
   de que violentas, como chozas, templos ? 2725
   Pobre de mí, que al paso
   que intento resistirme, más me abraso !
MARCION:      Si son las dos mujeres,
   aun no tan malo, pues que gallo eres.
   Juzgábalos varones, 2730
   y recelaba en ellos chicharrones.
   Apretemos con ellas,
   ¡ cuerpo de Dios !    Si te parecen bellas,
   si leer determinas,
   que también el Amor paga propinas; 2735
   y mientras que las cobras,
   reduciendo palabras a las obras,
   si dormit ista tecum,
   ista me servirá de vademécum.
MARCELA:      Responde agradecido, 2740
   o mátame, si intentas con olvido
   pagar, Bruno, amor tanto.
VOZ:      ¡ Cuerpo santo !                        Dentro
BRUNO:                    ¿ Qué es esto ?
VOZ:                              ¡ Cuerpo santo ! Dentro

Sale ROBERTO

ROBERTO:      Murió Dión, si es cordura
   decir que murió quien vive 2745
   la vida que le apercibe
   el cielo, y eterna dura.
BRUNO:      ¡ Válgame el cielo !
ROBERTO:                              París
   a voces santo le llama,
   y divulgando la fama 2750
   que por las calles oís,
   desde el plebeyo hasta el noble
   a su túmulo se allega,
   y como a santo le ruega.
   No hay campana que se doble; 2755
   antes repicando todas
   con nunca vistas señales,
   en vez de honrar funerales,
   fiestas le aprestan de bodas.
   Sus ropas cuantos le ven 2760
   van a cortar a pedazos,
   y el cuerpo, huesos y brazos
   quisieran llevar también,
   a no hacerles resistencia
   la catedral clerecía, 2765
   que con su cuerpo este día
   aumenten la reverencia
   de su templo, pues que vienen
   a añadir la devoción
   con este santo varón 2770
   de las reliquias que tienen.
BRUNO:      Toda es deuda merecida
   de la mucha santidad
   de Dión, su cristiandad,
   limosnas, virtud y vida. 2775
   Tiene nuestra corte llena
   de fama que le bendiga;
   no hay lengua que de él no diga
   mil bienes.
ROBERTO:                      París ordena,
   con un entierro pomposo, 2780
   que le traigan a palacio,
   donde los reyes despacio,
   de su cuerpo milagroso
   las santas reliquias vean
   y le admitan por patrón. 2785
MARCELA:      Era un gran santo Dión.
   Justamente en él se emplean
   honras de concurso tanto.
ROBERTO:      Ya llegan con él aquí.
MARCELA:      Quiérame bien Bruno a mi, 2790
   y sea o no Dión santo.
ROBERTO:      En la capilla real
   le depositan, y en ella
   quieren por favorecella,
   que con pompa funeral 2795
   los oficios se le hagan;
   y que han llegado recelo.
BRUNO:      Servicios hechos al cielo
   de aqueste modo se pagan.
ROBERTO:      El rey y reina son estos. 2800
MARCION:      ¿ Cuando dos ninfas amamos,
   de requiem, señor, estamos ?
   Sucesos temo funestos.

Salen LUCIO, FILIPO, el REY y la REINA con acompañamiento y estudiantes,    Traen unas andas y en ellas a DION, difunto, de clérigo, con bonete y borla. Los reyes llegan a besar la maito del muerto, y al mismo tieinpo arrodillanse LUCIO, FILIPO y otros

REY:      llegad a reverenciar,
   esposa y señora mía, 2805
   al santo que en este día
   nos ha de patrocinar
   con Dios.
REINA:                      A quien El levanta
   toda majestad se humilla.
ROBERTO:      Escuchad, que la capilla 2810
   el fúnebre oficio canta.

Cantan dentro

VOCES:      In memoria aeterna erit justus;
   ab auditione mala non timebit.

Levantándose de medio cuerpo, y echándose luego que habla

DION:      Por justo y recto jÜicio
   de Dios, Juez Soberano, 2815
   a jÜicio voy.
REINA:                        ¡ Ay, cielo !
REY:      ¡ Qué portento tan extraño !
REINA:      Sacad de aquí ese difunto,
   que no es posible sea santo
   quien pone en duda espantosa 2820
   su salvación.
ROBERTO:                      ¡ Gran milagro !
REY:      ¡ Válgame el cielo ! ¿ Es posible
   que un hombre tan estimado
   en boca de todo el vulgo,
   y por santo respetado, 2825
   ejemplo de la virtud,
   en la doctrina un San Pablo,
   un San Hilario en la vida,
   un Gregorio en el recato
   un Antonio en penitencia, 2830
   cuando los nobles, los bajos,
   desde la cama hasta el cielo
   subir dichosos pensaron,
   su salvación ponga en duda,
   y que él mismo haya afirmado 2835
   que Dios le llama a su juicio
   ante su tribunal santo ?
MARCELA:      ¡ No sé si vivo o si muero !
LAURA:      ¡ Las carnes me están temblando.
MARCION:      De miedo mortal estoy 2840
   medio desabotonado.
ROBERTO:      ¡ Hay asombro semejante !
FILIPO:      El corazón se me ha helado
   en medio el pecho.
LUCIO:                              Mejor
   es, Filipo que nos vamos. 2845
REINA:      Sacadme de aquí este cuerpo.
BRUNO:      Reina y señora, rey sabio,
   doctores siempre discretos,
   escuchadme y sosegaos.
   No es digno de tanto asombro 2850
   la que veis, puesto que espanto
   os cause que os hable un muerto,
   que siempre asombra lo raro.
   Dión fue en París y en Francia
   por santo reverenciado, 2855
   y hasta agora no tenemos
   certeza de lo contrario.
   Que va a juicio confiesa.
   ¿ Qué indicios da de pecados ?
   Ni, ¿ quién dirá por aquesto 2860
   que Dios le haya condenado ?
   Con su divina justicia
   ¿ quien hay recto, quién hay santo,
   si con ella David dice
   que nemo justificatur ? 2865
   ¿ Pierde el tesorero fiel
   su crédito y fama en algo
   porque el rey le llame a cuentas
   y al recibo ajuste el cargo ?
   Antes, si sale bien de ellas, 2870
   por prudente y recatado,
   queda con nombre mayor
   y con su crédito en salvo.
   ¿ Qué justo puede alabarse
   que le haya perdonado 2875
   en el jÜicio severo
   un pensamiento liviano ?
   Podrá ser que este difunto
   tan bien haya administrado
   los talentos de su vida, 2880
   que con Dios cuenta ajustando
   salga con nombre de fiel,
   y premiándole su mano,
   llame testigos el cielo
   de la gloria que ha ganado. 2885
   Por santo le tienen todos.
   ¿ Quién será tan temerario,
   porque Dios le llame a cuentas,
   que ose afirmar que no es santo ?
   No le ha sentenciado el juez, 2890
   pues cuentas le está tomando.
   Sepamos cuál sale de ellas,
   si libre, si condenado.
   No sin causa quiere el cielo
   que los que viéndole estamos, 2895
   para mayor honra suya,
   que va a juicio sepamos.
   Prosigan, si vuestra alteza
   gusta, los oficios sacros,
   que ya podrá ser que quede 2900
   del cielo canonizado.
REY:      Dices, maestro, muy bien.
   Hasta agora sólo ha dado
   noticia que va a juicio;
   ¿ qué hombre hay que alcance tanto, 2905
   que del Tribunal eterno
   libre quede, si el más santo
   teme el dar cuentas a Dios ?
   Jerónimo está temblando
   con la trompeta al oído 2910
   y la voz de "levantáos,
   muertos, a dar a Dios cuenta."
   Pues si él tiembla ¿ qué me espanto,
   que, imitándole Dión,
   nuestro olvido despertando, 2915
   freno ponga a nuestros vicios,
   y así quiera escarmentarnos ?
   Prosiga el fúnebre oficio.
MARCELA:      ¡ Ay, amor torpe y liviano !
   Si a un santo pide Dios cuenta, 2920
   ¿ qué será de mí ?
ROBERTO:                          ¡ Caso raro !

Cantan dentro

VOCES:      Responde mihi quantas habeo
   iniquitates et peccata, scelera mea
   atque delicta ostende mihi.

DION, alzándose de nuevo

DION:      Por justo y recto jÜicio 2925
   de Dios, Juez Soberano,
   en jÜicio estoy.
REY:                          Volvió
   segunda vez a avisarnos
   el aprieto en que se ve.
REINA:      Y en mí acrecientan desmayos 2930
   que me asombran. ¡ Santo Dios !
   ¡ Qué espantoso y triste caso !
MARCION:      Marción, desde hoy libro nuevo.
   No más sisas en el rastro,
   en la plaza, ni taberna, 2935
   si con bien de aquesta salgo.
MARCELA:      ¡ Jesús ! Laura, aqueste aviso
   reprehende mis pecados.
   Yo haré enmienda en mi vida.
LAURA:      Vida nueva desde hoy hago. 2940
REY:      Muestre aquí mi real valor
   el esfuerzo necesario.
   El fin tengo de saber
   de aqueste suceso extraño.
   Pues dice que está en jÜicio, 2945
   el fin que tiene sepamos
   tan severa y justa cuenta.
   Prosiga el oficio sacro.

Cantan

   Responde mihi, quantas habeo
   iniquitates et peccata, scelera mea 2950
   atque delicta ostende mihi.
DION:      Por justo y recto jÜicio
   de Dios, salgo condenado.
REINA:      ¡ Jesús sea con nosotros !
TODOS:      ¡ Jesús mil veces !
REINA:                              Huyamos. 2955

Vase la REINA

REY:      ¡ Oh, ciega opinión del mundo !
   ¡ Oh, jÜicios temerarios !
   ¡ Qué de ello hay que saber
   en un corazón humano !
   ¿ Dión se condenó, cielos ? 2960
   ¿ El caritativo, el santo,
   el recogido, el virtuoso,
   el humilde, el cuerdo, el casto ?
   ¡ Qué diferentes que son,
   Dios eterno y soberano, 2965
   vuestros divinos secretos
   de los nuestros, siempre falsos !
ROBERTO:      Yo pienso que la soberbia
   que al querub ha derribado
   y engaña a la hipocresía, 2970
   a Dión ha condenado;
   porque cuando morir quiso
   dijo, loco y temerario,
   más que humilde, justo y cuerdo,
   "No quiero que en este paso, 2975
   según su misericordia
   me juzgue Dios, porque aguardo
   que por rigor de justicia
   me dé el cielo que han ganado
   mis virtudes y paciencia." 2980
   Y quien fía de si tanto,
   que por santo se averigua,
   condenarse no es milagro.
REY:      Si eso dijo, justamente,
   por loco y desatinado 2985
   la justicia le condena
   quien da a la gracia de mano.
   Yo voy tan lleno de asombros
   como bien desengañado
   de que mientras uno vive, 2990
   hasta en el último paso,
   no puede fiar de sí,
   pues como avisa San Pablo,
   quien está en pie, tenga cuenta
   no caiga, que es todo engaños. 2995

Vase el REY

MARCELA:      Al fin se canta la gloria.
   No hay hombre cuerdo a caballo;
   camino es aquesta vida
   llena de enredos y lazos.
   En un monasterio quiero, 3000
   si hasta aquí me he despeñado,
   buscar por sendas estrechas
   otro más seguro y llano.
LAURA:      En todo quiero imitarte.
MARCION:      Desde hoy me vuelvo ermitaño 3005
   o motilón de un convento.
   Adiós, mundo inmundo y falso.

Vanse MARCELA, LAURA y MARCION

BRUNO:      ¿ Qué hacemos aquí suspensos,
   señores ? ¿ Qué dilatamos
   nuestra salvación ? ¿ Qué hechizos 3010
   nos desvanecen ? ¿ Qué encantos ?
   ¿ Qué importan letras y estudios,
   dignidades, honras, grados,
   libros, cátedras, oficios,
   si se condenan los sabios ? 3015
   Dichoso el pobre pastor
   que entre el grosero ganado,
   ignorante para el mundo,
   para los discretos zafio,
   es para Dios elocuente. 3020
   Decid, ¿ qué le aprovecharon
   fama y opinión de bueno
   a quien para Dios fue malo ?
   Abrid los míseros ojos;
   no os predican desengaños 3025
   los vivos ya solamente;
   los muertos nos están dando
   voces y ejemplos seguros.
   Púlpitos son ya de humanos
   los túmulos, desde donde 3030
   un muerto está predicando.
   Si desengaños buscáis
   donde con torpes halagos
   no os divirtáis, el que veis
   es el mayor desengano. 3035
   Dión, tenido en París
   por un vivo simulacro
   de santidad y virtud,
   sin bastarle los trabajos
   de estudios y de desvelos, 3040
   el verse reverenciado
   de los príncipes y reyes,
   de los plebeyos y bajos;
   sin dalle ayuda sus letras,
   magisterios, honras, cargos, 3045
   se condena, y por su boca
   pronuncia su horrendo fallo.
   ¿ Y esperaremos nosotros
   en las cortes y palacios,
   entre ocasiones lascivas, 3050
   entre tanto enredo y lazo
   salir libres ? ¿ No es locura ?
   Amigos, desengañáos,
   pues el que presente vemos,
   es el mayor desengaño. 3055
   A vida tan breve y corta,
   a tan inefable plazo,
   a juez tan recto y severo,
   a tan apretados cargos,
   ¿ no despertamos, señores ? 3060
   ¿ Nos dormimos descuidados ?
   ¿ Nos entretenemos locos ?
   ¿ Nos divertimos ingratos ?
   Si un predicador difunto
   no es suficiente a quitarnos 3065
   vendas de los ojos ciegos,
   prisiones de pies y manos,
   ¿ qué desengaño lo hará ?
   ¿ Tan contumaces estamos
   que ya para convertirnos 3070
   son necesarios milagros ?
   ¡ Oh, mil veces venturosos
   desengaños !    Ya me aparto
   de ocasiones, pues he visto
   hoy el mayor desengaño. 3075
ROBERTO:      A persuasiones tan ciertas,
   ¿ qué bronce, Bruno, qué mármol
   podrá resistir rebelde ?
   Un muerto vivo está dando
   liciones al ambicioso, 3080
   y un vivo muerto miramos
   en ti, pues al mundo mueres
   y predicas desengaños.
   Pues de los despeñaderos
   nos apartas, ve guiando 3085
   al camino, que nosotros
   queremos seguir tus pasos.
LUCIO:      Por mi capitán te elijo.
FILIPO:      A tu sombra asegurado
   procuraré desde hoy más 3090
   escarmentar mis pecados.
BRUNO:      Eso sí, amigos discretos;
   en los desiertos y campos
   aún no está un hombre seguro,
   ¿ cómo lo estará en patacio ? 3095
   En ellos Pedro a Dios niega,
   y para llorar agravios
   hechos contra el cielo,
   busca cuevas que ocultan peñascos.
   Lloremos con él nosotros, 3100
   y también con él huyamos
   ocasiones engañosas,
   pues lo son de vuestro daño.
   Una orden de vivir
   muriendo, quiero enseñaros, 3105
   donde aprisionéis sentidos,
   enemigos no excusados;
   freno a la lengua el silencio
   ha de poner, y candados
   a los oídos y ojos, 3110
   si nos despeñan regalos.
   Penitencias nos den vida;
   perpetuo ayuno le mando
   a mi cuerpo, sin que guste
   otro manjar que pescado. 3115
   Prisión y cárcel perpetua
   tendrán a los pies livianos
   a raya, y en su clausura
   darán al alma descanso.
   No ha de entrar mujer 3120
   jamás en parte donde vivamos,
   ni en la iglesia que labremos,
   que así el peligro excusamos.
   Si este modo de vivir
   admitís, y como hermanos 3125
   debajo de la conducta
   de Dios, os llamáis soldados,
   respondedme brevemente.
ROBERTO:      Todos humildes te damos
   la obediencia desde aquí, 3130
   poniendo a tus pies los labios.
BRUNO:      Pues supliquemos a Dios
   ponga su divina mano
   y ayude nuestros principios,
   porque firmes prosigamos. 3135
   Pero, atended; ¿ qué es aquesto ?

Se pondrán de rodillas.    Suena música, y aparece sentado en un sitial el Papa HUGO, y un ANGEL va bajándo por invención, con siete estrellas en la mano

LUCIO:      Un ministro soberano,
   abriendo Dios nuestros ojos
   y su potencia llevando,
   al sucesor de San Pedro 3140
   llega, y con celestes rayos
   consuela nuestro temor.
   ¡ Qué favor tan soberano !
ANGEL:      Piloto, que este gobierno
   de la nave que surcando 3145
   almas para Dios flectúa,
   tienes dichoso en la mano;
   Dios quiere que prevalezca
   a tu sombra y con tu amparo
   una nueva religión, 3150
   que Bruno desengañado
   comienza a fundar agora.
   A tus pies con seis letrados
   que con él el mundo dejan,
   vendrá; procura animarlos, 3155
   que todos siete han de ser
   fundamentos soberanos
   de esta fábrica divina,
   significada en los rayos
   de estas siete estrellas puras. 3160
   Ya les da sitio y espacio
   el valle de la Cartuja,
   de quien el renombre santo
   tomará su religión.

Cúbrese con música el ANGEL

HUGO:      Si alista tales soldados 3165
   nuestra militante iglesia,
   postrará viles contrarios.
   Yo les doy mi bendición.

Cúbrese el Papa

BRUNO:      Dadme todos esos brazos
   en albricias de mi gozo, 3170
   y en ejecución pongamos
   nuestros propósitos justos.
ROBERTO:      Si escarmienta el cuerdo y sabio
   en desengaños, aquéste
   es el mayor desengaño.


FIN DE LA COMEDIA