Tirso de Molina
La república al revés



Personas que hablan en ella:
  • IRENE, Emperatriz
  • CONSTANTINO, su hijo
  • CAROLA, Infanta
  • LIDORA, dama suya
  • MELISA, pastora
  • FLORILO, pastor
  • ITALIO, pastor
  • HONORATO, senador
  • Cuatro GUARDAS
  • Unos PRESOS
  • CAMILA, criada
  • ROSELIO, Infante
  • LEONCIO, camarero
  • ANDRONIO, caballerizo
  • MACRINO, Secretario
  • Dos CRIADOS
  • TARSO, pastor
  • DINAMPO, pastor
  • DAMON, alcalde
  • CLODIO, galán
  • LISO, pastor
  • El REY de Chipre
  • RELATOR
  • La FORTUNA
  • Unos CAZADORES
  • SOLDADOS


ACTO PRIMERO

Salen marchando soldados, y detrás de ellos IRENE, armada con bastón y corona de emperatriz !

IRENE:      Cesen, griegos, las trompetas;
   cesen las cajas también;
   haced los pífanos rajes
   y los clarines romped;
   abatid los estandartes 5
   y no los enarboléis,
   que el placer de mis victorias
   ya es pesar y no placer.
   ¡ Ay, Constantinopla ingrata,
   patria a tus hijos crÜel ! 10
   ¿ Este es mi recibimiento ?
   ¿ Este el triunfo imperial es ?
   ¿ Así mis hazañas pagas,
   cuando entrar en ti pensé
   sobre el victorioso carro 15
   entre el bélico tropel ?
   ¿ Cuando entendí que el senado,
   debajo el palio y dosel
   me llevara a Santa Sofia
   yo a caballo y él a pie, 20
   y adornando tus paredes
   de damasco y brocatel,
   tus calles, de flores llenas,
   fueran calles de un vergel ?
   ¿ Agora, cuando aguardaba 25
   recibir el parabién
   de tantos reinos ganados,
   tantos cetros a mis pies;
   ahora, senado ingrato;
   ahora, griego sin ley, 30
   el imperio me quitáis
   porque mi hijo goce de él ?
   Yo le quiero coronar,
   pues vosotros lo queréis,
   descubra su excelso trono 35
   el imperial sumiller,
   y ruego al cielo que os rija,
   vasallos griegos, tan bien,
   que defienda vuestro imperio
   sin que me hayáis menester. 40

Tocan música; descubren una cortina detrás de la cual estará, debajo de un dosel, COSTANTINO, y a sus lados, y en pie, LEONCIO, ANDRONIO, MACRINO, y otros.    A un lado, en una mesilla, estará sobre una fuente de plata la corona, el estoque, y el mundo

CONSTANTINO:      Injustas quejas has dado,
   madre, en aquesta ocasión
   al griego imperio y senado
   que muestran el ambición
   con que el mundo has gobernado. 45
   ¿ Qué mayores quejas dieras
   si, cuando a Grecia vinieras
   triunfando con regocijo,
   en vez de imperar tu hijo
   un extraño imperar vieras ? 50
   ¿ Tan mal, madre, galardona
   el imperio tu persona,
   si el día que entras triunfando
   a tu hijo le está dando
   del imperio la corona ? 55
   Basta, que tu desatino
   --que este nombre ha de tener--
   a vituperarme vino;
   Semíramis querrás ser
   y hacerme a mí infame Nino. 60
   Porque mientras que atropellas
   bárbaros, y cuerpos huellas
   con guerra que el mundo abrasa
   me quede encerrado en casa
   hilando con tus doncellas. 65
   Hijo tienes que ya alcanza
   en la milicia alabanza;
   holandas, madre, dibuja;
   que a la mujer el aguja
   le está bien, mas no la lanza. 70
IRENE:      Si hombre en el imperio hubiera,
   Constantino, que hasta ahora
   le amparara, Irene fuera
   Penélope tejedora,
   no Semíramis guerrera. 75
   Mas si cuando el Persa vino
   las telas del raso y lino
   con oro y perlas bordara,
   ¿ quién sus escuadras echara
   del imperio, Constantino ? 80
   Los hombres no, que en regalos
   y femeniles placeres,
   por huir sus intervalos
   hilaran como mujeres
   y fueran Sardanapalos. 85

Tocan música y sube a coronarle IRENE; pónele la corona en la cabeza

   Hágate Dios gran monarca,
   y tanto, que este laurel
   ciña lo que el Sol abarca,
   y triunfes del moro infiel
   sin que lo estorbe la Parca. 90

Dale el estoque

   Toma aqueste estoque agudo
   que hoy te ofrece, emperador,
   tu imperio, limpio y desnudo,
   en señal que en su favor
   has de acudir como acudo. 95
   Dátele limpio y derecho
   porque en ninguna ocasión,
   si has de ser juez de provecho,
   le ha de manchar la pasión
   ni ha de torcerle el cohecho. 100
   Si por dádivas le sueltas
   vivirás con mil revueltas,
   que el juez que por interés
   tuerce la justicia es
   espada con muchas vueltas. 105
   La cruz de este estoque mira,
   y verás salir a luz
   un consejo que me admira;
   siempre has de mirar la cruz
   cuando estuvieres con ira; 110
   que su piadosa presencia
   amansará tu violencia,
   y fue invención extremada
   poner juntas en la espada
   la justicia y la clemencia. 115

Dale el mundo

   Toma este globo, en quien fundo
   tu imperio, y serás gigante,
   o nuevo Alcides segundo,
   pues, cual si fueras Atlante,
   te han cargado todo el mundo. 120
   Siempre has de vivir así,
   la espada desenvainada
   junto al mundo que te di,
   porque en dejando la espada
   te dejará el mundo a ti. 125
   Quiero decir que es en vano
   el librar de algún tirano
   tu imperio si te desarmas,
   que el reino que está sin armas
   deslízase de la mano. 130
   Tenlo bien, siendo prudente,
   que con la prudencia sola
   gobernarás bien tu gente,
   porque como el mundo es bola
   rodaráse fácilmente. 135
   La cruz que ves de ese modo
   es la ley de Dios, y estima
   su ley, a que te acomodo,
   que por aqueso está encima,
   porque Dios es sobre todo. 140
   Con tres cruces galardona
   el imperio tu persona,
   y cada cual es pesada;
   púsote cruz en la espada,
   en el mundo y la corona. 145
   Ruego al cielo que no des,
   cuando ruede la Fortuna,
   con tanta Cruz al través,
   que si Dios cayó con una,
   ¿ que harás tú llevando tres ? 150
CONSTANTINO:      Cesa, madre, de agorarme,
   si no quieres enojarme,
   que yo me sabré tener,
   y cuando venga a caer
   será para levantarme. 155
   Constantino soy, mi nombre
   dice constancia; resiste
   tu temor y no te asombre,
   que pues que tú te tuviste,
   yo me tendré, que soy hombre. 160
   Vamos, amigos, que presto
   veréis a mis plantas puesto,
   sin temor de enojos vanos,
   el mundo que está en mis manos.
   Mas--¡ válgame Dios !--¿ qué es esto ? 165

Levántase y al bajar cae en tierra con el estoque que se le quiebra, el mundo y la corona,

   Caí en tierra y la espada
   se me quebró.
IRENE:                        Mi recelo
   aumenta la suerte airada.
LEONCIO:      La corona dio en el suelo,
   y el mundo.
CONSTANTINO:                      No se os dé nada, 170
   que a tanta soberbia vuelo
   que si con caer no diera,
   señal que me basta el suelo,
   guerra al mismo cielo hiciera
   hasta conquistar el cielo. 175
IRENE:      Diversa interpretación
   adivina el corazón.
   Ahora bien, yo determino
   irme a vivir, Constantino,
   a una aldea y recreación 180
   que dos leguas de este espacio
   está, donde en su floresta
   seré, viviendo despacio,
   si hasta aquí Belona, Vesta,
   que ya me enfada el palacio; 185
   y dando a Marte de mano,
   imitaré a Diocleciano,
   que tuvo por vituperio
   la púrpura del imperio
   hecho en Dalmacia hortelano. 190
CONSTANTINO:      Bien haces, anda con Dios,
   que allí podrá tu viudez
   descansar.
IRENE:                    Trono, de vos
   caí en tierra una vez
   y no quiero caer dos. 195
   En vos me vi entronizada,
   mas caí por ser pesada,
   y es milagro asiento falso
   que, cayendo de tan alto,
   no salgo descalabrada. 200
CONSTANTINO:      ¿ Vaste ?
IRENE:                    Aguardo a que me des
   los brazos.
CONSTANTINO:                      Adiós, que es tarde;
   acompañadla los tres.
IRENE:      Dios, griego imperio, te guarde,
   que vas a dar al través. 205

Vase.    Salen dos CRIADOS

CRIADO 1:      Una flota entra en la barra
   y alegre en el puerto amarra,
   dando al viento los grumetes,
   flámulas y gallardetes.
CONSTANTINO:      A ocasión vendrá bizarra, 210
   si es mi esposa, que ella sola
   aguardo.
CRIADO 2:                    Griego monarca,
   la bella infanta Carola
   en el puerto desembarca.
CONSTANTINO:      ¿ Mi esposa es ? ¡ Caballos, hola ! 215

Vanse todos si no es LEONCIO, y quédase el mundo en tierra

LEONCIO:      Mundo, en tierra os han dejado;
   ¿ cómo estáis tan despreciado ?
   Con honra poca os reciben;
   mas no es mucho que os derriben
   por los que habéis derribado. 220
   ¿ Levantaréos, mundo ? Sí,
   que aunque pagáis mal, me fundo
   en levantaros, vení;
   mas pues os levanto, mundo,
   levantadme vos a mí. 225
   Pero si he de caer luego,
   dejadme así, mundo ciego,
   que será el subir trabajo
   si me habéis de echar abajo.

Dentro

VOZ:      Leoncio, emperador griego. 230

Abrese el mundo en cuatro partes, y de en medio sale una mano con una corona de laurel

LEONCIO:      ¡ Cielos ! El mundo se ha abierto
   y una mano sale de él
   que, haciendo mi temor cierto,
   me da el imperial laurel.
   ¿ Sueño ? No, que estoy despierto. 235
   Buenas señales son éstas,
   si no se vuelven funestas;
   vamos, que quiero pagaros,
   mundo, este bien con llevaros,
   aunque sois pesado, a cuestas. 240

Vase.    Suena ruido de desembarcar. Dicen de dentro

MARINERO 1:      ¡ Chipre !
MARINERO 2:                    ¡ Constantinopla !
TODOS:                                    ¡ Grecia ! ¡ Grecia !
MARINERO 3:      Echa a tierra la puente y pasadizo.
   ............................ -ecia].

Salen por una puerta CONSTANTINO, LEONCIO, ANDRONIO y MACRINO; por otra parte echan desde la popa de una galera un pasadizo al tablado, y bajan por él CAROLA, la infanta; LIDORA, dama; ROSELIO, su hermano, y otros

CONSTANTINO:      Palafrenes traed, caballerizo, 245
   para la Infanta y damas.
ROSELIO:                                  ¡ Qué bien precia
   esta ciudad el mundo, y qué bien hizo
   el magno Constantino en ilustrarla
   y con su nombre, imperio y silla honrarla !
CAROLA:      ¡ Famoso puerto y espaciosa playa ! 250
   No es tal la de mi patria Famagusta.
ROSELIO:      Dudo que igual en toda Europa la haya.
MACRINO:      Ya está en tierra la que ha de ser Augusta.
ROSELIO:      El César viene.
CAROLA:                        ¡ Ay, Dios !    Aquella saya
   compón, Lidora, presto; el cuello ajusta. 255
LIDORA:      Todo está bueno, no llegues a ello.
CAROLA:      ¿ Y el tocado ?
LIDORA:                      También.
CAROLA:                              Mira el cabello.
CONSTANTINO:      Deme su mano vuestra gran belleza.
CAROLA:      Más razón, gran monarca, es que yo pida
   la vuestra.
CONSTANTINO:                      ¿ Cómo viene vuestra alteza ? 260
CAROLA:      Para serviros, vengo agradecida
   al mar, que en paz a ver vuestra grandeza
   me trajo.
CONSTANTINO:                    Quedará la mar corrida
   de que la tierra, bella Infanta, os cobre,
   pues sin vuestra belleza queda pobre. 265
ROSELIO:      Envidiosa a lo menos justamente
   puede estar del favor que con vos gana,
   invicto emperador de todo oriente,
   a sus orillas mi dichosa hermana;
   y por la mucha parte que al presente 270
   me cabe de merced tan soberana,
   los pies os beso, emperador augusto.
CONSTANTINO:      Roselio, Infante, alzad.
ROSELIO:                                  Aquesto es justo.
CONSTANTINO:      ¿ Dejaste con salud al rey ?
ROSELIO:                                        Con ella
   para serviros queda.
CONSTANTINO:                              ¿ Y a Ariodante ? 275
CAROLA:      El príncipe, mi hermano, se querella
   de que haya coyuntura semejante
   para os servir y ver, y que con ella
   .......................... -ante] 280
   le detenga mi padre. Levántale, Lidora.

Cáesele un guante, levántale LIDORA, dásele de rodillas, y túrbase CONSTANTINO en verla

CONSTANTINO:      ¿ No hay criados aquí ? Dejad, señora;
   del suelo os levantad, y...

Aparte los dos

LEONCIO:                                      ¿ No oyes esto ?
   ¿ No miras cómo el César se ha quedado ?
ANDRONIO:      Tiene la dama garabato y gesto 285
   picante.
LEONCIO:                  Y aun el alma me ha picado.
CAROLA:      ¿ Qué accidente, señor, ha descompuesto
   vuestro semblante así ? ¿ Qué os ha turbado ?
CONSTANTINO:      (¡ Válgame el cielo ! ¡ Que un mirar sÜave      Aparte
   suspenda el alma y sus sentidos trabe ! 290
   ¿ No es bueno que al momento que me vieron
   aquellos ojos cuya luz me abrasa
   dió un vuelco el corazón y suspendieron
   sus actos mis suspiros ? Lo que pasa
   a los que ayuda al homicida dieron, 295
   que entrándole a buscar el juez, la casa
   trasiega toda, de ese mismo modo
   me ha trasegado amor el pecho todo.)
CAROLA:      ¿ No me diréis, señor, qué os ha turbado ?
CONSTANTINO:      No sé a fe; un accidente sentí ahora 300
   que me inquieta, algo que...
CAROLA:                                ¿ Y hase aliviado ?
CONSTANTINO:      Un poco estoy mejor; venid, señora,
   que mientras mi imperial corte y senado
   estatuas os levanta y arcos dora,
   y la entrada magnífica os previene, 305
   fuera de la ciudad que estéis conviene.
   Mi palacio de monte es maravilla
   de toda Grecia, y sus jardines bellos
   distan de la ciudad sola una milla;
   a los de Chipre olvidaréis en ellos, 310
   sus cercas besan de la mar la orilla.
   (Y yo tengo de ser, si llego a ellos,      Aparte
   Tarquino de Lidora, si es Lucrecia,
   aunque se pierda como Roma Grecia.)
CAROLA:      Como yo viva en vuestra compañía, 315
   de Chipre olvidaré prados y huertos,
   que sois emperador del alma mía,
   y así con vos son Chipres los desiertos.
CONSTANTINO:      ¡ Ay sol hermoso de mi obscuro día;
   de mi muerte verás indicios ciertos 320
   si no te gozo !
CAROLA:                        Yo soy desdichada,
   a estáis malo, señor, ¿ qué habéis ?
CONSTANTINO:                                          No es nada.
   Venid, infanta. Apreste Grecia fiestas
   en mi casa del monte, que a mi esposa
   festejen.
CAROLA:                    Todas me serán molestas 325
   hasta que de esa suspensión penosa
   la causa sepa.
CONSTANTINO:                        (Amor, hoy manifiestas    Aparte
   la fuerza de tu mano poderosa.)

Hablan los dos aparte

   ¡ Ay Leoncio !
LEONCIO:                      ¿ Qué tienes ?
CONSTANTINO:                                  ¿ No es Lidora
   mejor para imperar que su señora ? 330
LEONCIO:      Mucha belleza tiene, mas no es tanta
   que merezca, señor, ser preferida
   a la infanta.
CONSTANTINO:                      ¿ Qué dices a la infanta,
   al sol de quien recibe su luz vida ?
   Emperatriz la haré.
LEONCIO:                              Si así te encanta, 335
   gozarla puedes, sin que aqueso impida
   el imperar tu esposa.
CONSTANTINO:                                ¿ Es vituperio,
   que a quien el alma doy la dé mi Imperio ?
   Ya aborrezco, Leoncio, vive el cielo,
   la hermosura que alabas en Carola. 340
LEONCIO:      (Y a mí, con ser el corazón de hielo,    Aparte
   le ha bastado a encender Lidora sola.)
CONSTANTINO:      ¿ Qué dices ?
LEONCIO:                      Que te dió hechizos recelo.
CONSTANTINO:      Dices verdad; vio el alma y hechizóla.

A ella

   Vamos, señora.
LEONCIO:                        (Si esta pasión dura,    Aparte 345
   la vida he de perder por su hermosura.

Vanse.    Salen DINAMPO, FLORINO, TARSO y MELISA, pastores

DINAMPO:      Mi parecer es de viejo.
   ¿ La emperatriz all aldea ?
   Que muy bien venida sea;
   haga fiestas el concejo. 350
TARSO:      ¿ Por qué es la fiesta ?    ¿ Quién viene
   al puebro ?
FLORINO:                    La emperadora.
TARSO:      ¿ Cuándo ?
FLORINO:                  Luego.
TARSO:                        ¿ Agora ?
FLORINO:                                Agora.
TARSO:      ¿ Que la emperatriz Irene
   viene ? Pues ¿ a qué ?
DINAMPO:                                A vivir, 355
   en su casa de pracer.
TARSO:      ¿ Y el imperio ?
DINAMPO:                        Era mujer
   y no le pudo sufrir.
TARSO:      Pesa mucho; ¿ mas en quién
   le renunció ?
DINAMPO:                      En Constantino. 360
MELISA:      ¡ Oh, qué grande desatino !
TARSO:      Plegue a Dios que lo haga bien.
FLORINO:      Diz que es un disparatado.
TARSO:      Dejemos esto y vení,
   que pues ella viene aquí 365
   he de ser muy su privado.
DINAMPO:      Luego, ¿ conóceos ?
TARSO:                              Sí, a fe.
DINAMPO:      Pues haráos mucho servicio.
FLORINO:      Buena vida.
TARSO:                    Será vicio;
   con ella me entretendré. 370

Vanse. Salen LIDORA y CONSTANTINO

LIDORA:      Tu Alteza, invicto César, se reprima;
   que aunque es de mucha estima que el augusto
   me tenga amor, no es justo, ni conviene,
   que quien a servir viene, se prefiera
   a su señora.
CONSTANTINO:                        Espera, por el cielo, 375
   que de mi fuego, es hielo su presencia.
LIDORA:      Más muestra la experiencia que le abrasa,
   pues tan presto se casa vuestra alteza;
   porque, si su belleza le enfriara,
   claro está que aguardara que en la corte, 380
   pues no hay para qué importe que sea agora
   le diera mi señora como esposa
   la mano generosa. Mas pues veo
   que le obliga el deseo a que en un monte
   y desierto horizonte dé la mano 385
   a mi señora, es llano que le aflige
   la dilación, y elige lo más breve
   por mejor; que a ser nieve, no se diera
   tal prisa; que el que espera, cuando arde
   todo lo juzga tarde y, si aborrece, 390
   un siglo le parece que es instante.
CONSTANTINO:      Cuando alzastes el guante que me distes,
   y viéndoos yo, rendistes mis suspiros;
   por no verse perdidos previnieron
   el remedio que vieron conveniente; 395
   y como amor ardiente se repara
   con otro amor, gustara que este medio
   sirviera de remedio. Remediarme
   quise con desposarme, porque he oído
   que entre esposa y marido amor desnudo 400
   hace un sabroso nudo. Desposéme,
   aborrecí, y heléme tan helado,
   que aunque no la he gozado, ya me siento
   con arrepentimiento de lo que he hecho.
   El tálamo y el lecho que me espera 405
   esta noche quisiera se abrasara.
   Si yo a Carola amara, ¿ de qué modo
   a vos, Lidora, toda el alma diera ?
   La llama verdadera, y el perfeto
   amor, sólo a un objeto se termina, 410
   sólo a un blanco se inclina su sentido;
   que el amor repartido no merece
   nombre de amor, ni ofrece amor sus leyes
   tan capaces...
LIDORA:                        Los Reyes, griego augusto,
   tienen muy ancho el gusto y apetito. 415
   Nunca tiran a un hito solamente;
   en su amor aparente hay la mudanza,
   que en su misma privanza venlo todo,
   y el ver como es de modo, que de él nace
   cuando el objeto aplace el desearlo 420
   y es fácil alcanzarlo, porque adquieren
   los Reyes cuanto quieren; sus empleos
   son como sus deseos: pues ¿ qué mucho,
   si a la experiencia escucho, esta certeza
   que quiera vuestra alteza a mi señora 425
   la emperatriz y ahora juntamente
   a mí obligarme intente ?
CONSTANTINO:                                  Bien arguyes,
   pero no me concluyes; porque entiendas
   que tus hermosas prendas sólo han hecho
   tributario mi pecho y a ti sola, 430
   despreciando a Carola, estimo y quiero,
   esta noche prefiero tu hermosura
   a la suya; procura que entretanto
   que con su negro manto está la noche
   del transparente coche desterrada 435
   goce el alma abrasada tu belleza;
   que tú serás cabeza de mi imperio,
   y en dulce cautiverio presa el alma
   que tienes puesta en calma, haré que el orbe,
   sin que la envidia estorbe dichas tantas, 440
   se postre a aquesas plantas; tu señora
   te servirá, Lidora, y aunque sea
   emperatriz, no crea ningún hombre
   que lo es más que en el nombre.
LIDORA:                                        ¡ Qué abundante
   que promete un amante pretendiente, 445
   y qué apocadamente cumple luego
   que se aplacó su fuego ! No harás nada;
   quedaréme criada, pobre y sola,
   y emperatriz Carola; muy mal labras
   tus gustos con palabras, pues son viento. 450
   En cumpliendo tu intento seré necia
   y fea; la que precia el primer fruto
   es cuerda y da tributo al yugo tierno
   del sacramento eterno, que al fin dura.
CONSTANTINO:      La perfecta hermosura nunca enfada; 455
   mas después de gozada, si es perfeto
   el amor, más sujeto está el amante,
   más firme, más constante y apacible;
   ¿ no es siempre apetecible lo que es bueno ?
LIDORA:      Lo bueno como bueno, es gran regalo; 460
   pero en razón de malo mala cosa.
CONSTANTINO:      ¡ Ay mi discreta hermosa que me vences
   cada instante y convences ! Yo te adoro,
   y aunque el bello tesoro de tus brazos
   con violentos abrazos hoy pudiera 465
   forzarle si quisiera, no me agrada
   la voluntad forzada, y al contrario
   el amor voluntario me combate;
   de remedio se trate que me abraso,
   mi sol, mi luz, mi fe.
LIDORA:                                Paso, Constantino. 470
CONSTANTINO:      Si me amas, determino hacer que Oriente
   dé perlas a tu frente y cuanto abarca;
   serás griega monarca y reina sola;
   mandarás a Carola.
LIDORA:                            (¡ Oh interés loco !      Aparte
   Venciste poco a poco, mucho puedes; 475
   cazáronme tus redes.)
CONSTANTINO:                                ¿ Correspondes
   a mi amor ? ¿ Qué respondes ?
LIDORA:                                    Que, pues fuerza
   no me has hecho, me fuerza no haberla hecho
   a que dentro del pecho te reciba.
CONSTANTINO:      ¡ Viva Lidora, viva tu hermosura ! 480
   ¡ Ya es cierta mi ventura !
LIDORA:                                    El cómo traza,
   y adiós, que me embaraza la vergÜenza.
   (¿ Qué habrá en el mundo que interés no venza ?) Aparte

Vase

CONSTANTINO:      Sansón, ¿ qué vale cuando al campo sale
   con las puertas a cuestas que de Gaza 485
   arranca fiero, si una mujer traza
   que en la tahona, ciego, a un bruto iguale ?
   ¿ Qué vale Alcides con amor; qué vale
   cuando leones vence y despedaza,
   si vuelta rueca su invencible maza 490
   a hilar le obligan el amor y Onfale ?
   Sardanapalo, no tuvo vergÜenza
   cuando sentado cual mujer le vieron
   desceñirse la rueca por regalo.
   ¿ Qué mucho, pues, que una mujer me venza, 495
   no siendo yo más fuerte que lo fueron
   Sansón, Alcides y Sardanapalo ?

Sale LEONCIO

LEONCIO:      ¿ Yo competencia a un César ? ¿ Yo a su dama
   amor ? Cielos, ¿ qué es esto ? Mas, ¿ qué importa
   que compita en amar, si en el imperio 500
   compito ? ¿ Una voz dulce no me ha dado
   nombre de emperador ? Pues si pretendo
   lo más, que es el imperio, ¿ qué milagro
   que pretenda lo menos, que es Lidora ?
   Mas--¡ ay !--vana ambición, déjame un poco, 505
   que temo que me quieres volver loco.
CONSTANTINO:      ¡ Leoncio !
LEONCIO:                    Gran señor.
CONSTANTINO:                                Ya dió Lidora
   el deseado sí de mi esperanza;
   el tálamo aprestado aquesta noche
   para Carola, quiero que lo ocupe 510
   la Venus Cipria que me abrasa el alma.
LEONCIO:      (¿ Qué escucho, cielos ? Pues, señor, ¿ tú esposa ? Aparte
CONSTANTINO:      No me la nombres; volveráse a Chipre
   con su padre.
LEONCIO:                      ¿ Qué dices, gran Monarca ?
   Hoy te acabas de desposar con ella, 515
   ¿ y quieres con afrenta tan notable
   que a su padre se torne ?
CONSTANTINO:                                  Pues ¿ qué agravio
   le puedo hacer, si antes de gozarla
   a su padre la vuelvo ?
LEONCIO:                              Dirá el mundo
   mil oprobios de ti, y el rey, su padre, 520
   podrá con justa causa hacerte guerra.
   Mira, señor, que tienes en tu corte
   a Roselio, su hermano, y que en sabiendo
   el agravio que hacerle determinas
   incitará a su padre a la venganza. 525
CONSTANTINO:      Poco importa, que echándole de Grecia
   y ocupándole lejos en la guerra
   no sabrá mis intentos. El ejército
   que está en Egipto contra el Soldán turco
   no tiene capitán general, quiero 530
   con este cargo honroso desterrarle
   y hacer que allá le den veneno o muerte,
   quitaremos de en medio aqueste estorbo.
   Otra dificultad hay mayor que ésa,
   que es el estar mi madre viva y libre, 535
   y temo que si ve mis desvaríos
   ha de quitarme libertad e imperio;
   que la adoran de suerte los soldados
   de toda Grecia, que me dicen lloran
   por verla del imperio retirada. 540
   Pero si con prenderla quedo libre,
   prenderéla.
LEONCIO:                    ¿ Qué dices ?
CONSTANTINO:                                Pues ¿ es mucho
   que por asegurar mi gusto, prenda
   a mi padre, mi madre y mi linaje ?
   De aquesta suerte viviré seguro. 545
   Tomaré por achaque de prenderla
   que levantarse quiso. Llama a Andronio
   y haz que a mi madre ponga en una torre,
   y toma aquesta llave de mi cámara,
   y engañando a Carola, haz que a Lidora 550
   en su lugar aquesta noche goce,
   que yo voy luego a despachar a Egipto
   a Roselio; que importa que se parta
   para quitar estorbos a mi gusto.

Vase

LEONCIO:      ¡ Ay ciego Emperador ! ¡ Ay loco Augusto ! 555
   No querrá el cielo ni mi amor que goces
   aquesta noche a quien el alma he dado.
   La llave de su cámara es aquésta,
   yo haré que entienda ser Lidora hermosa
   la que le aguarda en su lasciva cama, 560
   cuando a acostarse vaya, y que esté en ella
   la pobre emperatriz que ya aborrece;
   que yendo a obscuras con silencio mudo,
   creyendo que es Lidora la que aguarda,
   no se sabrá mi provechoso enredo 565
   y yo a Lidora gozaré con nombre,
   esta noche, del César Constantino.
   Buena traza es ésta si se logra;
   yo voy a ejecutarla, aunque la vida
   pierda, que por tal prenda es bien perdida. 570

Salen FLORILO, DINAMPO, ITALIO y TARSO, pastores, y MELISA, y detrás de ellos IRENE, la cual se sienta

TARSO:      Perdone la cortedad
   de vueso pruebo grosero
   su mercé, y mire primero
   que al don a la voluntad.
   Que a ser tan rica como ella 575
   con tales veras mostrara
   su amor, que se aventajara
   a todo el imperio en ella.
   Alcaldes, concejo y gente
   del puebro, a su señoría 580
   un pobre presente envía;
   pero basta ser presente.
   Seis mozas en delantera
   van compuestas y garridas,
   que en seis fuentes escogidas 585
   de la más limpia espetera,
   llevan cubiertas de flor
   rosas y tortas cuajadas
   de miel, que fueron masadas
   hoy por la del herrador. 590
   También llevan confitura
   poca, porque cara cuesta,
   que ayer compró media cesta
   en Constantinopla el cura.
   Luego se siguen seis mozos, 595
   los más apuestos y ricos,
   todos con nuevos pellicos
   y todos con rubios bozos,
   que andando con pasos graves
   llevan de palos pendientes 600
   mil regalos diferentes
   de conejos, liebres y aves.
   Tras ellos van cien cabritos
   de mil colores y modos,
   unos más que el ampo todos, 605
   otros de manchas escritos,
   que llevan en medio de ellos
   dos terneras señaladas,
   con campanillas doradas
   de los arrugados cuellos. 610
   Después van doce zagales
   con otras tantas doncellas,
   cargados ellos y ellas
   de requesones, panales,
   quesos que el tiempo conserva, 615
   cuajada, natas, mantecas,
   y frutas verdes y secas,
   hasta el níspero y la serva.
   Todo aquesto humilde ofrece
   el lugar a su mercé, 620
   pobre en obras, rico en fe,
   que es lo que más le engrandece;
   y yo un alma le presento,
   contenta ahora sin tasa,
   tan ancha como la casa 625
   que le ha de dar aposento.
MELISA:      ¡ Qué bien lo ha despotricado
   el diabro !
DINAMPO:                    Como discreto.
FLORITO:      Basta ser poeta.
DINAMPO:                          Poeto
   diréis, que es hombre y barbado. 630
IRENE:      Yo estoy muy agradecida
   al lugar por el cuidado
   que en regalarme ha mostrado,
   y gusto de mi venida.
   Y en pago de este presente 635
   que aqueste lugar me ha hecho,
   os hago francos de pecho
   por veinte años.
DINAMPO:                        ¿ Otros veinte ?
   ¿ Veinte dije ? Veinte mil
   tenga de vida y salud 640
   su merced.
IRENE:                    En la quietud
   del campo que viste abril
   sí tendré, que en el palacio,
   donde la ambición se bebe,
   la más larga vida es breve. 645
TARSO:      Acá vivimos despacio.
IRENE:      Pues, Tarso, ya ha muchos días
   que no nos vemos.
TARSO:                            Después
   que pisaron vuestros pies
   imperios y monarquías 650
   y os ausentásteis de aquí
   no os he visto.
IRENE:                        Pues ¿ por qué ?
TARSO:      Porque en la corte pensé
   que os olvidárais de mí.
   Muda el mandar la costumbre 655
   y la púrpura imperial
   no hace caso del sayal;
   estábades en la cumbre,
   ¿ quién había de subir
   tan alto a habraros ? Acá 660
   más tiempo y lugar habrá.
MELISA:      Agora la he de pedir
   que me quieras por justicia,
   veremos si esto aprovecha.
TARSO:      No, Melisa; que sos hecha 665
   como casa a la malicia.

Salen ANDRONIO y otros, en cuerpo

ANDRONIO:      Aquí dicen que ha de estar,
   trocando en florido campo
   el campo armado.
FLORILO:                          ¡ Dinampo,
   soldados en el lugar ! 670
DINAMPO:      ¿ Qué diabros querrán agora ?
   Que si nos echan soldados
   no hay mujeres ni ganados.
IRENE:      ¿ Qué es esto Andronio ?
ANDRONIO:                              ¡ Señora !
IRENE:      Ya comienzo a agradecer 675
   la lealtad que habéis tenido,
   pues el primero habéis sido
   que me haya venido a ver.
   ¿ Qué tenéis ? ¿ Qué os entristece
   y os hace enjugar los ojos ? 680
   ¿ Qué hay de nuevo ?
ANDRONIO:                            Mil enojos,
   señora, que no merece
   vuestra Alteza.
IRENE:                          ¿ A qué os envía
   a mi casa, Constantino ?
   Que en veros así adivino 685
   alguna desgracia mía.
ANDRONIO:      Sabe Dios lo que me pesa
   que me lo mandara a mí.
IRENE:      ¿ Qué os ha mandado ? Decí.
ANDRONIO:      Que lleve a una torre presa 690
   a vuestra alteza.
TARSO:                              ¿ Qué dijo ?
FLORILO:      Presa parece que oí.
IRENE:      ¿ Mi hijo me prende a mí ?
ANDRONIO:      Sí, señora.
IRENE:                    ¡ Qué buen hijo !
ANDRONIO:      En una torre me manda 695
   que os ponga guardas.
IRENE:                              Pues ¿ qué
   le han dicho de mí ?
ANDRONIO:                              No sé.
IRENE:      Yo sí, que bueno el mundo anda.
   No es muy difícil saber
   que, pues a Nerón se iguala, 700
   si me prende, no es por mala,
   mas porque él lo pueda ser.
   Que viva en prisión ordena
   porque no lo esté su antojo,
   que la reprehensión al ojo 705
   mil liviandades refrena.
   Y pues prenderme ha mandado
   cuando sus vicios refreno,
   despedazar quiere el freno
   para correr desbocado. 710
   Corra, que este vituperio
   venganza vendrá a tener,
   que yo sé que ha de correr
   hasta atropellar su imperio.
   ¿ Dónde Constantino está ? 715
ANDRONIO:      En la casa de placer
   del monte.
IRENE:                      Quiérole ver;
   llevadme primero allá.
ANDRONIO:      No puedo en eso serviros,
   y de ello el alma se corre; 720
   luego manda que a una torre
   os lleve, sin consentiros,
   señora, que a su presencia
   lleguéis.
IRENE:                    ¿ Aqueso os mandó ?
ANDRONIO:      Plugiera al cielo que yo 725
   pudiese hacerlo.
IRENE:                          Paciencia.
   Vamos, pues lo manda así.
   Amigos, adiós, adiós.
TARSO:      Yo, señora, iré con vos;
   de mí, señora, os serví; 730
   yo iré en vuestra compañía.
IRENE:      No, Tarso; ya querrá el cielo
   que vuelva a ver este suelo
   con más contento algún día.
TARSO:      Quedando sin vos me aflijo. 735
IRENE:      Adiós; vamos de aquí, Andronio.

Llévanla

DINAMPO:      ¿ Aquéste es hijo o demonio ?
TARSO:      Demonio sí, mas no hijo.

Vanse todos.    Sale CAROLA sola

CAROLA:      Blasone el hombre arrogante
   que es un diamante en sus hechos, 740
   que hoy he visto en un instante
   que hay diamantes contrahechos
   y que se quiebra el diamante.
   Bien puede ser este error,
   y el hombre, por varios modos, 745
   ser firme, y más en amor,
   mas conmigo pierden todos
   hoy por el Emperador;
   porque si bien me quisiera
   con más amor me mirara; 750
   pero, si me aborreciera,
   el desposorio aguardara
   que en Constantinopla fuera.
   Declarad, piadosos cielos,
   este caos de mis recelos, 755
   este nuevo laberinto,
   aqueste infierno que os pinto
   de confusión y de celos.
   Este enigma que se ofrece
   el alma confusa aquí, 760
   pues Constantino parece
   que amándome a mi sin mí,
   cuando me ama me aborrece.

Sale LIDORA

LIDORA:      ¿ En qué andáis, travieso Amor ?
   Mas ¿ diréis que no es error 765
   el que aquesta noche hiciste,
   cuando la fuerza rendiste
   de mi honra al emperador;
   y que si la gente infama
   la mujer con justa ley 770
   que así mancha su honra y fama
   no pierde nada si un rey
   su amor solicita y ama ?
   Murmúrese, pues, mi exceso
   que haber dado ser y honor, 775
   .................. -eso]
   porque de un Emperador
   esposa ser intereso.
CAROLA:      Lidora, ¿ qué suspensión 780
   os trae confusa y sin calma ?
LIDORA:      Nuevos pensamientos son
   y pretensiones de un alma
   que ya se juzga Faetón.
CAROLA:      ¿ Faetón ? ¿ Tan alta subida 785
   intenta ?
LIDORA:                    Desvanecida,
   quiere con él competir.
CAROLA:      ¿ Y no teme que el subir
   espera mayor caída ?
LIDORA:      Ella se sabrá tener. 790
CAROLA:      Tal seguridad no es buena;
   guardaos, no seais Lucifer
   en pretender silla ajena,
   que será cierto el caer.
LIDORA:      ¿ Ajena ? ¿ Qué patrimonio 795
   da señal o testimonio
   de que tiene dueño ajeno ?
CAROLA:      ¿ Qué patrimonio ? ¿ No es bueno
   el del santo matrimonio ?
LIDORA:      ¡ Jesús ! Aquése hasta ahora 800
   está en cierne, otro mejor
   tiene el alma en quien la adora,
   que es un vínculo de amor
   y mayorazgo.
CAROLA:                      ¡ Ay, Lidora,
   mira lo que haces; mira 805
   que hay Dios y que si se aíra,
   castigará con rigor;
   mira que el emperador
   es mi esposo, y que suspira
   por él mi alma, Lidora. 810
LIDORA:      Miro, que como no eres
   ................. -ora]
   buena para imperar, quieres
   ser para predicadora; 815
   no me canses.
CAROLA:                          Ya comienza
   en ti a campar la falta
   de honor; no habrá quien te venza,
   que cuando la honra falta
   también falta la vergÜenza. 820
LIDORA:      Si la lengua no reprimes,
   forzaréte a que me estimes,
   cortándotela a raíz.
CAROLA:      ¡ Villana ! ¿ A tu emperatriz ?
LIDORA:      ¿ Emperatriz ? ¡ Qué sublimes 825
   pensamientos ! El renombre
   me agrada; deja el humillo,
   que eres, para que te asombre,
   sólo emperatriz de anillo,
   y no tienes más que el nombre. 830
   Y no hagas tanta cuenta
   del título que te afrenta,
   pues eres, con tal blasón,
   emperatriz a pensión,
   y he de gozar yo la renta. 835
   Que el cielo, que galardona
   contra la opinión que tienes
   y ennoblece una persona,
   podría ser que a mis sienes
   trasladase tu corona. 840
CAROLA:      Como el mundo anda al revés
   no es mucho que en eso des,
   y que suba tu bajeza
   a coronar tu cabeza
   de descalzarme los pies. 845
   Mas, cuando estés coronada,
   ¿ no te parece, Lidora,
   que quedaré más honrada,
   pues tendré, siendo señora,
   una emperatriz criada ? 850
LIDORA:      Norabuena sea así;
   resulte la honra en tí
   y yo goce tu apellido,
   que si hasta aquí te he servido,
   tú me servirás a mí. 855
CAROLA:      ¿ Yo a ti, soez, baja, loca ?
   Cuando el laurel imperial
   me quite mi dicha poca,
   ¿ no soy yo de sangre real ?
   ¿ Y tú ?
LIDORA:                  Refrena la boca, 860
   que si mi enojo echa el resto,
   haréte arrepentir presto.
CAROLA:      ¿ A mí ?    ¡ Ramera de Grecia !
   ¡ Malnacida !
LIDORA:                      Toma, necia.

Dale LIDORA a CAROLA un bofetón

CAROLA:      ¡ Ay, Dios ! ¿ Bofetón ?

Salen CONSTANTINO, LEONCID y ANDRONIO

CONSTANTINO:                              ¿ Qué es esto ? 865
LIDORA:      (Constantino viene aquí;              Aparte
   fingiré que recibí
   el bofetón que di.) ¡ Ay, Dios !
CONSTANTINO:      ¡ Lidora mía !
LIDORA:                      ¿ Por vos
   tienen de tratarme así ? 870
   ¿ Por vos injuria tan clara ?
   ¿ Por vos llamarme ramera ?
   ¿ Por vos la mano en mi cara
   la infanta ?
CONSTANTINO:                    ¡ La infanta muera !
CAROLA:      (¿ Vióse insolencia más rara ?                  Aparte 875
   Mas para que con razón
   todo en aquesta ocasión
   ande al revés, no me espanto
   que ésta forme queja y llanto
   y yo llevé el bofetón. 880
   Más vale que pase así;
   y aunque yo sea la injuriada,
   que piense el mundo que di
   bofetón a mi criada,
   no que le recibí.) 885

A ellos

   Es verdad; yo castigué
   a quien tan soberbia fue
   que se descomidió agora
   contra su propia señora.
CONSTANTINO:      Pues, ¿ cómo el cielo, que 890
   ve su bella luna eclipsada,
   con un castigo ejemplar
   no la ha dejado vengada ?
CAROLA:      Pues, ¿ es nuevo castigar
   la señora a su criada ? 895
CONSTANTINO:      Calla, asombro de mi gusto.
   Llévala presa.
LEONCIO:                        Señora,
   tener paciencia aquí es justo.
   (No sabrá así que a Lidora            Aparte
   anoche gocé, el augusto.) 900
CONSTANTINO:      Vamos, que con palio honroso
   vuestro nombre haré famoso
   en venganza de esta afrenta,
   siendo con fiesta opulenta,
   bella prenda, vuestro esposo. 905
   Ea, pues, que ya es razón
   que cese aquesa pasión,
   mi bien. Basta ya, vení.
LIDORA:      ¿ Suélese olvidar así
   la injuria de un bofetón ? 910

Vanse CONSTANTINO y LIDORA

CAROLA:      Vamos, pues gusta que presa
   padezca, el emperador.
LEONCIO:      Mientras que su enojo cesa,
   sufrid aqueste rigor,
   infanta, que de él me pesa. 915
CAROLA:      ¡ Qué bueno anda el mundo ahora !
   Despreciada la señora;
   antepuesta la criada;
   presa la que está injuriada,
   con honra la que es traidora. 920
   ¡ La que descalzó mis pies,
   entronizada en el puesto
   del imperio ! Mas poco
   es en la república aquesto,
   que es república al revés. 925


ACTO SEGUNDO

Salen LIDORA y CLODIO vestidos de camino

CLODIO:      Tan lleno de pesares
   quedé cuando partiste,
   que con el menor de ellos
   fue mucho no morirme.
   Maldije el griego imperio 930
   y a la infanta maldije,
   que fue ocasión, señora,
   de aquella ausencia triste.
   En ella de mi pena
   pensaba divertirme 935
   con ejercicios varios,
   sin tu presencia viles.
   Salí a cazar mil veces,
   y otras tantas volvíme,
   porque me daban caza 940
   pensamientos terribles.
   Perdía si jugaba,
   que como perdió Chipre
   tu agradable presencia,
   perdiéndose él, perdíme. 945
   Quisieron mis amigos
   con pláticas sutiles
   entretener mis penas;
   mas como siempre aflige
   al que es discreto el necio, 950
   al soberbio el humilde,
   y al avariento el pobre,
   así al amante el libre.
   Con otras hermosuras
   poner remedio quise 955
   al fuego que en el alma,
   en viéndote, encendiste.
   Mas era echar más leña,
   porque es necio el que dice
   que el amor más constante 960
   con otro amor se rinde.
   En fin, cuantos remedios
   en su Ars amandi escribe
   Ovidio, el desterrado,
   tantos propuse e hice. 965
   Mas como al que es de muerte
   de tormento le sirven
   las medicinas varias
   que el médico apercibe,
   empeoré con ellos; 970
   ¡ mal haya amén, quien dice
   que es remedio la ausencia
   para que amor se olvide !
   ¡ Qué de veces rondaba
   las paredes felices 975
   que habitación te dieron
   cuando mi mal oíste !
   ¡ Y qué de veces, loco,
   desde tus rejas quise,
   llamándote, Anajarte, 980
   representar un Iphis !
   Las sabrosas palabras
   y prendas que me diste
   eran de mi naufragio
   la tabla convenible. 985
   Mas todo aquesto era,
   sin verte, hermosa Circe,
   cual vela que se acaba,
   arder para morirme.
   Vime, en fin, tan enfermo, 990
   tan desahuciado vime,
   que hacer una novena
   a tu hermosura quise.
   Llegué a Constantinopla;
   y apenas de un esquife 995
   a tierra salté, cuando
   en un carro sublime
   de perlas, marfil y oro,
   mis ojos hechos linces,
   te vi llevar debajo 1000
   de un rico palio; ¡ ay triste !
   Creí que me engañaba;
   llegué a un hombre y le dije,
   "¿ Carola no es aquélla,
   hija del Rey de Chipre ?" 1005
   Respondió, "No es la Infanta
   que esa dama infelice
   trajo consigo el daño
   que su ventura oprime. 10091010
   Una criada es suya
   a quien el César rinde
   la cerviz de su imperio
   porque es de su amor Circe."
   Quedéme casi muerto, 1015
   y vi que el vulgo libre
   te echaba maldiciones,
   y aun yo ayudarle quise;
   y de mi muerte cierto,
   pues miro ya imposible 1020
   mi débil esperanza,
   antes que se marchite,
   busqué ocasión de darte,
   crÜel más que Bisiris,
   el parabién del lauro 1025
   que en tu cabeza ciñes.
   ¿ Quién duda que si antes
   amando, me tuviste
   en Chipre por tu Adonis,
   aquí seré Tersites ? 1030
   Ya pisas oro y perlas,
   diamantes y rubíes,
   ¿ quién duda que con ellos
   también mis dichas pises ?
   Castíguente los cielos; 1035
   pero no te castiguen,
   sino que con mi muerte
   de tanto mal me libren.
LIDORA:      ¡ Qué extraordinario gusto
   me da, Clodio, el oírte 1040
   aquesas tiernas quejas
   que dentro el alma imprimes !
   ¡ Oh, qué contento causan
   los celos apacibles
   tras una larga ausencia 1045
   de dos amantes firmes !
   Muy bien venido seas,
   deja temores viles,
   que aunque el imperio gozo,
   no es ocasión que olvide 1050
   el abecé primero
   que el alma estudió en Chipre,
   cuando de esclava tuya
   la argolla le pusiste.
   Mi hermano finge que eres, 1055
   que yo haré, si lo finges,
   que rijas el imperio.
CLODIO:      Cesó el oscuro eclipse
   de mis confusos celos;
   aquesos brazos ciñe 1060
   a mi dichoso cuello,
   que hoy miro un imposible
   en ti, mi bien, pues eres
   mujer y mujer firme.
LIDORA:      El césar, Clodio, viene. 1065
CLODIO:      Yo haré lo que me dices.

Salen CONSTANTINO, HONORATO, senador viejo, LEONCIO, MACRINO, ANDRONIO y otros

CONSTANTINO:      ¿ Qué es lo que me pide, pues,
   el senado ?
HONORATO:                    Cosas justas,
   que diré, señor, si gustas.
CONSTANTINO:      Dilas.
HONORATO:                La primera es 1070
   suplicarte toda Grecia,
   y en nombre suyo el senado,
   en albricias del estado
   que Dios te dio, si es que precia
   tu alteza su autoridad, 1075
   que les des un día feliz
   poniendo a su emperatriz,
   y tu madre, en libertad.
   Y piensa que hacerlo así
   como el senado te exhorta, 1080
   aunque mucho nos importa,
   más, señor, te importa a ti.
   Porque las murmuraciones
   del vulgo y de los soldados
   que por ella gobernados 1085
   vencieron tantas naciones,
   publican que es vituperio
   de Grecia y de su nación
   que consientan en prisión
   a quien defendió su imperio. 1090
   Todas la lloran y, en fin,
   como la aman en extremo,
   si dura su prisión, temo
   algún popular motín.
CONSTANTINO:      ¿ Piden más ?
HONORATO:                        Sí, que a la infanta 1095
   de Chipre, pues es tu esposa,
   tan discreta, tan hermosa,
   tan prudente, honesta y santa,
   el nombre y estado des
   que goza quien le ha usurpado; 1100
   y que pues te has desposado
   con ella, es razón que estés
   advertido que no puedes,
   mientras viviere, tener
   a Lidora por mujer, 1105
   pues los límites excedes
   de la ley que puso Dios,
   cuando justamente veda
   que ningún cristiano pueda
   vivir casado con dos. 1110
   Este es el consejo sabio
   que te suplican que admitas,
   gran monarca.    No permitas
   el intolerable agravio
   con que Irene, presa está; 1115
   mira que tu madre Irene
   en pie aqueste imperio tiene,
   que ya cayendo se va.
   Si a clemencia te provoco
   no dejes de ejecutalla; 1120
   mira, invicto césar...
CONSTANTINO:                              Calla;
   no digas más, viejo loco.
   ¡ Qué donosa petición
   para gobernar mi estado !
   Hoy verá el griego senado 1125
   en mí un Cómodo, un Nerón.
   ¿ El ha de regirme a mí ?
   ¿ Es éste el mundo al revés ?
HONORATO:      Ni aquese nombre le des
   ni te alborotes así; 1130
   que si envía a suplicarte
   lo que he venido a advertirte,
   no es, señor, para regirte,
   sino para aconsejarte.
   ¿ Qué monarca o rey desprecia 1135
   el consejo, si es prudente ?
CONSTANTINO:      Yo basto y soy suficiente
   para gobernar a Grecia.
   El senado no ha de dar,
   sin pedirle, parecer, 1140
   que él sólo ha de obedecer
   y yo solo he de mandar.
   Sus livianos pareceres
   muestran lo que han estudiado;
   yo haré de su vil senado 1145
   un senado de mujeres.
   Basta, que es donoso cuento
   que con livianos consejos
   me quieran dar cuatro viejos
   mujer a mi descontento. 1150
   Si a mi madre tengo presa
   es porque viva en sosiego
   mi estado e imperio griego,
   y si al senado le pesa
   de que la tenga en prisión, 1155
   no ignora la deslealtad,
   que en dándola libertad
   ha de intentar su traición.
   Ya sé que quiere que torne
   al trono imperial que pierde, 1160
   y que con el lauro verde
   su frente otra vez adorne.
HONORATO:      Mira, gran señor...
CONSTANTINO:                              Ya es tarde;
   vuestro intento es manifiesto.
   Yo lo remediaré presto. 1165
   Parte al senado cobarde
   con los soldados, Macrino,
   de mi guarda, y prende luego
   todo ese senado ciego
   autor de tal desatino; 1170
   y con basquiñas y tocas,
   para que el vulgo provoques,
   ponles ruecas por estoques,
   que sus pretensiones locas
   declaren, y de esta traza, 1175
   porque mejor los convenza
   su locura, a la vergÜenza
   estén todo hoy en la plaza;
   porque soy de parecer
   que como mujeres vean 1180
   los que el imperio desean
   que gobierne una mujer.
   Y a este loco y vano viejo
   en ella le harás colgar,
   que así le quiero pagar 1185
   su locura o su consejo.
HONORATO:      Señor...
CONSTANTINO:                    Llévalos.
HONORATO:                            Advierte...
CONSTANTINO:      Ea, llévalos de aquí.
HONORATO:      Ejecuta luego en mí
   este castigo, esa muerte, 1190
   y deja libre el senado,
   que es en tu imperio el espejo
   de la prudencia y consejo.
CONSTANTINO:      Buenas muestras de esto han dado.
   ¿ Qué aguardas ?, llévalos pues. 1195
MACRINO:      Ya, gran señor, te obedezco.
HONORATO:      Por dar consejos padezco.
   ¡ Ay República al revés !

Llévale MACRINO

CONSTANTINO:      Andronio.
ANDRONIO:                      ¿ Gran señor ?
CONSTANTINO:                                  Corre
   donde mi madre está presa 1200
   y con diligencia y priesa,
   dentro de la misma torre
   la da un garrote.
ANDRONIO:                            ¿ Qué dices ?
   ¿ A tu madre ?
CONSTANTINO:                        ¡ Ola ! También
   a aquéste muerte le den. 1205
ANDRONIO:      ¿ A mí ?
CONSTANTINO:                  No te escandalices;
   o a mi madre mata, o muere.
ANDRONIO:      Yo haré, señor, lo que mandas.
   ¡ Ay mundo, y qué al revés andas !

Vase

CONSTANTINO:      Si el imperio darle quiere 1210
   su silla, justo es me cuadre
   la seguridad que elijo,
   que no seré el primer hijo
   que dé la muerte a su madre.
   Leoncio, ve por Carola. 1215
LEONCIO:      Yo voy.

Vase

CONSTANTINO:                Quiero que a su tierra
   se vuelva, y hágame guerra
   su padre, que si enarbola
   el mundo sus estandartes
   contra mí, poco el mundo es, 1220
   que pues se cayó a mis pies,
   no temo sus cuatro partes.
   Sólo con rigor se doma
   este extraño monstruo griego,
   que estoy por ponerle fuego 1225
   como Nerón hizo a Roma.
LIDORA:      ¿ Tan enojado, señor ?
CONSTANTINO:      La luz de esos bellos ojos
   desterraron mis enojos;
   ya se acabó mi rigor. 1230
LIDORA:      ¿ Con quién la cólera ha sido ?
CONSTANTINO:      Contra quien privarme gusta
   de vos; mirad si es bien justa.
LIDORA:      ¿ Cómo ?
CONSTANTINO:                  Hanme persuadido
   a que, viviendo la infanta, 1235
   vos no podéis ser mi esposa.
LIDORA:      Remediarlo es fácil cosa,
   dadla muerte.
CONSTANTINO:                        Crueldad tanta
   no es bien que de mí se piense;
   a su padre la enviaré, 1240
   y ausente una vez, yo haré
   que el patriarca dispense
   en nuestras bodas. ¿ Quién es
   el que está con vos, señora ?
CLODIO:      Hermano soy de Lidora; 1245
   dame a besar estos pies.
CONSTANTINO:      ¿ Qué dices ?
LIDORA:                        Hermano es mío,
   que a asistir en tu servicio
   viene de Chipre.
CONSTANTINO:                            Da indicio
   de serlo su talle y brío; 1250
   y pues es ya mi cuñado,
   justo es honrarle desde hoy;
   el cargo noble le doy
   de secretario de estado,
   que es oficio de valor. 1255
CLODIO:      Haga tu nombre imperial
   la fama y tiempo inmortal.
LIDORA:      Danos esos pies, señor.
CONSTANTINO:      ¿ Cómo es tu nombre ?
CLODIO:                                         Liberio.
   (Como me mudé en otro hombre            Aparte 1260
   también quiero mudar nombre.)
CONSTANTINO:      Tú gobernarás mi imperio.

Salen LEONCIO y CAROLA

LEONCIO:      Aquí está, señor, la infanta.
CONSTANTINO:      Seáis, señora, bien venida.
   Sentaos.

Siéntanse los tres

CAROLA:                             (¡ Ay Dios, si la vida      Aparte 1265
   feneciese en pena tanta !)
LEONCIO:      (Agora el emperador              Aparte
   viene a saber mi delito,
   y si el castigo no evito
   mataráme su rigor. 1270
   Adiós inútil privanza,
   que no halla otro remedio
   como poner tierra en medio
   de mi vida la esperanza.
   Grecia, adiós, que de este modo 1275
   librar mi vida procuro,
   pues mal viviré seguro
   donde anda revuelto todo.)

Vase

CONSTANTINO:      Sabe el cielo el descontento
   que me causa el no poder, 1280
   infanta, satisfacer
   vuestro justo sentimiento.
   Viniste de Chipre a Grecia
   a darme mano de esposa,
   y fuérades venturosa 1285
   si, como os estima y precia
   mi conocimiento, os diera
   posesión mi voluntad
   y al peso de la beldad,
   que en vos confiesa, os quisiera. 1290
   Sólo sigue sus antojos
   Amor, cuando un alma exalta,
   que por tener esta falta
   le suelen pintar sin ojos.
   Y pues son las calidades 1295
   del Amor cierta influencia,
   lazada o correspondencia
   que anuda dos voluntades,
   y aquésta el cielo ha querido
   que nos falte a mí y a vos, 1300
   habiendo este ciego dios
   para mi esposa escogido
   a Lidora, será fuerza
   que admitiendo mi disculpa,
   y echando al Amor la culpa 1305
   que a la razón vence y fuerza,
   a vuestro reino os tornéis,
   que vuestra mucha hermosura
   y grandeza os asegura,
   señora, que cobraréis 1310
   pronto el contento perdido,
   siendo de algún rey esposa
   con quien seáis más dichosa
   que conmigo lo habéis sido.
   Yo he escrito al rey, vuestro padre, 1315
   infanta, el caso presente
   que, siendo como es prudente,
   no dudaré que le cuadre.
   Y en volviendo de la guerra
   el infante, vuestro hermano, 1320
   premiándole de mi mano
   se volverá a vuestra tierra.
   ¿ Cuándo intentáis de partiros ?
CAROLA:      Cuando la vida se parta;
   que ya de desdichas harta 1325
   se va partiendo en suspiros.
   Monarca de todo oriente,
   querido esposo y señor,
   que este título he de darte
   aunque otra me le usurpó, 1330
   la prueba de mi paciencia,
   la fuerza de mi razón,
   las quejas de mis agravios,
   la pérdida de mi honor,
   todas tu dureza ablanden 1335
   y con ellas el amor
   que va creciendo en mi pecho
   al paso de tu rigor.
   Dicen que un retrato mío
   que miraste fue ocasión 1340
   de pedirme por esposa
   al rey, mi padre y señor.
   ¡ Mal haya el pincel, la tabla,
   la idea, mano y color
   que vida a mi imagen dieron, 1345
   pues mi muerte ahora son !
   Pudo ser que en mi belleza
   mintiese el sutil pintor
   y que, visto el desengaño,
   causase tu desamor; 1350
   mas si la propia alabanza
   es justa en la oposición
   presente porque redima
   con ella mi obligación,
   bien sabe Grecia, y tú sabes, 1355
   cuántos los príncipes son
   que por mi causa han sufrido
   más que por Raquel Jacob.
   Y entre todos te escogí,
   no por ser emperador 1360
   de Grecia, sino por serlo
   del alma que te adoró.
   ¿ Por qué, pues, con tal crueldad,
   ya que imitas a Absalón
   en belleza, quieres serlo 1365
   en el desdén y el rigor ?
   Mas no puede persuadirse
   mi afligido corazón
   que le desprecies de veras.
   ¿ Es así ? Yo sé que no. 1370
   Si ha sido para probar
   de mi fineza el valor,
   mi lealtad y sufrimiento,
   bien ves cuán de prueba soy.
   ¿ No doy ventaja en quererte 1375
   a cuantas mujeres, dió
   en el amor conyugal
   nombre la fama veloz ?
   Ni amaron a sus maridos
   con más firmeza que yo 1380
   Porcia, Penélope, Julia,
   Evadnes, Pantea y Michol.
   No permitas, césar, pues,
   que volviendo a Chipre yo,
   mi infamia y deshonra 1385
   vea el padre que me engendró.
   Abre primero este pecho,
   y en él verás que estampó
   tu imagen, siendo pinceles
   sus llamas tiernas, Amor. 1390
   Ea, vierte aquesta sangre;
   mas, ¡ ay que tengo temor
   que porque morir deseo
   suspendes la ejecución !
   Mas, pues, con tan poca dicha 1395
   la Fortuna el ser me dió
   que aun para que me des muerte
   quiere que busque favor,

De rodillas

   postrada a tus pies, Lidora,
   te suplico, si es que yo 1400
   merezco algo, porque he sido
   de tu dicha la ocasión,
   que de Constantino alcance
   mi muerte tu intercesión,
   siquiera porque os gocéis 1405
   con buen título los dos.
   Ves aquí al revés el mundo.
   A tus pies postrada estoy,
   y, pues que pisan el orbe,
   sobre mi cara los pon, 1410
   que no es mucho que los pies
   ponga en ella quien osó
   poner las manos el día
   que me diste un bofetón.

Levántase

   ¡ Cielos ! ¿ Que aun morir no alcanzo 1415
   pero ¿ cuándo lo alcanzó
   el perseguido infelice ?
   Ni ¿ quién lo fue más que yo ?
   Mas ¿ qué digo, esposo mío ?
   Tu obediente mujer soy; 1420
   donde quisieres me lleva,
   contenta a mi patria voy;
   que en medio de las injurias
   de tu desdén y el dolor
   de mi padre, estaré alegre 1425
   por ver que el cielo me dió
   para consolar mis males
   fruto de la primer flor
   que en el tálamo cogiste,
   con ser dueño, cual ladrón. 1430
   Dentro en mis entrañas siento
   prenda tuya; quiera Dios
   que a luz salga...
CONSTANTINO:                          ¿ Prenda mía ?
   ¿ Cómo es eso ?
CAROLA:                        Luego, ¿ no ?
CONSTANTINO:      ¿ Estás fuera de ti, infanta ? 1435
   ¿ Cuándo te he gozado yo ?
CAROLA:      ¿ Querrás negarlo también ?
   No fue en vano mi temor;
   la obscuridad de la noche
   que el cielo me desposó 1440
   contigo sabe que he dicho
   la verdad.
CONSTANTINO:                    Aquí hay traición.

A LIDORA

   La noche del desposorio,
   ¿ no fuisteis, señora, vos
   quien hizo mi dicha cierta ? 1445
LIDORA:      Vuestra esposa fui, señor.
CAROLA:      ¿ Qué es esto que escucho, cielos ?
   ¿ Qué oís, triste corazón ?
   ¿ Con tan grande testimonio
   os quieren manchar, honor ? 1450
   Ya no es posible tener
   paciencia; tu pretensión
   entiendo, monstruo del mundo;
   ya sé que queréis los dos
   acusarme de adulterio 1455
   para que podáis mejor
   con aparentes disculpas
   gozar vuestro infame amor.
   No en vano con tal recato
   me entraste a engañar, traidor, 1460
   la noche de mi desdicha;
   ya he entendido la ficción
   que tan confusa me tuvo
   cuando aquesa misma voz
   me llamaba su Lidora, 1465
   su luz, su cielo, su sol.
   Por engañarme lo hiciste.
CONSTANTINO:      ¿ Vió el mundo tal confusión ?
   ¿ Qué es de Leoncio ? Llamadle.
SOLDADO 1:      A llamarle, señor, voy. 1470
CAROLA:      Querrás que testigo sea,
   aunque falso, de este error,
   y no me espanto, pues hubo
   quien jurase contra Dios.
   Bien trazado va tu enredo 1475
   aunque para mí no son
   estas marañas bastantes,
   que bien te conocí yo.

Sale quien fue a buscar a LEONCIO

SOLDADO 1:      No hay quien en toda la casa
   halle a Leoncio, señor. 1480
   Sólo un mozo de caballos
   dice que ensillar mandó
   uno de monte poco ha,
   y que, mudado el color
   del semblante, se fue solo. 1485
CONSTANTINO:      Leoncio me fue traidor.
   Despachad postas tras él,
   que a quien tuviese valor
   de traerle, vivo o muerto,
   le prometo en galardón 1490
   hacerle mi camarero.
SOLDADO 1:      No habrá en la corte quien hoy
   de tal premio codicioso
   no vaya.

Vase

CONSTANTINO:                    Corra esta voz;
   que si en mis manos cae vivo 1495
   y la tierra no tragó
   su infame cuerpo, será
   ejemplo su muerte atroz.
   A un cuarto de mi palacio,
   infanta, os retirad vos, 1500
   mientras que al ry vuestro padre
   de este caso aviso doy.
   En él quiero que estéis presa.
   Guardas, de vista le pon.

Llévanla

CAROLA:      ¡ Dios, amparo de inocentes, 1505
   descubrid esta traición !
CONSTANTINO:      Venid, Lidora querida;
   que el cielo camino abrió
   a medida de mi gusto
   para gozarnos mejor. 1510
LIDORA:      (En todo soy venturosa,              Aparte
   mi secretario mayor
   fingido hermano y amante
   de veras.) Vamos, que hoy
   quiero que sepas cuán firme 1515
   en mi amor primero estoy.
CLODIO:      (¡ Cielos ! ¿ qué mudanza es ésta ?
   ¿ Clodio, secretario yo ?
   Pero según anda el mundo
   no me espanto.)
LIDORA:                        ¿ Vienes ?
CLODIO:                                  Voy. 1520
   (¿ Yo secretario del Cesar ?            Aparte
   No caigamos plegue a Dios.)

Vanse.    Salen: TARSO, con una cesta abierta, e ITALIO, pastores

TARSO:      Basta.
ITALIO:                    Villano, ¿ por ti
   me ha de despreciar Melisa ?
TARSO:      Como la primer camisa 1525
   que en mi vida me vestí
   me acuerdo de ella.
ITALIO:                                Pastor,
   tan loco de celos vivo,
   que mientras lo estés, me privo
   de vivir.
TARSO:                    Bravo favor. 1530
ITALIO:      O te has de ir de la comarca
   o perder aquí la vida.
TARSO:      ¿ La vida ? ¿ Es barro ? Escondida
   debe haber otra en el arca.
   Anda con Dios que estás loco. 1535
   Basta decir que aborrezco,
   a Melisa y que os empezco
   en vuestros amores poco.
   Más sublime el vuelo tiene
   mi amor, pues pica más alto, 1540
   que, aunque de méritos falto,
   por lo menos ama a Irene.
   Aquí un regalo la llevo,
   Italio, quedaos con Dios.
ITALIO:      Eso no; vivos los dos, 1545
   crecerá mi mal de nuevo.
   Poco importa, Tarso esquivo,
   que aborrezcas mi pastora,
   si ella tu presencia adora.
   Mientras que estuvieres vivo, 1550

Saca ITALIO una daga

   ha de morir mi espeperanza.
   Muere tú porque ella viva.
TARSO:      De la paciencia me priva
   tu locura y mi venganza.

Saca TARSO otra daga y mátale

   Toma, pues amas tan poco 1555
   la vida...
ITALIO:                  ¡ Ay !
TARSO:                      Tu desconcierto
   te mata; y más vales muerto
   que vivir celoso y loco.
   Murió; huir me conviene
   antes que tenga noticia 1560
   del matador la justicia.
   Mi sagrado será Irene.

Vase.    Sale LEONCIO

LEONCIO:      Pies perezosos, ¿ qué es esto ?
   ¡ Huid !    ¿ Quién os entorpece,
   que en el turbaros parece 1565
   que grillos en vos me han puesto ?
   ¡ Mas, ay !    Que del malhechor
   propio efecto el temor es,
   y para turbar los pies
   ¿ qué más grillos que el temor ? 1570
   Tan atajado me hallo
   de los que tras mí han venido,
   que he tomado por partido
   desjarretar el caballo
   y esconderme en la espesura 1575
   de este monte, mas ¿ qué importa ?
   Que si mi dicha es tan corta
   y el emperador procura
   matarme, no ha de haber donde,
   vida, estéis segura vos, 1580
   porque un rey es como Dios
   que ninguno se le esconde.

Tropieza con el muerto

   ¡ Jesús ! En medio el camino
   o durmiendo, o muerto está
   un hombre.    AgÜero será 1585
   del mortal fin que imagino.
   Quiero hacerle que despierte.
   Hombre, ¿ duermes ? ¿ Qué pretendo,
   si he visto que está durmiendo
   en la cama de la muerte ? 1590
   ¡ Válgame Dios ! Ya adivino
   de mi fin el triste punto,
   pues ha salido un difunto
   para enseñarme el camino.
   Porque el salir de esta suerte 1595
   un hombre al paso en tal caso
   es para enseñarme el paso
   que hay de la vida a la muerte.
   Mas, ánimo, corazón,
   que para enseñaros muestra 1600
   la necesidad, maestra
   de enredos, una invención.
   Venid, difunto, que en medio
   de esta selva entretejida,
   seréis, aunque estáis sin vida, 1605
   hoy de mi vida el remedio.

Llévale. Salen los PASTORES y con ellos dos GUARDAS del emperador. DAMON sale como alcalde

GUARDA 1:      Ya os dije el traje y las señas.
DAMON:      Bien las sé, pierda cuidado.
FLORILO:      Estar debe agazapado
   como liebre entre estas peñas. 1610
GUARDA 2:      Si le halláredes, os hace
   de su cámara el augusto.
DAMON:      ¿ De su cámara ? No gusto
   de ese cargo; no me place.
FLORILO:      Ofrezco al diablo el oficio 1615
   de cámaras.
DAMON:                      Yo os le doy;
   si de su cámara soy,
   querrá que esté a su servicio.
GUARDA 1:      Es dignidad noble y grave.
DAMON:      Sí será; mas huele mal. 1620
GUARDA 1:      Tiene el que es más principal
   de su cámara la llave;
   mirad si es gran preeminencia.
DAMON:      Si de su cámara da
   la llave, nunca podrá 1625
   hacerla sin su licencia.
   ¡ Pardiez ! Si no se me escapa,
   y camarón me han de hacer,
   que he de ir a Roma a ser
   de la cámara del Papa. 1630

Vanse.    Saca LEONCIO el muerto ensangrentadas cara y manos y trocados los vestidos

LEONCIO:      La cara le he desollado,
   y con mi propio vestido
   él es Leoncio fingido,
   y yo un pastor disfrazado.
   Aquí no importa dejarle, 1635
   porque guardas y justicia
   si a Leoncio hallar codicia,
   le venga a hallar sin hallarle.
   Adiós, que en este desierto
   los dos hacemos el vivo; 1640
   un muerto yo que está vivo,
   vos un vivo que está muerto.

Vase.    Salen los PASTORES y los GUARDAS

FLORILO:      Por aquí sentí ruído.
DAMON:      Llegad paso, no se asombre
   y se nos vaya.
FLORILO:                        ¡ Hola ! un hombre 1645
   está en el suelo tendido.
DAMON:      Pues agarradle los dos
   y asidle bien.
FLORILO:                        Su malicia
   pague.
DAMON:                  ¡ Tené a la justicia !
   Muerto está.
GUARDA 1:                        ¡ Válgame Dios ! 1650
   ¿ Qué miro ? ¿ No es el que veo
   Leoncio ?
GUARDA 2:                    El es.
GUARDA 1:                          ¿ Quién le ha dado
   muerte ?
FLORILO:                El rostro desollado
   tiene.
DAMON:                  A fe que está bien feo.
FLORILO:      Y aun las manos, ¡ bravo ultraje ! 1655
DAMON:      Pues no es San Bartolomé
GUARDA 1:      ¿ Si es él, o si me engañé ?
   Mas no, que aquéste es su traje.
   Este vestido o cadena
   conozco.
GUARDA 2:                  Pues ¿ qué enemigo 1660
   pudo darle tal castigo,
   que me causa verle pena ?
GUARDA 1:      Aún dudo mucho si es él.
GUARDA 2:      Mírale las faltriqueras,
   satisfaráste de veras. 1665
GUARDA 1:      Aquí he topado un papel.
GUARDA 2:      Por él lo sabrás mejor.
GUARDA 1:      Mirar lo que dice quiero.
   "A Leoncio, camarero
   mayor del Emperador." 1670
DAMON:      No me quiero encamarar
   si me han de quitar la vida.
GUARDA 1:      Sin duda que el homicida
   debió partirse a buscar
   alguna cabalgadura 1675
   para llevarle a la corte
   por cobrar el premio en porte
   de esta crÜel aventura.
DAMON:      Ten de ahí que aquesta vez
   le echamos la bendición. 1680
FLORILO:      Ya, alcalde, sois camarón;
   ¡ buen oficio ! DAMON.                            Sí, pardiez.
FLORILO:      Ya la gravedad os urga
   allá dentro; camarlengo
   sois del césar.
DAMON:                          Sí, que tengo 1685
   oficio de día de purga.

Vanse y llevan al difunto.    Salen ANDRONIO y TARSO

TARSO:      Hazme aquesta merced, señor.
ANDRONIO:                                        Notables
   muestras das de leal; yo te concedo,
   pastor, que a Irene comuniques y hables;
   entra y despacha luego.
TARSO:                                    Desde hoy quedo 1690
   por tu esclavo.
ANDRONIO:                          Sea breve la salida.

vase TARSO

ANDRONIO:      ¡ Que persuadirme a tal delito puedo !
   ¡ Que quiera hacerme bárbaro homicida,
   el césar, de su madre y su señora !
   ¡ La vida quite a quien le dio la vida ! 1695
   Pero buena ocasión se ofrece ahora,
   amor, lealtad, temor dentro del pecho,
   que a Irene va a matar y a Irene adora.
   ¿ Es posible que el breve trato ha hecho
   tan grande efecto en mí que amor de Irene 1700
   ponga mi libertad en tal estrecho ?
   ¿ Yo a Irene amor ? ¿ a quien el mundo tiene
   por maravilla suya ? ¿ no es más justo
   que este apetito la razón refrene ?
   Mas ¿ cómo ha de poder, si corre el gusto 1705
   a rienda suelta, y la pasión ha roto
   de la sabia prudencia el freno justo ?
   Navega mi deseo en mar ignoto,
   ¿ qué mucho que me anegue siendo ciego
   de aquesta pobre barca el vil piloto ? 1710
   ¿ La estopa no se abrasa junto al fuego ?
   ¿ Está junto al ladrón seguro el oro ?
   Hacienda por el mar, dinero en juego,
   todo corre peligro, y yo que adoro
   de mi divina presa la hermosura, 1715
   perdonen mi deslealtad y su decoro,
   gozar quiero primero mi ventura
   y luego darla muerte, pues me ofrece
   mi amor y el césar esta coyuntura.
   Atrevimiento extraño me parece, 1720
   pero, si ha de morir, mi desatino
   no se sabrá jamás.    Pues ya anochece
   yo, quiero dar contento a Constantino
   y a mi fuego amoroso.    De este modo...
   ¡ Mas ay ! Que voy a hacer un desatino; 1725
   pero si así mi amor hoy acomodo,
   aunque sea traidor, alma, buen pecho;
   que andando como anda el mundo todo,
   necedad es andar a lo derecho.

Vase.    Salen IRENE y TARSO

TARSO:      Yo sé que el emperador 1730
   ha mandado darte muerte,
   y será fácil ponerte
   en salvo si de pastor
   te vistes, y en mi lugar
   sales, pues la noche obscura 1735
   cualquier engaño asegura.
   Ea, vamos a trocar
   los vestidos.
IRENE:                          Dete Grecia,
   Tarso, la palma y laurel,
   por el más leal y fiel 1740
   que el siglo presente precia;
   que yo, aunque te cause espanto,
   antes en morir me fundo,
   que en sufrir que pierda el mundo
   un hombre que vale tanto. 1745
   Vete con Dios, que me aflijo
   de que con tal desengaño
   me dé la vida un extraño
   cuando me la quita un hijo.
TARSO:      Yo me tengo de dar muerte 1750
   si no procuras huir;
   y pues tengo de morir,
   señora, de cualquier suerte,
   goza del tiempo oportuno;
   salva la vida, por Dios; 1755
   que no es bien que mueran dos
   pudiendo vivir el uno.
   Mi trágico fin ordeno
   si pones más intervalos.
IRENE:      ¡ Cielos, que entre tantos malos 1760
   haya un hombre que es tan bueno !

Vanse.    Salen CONSTANTINO y el REY de Chipre

REY:      Escríbesme que mi liviana hija
   mi honra, gran señor, tiene manchada,
   y espántaste de que el camino elija;
   déjame hacer, su infamia averiguada, 1765
   y verás que en su torpe sangre dejo
   la mancha triste de su honor lavada.
   Mas ¿ es posible que la que era espejo
   de las mujeres, poderoso augusto,
   la sangre injurie de su padre viejo ? 1770
   ¿ Adúltera, Carola ? ¡ Cielo injusto !
   ¿ Carola de un adulterio preñada ?
   Deja que dude, que el dudarlo es justo.
   Carola en todo el mundo celebrada
   por Vesta en castidad cuando doncella, 1775
   ¿ lasciva Venus es cuando casada ?
   Mil imposibles tiene tu querella;
   perdóname si ves que dificulto,
   que una pasión por todas atropella.
CONSTANTINO:      A no ser cierto, rey, aqueste insulto, 1780
   ¿ soy hombre yo, que había de afirmalle ?
   Grecia te lo dirá, que no es oculto,
   y tuvieras razón para dudalle
   si fuera menos yo y él más secreto,
   y no se murmurara en cualquier calle. 1785
   Trata a tu emperador con más respeto,
   que poner en mí duda es desacato,
   y te castigaré.
REY:                          Vesme sujeto,
   y en fin llegué a tu corte sin recato,
   que yo sé que me hablaras de otra suerte 1790
   si me vieras con bélico aparato.
   Mas, Constantino, la razón advierte
   que me fuerza a temer y estar dudoso,
   verás que es grande y mi sospecha fuerte.
   El día mismo que te dió de esposo 1795
   nombre mi hija (--nunca te le diera--),      Aparte
   en el fuego de amor libidinoso
   de una vil mujer, Circe hechicera,
   según vengo informado, te encendiste,
   fingiendo esta maraña, esta quimera. 1800
   A tu madre en prisión crÜel pusiste,
   temiendo que a tu amor vano e injusto
   pusiera fin, que, aunque mujer, temiste.
   Si es prenda tuya, pues, invicto augusto,
   la que tiene mi hija en sus entrañas, 1805
   ¿ por qué deshonra mi vejez tu gusto ?
   Ella lo jura así, cesen marañas,
   pues hay de su inocencia mil indicios
   que muestran que te engañan o me engañas.
   Pobres, ricos, plebeyos y patricios 1810
   a Carola apellidan por señora,
   y aun no sé si murmuran de tus vicios.
   Pues si tienes tu madre presa ahora,
   siendo de la virtud claro dechado,
   y pospones mi hija por Lidora; 1815
   si has afrentado tu imperial senado,
   que era la basa de tu griego imperio,
   por habértelo justo aconsejado,
   ¿ qué mucho que quien tiene en cautiverio
   su esposa y madre ordene esta maraña 1820
   y finja aquel ilícito adulterio ?
CONSTANTINO:      Si el dolor que tus canas acompaña
   no me hicieran creer que estás sin seso,
   fueras motivo de una crÜel hazaña.
   Si huyó el autor de aqueste vil suceso, 1825
   ¿ no es bastante ocasión que fue culpado
   Leoncio, pues huyó ? Déjate de eso,
   y agradece que no te he castigado.
REY:      Pluguiese a Dios que aquí me dieses muerte
   por no vivir confuso y afrentado; 1830
   que dos hijos me dió mi infeliz suerte
   que vengarán mi vida.
CONSTANTINO:                                  Porque creas,
   rey, que es verdad cuanto te digo, advierte.
   Yo quiero hacer que aquesta noche veas
   tu afrenta y desengaño, y que escondido, 1835
   testigo de tu mismo agravio seas.
   No solamente el vil Leoncio ha sido
   quien de Carola mancha el nombre honesto
   y es el Eneas de esa casta Dido;
   con la guarda mayor es manifiesto 1840
   que en la prisión su nombre y fama infama.
   Tú propio puedes ser testigo de esto;
   detrás de las cortinas de su cama
   te puedes esconder, y por tus ojos
   efectos ver de su lasciva llama. 1845
   Castiga sus ilícitos antojos,
   que si en silencio tuve este suceso
   fué por no acrecentar más tus enojos.
REY:      ¡ Válgame Dios ! ¿ Que a tan notable exceso
   llega mi infamia ? pues me dejáis vivo, 1850
   quitadme, cielos, con la honra el seso.
   A ver este delito me apercibo.
   Haz que no sepa, césar, mi venida;
   verás presto mi enojo vengativo,
   y, adiós, que voy a entretener la vida 1855
   porque no se me acabe hasta que sea
   de aquesta infame hija filicida
   y mi venganza con mi muerte vea.

Vase.    Salen CLODIO y LIDORA. CONSTANTINO retirado

CONSTANTINO:      En brava confusión quedo.
   ¿ Quién me ha enseñado a mentir; 1860
   y cómo podré cumplir
   con mi fama y con mi enredo ?
LIDORA:      Esta noche gozarás
   la esperanza que entretienes
   si, como te digo, vienes, 1865
   Clodio, solo como estás,
   y entras por la sala donde
   guardan la infanta Carola,
   que tiene una puerta sola
   que a mi cuadra corresponde. 1870
   Ves aquí la llave de ella,
   que ya te ha dado mi amor
   la del alma.
CLODIO:                        Ese favor
   estimo, Lidora bella.
   ¡ Qué en tu dichoso retrete 1875
   tendrá fin mi pena ?
LIDORA:                              Sí.
CLODIO:      Quedo; el César está allí.
LIDORA:      ¿ Hate visto ?
CLODIO:                        No.
LIDORA:                            Pues vete.
CLODIO:      Adiós.    (Noche perezosa,        Aparte
   a apresurar tu camino 1880
   me parto.)

Vase. Sale CONSTANTINO; luego UN CRIADO

LIDORA:                    ¡ Mi Constantinol
CONSTANTINO:      ¡ Dulce y bellísima esposa !
LIDORA:      ¿ Qué pensamiento os divierte
   y os tiene triste y suspenso ?
CONSTANTINO:      Una traza, mi bien, pienso 1885
   con que al de Chipre dar muerte,
   que importa a nuestro reposo

Tocan cajas y sale un CRIADO

   ¿ Qué es esto ?
CRIADO:                        César invicto:
   Roselio viene de Egipto
   y su soldán victorioso. 1890
CONSTANTINO:      El viene a buena ocasión;
   premio su esfuerzo merece.
   Un medio el cielo me ofrece
   importante a mi intención.
   A ver su entrada salgamos, 1895
   que es un famoso soldado.
   Buena maraña he forjado;
   mataránse los dos, vamos.

Vanse.    Salen IRENE, de pastor, y ANDRONIO

IRENE:      Tu lealtad al mundo asombre;
   la fama te inmortalice, 1900
   y en mármoles eternice,
   pastor famoso, tu nombre.
ANDRONIO:      ¿ Vaste ?
IRENE:                    Sí, que es largo el trecho
   de nuestro pueblo y es tarde.
ANDRONIO:      Anda con Dios.
IRENE:                        El te guarde 1905
   y me saque de este estrecho.

Vase IRENE

ANDRONIO:      ¿ Contó jamás la mentirosa Fama
   igual suceso y caso de esta suerte
   en cuantas partes de sus plumas vierte
   las nubes portentosas que derrama ? 1910
   ¿ Contó jamás de un hombre que en la llama
   se abrasa de Amor, dios cobarde y fuerte,
   que pretenda gozar y dar la muerte
   a un mismo tiempo a quien adora y ama ?
   Rigor es inaudito y sin segundo; 1915
   mas, por vivir, a hacerle me provoco,
   pues en su ejecución mi vida fundo.
   Cuente la Fama, pues, mi intento loco,
   que yo sé que dirá después el mundo
   que en un reino al revés todo esto es poco. 1920

Vase.    Salen SOLDADOS y sacan mesa, vela, dados y juegan

SOLDADO 1:      Sacar dineros, soldados.
SOLDADO 2:      ¿ No hay harta noche ?
SOLDADO 1:                              ¿ Qué importa,
   si la más larga es más corta
   cuando se juega ? Echen dados.
   Pasé a nueve.
SOLDADO 2:                          Topo y gano, 1925
   los tres a once.
SOLDADO 3:                        Topo aquí y aquí.
   ¡ Voto a Dios, gané !
SOLDADO 4:                              Perdí.
   Venturosa fue esta mano.
   Eche.
SOLDADO 2:                    A ocho he de parar,
   ¡ esto !
SOLDADO 1:                  Pase, no le duela. 1930
SOLDADO 3:      Despabilen esa vela.
SOLDADO 2:      Repárola.
SOLDADO 1:                      Topo.
SOLDADO 4:                            ¡ Azar !
SOLDADO 2:      Siete y llevar.
SOLDADO 1:                            Lléveme
   el diablo si aquésta pierdo.

Salen TARSO, con el traje de IRENE, y ANDRONIO

ANDRONIO:      No hay, señora, amante cuerdo; 1935
   Amor es ciego y no ve.
   Dadme gusto, y vive Dios
   que del fiero matricida
   ponga en salvo vuestra vida
   huyendo juntos los dos. 1940
   Ea, respondedme, pues
   veis a lo que estoy dispuesto.
TARSO:      (¡ No faltaba más que aquesto            Aparte
   para andar todo al revés !
   Ya no puede durar nada, 1945
   habiendo luz, mi disfraz.
   Animo, ciego rapaz,
   quitarle quiero la espada.)

Quítale la espada a ANDRONIO

   Hombre no más que en el nombre,
   tu muerte tiene de ser 1950
   un hombre que hecho mujer
   dará muestras de que es hombre.
   Irene huyó; mi valor
   la dió libertad.
ANDRONIO:                          Soldados,
   dejad los infames dados, 1955
   matad a aqueste traidor.

Echan mano todos contra TARSO

SOLDADO 1:      ¿ Traidor ? Traidora dirás.
   ¿ No es mujer ?
TARSO:                        Cuando lo fuera,
   bastante una mujer era
   para vosotros, y aun más. 1960
ANDRONIO:      Muera, que es un vil pastor.
TARSO:      (Huid, que es lo que os conviene,    Aparte
   que con el traje de Irene
   me ha vestido su valor.)

Vase

ANDRONIO:      Seguidle, escuadrón cobarde. 1965
SOLDADO 1:      Vamos.

Vanse los SOLDADOS

ANDRONIO:                  ¡ Ay, cielo enemigo !
   el césar me da un castigo
   atroz, no es bien que le aguarde;
   huyamos, pues, vida amada,
   que estáis en notable estrecho. 1970
   ¡ Qué buena burla me han hecho
   a no salir tan pesada !

Vase.    Salen ROSELIO y CONSTANTINO

ROSELIO:      ¿ Mi hermana, cielos, manchó
   su sangre siendo liviana ?
   ¡ Jesús ! ¿ mi hermana ? ¿ mi hermana ? 1975
   ¿ duermo ? ¡ Mas ay, Dios, que no !
CONSTANTINO:      Yo os pondré, Roselio, en parte,
   donde del daño que digo,
   siendo vos propio el testigo,
   cojáis a Venus con Marte. 1980
ROSELIO:      Alto, pues, honra perdida.
   La venganza es bien que os cuadre;
   vamos, no sepa mi padre,
   señor, mi triste venida
   hasta que de mí colija 1985
   que el cielo le quiso dar
   hijo que sabe vengar
   las infamias de su hija.

Vase

CONSTANTINO:      Bien se traza de esta suerte;
   de noche es; haré, aunque ladre 1990
   contra mí el vulgo, que un padre
   y un hijo se den la muerte.

Vase.    Sale el REY de Chipre y luego ROSELIO

REY:      Este es el teatro, honor,
   donde el mundo representa,
   anque a oscuras, nuestra afrenta, 1995
   tu venganza y mi rigor.
   El papel tienes mejor.
   Sal, si decirle procuras,
   y si a mucho te aventuras
   a oscuras, no temas, llega, 2000
   que pues la venganza es ciega
   bien puedes vengarte a oscuras.

Sale ROSELIO por la otra puerta

ROSELIO:      Aquí me trajo el augusto,
   donde a oscuras he de ser
   lince, que tengo de ver 2005
   mis agravios, ¡ mundo injusto !
   A obscuras vengarme gusto;
   que si la luz es testigo
   de la deshonra que digo,
   saldráse a luz mi despecho, 2010
   y delito a oscuras hecho
   a obscuras pide castigo.
REY:      Parece que las pisadas
   del adúltero me avisan
   que sus plantas viles pisan 2015
   de mi infamia las moradas;
   ánimo, venas heladas,
   dad a la venganza rienda
   y no sufráis que os ofenda
   sangre vil, sin sacar sangre; 2020
   que la afrenta que es de sangre
   justo es que la sangre encienda.

Saca la daga

   Salid, vengativa daga,
   y cuando pase, abrid paso
   a su vida, que en tal caso, 2025
   sólo así mi honor se paga.
ROSELIO:      No sé, cielos, lo que haga;
   temblando voy; mas, honor,
   ¿ dónde está vuestro valor ?

Saca otra daga ROSELIO

   ¿ De qué tembláis, brazo flojo ? 2030
   Mas también tiembla el enojo
   cuando echa fuera el temor.

Sale CLODIO por en medio de ellos

CLODIO:      Esta es la dichosa hora
   para mi ventura cierta,
   y este el cuarto de la puerta 2035
   donde me aguarda Lidora.
   Presa aquí la infanta mora;
   gozar quiero la ocasión
   y abrir.
REY:                    Ahora, corazón,
   sacad la flaqueza fuera. 2040
   Muera el vil.
ROSELIO:                        El traidor muera.

Danle los dos, uno por las espaldas, otro por el pecho

CLODIO:      ¡ Ay, muerto soy, confesión !

Sale CONSTANTINO

CONSTANTINO:      (Que se mataron colijo            Aparte
   los dos, traza fué excelente.)
   ¡ Ah de mi guarda ! ¡ Hachas ! ¡ Gente ! 2045

Sacan hachas

   ¿ Qué es aquesto ?
ROSELIO:                            ¡ Padre !
REY:                                    ¡ Hijo !
CONSTANTINO:      (Trocóse mi regocijo;              Aparte
   vivos los dos han quedado.
   ¿ Todo al revés, cielo airado ?)
ROSELIO:      ¿ Señor ?
REY:                Infante, ¿ en tal parte ? 2050
   ¿ a qué viniste ?
ROSELIO:                        A vengarte.
REY:      Ya yo propio me he vengado.
   ¡ Ay invicto emperador !
   que a mi costa salió cierto
   lo que dijiste.    Ya he muerto, 2055
   no castigado, al traidor.
   Pero, ¿ cómo mi rigor,
   siendo la injuria sangrienta,
   con tan poco se contenta ?
   Vamos, que una muerte sola 2060
   no basta. ¡ Muera Carola !
ROSELIO:      Muera, y con ella esta afrenta.

Vanse los dos

CONSTANTINO:      Mátenla y podré gozar
   seguro esposa e imperio.
   ¡ Ah desdichado Liberio, 2065
   tú lo hubiste de pagar !
   ¿ Quién te trajo a este lugar
   para morir sin reparo ?
   Llevadle de aquí. ¡ Qué avaro
   te fue el cielo ! ¡ Ay mi Lidora ! 2070
   Dirás que te salió ahora
   tu amor e imperio bien caro.

Vase.    Sale CAROLA medio desnuda

CAROLA:      Ya no hay, Fortuna atrevida,
   con que perseguirme más.
   ¿ Estás contenta ? No harás, 2075
   porque aún me ves con la vida.
   Sólo el honor me convida
   a guardarla, que no huyera
   si honrada morir pudiera.
   Esta puerta sale al mar. 2080
   Peces, ¿ queréisme ayudar
   en persecución tan fiera ?
   ¡ Qué de cosas he perdido
   juntas, mundo burlador !
   Imperio, esposo y honor, 2085
   padre, hermano y el vestido;
   casi desnuda he salido
   huyendo mi muerte. Pies
   huyamos a la mar, pues
   quizá en su golfo profundo, 2090
   andará derecho el mundo
   pues en tierra anda al revés.


ACTO TERCERO

Sale IRENE vestida de pastor

IRENE:      Monte soberbio, que entre pardas nubes
   de estrellas coronado
   imitas a Nembrot y al sol asaltas, 2095
   pues hasta el cielo subes;
   si a la verdad que allá se fue has mirado,
   vivir de asiento en sus moradas altas,
   declárale las faltas
   que en la tierra introdujo la malicia; 2100
   dile que no hay justicia,
   que el mundo y su gobierno está de modo
   que, andando al revés todo,
   del hijo la madre huye,
   porque su vida, bárbaro destruye, 2105
   hallando aunque te asombres,
   en tus fieras piedad, mas no en los hombres.

Sale TARSO, de pastor. Dentro CAROLA y un MARINERO

TARSO:      En tus fieras piedad, mas no en los hombres,
   pienso hallar monte espeso,
   que ya en los hambres tu aspereza fundo. 2110
   Trocad, brutos, los nombres
   por ellos, que por más brutos confieso
   los que hombres llama el engañado mundo;
   un príncipe iracundo
   que a su madre ha querido dar la muerte, 2115
   hace que de esta suerte
   huya, porque de su tirana furia
   estorbe aquesta injuria.
   Mi habitación seréis áspero monte,
   sepa vuestro horizonte 2120
   que hoy a habitar vuestra esperanza viene,
   Tarso, el pastor que dio la vida a Irene.
IRENE:      Aquí, cielos, ¿ qué escucho ?
   Fortuna ciega, no te temo ahora.
   Libertador solemne 2125
   de aquesta vida con quien peno y lucho,
   mi dicha con tu vista se mejora.
TARSO:      Bellísima señora,
   ¿ es posible que aquí te trajo el cielo ?
   Que lo sueño recelo; 2130
   vida, en verte recibo.
IRENE:      Tarso, ¿ qué, vienes libre ?
TARSO:                                    Libre y vivo;
   porque vengué tu ultraje
   con el valor que me vestí en tu traje.
IRENE:      Pues la Fortuna en paz, su guerra muda, 2135
   cese el rigor; piadoso cielo, ayuda.

Gritan de dentro CAROLA y un MARINERO

CAROLA:      ¡ Cese el rigor, piadoso cielo, ayuda !
MARINERO:      No temas, que la tierra
   está cerca, señora.
CAROLA:                            ¡ Ay mar airada !
   ¡ Vuestro favor acuda; 2140
   sed, Virgen, paz en tan confusa guerra,
   por ser mujer, cual vos más desdichada !
MARINERO:      Ya no hay que temer nada,
   tira de aquesta cuerda.
IRENE:                                  Tarso, espera;
   una voz lastimera 2145
   sale del mar.

Sale un MARINERO mojado y tirando de un cordel, a quien va asida CAROLA sobre una tabla

CAROLA:                    ¡ Ay cielos, que me muero !
IRENE:      ¿ No ves un marinero
   y una mujer asida a aquella tabla
   que ni se mueve ni habla ?
MARINERO:      Libre estás ya del mar, mujer; levanta. 2150
CAROLA:      ¡ Ay, perseguida y desgraciada infanta !
IRENE:      ¿ Ay, perseguida y desdichada infanta ?
   ¿ Qué desdicha te ha puesto en tal aprieto ?
   Mas ¿ qué pregunto, si el que de esta suerte
   me hace andar, con desatinos vive ? 2155
   ¡ Ah, infanta ! ¡ Ah mi Carola !
CAROLA:                                    ¿ Quién me llama ?
IRENE:      Irene soy.
CAROLA:                    ¿ Irene ?
IRENE:                            La infelice.
CAROLA:      ¿ La madre de mi esposo ?
IRENE:                                La que diera
   por no serlo la vida que él persigue.
CAROLA:      Ya muero con contento en tu presencia; 2160
   dame esos brazos.
IRENE:                          No permita el cielo
   que a ver mis ojos tal desgracia lleguen.
MARINERO:      (¡ Cielos ! ¿ Esta es Irene ? ¿ Esta es Carola, Aparte
   madre y esposa del monarca griego ?
   Sin duda que el temor de verse presas 2165
   les hizo que, rompiendo las prisiones,
   huyesen de este modo. Mas ¿ qué aguardo,
   que no voy a avisar a Constantino ?
   Pues sabiendo por mí que aquí se esconden
   saldré de pescador con las mercedes 2170
   que de su mano espero. Adiós, señores,
   que, pues la infanta, a quien sin conocerla,
   la vida he dado, en vuestra compañía
   está segura y libre, yo me parto
   en busca de los otros compañeros 2175
   que conmigo saltaron de la barca,
   cuando la abrieron las mojadas rocas.)
CAROLA:      Aún no tengo con qué poder pagarte
   el favor que me has dado. El cielo quiera
   darme con que te premie este socorro. 2180
MARINERO:      Adiós. (A dar aviso al César corro.)                Aparte

Vase

IRENE:      Infelice señora, ¿ qué fortuna
   nos persigue a las dos ?
CAROLA:                                Aquese monstruo,
   que por hijo te dio nuestra desdicha,
   a mi padre y hermano ha persuadido 2185
   que en adúlteros brazos le deshonro,
   y huyendo de su furia... Mas--¡ ay cielos !--
   ¡ qué terible dolor ! ¡ Jesús, que muero !
TARSO:      Pues ten, señora, esfuerzo y no le pierdas,
   y vamos, que en lo espeso de este monte 2190
   haremos chozas de sus verdes ramas,
   y aunque groseras, camas de sus hojas.
   Mi pedernal y yesca dará lumbre
   con que enjugar las ropas y abrigarte;
   y aunque en peligro ponga aquesta vida, 2195
   iré al lugar y pueblo más cercano
   a traer de comer, aunque el vestido
   en trueco deje.
IRENE:                          Vamos, poco a poco.
CAROLA:      ¡ Ay, Jesús, qué dolor !
IRENE:                                ¡ Ay, hijo loco !

Vanse.    Salen CONSTANTINO, MACRINO y LIDORA

CONSTANTINO:      Ya Carola será muerta; 2200
   que aunque del padre y hermano
   al mar huyó por la huerta,
   fueron tras ella, y es llano
   que harán su venganza cierta.
   Huyó mi madre también, 2205
   y aunque el darla muerte fuera
   más seguro, me está bien
   que por otras manos muera,
   que no me faltará quien
   me asegure el reino y tierra 2210
   con su muerte; y pues destierra
   su ambición y así se va
   de mi imperio, no podrá
   con su ayuda hacerme guerra.
   En fin, que el morir Liberio, 2215
   aunque con tal vituperio,
   fue causa, bella Lidora,
   de que gocemos ahora
   los dos seguro el imperio.
LIDORA:      No puedo negar, señor, 2220
   la pena que siento en vano
   por mi hermano; que su amor
   pasaba de amor de hermano
   a otro más estrecho amor.
   Mas aunque con ella lucho, 2225
   por ser vuestro gusto escucho;
   doy por bien su muerte presta,
   porque si mucho me cuesta,
   entendáis que os amo mucho.
CONSTANTINO:      Mucho amáis, porque os amé 2230
   mucho; ya, gracias al cielo,
   mi imperio regir podré,
   sin que temor ni recelo
   madre y esposa me dé.
   Desde hoy hacer determino 2235
   leyes que, de Constantino,
   Constantinas llame el mundo,
   siendo Licurgo segundo
   de Grecia. Llama, Macrino,
   a audiencia todos los presos; 2240
   que, pues deshice el senado
   que juzgaba sus procesos,
   es bien que tenga cuidado
   de castigar sus excesos.
MACRINO:      Yo voy.

Vase

LIDORA:                    Esos ejercicios 2245
   dan, mi bien, de vos indicios,
   reconociendo en vos Grecia
   juez que las virtudes precia
   y que castiga los vicios.

Siéntanse

CONSTANTINO:      Sentaos, pues, que vuestro amor 2250
   ha de ser mi guía.

Salen MACRINO y un RELATOR

MACRINO:                              Señor,
   ya tienes en tu presencia
   presos a quien dar audiencia.

Salen los PRESOS, y van llegando como los van nombrando

CONSTANTINO:      Diga, pues, el Relator,
   ¿ por qué está aqueste hombre preso ? 2255
RELATOR:      Es un ladrón afamado
   que, como reza el proceso,
   ha estado ya sentenciado
   otra vez a ahorcar.
CONSTANTINO:                            ¿ Por eso ?
RELATOR:      Sí, que son de precio extraño 2260
   los hurtos que en solo un año
   en Constantinopla ha hecho.
CONSTANTINO:      Hágale muy buen provecho;
   soltarle, no le hagáis daño.
   Licurgo Lacedemón, 2265
   cuyas sabias leyes sigo,
   estableció, y con razón,
   que no le diesen castigo
   por ningún hurto al ladrón.
   Pues sus leyes os enseño, 2270
   soltarle, que no es pequeño
   el peligro a que se arroja
   de que en las manos le coja
   el hurto al ladrón su dueño.
MACRINO:      ¡ Buenos jueces !
RELATOR:                          ¡ Extremados ! 2275
MACRINO:      Serán, con tal libertad,
   ladrones los más honrados.
CONSTANTINO:      Quiero que haya en mi ciudad
   castigo de descuidados;
   hurta sin que te corrija 2280
   el temor.
LADRON:                  Tu imperio rija
   desde el Indo Batro al Tibre.

Vase

CONSTANTINO:      Anda con Dios, vete libre.
MACRINO:      (No sé de esto qué colija.)          Aparte
CONSTANTINO:      Venga otro preso.
RELATOR:                              Este mozo 2285
   ha que está en el calabozo
   un mes.
LIDORA:      ¿ Y por qué desastre ?
RELATOR:      Porque hurta, siendo sastre,
   sin máscara ni rebozo 2290
   la mitad de todo cuanto
   corta.
LIDORA:                Ya es inclinación
   muy antigua; no me espanto,
   si han de vestir un pendón
   que crece y que dura tanto. 2295
CONSTANTINO:      Yo remediaré este daño
   sin que haya más engaño,
   ni los prendan más por eso;
   tomen por medida y peso
   de hoy más, los sastres el paño, 2300
   y después que esté cosido,
   cuando lo vuelvan a dar,
   sea pesando el vestido,
   y así no podrán hurtar.

Vase el SASTRE

LIDORA:      Traza de tu ingenio ha sido. 2305
CONSTANTINO:      Otro.
RELATOR:                  Este es un casado
   que ha un año que no hace vida
   con su mujer, y hanle hallado
   con otra mujer perdida
   dos noches.
CONSTANTINO:                    No es gran pecado. 2310
   Ven acá, ¿ cuánto ha que estás
   casado o cansado, y das
   sustento a mujer y casa ?
HOMBRE:      Señor, de diez años pasa.
CONSTANTINO:      Pobre de ti, ¿ diez ?
HOMBRE:                              Y aún más. 2315
CONSTANTINO:      Suficientes eran dos
   para hacerte padecer
   un infierno; anda con Dios,
   mártir eres de mujer,
   no hagáis más vida los dos. 2320

Vase el HOMBRE

   Y pregónese en mi nombre,
   aunque mi imperio se asombre,
   de mandatos tan extraños,
   que de cuatro en cuatro años
   remude mujer el hombre. 2325
RELATOR:      ¿ Vos contra la ley cristiana ?
CONSTANTINO:      No importa, otra ley me avisa
   que fuera cosa bien sana
   el mudar como camisa
   la mujer cada semana. 2330
MACRINO:      (¡ Ay Grecia, que vas perdida !)    Aparte
CONSTANTINO:      La experiencia me convida
   hacerlo de aquesta forma;
   que no hay más pesada corma
   que una mujer de por vida. 2335
   ¿ Por qué estáis preso ?
RELATOR:                                  Señor,
   en un horno echar le han visto
   con herético furor,
   cuando ardiendo estaba, un Cristo,
   y aún afirma en el error 2340
   del emperador León,
   autor de blasfemiás tantas,
   que cuantos adoración
   a las imágenes santas
   diesen, idólatras son. 2345
CONSTANTINO:      Dice la verdad más cierta
   de cuantas mi ley concierta;
   sólo a Dios se ha de adorar
   del cielo, y no idolatrar
   un palo o estatua muerta. 2350
   Y publique Grecia luego
   que honrar simulacros tantos
   es error de herejes ciego;
   las imágenes de santos
   se quemen, haciendo un fuego 2355
   público, pena de muerte.
RELATOR:      Vuelve, gran señor, en ti.
CONSTANTINO:      A Dios honro de esta suerte.
   ¿ Contradíceslo tú ?
RELATOR:                              Sí.
   Oye, Emperador, advierte. 2360
   La adoración que se aplica
   a la imagen, prenda rica
   de nuestra humana miseria,
   no es por ella o su materia,
   más por lo que significa. 2365
   Es la imagen como historia
   que nos trae a la memoria
   en los católicos templos
   los portentosos ejemplos
   de los que están en la Gloria. 2370
   Si porque de palo son
   o plata, los adorara
   la cristiana religión
   y adelante no pasara
   nuestra justa devoción, 2375
   fuera idólatra sin duda
   quien una imagen desnuda
   reverenciara, y tuviera
   por Dios y favor pidiera
   a un palo, a una tabla ayuda. 2380
   Mas, como tu sello real
   se estima en tu propia cuenta,
   no porque es de oro o metal,
   sino porque representa
   tu dignidad imperial, 2385
   y de quien le depreciara
   y en las llamas le arrojara
   se agraviara tu corona,
   cual en tu misma persona
   su locura ejecutara, 2390
   de esa suerte, pues, la gente
   que de la inmortal presencia
   de los santos vive ausente,
   su memoria reverencia
   en sus tablas solamente. 2395
   Y si con error tan ciego
   mandas que tu imperio griego
   queme sus santas figuras,
   los mismos santos procuras
   echar también en el fuego. 2400

Levántanse

CONSTANTINO:      Prended a aqueste hablador;
   veamos si hay algún santo
   que venga a darle favor;
   y esté sin comer en tanto
   que defendiese este error, 2405
   que debajo de los pies
   los he de poner, pues es
   idólatra quien los precia.
   Bien parece que eres, Grecia,
   la república al revés. 2410

Vanse.    Salen el REY de Chipre y ROSELIO

ROSELIO:      Según dijo el marinero,
   las olas del mar amargo
   tomaron, padre, A su cargo
   vengar nuestro agravio fiero;
   que escondiendo en su profundo 2415
   su lascivo cuerpo, intenta
   que sepultando tu afrenta
   no venga a saberla el mundo.
   A Chipre puedes volverte;
   que si Carola ha manchado 2420
   su honor, el mar ha lavado
   la mancha, con darla muerte.
REY:      ¿ Cómo ha de poder lavar
   el mar mi justo dolor,
   si para manchas de honor 2425
   es poca el agua del mar ?
   ¡ Ay, Roselio, que no puedo
   persuadirme a que la infanta
   fue autora de culpa tanta,
   y temo que ha sido enredo 2430
   del infame emperador !
ROSELIO:      A mí, la propia sospecha
   me tiene el alma deshecha.
REY:      Oye, que viene un pastor,
   y en este desierto quiero 2435
   saber en qué parte estoy.

Sale LEONCIO, de pastor

LEONCIO:      Cielo airado, ¿ dónde voy ?
   ¿ Qué pretendo ? ¿ En quién espero ?
   Mi suerte vil, ¿ qué procura ?
   ¿ De quién huyo, si conmigo 2440
   traigo el mayor enemigo,
   que es la falta de ventura ?
   ¡ Ah Fortuna vil ! ¿ Así
   das a Leoncio sosiego ?
   ¿ Es éste el imperio griego 2445
   y mundo que abierto vi ?
   Mas, cómo juegas y burlas,
   burláronme tus quimeras,
   tú me afrentarás de veras,
   pues que me honraste de burlas. 2450
REY:      ¡ Leoncio ! ¡ Oh, dichoso el día
   en que el cielo soberano
   quiere, que vengue mi mano
   vuestra deshonra y la mía !

Cógenle los dos y sacan las dagas

   ¡ Ah, traidor ! Aquí tu insulto 2455
   me pagarás sin huír;
   que Dios sabe descubrir
   lo más secreto y oculto.
LEONCIO:      ¿ Roselio ? Rey, gran señor
   detente, escucha primero. 2460
ROSELIO:      ¡ Ah, lobo vil, que el cordero
   despedazas de mi honor !
   ¿ Qué injuria te hice jamás
   que así mi sangre deshonras ?
REY:      Ladrón crÜel de las honras, 2465
   yo haré que no robes más.
LEONCIO:      Si con mi muerte te pagas
   de tu agravio, morir quiero;
   mas óyeme rey, primero,
   para que te satisfagas; 2470
   que ese furor ya imagino
   y sé que debe de ser
   por haberte hecho creer
   que te afrenté, Constantino.
   Mas la noche que a Carola 2475
   de esposa la mano dió
   en su lugar pretendió,
   gozar a su dama sola,
   y dándome de ello cuenta,
   me mandó que procurase 2480
   cómo la infanta quedase
   ignorante de esta afrenta.
   Yo, que en la amorosa llama
   de Lidora me encendí,
   al revés la traza di, 2485
   y trocando cuadra y cama,
   su esposa el césar gozó,
   que era Lidora creyendo,
   y al mismo tiempo fingiendo
   que era Constantino yo, 2490
   en nombre suyo gocé
   la hermosura de Lidora,
   y a la infanta, mi señora,
   de aquesta suerte vengué.
   Y en este fingido traje, 2495
   temiendo fuese sabida
   mi traza, libré la vida.
   Si esto ha sido hacerte ultraje,
   mátame, rey, mas no creo
   que lo juzgarás portal. 2500
REY:      Antes muestras de leal,
   Leoncio, en tu rostro veo;
   yo estoy cierto que has contado
   la verdad, porque acá dentro
   el corazón en su centro 2505
   así lo había adivinado.
   Roselio, ¿ qué te parece
   si fue cierto mi temor ?
ROSELIO:      Estoy confuso.
REY:                        ¡ Ah traidor
   Constantino !    Bien parece 2510
   que eres griego, descendiente
   de Ulises y sus engaños.
   No corte el hilo a mis años
   la Parca, que venir siente
   mi vejez larga y prolija, 2515
   hasta que asuele tu imperio;
   .................. [-erio]
   vengue mi difunta hija.
LEONCIO:      ¡ Válgame Dios !, pues ¿ es muerta ?
REY:      ¡ Ay, Leoncio amigo, sí, 2520
   ya murió ! Mas vive en mí
   su venganza.
LEONCIO:                      Será cierta,
   si a tu reino luego partes
   y embarcando armas y gente
   sobre Grecia de repente 2525
   pusieres tus estandartes
   en las famosas almenas
   de Constantinopla, adonde
   nuestro enemigo se esconde;
   que mientras tu campo ordenas, 2530
   yo en persona partiré
   a las legiones que están
   sin caudillo y capitán
   en Armenia, y las haré
   amotinarse y venir 2535
   contra este desatinado
   que a todos nos ha afrentado.
   Fácil será persuadir
   al ejército que haga
   esto, y más que los soldados 2540
   se ven de él menospreciados
   y ha un año que no les paga.
REY:      Pues con aquesa esperanza
   yo me parto.
LEONCIO:                      Y yo también.
REY:      Muerte, tu curso detén 2545
   hasta que me des venganza.

Vanse. Sale LIDORA, con CAMILA a tocarse al espejo, y siéntase

CAMILA:      ¿ Qué vestido has de ponerte ?
LIDORA:      Cualquiera; saca el morado
   sobre tela acuchillado.
CAMILA:      Triste estás de aquesta suerte. 2550
LIDORA:      ¿ Triste ? ni por pensamiento;
   lo morado, ¿ no es amor ?
CAMILA:      Sí; pero aquese color
   es de cuaresma o adviento.
LIDORA:      Salga el turquesado, pues. 2555
CAMILA:      Deja lo azul a los cielos,
   no te pronostiques celos;
   el de rosa seca es
   buen color y grave.
LIDORA:                                Quita
   allá tanta terquedad; 2560
   que la rosa de mi edad
   ni está seca ni marchita.
CAMILA:      Ponte el de flor de romero.
LIDORA:      La color es extremada,
   pero el nombre no me agrada. 2565
CAMILA:      ¿ No le quieres ?
LIDORA:                          No le quiero.
CAMILA:      ¿ Qué es la causa porque cobres
   odio al romero ?
LIDORA:                          ¿ No ves
   que huele a pobreza y es
   la pastilla de los pobres ? 2570
CAMILA:      Pues traeréte el verde obscuro.
LIDORA:      Verde obscuro, ¿ qué mudanza
   entristece mi esperanza ?
   ¿ No vive mi amor seguro ?
CAMILA:      Ponte el blanco.
LIDORA:                            Es de novel 2575
   que se arma caballero.
CAMILA:      ¿ Pajizo ?
LIDORA:                  No desespero.
CAMILA:      ¿ Encarnado ?
LIDORA:                      Es muy crÜel.
CAMILA:      ¿ Verdemar ?
LIDORA:                        No me contenta,
   que esperanza puesta en mar 2580
   o se tiene de anegar
   o ha de padecer tormenta.
CAMILA:      El leonado es a mi gusto.
LIDORA:      No me llamo yo Leonora
   ni estoy congojada ahora. 2585
CAMILA:      Ponte el negro.
LIDORA:                        De ese gusto
   ningún color se le iguala,
   por eso con él me alegro,
   que sale sobre lo negro
   por extremo cualquier gala. 2590
   Ponle los botones de oro
   porque no digan que es luto.

Sale CONSTANTINO

CONSTANTINO:      A darte viene tributo
   el amor con que te adoro.
   La sala de mi consejo, 2595
   llena de mil negociantes
   y embajadas importantes
   sólo por tu causa dejo,
   que tiene que negociar
   mil cosas contigo el alma 2600
   y vive sin verte en calma.
LIDORA:      Déjame, mi bien, tocar.
   Por fuerza has, señor, de ver
   mis faltas. ¡ No me dejaras
   tocar primero !
CONSTANTINO:                          Dos caras 2605
   suelen dar a la mujer,
   una hermosa y otra fea;
   la hermosa es cuando compuesta
   hace al gusto plato y fiesta
   y los sentidos recrea. 2610
   Pero cuando se levanta
   dicen que pone temor,
   que una cara en borrador
   no enamora, sino espanta.
   De ti otro tanto juzgara 2615
   a no venirte así a ver,
   mas ya sé que, aunque mujer,
   no tienes más de una cara.
LIDORA:      Reír me has hecho; alza más
   aquese espejo.
CONSTANTINO:                        ¿ Está bien ? 2620
LIDORA:      Sí; aquesos cabellos ten.
CONSTANTINO:      Los rayos del sol dirás.
LIDORA:      ¿ Estoy a tu gusto ?
CONSTANTINO:                                Sí.
LIDORA:      Pues no sé cómo, que dejo
   de mirarme en el espejo, 2625
   mi bien, por mirarme en ti.
CONSTANTINO:      Suelta estos pocos cabellos
   al descuido, que es donaire
   verte el rostro cuando el aire
   está jugando con ellos. 2630
   Ahora que te has tocado,
   mírate bien, cara esposa,
   verás si es mi dama hermosa
   y si estoy bien empleado.
LIDORA:      No por cierto; más mereces, 2635
   que es fea y de necio trato,
   mírate tú en tu retrato
   y verás cuán bien pareces.

Mírase CONSTANTINO en el espejo y espántase

CONSTANTINO:      ¡ Ay !
LIDORA:                ¿ Qué has visto ?
CONSTANTINO:                              Un hombre armado
   del propio rostro y figura 2640
   de Leoncio, que procura
   matarme.
LIDORA:                  ¡ Lindo has estado !
   ¿ pensabas burlarme así ?
CONSTANTINO:      ¿ Turbárame a no ser cierto
   lo que he visto ?
LIDORA:                          ¿ A Leoncio muerto 2645
   no le trajeron aquí ?
   Calla, que ése es devaneo.
CONSTANTINO:      ¡ Ay cielos !    Quítale allá.
   ¿ No le has visto cual está ?

Vuelve a mirarse

LIDORA:      Sola aquí mi imagen veo. 2650
CONSTANTINO:      Alguna hechicera vil
   me pretende dar la muerte
   con hechizos de esa suerte;
   y si es encanto sutil
   no hago de hechizos caso 2655
   que soy otro Ulises yo.
   Leoncio ya se murió,
   ¿ qué mal puede hacerme ?

Salen un MARINERO y MACRINO

MARINERO:                                Paso.
MACRINO:      Aguárdate allá, grosero.
MARINERO:      Si está aquí el emperador 2660
   téngole de hablar. Señor,
   yo, que un pobre marinero
   soy, he sabido que das
   premio a quien noticia tiene
   de la emperatriz Irene. 2665
CONSTANTINO:      ¿ Tiénesla tú ?
MARINERO:                        Sí; sabrás
   que en los montes más cercanos
   de Constantinopla está,
   y fácilmente vendrá,
   ella y Carola a tus manos, 2670
   porque si no es un pastor
   no tienen otra defensa.
CONSTANTINO:      Digno eres de paga inmensa;
   premiaráte mi favor.
   Y a fe que ha de ser de traza 2675
   que en vida y trato mejores.
   Llamadme mis cazadores,
   que quiero salir a caza.
LIDORA:      Pues yo os he de acompañar,
   que una caza como aquésa 2680
   promete famosa presa.
CONSTANTINO:      A mi madre he de cazar;
   que pues su vida me mata,
   matarla por vivir quiero.
LIDORA:      Camila, dame el baquero 2685
   de verde y hojas de plata.

Vanse.    Salen LEONCIO de pastor, y SOLDADOS

LEONCIO:      Soldados del griego imperio;
   capitanes valerosos
   de vuestra patria defensa,
   de los contrarios asombro; 2690
   vosotros que tantas veces
   las banderas habéis roto
   de la multitud morisca,
   y a quien tiembla el mundo todo;
   vosotros que habéis vencido 2695
   tantos bárbaros remotos,
   como son: tártaros, persas,
   húngaros, polacos, godos;
   vosotros, griegos, en fin,
   ¿ consentís que os rija un mozo, 2700
   un emperador hereje,
   un disparatado, un loco ?
   ¿ Qué es de vuestro valor, griegos ?
   ¿ Qué es del renombre glorioso
   con que el magno Constantino 2705
   pasó aquí su imperial trono ?
   ¿ Sabéis a qué Augusto César
   honran las hojas de Apolo ?
   ¿ Queréis ver que hazañas hace ?
   Escuchadme, pues, un poco. 2710
   A la emperatriz Irene,
   que acaudillándoos a todos,
   con ser mujer, dejó atrás
   los hechos del Macedonio,
   prendió, y queriendo matarla, 2715
   huyó a los desiertos solos,
   donde desterrada habita
   entre tigres pardos y osos.
   La hija del rey Chipre,
   a quien dió mano de esposo, 2720
   fue por él menospreciada
   la noche del desposorio,
   y con una dama suya
   casada otra vez, ha roto
   la ley de Dios retirando 2725
   el primero matrimonio.
   Los senadores ha muerto,
   desterrado vive Andronio,
   y premiando a quien me mate
   huyo en este traje tosco. 2730
   Pero todo aquesto es nada,
   que de lo que más me asombro,
   es que a Dios pierde el respeto.
   Los simulacros devotos
   de Cristo y su madre y santos 2735
   echa en el fuego furioso
   y la adoración les niega;
   prisiones y calabozos
   de mil católicos llenos,
   para el martirio están prontos, 2740
   por no seguir las blasfemias
   de este bárbaro furioso.
   ¿ Este emperador tenéis,
   capitanes belicosos ?
   ¿ Este consentís que viva ? 2745
   ¿ Acaso es por los tesoros
   que con vosotros reparte ?
   Yo sé que no; porque sólo
   los gozan los lisonjeros,
   truhanes, rameras y otros 2750
   semejantes en sus vicios,
   pues ha un año que estáis todos
   sin pagas y despreciados.
   ¡ Alto, soldados famosos !
   Sacudid este vil peso 2755
   de vuestros honrados hombros,
   y muera aqueste tirano
   de Grecia y del mundo oprobio.
UNO:      ¡ Leoncio, semper augusto,
   viva y reine !
TODOS:                        ¡ Viva Leoncio ! 2760
LEONCIO:      No, soldados, otro habrá
   más digno del cargo honroso
   que me dais.
TODOS:                      ¡ Leoncio viva !
LEONCIO:      Legiones de Armenia, hoy pongo
   en vuestras manos mi vida, 2765
TODOS:      ¡ Viva Leoncio ! ¡ Viva Leoncio !
LEONCIO:      Pues emperador me hacéis,
   desde hoy a mi cargo tomo
   vuestra defensa; marchad
   a Constantinopla todos, 2770
   que allí el de Chipre me aguarda
   con armas, gente y socorro
   en venganza de su injuria.
   ¡ Cielo benigno y piadoso,
   ya miro cierto y cumplido 2775
   el pronóstico dichoso
   de mi imperio; no permitas
   que tenga fin lastimoso !
   ¡ Alto, a Grecia, capitanes,
   que os aguardan sus tesoros ! 2780
UNO:      ¡ Muera el loco Constantino !
TODOS:      ¡ Viva Leoncio ! ¡ Viva Leoncio !

Vanse, llevándole en brazos; suena dentro ruido de caja y gritan. Salen CONSTANTINO, MACRINO y otros

CONSTANTINO:      No vengo a cazar fieras ni es mi intento
   que tras el oso o tigre el lebrel ladre;
   cesen las voces que atronáis el viento, 2785
   que aquesta caza no es razón que os cuadre.
   Si en ella pretendéis darme contento,
   en vez de jabalí cazad mi madre,
   que ella es la presa que pretendo sola.

Sale LIDORA de caza

LIDORA:      Cazadores, ¿ qué hacéis ? Dadme a Carola. 2790
CONSTANTINO:      ¡ Oh, mi nueva Diana ! A veros Febo
   en ese traje, que érades creyera
   su antigua Dafne, y con curso nuevo
   segunda vez gozaros pretendiera.
LIDORA:      Como sólo con vos el gusto cebo, 2795
   Dafne esquiva para Febo fuera
   vueltos laurel mis desdeñosos brazos,
   que sólo son de vuestro cuello lazos.
CONSTANTINO:      El sol, que aquese disfavor escucha,
   intenta, por vengarse, que os ofenda 2800
   de su luz el calor que ahora es mucha;
   haced, mi bien, que os armen una tienda
   al pie de aquella encina, mientras lucha
   mi amor con vuestra ausencia, porque emprenda
   el fin que intento, y vuestro gusto trace 2805
   cuando a mi madre con Carola cace.
LIDORA:      Pedidme albricias cuando halléis la infanta,
   que a fe que he de intentar nuevos favores,
   y porque Apolo su cenit levanta,
   adiós, querido esposo.
CONSTANTINO:                                Adiós, amores. 2810
   ¡ Alto, amigos ! No quede peña o planta
   que no busquéis, pues de los cazadores
   el que hoy lo fuese de mi madre Irene
   ser cazador mayor por premio tiene.
CAZADOR 1:      Dichoso quien tuviere tal ventura; 2815
   señores, cada cual tome el camino
   distinto y busque sólo la espesura.
CAZADOR 2:      Bien dices; irme sólo determino.
CONSTANTINO:      Gana de dormir tengo.
MACRINO:                                Pues procura
   al margen de este arroyo cristalino 2820
   recostarte, o al pie de aquellas hayas,
   que yo te guardaré.
CONSTANTINO:                              Pues no te vayas.

Echase a dormir

MACRINO:      El apacible sitio me convida
   de aquella zarza con taray funesto
   y parras enlazada y retejida. 2825
   Adiós, durmióse; el sueño tiene presto;
   a mi zarza me voy que en ella anida
   un ruiseñor y es agradable el puesto.
   ¡ Que el sueño ponga á un hombre de esta suerte !
   Bien dicen que es imagen de la muerte. 2830

Echase a dormir.    Descúbrese una rueda grande, a cuyos pies estará CONSTANTINO durmiendo, y en la cumbre estará asentada IRENE, armada, con espada, mundo y corona, y a un lado CAROLA, que va subiendo, y a otro LEONCIO, cabeza abajo, como que se precipita; y a una parte la FORTUNA, vendados los ojos, la cual dice primero de dentro

FORTUNA:      Ah, Constantino !
CONSTANTINO:                              ¿ Quién mi sueño asalta ?
FORTUNA:      La que es más variable que la luna;
   la que al tiempo mejor se muda y salta.
CONSTANTINO:      ¿ Qué quieres, diosa ciega e importuna ?
FORTUNA:      Tu silla derribar, que está muy alta. 2835

Descúbrese la rueda

CONSTANTINO:      ¿ Qué rueda es ésa ?
FORTUNA:                            La de la Fortuna.
CONSTANTINO:      ¿ No estaba encima yo, mudable rueda ?
   Pues ¿ cómo estoy abajo ?
FORTUNA:                                  Como rueda.
CONSTANTINO:      ¿ Quién es aquella, pues, que en lo alto tiene
   el trono que he heredado de mi padre ? 2840
FORTUNA:      Esta es, crÜel, la emperatriz Irene,
   que ya se menosprecia en ser tu madre;
   presto verás que a castigarte viene,
   pues porque al cielo tu castigo cuadre,
   a cuyos santos das tantos enojos, 2845
   te ha de sacar aquesos viles ojos.
CONSTANTINO:      Temerosa visión, Fortuna loca,
   ¿ portan pequeña culpa, pena tanta ?
FORTUNA:      Según la que mereces, ésta es poca.
CONSTANTINO:      ¿ Quién es ésa que sube y se levanta 2850
   en tu rueda, que a envidia me provoca ?
FORTUNA:      Carola es ésta, la inocente infanta
   a quien risueña, su fortuna esquiva,
   la mano ha dado porque suba arriba.
CONSTANTINO:      Su virtud lo merece; y ¿ qué soldado 2855
   es aquél, diosa fácil, a quien quitas
   la corona imperial que le habías dado
   y al suelo de tan alto precipitas ?
FORTUNA:      Leoncio es, que el imperio te ha quitado,
   a quien prenderá Irene.
CONSTANTINO:                                Al fin limitas 2860
   en el caer, si en el subir; ¿ y es cierto
   que es emperador ?
FORTUNA:                            Sí.
CONSTANTINO:                                Pues ¿ no era muerto ?
FORTUNA:      Vida tirana por tu daño tiene,
   y ya llega a prenderte.
CONSTANTINO:                                ¡ Ah, de mi guarda !

Ciérrase la apariencia

   ¡ Filipo ! ¡ Lesbio ! ¡ Alesio ! ¿ nadie viene ? 2865
   ¡ Ah, Macrino !

Sale MACRINO

MACRINO:                        Señor, ¿ quién te acobarda ?
CONSTANTINO:      Prende a Leoncio, da la muerte a Irene,
   saca la espada.
MACRINO:                        Ya la saco, aguarda.
CONSTANTINO:      Mata a Carola.
MACRINO:                        Ten, señor, sosiego.
CONSTANTINO:      ¿ A Leoncio no ves monarca griego ? 2870
MACRINO:      Soñando estás, que no hay persona alguna
   en todo aquesto que inquietarte pueda.
CONSTANTINO:      Luego ¿ no ves la rueda de Fortuna ?
MACRINO:      ¿ Qué rueda o qué Fortuna ?
CONSTANTINO:                                    Vi su rueda,
   y en ella, hasta la esfera de la luna, 2875
   está mi madre, que en su cumbre queda.
   Sube Carola, cae Leoncio al suelo,
   y yo, abatido, mi prisión recelo.
MACRINO:      Déjate de eso, gran señor, sosiega,
   pues, es creer en sueños, desatino. 2880
CONSTANTINO:      ¿ Leoncio, cielos, en mi silla griega ?

Salen dos CRIADOS, uno tras otro

CRIADO 1:      Huye la muerte, invicto Constantino,
   que ya Leoncio en busca tuya llega
   con la gente de Armenia.
CONSTANTINO:                                  ¿ Ves, Macrino,
   cómo soñé verdad ?
CRIADO 1:                          Toda tu gente 2885
   le llama augusto césar del oriente.
   Entró en Constantinopla, y en la plaza
   la corona le dió su patriarca,
   y sabiendo que aquí viniste a caza,
   te viene a dar la muerte.
CRIADO 2:                                    Gran monarca, 2890
   el de Chipre las olas embaraza
   al pie de aqueste monte, echando a tierra
   gran multitud de gente en son de guerra.
CONSTANTINO:      ¡ Todos son contra mí ! Mas no me espanto,
   que he sido contra todos, ¿ No hay do pueda 2895
   huir la muerte, pues el cielo santo
   es mi enemigo y su favor me veda ?
   Seguí mis torpes vicios hasta tanto
   que me han puesto debajo de tu rueda,
   Fortuna vil.    ¿ Por qué razón me infamas ? 2900
   ¡ Mas, ay, que eché los santos en las llamas !

Vanse.    Sale CAROLA vestida de pieles

CAROLA:      Ya creí, Fortuna airada,
   que viviendo entre las fieras
   me dejaras y estuvieras
   con mis desdichas vengada. 2905
   Mas, pues hasta aquí me sigues,
   mi muerte te es de importancia,
   dime, pues, ¿ por qué ganancia,
   Fortuna vil, me persigues ?
   ¿ Cuándo entiendes de poner 2910
   fin a tu venganza fiera ?
   Tenme lástima, siquiera
   por ser, como tú, mujer.
   Mas--¡ ay cielos !--que imagino
   que ya mi fin se llegó. 2915

Tocan de dentro cajas.    Salen marchando LEONCIO y SOLDADOS

LEONCIO:      No seré emperador yo
   mientras viva Constantino.
   Buscadle, que mi rigor
   en su oprobio y vituperio,
   me trae por cazar su imperio, 2920
   a caza del cazador.
   Pero ¿ qúé mujer es ésta
   que aquí llora, triste y sola ?
   Cielos, ¿ no es ésta Carola,
   infanta ? Haga Chipre fiesta, 2925
   si sois vos; albricias pida
   la Fama por tantos bienes.
CAROLA:      ¿ Qué es esto Leoncio ? ¿ Vienes
   para dar fin a mi vida ?
   ¿ Envía por mí el augusto 2930
   Constantino ?
LEONCIO:                        Yo, señora,
   soy solo el augusto ahora,
   que de vuestro gusto gusto.
   El lauro imperial me ha dado
   Grecia de todo el oriente, 2935
   y de que estáis inocente
   el rey de Chipre informado.
   Justas venganzas concierta
   y con ejército viene
   en mi favor, aunque os tiene 2940
   él y Roselio por muerta.
   Yo le dejé satisfecho
   de vuestro mucho valor.
CAROLA:      Si resucita mi honor,
   cielo, poco mal me has hecho. 2945
LEONCIO:      ¿ Quién os pudo sustentar
   sola en aquesta espesura ?
CAROLA:      Quiso mi suerte y ventura
   que, habiéndome echado al mar
   casi muerta, a tierra vino 2950
   a darme el vital favor
   Irene, con un pastor
   que, huyendo de Constantino,
   en este desierto tiene
   más amparo que en su hijo. 2955
LEONCIO:      (Ya mi perdición colijo,          Aparte
   si halla mi campo a Irene.
   Importaráme quitarla,
   si quiero imperar, la vida
   antes que sea conocida.) 2960
   ¿ Dónde, infanta, podré hallarla ?
CAROLA:      ¿ Qué es lo que quieres hacer ?
LEONCIO:      ¿ Que ? Respetarla y tenella
   por señora, pues es ella
   quien me ha dado vida y ser. 2965
   (Otro intenta el corazón.)          Aparte
CAROLA:      Si eso es así, vamos donde
   de su propio hijo se esconde.
LEONCIO:      (Ya temo mi perdición.)                Aparte

Gritan adentro

TODOS:      ¡ Viva Irene, viva Irene ! 2970
LEONCIO:      (¿ Qué es esto, Fortuna esquiva ?) Aparte
TODOS:      ¡ Viva Irene, Irene viva !
OTRO:      A Irene el imperio viene.

Sale un SOLDADO

SOLDADO:      Todo tu campo, señor,
   se amotina; en salvo ponte, 2975
   que hallando a Irene en el monte
   huyendo con un pastor,
   el ejército la aclama
   por emperatriz augusta
   y ya de tu muerte gusta 2980
   y a voces tu nombre infama.
LEONCIO:      ¡ Ah ! ¡ Variable Fortuna,
   qué poco estuviste queda !
   ¡ Subírteme en tu vil rueda
   hasta el cerco de la luna, 2985
   y ya me vences y ultrajas !
TODOS:      ¡ Viva Irene, Irene viva !
LEONCIO:      ¿ Por qué me subiste arriba
   pues que tan presto me abajas ?
UNO:      Emperatriz es Irene, 2990
   ella viva, Leoncio muera.
CAROLA:      ¡ Cielos !    Pues Irene impera,
   ¿ qué aguardo ? Pero ya viene.

Salen IRENE y SOLDADOS

IRENE:      A lo menos en prisión,
   soldados, es bien que esté 2995
   quien a su emperador fue
   traidor; que, si por razón
   me da que sus desvaríos
   le obligaron a negarle
   la obediencia y a quitarle 3000
   su imperio y sus señoríos,
   responderé que no hay ley
   ni razón ninguna hallo
   con que despoje un vasallo,
   por malo que sea, a su rey. 3005
   No quiero la muerte darte,
   aunque la pida tu error,
   que un hereje emperador
   a aqueso pudo obligarte.
   Pero con tenerte preso 3010
   castigaré tu traición.
LEONCIO:      Tus pies en mi boca pon,
   pues mi locura confieso,
   goces señora mil años
   del mundo la redondez, 3015
   que te conoce otra vez
   por su augusta.
IRENE:                        Ya los daños
   de nuestra persecución,
   infanta, se han acabado;
   ya el cielo aclaró el nublado 3020
   de su obscura confusión.
   Vos imperaréis conmigo,
   dadme los brazos.
CAROLA:                          Ya he dado
   por feliz mi mal pasado.
IRENE:      Buscad a aquese enemigo. 3025
   Castigaré la malicia
   con que a tantos ofendió,
   que, aunque soy su madre yo,
   es mi madre la justicia.
   Pero ¿ qué es esto ?

Suenan cajas.    Salen marchando el REY de Chipre, ROSELIO y SOLDADOS, y sacan a LIDORA y a CONSTANTINO.    Sin espada sale también ANDRONIO

REY:                              ¡ Tirano ! 3030
   De los hombres destrucción,
   para tu imperio Nerón,
   para tu Dios Diocleciano.
   El cielo, que tu mal traza,
   me forzó a desembarcar 3035
   donde pudiese vengar
   mi injuria.
CONSTANTINO:                    ¡ Ah infelice caza !
CAROLA:      ¿ Mi padre no es el que aquí,
   cielos, con mi hermano veo ?
   ¡ Padre mío !
REY:                      ¡ Si el deseo 3040
   no me hace salir de mí !
   ¿ Carola es ésta ?, Mas no,
   que es muerta. ¡ Fortuna esquiva !
ROSELIO:      Bella hermana, ¿ que estás viva ?
CAROLA:      Sola mi pena murió. 3045
   Dejóme la vida el mar
   que vosotros perseguistes.
REY:      Años largos, canas tristes,
   bien os podéis alegrar.
   Aquesos brazos enlaza 3050
   a aquesta vejez prolija,
   y muera yo luego, hija.
TARSO:      ¡ Dichosa y alegre caza !
CAROLA:      Habla a la emperatriz griega.
REY:      ¿ A quién ?
CAROLA:                    A Irene, por quien 3055
   hoy nos vino tanto bien,
   y a quien Grecia alegre entrega
   el imperio que otra vez
   gozó.
REY:      Qué, ¿ aquí estáis señora ? 3060
   A la cumbre llegó ahora
   de sus dichas mi vejez.
   Y pues el cielo ha querido
   que otra vez por tal misterio
   subáis al famoso imperio 3065
   que este tirano ha perdido,
   juzgadle, señora, vos,
   que aunque escondido le hallé
   y en él vengar intenté
   mis injurias, pues que Dios 3070
   os hizo juez superior,
   su castigo ejecutad
   como madre con piedad,
   y como juez con rigor.
   También esta mujer,loca 3075
   por vos juzgada ha de ser,
   aunque el ser como es mujer
   a lástima me provoca.
IRENE:      Yo recibo, sabio rey,
   los presos de vuestra mano, 3080
   y si en Roma hubo un Trajano
   tan observante en su ley,
   dejar en Grecia colijo
   memoria que al mundo cuadre,
   sacando, aunque soy su madre, 3085
   los ojos de un traidor hijo.
CAROLA:      Eso no, si es justa cosa
   que en aquesta ocasión llegue
   a vuestras plantas y ruegue
   por Constantino su esposa. 3090
   Perdonadle, si merezco
   su vida; llegad los dos.
IRENE:      Juez de la causa de Dios
   he de ser. No me enternezco
   con ruegos. Llevadle preso 3095
   a una torre y denme cargos
   todos de sus vicios largos,
   que sustanciado el proceso,
   sin que me ablanden los llantos
   de su esposa, haré de modo 3100
   que quede vengado todo
   el mundo, Dios y los santos.
   Esa mujer que os sirvió,
   por vos sea castigada,
   que, pues fue vuestra criada 3105
   y siéndolo os injurió,
   infanta, el mayor castigo
   que al presente puedo darla
   me parece es entregarla
   a su mayor enemigo. 3110
CAROLA:      Pues no lo tengo de ser
   con ella en esta ocasión;
   antes, sí mi intercesión
   con vos algo ha de poder,
   os suplico perdonéis 3115
   a Leoncio desde ahora,
   como reciba a Lidora,
   por mujer. si os parecéis.
IRENE:      Que se casen es razón.
   Emperadores han sido 3120
   y a un mismo tiempo han caído
   del imperio y su ambición.
   Sea su esposa, y si lo niega
   dadle muerte.
LEONCIO:                        Yo, señora,
   digo que quiero a Lidora. 3125
LIDORA:      ¡ Yo y todo ! ¡ Ay, Fortuna ciega !
IRENE:      De secretario mayor,
   Tarso, el oficio tendrás,
   y con el cargo darás
   indicios de tu valor 3130
   digno, que le envidió el mundo.
TARSO:      Tus pies imperiales beso.
IRENE:      No estoy contenta con eso,
   en premiarte más me fundo.
TARSO:      Das señora testimonio 3135
   de quien eres.    Ya estoy rico.
REY:      Pues yo también os suplico
   que, dando perdón a Andronio,
   le volváis a su privanza,
   que huyendo de Constantino 3140
   a valerse de mí vino.
TARSO:      Baste la burla en venganza
   que le hice disfrazado
   de mujer.
IRENE:                    Yo, Rey, concedo
   cuanto pidáis.
REY:                        Y yo quedo 3145
   por mil partes obligado.
IRENE:      ¿ Dónde al príncipe mi nieto
   dejaste, Tarso ?
TARSO:                          Escondido
   en un roble le he tenido,
   temiendo el mortal aprieto 3150
   en que la persecución
   nos puso de Constantino.
IRENE:      En su nombre determino
   gozar de la posesión
   del imperio; ve por él, 3155
   y a Constantinopla vamos
   donde bautizar le hagamos.
CAROLA:      Yo con mi padre y con él
   irme a Chipre determino,
   porque no podré sufrir 3160
   en toda Grecia vivir
   viendo preso a Constantino.
IRENE:      Quédese, pues, el infante
   por general de la guerra
   en todo mi imperio y tierra, 3165
   que de este cargo importante
   es digno.
ROSELIO:                      Tus plantas beso.
IRENE:      ¡ Alto !    ¡ A mi corte, soldados,
   que en ella seréis premiados
   como merecéis.
TODOS:                        Con eso 3170
   danos, señora, esos pies.
UNO:      ¡ Viva Irene !
TODOS:                      ¡ Viva Irene !
TARSO:      Este fin, senado, tiene
   la república al revés.


FIN DE LA COMEDIA