Lope de Vega y Carpio
La discreta enamorada

Personas que hablan en ella:

BELISA. viuda
FENISA, su hija
El CAPITAN Bernardo
LUCINDO, su hijo
HERNANDO, criado
DORISTEO, gentilhombre
FINARDO, gentilhombre
GERARDA, dama cortesana
LEONARDO, criado
FULMINATO, criado
LISEO, músico
FABIO, músico
BEATRIZ, criada muda
CRIADOS
ACTO PRIMERO
Salen BELISA y FENISA, tapadas
BELISA: Baja los ojos al suelo,
porque sólo has de mirar
la tierra que has de pisar.
FENISA: ¡Qué ! ¿:No he de mirar al cielo?
5 BELISA: No repliques bachillera.
FENISA: Pues ¿:no quieres que me asombre?
Crió Dios derecho al hombre
porque el cielo ver pudiera;
y de su poder sagrado
10 fue advertencia singular,
para que viese el lugar
para donde fue criado.
Los animales, que el cielo
para la tierra crió,
15 miren el suelo; mas yo
¿:por qué he de mirar al suelo?
BELISA: Mirar al cielo podrás
con sólo el entendimiento;
que un honesto pensamiento
20 mira la tierra no más.
La vergüenza en la doncella
es un tesoro divino.
Con ella a mil bienes vino,
y a dos mil males sin ella.
25 Cuando quieras contemplar
en el cielo, en tu aposento
con mucho recogimiento,
tendrás, Fenisa, lugar.
Desde allí contemplarás
30 de su grandeza el proceso.
FENISA: No soy monja, ni profeso
las lecciones que me das,
y si para atormentarme
me trujiste al jubileo,
35 más cumplieras tu deseo
pudiendo en casa encerrarme,
dejárasme con diez llaves.
BELISA: ¿:Extremos haces agora?
FENISA: Pues ¿:no he de sentir, señora,
40 que por momentos me acabes?
¡Con mis ojos vas riñendo!
¿:En qué te dan ocasión?
BELISA: Por ser santa la estación,
voy tus ojos componiendo.
45 Y no recibas enojo;
que doncellas y hermosuras
son como las criaturas,
que suelen morirse de ojo.
Hay mancebete en Madrid,
50 que si te mira al soslayo,
hará el efecto del rayo.
FENISA: El efecto me decid.
BELISA: Abrasarte el corazón,
dejando sano el vestido.
55 FENISA: Ya sabes tú que no he sido
de tan tierna condición.
BELISA: Decía tu abuela honrada
que una doncella altanera
era en la calle una fiera
60 de cazadores cercada.
Piérdese cuando la alaban,
ríndese cuando suspiran;
que cuantos ojos la miran,
con tantas flechas la clavan.
65 FENISA: Pues ¿:cuándo se ha de casar
una mujer nunca vista?
BELISA: Eso no ha de ser conquista;
que es imposible acertar.
FENISA: Pues ¿:qué ha de ser?
BELISA: Buena fama
70 de virtud y de nobleza.
FENISA: Donde falta la riqueza
mucho la hermosura llama;
que ya no quieren los hombres
sola virtud.
BELISA: Pues ¿:qué?
FENISA: Hacienda.
Salen LUCINDO, GERARDA y HERNANDO que se quedan a un lado de la calle, distantes de BELISA y FENISA
75 GERARDA: ¿:Que soy tu querida prenda?
LUCINDO: Así es razón que te nombres.
GERARDA: Galán de palabras vienes.
LUCINDO: Ando al uso.
FENISA: (Este es Lucindo). Aparte
GERARDA: Luego ¿:préciaste de lindo?
80 LUCINDO: ¿:De lindo? Donaire tienes.
Préciome de hombre.
FENISA: (¡Ay de mí ! Aparte
Locamente imaginé
poner en hombre la fe,
que con el alma le di,
85 no habiendo nacido de él
la pretensión de mi amor).
GERARDA: Para un amante hablador
soy en las tretas cruel;
que conmigo no hay chacota,
90 por vista del gusto mío.
LUCINDO: De tus locuras me río.
GERARDA: ¡Qué gato de algalia azota!
Por su vida, que no saque
con arrobas de rigor,
95 un adarme de mi amor.
LUCINDO: Tu rigor mi amor aplaque;
que alabarte una mujer
que pasaba junto a ti,
no habiendo malicia en mí,
100 ¿:qué delito puede ser?
Y ya te dije que tú
eras mi querida prenda.
GERARDA: Vaya a poner esa tienda
a las Indias del Perú.
105 Todas esas niñerías
de cuentas y de espejuelos
para bobas son anzuelos;
no conmigo argenterías.
Oro macizo de amor
110 me han de dar, no plomo, a mí.
FENISA: (¿:Que a quien no sabe de mí
amase con tal rigor?
¿:Que no me conozca este hombre,
y que me muera por él?)
Salen DORISTEO y FINARDO. BELISA y FENISA a un lado; LUCINDO, GERARDA y HERNANDO al otro
115 FINARDO: Por aquí la vi con él.
DORISTEO: Y ¿:es galán?
FINARDO: Es gentilhombre.
DORISTEO: ¿:Si son éstos?
FINARDO: Estos son.
GERARDA: ¿:Ve aquel mancebo que viene?
LUCINDO: Sí veo.
GERARDA: Pues aquél tiene
120 de mis veras posesión.
Cuánto te dije es fingido;
cuánto te quise es burlando.
Voyme; que me está aguardando.
Pásase GERARDA a DORISTEO
LUCINDO: ¿:Qué haré?
HERNANDO: Mosquetazo ha sido.
125 LUCINDO: ¿:Quitaréle la mujer?
¿:Acuchillaréle, Hernando?
HERNANDO: ¿:Quiéresla?
LUCINDO: Estoyme abrasando.
HERNANDO: Agua será menester.
¡Que nadie merezca amor
130 sino en las libres mujeres!
GERARDA: Digo que mis ojos eres.
DORISTEO: Templando vas mi rigor.
Como acompañarte vi
este galán majadero,
135 preciado de caballero,
notable enojo sentí;
mas en ver que le has dejado,
brazos y gracias te doy
[¡Qué me mandas hacer hoy?]
140 GERARDA: Ven conmigo.
DORISTEO: ¿:Adónde?
GERARDA: Al Prado.
Vanse GERARDA, DORISTEO, y FINARDO
LUCINDO: ¿:Fuéronse?
HERNANDO: Con mucha prisa.
No te aflijas, que es martelo,.
LUCINDO: ¿:Quién es aquélla?
HERNANDO: Recelo
que es la vecina Fenisa.
145 Pero tiene una giganta
por madre; que es emprender
a Irlanda.
FENISA: (Nunca mujer Aparte
se puso a locura tanta.
¡A un hombre que no me ha visto,
150 ni se acuerda si nací,
quiero bien!)
LUCINDO: Nunca la vi.
FENISA: (¡Qué mal mi inquietud resisto!
Cómo le daré ocasión
para que el rostro me vea:
155 Amor mis cosas rodea...
Todas sin remedio son).
HERNANDO: Si vieses esta doncella,
te doy palabra, señor,
que olvides tu loco amor,
160 porque es sabia, honesta y bella.
Aunque no sé qué he pensado
de tu padre...
LUCINDO: ¿:De mi padre?
HERNANDO: Pero quizá con su madre
casarse tiene pensado,
165 y aun es más puesto en razón.
LUCINDO: ¿:Casarse mi padre agora?
HERNANDO: Habla y mira a esta señora,
que es de rara perfección.
LUCINDO: Llevóme el alma Gerarda,
170 celos me tienen sin mí.
¿:Qué quieres que mire aquí?
HERNANDO: Esta hermosura gallarda.
LUCINDO: No hay vista en hombre celoso;
todo le parece mal.
175 FENISA: (Ya he pensado traza igual
a mi designio amoroso.
Pasaré junto a Lucindo,
dejaré el lienzo caer,
y al dármelo, podrá ser
180 mire el alma que le rindo;
que si a los ojos me mira,
verá toda el alma en ellos).
HERNANDO: Mira aquellos ojos bellos,
donde amor de amor suspira.
185 BELISA: Vámonos, hija: que es hora
de recogernos a casa.
HERNANDO: Ya junto a nosotros pasa;
mira su belleza agora.
Pasan BELISA y FENISA y ésta deja caer el lienzo
LUCINDO: Un ángel me ha parecido.
190 HERNANDO: El lienzo se le cayó.
LUCINDO: ¡Quedo ! Darésele yo.
Alza el lienzo y se dirige a las damas
Que volváis el rostro os pido.
FENISA: ¿:Qué es, señor, lo que mandáis?
LUCINDO: El lienzo se os cayó.
195 FENISA: ¿:A mí? Sospecho que no.
Pero esperad.
Desenfáldase toda y descúbrese
LUCINDO: ¿:Qué buscáis?
FENISA: Si tengo en la manga el mío.
BELISA: ¿:Qué es eso?
FENISA: En ésta no está.
BELISA: ¿:Qué es eso?
FENISA: El lienzo me da.
200 BELISA: Pues ¿:es tuyo?
LUCINDO: (Gentil brío). Aparte
FENISA: Eso es lo que ando mirando.
En ésta no está tampoco.
HERNANDO: (Volver puede un hombre loco STRONG>Aparte
aquél mirar suave y blando).
205 FENISA: Miraré las faldriqueras.
BELISA: ¡Acaba!
FENISA: Ya me doy prisa.
No está aquí.
BELISA: Vamos, Fenisa.
FENISA: Ni en estotra está.
BELISA: ¿:Qué esperas?
FENISA: ¿:Tiene unas randas?
LUCINDO: Sí, tiene.
210 FENISA: ¿:Y encaje?
LUCINDO: ¿:No lo miráis?
BELISA: Despacio en la calle estáis,
donde todo el mundo viene.
FENISA: Pues ¿:quiere vuesa merced
que lleve lo que no es mío?
215 LUCINDO: Señora, de vos le fío.
FENISA: Hacéisme mucha merced.
¿:Tiene un poco descosido
de una randa?
LUCINDO: Sí, sospecho.
FENISA: ¿:A qué lado?
BELISA: Es sin provecho.
220 LUCINDO: De vos sospecho que ha sido.
BELISA: Señor, dejadnos pasar.
Poned el lienzo en la pila
del agua bendita.
FENISA: (Afila STRONG>Aparte
Amor, tu flecha al tirar).
225 BELISA: Vamos.
FENISA: Ya voy.
Hace que se va y luego vuelve
HERNANDO: ¿:No es hermosa?
LUCINDO: Celos, ¿:por qué me cegáis?
FENISA: ¡Ah, señor!
LUCINDO: ¿:Qué me mandáis?
FENISA: Advertiros de una cosa.
Si de aqueste lienzo acaso
230 parece más cierto dueño;
que mi palabra os empeño
(Iba a decir que me abraso). Aparte
que no sé cierto si es mío;
diréis que vivo en la calle
235 de los Jardines...
HERNANDO: (¡Qué talle ! Aparte
¡Qué gracia ! ¡Qué rico brío!)
FENISA: ...enfrente del capitán
Bernardo Lucindo.
LUCINDO: El mismo
es mi padre.
FENISA: (¡Ay dulce abismo Aparte
240 donde abrasándome están!)
BELISA: ¿:Estás loca?
FENISA: Ya me voy;
que aqueste hidalgo decía
que es mi vecino.
BELISA: ¡Porfía!
Vamos.
FENISA: (¡Qué perdida estoy!) STRONG>Aparte
Vanse las dos
245 HERNANDO: ¿:Qué te parece?
LUCINDO: Que es bella,
cortés, discreta y gallarda;
mas quiero bien a Gerarda,
y vase el alma tras ella.
Celos es suelo traidor,
250 resbaladizo, de suerte
que hará caer al más fuerte
en los lodos del amor.
Terrible cosa es mirar
una mujer desdeñosa
255 hablar otro hombre celosa,
cuando se quiere vengar.
Aunque mi amor fuera poco,
que poco debe de ser,
ver tan libre una mujer
260 bastaba a volverme loco.
HERNANDO: Mujeres libres, señor,
son siempre las más queridas,
y aún iba a decir perdidas,
pues han perdido el honor.
265 Llora la mujer honrada
el siempre injusto desdén
del hombre que quiere bien;
y a él no se la da nada,
porque sabe que ha de estar
270 pudriéndose en su aposento;
pero cuando el pensamiento
se pone aquí, no hay burlar;
que apenas con los enojos
sacarás de casa el pie,
275 cuando consolada esté
con mil hombres a tus ojos.
LUCINDO: Por eso el amor no dura
en libres, sino en honradas.
HERNANDO: Cuelgan de celos y espadas
280 hombres de poca cordura,
quiero decir poca edad.
Ya espero verte algún día
lejos de aquesta porfía
y cerca de esta verdad.
285 LUCINDO: Hartas causas me retiran.
HERNANDO: Una mujer libre y loca
es como mona, que coca
a los niños que la miran;
pero cuando llega el hombre
290 que tiene gobierno y palo
espúlgale con regalo,
y no hay voz que no le asombre.
A los mozos sin consejo
las mujeres hacen cocos,
295 porque son niños y locos;
no al hombre madura y viejo.
Ya te ha visto en los anzuelos;
y aunque no puede sacarte,
alarga cuerda, con darte
300 celos, celos y más celos.
LUCINDO: ¿:Qué he de hacer?
HERNANDO: Buscar, señor,
una bella contracifra.
LUCINDO: ¿:Luego el amor se descifra?
HERNANDO: Sí.
LUCINDO: ¿:Con qué?
HERNANDO: Con otro amor.
305 LUCINDO: No tratemos de eso agora;
vamos a ver en qué para.
HERNANDO: ¿:Ves como es cosa muy clara
que con celos te enamora?
¡Qué bien, Lucindo, un discreto
310 cañas de pescar los llama !
Pescan honra, hacienda y fama,
aunque cañas en efeto.
¿:No te afrentas que una cosa
que a todo viento blandea,
315 para derribarte sea
enemiga poderosa?
A tu haciendo pone cebo,
de celos hace sedal;
pues ¿:cabe que en hilo igual
320 cuelgue un discreto mancebo?
Lo que aquel sabio decía
por las leyes, muy mejor
por la mujer y el amor
agora decir podía.
325 Son como telas de araña,
pescan moscas, débil gente;
mas no el animal valiente,
que las rompe y desmaraña.
¿:Afréntate de que yo
330 te enseño el vivir?
LUCINDO: No seas
pesado. Mientras me veas
donde el amor me enlazó,
de aquella tela de araña
soy mosca.
HERNANDO: (¡Y qué mosca...tel!) STRONG>Aparte
335 LUCINDO: Ya soy pez simple y fiel
del cebo de aquella caña.
Vamos, volveréla a ver;
que me ha picado en el dedo
del corazón.
HERNANDO: Tengo miedo
340 que algo te ha de suceder.
LUCINDO: A ver vuelvo mis enojos.
HERNANDO: ¡Jesús, qué necios desvelos!
LUCINDO: Diome pimienta de celos;
voy a beber por los ojos.
Vanse
Salen BELISA y FENISA
345 BELISA: ¿:Haste quitado tu manto?
FENISA: Quitado, señora, está.
BELISA: Pues toma ese manto allá.
FENISA: De tu cólera me espanto.
¡Válgame Dios ! ¿:Qué te hago?
350 Con cualquier cosa te ofendo.
BELISA: ¿:Tú piensas que no te entiendo?
Yo tengo mi justo pago.
Si yo te cerrase en casa,
pocas veces me darías
355 estos disgustos.
FENISA: Los días
que esto por milagro pasa,
que al fin son de un jubileo,
tan caros me han de costar,
que te tengo de rogar
360 que me encierres.
BELISA: No lo creo.
FENISA: ¿:De qué te quejas de mí,
que siempre me andas riñendo?
BELISA: De tu libertad me ofendo.
FENISA: ¿:Libertad?
BELISA: Yo, ¿:no lo vi?
365 FENISA: ¿:Qué mancebo me pasea
de estos que van dando el talle?
¿:Qué guijas desde la calle
me arroja, por que le vea?
¿:Qué seña me has visto hacer
370 en la iglesia? ¿:Quién me sigue,
que a estar celosa te obligue?
¿:Qué vieja me vino a ver?
¿:Qué billetes me has hallado
con palabras deshonestas?
375 ¿:Qué pluma para respuestas,
qué tintero me has quebrado?
¿:Qué cinta, que no sea tuya
o comprada por tu mano?
¿:Qué chapín, qué toca?
BELISA: En vano
380 quieres que mi honor te arguya.
No quejo de que sea
verdadera la ocasión.
FENISA: Pues ¿:qué es esto?
BELISA: Prevención.
Mi honor el tuyo desea.
385 Querría que te guardases
de eso mismo que me adviertes,
y que a esas puertas más fuertes
nuevos candados echases.
FENISA: (Tanto me podrás guardar...) Aparte
390 BELISA: ¿:Qué dices?
FENISA: Que haré tu gusto,
pero cáusame disgusto
tanto gruñir y encerrar.
¿:Fuiste santa, por tu vida,
en tu tierna edad?
BELISA: Fui ejemplo
395 en casa, en calle y en templo,
de una mujer recogida.
Los ojos tuve con llave.
FENISA: ¿:Cómo te casaste?
BELISA: El cielo
vio mi virtud y mi celo;
400 que el cielo todo lo sabe.
FENISA: Mi tía me dijo a mí
que hacías mil oraciones,
y andabas por estaciones.
BELISA: ¿:Yo para casarme?
FENISA: Sí;
405 y mil viernes ayunabas,
a un padre del yermo igual;
y haciendo esto, es señal
que casarte deseabas.
BELISA: Nunca tal imaginé.
410 Miente, por tu vida y mía;
que antes monja ser quería,
y sin gusto me casé.
FENISA: Pues ¿:cómo fuiste celosa
de mi padre, que Dios haya?
415 BELISA: Porque no había joya o saya,
plata en casa, ni otra cosa,
que no diese a cierta dama,
hacía aquel sentimiento
por vosotras.
FENISA: Golpes siento.
420 BELISA: Mira, Fenisa, quién llama.
Llégase FENISA a mirar por la reja
FENISA: Por entre la reja vi
el capitán tu vecino.
BELISA: Ya lo que quiere adivino.
FENISA: ¿:Ya lo sabes? ¿:Cómo ansí?
425 BELISA: Ha días que da en mirarme.
Creo que me quiere bien;
yo le he mostrado desdén,
y querrá en bodas hablarme.
Y por tu vida, Fenisa,
430 que no me estuviese mal;
que es un hombre principal.
FENISA: Perdona, madre, esta risa.
BELISA: ¿:De qué te ríes?
FENISA: De ver
la santidad que tendrías
435 cuando más moza sería,
que ejemplo debió de ser
en casa, en calle y en templo.
De llamar el capitán,
¿:eso barruntos te dan?
440 Tomar quiero el buen ejemplo.
BELISA: Loca, es un hombre muy rico,
y esta casa está sin hombre;
seráte padre en el nombre.
FENISA: Que me escuches te suplico,
445 ¿:es para guardarme a mí?
BELISA: No es otra mi prevención
que ver en casa un varón
que te guarde y honre a ti.
FENISA: Pues, cásame a mí primero,
450 y guárdeme mi marido.
BELISA: Cuando se hubiera ofrecido,
lo hiciera, y hacerlo espero.
FENISA: Yo en los términos te arguyo.
BELISA: Este guardará tu honor.
455 FENISA; ¿:No me guardara mejor
mi marido que no el tuyo?
BELISA: Hijo tiene, y ser podría
concertar esto también.
FENISA: (¡Ay, mi Lucindo y mi bien ! Aparte
460 ¡Quién viese tan dulce día!)
Sale el CAPITAN Bernardo, muy galán, con su gorra de plumas,espada y daga; como capitán a lo antiguo; FULMINATO y otro criado
CAPITAN: Como en salirse tardaban,
la licencia no aguardé;
porque en eso imaginé,
señoras, que me la daban,
465 fuera de que el ser vecino
desde que vine de Flandes,
me alienta a cosas más grandes.
BELISA: (Lo que me quiere imagino). STRONG>Aparte
Agravio se nos hiciera,
470 si vuestra merced no entrara,
y en esta casa mandara
como si en la suya fuera.
Llega esas sillas, Fenisa.
Siéntase el CAPITAN
CAPITAN: Vosotros, salíos allá.
Vanse los criados
475 BELISA: Pena, Fenisa, me da
que me cogiese de prisa.
¿:Está bien puesta esta toca?
FENISA: Nunca mejor te la vi.
BELISA: ¿:Tengo alegre el rostro?
FENISA: Sí.
480 BELISA: ¿:Parécete que provoca...?
FENISA: Sí, madre.
BELISA: ¿:A qué?
FENISA: A devoción.
BELISA: ¡Maldita seas, amén!
Nunca me has querido bien.
FENISA: (¡Oh, santas de privación ! Aparte
485 Cuando no pueden comer
les pesa de ver con dientes
a las otras. ¿:Qué esto intentes?
No me espanto; eres mujer).
BELISA: Hoy me descuidé en ponerme
490 un poquito de salud.
FENISA: No tengas tanta inquietud.
BELISA: ¿:Cómo?
FENISA: Tu galán se duerme.
BELISA: Ahora bien, voy a sentarme.
FENISA: (La vergüenza de su amor STRONG>Aparte
495 te dará, madre, color).
Siéntase BELISA
BELISA: Ya, señor, podéis hablarme.
CAPITAN: Belisa, el ser vecino--que en efeto,
me obliga a reparar en vuestra casa--
de su virtud me ha dado buen conceto.
500 Veo tarde y mañana cuanto pasa;
tras esto sé de coro su nobleza,
como suele informarse quien se casa;
y como la virtud y la belleza
sean despertadores del sentido,
505 aunque duerme la edad con más pereza,
yo me he animado a daros un marido
tal como yo, que tengo menos años
de los que habréis, de verme, conocido;
sino que esto de andar reinos extraños
510 con las armas, dormir en la campaña,
caminos, velas, militares daños,
correr la posta a Flandes desde España,
consumen la robusta gallardía
que los floridos años acompaña.
515 Dios haya a Carlos Quinto, que decía
que la posta y la mar le envejecieron,
cuando apenas cuarenta y seis cumplía.
Yo nací el año de sesenta, y fueron
el duque y la duquesa mis padrinos,
520 cuyas Albas tal luz a España dieron.
Héme hallado en jornadas y caminos,
que si fuera de bronce me acabaran.
En fin, señoras, somos hoy vecinos.
Mucho los viejos una casa amparan;
525 los mozos son polilla de la hacienda,
que unos a andar comienzan y otros paran.
Mi edad no es bien vuestra virtud ofenda;
que estoy muy ágil, fuerte, como y duermo,
y sé a un caballo gobernar la rienda.
530 Yo pienso que en mi vida he estado enfermo;
sólo mano enemiga me ha sangrado,
y un desafío público en Palermo.
Ese hijuelo que tengo es bien criado,
mañana le darán una bandera,
535 y un hábito le tengo negociado.
No dará pesadumbre.
FENISA: (¡A Dios plugiera
que ya estuviera en casa!)
CAPITAN: Finalmente,
se irá Lucindo por momentos fuera.
Suplícoos, pues, Belisa, humildemente,
540 que me deis a Fenisa, vuestra hija;
que yo pienso dotarla honestamente,
para que ella gobierne, mande y rija
la poca hacienda que ganó mi espada,
si no es que mi cansada edad la aflija;
545 que muy presto verá que no es cansada.
BELISA: ¡A mi hija, capitán,
me pide vuestra merced!
CAPITAN: Y tendré a mucha merced,
si esas manos me la dan.
550 FENISA: (¡Triste de mí ! ¿:Qué es aquesto?
Pensé que a mi madre amaba,
y que ya Lucindo estaba
a mi remedio dispuesto.
Sueño fue mi fantasía
555 en una ocasión tan alta,
pues la gloria que me falta,
soñaba yo que tenía).
BELISA: Pensé que vuestro deseo
a quererme se inclinaba.
560 CAPITAN: No, Belisa.
BELISA: Alegre estaba...
Y lo estoy de lo que veo.
Hija, ya ves su intención.
FENISA: (La fe que tuve en mi bien STRONG>Aparte
me hizo tener también
565 alegre mi corazón.
Mas como era fe engañada
del sueño que imaginé,
fe falsa y fingida fue,
fe traidora y fe burlada,
570 fe de un sueño que dormía;
y si soñada ha de ser,
yo juro de no creer
más a la fe). Madre mía.
pensé que fuérades vos
575 la novia del capitán.
BELISA: Lejos sus intentos van,
y estoy corrida, por Dios.
FENISA: (¡Ay, sueño de mi afición!
¡Qué bien, pues que me engañé
580 por vuestras burlas, diré
que los sueños sueños son!)
BELISA: Fenisa, aunque estoy corrida
de haber pensado casarme,
no lo estoy de imaginarme
585 de tu verde edad vencida.
Discreta eres; procura
persuadirte a lo que ves.
FENISA: Si a tu edad vence interés,
a mi edad vence hermosura.
590 Los viejos, que habéis gozado
vuestros años, atendéis
a lo que gozar podéis
con avariento cuidado.
Queréis regalo, dinero,
595 descanso y ociosidad,
y envidiando nuestra edad,
esto pretendéis primero.
Desobedecerte fuera
cosa indigna a mi virtud;
600 pero fáltame salud,
El término considera,
y pídele por un mes,
mientras se concierta todo.
BELISA: Yo lo sabré hacer de modo,
605 que muchas gracias me des.
Llégase BELISA a hablar al CAPITAN
FENISA: (Discreta he sido en decir Aparte
que este casamiento aceto,
pues de mi amor el efeto
puedo por él conseguir,
610 que si luego le negara
y con disgusto se fuera,
tarde a mi Lucindo viera,
tarde a mi Lucindo hablara.
Con entrar su padre aquí,
615 habrá comunicación).
CAPITAN: Todas esas cosas son
de gran gusto para mí.
El término acepto, y digo
que un mes la quiero esperar.
620 Pero déjamela hablar.
FENISA: (¡Qué notable intento sigo!) Aparte
CAPITAN: Nunca de esa discreción
en Madrid tan celebrada,
salió, mi Fenisa amada,
625 más cuerda resolución.
Tu virtud he confirmado;
que no apetecer tu edad
muestra bien la calidad
de ese pensamiento honrado.
630 Seré de hoy más, pues me honra
tanto el saber que te igualo,
un padre de tu regalo
y un alcaide de tu honra.
Y dándome Dios salud,
635 esta misma barba anciana
servirá de barbacana
al fuerte de tu virtud.
Y si esta nieve no trata
bien el juvenil decoro,
640 juntado a tus hebras de oro
estos cabellos de plata,
supliré en regalo y galas
los defectos de la edad.
FENISA: Con tu honor y calidad,
645 señor, mis años igualas.
Deja la humildad aquí,
pues ya soy tuya.
CAPITAN: ¿:"Soy tuya"
dijiste?
FENISA: Sí. ¿:Ya no es suya
quien se ha de llamar de ti?
650 CAPITAN: ¡Otro favor ! ¡Pesia tal!
¡No fuera en Flandes aquesto
para que se echara el resto
con un festín general!
Torneo había de haber,
655 por vida del capitán;
y si licencia me dan,
en Madrid le pienso hacer.
FENISA: Suplícoos, por vida mía,
la corte no alborotéis.
660 CAPITAN: Haré lo que me mandéis,
dulce esposa y prenda mía;
mas si no fuera por vos...
FENISA: Un poco tengo que hablaros.
CAPITAN: Yo mucho que regalaros.
665 FENISA: Mil años os guarde Dios.
Yo no sabía que era vuestro hijo
Lucindo, un caballero que solía
entrar en vuestra casa algunas veces.
Mi madre me lo dijo cuando entrábades;
670 y pues es vuestro hijo y vos mi esposo,
que lo seréis si Dios fuere servido
y me diere salud para gozaros...
CAPITAN: ¡Qué palabras tan dulces ! ¡Por Dios vivo!
Que el sol de aquella boca de claveles
675 la nieve de las canas me derrite.
FENISA: Digo, señor, que importará atajarle
la loca pretensión con que me sirve.
CAPITAN: ¿:Mi hijo os sirve?
FENISA: Si el servirme fuera
con la cordura y cortesía lícita
680 a una mujer de mis iguales prendas,
no me quejara con melindres vanos;
que nunca me precié de gusto hipócrita.
CAPITAN: Pues ¿:cómo os sirve?
FENISA: Con papeles locos,
por manos de terceros, que a mi casa
685 vienen con mil achaques e invenciones,
echando mis amigas por terceras;
y en todo aquesto, ni por pensamiento
se le acuerda tratar de casamiento.
CAPITAN: Es loco el mozo; perdonadle, os ruego;
690 que yo saldré fiador que no os enoje
de aquí adelante.
FENISA: Pues que ya es mi hijo,
os suplico, señor, que cuerdamente
le digáis que me quejo de este agravio,
y fíolo de vos, pues sois tan sabio.
695 CAPITAN: Dejadme ese cuidado. El cielo os guarde.
Belisa, yo le he dicho a mi Fenisa
que pienso regalarla, y que no quiero
vida por otra cosa. A Dios te queda;
que yo volveré a verte; pero advierte
700 que me has de dar licencia para verte.
BELISA: Guárdate el cielo.
Vase el CAPITAN
BELISA: Gran ventura ha sido,
Fenisa, la que el cielo nos ha dado.
FENISA: ¿:Estás contenta?
BELISA: ¿:No lo ves?
FENISA: Sospecho
que disimulas el pesar que tienes.
705 BELISA: ¿:Cómo?
FENISA: Porque quisieras tú casarte.
BELISA: Malicia tuya. Ven.
FENISA: (¡Ay mi Lucindo! Aparte
Si no me entiendes con aqueste enredo,
no eres discreto ni en Madrid nacido;
mas si me entiendes, y a buscarme vienes,
710 tú naciste en Madrid, discreción tienes.
Vanse BELISA y FENISA. Salen LUCINDO y HERNANDO
LUCINDO: Aún no sale aquel galán.
HERNANDO: ¿:Qué es salir? Está despacio.
LUCINDO: Mis celos no me le dan.
HERNANDO: Es esta casa un palacio;
715 mostrándosele estarán.
En sólo ver niñerías
hay dos semanas enteras.
Andarán las galerías...
Mejor esté yo en galeras,
720 que la sirviera dos días.
LUCINDO: Si en galeras de Gerarda
anda al remo este dichoso,
que agora en salir se tarda,
no sé yo cuál envidioso
725 a la ribera le aguarda.
¡Ay de mí, Hernando, que quiero
una mujer diestra, astuta,
de amor vano y lisonjero,
despejada y resoluta,
730 y con una alma de acero!
HERNANDO: Que el amor cause afición
está muy puesto en razón;
pero que el ser muy querido
descuido engendre y olvido,
735 efectos bastardos son.
LUCINDO: El sale, y ella se ha puesto
a la ventana.
HERNANDO: Querrá
verle galán y dispuesto.
Salen DORISTEO y FINARDO de casa de GERARDA, la cual se asoma a su ventana
GERARDA: (Lucindo en la calle está). STRONG>Aparte
740 LUCINDO: ¡Tantas desdichas ! ¿:Qué es esto?
DORISTEO: ¿:No es gallarda?
FINARDO: Es extremada.
¡Qué discreta y qué cortés!
DORISTEO: Todo en su talle me agrada.
FINARDO: ¿:Si es éste Lucindo?
DORISTEO: Sí, es.
745 FINARDO: ¿:Si viene a sacar la espada?
DORISTEO: Venga a lo que más quisiere;
yo sé que es aborrecido.
GERARDA: (Celoso está; desespere; STRONG>Aparte
que por desdenes y olvido
750 yo sé lo que un hombre quiere.
Mas para picarle más,
quiero hablar con Doristeo,
a quien no quise jamás;
que por abreviar rodeo,
755 y por saltar vuelvo atrás).
¡Ah, caballero!
LUCINDO: ¿:Es a mí?
GERARDA: No os llamo, señor, a vos.
DORISTEO: ¿:Y a mí, señora?
GERARDA: A vos, sí.
LUCINDO: ¿:No ves aquello?
HERNANDO: Por Dios,
760 que es infamia estar aquí.
LUCINDO: Buscaremos invención
para que entienda que vengo
aquí con otra ocasión.
GERARDA: Salir esta noche tengo;
765 acompañarme es razón.
DORISTEO: ¿:Dónde iréis?
GERARDA: Pienso que al Prado.
Venid por mí.
DORISTEO: Yo vendré.
LUCINDO: Ir al Prado han concertado.
HERNANDO: Tú fueras mejor, a fe.
770 Tus mismos celos te han dado.
DORISTEO: ¿:Qué me mandáis más?
GERARDA: Serviros.
DORISTEO: Adiós.
FINARDO: ¿:No nos quiere nada?
DORISTEO: ¿:Puedo irme?
FINARDO: Podéis iros.
Vanse DORISTEO y FINARDO
LUCINDO: ¿:Que no he sacado la espada,
775 haciéndome tantos tiros?
Pues ¡vive Dios, que he de darle
celos, por ver si con celos
puedo a quererme obligarle,
ya que no quieren los cielos
780 que pueda amando obligarle!
HERNANDO: ¿:Cómo se los piensas dar?
LUCINDO: Quiero esta noche llevar
al Prado alguna mujer,
adonde me pueda ver
785 hablar, requebrar y amar.
HERNANDO: Y ¿:quién ha de ser?
LUCINDO: No sé.
HERNANDO: Hallarla será imposible.
LUCINDO: No importa. Yo te pondré
un manto.
HERNANDO: Doña Terrible
790 me podrás llamar.
LUCINDO: Sí, haré.
HERNANDO: ¡Estás loco!
LUCINDO: Pues, ¿:qué importa?
HERNANDO: ¿:No importa, si topo acaso
gente de palabras corta?
LUCINDO: Saldré yo muy presto al paso.
795 Hernando, la voz reporta.
Llega, y habla esa mujer.
Pregunta si vio unas damas.
HERNANDO: Bien dices, déjame hacer.
Pues no agradas, porque amas,
800 celos serán menester.
¡Ah, mi señora Gerarda!
GERARDA: ¿:Eres tú, Hernando?
HERNANDO: Yo soy.
GERARDA: Tengo qué hacer.
HERNANDO: Oye, aguarda.
GERARDA: ¡Por ti en la ventana estoy !
805 HERNANDO: Eres discreta y gallarda...
GERARDA: ¿:Qué quieres?
HERNANDO: Saber querría
en qué casas de éstas vive
cierta doña Estefanía,
porque un loco no me prive
810 de la ración de este día;
que me la mandó seguir,
y la perdí por mirarte.
GERARDA: ¡Oh, qué gracioso fingir!
Dígale a su Durandarte
815 que me suelo yo reír
de tretillas tan groseras.
¡Ah, mi señor Beltenebros!
¿:Para qué son las quimeras?
Trueque celos en requiebros;
820 lléguese, hablemos de veras.
¿:De qué se finge valiente,
si está, de verme, temblando?
Muestre el pulso. ¿:A ver la frente?
¡Jesús, que se está abrasando !
825 ¡Qué temerario accidente!
¡Hola!, lleva a aquel celoso
dos tragos de agua de azahar.
HERNANDO: (¡Macacao!) STRONG>Aparte
GERARDA: ¡Cuento donoso!
¿:El me viene a amartelar?
830 LUCINDO: Corrido estoy.
HERNANDO: Yo furioso.
¿:Conoces algún poeta?
LUCINDO: ¿:Para qué?
HERNANDO: Para enviar
una sátira en receta
a esta bruja, o hazle dar
835 una hermosa cantaleta.
Haya pandorga esta noche;
yo compraré los cencerros,
aunque hasta el alba trasnoche.
Haya sábanas y entierros,
840 campanillos, hacha y coche.
¡Vive Dios!...
LUCINDO: Calla, ignorante.
¡Ah, mi bien, ah, mi Gerarda!
GERARDA: ¿:Llamas?
Vase GERARDA
LUCINDO: ¿:Quitaste delante?
¿:Adónde te vas? Aguarda.
845 Oye la voz de tu amante.
¿:Para qué es matarme ansí?
HERNANDO: ¿:Vive Estefanía aquí?
LUCINDO: ¿:Quieres callar, bestia?
HERNANDO: No.
Por aquí pienso que entró.
850 LUCINDO: ¡Mi bien, duélete de mí!
HERNANDO: ¡Tu padre!
LUCINDO: ¡Válgame el cielo!
Sale el CAPITAN Bernardo
CAPITAN: Todo hoy ando en busca tuya.
LUCINDO: Lo que me quieres recelo;
que no es mucho que lo arguya
855 de mi inquietud y desvelo.
Pero advierte, padre mío,
que querer una mujer
no es en mi edad desvarío,
antes señal de tener
860 generoso talle y brío.
Si es porque no es muy honrada...
CAPITAN: ¿:Cómo que honrada no es?
Lengua en escorpión bañada,
¿:mereces besar sus pies,
865 ni aun tierra de ellos pisada?
LUCINDO: Estoy con enojo agora
de mil celos que me ha dado,
con un hombre o dos que adora.
CAPITAN: ¿:Qué dices de hombre adorado,
870 y tan principal señora?
Pero diráslo por mí,
a quien debe de adorar.
LUCINDO: ¿:Que también te quiere a ti?
CAPITAN: ¿:No la merezco agradar?
875 LUCINDO: Sí, señor.
CAPITAN: ¿:Mascas el sí?
LUCINDO: Pésame que hables con ella;
que es mujer que a veinte trata.
CAPITAN: ¡Tu lengua pones en ella,
porque de celos te mata,
880 siendo tan noble doncella!
¡Vive Dios, que si no fuera
por no dejar de casarme,
que una estocada te diera!
LUCINDO: ¿:Casarte? Eso sí es matarme.
885 Padre, señor, considera...
CAPITAN: ¿:Qué debo considerar?
LUCINDO: Que es una mujer de amores.
CAPITAN: (Dado me ha qué sospechar...
Pero póneme temores
890 por estorbarme el casar.
Como el que con los espejos
puestos al sol da en los ojos
al que viene desde lejos,
quiere el necio darme enojos
895 con estos vanos consejos.
Mas quiero volverla a hablar,
y decirla esta respuesta;
que me ha dado qué pensar.
Vase el CAPITAN
HERNANDO: ¿:Qué te parece?
LUCINDO: Por esta
900 mujer hoy me he de matar.
Rompe esas puertas.
HERNANDO: Aguarda.
LUCINDO: Sal aquí, infame Gerarda.
HERNANDO: Con más tiento; espera un poco.
Sale GERARDA
GERARDA: ¿:Golpes en mi casa, loco?
905 LUCINDO: ¿:Qué respeto me acobarda,
que no te quito la vida?
GERARDA: ¿:Daguita? ¡Oh, qué lindo cuento!
LUCINDO: ¿:Tú con mi padre fingida,
has tratado casamiento?
910 GERARDA: La tracilla es escogida.
Si para volver acá
buscas embustes, Lucindo,
ése ¿:en qué razón está?
LUCINDO: ¿:Por qué en mirarte me rindo?
915 ¿:Por qué no te mato ya?
¿:No viste a mi padre aquí?
Pues él me ha dicho, crgüeel,
que para matarme a mí,
quieres casarte con él.
920 GERARDA: ¿:Yo, que en mi vida le vi?
¿:Dióte la industria este necio
para tener ocasión
de hablarme?
HERNANDO: Menos desprecio;
que no es aquesto invención,
925 sino verdad.
GERARDA: ¡No hablar recio!
HERNANDO: ¿:Por qué no? Con la verdad
hable bajo la mentira,
la verdad con libertad.
GERARDA: Tu desvergüenza me admira.
930 LUCINDO: Y a mí tu temeridad.
¿:Cuándo viste al padre mío?
¿:Dónde te habló?
GERARDA: ¿:Qué es aquesto?
¿:Hay más loco desvarío?
LUCINDO: ¿:Posible es que has descompuesto
935 sus canas con ese brío?
Demonios sois las mujeres.
GERARDA: ¡Muy ángeles son los hombres!
Lucindo, ¿:para qué quieres
disfrazar con estos nombres,
940 que por mis desdenes mueres?
¿:Qué padre es éste? ¿:No adviertes
que entiendo tus invenciones?
LUCINDO: ¡Plegue a Dios tal mal aciertes
en casarte, ya que pones
945 mi vida entre tantas muertes;
que te viva dos mil años
el viejo por quien me dejas
en tantas penas y daños,
y a quien por ojos y orejas
950 le has dado hechizos y engaños!
¡Plegue a Dios!... Mas ¿:qué inhumanas
maldiciones puedo hacer
más que verte las mañanas,
como sierra, amanecer
955 con la nieve de sus canas?
¿:Qué más que ver un anciano
a tu lado hermoso y tierno,
de tu belleza tirano?
¡Qué gentil hielo en invierno,
960 qué espantajo en verano!
Adiós, madrastra cruel;
que presto, estando con él,
te pesará el ver en vano
que te bese yo la mano,
965 y que tú la boca a él.
¡Jesús, qué mala elección!
GERARDA: Hernando, ¿:es esto de veras,
o vuestras quimeras son?
HERNANDO: ¡Ojalá fueran quimeras !
970 GERARDA: Ya entiendo vuestra intención.
Oísteme concertar
ir al Prado aquesta noche,
y queréismelo estorbar.
Pues por Dios que ha de haber coche,
975 y quien nos venga a cantar.
Piquen por hacerme gusto
en casa de Estefanía.
LUCINDO: Mataréte.
GERARDA: ¡Ay Dios, qué susto!
Vase GERARDA
HERNANDO: Entróse.
LUCINDO: ¿:Cerraste, arpía?
980 ¡Mal haya amor tan injusto!
Abre esta puerta, mi bien.
Acecha por esta llave
si sus criadas se ven.
HERNANDO: ¡Qué bien engañarte sabe !
985 LUCINDO: Matarme sabe también.
HERNANDO: Al viejo ha desvanecido
para darte más enojos.
LUCINDO: Liviano en extremo ha sido;
mas ¿:qué no podrán tus ojos,
990 dulce Argel de mi sentido?
Sale el CAPITAN
CAPITAN: ¿:Estáste aquí todavía?
LUCINDO: Pues ¿:eso, señor, te espanta?
Si con la mujer que adoro,
en esos años te casas,
995 ¿:es mucho que me despida
de estas puertas y ventanas,
si mañana han de ser tuyas,
y hoy su dueño me llamaban?
CAPITAN: Pienso que te has vuelto loco.
1000 Dijísteme mil infamias
de aquel ángel de Fenisa,
hija de Belisa honrada;
voylas a hablar, y por poco
saliera, traidor, sin cara;
1005 que caída de vergüenza,
no era menester cortarla.
Yo tengo mujer más noble
que tu madre.
LUCINDO: ¿:De quién hablas?
CAPITAN: De Fenisa.
LUCINDO: Pues, señor,
1010 Fenisa es doncella, y basta;
que la que yo te decía,
es Gerarda, cortesana,
que vive en este balcón.
CAPITAN: ¿:Qué tiene que ver Gerarda
1015 con Fenisa?
LUCINDO: Yo, señor,
en aquesta calle estaba
cuando me reprehendiste
de que amaba aquella dama.
CAPITAN: Otro enredo habrás pensado
1020 con aquella buena cara
de tu criado.
HERNANDO: Yo enredo?
Siempre piensas que te engañan;
propia condición de viejos.
CAPITAN: Niega, Lucindo, que amas
1025 a Fenisa.
LUCINDO: ¿:Yo, señor?
CAPITAN: ¿:Luego tampoco la cansas
con papeles y alcahuetas?
Pues en esto punto acaba
de decirme que anteanoche,
1030 por aquella reja baja,
enfrente de tu aposento,
muy tierno llegaste a hablarla.
LUCINDO: ¿:Yo papeles? ¿:Yo alcahuetas?
¿:Yo por reja ni ventanas?
1035 Hernando,...
CAPITAN: ¡Qué buen testigo!
Falso ojos, lengua falsa,
falsa la cara y la boca,
falso el pecho y falsa el alma.
Pues mira lo que te aviso;
1040 ¡vive el cielo, que si pasas
por su puerta, ni la miras,
ni por la reja la llamas,
que para siempre jamás
has de salir de mi casa!
1045 LUCINDO: Escúchame.
CAPITAN: ¿:Para qué?
LUCINDO: Escúchame una palabra.
CAPITAN: ¿:Qué palabra?
LUCINDO: Que le digas
que si ha de ser mi madrastra,
no comience antes de serlo,
1050 pues aun agora lo tratas,
a hacerme tan malas obras.
CAPITAN: Quita, necio.
LUCINDO: Advierte.
CAPITAN: ¡Guarda!
Vase el CAPITAN
LUCINDO: ¿:Qué es esto, triste de mí?
¿:Testimonios me levanta
1055 antes que su rostro vea?
HERNANDO: ¿:No es aquésta aquella dama
que te miró tiernamente
cuando el lienzo de las randas?
LUCINDO: La misma.
HERNANDO: Pues que me maten
1060 si no es enredo que traza,
enamorada de ti.
LUCINDO: ¿:Qué me cuentas?
HERNANDO: Lo que pasa.
Yo leí cuatro renglones
en sus ojos, de una carta,
1065 que al darte el lienzo escribió
a tu ausente pecho y alma.
Dejóle caer adrede,
si la vista no me engaña,
y lo que a tu padre dice
1070 de que la escribes y cansas,
es decirte que la escribas,
y que por las rejas bajas
vengas a hablarla de noche.
LUCINDO: Cosas me dices extrañas.
1075 HERNANDO: ¿:Qué se pierde en que las pruebes?
LUCINDO: No se pierde, Hernando, nada;
que esa doncella podría,
con su bellísima cara,
con su rico entendimiento,
1080 con su voluntad esclava,
desamartelarme el pecho,
despicarme de Gerarda.
Vámosla a hablar esta noche;
que si es verdad que me llama
1085 con esta industria que dices,
es la cosa más gallarda
que ha sucedido en el mundo.
HERNANDO: Mucho importa enamoralla,
así por dejar del todo
1090 esta fementida ingrata,
como porque nos perdemos
si el viejo otra vez se casa.
Y si se quiere casar,
¿:qué cosa mas acertada
1095 que con Belisa, su madre
de esta bellísima dama?
LUCINDO: Si me quiere, Hernando mío,
te mando ropilla y calzas.
HERNANDO: Bien puedes dármelas luego.
1100 LUCINDO: Pues con discreción tan alta
supo engañar a dos viejos
de edad y experiencia tanta,
y enamorada de quien
apenas le vio la cara,
1105 ha dicho su entendimiento,
y se le ha entendido el alma,
bien la podemos llamar
la discreta enamorada.
Vanse
FIN DEL ACTO PRIMERO

ACTO SEGUNDO

Salen DORISTEO y FINARDO, en hábito de

noche, GERARDA con rebociño y sombrero,

LICIO y FABIO, músicos

DORISTEO:      Notable frescura.
FINARDO:                        Extraña.  
1110 GERARDA:   Mucho de sus fuentes gusto.
DORISTEO:   No hay sitio de tanto gusto,
           Gerarda bella, en España.
GERARDA:      ¡Qué lindas tazas!
DORISTEO:                        Famosas.
GERARDA:   Con perlas brindando están.    
1115 DORISTEO:   ¡Qué liberales que dan
           sus aguas claras y hermosas!
              ¿:Haste holgado de venir?
GERARDA:   Basta venir a tu lado.
DORISTEO:   Sentémonos.
FINARDO:               Todo es Prado.  
1120 DORISTEO:   Así se suele decir.
              ¿:Templaron vuesas mercedes?
LISEO:     La prima se me bajó.
GERARDA:   Subirla.
DORISTEO:            Eso digo yo.
FABIO:     ¿:Comienzo?
DORISTEO:            Empezar puedes.      
1125 FABIO:         ¿:Qué diremos?
DORISTEO:                 La de Lope,
           por vida del buen Liseo.
LISEO:     ¿:La del suspiro y deseo?
FINARDO:   A fe, que hay bien donde tope.  
        
Tocan y cantan los MUSICOS
        
MUSICOS:       "Cuando tan hermosa os miro,  
1130            de amor suspiro,
           y cuando no os veo,
           suspira por mí el deseo.
               Cuando mis ojos os ven,  
           van a gozar tanto bien;
1135            mas como por su desdén
           de los vuestros me retiro,
           de amor suspiro;
           y cuando no os veo        
           suspira por mí el deseo."
        
Salen LUCINDO y HERNANDO
        
1140 LUCINDO:      Dijeron que llevarían
           quien cantase.
HERNANDO:                   Ellos serán,
           pues aquí cantando están.
LUCINDO:   Ni cantan mal ni porfían.      
HERNANDO:      Cesaron, como las aves
1145            luego que alguno se acerca.
LUCINDO:   Llega y míralos más cerca.
HERNANDO:   ¡Plegue a Dios, señor, que acabes
              de ser necio!
LUCINDO:                     Si no es hora    
           para hablar con mi Fenisa,
1150            ¿:que importa, pues todo es risa?
HERNANDO:   Celos ríen, y amor llora.
              Yo paso a lo caballero
           por delante; espera aquí.      
LUCINDO:   Yo aguardo.
        
Pasa  HERNANDO embozado por delante de los sentados, y vuélvese adonde quedó su amo
        
FINARDO:               ¿:Qué mira ansí
1155            este necio majadero?
DORISTEO:      Algo debe de buscar
           que de casa se le fue.
GERARDA:   Canta solo.
LISEO:                 Cantaré.    
GERARDA:   Sí, pero no has de templar.
1160 HERNANDO:      En la voz  la conocí.
LUCINDO:   Luego ¿:es Gerarda?
HERNANDO:                       Sin duda.
LUCINDO:   ¡Ay!
HERNANDO:          ¿:Es menester ayuda?
LUCINDO:   Y el otro ¿:es su galán?
HERNANDO:                           Sí.  
LUCINDO:      ¡Triste de mí!
HERNANDO:                      ¿:Qué tenemos?
1165            ¿:Date por ventura el parto?
LUCINDO:   Mientras más de ti me aparto,
           más me acerco.
HERNANDO:                   Sin extremos;
              que te podrá conocer.    
LUCINDO:   ¿:Está en su regazo?
HERNANDO:                         ¡Y cómo!
1170 LUCINDO:   Celos por los ojos tomo,
           y el alma comienza a arder,
              ¡oh, veneno, que desalmas
           la vida con tus enojos,  
           siendo la copa los ojos
1175            donde le beben las almas!
              ¡Nunca yo viniera acá!
HERNANDO:   Vámonos de aquí, señor,
           ¿:no es aquel ángel mejor,      
           que esperándonos está?
1180 LUCINDO:      ¿:Cuál ángel?
HERNANDO:                     Fenisa bella.
LUCINDO:   No estoy para hablar agora
           con ángeles.
HERNANDO:                  Si te adora,
           ¿:no será justo querella?  
LUCINDO:      Esa peligro no corre;
1185            que como es amor primero,
           estará como otra Hero,
           aguardándome en la torre;
              pero ésta que está en los brazos    
           de este venturoso amante,
1190            si me descuido un instante,
           haráme el alma pedazos.
              ¿:Traes el manto?
HERNANDO:                       ¿:Pues no?
LUCINDO:   Póntele.
HERNANDO:             Gran mal recelo.    
LUCINDO:   Haz saya del herreruelo.
1195 HERNANDO:   ¡Yo mujer!  ¡Tu dama yo!
LUCINDO:      A esos árboles te ve,
           y de mujer te disfraza.
HERNANDO:   Voy; mas temo que esta traza...    
           Ve, majadero.
HERNANDO:                  Yo iré;
1200               mas defenderme te toca,
           y si hacerlo no quisieres,
           no te espantes si me vieres
           con la barriga a la boca.      
        
Vase HERNANDO
        
LUCINDO:      ¡Qué mal se cura amor con invenciones!
1205            ¡Qué vano error sobresanar la herida,
           si en las muertas cenizas escondida,
           la viva lumbre el corazón le pones!
              Celos, desdenes, iras, sinrazones  
           tienen el alma alguna vez dormida;
1210            mas ¿:qué letargo habrá que no despida
           la fuerza de celosas prevenciones?
              ¡Oh celos!, con razón os han llamado
           mosquitos del amor, de amor desvelos.    
           El humo de su fuego os ha engendrado.
1215               ¿:Qué importa que se duerma en hombre--¡Oh cielos!--    
           de pesadumbres del amor cansado,
           si con sus voces le despiertan celos?
        
Sale HERNANDO con un manto puesto y la capa por saya
        
HERNANDO:      ¿:Vengo bien?
LUCINDO:                    Vienes tan bien,  
           que espero que bien me vaya.
1220 HERNANDO:   ¿:Qué te parece la saya?
LUCINDO:   Muy bien.
HERNANDO:              ¿:Y el manto?
LUCINDO:                           También.
HERNANDO:      ¿:No voy muy apetecible?
LUCINDO:   Vamos.
HERNANDO:          ¿:Llevo malos bajos?    
LUCINDO:   Llega.
HERNANDO:           En notables trabajos
1225            me pone tu amor terrible.
                                       
Acércanse a los otros cinco
        
DORISTEO:      Un galán con cierta dama
           hacia donde estamos viene.
GERARDA:   ¡Gentil brío y arte tiene!    
           A fe que es ropa de fama.
1230 DORISTEO:      ¿:Cómo?
GERARDA:              Dióme el buen olor.
DORISTEO:   Tomó pastilla al salir.
FINARDO:   Pastilla y Prado es decir
           que es dama...
DORISTEO:                  ¿:De qué?
FINARDO:                          De amor.    
DORISTEO:      A tu lado toma asiento.
1235 GERARDA:   ¡Qué de golpe se ha asentado!
FINARDO:   Debe de tener pesado
           lo que es el quinto elemento.
LUCINDO:      Bella doña Estefanía,    
           ¿:qué os parece esta frescura?
        
Habla con voz de mujer HERNANDO
        
1240 HERNANDO:   Fue mucha descompostura
           venir aquí sin mi tía;
              pero el mucho amor que os tengo
           a más me puede obligar.  
LUCINDO:   Señores, ¿:quieren cantar?
1245 HERNANDO:   ¿:Déjanlo porque yo vengo?
GERARDA:      (Lucindo es éste.  ¡Ay de mí!  Aparte
           Verdad sin duda sería
           que aquella dama quería  
           por quien preguntar le vi.
1250               Celos que pensé fingidos
           me han salido verdaderos.
           ¡Ay, amores lisonjeros,
           de engaño y traición vestidos!      
              Entendido me ha la letra,
1255            herido me ha por el filo,
           vengóse del mismo estilo.)
HERNANDO:   Ya se altera e inquieta.
              ¿:Qué te parece el jarabe?      
LUCINDO:   Que hace su operación.
1260 GERARDA:   (¡Qué bien sabe dar pasión!   Aparte
           ¡Qué mal el tomarla sabe!)
              Por vida de Doristeo,
           que un poco de agua traigáis.  
DORISTEO:   Y traeré con qué bebáis;
1265            que regalaros deseo.
              Entreteneos aquí
           mientras voy por colación.
GERARDA:   Que vais solo no es razón.    
FINARDO:   ¿:Acompañaréle?
GERARDA:                    Sí;
1270               que aquí quedan los amigos.
FINARDO:   Pues vamos.
DORISTEO:                Venid.
FINARDO:                        Adiós.
        
Vanse DORISTEO y FINARDO
        
GERARDA:   (Muérome porque las dos       Aparte
           quedásemos sin testigos).      
LISEO:        ¿:Queréis que cantemos?
GERARDA:                              No.
1275            Antes merced recibiera
           en quedar sola.
FABIO:                      Algo espera.
LISEO:     Lindamente nos echó.
FABIO:        Pues no estorbemos, Liseo.    
LISEO:     Fabio, venid por aquí.
        
Vanse los MUSICOS
        
1280 GERARDA:   ¡Ah, mi señora!
HERNANDO:                    ¿:Es a mí?
GERARDA:   Veros y hablaros deseo.
HERNANDO:      ¡Verme y hablarme!  ¿:Por qué?
GERARDA:   Porque soy vuestra vecina.    
HERNANDO:   ¡Jesús, qué extraña mohina!
1285 GERARDA:   ¿:De esto sólo os enfadó?
HERNANDO:      Hace notable calor;
           vamos, Lucindo, de aquí.
LUCINDO:   Mi bien, enfaldarse ansí  
           parece mucho rigor.
1290               Descubríos a esa dama,    
           pues Dios os dio tal belleza,
           y esa hermosa gentileza
           tiene en la corte fama.  
              Descubrid los ojos bellos;
1295            den envidia y den amor.  
HERNANDO:   No estoy agora de humor,
           ni está enjuto el llanto en ellos;
              que los traéis hechos mar      
           de celos de esa Gerarda,
1300            que me dicen que es gallarda.
LUCINDO:   ¿:Gerarda os lo puede dar?
              No sé de qué los tenéis.
           ¡Plegue a Dios que si la quiero,    
           que para el mal de que muero
1305            nunca remedio me deis!
              ¡Plegue a Dios que si la estimo,
           nunca merezca estos brazos,
           ni a mis amorosos lazos  
           den vuestros muros arrimo!
1310               ¡Plegue a Dios que si la amare,
           nunca mi ventura poca
           goce de esa dulce boca,
           ni por mi bien se declare!    
              ¡Plegue a Dios que si la viere,
1315            jamás me vea con vos,
           ni nos casemos los dos!
GERARDA:   (¿:Que esto sufra?  ¿:Que esto espere?)   Aparte
HERNANDO:      ¡Ay Dios!, ¡qué de maldiciones!    
GERARDA:   (Todas vengan sobre mí,                  Aparte
1320            si más te sufriere aquí,
           traidor, tantas sinrazones).
HERNANDO:      Dícenme que vais allá,
           y estoy muy descolorida.  
LUCINDO:   Pues tomad color, mi vida;
1325            que a vos os adoro ya.
GERARDA:      No será, infame, en mis días.
        
Embiste GERARDA a HERNANDO
        
LUCINDO:   ¿:Cómo ansí te has descompuesto?
HERNANDO:   ¡A Estefanía!  ¿:Qué es esto?  
GERARDA:   Y a cuarenta Estefanías.
1330 LUCINDO:      Déjala, Gerarda.
HERNANDO:                        ¡Ay, cielo!
           ¡A una mujer como yo!
GERARDA:   Matarla tengo.
LUCINDO:                    Eso no.
           Huye.
HERNANDO:           Mi muerte recelo.    
        
Vase HERNANDO huyendo
        
GERARDA:      ¿:Qué mujer es ésta, perro?
1335 LUCINDO:   Una mujer que me adora,
           y eso que tú has hecho agora
           ha sido un notable yerro;
              que es señora principal,  
           y te ha de costar la vida.
1340 GERARDA:   ¿:Puede ser ya más perdida,
           que viéndome en tanto mal?
              Déjame pasar.
LUCINDO:                    Detente;
           que a quien me aborrece a mí,  
           nunca licencia le di
1345            de hablarme tan libremente.
GERARDA:      ¿:Yo te aborrezco, mi bien?
LUCINDO:   ¿:Tu bien soy?
GERARDA:                  ¡Ay, prenda mía!
           Cuanto te dije fingía,    
           y cuanto hablaba también.
1350               Aborezco a Doristeo;
           sólo te adoro, Lucindo;
           de nuevo el alma te rindo.
LUCINDO:   ¡Cielos!  ¿:Qué es esto que veo?    
GERARDA:       En prenda de que tú eres
1355            mi verdad, vente conmigo.
LUCINDO:   Mucho os alienta el castigo;
           como bestias sois, mujeres.
              Ahora bien, ya se acabó,  
           yo adoro a Estefanía.
1360 GERARDA:   ¿:Por qué me dejas, luz mía?
LUCINDO:   Porque tu noche llegó.
GERARDA:      Ven conmigo hasta mi casa.
LUCINDO:   No hay remedio.
GERARDA:                   ¡Que esto veo!  
LUCINDO:   Presto vendrá Doristeo,
1365            que es el que agora te abrasa.
GERARDA:      De rodillas, mi señor,
           que vayas quiero pedirte,
           porque allá quiero decirte    
           las causa de este rigor.
1370               Celos, por tu vida, han sido.
           No seas tirano, ven;
           ven, Lucindo; ven mi bien.
LUCINDO:   En efeto, ¿:me has querido?    
GERARDA:      Siempre te quise, mis ojos.
        
Saca LUCINDO la daga
        
1375 LUCINDO:   Yo haré que sangre te cueste.  
        
Sale HERNANDO, ya en su traje
        
HERNANDO:   ¿:Qué sacrificio es aquéste?
LUCINDO:   El haberme dado enojos.
HERNANDO:      (Si Lucindo quiere hacer  Aparte
           una venganza gallarda,
1380            y Gerarda el golpe aguarda,
           el ángel vengo yo a ser).
              ¿:Qué es esto, señor?
LUCINDO:                           ¡Oh, Hernando!
           Seas mil veces bien venido.    
HERNANDO:   Dos horas ando perdido,
1385            todo este Prado buscando;
              que en casa han echado menos
           a esta dama.
LUCINDO:                 Otra sería.
HERNANDO:   ¿:Luego no es Estefanía?  
LUCINDO:   Ha habido rayos y truenos.
1390 HERNANDO:      ¿:Es Gerarda?
LUCINDO:                    ¿:No lo ves?
HERNANDO:   Déjala, ¡triste de mí!
           Que te ponen culpa a ti.
LUCINDO:   Gerarda, hablemos después.    
GERARDA:      Oye.
LUCINDO:           No hay remedio.
GERARDA;                            Aguarda.
1395 HERNANDO:   Grande valor has tenido.
LUCINDO:   El saber que soy querido
           me ha despicado, Gerarda.
        
Vanse LUCINDO y HERNANDO.  Salen DORISTEO y FINARDO
        
DORISTEO:      Desgracia ha sido, por Dios,  
           el no haber ya tienda abierta.
1400 FINARDO:   Quebrada queda una puerta.
GERARDA:   Cansado os habéis los dos.
DORISTEO:      ¿:Sola estabas?
GERARDA:                     Sola estaba.
DORISTEO:   ¿:Los músicos...?
GERARDA:                     Libres son.    
FINARDO:   ¡Que no hubiese colación!
1405            ¡Y en el verano se alaba
              Madrid, para quien trasnoche
           sin cotas ni sin broqueles,
           que tiene nieve y pasteles,    
           vino y dulce a medianoche!
1410 GERARDA:      Tarde llegará el favor;
           que no estoy buena.
DORISTEO:                       Sospecho
           que este fresco mal te ha hecho.
GERARDA:   Más me ha dañado el calor.    
DORISTEO:      ¿:Entiendes de estrellas?
FINARDO:                                Sé
1415            que el Carro ha de estar allí
           para amanecer.
DORISTEO:                   ¡Ah!  Sí.
           Pues ya muy alto se ve.
              Vamos, y descansarás.    
           ¿:Qué amigos!
FINARDO:                 Pocos hay buenos.
1420 GERARDA:   (Cuando tú me quieres menos,     Aparte
           Lucindo, te quiero más).
        
Vanse todos.  Salen LUCINDO y HERNANDO
        
HERNANDO:      Tan consolado vienes, que presumo
           que no te acuerdas ya de aquella loca.
LUCINDO:   No lo digas de burlas.
HERNANDO:                        ¿:Quién ha hecho
1425            milagro tan notable en tu sentido?
LUCINDO:   La confianza de que soy querido.
           ¡Bendiga el cielo la invención, la traza,
           la hora, el movimiento, el manto, el Prado,
           los celos, los disgustos!
HERNANDO:                             ¿:Y no dices
1430            que bendiga también a Estefanía?
           Pues en verdad, que aún traigo las señales
           de algunos mojicones de Gerarda.
LUCINDO:   La ventana han abierto; espera, aguarda.
        
Sale FENISA a la ventana
        
FENISA:        ¡Ah, caballero!
LUCINDO:                       ¿:Quién llama?
1435 FENISA:     Llegad quedo.  Una mujer.
HERNANDO:   Fenisa debe de ser,
           que habrá dejado la cama.
FENISA:        Vuestro nombre me decid,  
           antes que os empiece a hablar.
1440 LUCINDO:   Mira no echemos azar.
HERNANDO:   Todos duermen en Madrid,
              hasta el viejo Arias Gonzalo.
LUCINDO:   Lucindo, señora soy,      
           que de vos quejoso estoy,
1445            si esta queja no es regalo.
              ¿:Sabéis que del capitán
           Bernardo soy hijo?
FENISA:                        Sí.
LUCINDO:   ¿:Sabéis que en mi vida os vi?  
           ¿:Cómo soy vuestro galán?
1450               ¿:Yo, Fenisa, os solicito?
           ¿:Yo os escribo mil papeles?
           ¿:Yo a estas rejas y vergeles
           la casta defensa os quito?    
              ¿:Yo os desvelo con paseos
1455            y terceras os envío?
FENISA:     No os enfaden, señor mío,
           mis amorosos rodeos.
              Ni me habéis solicitado,  
           ni habéis cansado mis rejas,
1460            ni son verdades mis quejas,
           supuesto que me he quejado.
              Jamás escrito me habéis,
           ni por vos nadie me habló;    
           en lo que esto se fundó,
1465            pues venís, vos lo entendéis.
              No halló mi recogimiento
           cómo decir mi pasión;
           amor me dio la invención,      
           y vos el atrevimiento.
1470               Vuestro padre me ha pedido;
           mas yo nací para vos,
           si algún día quiere Dios
           que os merezca por marido.    
              Y el hacerle mi tercero  
1475            no os parezca desatino;
           que es cuerdo, viejo y vecino,
           y os quiero como yo os quiero.
              Este camino busqué  
           para que sepáis mi amor;
1480            sólo os suplico, señor,
           que agradezcáis tanta fe.
              Y si mi hacienda y mi talle,
           puesto que más merecéis,  
           os obligaren...
LUCINDO:                    No echéis
1485            más favores en la calle.
              Sembrarla de almas quisiera    
           en esta buena fortuna,
           porque palabra ninguna    
           menos que en alma cayera.
1490               A mi ventura agradezco
           saber, mi bien, que os agrado;
           que bien sé que no he llegado  
           a pensar que lo merezco.  
              El día, mi bien, que os vi
1495            de aquel santo jubileo,
           despertasteis el deseo;
           nunca más con él dormí.
              Mi poco merecimiento      
           que entendiese me impedía
1500            lo que mi padre decía,
           y era justo pensamiento;
              mas viéndole porfiar,
           vine a ver lo que ya veo.      
FENISA:     Conocéis mi buen deseo.
1505 LUCINDO:   El conocerle es pagar;
              que tras el conocimiento
           de una deuda, pagar sobra.
           Pero si se pone en obra  
           de mi padre el casamiento,
1510               ¿:qué tal vendré yo a quedar?
FENISA:     No creáis que ellos lo puedan;
           que los dos que los heredan
           son los que se han de casar.  
              Mal conocéis lo sutil
1515            de una rendida mujer.
LUCINDO:   Discreta debéis de ser
           y de ánimo varonil.
              Bien se ha visto en la invención.  
FENISA:     Pues hasta agora no es nada.
1520 LUCINDO:   La discreta enamorada
           llamaros será razón.
FENISA:        Perdóneme vuestro padre;  
           que de él me pienso valer,    
           para daros a entender
1525            lo que no quiere mi madre.
              Cuánto deciros quisiere,
           será quejarme de vos,
           y verémonos los dos      
           por donde posible fuere.
1530               Cuando os riña, estad atento;
           que son recaudos que os doy.
LUCINDO:   Digo, señora que estoy
           en el mismo pensamiento.  
FENISA:        Así sabréis lo que pasa
1535            de esta puerta adentro vos,
           casándonos a los dos
           cuando él piensa que se casa;
              que ya estaremos casados  
           el día que se descubra.
1540 LUCINDO:   Quiera el amor que se encubra
           el fin de nuestros cuidados.
              Y dad orden como os vea,
           pues no os falta discreción.  
FENISA:     He pensado otra invención
1545            para que el remedio sea;
              y es que diré a vuestro padre
           que os envíe a que toméis
           mi bendición, y vendréis  
           sin que se enoje mi madre.
1550               Pero tratadme verdad
           o desengañadme aquí.      
LUCINDO:   El alma, señora, os di
           por fe de mi voluntad.    
              Preguntadle allá si os quiero.
1555 HERNANDO:   Señor, advertid que al alba
           hacen las calandrias salva,
           y está muy alto el lucero.
              En cas de este mercader  
           una codorniz cantó,
1560            con que a tu amor avisó
           de que quiere amanecer.
FENISA:        Vete, mi amor, que amanece;
           no me eche menos mi madre.    
LUCINDO:   Pide licencia a mi padre
1565            para verte.
HERNANDO:                 La luz crece.
LUCINDO:      Dame alguna prenda tuya
           con que me vaya a acostar.
FENISA:     A mí me quisiera dar.    
HERNANDO:   Dile, señor, que concluye.
        
FENISA le echa un listón
        
1570 FENISA:        Truécame esa cinta.
LUCINDO:                          ¿:A qué?
FENISA:     A deseos.
HERNANDO:              ¡Bueno está!
LUCINDO:   Todos los tienes allá.
FENISA:     Adiós.
        
Vase FENISA
        
LUCINDO:          ¿:Fuése?
HERNANDO:                  Ya se fue.      
LUCINDO:      ¡Gran ventura!
HERNANDO:                      Di que estás
1575            enamorado.
LUCINDO:                ¿:Pues no?
HERNANDO:   ¿:Y Gerarda?
LUCINDO:                Ya pasó.
HERNANDO:   ¿:Cómo?
LUCINDO:           Lo que oyendo estás.  
              Es bella, es noble, es gallarda.    
HERNANDO:   ¡Brava cólera española!
1580 LUCINDO:   Más precio esta cinta sola
           que mil almas de Gerarda.
        
Vanse LUCINDO y HERNANDO.  Salen DORISTEO y GERARDA
        
DORISTEO:      ¿:Para qué es tanto desdén,
           sino decirme verdad?          
           Hombre soy, y hombre de bien.
1585            Háblame con libertad.
           ¿:Quieres a Lucindo bien?
GERARDA:      Pensé que no le quería,
           y anoche...
DORISTEO:                Pasa adelante.  
GERARDA:   Quiso la desdicha mía
1590            que fuese un desdén bastante
           a encender nieve tan fría.
              ¿:No viste aquella mujer
           que se sentó junto a mí?  
DORISTEO:   Lucindo debió de ser
1595            el que la trujo.
GERARDA:                     Es ansí.
DORISTEO:   Eso me basta saber.
              ¡Ay, Gerarda, cuánto pueden
           unos celos!
GERARDA:                Muerta estoy.  
           En fuerza al amor exceden;
1600            no hay desdén, mi fe te doy,
           de que triunfando no queden.
              Estudiado parecía
           lo que Lucindo decía,          
           y lo que ella preguntaba;
1605            supe al fin que se llamaba
           esta dama Estefanía,
              y que es mujer principal;
           que un criado, a un rayo igual,    
           vino a decir que en su casa
1610            la echaron menos.
DORISTEO:                      ¡Que pasa
           por mí una desdicha igual!
              Pero es dicha.  ¿:Cómo dices
           que esa dama se llamaba?  
GERARDA:   ¿:Hay de qué te escandalices?
1615 DORISTEO:   Pensando en el nombre estaba
           de esa mujer que maldices.
GERARDA:      Estefanía decía.
DORISTEO:   ¿:Estefanía?
GERARDA:                Esto pasa.  
DORISTEO:   ¡Buena venganza sería
1620            si porque he entrado en tu casa,
           diese Lucindo en la mía!
GERARDA:      ¿:Cómo?
DORISTEO:              Una hermana que tengo
           Estefanía se llama.  
GERARDA:   ¡Ella es!
DORISTEO:              ¿:Cómo detengo
1625            la defensa de mi fama,
           y del traidor no me vengo?
GERARDA:      El la sirve, porque un día
           dijo que se vengaría      
           de este agravio.
DORISTEO:                     Y lo cumplió;
1630            porque anoche me contó
           que fue al Prado Estefanía.
               Alto, mi honor es perdido.
           Vete en buen hora, Gerarda...  
GERARDA:   Más que quisiera he sabido.
1635 DORISTEO:   Que si mi deshonra aguarda,
           hoy ha de ser su marido.
GERARDA:      ¡Su marido!  Mayor daño
           es el que me viene agora.      
DORISTEO:   Pues ¿:hay otro desengaño?
1640 GERARDA:   ¡Bien vivirá quien le adora,
           si le casas!
DORISTEO:                (¡Caso extraño!)     Aparte
              Pues ¿:puede ser de otra suerte?
GERARDA:   Dame primero la muerte.  
DORISTEO:   Vete de aquí.
GERARDA:                 ¡Nunca hablara!
        
Vase GERARDA
        
1645 DORISTEO:   ¡Con mi hermana!  ¿:Quién pensara
           una venganza tan fuerte?
              Buscar a Finardo quiero,
           para que a Lucindo saque  
           donde, pues es caballero,
1650            o saquemos el acero,
           o casándose me aplaque.
              Hoy muere si no se casa.
           ¡Oh vil hermana!  ¿:Esto pasa?  
           Mas, justa ley me condena;
1655            que no anda bien en la ajena
           quien ha de guardar su casa.
        
Vase DORISTEO.  Salen BELISA, el CAPITAN, FENISA, y FULMINATO
        
FENISA:        Haced aqueste placer,
           para mayor regocijo;          
           que vea yo vuestro hijo,
1660            pues su madre vengo a ser.
CAPITAN:      Digo que tenéis razón.
FENISA:     Pues todo queda tan llano,
           venga a besarme la mano  
           y a tomar mi bendición.
1665 BELISA:        Ya sois dueño de esta casa;
           venga vuestro hijo acá.
CAPITAN:   Digo que a veros vendrá;
           que ya sabe lo que pasa.  
              ¡Fulminato!
FULMINATO:                ¿:Señor?
CAPITAN:                          Corre,
1670            llama al alférez, mi hijo.
FULMINATO: ¡Voy!
        
Vase FULMINATO
        
FENISA:             (Que le llamasen dijo.   Aparte
           todo el cielo me socorre.
              Hoy te verán estos ojos  
           en esta casa, mi bien).
CAPITAN:   (Aunque le muestre desdén,       Aparte
1675            me ha dado el llamarle enojos.
              Es galán, mozo y discreto,
           y dirá acaso entre sí          
           que no le caso, y que a mí
           me caso, viejo en efeto.
1680               ¿:Quién duda que le parezca
           mejor, y que le dé pena
           ver que a mi edad se condena  
           donde sin gusto padezca?
              Fuera de eso, es mal consejo
1685            que venir aquí le mande;
           que a vista de un hijo grande
           parece un hombre más viejo.    
              Ya comienzo a estar celoso;
           no entrará otra vez acá).
        
Salen LUCINDO y FULMINATO
        
1690 FULMINATO: Aquí el alférez está.
LUCINDO:   (¡Cielos, que fui tan dichoso!      Aparte
              Aquí mis ojos están).    
           ¿:Señor?
CAPITAN:           (De enojo estoy lleno).     Aparte
           Para danzar eras bueno.
1695 LUCINDO:   ¿:Cómo?
CAPITAN:           Eres cierto y galán.
LUCINDO:      ¿:No me mandaste venir?
CAPITAN:   Besa la mano a tu madre.  
LUCINDO:   Yo voy.
CAPITAN:           ¡Qué presto!...
LUCINDO:                           Mi padre...
FENISA:     (Ya me comienzo a reír).        Aparte
1700 LUCINDO:      ...como a madre, que sois mía,
           me manda, ¡oh bien soberano!,
           que os bese esa hermosa mano.  
CAPITAN:   ¡Qué superflua cortesía!
              La mano basta decir;
1705            ¿:para que es decir hermosa?
LUCINDO:   Quiere mi boca dichosa
           este epiteto añadir.      
FENISA:        Hablan ansí los discretos.
BELISA:     ¿:De eso recibís disgusto?
1710 CAPITAN:   Levántate; que no gusto
           que beses con epitetos.
BELISA:        Dejadle, no seáis extraño;    
           bese la mano a su madre.
LUCINDO:   Señor, siendo vos mi padre,
1715            no resulta en vuestro daño.
CAPITAN:      No me llames padre aquí.
LUCINDO:   Llamo madre a una señora  
           tan moza, y ¡a vos agora
           os pesa que os llame ansí?
1720 CAPITAN:      Adonde la edad no sobre,
           padre, dulces letras son.
           Mas a un viejo, no es razón,  
           no siendo ermitaño o pobre.
              Acaba, besa la mano.
1725 FENISA:     (¡Que me veo en tanto bien!)         Aparte
LUCINDO:   Dadme esa mano, por quien
           de mano esta suerte gano.      
        
Dice LUCINDO aparte a ella
        
              Ten, mi vida, este papel.
        
Métele un papel en la mano
        
FENISA:     Ya le tengo.
LUCINDO:                 Y dadme aquí
1730            vuestra bendición; que en mí
           tendréis un hijo fiel.
CAPITAN:      ¡Hijo fiel!  Mas ¿:qué quiere?  
           ¿:Comprar algún regimiento?
LUCINDO:   (¡Qué   gloria  en  los  labios  siento!)         Aparte
1735 FENISA:     Dios te bendiga y prospere.
              Dios te dé mujer que sea
           tal como la has menester;      
           en efeto, venga a ser
           como tu madre desea.
1740               Dios te dé lo que a este punto
           tienes en el corazón;
           quien te da su bendición,      
           todo el bien te diera junto.
              Dios te haga, y sí serás,
1745            tan obediente a mi gusto,
           que jamás me des disgusto,
           y que a nadie quieras más.    
              Dios te haga tan modesto,
           que queriendo estos envites,
1750            a tu señor padre quites
           esta pesadumbre presto.
              Y te dé tanto sentido    
           en querer y obedecer,
           que te pueda yo tener,
1755            como en lugar de marido.
CAPITAN:      ¿:Qué libro matrimonial
           te enseñó estas bendiciones?  
           Acaba, abrevia razones.
FENISA:     (Celos tiene).                        Aparte
LUCINDO:                (¿:Hay cosa igual?)       Aparte
1760 FENISA:        Una palabra, madre de mis ojos.
        
Hablan aparte FENISA con BELISA, y el CAPITAN con LUCINDO
        
BELISA:     ¿:Qué quieres?
FENISA:                  ¿:Ves este papel?
BELISA:                                   Sí, veo.
FENISA:     Pues es memoria de vestidos míos,  
           que el capitán me ha dado; yo querría
           leerle, y no quisiera que él lo viese,
1765            porque no me tuviese por tan loca
           que pensase que estimo en más las galas
           que no el marido; por tu vida, madre    
           que le entretengas.
BELISA:                         Que me place.
FENISA:                                     (¡Ay cielo!)  Aparte
           ¡Qué industria hallé para leer agora
1770            el papel que me dio Lucindo, al tiempo
           que me besó la mano, por si es cosa
           que importa darle luego la respuesta!    
        
Habla BELISA al CAPITAN
        
BELISA:     Escuchadme a esta parte dos palabras.
        
Lee FENISA
        
FENISA:     "Mi bien, mi padre tiene concertado,
1775            de celos de que has dicho que te quiero,
           enviarme a Portugal; remedia, amores,
           esta locura, o cuéntame por muerto;      
           esto escribí, sabiendo que venía
           a besarte la mano; a Dios te queda  
1780            y quiera El mismo que gozarte pueda."
        
              (¿:Hay desdicha semejante?      Aparte
           ¿:Hay celos con tal locura?    
           Así Dios me dé ventura,
1785            que he de hablarle aquí delante).
              Lucindo, el papel leí.
           No me haga el cielo este mal,
           que vayas a Portugal,    
           ni que una hora estés sin mí;
1790               y si dicen que mejor
           vive en él su desvarío,
           vive en mí, Lucindo mío,
           que soy Portugal de amor.      
LUCINDO:      ¡Ay Dios!  ¡Quién pudiera hablarte!
1795            ¡Quién abrazarte pudiera!
FENISA:     Yo sabré hacer de manera
           que me abraces.
LUCINDO:                   ¿:En qué parte?
FENISA:        Fingir quiero que caí;    
           tú me irás a levantar,
1800            y me podrás abrazar.
LUCINDO:   Tropieza.
FENISA:                 Caigo.  ¡Ay de mí!
        
Cae FENISA; LUCINDO la abraza para levantarla
        
CAPITAN:      ¿:Qué es aquesto?
LUCINDO:                       Tropezó
           mi señora madre aquí,          
           y yo levántola ansí.
1805 CAPITAN:   Y levántola ansí yo.
              Salte de aquí noramala.
LUCINDO:   Pues cayendo, ¿:es cortesía?...
BELISA:     ¿:Haste hecho mal hija mía?    
CAPITAN;   Despeja luego la sala.
1810 LUCINDO:      Yo me iré.
CAPITAN:                  Vete al momento.
LUCINDO:   ¿:Ansí me arrojas?
CAPITAN:                       ¡Camina!
LUCINDO:   (¡Ay mi Fenisa divina!        Aparte
           ¡Ay divino entendimiento!      
              ¡Ay discreción extremada!
1815            Por vos se puede entender
           lo que puede una mujer
           discreta y enamorada).
        
Vase LUCINDO
        
FENISA:     No tengo mal ninguno, por tu vida.  
CAPITAN:   ¡Así lo creo yo!
FENISA:                       ¿:Fuése mi hijo?
1820 CAPITAN:   Tu hijo se fue ya.
FENISA:                         Mil males tengo.
BELISA:     ¿:Quieres verle?  Beatriz, ¡hola, ven presto!  
FENISA:     No quiero, por tu vida.
CAPITAN:                           Aquel grosero
           debió de daros causa a la caída.    
           No ha de estar en mi casa un punto solo,
1825            ni entrar en ésta mientras tengo vida.
BELISA:     ¡Qué poco amor tenéis a vuestro hijo!
           Que os prometo que es gentil mancebo,
           y que lo miro yo con tales ojos,    
           que si en mis mocedades me cogiera,
1830            holgara de tenerle por marido.  
FENISA:     (Asíte la Ocasión por el copete).    Aparte
CAPITAN:   ¿:Este loco os agrada?
FENISA:                            Escucha madre.
BELISA:     Como sois capitan, la casa es guerra.    
           ¡Todo es escucha!
CAPITAN:                      Tal me la dan celos.
        
Habla FENISA aparte a su madre
        
1835 FENISA:     El papel que te dije, no es vestidos,
           ni me le dio Bernardo.
BELISA:                            ¿:Qué me cuentas?
FENISA:     Lucindo me le dio.
BELISA:                         Pues ¿:qué te escribe?
FENISA:     Una cosa que a risa ha de moverte.  
BELISA:     No me tengas suspensa.
FENISA:                              Al fin, me dice
1840            que se quiere casar.
BELISA:                          ¿:Con quién?
FENISA:                                       Contigo.
BELISA:     ¡Conmigo!  ¿:Qué me cuentas?
FENISA:                                  Lo que pasa.
           Dice que le pareces en extremo,
           y que esa gravedad, esa cordura    
           le agrada más que yo a su padre agrado.
1845            Dice más que con este casamiento
           se juntan las haciendas, de manera
           que los hijos de entrambos quedan ricos.
           Si supieras leer, mil cosas vieras;      
           mas dice que le pidas que no trate
1850            enviarlo a Portugal, que antes le mate.  
BELISA:     ¿:Qué es ir a Portugal?  Hija, las hijas
           cuerdas y honradas, todo el gusto suyo
           ponen en sólo dársele a sus padres;      
           ya sabes que soy moza, y que en efeto
1855            estaré más honrada con marido,      
           y marido que así te logres hija,
           que me lleva los ojos en mirándole.
           ¡Qué cortés,!  ¡Qué galán!¡Qué lindo talle!    
FENISA:     Si esto pasa, ¿:qué hará quien mandar puede?
1860 BELISA:     ¿:Qué dices?
FENISA:                  Que le estorbes la partida.
BELISA:     ¡Partida! ¿:Qué partida? Haz que esta noche
           me venga a hablar Lucindo de secreto.
FENISA:     Vete, y déjame hablar con mi marido.    
BELISA:     (¡Que me cogió a descuido!  Mas no importa;
1865            ponerme quiero menos largas tocas;
           consultaré el espejo.  ¡Ay mi Lucindo!
           Si tú me quieres, cuánto soy te rindo).
        
Vase BELISA
        
CAPITAN:      Milagro, Fenisa fue  
           dejarnos solos Belisa;
1870            y pues que nadie nos ve,
           dame, gallarda Fenisa,
           tus manos.
FENISA:                ¡Bien por mi fe!
              Mucho os preciáis de galán.    
CAPITAN:   Si celos enojos dan,
1875            dame la mano de amigos.
FENISA:     No me atrevo sin testigos.
CAPITAN:   Presentes, señora, están
              Celos, Amor y Deseo.      
FENISA:     Con justos celos, señor,
1880            de vuestro Lucindo os veo.
CAPITAN:   ¿:Prosigue en tenerte amor?
FENISA:     Y aun me cansa.
CAPITAN:                  Yo lo creo.
FENISA:        Anoche sentí rüido        
           a la reja, y dióme un miedo,
1885            que me privó de sentido.
           Levántome como puedo,
           sin luz no acierto el vestido,
              topo el manteo en efeto,  
           salgo a la reja, y en ella...
1890            ¿:De qué estás tan inquieto?
CAPITAN:   Es cólera, esposa bella,
           de ese rapaz indiscreto.
FENISA:        Y entre la reja y ventana      
           hallo en lo hueco un papel.
1895 CAPITAN:   Eso ya es cosa inhumana.
           Hoy seré un león con él.
FENISA:     Ser padre os dará cuartana.
              Sosegaos.
CAPITAN:                   No puede ser.    
           Yo le tengo de buscar.
        
Vase el CAPITAN
        
1900 FENISA:     ¡Qué bien le he dado a entender
           dónde el papel ha de hallar!
           Que le quiero responder,
              para que quede advertido  
           que con mi madre he trazado
1905            que diga que es su marido,
           para que quede estorbado
           el camino prevenido.
              Que mi madre hará por él  
           que se impida la tormenta
1910            de esta partida crüel;
           porque si mi bien se ausenta,
           todo se pierde con él.
        
Vase FENISA.  Salen LUCINDO y HERNANDO
        
HERNANDO:      ¿:Que todo eso ha pasado?
LUCINDO:                             Si me vieras  
1915            de rodillas, Hernando, a mi Fenisa,
           que era imagen bellísima dijeras.
HERNANDO:   No lo dudes, muriérame de risa.
LUCINDO:   Si a Tántalo en el agua consideras,
           verás que ya le tengo por divisa;  
1920            porque si aquél ni fruta ni agua toca,
           yo vi su boca y no llegué a su boca.
HERNANDO:      ¿:No te bastó la mano?
LUCINDO:                            Templó el fuego
           arrimando la nieve de su mano,
           porque salió a la boca el alma luego,    
1925            hecha un volcán de amor, por agua en vano.
           ¿:Qué me dirás cuando a la boca llego?
HERNANDO;   ¿:Mordístela?
LUCINDO:                  No sé; ¿:mármol indiano,
           cristal de roca, quieres que mordiese?
           ¿:No basta, si es imagen, que la bese?    
1930               ......................    [--ones]
           .........................    [--ase]
           .........................    [--ones].
HERNANDO:   ¡Tu padre!
LUCINDO:                 Calla, y déjale que pase.
        
Sale el CAPITAN
        
CAPITAN:   ¡Qué cabizbajo en viéndome te pones!    
1935            ¡Como si no me vieses!
LUCINDO:                           Si pensase
           que contigo ese crédito tenía,
           no a Portugal, hasta el Japón me iría.
        
CAPITAN:      Pues no te admires; que peor le tienes.
           ¿:No te avisé que es mi mujer Fenisa?    
1940 LUCINDO:   ¿:No me mandaste tú que le besase
           la mano como a madre?  ¿:Es por ventura
           porque llamé su blanca mano hermosa?
CAPITAN:   ¡Hermosa entonces, y ahora hermosa y blanca!
           ¡Qué lindo bellacón te vas haciendo!    
1945 LUCINDO:   Cosas te enfadan de tan poco tomo,
           ¡que es ponerte a la sombra de un cabello!
           ¡Válgame Dios!  ¿:En qué te ofendo tanto?
CAPITAN:   ¿:No es nada, si Fenisa me ha contado
           que anoche hiciste en su ventana rüido,
1950            y que entre el suelo de ella y de la reja
           le pusiste un papel?
LUCINDO:                          ¿:Yo?
CAPITAN:                                Tú, villano.
LUCINDO:   Pues di que te le dé; que si mi letra
           tuviere ese papel...
CAPITAN:                         Detente un poco;
           que si es ajena, mayor mal sería.  
          
[LUCINDO habla aparte a HERNANDO]
        
1955 LUCINDO:   Hernando.
HERNANDO:              ¿:Señor?
LUCINDO:                     ¿:Oyes?
HERNANDO:                            Ya lo entiendo.
           Sin duda que papel quiere escribirte,
           y que te avisa que a buscarle vayas
           entre la reja y la ventana.
CAPITAN:                                Escucha,
           que pasa alguna gente, y no querría      
1960            se dijese en Madrid mi casamiento.
        
Hablan bajo.  Salen DORISTEO y FINARDO
        
DORISTEO:      Hablando está con su padre.
FINARDO:   Pues apártale, que importa.
        
Habla DORISTEO a LUCINDO
        
DORISTEO:   Una palabra os quisiera.
LUCINDO:   Estoy con mi padre agora;      
1965            pero sepamos lo que es
           buscarme con tanta cólera.
        
Habla LUCINDO a su padre y apártase a hablar con ellos
        
           que después habrá lugar
           de responderos a solas.
CAPITAN:   ¿:Qué quieren éstos, Hernando?  
1970 HERNANDO:   Amigos son.
CAPITAN:                ¿:Serán cosas
           del juego?
HERNANDO:               Así lo sospecho.
CAPITAN:   Nunca de él resultan pocas.
DORISTEO:   Sin tener obligación,
           ni conoceros --que sobra  
1975            para no guardar la cara
           que un hidalgo no os conozca--
           puse en Gerarda los ojos.
LUCINDO:   Si es ésa la queja sola,
           yo os doy desde aquí a Gerarda.    
1980 DORISTEO:   No es ésa.
LUCINDO:               Pues ¿:cómo?  ¿:Hay otra?
DORISTEO:   Otra tan grande, que creo
           que sólo el ver me reporta
           aquí vuestro anciano padre.
LUCINDO:   Engaños son de esa loca.  
1985 DORISTEO:   Vos, de picado de ver
           que a vuestro amor me anteponga,
           habéis pensado vengaros
           quitánodme a mí la honra.
           Servido habéis a mi hermana;  
1990            y ella, mal sabia y bien moza,
           fue anoche con vos al Prado.
LUCINDO:   ¡Extraña invención de historia!
           Ni conozco a vuestra hermana,
           ni trato vuestra deshonra,    
1995            ni sé, por Dios, vuestra casa.
FINARDO:   La tercera es sospechosa.
           ¡Vive Dios, que os ha engañado!
DORISTEO:   ¿:Cómo engañado, si nombra
           a Estefanía, mi hermana,  
2000            de un indiano muerto esposa?
LUCINDO:   Ya entiendo todo el engaño.
           La dama, señor, fue otra,
           con quien me pienso casar;
           que porque aquesta celosa      
2005            por el nombre no supiese
           quién era ante de las bodas,
           la puse el nombre primero
           que me vino a la memoria;
           que lo mismo fuera Inés,  
2010            Francisca, Juana o Antonia.
           Esto es la verdad, por Dios.  
DORISTEO:   Pues siendo verdad notoria,
           para satisfacción mía,
           aunque decirlo vos sobra,      
2015            holgaré que me digáis
           el nombre de esa señora.
LUCINDO:   Porque habéis de ver muy presto
           que conmigo se desposa,
           Fenisa, señor, se llama.  
2020            Esta quiero, ella me adora;    
           la calle de los Jardines
           es la esfera donde posa,
           y yo soy vecino suyo.
           Recelo mi padre toma,    
2025            y yo querría dejarle;
           dadme licencia.
DORISTEO:                    Estas cosas
           hace el honor.  Perdonad.
           Mil años gocéis la novia.
        
Vase LUCINDO
        
CAPITAN:      ¿:Dónde va aquél?
HERNANDO:                      No sé.
CAPITAN:                            ¿:Si es desafío?
2030 HERNANDO:   Habla a esos hombres.
CAPITAN:                         ¡Ah, señores!  Creo,
           si no me engaña de mi sangre el brío,
           que de reñir los dos tenéis deseo.
           Sabed que aquel hidalgo es hijo mío;
           y pues va solo, y dos con armas veo,
2035            yo iré con él, y dos a dos podremos      
           probar los corazones que tenemos.
              Soldados fuimos ya los dos en Flandes;
           fui capitán, y él fue mi alférez.  Vamos.
FINARDO:   Los dos irán a que servir los mandes;
2040            que es bien que de soldados te sirvamos.
           De hoy más serán, señor, amigos grandes;
           que aunque por unos celos le buscamos,
           él nos aseguró que no servía
           la dama que este hidalgo presumía.
2045               Ya sabemos quién es a quien pasea  
           y Fenisa nos dijo que se llama.
CAPITAN:   ¿:Cómo?  ¡Fenisa!
FINARDO:                     En fin, cómo desea
           casarse, y que a ésta sola adora y ama.
CAPITAN:   (Antes su muerte a vuestras plantas vea).  Aparte
2050 DORISTEO:   ¿:Mandáisnos otra cosa?
CAPITAN:                          Que esa dama  
           tengáis por mujer mía; que no suya.
DORISTEO:   El cobarde mintió.
FINARDO:                      La culpa es tuya.
DORISTEO:      ¡Vive el cielo, que sirve a Estefanía!
FINARDO:   Disimula y busquémosle.
DORISTEO:                            El soldado
2055            se fue de aquí de pura cobardía.    
FINARDO:   ¡Qué éste es hijo de un padre tan honrado!
        
Vanse DORISTEO y FINARDO
        
CAPITAN:   ¡Que sirva este traidor la esposa mía,
           con quien casarme tengo concertado,
           y que se alabe que ha de ser sus esposa!
2060 HERNANDO:   ¿:Posible es que lo dijo?  ¡Extraña cosa!  
CAPITAN:      Alto; ponle su ropa en la maleta.
           No ha de quedar aquí ni sólo un día;
           camine a Portugal.
HERNANDO:                       (No fue discreta    Aparte
           la industria de Lucindo).
CAPITAN:                             ¿:Hay tal porfía?
2065            De noche por las rejas la inquieta;      
           besó su mano, y dijo:  "madre mía,"
           y quizá dijo "esposa" entre los labios.
           No se pueden sufrir tantos agravios.
              Notifícale luego la partida,
2070            cálzate botas.
HERNANDO:                    ¿:Cásaste primero?      
CAPITAN:   No quiero dar lugar a que lo impida;
           que sirva al rey, y no a Fenisa, quiero.
           No ha de entrar en Madrid más en mi vida.
HERNANDO:   Que templarás aquese enojo espero.
2075 CAPITAN:   Daréte, vive Dios, con la de Juanes.    
           ¡Oh, qué lindo soy yo para truhanes!
Vanse los dos

ACTO TERCERO



Salen LUCINDO, con capa con oro, y plumas, y HERNANDO
LUCINDO:      ¿:Que mi padre les contó
           que era su esposa y no mía?
HERNANDO: ¿:Que siendo yo Estefanía,
2080            ande con estos cuentos yo?    
LUCINDO:       El nombre ha dado a entender
           que es su hermana a Doristeo.
HERNANDO: Tan ciego a tu padre veo,
           que te ha de echar a perder.
2085               Pienso que van a buscarte;    
           que de Fenisa el amor,    
           dirán que ha sido temor
           y término de escaparte.
              ¿:Para qué se lo decías?
2090 LUCINDO:   Para asegurar un hombre,  
           no entendiendo que aquel nombre
           se le acordara en sus días.
HERNANDO:     ¿:Piensas ir a Portugal?
LUCINDO:   ¿:Cómo, si mi bien me avisa
2095            de que su madre, Belisa,  
           ha de remediar mi mal?  
HERNANDO:     ¿:Fuiste a la reja?
LUCINDO:                            ¿:Pues no?
HERNANDO: Y ¿:hallaste el papel?
LUCINDO:                          Estaba
           donde a mi padre avisaba,
2100            cuando a mi padre engañó.      
              Halléle al fin en la reja,
           leíle, y dice que luego
           me finja de amores ciego
           de su madre.
HERNANDO:              ¿:De la vieja?
2105 LUCINDO:       De la misma.
HERNANDO:                 ¡Extraño caso!  
LUCINDO:   Pues más me ha mandado hacer.
HERNANDO; ¿:Y es?
LUCINDO:            Pedirla por mujer.
HERNANDO: ¿:Por mujer?
LUCINDO:               Habla más paso;
              que ya ha de salir al balcón,
2110            y acaso te puede oír.          
HERNANDO: Sólo pudiera impedir
           tu partida esta invención.
              ¡Discreta mujer!
LUCINDO:                       Notable.
HERNANDO: ¿:Y piensas con ella hablar?
2115 LUCINDO:   Tú has de estar en mi lugar,  
           para que contigo hable.
              Fíngete Lucindo, y yo,
           mientras hablas a Belisa,
           estaré con mi Fenisa;
2120            que así el papel me avisó.    
HERNANDO:     ¿:Qué hablaré?
LUCINDO:                   Cosas de amor.
HERNANDO: Mucho sabe esta doncella;
           mil veces pienso si es ella...
LUCINDO:   ¿:Quién?
HERNANDO:            La doncella Teodor.
2125 LUCINDO:       Hoy quiero probar tu seso.    
           Veamos cómo requiebras
           esta vieja.
HERNANDO:              Hoy me celebras
           por único.
LUCINDO:             Yo confieso
              que por inferior me nombre
2130            a tu ingenio, si la engañas.  
HERNANDO: Mis telas son telarañas.
           ¿:Qué importa ser gentilhombre
              si faltan galas?
LUCINDO:                       Pues bien...
HERNANDO: Dame esa capa con oro.
2135 LUCINDO:   Diérate, Hernando, un tesoro.  
           Toma el sombrero también.
HERNANDO:     Tú podrás ponerte el mío.
      
Cambian de capa y sombrero
      
2140 LUCINDO:   A fe que quedo galán.
HERNANDO: ¡Ah, Lucindo, cómo dan
           los vestidos talle y brío!    
LUCINDO:       Quedo; al balcón han salido.
      
Salen FENISA y BELISA a una reja alta
2145       
BELISA:   Dame, Fenisa, lugar;
           que quiero a Lucindo hablar.
FENISA:   ¿:De qué sabes que ha venido?
BELISA:       Veo dos hombres parados  
2150            mirando nuestro balcón.
FENISA:   Bien conoces, ellos son;
           que hacen señas embozados.  
              Voyme, y Dios te dé ventura...
           Mas dame licencia un poco      
2155            de hablar a Hernando.
BELISA;                        Es un loco.
FENISA:   Agrádame su locura,
              y téngole que decir
           un recado al capitán.
BELISA:   Ve a esotra reja.
2160       
Vase FENISA
      
HERNANDO:                    Ya están  
           donde nos pueden oír.
LUCINDO:       Fenisa se fue de allí.
HERNANDO: Su madre la despidió.
2165 BELISA:   ¿:Sois Lucindo?
HERNANDO:                 No soy yo,
           después que vivís en mí;  
              pero soy el que os adora
           con el alma que le dais,
           pues mi humildad levantáis
2170            a vuestro valor, señora.
      
A LUCINDO
      
              ¿:No va bueno?
LUCINDO:                    ¡Pesia tal,    
           que hablas con gran discreción!
2175 HERNANDO: Estoy hecho un Cicerón.
BELISA:   Puesto que parece mal,
              Lucindo, que una mujer,
           que en fin de Fenisa es madre,      
           la case con vuestro padre
2180            y a vos os venga a querer,    
              que en efeto sois su hijo;
           llegado a que me queráis,
           yo confieso que me dais  
           un juvenil regocijo.
2185               ¿:Es posible que os agrado
           y que os parezco tan bien?
      
Sale FENISA a otra reja
      
FENISA:   ¡Ce, Lucindo!
LUCINDO:                 ¿:Quién es?
FENISA:                             Quien
2190            el alma y vida te ha dado.    
              Llega, mientras entretiene
           a la loca de mi madre
           tu criado.
HERNANDO:             Si mi padre,
           como viejo, a querer viene
2195               la tierna edad de Fenisa,      
           yo, como mozo, os adoro
           por ese grave decoro.
FENISA:   Muriéndome estoy de risa.
HERNANDO:     Esas tocas reverendas,
2200            ese estupendo monjil,    
           ese pecho varonil,
           testigo de tantas prendas;
              ese chapín enlutado,
           que del pie los puntos sabe,
2205            que pisa el suelo, más grave  
           que un frisón recién herrado,
              esa bien compuesta voz,
           ese olor, de amor espuela,
           que es azúcar y canela
2210            de aquestas tocas de arroz;        
              esos antojos al lado,
           para encubrir los de enfrente;
           ese manto, en que consiente
           ser el amor manteado;
2215               esa encarnada nariz,      
           donde Amor destila y saca
           ámbar, mirra y tacamaca
           más que el Arabia feliz;
              en fin, tocas, pies, frisón,
2220            nariz, monjil, manto, antojos,      
           voz, chapín, son a mis ojos
           "selvas de varia lición."
LUCINDO:      ¿:Escuchástelo?
FENISA:                       Sospecho
           que ha de entender el engaño.
2225 LUCINDO:   En que yerre está mi daño,    
           y en que acierte mi provecho.
              Pero dime, prenda mía,
           ¿:qué ha de ser de nuestro amor,
           si de ti con tal rigor
2230            este padre me desvía?                    
              No te descuides, mi bien;
           que apresura mi partida.
FENISA:   No tengas pena, mi vida.
           Ni esos miedos te la den;
2235               que mi madre, loca y vana      
           está por tu amor de modo
           que pondrá remedio en todo.
LUCINDO:   Sí; mas la boda cercana
              me amenaza, como ves;
2240            y si él se llega a casar  
           ¿:cómo podrás remediar
           mi ausencia, y muerte después?
              A la fe, que aunque es tan cierto
           que eres discreta y sutil,
2245            que no halles modo entre mil  
           para dar la vida a un muerto.
FENISA:       Si soy tuya, si nací
           para ti sola, y si estoy      
           cierta que como yo soy
2250            tuya, tú lo eres de mí.  
              Hacienda tienes y amigos.      
           Da traza como salgamos
           de estos padres enemigos.
           Adonde quisieres vamos.
2255               Discreta y enamorada      
           me sueles, Lucindo, hacer;
           mas ya sólo quiero ser
           mujer y determinada
LUCINDO:      Si tienes resolución
2260            de que te saque de aquí,  
           ánimo me sobra a mí
           para igual ejecución.
              Esta noche, gloria mía,
           joyas y vestidos coge,
2265            y aunque tu madre se enoje,    
           te sacaré a mediodía;
              que no temo de mi padre
           el mal que me pueda hacer.
FENISA:   Si voy a ser tu mujer,
2270            máteme después mi madre.  
BELISA:      ¿:Que tiene determinado
           enviarte a Portugal?
HERNANDO: No he visto locura igual
           como en la que el viejo ha dado.
2275               Dice que adoro a Fenisa,  
           que la  sirvo y solicito,
           que el sueño y quietud le quito,
           y sigo en saliendo a misa;
              y de celos me destierra.
2280 BELISA:   Mi bien, y ¿:queréisla vos?    
HERNANDO: ¡Yo a Fenisa!  ¡Plegue a Dios
           que aquí me trague la tierra,
              que me maten seis villanos
           en su heredad o su aldea,
2285            porque no hay muerte que sea  
           más infame que a sus manos;
              plegue a Dios que un arcabuz
           probándole me traspase,
           o que una espada me pase
2290            desde la punta a la cruz,      
              si en mi vida tuve intento
           de amalla ni pretendella,
           ni jamás hablé con ella
           de amor ni de casamiento!
2295 LUCINDO:      Muy bien lo puede jurar.  
BELISA:   Satisfecha estoy, mi bien.
HERNANDO: Dejando aquesto también,
           ¿:tienes algo que me dar?
              Porque en dándome un enojo,
2300            o en jurando alguna cosa,      
           me da una hambre espantosa;
           soy preñada con antojo.
BELISA:      ¿:Gana tienes de comer?
HERNANDO: Rabio, por Dios.
BELISA:                    Todo es malo
2305            cuanto hay en casa; un regalo  
           mañana te quiero hacer.
              ¿:Qué conserva comes bien?
           Que soy en dulces notable;
           de guindas es razonable,
2310            y de perada también.          
              Duraznos es extremada.
           ¿:Qué conserva haré?
HERNANDO:                     Un menudo
           con su perejil; que dudo
           que la haya tal, bien lavada.
2315 BELISA:      ¿:De eso gustas?  Pues hallaste      
           la limpieza, la sazón
           y el buen gusto.
HERNANDO:                   Cosas son
           en que el tuyo conformaste.
              Envíamele mañana.
2320 LUCINDO;   ¿:Hay villano tan grosero?      
BELISA:   ¡Qué menudo hacerte espero?    
HERNANDO: No será peor la gana.
BELISA:      ¿:Menudo comes?
HERNANDO:                   (No pudo     Aparte
           ponerse ese gusto en duda,
2325            porque quien sirve a viuda,    
           se obliga a comer menudo).
LUCINDO:      Gente pasa.  ¡Cé!
BELISA:                        ¿:Quién llama?
HERNANDO: Hernandillo, mi criado,
           que allá con Fenisa ha hablado.
2330 BELISA:   ¡Lindo pícaro!
HERNANDO:                  De fama.      
              Díceme que pasa gente.
           Adiós.
BELISA:             El, mi bien, os guarde.
      
Vase BELISA
      
2335 LUCINDO:   Pues pasa gente y es tarde,
           Adiós.
FENISA:             ¡Ay mi gloria ausente!
      
Habla FENISA a HERNANDO y vase
      
              ¡Qué bien que la has divertido!    
2340 HERNANDO: ¡Famosamente la hablé!
LUCINDO:   Ven tras mí.  Pero ¿:qué fue
           aquello que le has pedido?
HERNANDO:      Un menudo.
LUCINDO:                   ¿:Y eso pudo
           pedir tu lengua, grosero?      
HERNANDO: Tú negocias por entero,
2345            yo negocio por menudo.
      
Vanse.  Salen DORISTEO y GERARDA
      
GERARDA:      Sosiega el pecho celoso;
           que yo sabré si es verdad.
2350 DORISTEO: Sospecho que temeroso    
           de alguna temeridad,
           a que obliga un caso honroso,
              dijo que el nombre fingía,
           y fue a tiento Estefanía,
2355            porque su padre en mi daño    
           me dijo por desengaño
           cómo a Fenisa servía.
GERARDA:      El padre acaso pensó
           que a Fenisa amabas...
DORISTEO:                        ¿:Yo?
2360 GERARDA:   Y para en paz os poner,  
           dijo que era su mujer.
DORISTEO: No lo entiendo.
GERARDA:                 ¿:Cómo no?
              Si pensó que la cuestión
           era por Fenisa allí,
2365            ¿:no fue sutil invención  
           hacerla su mujer?
DORISTEO:                   Sí,
           tienes, Gerarda razón;
              pero mi celoso honor
           aún quiere de esto más prueba.
2370 GERARDA:   También la pide mi amor.  
DORISTEO: Esta sospecha me lleva
           de un temor a otro mayor.
GERARDA:      ¿:Quieres que los dos sepamos
           si es verdad que ama a Fenisa?
2375 DORISTEO: Sí quiero.
GERARDA:             A su casa vamos.    
DORISTEO: ¿:Cuál ignorancia te avisa
           que si le quiere digamos?
GERARDA:      ¿:Digo yo que sea ansí?
DORISTEO: Pues ¿:cómo?
GERARDA:             Yo entraré huyendo
2380            [del que me viene siguiendo].  
DORISTEO: ¿:De quién has de huír?
GERARDA:                           De ti
           que eras mi esposo, diciendo.
              Sacarás la daga...
DORISTEO:                       ¡Bien!
GERARDA:   Pondrános en paz su gente;
2385            quedaréme allí también,  
           donde a Fenisa le cuente
           que quiero a Lucindo bien,
              y que por él me matabas;
           que te llame, y en secreto
2390            te diga lo que dudabas.  
DORISTEO: ¡Gentil industria!  En efeto,
           de mujer.
GERARDA:             ¿:Su ingenio alabas!
DORISTEO;    ¡Oh mujeres!
GERARDA:                    ¡Y españolas!...
DORISTEO: Camina.
GERARDA:             Si estamos solas,
2395            ella dirá la verdad.          
DORISTEO: Mujeres con voluntad
           son como la mar con olas.
      
Vanse GERARDA y DORISTEO
      
2400
Salen el CAPITAN, FENISA, y BELISA
      
CAPITAN:      Si supiera vuestro intento,
           no le echara de mi casa.
BELISA:   Yo os he dicho lo que pasa.    
2405 CAPITAN:   Huélgome del casamiento;
              daros quiero el parabién.
BELISA:   Si mi bien camino va.
           el paramal me dará
           quien me ha dado el parabién.  
2410 CAPITAN:       Si yo estuviera avisado
           de que Lucindo os quería
           --que en opinión le tenía
           de hombre menos asentado--,
              yo propio tratara aquí,  
2415            Belisa, del casamiento;
           que es dar a mi bien aumento
           que nos troquemos ansí.
              Casado con quien es madre
           de mi bien, como confío  
2420            de vos misma, el hijo mío
           vengo yo a tener por padre;
              y Fenisa, mi mujer
           y vuestra hija, tendrá
           padre en Lucindo; y dará  
2425            a todo el mundo placer
              la discreción del trocar
           las edades por los gustos.
BELISA:   Dado me habéis mil disgustos
           en pretenderle ausentar;  
2430               y no os descuidéis en ir
           donde el camino estorbéis.
FENISA;   Gran rigor usado habéis.
CAPITAN:   No me supe resistir.
FENISA:      ¿:Fue celos, por vida mía,      
2435            del destierro la ocasión?
CAPITAN;   Celos de su vida son;
           que una cierta Estefanía
              le trae de manera ciego,
           que le han querido matar  
2440            dos hombres de este lugar,
           y le matan si no llego.
BELISA:      Pues ¿:quiere a alguna mujer?
FENISA:   (¿:Qué es lo que escucho?  ¡Ay de mí!)
CAPITAN:   Así entonces lo entendí;  
2445            mentira debe de ser.
              No me acordé que le amáis.
           Perdonad; que por él voy.
      
Vase el CAPITAN
      
2450 BELISA:   Confusa, Fenisa, estoy.
FENISA:   Mi pensamiento imitáis.  
BELISA:      Si tiene alguna mujer,
           ¡buen lance habemos echado!
FENISA:   (A ti poco te ha burlado,       Aparte
2455            si burla te quiso hacer,
              pero a mí, que me engañó  
           fingiendo amarme de veras...)
BELISA:   ¿:Qué dices?
FENISA:                Que no creyeras
           lo que este viejo contó;
2460               que con los celos que tiene
           finge dos mil desatinos.  
BELISA:   ¡Por qué notables caminos
           a darnos enojo viene!
              Gente se nos entra acá.
2465 FENISA;   Dejóse abierta la puerta.
BELISA:   ¡Bien hará lo que concierta,  
           si otra mujer tiene ya!
      
Sale GERARDA, huyendo de DORISTEO, la daga desnuda
      
2470 GERARDA:      ¡Favor, señores!  Socorredme presto;
           que me mata este bárbaro tirano.
DORISTEO: ¿:Quién te ha de dar favor, infame adúltera?
BELISA:   Tened, señor.  No la matéis os ruego.
FENISA:   Paso, señor.  ¿:Por qué le dais la muerte?
2475 GERARDA:   ¡Yo adúltera, señor!
BELISA:                        Tened la mano,
           respetad esas tocas norabuena.
DORISTEO: Si no mirara esa presencia noble,
           de vuestra calidad notorio indicio,      
           el corazón le hubiera atravesado.
2480 GERARDA:   Y mataráste en él; que en él te tengo.
DORISTEO: ¡Agora amores, falsa, vil perjura!
           ¡Agora hechicerías!  ¡Vive el cielo!...
FENISA:   Acabad, si queréis; que venís loco,      
           y algún demonio revestido en celos
2485            os debe de mover la lengua y manos.
BELISA:   No habéis de estar aquí, por vida mía.
           Venid; que os quiero hablar en mi aposento;  
           descansaréis de vuestro mal conmigo.
DORISTEO: Yo os quiero obedecer, y referirle,
2490            aunque traiga mi infamia a la memoria.
BELISA:   Pues con mi hija quedará esta dama.
           ¿:Qué nombre tiene?
DORISTEO:                     Estefanía se llama.
      
Vanse BELISA y DORISTEO
      
2495 FENISA:   De gran peligro os ha librado el cielo.
GERARDA:   ¡Ay, señora!, que estoy temblando toda.
           ¿:Dónde me podré ir?
FENISA:                            No tengáis miedo.
           Contadme vuestro mal.
GERARDA:                         Sí haré, si puedo.
      
2500               Yo soy, gallarda señora,
           una mujer desdichada;    
           aunque esto ya lo sabéis,
           pues lo veis en mi desgracia.
           Nací en Burgos, ciudad noble,
2505            y mis padres, que Dios haya,
           me trajeron a la corte    
           niña en los brazos del ama.
           Criáronme con regalo,
           y de mi talle o mis galas
2510            rendido el hombre que veis,
           me pide con grandes ansias.    
           Casáronme a mi disgusto;
           en fin, sobre estar casada
           de la manera que digo,
2515            carga el peso de esta infamia.
           Vime, sin gusto con él,  
           mil veces determinada  
           para quitarme la vida.
FENISA:   No digáis tal.
GERARDA:                   Esto pasa.
2520 FENISA:   Pues, por desdicha ninguna
           ¿:dice una mujer cristiana      
           que se ha de quitar la vida?
GERARDA:   Señora, experiencia os falta.
           No sabéis lo que es tener
2525            en la mesa y en la cama
           un enemigo de día,        
           y de noche una fantasma.  
           Mas mi desesperación      
           fue en esto medio templada
2530            con la vista de un mancebo,
           soldado y sol dado al alma.    
           Era un alférez galán,    
           por quien por puntos les daba
           a las niñas de mis ojos
2535            alferecía sin causa;
           que en la mala compañía  
           del marido que me daban,  
           pensé que con un alférez
           pudiera sufrir las faltas.
2540            Pagóme la voluntad,
           y con obras y palabras    
           marchamos diez y seis meses,  
           llevándose Amor las armas.
           Mas como en marchando Amor
2545            toca la Envidia las cajas,
           oyó el bando mi marido    
           y los tiros a su fama.    
           Comenzó a tener sospechas;
           puso un espantajo en casa,
2550            para que el pájaro huyese
           que al hortelano burlaba.      
           Busqué medios por vecinos,    
           hubo puertas y ventanas,
           porque cuando quieren dos,
2555            fácilmente se baraja.
           Mas para abreviar, señora,    
           con mi amor y mi esperanza,    
           no ha faltado quien me ha dicho
           que el ver mi marido en arma
2560            hizo a Lucindo mudar
           --que así el alférez se llama--    
           el alma y el pensamiento
           adonde agora se casa
           con una Fenisa, dicen,
2565            a quien de discreta alaban;
           que quien la alaba de hermosa,      
           dicen que a su rostro agravia.
           He perdido tanto el seso,
           que he salido de mi casa,
2570            y buscado de tal suerte
           este ingrato que me agravia,  
           que hoy, como veis, mi marido
           me ha topado disfrazada;
           que pensaba hallarle aquí;
2575            que aquí vive quien me mata.
           ¿:Conocéis en esta calle  
           esta dama, hermosa dama?
           ¿:Sabéis quién es por ventura
           la que mis desdichas causa?
2580            Que ya que de mi marido
           tomé puerto en vuestra casa,  
           tras el remedio del cuerpo,
           de vos espero el del alma.
      
2585 FENISA:      ¿:Que Lucindo os quiere bien?
GERARDA:   ¿:Conocéisle?
FENISA:                ¡A Dios pluguiera
           que ni yo le conociera,  
           ni él a mí!
GERARDA:                ¡Ni vos también!
              ¡Cosa que a tiento haya dado
2590            con la causa de mi mal!
FENISA:   El vuestro no ha sido igual
           al mal que me habéis causado.  
              Yo soy Fenisa, ¡ay de mí!,
           engañada de ese ingrato,
2595            que no sabiendo su trato,
           mucho del alma le di.
              Yo soy con quien de secreto    
           su casamiento trató,
           porque no pensaba yo
2600            tanto mal en tal sujeto.
              Pero pues a tiempo estoy,
           y mi honor salvo, creed  
           que agradezco la merced,
           y que de mano le doy.
2605               Hoy con su padre me caso,
           por sólo hacerle pesar;
           que le tengo de abrasar  
           con el fuego en que me abraso.
              Y pues que vos le queréis,
2610            gozadle por largos años.  
GERARDA:   ¿:Que vos me hacéis tantos daños,
           y que vos muerto me habéis?    
              ¿:Que vos os llamáis Fenisa?
FENISA:   Estad segura que ya
2615            Lucindo vuestro será.
GERARDA:   Mi desengaño os avisa.
              Es el hombre más traidor,      
           más mudable y lisonjero  
           que ha visto el mundo.
FENISA:                          No quiero
2620            más desengaños, Amor.
              Adiós, gustos atrevidos.
           ¿:Vuestro nombre?
GERARDA:                    Estefanía.    
FENISA:   Bien su pade me decía.
           No eran sus celos fingidos.
2625               Ya sabía vuestro nombre,
           ya sé todo lo que pasa.
GERARDA:   No admitáis en vuestra casa,
           pues que sois cuerda, tal hombre;  
              mirad que os ha de quitar
2630            el honor.
FENISA:             Perded el miedo.
GERARDA:   Ya, señora, que me puedo
           de mi marido librar,
              dadme licencia; que quiero    
           irme en casa de una hermana.
2635 FENISA:   ¿:Querréis verme?
GERARDA:                   Cosa es llana.
           Ser muy vuestra amiga espero.
              ¿:Hay puerta falsa?
FENISA:                         Sí habrá,
           si por Lucindo salís.    
GERARDA:   ¡Qué bien, señora, decís!
2640            Adiós.
FENISA:            Presto; que os verá.
GERARDA:      (Famosamente he sabido          Aparte
           de Lucindo el pensamiento,
           y su gusto y casamiento  
           por notable estilo impido.
2645               ¡Bella mujer, lindo talle!
           Muriéndome voy de celos.
           Guardad a Lucindo, cielos;
           que he de matarle en la calle).    
      
Vase GERARDA
2650       
FENISA:     Salga del alma aquel violento rayo
           que la dejó como ceniza fría,
           porque parezca la esperanza mía
           palma sobre las nieves de Moncayo.
2655               Ya estaba en flor, cuando en mitad de mayo
           el hielo derribó su lozanía;
           que cuando muda el tiempo, basta un día
           para que su verdor trueque en desmayo.
              No más gustos de amor, que son engaños,
2660            que llevan la razón por los cabellos;  
           no sufra el alma tan injustos daños.
              No quiero bienes ya, por no perdellos;
           mas ¿:cómo olvidaré con desengaños,
           si dicen que se aumenta amor con ellos?
2665       
Sale LUCINDO
      
LUCINDO:      Con la determinación,    
           bella Fenisa, de ser
           en tan dichosa ocasión
2670            tu esposo, y tú mi mujer,
           que nombres seguros son,
              he tenido atrevimiento    
           de llegar a tu aposento,
           y dejo un coche en la calle,
2675            que de ese gallardo talle
           viene a ser alojamiento.
              Ven, sin poner dilación,  
           al coche, fénix divina;
           porque en aquesta ocasión      
2680            te quiero hacer Proserpina
           de este abrasado Plutón.
              ¿:Qué te suspendes?  ¿:Qué miras?    
FENISA:   ¿:No quieres que me suspenda?
           ¿:Qué dices?  ¿:Burlas?  ¿:Deliras?
2685            ¿:Con quién hablas?
LUCINDO:                      Dulce prenda
           del alma, ¿:a qué blanco tiras?
              ¿:Hay alguién con quien cumplir?    
           ¿:No es hora ya de salir,
           como anoche concerté?
2690 FENISA:   ¿:Con quién el concierto fue?
           Eso me vuelve a decir.
LUCINDO:      ¿:No me hablaste anoche?
FENISA:                              Sí.      
LUCINDO:   Lo que concertamos di.
FENISA:   Que te cases con mi madre,
2695            pues yo lo estoy con tu padre.
LUCINDO:   ¿:Con tu madre?  Eso fingí.
FENISA:      Ya no puede ser fingido.  
           Testigos hay que has tratado
           ser de mi madre marido.
2700 LUCINDO:   ¿:Luego tú me has engañado?
           El engaño tuyo ha sido.
              De mí no hay que pretender;    
           que soy mujer de tu padre.
           y mi madre es tu mujer.
2705 LUCINDO:   ¿:Cómo mi mujer tu madre?
           Demonio debes de ser.
              ¿:No te acuerdas que tú fuiste  
           la que primero me quiso?
           Tercero a mi padre hiciste,
2710            mi padre me dio el aviso
           y te hablé donde quisiste.
              En orden a nuestro intento    
           fingimos el casamiento
           ¿:qué me dices de tu madre?
2715 FENISA:   Yo soy mujer de tu padre,
           esto es verdad y esto siento.
              Si mi madre no te agrada,      
           más señora, más honrada
           que tu dama Estefanía,
2720            vete a buscarla, y porfía;
           que es dulce la fruta hurtada.
              Mas guarda; que su marido      
           te busca.
LUCINDO:             En lo que has hablado,
           celosa te he conocido.
2725            Sin duda te han engañado
           con ese nombre fingido.
              Mi lacayo Hernando fue    
           una noche Estefanía;
           que así al Prado le llevé.
2730            No dilates, fénix mía,
           el galardón de mi fe;
              que se he visto a Estefanía,  
           la vida me quite el cielo,
           fálteme el sol, falte el día,
2735            sepúlteme vivo el suelo,
           y pierda tu luz, luz mía.
              Mira que te han engañado,      
           porque Hernando disfrazado
           ha sido la Estefanía.
2740 FENISA:   Conozco tu alevosía;
           tarde, Lucindo, has llegado,
              y no me hagas perder      
           el respeto; que has de ser
           antes de un hora mi padre;
2745            que al marido de mi madre
           debo por padre tener.
LUCINDO:      ¿:Qué dices?
FENISA:                 Lo que has oído.      
LUCINDO;   ¿:Tienes seso?
FENISA:                El que te falta.
LUCINDO:   O tú o yo le hemos perdido.
2750 FENISA:   Eso sí, da voces, salta;
           que ya vendrá mi marido.
LUCINDO:      ¡Válgame Dios!
FENISA;                    Valga, pues.  
LUCINDO:   ¡Mataréme!
FENISA:                ¡Necedad!
LUCINDO:   Pues ¿:qué haré?
FENISA:                   Casarte.
LUCINDO:                            ¿:Ves
2755            cómo fue mi amor verdad,
           y tu liviandad los es?
              ¿:Ves cómo vine por ti,    
           y que como hombre cumplí
           lo que anoche concerté?
2760            ¿:Ves cómo mujer te hallé,
           y no mujer para mí?
              ¿:Ves cómo es bien empleado    
           todo cuanto mal decimos
           de vosotras?  ¿:Ves que he estado,
2765            conforme el concierte hicimos,
           prevenido y confiado?
              Pues ¡plegue a Dios que te veas,    
           y tan presto, arrepentida,
           que tú mi venganza seas!
2770            Que en lo que toca a mi vida,
           será lo que tú deseas.
              Goza a mi padre, que es padre,      
           y es mejor que yo en efeto,    
           puesto que menos te cuadre;
2775            que yo seré tan discreto,
           que la mujer trueque en madre;
              que pues mi padre me envía    
           a Portugal, porque tal
           delito en quererte hacía,
2780            me pasaré a Portugal
           por la libertad, que es mía.
      
Vase LUCINDO
      
2785
  
FENISA:      ¡Ay, Dios!, detente señor...  
           --pero no, que es cauteloso.
           ....................    [--or]
           ....................    [--oso]    
2790            Vaya esta vez el traidor.
      
Sale HERNANDO
      
                ..................  [--eñas]  
           .....................  [--ón].  
HERNANDO: Oye, escucha.
FENISA:                 ¿:Qué haces señas?
2795 HERNANDO: ¡Tan tibia en esta ocasión!
           ¿:Cómo ese rigor me enseñas?  
                ¿:No vio Lucindo aquí,    
           según me dijo, por ti?
FENISA:   Ya estamos desconcertados.
HERNANDO: ¿:Cómo?
FENISA:            Hay amores casados;
2800            no era bueno para mí.
                ¿:Quién es una Estefanía?  
           a quien Lucindo quería?
HERNANDO: ¿:Hasta acá llega el enredo?
FENISA:   ¿:Qué enredo?
HERNANDO:              Decirte puedo
           que fui yo esa dama un día.
2805 FENISA:      ¿:Tú esa dama?
HERNANDO;                  Disfrazado    
           con un manto, estuve al lado
           de cierta dama.  En efeto
           di celos, y esto secreto,
           no sepa que lo he contado.
                Que mi señor la quería    
2810            antes que os viese; y después
           os juro, señora mía,
           que un tigre a sus ojos es,
           aunque se cansa y porfía;
                que anda perdida y celosa.    
FENISA:   Sin duda me han engañado.
2815 HERNANDO: Yo sé que no hay otra cosa
           que le dé en Madrid cuidado
           sino vos, Fenisa hermosa.
                Mas ¿:qué le diré?
FENISA:                        No sé;    
           que viene mi madre aquí.
           Huye.
HERNANDO:          Por allí me iré.
2820       
Vase HERNANDO.  Sale BELISA
      
BELISA:   Ya, Fenisa, despedí
           aquel hombre.
FENISA;                ¿:Y cómo fue?
BELISA:      No sé si podré, de risa,  
2825            contarte lo que ha pasado.
FENISA;   De todo, madre, me avisa.
BELISA:   De verte se ha enamorado.
FENISA:   ¿:Tan presto?
BELISA:                Escucha, Fenisa;
                que te quiere por mujer.  
FENISA:   ¿:Siendo casado?
BELISA:                   Es enredo
2830            que esta mujer quiso hacer.
FENISA:   Que son celos tengo miedo.
BELISA:   Celos debieron de ser.
                Contóme que concertaron  
           que se hiciese su marido,
           porque los dos sospecharon,
2835            él que su hermana ha servido,
           y ella que aquí le engañaron...
FENISA:      ¿:A quién?
BELISA:                A Lucindo.
FENISA:                          ¡Bien!      
           ¿:Que de Lucindo son celos?
BELISA:   Y a mí me los dan también.
2840 FENISA:   Pusieron en paz los celos
           su verdad y mi desdén.
              (Perdí gallarda ocasión      Aparte
           de gozarle a mi contento;
           mas no faltará invención.
2845            Hoy será mi casamiento
           en casa y con bendición).
                Madre, no estés divertida.    
           Después que esta cautelosa
           mujer, falsa y atrevida,
           vino sin vida, celosa,
2850            para quitarnos la vida,
                ha estado Lucindo aquí    
           y me ha dicho que te adora.
BELISA:   ¿:Es cierto?
FENISA:                  Esto pasa ansí.
           Pero díceme, señora,
           que hablando a su padre en ti
                le halla muy desabrido    
2855            en que sea tu marido,
           y que es forzoso en efeto
           el casaros de secreto.
BELISA:   Siempre lo tuve entendido.
                No quisiera el capitán    
           que su hijo se casara,
2860            porque murmurar podrán
           que el viejo goza esa cara,
           y que a Lucindo me dan.
                Pues mi marido ha de ser.      
FENISA:   El dice que en tu aposento
           te quiere esta noche ver.
2865 BELISA:   ¿:Qué sientes de eso?
FENISA:                    ¿:Qué siento?
           ¡Que allí serás su mujer!
BELISA:      Trázalo, pues anochece.  
FENISA:   Vete a prevenir, y calla.
BELISA:   Mi ventura me enloquece;
2870            por no darte que envidialla,
           no digo lo que me ofrece.
                Voy a perfumarlo todo    
           y que esté con grande aseo.    
FENISA:   Hazlo, madre, de ese modo.
      
Vase BELISA
2875       
           ¡Qué bien mis bodas rodeo,
           y el nuevo engaño acomodo!
      
Sale el CAPITAN
      
2880 CAPITAN:      ¿:Es mi Fenisa?
FENISA:                    Soy quien te desea.
           ¿:Adónde está Lucindo?  Que mi madre
           ya quiere efectuar el casamiento.
CAPITAN:   ¿:Qué casamiento?
FENISA:                    El suyo con el mío.
CAPITAN:   Bien dice, y no aguardemos a más términos;
2885            que ya los dos tenemos corta vida.  
FENISA:   Yo estoy, señor, también desengañada
           de que no era Lucindo el que venía
           de noche a mi ventana.
CAPITAN:                    ¿:Qué me cuentas?
FENISA:   Hoy supe que era un cierto amigo suyo;
2890            y así, quiero que vayas a buscarle,      
           y le diga que ronde aquesta noche
           la puerta de esta casa con Hernando;
           porque anoche a las diez, por la ventana
           del huerto entró el amigo que te digo,
2895            y a la puerta llamó de mi aposento.      
           Levantéme, pensando que mi madre
           venía a visitarme, y si no cierro,
           no dudes que sucede una desgracia.
CAPITAN:   ¡Hay maldad semejante!  ¡Vive el cielo,
2900            que he de ser yo quien ronde!
FENISA:                                 No, mis ojos;
           que en ese tiempo habéis de estar conmigo.
CAPITAN:   ¿:Adónde?
FENISA:              En mi aposento, de secreto.
CAPITAN:   Dadme esas manos.  
FENISA:                   Advertid que quiero
           que vengáis muy galán y rebozado,
2905            y que os hagáis la barba; que no gusto
           de verla de esa hechura; que en efecto
           pareceréis mejor más atusado.
CAPITAN:   Quien para tanta gloria se previene,
           no dudéis que vendrá galán del todo.
2910            La barba haré cortar a vuestro gusto,
           pues hacerse la barba es muy de novios;
           y yo lo he de ser vuestro.
FENISA:                               Ya es muy tarde,
           hablad a vuestro hijo.
CAPITAN:                          El cielo os guarde.
      
Vanse FENISA y el CAPITAN.  Salen LUCINDO y HERNANDO
2915       
LUCINDO:      Arrepintióse.
HERNANDO:                    ¿:Qué dices?
LUCINDO:   Lo que oyes.
HERNANDO:               No lo creas.    
LUCINDO:   Ni tú mudanza que veas.
HERNANDO: Son retóricos matices
                para encarecerme el bien.
2920            ¿:Hasla por dicha gozado?
           Que te veo muy mirlado.  
LUCINDO:   Y aun muerto me ves también.
HERNANDO:    ¿:Hablas de veras?
LUCINDO:                        Llegué
           para sacalla de allí,
2925            y de manera la vi,
           que dando voces bajé.    
                Volví el coche, y los amigos
           se volvieron a su casa.
HERNANDO: Pues ella toda se abrasa,
           y estos ojos son testigos...
2930 LUCINDO:      ¿:Cómo?
HERNANDO:            De celos crüeles.      
LUCINDO:   Pues ¿:de quién?
HERNANDO:                  De Estefanía.
LUCINDO:   ¡Que esto dure todavía!
           No me aflijas, como sueles;
                que todo nace de amor.
HERNANDO: ¡Tu padre!
LUCINDO:                 No importa nada.      
2935       
Sale el CAPITAN
      
CAPITAN:   Bien aprestas la jornada.
LUCINDO:   Mañana me voy, señor.
CAPITAN:      ¡Bueno es eso!  ¡Estás casado
2940            con Belisa, y vaste luego!
LUCINDO:   Eso ha sido burla y juego.    
CAPITAN:   Yo sé que tomas estado;
                pero que sea o no sea,
           ya te quedarás aquí.
LUCINDO:   ¿:Por qué?
CAPITAN:             Porque ya entendí
2945            quién a Fenisa desea,    
                y aún es grande amigo tuyo.  
LUCINDO:   También te habrán engañado.
CAPITAN:   Ya Fenisa me ha contado
           que fue todo engaño suyo.
                Dice que anoche pasó      
           por la pared de la huerta
2950            cierta persona incierta,  
           y a su aposento llegó;
                llamó, salió a abrir, y viendo
           el engaño, cerró.
LUCINDO:                    Extraño  
           hubiera sido el engaño.
CAPITAN:   Dio voces, y fuése huyendo.
                Hame dicho que te diga
2955            rondes esta noche allí.
           ¿:Haráslo ansí?
LUCINDO:                  Señor, sí;      
           mandármelo tú me obliga.
CAPITAN;      Pues yo vengo muy de prisa.
           Armate, y guárdete Dios.
2960       
Vase el CAPITAN
      
LUCINDO:   Hoy nos casamos los dos.
HERNANDO: ¿:Cómo?
LUCINDO:            Ya entiendo a Fenisa.      
                Quiere que entre a su aposento
           por el huerto.
HERNANDO:                Dices bien;
2965            y que ella estará también
           allí con el mismo intento.
                Mas los celos la han picado;  
           hoy se cumplen tus deseos.
LUCINDO:   ¡Por qué notables rodeos
           a mi remedio he llegado!
                Vente a armar, porque has de entrar
2970            al huerto y guardar la puerta.      
HERNANDO: (Beatriz es dama encubierta;   Aparte
           pero allá la pienso hallar).
      
Vanse los dos.  Salen DORISTEO y FINARDO
      
2975 FINARDO:      Yo no sé si le llame desengaño
           el que de vuestra hermana habéis tenido,
           pues veo que resulta en vuestro daño    
           viniendo de Fenisa tan rendido.
DORISTEO: Hizo Gerarda aquel enredo extraño.
2980            Entré fingiendo que era su marido;
           pero en viendo a Fenisa, quedé luego
           ciego del rayo de su ardiente fuego.    
                Estuve con su madre en su aposento;
           y si verdad os digo, dije el caso,
           y pedíle a Fenisa en casamiento.
2985 FINARDO:   Estas son sus ventanas; hablad paso.
DORISTEO: ¡Ay divino y dichoso alojamiento    
           de la décima musa del Parnaso,
           de la mujer más bella, y fénix solo
           que en su giro veloz ha visto Apolo!
2990 FINARDO:      Y ¡qué!, ¿:os pensáis casar?
DORISTEO:                              Si ella me quiere.
FINARDO:   ¿:Es gente principal?
DORISTEO:                   De virtud tanta,
           que la doncella a las demás prefiere,
           y la madre, Finardo, es una santa.
FINARDO:   ¿:Qué hacienda tiene?
DORISTEO:                      Sea la que fuere,
2995            virtud en dote a todos se adelanta.
           De su recogimiento y virtud quiero                                                            
           hacer, Finardo, el dote verdadero.
      
Sale el CAPITAN, con barba diferente, muy hecha, en
hábito de noche, y FULMINATO
3000       
CAPITAN:      Ya puedes volverte a casa.
FINARDO:   Gente pasa.
DORISTEO:               Y encubierta.
FINARDO:   Creo que para a la puerta;
           que de la puerta no pasa.      
3005 FULMINATO:   ¿:Mandas que te aguarde aquí,
           o que llame otros criados?
CAPITAN:   No; que aquellos embozados
           vienen a guardarme a mí.
                Entro; vuelve.
FULMINATO:                    ¿:Quiénes son?  
CAPITAN:   Lucindo y Hernando.
3010       
Vase el CAPITAN
      
FULMINATO:                      Quiero
           hablarles.
FINARDO:                ¡Entró!
DORISTEO:                      ¿:Qué espero?
FINARDO:   ¡Gran virtud!  ¡Gran religión!
FULMINATO:   ¿:Es menester compañía?
3015 FINARDO:   Pase adelante, galán.    
FULMINATO: Perdonen...
DORISTEO:              Perdón le dan.
FULMINATO: ...que por otros los tenía.
      
Vase FULMINATO
      
3020 DORISTEO:    ¡Corrido estoy, vive Dios!
FINARDO:   ¡Qué gran dote es la virtud!
DORISTEO: Tal les dé Dios la salud.      
FINARDO:   Pues quedo.
DORISTEO:             ¿:Cómo?
FINARDO:                     ¡Otros dos!
      
Salen LUCINDO y HERNANDO
3025       
LUCINDO:      Pies, en mi amor os tened.
           [por la esacala se llegará].
DORISTEO: ¿:Echó escala?
FINARDO:                  ¡Y suben ya
           [traspasando la pared!]  
3030 DORISTEO:    ¿:Qué casa es ésta?
FINARDO:                          No sé.
           Que es fuerza es lo más seguro,
           pues por la puerta y el muro
           tanto enemigo se ve.
DORISTEO:    ¿:Suben los dos?
FINARDO:                       Así pasa.  
3035 DORISTEO: Muchas mujeres habrá.
FINARDO:   Pues más gente viene ya;
           que aún no está llena la casa.      
      
Sale GERARDA, en hábito de hombre
      
3040 GERARDA:      (Por ver si aquel mi enemigo     Aparte
           viene a rondar por aquí,  
           salgo de mi casa ansí,
           con mi amor y sin testigo.
                No creo que me he engañado;
           él y su Hernando serán
3045            los que en esta esquina están.      
           ¡A qué buen tiempo he llegado!)
                ¿:Eres tú, crüel?
DORISTEO:                      ¿:Quién va?
GERARDA:   Yo soy, Lucindo.
DORISTEO:                ¿:Quién?
GERARDA:                           Yo.
DORISTEO: ¿:Mi Gerarda?
GERARDA:                Tuya, no;
           de Doristeo soy ya.      
3050 DORISTEO:    Yo soy ese Doristeo.
GERARDA:   ¡Tú!  Pues ¿:qué buscas aquí?
DORISTEO: A ti te busco.
GERARDA:                 ¡Tú a mí!
FINARDO:   Con un mismo intento os veo.
                Tú por Fenisa venías,    
           y tú por Lucindo vienes.
3055 DORISTEO: Es sin duda.
GERARDA:                 Razón tienes.
DORISTEO: Hoy habemos sido espías.
                Mas mira ¡qué cosa aquésta!
           Tres hombres tienen allá.      
GERARDA:   ¿:Tres hombres?
FINARDO:                   Y aun treinta habrá.
GERARDA:   ¡A fe que es Fenisa honesta!
                Llama con una invención,
3060            para que quién son sepamos.
FINARDO;   Fuego, que hay fuego digamos.  
DORISTEO: Y no con poca razón.
FINARDO:      ¡Fuego, fuego!
DORISTEO:                    ¡Fuego!
GERARDA:                               ¡Fuego!
      
Salen BELISA, y luego, FENISA y LUCINDO
3065       
BELISA:   ¡Fuego en mi casa!  ¡Ah, criados!
DORISTEO: ¡Fuego!
BELISA:             ¡Ah, vecinos honrados!
           ¡Fenisa, levanta luego!  
FENISA:      ¡Fuego, madre!
DORISTEO:                    Que se abrasa
3070            la casa.
LUCINDO:             Luces de presto.
      
Sale el CAPITAN, HERNANDO, con hacha encendida y los demás
      
CAPITAN:   ¿:Fuego en la casa?
BELISA:                       ¿:Qué es esto?
LUCINDO:   ¿:Fuego en casa?
FENISA:                    ¿:Fuego en casa?
3075 HERNANDO:    ¿:Dónde, señor, está el fuego?  
GERARDA:   Entre vosotros está;
           pero nadie lo verá,
           estando el honor tan ciego.                  
           ¿:Dentro de una casa honrada
3080            de una mujer como vos,    
           hay dos hombres?
DORISTEO:                    ¿:Cómo dos?
           Y aun tres.
HERNANDO:              ¡Hermosa empanada!
BELISA:      Yo con mi marido estoy.
CAPITAN:   Y yo estoy con mi mujer.
3085 BELISA:   Otro pensé yo tener.      
CAPITAN;   De otra que aborrezco soy.
BELISA:      ¿:Cómo es aquesto, Fenisa?
FENISA:   Con Lucindo me he casado.
BELISA:   Pues ¿:cómo me has engañado?
3090            Mas ya lo dice tu risa.  
      
CAPITAN:      Di, Lucindo, ¿:a un padre noble
           los buenos hijos engañan?
LUCINDO:   Señor, yo adoro a Fenisa,
3095            y ella, como ves, me paga.
           Cuanto contigo trató          
           son enredos que buscaba
           para casarse conmigo.
           Los que presentes se hallan
3100            aunque mis contrarios sean,
           juzguen, señor, nuestra causa.      
           ¿:No es mejor que el padre mío,
           con esta señora honrada,
           que es madre de mi mujer,
3105            se case, pues que se igualan
           en méritos y en edad,    
           y que como nuestras almas,
           los dos juntemos los pechos?
           Habla, y perdona Gerarda.
3110 GERARDA:   Aunque celosa venía,
           la razón, Lucindo, es tanta,  
           que con los dos asesores
           que a este pleito me acompañan,
           digo que tu padre sea
3115            de Belisa, y que esta dama
           te goce, amén, muchos años.    
DORISTEO: La sentencia está bien dada,
           y yo la confirmo.
FINARDO:                      Y yo.
LUCINDO:   Dame esa mano.
FENISA:                 Y el alma.
3120 CAPITAN:   Dadme vos también la vuestra.
BELISA:   Dais honra y remedio a entrambas.  
HERNANDO: (Para tan viejo rocín           Aparte
           cualquier silla le basta).
GERARDA:   Los dos me acompañaréis.
3125 DORISTEO: Llevarémoste a tu casa.
CAPITAN:   Hernando, avisa en la mía      
           que allá cenan estas damas.
HERNANDO: Para en uno sois, por Dios.
LUCINDO:   Si es para muchos la farsa,
3130            mi amor lo diga, y dé fin
           la discreta enamorada.    
      

FIN DE LA COMEDIA